Expresar su beneplácito al deportista argentino, Sebastián Báez, representante argentino de tenis, por haber logrado el 1° puesto del Ranking Junior de la International Tennis Federation.

Señor presidente:

La figura de Sebastián Báez, empezó a tomar fuerza en 2015, cuando ganó uno de los torneos más emblemáticos del circuito juvenil: el Orange Bowl, en la Florida. Y lo consiguió con 14 años y en la categoría Sub 16.

Querido dentro del circuito, correcto dentro de la cancha de tenis, compite bien. Es rápido, receptivo y trabajador. Báez, que está estudiando a distancia, es N°1 del ranking ITF y lo logró luego de alcanzar, la final de la Copa Paineiras, en San Pablo. Superó al estadounidense Sebastian Korda.

Párrafo aparte merece el padre de Sebastián, José Luis Báez quien nació en Villa Ángela Provincia del Chaco, que a los 18 años salió sorteado para realizar el Servicio Militar en el cuerpo de Marina. Pero, claro, fue en medio de la guerra de Malvinas. Con temores lógicos e incertidumbre, fue parte de la dotación de un destructor en el Puerto Belgrano; estuvo en la enfermería y vio a mucha gente sufrir. Aproximadamente un mes después del final del traumático conflicto en el sur argentino, José Luis Báez regresó a Buenos Aires y decidió quedarse allí para estudiar y trabajar. Vivió un tiempo en Ciudadela, cursó durante algunos años en la Universidad Tecnológica Nacional, trabajó en una fábrica de cerámica y luego en una automotriz.

Fue en esta última fabrica donde trabajaba José Luis, la que tenía un predio y donde llegó a tomar algunas clases de tenis, pero el deporte de las raquetas no lo atrajo demasiado a diferencia de Sebastián, que se inició en el deporte cuando tenía dos años y medio y ya andaba corriendo por cada rincón de la casa, un día encontró tirada la vieja raqueta Dunlop que usaba su padre, le llamó la atención y no quiso soltarla. Su mamá le empezó a arrojar algunas pelotitas para tratar de que le pegara, Sebastián lo hacía bastante bien, fue creciendo y no dejó pared sin manchar por los pelotazos. A los 5 años sus padres lo acercaron al Club Sportivo Villa Ballester y desde que empezó a practicar y nunca más dejó de hacerlo.

Báez todavía es joven y tiene mucha tarea por delante, pero el tenis argentino disfruta de otro proyecto auspicioso.

Por tales motivos solicito el acompañamiento de mis pares.