Su beneplácito por la recuperación de la nieta número noventa y siete por parte de las Abuelas de Plaza de Mayo, en el marco de su lucha en pos de la búsqueda y la recuperación de la identidad de los hijos de los detenidos-desaparecidos.

Señor presidente:

Una vez más queremos expresar nuestra satisfacción ante un hecho que no sólo implica la recuperación de una historia para una familia y para una joven que finalmente recupera su identidad, sino que también contiene una gran carga simbólica en el marco de la impunidad que aún perdura ante muchos de los crímenes cometidos durante la última dictadura militar.

Es el caso de una joven nacida en cautiverio en el año 1977, hija de Antonio García y de Beatriz Recchia, hermana de Juliana García Recchia, quien trabaja en Abuelas de Plaza de Mayo y que se encuentra abocada a su búsqueda desde hace años.

Antonio y Beatriz fueron secuestrados en un operativo militar en Villa Adelina el 12 de enero de 1977. Mientras que Antonio fue asesinado en el mismo operativo, Beatriz fue secuestrada cuando cursaba un embarazo de cinco meses. La joven madre fue vista por última vez por otros secuestrados en el Centro Clandestino de Detención "El Campito", de Campo de Mayo, en el mes de mayo de 1977. A partir de allí nada más se supo de ella ni de su hija.

Sin embargo, la lucha incansable de sus familiares y de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, permitió que se pudiera echar luz sobre el destino de Beatriz y de la hija que llevaba en su vientre. Tal como sintetizó Juliana García Recchia en la conferencia de prensa donde se formalizó el anuncio del hallazgo de su hermana secuestrada: "Mi hermana nació hoy cuando supo quiénes eran sus padres, fue un embarazo de 32 años y fuimos varios los parteros".

Creemos que no es menor destacar tanto esta nueva recuperación de un niño secuestrado en la dictadura producto de la lucha y la búsqueda, así como la tarea que queda por delante en esta materia. Son casi 400 los niños que fueron apropiados y secuestrados por los militares en el poder a los detenidos desaparecidos, en una muestra más de lo sistemático del plan de exterminio implementado en nuestro país. En ese sentido, vale la pena recordar nuevamente lo dicho por Juliana: "Estamos jugando a las escondidas con los represores (...) Hagamos algo ya. Acá hubo un genocidio; no podemos seguir con el caso por caso. Me desespera haber perdido esos 32 años; mis cuatro abuelos no la tuvieron porque se murieron en el camino. Tenemos que encontrarlos a todos".

Entendemos que para lograr encontrar a todos y lograr la justicia completa debemos seguir peleando para que los criminales que cometieron el genocidio más grande la historia reciente de nuestro país se sienten en el banquillo de los acusados y digan toda la verdad, tenemos que pelear para que se recuperen los archivos de aquellos años que muchos guardan con total impunidad, tenemos que hacerlo más que nunca ya que mientras tenemos grandes noticias como la recuperación de esta niña que fuera apropiada, tenemos al mismo tiempo otros cientos de jóvenes que siguen sin conocer la verdad, perpetuando la impunidad de ayer.

Queremos dedicar un último párrafo a las Abuelas de Plaza de Mayo que durante más de 25 años han sido un ejemplo de persistencia y coraje. Un ejemplo que se convierte ahora en un espejo para todos estos jóvenes que recuperan su verdad, su pasado y su futuro.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares que sea aprobado el presente proyecto de declaración.