Proyecto
Expresar su más profunda
satisfacción por el hecho de que antes de su muerte en una cárcel común, el ex
dictador Jorge Rafael Videla fue juzgado y condenado por tribunales de la
democracia, por haber cometido los más serios crímenes de lesa humanidad
durante la última dictadura militar.
Al mismo tiempo, expresar su más
hondo repudio al hecho de que el ex dictador Videla murió sin haber dado
ningún tipo de información acerca del destino final de los 30.000 desaparecidos
y de los más de 400 bebes que fueron apropiados durante el Terrorismo de
Estado, ni cualquier otra información relevante acerca de los crímenes de lesa
humanidad por los que fue condenado.
FUNDAMENTOS
Proyecto
Señor presidente:
Jorge Rafael Videla fue un convicto
condenado en tres diferentes juicios orales y públicos por los crímenes de lesa
humanidad cometidos durante el Terrorismo de Estado. Estos juicios fueron
desarrollados por Tribunales de la democracia, con todas las garantías judiciales
del debido proceso.
Sin duda, estos triunfos de la
justicia, que fueron traccionados por el histórico movimiento de derechos
humanos, son patrimonio de toda la sociedad argentina y constituyen
conquistas fundacionales para la consolidación del estado democrático. Son,
además, logros socialmente y legalmente irrefutables que conforman la
memoria colectiva y que, así, han permitido a nuestro pueblo emanciparse de
paradigmas y modelos económicos y políticos de opresión y sometimiento.
Por otra parte consolidan la
formación de unas fuerzas armadas que comprenden su rol dependiente de la
política y la conducción civil de la República, en concordancia con la
Constitución Nacional.
Las condenas incuestionables del
ex dictador Videla por sus crímenes de lesa humanidad, terminan de acuñar el
NUNCA MAS del pueblo argentino.
Es por eso señor Presidente, que
este proyecto debe ponderar debidamente que Videla antes de morir en una
cárcel común, haya sido juzgado y condenado. Con la perspectiva de la larga,
histórica y costosa lucha del movimiento de derechos humanos por la memoria,
la verdad y la justicia, y echando además una mirada universal de la forma en
que alrededor del mundo se confrontaron regímenes tan sangrientos como el
que experimentó nuestro país, podremos dimensionar la fabulosa significancia
de este logro: que el jefe máximo de un gobierno militar violador de derechos
humanos que ejerció el poder durante ocho años, haya sido juzgado,
condenado y que haya muerto tras las rejas en una cárcel común.
Pero junto a este sentimiento
satisfactorio, debemos también reconocer a otro que en este caso es de
repudio expreso, ya que Videla murió sin haber dado ningún tipo de
información acerca del destino final de los 30.000 desaparecidos y de los más
de 400 bebes que fueron apropiados durante el Terrorismo de Estado, ni
cualquier otra información relevante acerca de los crímenes de lesa humanidad
por los que fue condenado. Videla siempre se amparó hasta su muerte en el
pacto de silencio e impunidad que rigió a todos los represores, como elemento
central en la comisión de los crímenes de lesa humanidad. Tan profundamente
horrorosos y dañinos fueron los actos que cometieron, que debieron silenciarse
y hacer silenciar cualquier dato sobre ellos. ¿Cómo describir la creación y
ejecución de la metodología de la desaparición forzada de personas?
Este silencio es miserable y
cobarde, y se constituye en una acción continuadora de las premisas del
Terrorismo de Estado, ya que mientras no se conozca el destino final de las
personas desaparecidas ni se recupere la identidad de los niños apropiados,
estos crímenes de lesa humanidad continuarán cometiéndose. Es un silencio
que además de procurar impunidad, constituye un pesado obstáculo para
encontrar la verdad de los niños apropiados y de los desaparecidos.
La sociedad argentina, motorizada
por el movimiento de derechos humanos, y con fuerte apoyo del Estado
Nacional, ha logrado derribar los muros de la impunidad, por lo que aún con
estos silencios gélidos de genocidas como Videla, la lucha continuará hasta
conocer todo lo ocurrido. Pero es necesario repudiar categóricamente a los
genocidas que han ocultado información, porque todavía muchos de ellos
continúan vivos y pueden aportar datos importantes.
Proyecto