Repudiar y condenar enérgicamente el asesinato de Silvia Suppo, ex detenida desaparecida y testigo en juicios por delitos de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura militar en la Provincia de Santa Fe; exigir el inmediato esclarecimiento de su muerte y las conexiones entre ésta y su calidad de testigo; y solicitar que en forma urgente se instruyan las medidas necesarias para que todos los testigos y querellantes en causas por delitos cometidos durante la dictadura tengan garantías sobre su vida y su integridad.

Señor presidente:

Con profundo dolor e indignación traemos a consideración de esta Cámara un proyecto que pretende repudiar y condenar el cobarde asesinato de Silvia Suppo ocurrido en el día de ayer en la Ciudad de Rafaela, Provincia de Santa Fe. Silvia Suppo, quien estuvo detenida-desaparecida durante la última dictadura militar en distintos Centros Clandestinos de Detención que funcionaron en la Provincia de Santa Fe, decidió luego de sobreponerse al horror que le tocó vivir, dar testimonio y luchar por la condena a los asesinos y sus cómplices. Fue así que no sólo se involucró en la lucha de los organismos de derechos humanos por el esclarecimiento y la condena a los responsables del genocidio, sino que también prestó sus valiente testimonio en los juicios que, tras 34 años de ocurrido el golpe de Estado, se están instrumentando en algunos lugares del país.

Silvia declaró en calidad de testigo clave el año pasado en la causa conocida como "Causa Brusa", que además de al ex Juez Federal Víctor Brusa, implica a Juan Calixto Perizotti, Héctor Colombini, María Eva Aebi, Mario Facino y Eduardo Ramos. El 21 de diciembre pasado, se conoció la sentencia de 19 a 21 años de prisión para los acusados de privación ilegítima de la libertad y tormentos.

Asimismo, Silvia Suppo era impulsora de la causa por el esclarecimiento y castigo del secuestro de su entonces compañero en 1977, Reinaldo Hammeter, quien fue secuestrado el 25 de enero de ese año del interior de una iglesia en Rafaela. En esta causa son 4 los imputados, dos los cuales al menos viven en Rafaela.

El valiente testimonio de Silvia no sólo permitió las condenas en la Causa Brusa, sino que era fundamental en la causa por Hammeter y otras. Pero también, su valiente relato -incluso frente a sus victimarios cuando pudo sentarse en un tribunal- permitió no sólo reconocer a represores y a lugares de detención, sino que también ayudó a clarificar los distintos métodos de tortura y vejámenes que como sistema aplicaban los genocidas. Su denuncia permitió dar cuenta del horror, pero también

clarificar la magnitud del plan sistemático implementado por las Fuerzas Armadas y sus socios civiles.

Luego de su participación en los juicios, Silvia recibió diversas intimidaciones, sin embargo se negó a ser amparada por el "Programa de protección de testigos", seguramente y al igual que muchas otras víctimas de la dictadura militar, para no poner su seguridad e integridad en manos de la misma institución policial que actuó en la dictadura al mando de Agustín Feced.

Y no es casual que señalemos que tras 34 años recién el año pasado pudo Silvia prestar declaración en un tribunal. Todos estos años de impunidad y complicidades, permitieron que sectores tanto militares como civiles que fueron parte de la represión siguieran operando y en funciones, en muchos casos. Todos estos años sin juicio y castigo brindaron un marco de impunidad para que no sólo Silvia Suppo haya sido vilmente asesinada, sino que el testigo Julio López siga desaparecido y muchos otros testigos y querellantes en causas por delitos de lesa humanidad sean amenazados e intimidados.

Por todos estos motivos, y con la convicción de que el juicio y castigo a los responsables se conseguirá profundizando la lucha que durante décadas vienen llevando a cabo víctimas, familiares, organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y políticas, es que reiteramos nuestro repudio y exigimos el inmediato esclarecimiento de este hecho execrable.