Declárese de interés legislativo el proyecto de extensión “TRANSformando la atención en salud”, aprobado por el Consejo Superior de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), mediante Ordenanza Nº 510/2016.

Señor presidente:

Las Jornadas- Taller denominadas “DesTRAVAndo-nos” se organizan en el contexto del proyecto de extensión “TRANSformando la atención en salud”, que fue aprobado por el Consejo Superior de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) mediante Ordenanza Nº 510/2016.

La idea surge a partir de la experiencia de la Escuela Popular de Formación en Género que se implementó a través de la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional del Comahue y A.T.T.T.A., en conjunto con las secretarías de extensión de las facultades de Ciencias Médicas y Ciencias de la Educación.

Entre 2011 y 2012, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) implementaron una prueba piloto de la Primera Encuesta sobre Población Trans en Argentina, para relevar, sistematizar y disponer de información socio-demográfica que oriente la elaboración de políticas públicas más inclusivas.

De estos estudios se desprende que el promedio de vida estimado de una persona trans es de 35 años, mientras que la expectativa de vida del resto de la población en Argentina es de 75 años. Por otra parte, el 80% de la población trans encuestada no tiene cobertura de obra social o prepaga o incluso plan estatal.

Algunas de las barreras de acceso al derecho a la salud que se identificaron en la Primera Jornada Nacional de Diagnóstico Participativo, realizada por el Ministerio de Salud de la Nación en el año 2001, fueron:

• Falta de reconocimiento de la Identidad de Género de las personas trans.

• Procedimientos burocráticos y administrativos que dificultan el ingreso al Sistema de Salud.

• Falta de servicios capacitados en los cuidados de la salud sexual y reproductiva de las personas LGTB.

• La presunción de heterosexualidad en la atención médica.

• Prejuicios, concepciones y creencias de los equipos de salud hacia la comunidad LGTB que pueden constituirse en prácticas discriminatorias.

Por otra parte, en relación a las necesidades específicas para concretar la identidad de género, la encuesta del INDEC- INADI indica que más de la mitad de las personas encuestadas se realizó hormonizaciones, siendo más frecuentes en feminidades (61%) que en masculinidades (19%). Un dato relevante es que nueve de cada diez personas trans manifestaron hacerlo sin asesoramiento ni acompañamiento de un profesional de la salud. Del total de personas encuestadas, el 54% efectuó modificaciones corporales, siendo la más habitual la inyección de siliconas o aceites. Casi nueve de cada diez personas se aplicaron inyecciones, y dos de cada diez se realizaron implantes mamarios. A su vez, siete de cada diez manifestaron que por motivos económicos no pudieron acceder a ninguna modificación corporal.

También las situaciones de discriminación y violencia vividas en instituciones públicas, incluidos los establecimientos de salud, son mencionadas en todos los estudios. Los datos muestran que tres de cada diez personas encuestadas abandonaron tratamientos médicos por ese motivo, y que cinco de cada diez personas dejaron de concurrir al efector de salud como consecuencia de la discriminación sufrida por su identidad de género (INDEC-INADI).

Las maneras de hacer de quienes integran el equipo de salud responden, explícita o implícitamente, a una concepción de sujeto, a un modo de entender el proceso de salud y su cuidado, y a la forma en que se construyen los saberes y se aprenden las prácticas. El desafío es contribuir en la construcción de modelos de atención que contemplen e incluyan la diversidad, y que puedan integrar el trabajo de acompañamiento, reconocimiento y fortalecimiento de la autonomía de las personas, desde un modelo de atención que propicie la confianza y el respeto en lugar de la crítica y la exclusión.

Argentina es pionera en implementar legalmente el paradigma de despatologización a nivel internacional, con lo cual se ponen en juego muchas de las convenciones médicas, psiquiátricas y psicológicas con las que se han formado quienes integran los equipos de salud.

La sanción de la Ley 26.743 (Identidad de Género) implica asumir el desafío de abandonar el paradigma basado en la idea de que hay identidades de género “anormal” o “patológico”, para avanzar hacia un nuevo modelo de atención centrado en la perspectiva de derechos y en las necesidades singulares de cada persona. A partir de la reglamentación de esta Ley, el sistema de salud público, las obras sociales y prepagas deberán garantizar en forma permanente los derechos reconocidos por la ley.

En el país actualmente hay más de 5000 personas trans han obtenido su DNI y el reconocimiento de la identidad de género autopercibida. En el Alto Valle tienen representantes varias organizaciones militantes por la diversidad sexual, entre ellas la Asociación de Travestis, Transexuales y Tránsgeneros Argentina (A.T.T.T.A.), la Mesa Nacional por la Igualdad, que tienen sus sedes en Rio Negro y Neuquén, y la Asociación Conciencia VIHda, todas ellas integrantes de la Federación Argentina LGBT (FALGBT, como así también Nuevos Horizontes, ésta última alberga y contiene a travestis y transgéneros que padecen enfermedades o están en situación de calle. La gran mayoría, se atiende en los servicios públicos de salud de Río Negro y Neuquén, dado que no cuentan con cobertura de obras sociales

Para avanzar en esta construcción es fundamental que los equipos de salud orienten el proceso de atención desde un nuevo enfoque, en el reconocimiento y el cumplimiento de los derechos, dejando de lado cualquier tipo de enfoque patologizador y discriminatorio.

Con este objetivo, en junio de este año, el Ministerio de Salud de la Nación elaboró la guía de atención a personas trans que propone lineamientos para poner en marcha un nuevo modelo de atención basado en un enfoque de derechos, acorde con la normativa vigente.

Es importante desarrollar saberes, competencias y actitudes profesionales acordes con la tarea de acompañar, brindar información y contribuir a crear las mejores condiciones posibles para que cada persona decida sobre su cuerpo y su salud. Para esto, es importante generar espacios de capacitación y reflexión sobre las propias prácticas y sobre la construcción de los saberes que las orientan.

Es por lo expuesto, que le solicito a mis pares que me acompañen en el presente proyecto y su respectiva aprobación.