DERECHOS HUMANOS Y GARANTIAS
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PROYECTO DE RESOLUCION
Expediente: 4723-D-2010
Sumario: EXPRESAR PESAR POR EL FALLECIMIENTO DE FLOREAL AVELLANEDA, ACTIVO MILITANTE SOCIAL Y POR LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS, OCURRIDO EL DIA 24 DE JUNIO DE 2010.
Fecha: 30/06/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 86
Expresar su hondo pesar por el fallecimiento
de Floreal Avellaneda, activo militante social y por la
defensa de los derechos humanos, el 24 de junio de
2010.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
I. ¿Descansa en paz? (1)
El 24 de junio falleció Floreal Avellaneda,
un activo militante social y por la defensa de los derechos humanos.
Durante la dictadura, Avellaneda fue
objeto de una encarnizada persecución por el aparato represivo militar que secuestró y
torturó a su mujer, Iris Pereyra de Avellaneda, y asesinó a su hijo de 14 años, Floreal
Edgardo Avellaneda, el "Negrito". El hecho ocurrió el 15 de abril de 1976.
Los Avellaneda fueron llevados primero a
la Comisaría de Villa Martelli y luego a uno de los centros clandestinos que funcionaron
en Campo de Mayo. Allí fueron torturados, lo que causó la muerte de Floreal, cuyo
cadáver fue arrojado al Río de la Plata y apareció en las costas uruguayas. Por aquellos
hechos fueron condenados los militares Santiago Omar Riveros a prisión perpetua,
Fernando Ezequiel Verplaetsen a 25 años de prisión, Julio Horacio García a 18 años de
prisión, Raúl Jarcich y Cesar Fragni a 8 años de prisión, y el comisario Alberto Aneto a
14 años de prisión.
La Secretaría de Derechos Humanos
expresó su pesar por el fallecimiento de Floreal Avellaneda.
II. ¿Primer juicio por crímenes de lesa
humanidad cometidos en Campo de Mayo? (2)
El 12 de agosto de 2009, a un tercio de
siglo de los crímenes en Campo de Mayo, sede del mayor centro clandestino de
detención y tortura del Ejército durante la última dictadura, el Tribunal Oral Federal 1
de San Martín condenó a la pena de prisión perpetua al general retirado Santiago
Omar Riveros, ex comandante de Institutos Militares, de 86 años. La sentencia incluyó
condenas a los generales Fernando Verplaetsen y Jorge Osvaldo García, a los capitanes
César Fragni y Raúl Harsich, y al ex policía Alberto Aneto. Por tratarse de delitos de
lesa humanidad cumplirán su pena en una unidad del Servicio Penitenciario Federal. El
Tribunal consideró que "por la sistematicidad y gran escala" de los delitos cometidos
en la ex Zona IV se trató de "crímenes de lesa humanidad", como solicitó la Secretaría
de Derechos Humanos de la Nación, y rechazó la calificación de genocidio reclamada
por el querellante de Justicia Ya! y la Liga Argentina por los Derechos del
Hombre.
La primera condena por delitos de lesa
humanidad en Campo de Mayo, por donde se estima que pasaron más de cinco mil
secuestrados, fue por un caso emblemático, probado desde el Juicio a las Juntas en
1985: el homicidio de Floreal Avellaneda, cuyo cadáver con signos de empalamiento,
atado de pies y manos, apareció en la costa uruguaya en mayo de 1976, previo
secuestro y torturas junto a su madre Iris Pereyra. El joven, de 15 años, militante de la
Federación Juvenil Comunista, fue secuestrado el 15 de abril de 1976, en su casa de
Munro, durante un operativo para capturar a su padre homónimo por su militancia
gremial en la fábrica Tensa. Madre e hijo fueron torturados primero en la comisaría de
Villa Martelli y luego en "El Campito", en la guarnición militar Campo de Mayo. En la
noche del 12 de agosto, con los ojos llenos de lágrimas, rodeado de pibes de la FJC y
de H.I.J.O.S., Floreal Avellaneda padre cantó, tras la sentencia: "No hubo errores, no
hubo excesos, son todos asesinos los milicos del proceso". Horas antes, ante
Página/12, recordó que "los juicios siguen" y consideró "fundamental que todos los
responsables sean condenados".
La lectura del fallo, a cargo de Lucila
Larrandart, Martha Milloc y Héctor Sagretti, incluyó los considerandos, por lo que duró
casi seis horas. Fue seguida por un centenar de personas, incluidos familiares de
Floreal Avellaneda y también de los imputados, separados por cinco policías. Los
acusados prefirieron no estar en la sala. Por la mañana, durante las "últimas palabras"
de Riveros y García, hubo incluso una docena de militares de civil. Para garantizar la
publicidad del proceso, la jornada fue seguida por diez cámaras de filmación y otros
tantos reporteros gráficos.
El tribunal desbarató uno a uno los
planteos de las defensas, a las que cuestionó varias veces. Calificó como "de humor
negro" la actitud del defensor oficial Carlos Palermo, quien puso en duda que el
examen de las huellas dactilares fuera suficiente para probar una identidad y planteó
que debieron mostrarles las fotos del cadáver de Floreal Avellaneda a sus padres.
Larrandart también llamó la atención sobre objeciones de algunas querellas ante
preguntas a los testigos. "Parecieran no pertenecer a organismos de derechos
humanos", dijo. El tribunal destacó el valor de la "prueba indiciaria" frente a crímenes
signados por "la clandestinidad y la destrucción planificada de las pruebas".
A las 20.43, con la bandera argentina a su
derecha, la bonaerense a su izquierda y Jesucristo crucificado sobre su cabeza, la
presidenta del tribunal leyó la condena a "prisión perpetua" a Riveros y la sala estalló
en abrazos y aplausos. Icono del terrorismo de Estado, indultado por Carlos Menem en
1990, Riveros fue comandante de Institutos Militares entre 1976 y 1978. Su primera
condena es como autor de apenas dos privaciones ilegales de la libertad agravados por
la violencia, allanamiento ilegal, robo, torturas agravadas por tratarse de perseguidos
políticos, homicidio agravado y ocultamiento del cuerpo.
La segunda mayor pena, de 25 años de
prisión, fue para Verplaetsen, ex jefe de inteligencia de Campo de Mayo en 1976. El
entonces coronel era interlocutor habitual del responsable del centro clandestino,
teniente coronel Jorge Voso, alias Ginebrón, que murió impune. Por la "disfunción y
trastornos psicogénicos" invocados por sus defensores, Verplaetsen es el único de los
condenados que "previo examen médico y psicológico" podría beneficiarse con el
arresto domiciliario.
La pena para el general García será de 18
años de cárcel. Con el grado de coronel, García era en 1976 director de la Escuela de
Infantería y jefe del área militar donde vivía la familia Avellaneda y donde funcionaba
la comisaría de Villa Martelli, primera escala tras las capturas. Fragni y Harsich eran
entonces sus subordinados. Las firmas de ambos figuran en un "acta de detención"
labrada tras los secuestros, recibida años después por un familiar de las víctimas.
Fragni declaró en 1984 haber intervenido en "algunas operaciones de la guerra contra
la subversión". Ante la ausencia de testigos de las torturas y la posibilidad de que por
el grado y la posición en la estructura militar no conocieran el plan secreto del Ejército
elaborado dos meses antes, el tribunal los responsabilizó sólo por los secuestros y
robos, y los condenó a ocho años de prisión.
Distinto es el caso de Aneto, jefe de turno
de la comisaría la madrugada de los hechos, reconocido por Iris Pereyra como
integrante del grupo de tareas que la secuestró y luego la torturó, en Villa Martelli y en
Campo de Mayo. El tribunal rechazó por "inverosímil" la coartada del ex policía, quien
aseguró recordar que aquel día mantuvo una larga charla con un detenido, que recibió
la visita de su mujer y que comió un sandwich de milanesa. Citado como testigo, el ex
detenido lo refutó. Aneto fue condenado a la pena de 14 años de prisión.
III. ¿Asesinos que invocan a Dios y a la
Virgen? (3)
Ni arrepentimiento, ni admisión de los
crímenes. Sólo reclamos de ser juzgados por "nuestros jueces naturales",
cuestionamientos al "foráneo concepto de crímenes de lesa humanidad" e invocaciones
a "Dios y la Virgen Inmaculada", que el 12 de agosto de 2009 en San Martín no
lograron despegarse de quienes los invocaron. Las "últimas palabras" previas a la
sentencia, por la mañana, estuvieron a cargo de los generales Santiago Riveros y Jorge
Osvaldo García. Fernando Verplaetsen optó por el silencio y fue autorizado a dejar la
sala. Los otros imputados habían declarado el viernes.
"Ustedes son jueces de la democracia, no
pueden ser jueces de militares, no nos conocen bien, no saben lo que sufrimos", dijo.
Como ejemplo de la dedicación que exige convencer a un civil sobre la legitimidad de
los métodos castrenses, citó a su ex abogado Florencio Varela, "que estuvo seis años
hasta que pudo entenderme". Más tarde admitió a su manera las dificultades para
comprender las reglas del estado de derecho. "Hace 26 años padezco el tormento de
recorrer estrados judiciales y en ninguno reconocí la competencia de los jueces", dijo.
"Durante cuarenta años de vida militar me dijeron que esos señores de gorra roja, los
generales, eran mis jueces naturales", agregó. "El Estado nos engañó. Nos formó para
obedecer órdenes y ahora aparecen señores que hablan de órdenes inmorales. Las
órdenes son órdenes, no se analizan, se cumplen", predicó.
También renegó del "foráneo concepto de
crímenes de lesa humanidad", que "ni Alfonsín, ni los fiscales del Juicio a las Juntas
aplicaron", y reclamó que se analizara el contexto de "guerra revolucionaria contra el
agresor marxista". Agradeció "a mi querida esposa, fiel compañera" y "a mis dos
amados hijos". "Mis familiares son mis verdaderos jueces naturales", dijo, contrariando
el discurso previo, aunque están por debajo "del juez superior, en el cielo". Cerró con
"mi sincero respeto a la familia Avellaneda, por lo que sufren, por lo que han sufrido y
por lo que seguirán sufriendo en su búsqueda de la verdad".
"Me siento una víctima, un preso político",
arrancó García. Dijo haber participado de "una guerra declarada por el gobierno
constitucional" y "continuada en todo el país a partir del 24 de marzo de 1976". El
proceso de justicia está plagado de "sentimientos de venganza y odio, inspirado por la
mentirosa propaganda de ex integrantes de organizaciones terroristas devenidos en
autoridades enquistadas en todos los niveles de gobierno", afirmó. "Se intenta
reescribir la historia con políticas educativas de tinte gramsciano", dijo, y aseguró que
"ya hay dos generaciones formadas en la calumnia y la mentira". Lamentó la pasividad
de los cómplices civiles del terrorismo de Estado, "entusiastas de las Fuerzas Armadas
de entonces", a quienes "no se les pide adhesión, pero sí memoria".
Cerró con un pedido de "reconocimiento a
todos los caídos en esta guerra, sin distinción de ninguna naturaleza, y a quienes aún
sufren las consecuencias de tanta violencia demencial", y manifestó su deseo de "que
la sociedad argentina pueda interpretar con madurez y objetividad los hechos de la
década del '70". "Ruego a Dios nuestro Señor que ilumine las decisiones del tribunal y
que la Virgen Inmaculada nos proteja con vuestro sagrado manto", concluyó.
IV. Consideraciones finales
Ha fallecido un militante y luchador. Nos queda su
ejemplo. Por ello solicitamos la aprobación de este proyecto de resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
DAMILANO GRIVARELLO, VIVIANA MONICA | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
PILATTI VERGARA, MARIA INES | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
DERECHOS HUMANOS Y GARANTIAS (Primera Competencia) |
Trámite en comisión(Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
---|---|---|
12/10/2010 | DICTAMEN | Aprobado por unanimidad con modificaciones |
Dictamen
Cámara | Dictamen | Texto | Fecha |
---|---|---|---|
Diputados | Orden del Dia 1602/2010 | CON MODIFICACIONES; ARTICULO 114 DEL REGLAMENTO DE LA H. CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION, BAE 32/2010 | 29/10/2010 |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | APROBACION ARTICULO 114 DEL REGLAMENTO DE LA H CAMARA DE DIPUTADOS; COMUNICADO EL 11/11/2010 | APROBADO |