Expresar su beneplácito por la restitución de la identidad a la nieta recuperada número 103, hija de Cecilia Beatriz Barral y Ricardo Klotzman, por parte de las Abuelas de Plaza de Mayo, en el marco de su lucha en pos de la búsqueda y la recuperación de la identidad de los hijos de los detenidos-desaparecidos.

Señor presidente:

Traemos a consideración de esta Honorable Cámara un proyecto de resolución que tiene por objeto expresar su beneplácito y satisfacción por un nuevo logro de las Abuelas de Plaza Mayo al restituir la identidad a otra hija de desaparecidos durante la última dictadura militar, quien naciera durante el cautiverio clandestino de sus padres y fuera entregada por los militares a otra familia.

Según consigna la resolución del juzgado federal Nº 4 de la Ciudad de Rosario, se trata de la hija menor de Cecilia Beatriz Barral y Ricardo Klotzman, militantes del PRT-ERP, quienes fueron secuestrados el 2 de agosto de 1976 durante un procedimiento de fuerzas conjuntas a cargo del Ejército en su casa de calle Necochea 2050 de Rosario. Según la investigación y reconstrucción judicial, en el mismo operativo también fue secuestrado Edgardo Silva, y asesinado Juan Alberto Tumbetta.

A partir de su secuestro, la pareja fue luego trasladada a la llamada `Quinta Operacional de Fisherton`, también de la ciudad de Rosario, donde se estima que Cecilia Barral dio a luz en el marco de su cautivero clandestino, ya que se encontraba cursando un estado avanzado de embarazo al ser secuestrada por las fuerzas represivas. Ese destino es el último que se conoce de la pareja, quienes desde entonces continúan desaparecidos, al igual que Edgardo Silva. También hasta hoy se desconocía el paradero de la bebé.

Asimismo, gracias a la labor judicial se llegó a conocer que la menor fue entregada por el grupo de tareas a una familia de la zona y que al desconocerse su origen, fue anotada como NN. Toda esta información que hemos resumido en estas breves líneas en realidad tienen atrás la persistencia en la búsqueda que durante décadas llevaron adelante los familiares de las víctimas, la lucha incansable de las Abuelas de Plaza de Mayo (quienes

se constituyeron como querellantes en esta causa en el año 2004) y el esfuerzo de funcionarios judiciales que nunca dejaron de buscar e investigar en pos de encontrar verdad y justicia.

Así, 35 años después de su nacimiento, la hija de Cecilia Barral y Ricardo Klotzman, que fue anotada como María en la ciudad de Santa Fe por una familia adoptiva, pudo reencontrarse con su hermana Ana, quien motorizó la búsqueda a través de la justicia.

Una vez más queremos expresar nuestra satisfacción ante un hecho que no sólo implica la recuperación de una historia para una familia y para una joven que finalmente recupera su identidad, sino que también contiene una gran carga simbólica en el marco de la impunidad que aún perdura ante muchos de los crímenes cometidos durante la última dictadura militar.

Son casi 400 los niños que fueron apropiados y secuestrados por los militares en el poder, en una muestra más de lo sistemático del plan de exterminio implementado en nuestro país. Persistir en la búsqueda de estos jóvenes es persistir en la lucha por acabar con la impunidad de los crímenes del genocidio.

Una vez más, las Abuelas de Plaza de Mayo, muestran el valor de la lucha, el coraje sin límites, la perseverancia y el amor que las impulsan a seguir buscando, a seguir persiguiendo justicia, a seguir honrando la memoria de sus hijos desparecidos.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares que sea aprobado el presente proyecto de declaración.