Expresar su más enérgico repudio a las manifestaciones de contenido profundamente discriminatorio hacia los inmigrantes que ha vertido el Primer Ministro italiano Silvio Berlusconi tras una reunión del Consejo de Ministros, que se celebró en la ciudad de Reggio Calabria el 28 de enero de 2010.

Señor presidente:

Traemos a consideración de los colegas este proyecto no sin cierta desazón ante la necesidad en pleno año 2010 de tener que repudiar conceptos profundamente discriminatorios, y nada menos que puestos en boca de uno de los principales mandatarios del mundo. Y lo hacemos desde este lugar del Cono Sur donde justamente la inmigración ha tenido un rol fundamental en el desarrollo de nuestros pueblos. Históricamente nuestro país ha destacado el rol importante que cumplió la inmigración europea, que se produce mayormente entre los años 1880 y1914. Sin dudas esta oleada inmigratoria fue uno de los principales factores de cambios de una Argentina con una cultura política hondamente tradicional, hacia esta nueva realidad que habría nuevos horizontes para cientos de extranjeros que elegían este país para realizar sus sueños de trabajo.

Entre 1881 y 1930 llegaron a nuestro país en barcos cerca de cuatro millones de personas. En 1895 el 72% eran extranjeros, con un 43% de italianos. La proporción de extranjeros en edad adulta creció el 60% en la población de Capital Federal y casi el 30% en provincias como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.

Estas personas que tuvieron que dejar sus raíces -en muchos casos por circunstancias dolorosas- formaron grandes colectividades, se afincaron en distintos pueblos, barrios, poniendo mucho énfasis en conservar costumbres, recuerdos, memorias, tradiciones trasmitidas a las generaciones venideras. Lo mismo ha ocurrido en la mayoría de los países de América Latina.

Esta brevísima reseña, es simplemente para decir que no vacilamos en reafirmar nuestra posición histórica, nacida a través de los sentimientos en común que albergamos con quienes habitamos estas latitudes. No somos necios, sabemos que debemos superar aún problemas de discriminación, pero también sabemos que somos muchos más quienes decimos "Basta a la discriminación, basta al racismo". Es por ello que consideramos que debemos combatir este nefasto pensamiento que equipara inmigrantes con delincuentes si queremos avanzar como sociedad civilizada.

Estas nuevas manifestaciones del Premier Italiano nos remiten a otros dichos lamentables que dan cuenta de que no se trata de exabruptos, sino de una coherencia de pensamiento y una concepción política reñida con los valores de la humanidad y el respeto. Nos referimos a los comentarios pretendidamente risueños que no hace mucho tiempo hizo sobre los hechos trágicos que sufrieron muchos desaparecidos en nuestro país durante la última dictadura militar, arrojados al mar aún con vida, en los llamados "Vuelos de la muerte".

Entendemos que las declaraciones de Berlusconi trazando un paralelismo entre inmigración y criminalidad deben ser repudiadas -máxime cuando hablamos de la mayor autoridad de uno de los países más importantes del mundo- ya que son estas expresiones las que luego llevan a naturalizar, justificar y alentar actos de violencia contra los inmigrantes como los que ocurren no sólo en el Sur de Italia contra los temporeros africanos, sino en muchos lugares del mundo; un mundo que ha pagado con dolorosas experiencias debido a estas posturas dictatoriales y discriminatorias. Citar estar vergonzosas declaraciones de Silvio Berlusconi nos exime de mayores fundamentos: "Reducir la llegada de extracomunitarios clandestinos significa que la criminalidad engrosa menos fuerzas en sus filas".

Señores Diputados, dichos de la importancia como los que aquí repudio, no puede ser pasados por alto por esta Honorable Cámara, razón por la cual solicito la aprobación del presente Proyecto de Resolución.