Expresar su beneplácito por la conmemoración del sexagésimo aniversario de la creación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y por el cuadragésimo aniversario de la visita in loco a la Argentina.

Señor presidente:

La irrupción del derecho internacional de los derechos humanos ha producido una notable revolución en el modo de justificación y argumentación legal. En oportunidades, sus disposiciones llevan a una nueva significación de las normas internas, las que ajustan su contenido a los principios y valores que de las Convenciones y Tratados que conforman el corpus iuris internacional se desprenden.

En poco más de medio siglo, los distintos sistemas de protección de derechos fundamentales se han robustecido al punto tal de convertirse en un conjunto de reglas y doctrinas de contenido mandatorio que proyectan su luz sobre las propias. A la par del sistema universal, la Argentina integra el sistema interamericano de derechos humanos, siendo signatario y participando activamente en el proceso de redacción y conformación de uno de sus textos fundacionales: en 1948 la IX Conferencia Internacional Americana realizada en Bogotá aprobó la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, disponiendo en su contenido la conformación de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Tal es la importancia y trascendencia de este documento que puede incluso verse en él el instrumento esencial en el ámbito de los derechos humanos, al ser el primero de carácter general.

Luego de algunos años se advirtió la necesidad de dotar al sistema de una serie de organismos propios y autónomos que bregaran por la protección y la promoción de las facultades que los tratados pertinentes consagran. Es así que en la Quinta Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores sostenida en Santiago de Chile en 1959 es instaurada la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la cual junto con la Corte Interamericana de Derechos Humanos representan los dos organismos en los que el sistema se asienta, cumpliendo cada uno funciones sustancialmente diferentes aunque se logren entrelazar en algún punto. En lo concreto, mientras el último es un órgano de carácter estrictamente judicial, el primero actúa como promotor de la observancia y tutela de los derechos humanos, a la par de cumplir con tareas de consulta de la OEA en cuanto a la temática.

Desde su creación, la Comisión ha actuado con firmeza en la defensa de los derechos humanos, especialmente a partir del sistema de denuncias que permite inclusive que individuos reclamen por el amparo de las facultades que ven menguadas por parte del obrar de los distintos Estados parte. En esta línea es que en nuestro país cumplió con una tarea que perdura en la memoria colectiva, especialmente en razón del clima de violencia institucional que se vivía en el momento: entre el 6 y 20 de septiembre de 1979 una delegación integrada Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos Andrés AGUILAR; el Vicepresidente Luis Demetrio TINOCO CASTRO; los Comisionados Marco Gerardo MONROY CABRA, Carlos A. DUNSHEE DE ABRANCHES, Tom J. FARER y Francisco Bertrand GALINDO; el Secretario Ejecutivo Edmundo VARGAS CARREÑO; y los especialistas en derechos humanos Edgardo Paz BARNICA, Guillermo FERNÁNDEZ DE SOTO, Manuel VELASCO CLARK y Robert NORRIS se constituyó en el país para conocer el estado de los derechos humanos e investigar las múltiples violaciones que respecto a ellos venían sucediendo por el obrar del gobierno de facto que usurpó las funciones constitucionales.

En el marco de la visita los representantes de la Comisión sostuvieron entrevistas con las autoridades de la Junta Militar, con distintos líderes políticos, religiosos, de asociaciones profesionales y con referentes de ciertas organizaciones de derechos humanos, algunas de los cuales se encontraban en pleno proceso de conformación a partir de los hechos que estaban sucediendo. Como resultado de todo ello prepararon un Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Argentina, la que fue aprobada en abril del año siguiente, y sirvió para poner en discusión y hacer más visible el estado crítico de la cuestión en el proceso.

Con todo ello, surge la relevancia de los acontecimientos, y su importancia en procesos históricos del país, por lo que pongo el presente a consideración de los diputados y las diputadas para que me acompañen con su sanción.