Declarar de interés de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación el “I Congreso Nacional de ESI y construcción de nueva ciudadanía”, organizado por ATTTA-DIVAS-secretaria de derechos humanos de UNSE-facultad de exactas-EIE, a realizarse entre los días 12 y 13 de mayo en la ciudad de Santiago del Estero.

Señor presidente:

La Educación Sexual Integral se debe comprender en primera instancia desde un enfoque de los derechos, y en este sentido hay retomar la Primera Reunión Regional «Sexualidades, Salud y Derechos Humanos en América Latina», realizada en mayo de 2003 en Lima. Que en Latinoamérica puso en discusión este tema desde la mirada de los derechos, en los que se postuló los desafíos para la construcción del Proyecto Ciudadanía Sexual. Por ello, hay que profundizar la implementación de la ESI sin quedar entrapados en las demarcaciones normativista de la misma, sino que por lo contrario se tiene que poner en tensión los sentidos y significados desde la Ciudadanía Sexual en el marco de una educación para todos.

El punto de partida para debatir la ESI en este 1º Congreso tiene este supuesto fundamental como base para cualquier otro tipo de reflexión, sean estas a nivel educación, trabajo, salud, etc. Argentina es un ejemplo en la Región ya que fue el país que más avance llevo adelante en conquistas y ampliación de derechos, achicando la brecha de inequidad en lo que respecta a la ciudadanía sexual en relación al Estado y sus políticas en educación, acceso a la justicia, salud, vivienda y trabajo, por citar a grandes rasgos algunas de estas conquistas. La gran paradoja de Argentina con respecto a la Región, se centra en que el Estado materializó demandas legislativas que propician un marco de derecho para llevar adelante una Ciudadanía Sexual activa en los distintos ámbitos de las instituciones del Estado, pero sin embargo en la población y en particular en los agentes de educación, salud, justicia, etc. No se asumió la misma con igual énfasis quedando solo el orden jurídico como “expresión declarativa” y hasta se podría decir que existen más derechos que sujetos empoderados de tales derechos.

Desde un enfoque de los derechos se hace hincapié en el derecho a La Educación Para Todos (Muñoz, V. 2010), y desde este derecho plantear todos los posibles sin quedar en las encrucijadas moralistas, poniendo por encima del ordenamiento jurídico las costumbres y otras prácticas contrarias a derecho. En este sentido si la ESI no se la plantea desde esta mirada, se seguirá profundizando las políticas de excepciones y naturalizando ciertos discursos oficiales sobre las identidades y las sexualidades como “normales”, solo porque “se trabaja lo que dice la ESI”. Tal como sostiene German Torres (Torres, 2010); “Supondría cuestionar los discursos disponibles para hablar de educación sexual, disputar los significados que se asocian a ese significante y poner bajo la lupa crítica las particularidades que, con pretensión de universalidad, rigen su delimitación. Se trataría, en definitiva, tanto de problematizar los entramados de poder que imponen formas moralizantes de subjetivación y de corporación, así como de imaginar nuevas formas identitarias y corporales desestabilizantes que, lejos de negar el poder, lo asuman como una instancia productiva abierta necesariamente a resistencias, inestabilidades y desplazamientos” (Torres, 2010: 116-117).

En este sentido los actuales aportes epistémico, metodológico, pedagógico, didáctico y curricular LGBTTTIQ, complementan a la ESI materializando los desafíos del Proyecto Ciudadanía Sexual en el marco de los derechos. “No existen excusas válidas para evitar proporcionar a las personas la educación sexual integral que necesitan para vivir digna y saludablemente. La realización del derecho a la educación sexual juega un papel preventivo crucial y recibirla o no puede resultar una cuestión de vida o muerte” (Muñoz, 2010:29). Y de esto la población LGBTTTIQ sabe y mucho, de modo que ya no se puede hablar de DDHH en educación sin ESI. “Así, el derecho a la educación sexual integral hace parte del derecho de las personas a ser educadas en derechos humanos” (Muñoz, 2010:30).

De modo que la ESI desde la Educación Para Todos y la Ciudadanía Sexual se propone como una fuerza antagónica, para reflexionar más posibles y no para demarcar identidades esencialistas. Se trata de una propuesta de articulación con otros posibles en las demandas mismas en el marco de los denominados derechos civiles, bajo ningún punto de vista se trata de demandar derechos prefigurados a determinados grupos, organizaciones y/o asociaciones, etc. Justamente se busca tensionar esa pretensión que aparece en la ESI, donde se demarcan identidades-esenciales que invisibilizan cualquier otro posible. “La ciudadanía sexual deberá ser capaz de abrir el campo de las preguntas, hasta que todas sean posibles de ser planteadas” (Renata Hiller, 2009: 15).

Por lo arriba mencionado consideramos de suma importancia que esta Honorable Cámara declare de interés este Congreso a realizarse en la Provincia de Santiago del Estero.