Su repudio a las declaraciones del ex director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, quien en una entrevista con el portal de noticias Paco Urondo publicada el pasado 22 de septiembre convocó a reescribir la Historia argentina con una “valoración positiva de la guerrilla de los años setenta”.

Señor presidente:

Pasaron treinta y seis años desde la transición a la democracia después de la dictadura genocida que azotó al país entre 1976 y 1983. Aquella democracia que dificultosamente empezó a forjarse en 1983 no sólo implica elecciones periódicas sino también un compromiso de los actores de la vida pública con las normas básicas de convivencia política y social.

Por eso, porque el consenso alcanzado por las fuerzas democráticas en 1983 incluye la exclusión total y absoluta de la violencia como método de acción política, consideramos inaceptables los siguientes dichos del Sr. González, ex director de la Biblioteca Nacional, fundador de Carta Abierta, profesor en distintas universidades y referente intelectual del principal partido de la oposición, relativos a la guerrilla de los años setenta:

“Hay que reescribir la historia argentina pero no en esa especie de neoliberalismo inspirado en las academias norteamericanas de los estudios culturales, donde hay una multiplicidad graciosa y finita. Sino que tiene que ser una historia dura y dramática, que incorpore una valoración te diría positiva de la guerrilla de los años 70 y que escape un poco de los estudios sociales que hoy la ven como una elección desviada, peligrosa e inaceptable” (24 de septiembre de 2019 en

http://www.agenciapacourondo.com.ar/cultura/horacio-gonzalez).

Se trata de declaraciones reñidas con la misma idea de democracia que el repudio a la Dictadura no puede justificar. En la Argentina actual no debería haber espacio para una valoración positiva del accionar de los grupos armados que contribuyeron a sembrar el caos en nuestro país, especialmente, porque los enfrentamientos, los secuestros y las desapariciones no empezaron en 1976 sino que tuvieron lugar también durante el gobierno democráticamente elegido en 1973. Según los especialistas:

“Algunas investigaciones existentes contabilizan, en esos tres años [1973-1976], 8509 hechos armados, 1543 asesinatos políticos, 5148 presos políticos, 900 desapariciones de personas (Franco, Marina; 2008: “Notas para una historia de la violencia en la Argentina: una mirada desde los discursos del período 1973-1976”. Disponible en

https://journals.openedition.org/nuevomundo/43062, consultado el 24 de septiembre de 2019)

Por lo tanto, a más de tres décadas del retorno a la democracia luego de miles de muertos y desaparecidos, creemos que no puede hacerse ninguna valoración positiva de los grupos guerrilleros que protagonizaron atentados con explosivos, intentos de tomas de cuarteles militares, secuestros extorsivos y asesinatos de civiles, políticos, sindicalistas y miembros de las fuerzas de seguridad.

Declaraciones como la efectuada por González no pueden naturalizarse ni deben pasar desapercibidas. Una sociedad democrática no puede sino repudiar enérgicamente la violencia y a quienes intentan reivindicarla. Se trata de teorías, valores y prácticas que los argentinos debemos dejar definitivamente atrás.

Por estos motivos solicitamos a los señores diputados que acompañen este proyecto de declaración.