Su beneplácito por la nominación de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, presidida por Estela Barnes de Carlotto al premio Nobel de la Paz 2010 a entregarse en octubre próximo en Oslo.

Su profundo reconocimiento y total apoyo a tan merecida candidatura por parte de esta entrañable organización y a su lucha de años por la verdad, la justicia, la memoria y el derecho a la identidad.

Señor presidente:

Esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación no puede dejar de expresar inmensa alegría y orgullo ante la decisión del Comité Noruego de aceptar la candidatura de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, impulsada por el senador Daniel Filmus, para que les sea otorgado el Premio Nobel de la Paz 2010, en lo que significa un gesto de merecido reconocimiento a la lucha inclaudicable de nuestras "queridas abuelas".

Debemos destacar las palabras del senador porteño quien señaló: "Abuelas como organización dio un ejemplo, no sólo de recuperación de la memoria, sino de cómo buscar un futuro mejor para todos. Con esta candidatura pretendemos no sólo que se reconozca el trabajo que las Abuelas hicieron en cuanto a la vigencia de los derechos humanos y en contra de los efectos de la dictadura en nuestro país, sino el gran impacto que ha tenido su tarea en el plano nacional e internacional por la perdurabilidad de sus conquistas, como el derecho a la identidad"

La postulación de las Abuelas se realizó a fines de enero y fue aceptada recientemente, esta es la segunda vez que se las proponen para el Nobel. El ganador se conocerá en octubre y los premios se entregarán en Oslo, Noruega.

Como todos sabemos Abuelas de Plaza de Mayo es una ONG de defensa y promoción de los Derechos Humanos, que se ha ocupado especialmente del Derecho a la Identidad. Desde 1977, su finalidad es localizar y restituir a sus legítimas familias todos los niños secuestrados y desaparecidos por la represión política, que tuvo lugar en la República Argentina durante la última dictadura militar, y crear las condiciones para que nunca más se repita tan terrible violación de los derechos de los niños, exigiendo castigo a todos los responsables.

Además han logrado crear el "índice de abuelidad" (método específico para determinar la filiación de un niño en ausencia de sus padres a través de ADN), el Banco Nacional Genético, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad y colaboraron en la recuperación de los ex centros clandestinos de detención para ser transformados en espacios de la memoria, entre otros.

En una extensa nota publicada en Página 12,el viernes 23 de abril, escrita por Martha Dilon haciendo referencia al tema, se destaca que: "De alguna manera, la gestión de Estela Barnes de Carlotto, maestra, directora de escuela, ahora jubilada, madre de cuatro hijos y abuela de una decena de nietos, logró ese efecto de gota que horada la piedra. Y no es sencillamente que el reclamo de las Abuelas apele a víctimas, sin rasgos de dudas sobre su inocencia, porque apenas habían nacido cuando fueron secuestrados, sino porque junto a sus compañeros lograron llenar de sentido ese reclamo e imponer la palabra "apropiación" por sobre la falsa adopción y los supuestos cuidados que las y los apropiadores brindaron a sus secuestrados.

Más de cien jóvenes saben ahora cual es su verdadera historia gracias al trabajo constante de esta mujer. Muchos más todavía esperan recuperar su historia, aunque eso ni siquiera cuente aún en la lista de sus deseos. Es ese trabajo el que consigue, ahora mismo poner en jaque al monopolio de Ernestina Herrera de Noble, más que ninguna otra cosa por la sospecha de que los jóvenes anotados fraudulentamente como sus hijos, sean hijos de desaparecidos. Es que las Abuelas, con Carlotto como presidenta, han trazado una línea que no se puede cruzar. Han hecho comprensible para la mayoría cúal es el valor de la verdad. En la misma semana en que ese hombre que le advirtió que el destino de su hija era la muerte, para entregarle graciosamente el cuerpo masacrado de Laura, era condenado, las Abuelas recibieron la noticia de que eran candidatas para el Premio Nobel de la Paz. Tal vez eso no quiere decir demasiado, tal vez sólo signifique el desahogo económico para seguir en la lucha; sin embargo no deja de ser un reconocimiento.

Aunque el premio real sean esos 101 nombres que ahora se inscriben con la tinta indeleble de la verdad. 101 nombres que no sólo alientan a las Abuelas sino también a quienes aún no han logrado resolver qué hacer con esas dudas que cuestionan, no sólo la identidad personal sino la de toda una generación."

Podemos escribir cientos de hojas de fundamentos, pero aún así no lograríamos reflejar la intensa y dura tarea llevada a cabo por estas mujeres durante tantos años. Los premios quizás no compensan tampoco el dolor por los hijos perdidos, ni se asemejan a la inmensa alegría por los nietos recuperados. Lo premios son sólo eso: reconocimientos, aliento para no bajen los brazos en su búsqueda incansable por la verdad y el derecho a la identidad de cientos de nietos que aún esperan ser hallados.

Por eso como representante del pueblo que somos brindemos también nuestro apoyo a las abuelas como un pequeño gesto, pero también y sobre todo sigamos acompañándolas diariamente en su lucha inclaudicable.