Su adhesión y respeto con motivo de una nueva conmemoración, el día 24 de marzo del corriente año del DIA NACIONAL DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA.

Señor presidente:

Llevar nuestra memoria al 24 de marzo de 1976, es sin dudas explorar y recordar que a partir de esa fecha nuestro país se vio sumergido en la más cruenta de las dictaduras militares.

El mal llamado por sus propios protagonistas, proceso de reorganización nacional, fue sin dudas la manera más nefasta que implementaran las diferentes juntas militares para llevar a cabo el genocidio más profundo de la historia de nuestra nación y que cegó la vida de ciudadanos de diferentes credos, ideas políticas, edades y condiciones culturales y sociales

Muchos de nosotros llevamos en la retina las imágenes de los carros de asalto, parando en cualquier lugar y amedrentando a cuanto ciudadano se les pusiera en su paso, muchos de nosotros vivimos esa época y hasta es probable tengamos entre amigos, conocidos y familia alguien a quien llorar por su desaparición, en realidad por su secuestro solapado.

También Señor Presidente es muy importante destacar el rol que jugaron en esa época las organizaciones de Madres y abuelas de Plaza de Mayo que aun en la actualidad siguen su incansable búsqueda de justicia y quizás ya con la convicción de no encontrar con vida sus seres queridos pero con la total certeza de que por ser merecedores de respeto y por el solo hecho de dignificar sus nombres deben aparecer donde y como fuera.

Hoy mediante la Ley 25633 conmemoramos el Día Nacional por la Memoria la Verdad y la Justicia, pero que un numero de Ley o una fecha en el calendario no sean el único motivo por el cual se honre la memoria de los desaparecidos sino que cada día, con día de cada año sigamos multiplicando los esfuerzos para que nunca más se repita en suelo argentino tamaña alevosía en nombre de una mejor sociedad.

Seamos nosotros, los legítimos representantes de nuestro pueblo los que aunemos los esfuerzos que garanticen una democracia digna, con oposición sí, con disenso sí, con debates interminables si, pero con urnas que nos garanticen una Nación digna de ser vivida por nosotros y por las generaciones futuras.

Señores y Señoras Diputadas, por lo expuesto solicito a Uds. acompañar el presente proyecto.