Expresar su profundo pesar por el fallecimiento de la militante por los Derechos Humanos y una de las fundadoras de “Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas” Sara Ludmer de Steimberg, hecho sucedido el 19 de enero de 2017 en el partido de Hurlingham, provincia de Buenos Aires, a los 92 años de edad.

Señor presidente:

Sara Ludmer de Steimberg militante histórica por los Derechos Humanos en la Argentina, ella junto a su compañero Jaime Steimberg fueron fundadores de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas.

En agosto de 1976 padecieron el horror de la Dictadura cívico militar en carne propia cuando su hijo, Luis Pablo Steimberg, fue secuestrado y desaparecido mientras realizaba el servicio militar obligatorio. Ya en democracia supieron, a través del testimonio del represor Adolfo Scilingo en Radio Mitre, que había sido arrojado con vida al Río de la Plata en uno de los “Vuelos de la muerte”.

Luis era un militante del PC. Su caso y el de Luis Daniel García, otro conscripto también miembro del mismo partido, impulsaron el primer procesamiento de Reynaldo Benito Bignone en los años ‘80. Luis Pablo era un colimba de la clase 54 que realizaba el servicio militar obligatorio en el Colegio Militar de la Nación, en ese mismo lugar fue secuestrado. Tanto él como Luis Daniel García están desaparecidos desde el 10 y 12 de agosto de 1976. Hay testigos, entre soldados y suboficiales, que afirman haberlos visto en el Campito, el siniestro centro clandestino de detención que funcionó en Campo de Mayo.

Reynaldo Benito Bignone había sido director del Colegio Militar en 1976, pero luego de entregar la banda presidencial a Raúl Alfonsín gozaba de buena imagen. En enero de 1984 la Justicia lo procesó, llegó a estar detenido e incomunicado. La causa se paralizó en 1987 y empezó a reactivarse nuevamente tras la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final en 2005 y logró volver a ponerse en movimiento recién en el año 2013. El dictador tuvo que presentarse a indagatoria en los tribunales de San Martín convocado por la jueza federal Alicia Vence por esta causa. En ese momento Sara Ludmer de Steimberg relata estas palabras. “Pasan los años, el dolor no se va, y cada vez que surge algo nuevo a uno se le sacude el corazón, ésa es la cuestión.” Y cuando lo nombraba a Bignone le dice “atorrante” porque se acuerda de cómo un día intentó “calmarla”: “Era tan cínico, es tan cínico, tan infame”, decía. “Un día cuando le dije de Pablo, me dijo: ‘Se habrá ido con alguna negrita, por ahí’.” Sara contaba que Bignone tenía a la familia bien identificada desde los primeros tiempos de búsqueda. “Porque al día siguiente ya sabíamos lo que pasaba. Fuimos a la comisaría. De ahí nos fuimos a donde estaba Bignone y a la porquería en Campo de Mayo, cuando nos dijeron: ‘no está’, nos fuimos directamente a los diarios y el único que nos quiso sacar una nota bastante importante fue Crónica’. Se arriesgaron de verdad, pero salió todo lo que nosotros dijimos.”

Mientras la salud se lo permitió, Sara nunca dejó de participar activamente en actos, charlas y todo espacio que sirviera de aporte a la construcción de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Su cercanía a la juventud, su historia y su entereza causaban sorpresa y admiración entre quienes la conocían por primera vez, su lucha y compromiso son grandes faros que nos marcaron y van a seguir marcando el camino que va a llevar a un país con Memoria, Verdad y Justicia.

Por tales motivos, solicito a mis pares el acompañamiento al presente proyecto.