1) Su más enérgico repudio al ataque antisemita perpetrado en ocasión de la conmemoración del 61° aniversario de la Creación del Estado de Israel, hogar y refugio de la comunidad judía luego del genocidio perpetrado por el régimen nazi.

2) Solicitar una profunda investigación de los hechos sucedidos en esa oportunidad, expresando su preocupación por como gente encapuchada y con armas en sus manos circula impunemente por la ciudad, en clara amenaza a la vida, la libertad y la convivencia democrática.

Señor presidente:

Como es de público conocimiento, en la conmemoración del 61° aniversario de la Creación del Estado de Israel realizada frente a la sede de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un grupo de unas 15 personas pertenecientes a la agrupación Quebracho agredieron a los participantes del acto, compuesto por familias, niños y ancianos.

La comunidad judía argentina tiene una larga y rica historia como tantas otras comunidades que forjaron nuestra nación, aportando al engrandecimiento del país desde el plano profesional, artístico, cultural y humano. Sin embargo, la comunidad judía es la única del país que debe tener en las puertas de sus instituciones educativas, religiosas y sociales barreras de seguridad que las protejan, luego de los ataques sufridos en la Embajada de Israel y en la AMIA. Estos constituyen verdaderos muros de la vergüenza para la sociedad argentina.

Este nuevo ataque puede ser considerado en un espectro más amplio de antisemitismo promovido desde conferencias como la conocida como Durban II, donde no sólo se cuestiona el derecho de existencia del Estado de Israel si no que se pone en duda el Holocausto, política desarrollada por el gobierno iraní de forma constante, retomando muchos elementos de la prédica antisemita de Adolf Hitler. La negación del Holocausto no es sólo un ataque a la comunidad judía, si no a la memoria de todas las víctimas: los enfermos mentales y discapacitados, los Testigos de Jehová, los homosexuales, los gitanos, entre otros grupos perseguidos y exterminados por el nazismo.

El Estado Argentino rechazó categóricamente las recientes declaraciones del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, en ocasión de la Conferencia de la ONU contra el Racismo en Ginebra. Asimismo, la Argentina reafirmó su compromiso contra el antisemitismo expulsando al obispo Richard Williamson por sus declaraciones negacionistas del Holocausto.

Es posible observar, sin embargo, que estas acciones resultan insuficientes para evitar que se repitan ataques antisemitas. Este nuevo antisemitismo, disfrazado de antisionismo, promueve una revisión engañosa del Holocausto, como si fuera posible negar la magnitud del crimen de asesinar a 6.000.000 de judíos, 10.000 Testigos de Jehová, 250.000 enfermos mentales y discapacitados, 500.000 gitanos, 10.000 homosexuales y alrededor de 1.000.000 de opositores polít

Negar hoy el Holocausto es negar los derechos fundamentales de todos y cada uno de los seres humanos, sin importar su género, etnia, religión o nacionalidad. La Argentina vivió un triste período donde la negación de los derechos llevó a la desaparición de 30.000 hombres y mujeres. Ataques como estos deben servirnos de señales de alarma frente aquéllos que contrarían los principios de respeto a la diversidad, pluralismo y valores democráticos. Esta Honorable Cámara fue elegida para representar los más altos ideales de la República. Es por esto que insto a que se repudie enfáticamente los hechos ocurridos este domingo y se exprese el compromiso de este organismo democrático contra toda expresión de violencia contra la comunidad judía.

Es por lo antes expuesto que solicito a mis pares me acompañen en este proyecto.