Su beneplácito por la recuperación del nieto número ochenta y siete por parte de las Abuelas de Plaza de Mayo, y por la loable tarea que realizan en la búsqueda de la verdad y la justicia, con el fin de restituir la identidad a los hijos de desaparecidos.

Señor presidente:

La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo ha logrado identificar a un nuevo nieto, hijo de desaparecidos. Se trata de Rebeca Celina Manrique Terrera, hija de Alfredo Mario Manrique y de Laura Noemí Terrera.

Rebeca fue apropiada en el año 1977, con sólo ocho meses de edad, en la terminal de ómnibus de Mendoza en la noche del 25 de julio de 1977 cuando regresaba de San Juan junto a sus padres.

Es necesario mencionar, según lo ha manifestado Estela de Carlotto en otras casos, que la restitución de la identidad biológica significa recuperar, sobre todo, la libertad de la persona para que sea quien debió ser siempre ( La Nación, 21 de febrero de 2007).

Asimismo, cabe destacar la importante labor que realizan las abuelas, ya que nos muestra la necesidad de la memoria colectiva que, junto a la firme convicción del actual gobierno en la búsqueda de la verdad, nos llevará a restablecer los lazos de solidaridad frente a tanta injusticia y dolor. La búsqueda de los más de quinientos bebés nacidos en cautiverio, hoy adultos, es una de las innumerables secuelas que dejó el terrorismo de Estado y, paradójicamente, implica un motivo de esperanza de toda la sociedad: el de encontrar a esos niños. La mayoría de aquellas criaturas están vivas y pueden ser recuperadas.

De ésta manera, con la recuperación de la filiación de esta joven, ya suman ochenta y siete los nietos que han sido recuperados por las Abuelas.

Por todo lo expuesto, solicitamos la aprobación del presente proyecto.