"Expresar preocupación por las amenazas sufridas por Juan Carlos Ayala, luego de presentarse a declarar en el Escuadrón 16 de Gendarmería Nacional de Clorinda, provincia de Formosa, en el marco de la Causa Carrillo".

Señor presidente:

Motiva este proyecto, la grave situación que está atravesando Juan Carlos Ayala, el cual luego de presentarse ante el Escuadrón 16 de Gendarmería Nacional de Clorinda para radicar denuncia por los horrorosos hechos que le tocó vivir mientras cumplió el Servicio Militar Obligatorio, ha recibido numerosas amenazas en su domicilio.

El día 13 de abril pasado Juan Carlos, acompañado por los familiares de los detenidos desaparecidos y por el abogado querellante en la Causa Carrillo, relató que en el mes de mayo de 1977, mientras cumplía con el servicio militar en el Regimiento 29 de Infantería de Monte de la ciudad de Formosa, fue chofer de un colectivo, donde subieron doce militares que aparentemente provenían de otras unidades. El mismo se dirigió hacia Clorinda, deteniéndose en el acceso a la Estancia Monteagudo, cercana a la localidad de Mojón de Fierro, hoy conocido centro clandestino de detención. Luego de 20 minutos aproximadamente llega al lugar una ambulancia, de la cual, hacen descender a 10 o 12 personas, vestidos de civil y con los ojos vendados y unidos todos por una soga, quienes son llevados al monte ingresando a la Estancia San Miguel, de la misma Localidad, entre los que pudo reconocer al dirigente peronista Francisco "Pancho" Bogarin y al dirigente campesino Cantalicio Mazacote, quienes permanecen en calidad de desaparecidos en la actualidad. Posteriormente de escuchar varios disparos de armas de fuego, el grupo militar vuelve al vehículo acompañados por el Capellán del Ejército Padre Lima, pero sin las personas detenidas y encapuchadas.

Juan Carlos, luego de relatar a medios radiales y televisivos sus padeceres, recibió amenazas en su casa, donde le dejaron una nota que dice: "SE VE QUE VOS NO QUERES A TUS HIJOS AYALA ENTREGASTE LA CABEZA DE TU HIJO CUIDATE. DEJA DE HABLAR", a la que adosan su denuncia.

Las amenazas recibidas, demuestran una vez más que la libertad de la que gozan los represores formoseños resulta un peligro no solo para la integridad física de testigos, querellantes o para sus familiares, sino que conspira contra los procesos por crímenes de lesahumanidad que se están llevando adelante en esa provincia.

Cabe recordar que amenazas como estas han culminado con la desaparición, por ejemplo, del Compañero Julio López, en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, por ende, no se las puede tomar a la ligera, y menos aún, subestimar a estos personajes oscuros, que lamentablemente existieron y existen en nuestro país, quienes no solo están convencidos que las atrocidades que cometieron eran correctas, sino que aún hoy consideran que con el miedo van a poder acallar las voces que reclaman justicia.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares acompañen el presente proyecto.