Resuelve declarar de interés de esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación el trabajo realizado por un grupo de investigación de Científicos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) del que participan investigadores y becarios del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) quienes descubrieron una bacteria que actúa sobre la longevidad, la cual podría incorporarse a cualquier alimento o bebida.

Señor presidente:

Resuelve declarar de interés de esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación el trabajo realizado por un grupo de investigación de Científicos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) del que participan investigadores y becarios del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) quienes descubrieron una bacteria que actúa sobre la longevidad, la cual podría incorporarse a cualquier alimento o bebida.

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

El estudio fue publicado en la prestigiosa Nature Communications y reveló que la bacteria probiótica Bacillus subtilis tendría la propiedad de retardar el envejecimiento y prolongar la vida humana a través de la colonización del intestino, además de sus efectos beneficiosos sobre el sistema inmunitario.

El grupo de científicos rosarinos liderados por el Dr. Roberto Grau, investigador independiente del CONICET en el la Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR y director del trabajo, descubrió una bacteria probiótica que actúa directa y positivamente sobre la longevidad. La noticia es que además el probiótico puede incorporarse a cualquier alimento o bebida, por lo que su acceso sería más accesible y frecuente. El director de la investigación, sostuvo que sólo resta iniciar el trámite de admisión de esta bacteria como aditivo alimenticio. “Este tipo de descubrimiento sirve para poner en evidencia la importancia de la ciencia y de la ciencia aplicada”.

El Dr. Grau estudia la bacteria Bacillus Subtilis, ha realizado una tesis doctoral acá, y otra en Estados Unidos. Posteriormente decidió pensar en aplicaciones. “Lo que buscaba era darle una utilidad a lo que hacíamos”, recordó que trabajaba con estas bacterias probióticas, es decir, que producen un efecto beneficioso sobre la salud de la persona que lo consume. “Para que el efecto sea ese, es esencial que el probiótico llegue vivo a la persona. Y uno de sus mayores problemas es que requieren cadena de frío para mantener viva la bacteria”, explicó.

La bacteria Bacillus Subtilis tiene la característica de no necesitar refrigeración. “Y la particularidad de producir un tipo de célula que se llama espora, que es altamente resistente y que, luego de ser consumida, germina y aparece la bacteria probiótica activa, produciendo efectos beneficiosos”.

El Dr. Grau contó que el disparador de esto fue en 2006. Cuando vio una imagen de “una persona jugando golf a los veinte años, a los cuarenta y después a los sesenta, y así hasta los 120. Era siempre la misma imagen. El artículo hablaba de los genes de la longevidad”.

Maduró la idea hasta hace unos dos años y medio, cuando comenzó a estudiar sobre un gusano cuyas características permitían extrapolar los resultados al ser humano. “Comenzamos a trabajar con este invertebrado que tiene una característica: los mismos genes que nos llevan a envejecer están presentes en este gusano. Esta bacteria probiótica incorporada al gusano alarga la vida en promedio en un 55 por ciento, tanto en tiempo como en calidad”, porque además de alargarles la vida tiene el efecto de mantener la vitalidad.

Explicó que es la primera vez que se demuestra cuáles son los genes de la bacteria probiótica necesarios para que produzca el efecto prolongevidad, y a su vez, cuáles son los genes del operador que participan para alargar la vida sin enfermarse.

Además este descubrimiento significa que brinda protección contra el desarrollo de enfermedades infecciosas, neurodegenerativas e incluso el cáncer. Lo que significa que el Bacillus subtilis protege contra las dos causas de muerte más habituales: las enfermedades y el envejecimiento de células, tejidos y órganos”,

Su equipo cuenta con un subsidio del Conicet y del Ministerio de Ciencia para desarrollar alimentos y bebidas para humanos que contengan estas bacterias. Lo que queda ahora es iniciar los trámites de admisión de la Bacillus Subtilis como aditivo alimenticio.

En Estados Unidos existe una empresa que produce esporas similares, aunque con otra bacteria. Los ha contactado para trabajar juntos, es esencial la difusión de estos descubrimientos.

“Se pone en evidencia la importancia de la ciencia y su aplicación. Mi investigación de años fue siempre una inversión, nunca un gasto. La ciencia da frutos, a largo o corto plazo” son palabras del director del equipo de científicos en las que coincidimos plenamente.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares acompañen el presente proyecto de Resolución.