Declarar de interés de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación el libro “Alerta Rojo ¿A quién le importan las inferiores?”, de los periodistas Juan y Francisco Molina.

Señor presidente:

Los hermanos, Pedro y Francisco “Panqui” Molina, son licenciados en Comunicación Periodística y socios del Club Atlético Independiente. En su libro, Alerta Rojo, retratan una historia poco visibilizada acerca de su equipo y del fútbol en general. Su relato apunta al tratamiento y contención que le brindan los clubes, y específicamente el Club Atlético Independiente, a los chicos de las divisiones inferiores.

El libro se nutre de varios testimonios de integrantes de la institución que han tenido contacto directo con los jugadores de las inferiores. Entrenadores, managers, médicos, nutricionistas, preparadores físicos y cazatalentos, entre otros, contaron su historia y coincidieron en la desprotección y la soledad en que los juveniles viven su formación como futbolistas. Alerta Rojo desarrolla con precisión lo que ocurrió en Independiente, pero se trata de una realidad que es transversal a muchísimos clubes de la Argentina.

“Uno de los objetivos de este libro era mostrar las diferentes situaciones del desarraigo y las condiciones infrahumanas en las que viven muchos juveniles…” se puede leer en uno de los 30 capítulos del libro. Las historias y tristes anécdotas expuestas muestran una realidad acerca de cómo funcionan las inmediaciones en donde se concentran los jugadores y cuál es el ritmo de vida de quienes participan en inferiores, que, en su amplia mayoría, son menores de edad.

Uno de los puntos importantes destacados en el libro es la situación de la pensión donde viven los jugadores de las inferiores. Entre 2011 y 2012, no tenía calefacción ni ventiladores, los colchones no tenían relleno y en el predio llegaron a vivir más de 80 personas, número que superaba ampliamente la capacidad de las 20 habitaciones disponibles. Algunos chicos dormían en colchones en el piso, faltaban insumos y a veces no había agua caliente. La grifería salía directamente de los azulejos y no había puerta de ingreso a la pensión. Desde donde dormían, salían directamente al césped, esto provocaba que los días de lluvia, los chicos convivan con el barro y el agua. “Una situación más bien carcelaria”, contó uno de los entrevistados.

En 2006, el Club Atlético Independiente cobró 23 millones de euros por la venta record del reconocido futbolista Sergio Agüero. En las inferiores, no se verificó esa entrada millonaria ya que la situación siguió empeorando con el paso del tiempo. Entre 2011 y 2012, la única preocupación del club era permanecer en la Primera División del fútbol argentino, dejando aún más de lado a las inferiores. Eso recayó en una presión abismal hacia los juveniles, que, debido a la mala situación económica del club, tuvieron que salir a la cancha a pelear en el peor momento de la historia de Independiente.

La situación de las inferiores no solo era deplorable en la infraestructura, sino también en el tratamiento y ritmo de vida que llevaban los menores. La alimentación estaba también dejada de lado, ya que había semanas enteras en las que comían fideos con aceite, y en otras, carne con papas en todas las comidas; había otras en la que directamente no tenían para desayunar. Todos estos problemas llevaron a que entrar en las inferiores sea poco atractivo para los chicos, y más aún, para los padres.

Otra cuestión importante que detalla perfectamente Alerta Rojo es la carga física y psicológica con la que cuentan los futbolistas. Los que no llegan a Primera División, no son tomados en cuenta, de una manera, son descartados. “Chau, ya está, se fueron y no los ves nunca más…” relató Perico Pérez, ex jugador y manager entre 2005 y 2007.

Por otro lado, durante mucho tiempo, la educación fue dejada de lado en la institución. Lo único que importaba era si el fin de semana el equipo ganaba, de hecho, la única preocupación de los entrenadores era sumar puntos en la tabla, sin saber la base madurativa y educativa que tenían los menores. Teniendo en cuenta que uno de cada 100 chicos de las inferiores juega en primera, la falta educativa los dejaba desamparados ante la vida.

En 2011, luego de la salida de Julio Comparada como presidente del club, la nueva comisión directiva creó la Subcomisión de la Pensión, que se encargaría específicamente del lugar donde viven los integrantes de las inferiores. En 2012 empezaron a trabajar y se llevaron una imagen devastadora, ya que no solo la situación era insalubre por el exceso de chicos, siendo ésta un lugar en pésimas condiciones, sino que también vieron casos de consumo de drogas, debido a que en las inferiores no hay antidoping, y hasta casos de robos dentro de la misma pensión.

Años después, en 2014, Fernando Langenauer, Licenciado en Ciencias de la Educación, llegó al club y propuso una “reparación pedagógica”. Remodelaron la pensión, impulsaron un proyecto para disminuir 95% el nivel de repitencia de los chicos, y los traslados eran escoltados por un celador para asegurar que lleguen en condiciones a entrenar y a la escuela. En la nueva pensión, pasaron a tener camas nuevas, baños refaccionados, 25 televisores LED, 23 minicomponentes, tres heladeras y un sistema de calefacción y aire acondicionado en todas las habitaciones. Además, se inauguró un gimnasio, se firmó un convenio para proveer de obras sociales a todos los juveniles y hubo asistencia alimenticia a determinadas familias. El rendimiento escolar de los juveniles mejoró drásticamente desde que se impuso la necesidad de concurrencia a la escuela para cada chico. También se incorporó un grupo de psicólogos y especialistas para darles más contención.

Pese a todas las mejoras estructurales, los desmanejos en las inferiores de Independiente continuaron. En 2018 salieron a luz los polémicos casos de abusos sexuales a los chicos de las inferiores, luego de que uno de ellos le contara al psicólogo que cobraba dinero a cambio de favores sexuales. Este nefasto episodio logró que el Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia de la Provincia de Buenos Aires se pregunte cuál eran las condiciones de las pensiones en donde vivían los juveniles para brindarles el apoyo psicológico necesario. La Superliga Argentina de Fútbol (SAF) y la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) tomaron cartas en el asunto también con un protocolo hecho por la mayoría de los psicólogos de los clubes de Primera División, y crearon una Secretaría para detectar situaciones similares.

Considero que el libro Alerta Rojo describe con precisión muchas de las dificultades a las que están expuestos los futuros talentos de nuestro país en los clubes más importantes. Toca temas que pocos se han animado a tratar e instala en el debate público, con perspectiva y el foco en los menores, problemáticas educacionales que llevan años sin solución.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares que me acompañen con este proyecto de resolución.