Declarar de su interés el proyecto "Por algo será, música y Derechos Humanos", desarrollado por el Centro Cultural de la Cooperación.

Señor presidente:

El proyecto "Por algo será, música y Derechos Humanos" es una producción artística del Área de Música del Centro Cultural de la Cooperación que puede ser descargada de forma virtual, e intenta ser una herramienta para la trasmisión de la memoria de los hechos aberrantes ocurridos durante el Terrorismo de Estado.

El disco fue gestado por el ex Instituto Espacio para la Memoria, y es un gran aporte al trabajo de recuperación de los ex- Centros Clandestinos de Detención que también son una nueva forma de pensar la militancia.

"Por Algo Será" es un disco virtual que, bajo el lema "Música por los Derechos Humanos", reúne a un puñado de artistas notables como Gabo Ferro, Pablo Dacal, Lucio Mantel, Julieta Rimoldi, Lisandro Aristimuño, Flopa y Tomi Lebrero. El disco, tal como indicaban desde el booklet, pretendía "ser un humilde aporte al trabajo de recuperación llevado a cabo en los ex- centros clandestinos de detención, tortura y exterminio de la ciudad de Buenos Aires y un sentido acto de memoria por los 30 mil compañeros detenidos-desaparecidos".

El material es una verdadera lección de ética y estética. El crédito le corresponde a los curadores: es decir, Germán Andrés (del Club del Disco) y Mariano Ugarte, representante del Área de Música del Centro Cultural de la Cooperación. Con gran lucidez, entendieron que el auténtico caudal contracultural de nuestros días pasa por una generación de cancionistas rioplatenses que se rebela, sobre todo, contra la dictadura del mercado, los medios masivos y la tecnología. Que si bien tiende su lazo umbilical con el rock, lleva los oídos tierra adentro y hacia Latinoamérica.

"Las ideas siempre nacen de un clic -dice Mariano Ugarte-. En este sentido, la idea nació en el acto de apertura y recuperación del Ex Centro Clandestino Automotores Orletti, que contó con la presencia de Daniel Viglietti. Mientras cantaba el uruguayo, empecé a distraerme en el público, en su música y sentí que en algún punto había cierto desfase estético. Que su música y su discurso - indispensables- hablaban lamentablemente en tiempo pasado". Justamente, una de las tareas de Ugarte, como uno de los responsables del rescate de los ex-centros clandestinos como espacios de memoria, es registrar estos espacio de terror haciendo visitas con sobrevivientes para luego desarticular la trama del terror y otorgar vida allí donde reinó la muerte. "Como laburo en el Centro Cultural de la Cooperación coordinando el área de música, se me ocurrió vincular los espacios y articular mis militancias: la cultural y la vinculada a los DD.HH".

Desde luego, el impulso por sellar una alianza entre Derechos Humanos y música tiene un largo historial. Pero es exactamente en la profundidad de ese lazo donde Por algo será imprimió su diferencia, convocando artistas que le otorgan vuelo poético y vitalidad al gesto político en el siglo nuevo. "Por un lado, vimos la siguiente situación: una suerte de 'folklorización' desde la izquierda o los organismos. Una suerte de cristalización, donde se destaca la labor militante de músicos como Viglietti, Jara, etc. Una idea que el arte comprometido es sólo el que dice serlo, etc. Una especie de realismo desfasado, que fue necesario y coherente a una época. Por otro hay en las políticas de Derechos Humanos y en los medios de comunicación una espectacularización de los DD.HH. La ESMA lo concentra todo: es el símbolo que condensa. Entonces aparecen los grandes festivales con Gieco, Attaque, etc. que están buenísimos en extensión, pero no en profundidad. El disco apunta a esa profundidad, a la abstracción, a la metáfora. Es una interpelación".

La primera presentación del disco fue con una conferencia de prensa, durante el 35º Aniversario del Golpe en la ex-ESMA. Ahora es momento del vivo que pide esta música en tiempo presente.

La esencia del disco surgió a partir de una experiencia para nada liviana: los músicos recorrieron los pasillos escondidos de la ex ESMA, aquellos que alguna vez conocieron el horror. "Los laberintos del terror", los definió Ugarte. El guía fue Víctor Basterra, ex detenido desaparecido en ese ex centro clandestino durante los años oscuros. Esa dura travesía disparó la composición de la mayoría de las canciones, como "El murmullo", de Tomi Lebrero, quien se puso a escribir apenas unas horas después de visitar el lugar. "Este pasillo va a la huevera", se oye la voz de Basterra en el documental de Florencia Dádamo, que retrata el encuentro entre los músicos y el pasado. El militante se refiere a la famosa sala de torturas y partos. De fondo, Pata Kramer canta: "Luz, no te vayas". "Ojalá a través de las canciones le pongamos luz al horror", se entusiasma el músico Darío Jalfin, y se apresura a contar: "De alguna manera nos comprometemos con ese horror, porque lo sentimos cuando vinimos a visitarlo con Víctor. Lo que más me impactó fue que lo que a mí me parecía una cosa estancada o quieta cobró mucha vida en el relato de él".

Una de las ambiciones del proyecto es que las canciones iluminen las ideas de quienes las escuchen, las llenen de sentido. De hecho, para los músicos que participan también fue una experiencia reveladora: "Somos una generación que está bastante invadida por la idea de la apolítica y es una cosa con la que hay que combatir. Incluso, cada uno consigo mismo. El disco hizo que me suene esa alarma", confesó Mantel. "Asumir la responsabilidad y el compromiso de formar parte de este proyecto -cuenta Jalfin- nos conectó inmediatamente con lo que sucedió en la historia. Y también nos permitió aportar nuestro punto de vista, que necesariamente es diferente. El traspaso generacional es una forma de hacernos cargo de que tenemos un testimonio para dar." Y Dacal trae el pasado al presente: "Yo creo que la historia a veces es circular: el eterno retorno de la historia. Teniendo un gobierno en la ciudad como el de Macri, hay que estar atentos".

Por algo será es un verdadero "dream team" de la escena de cantautores independientes del país. Gabo Ferro abre el disco con la acústica y reflexiva "Por qué no llorás un poco" ("Te va a servir lo amarrado y lo que anda a la deriva / abrí los ojos y seguí bailando") y Seba Ibarra entrega una nostálgica y bella canción con aires rioplatenses (entre el tango y el candombe), "Un silencio de acá". En la línea más introspectiva, Mantel pone su voz más sentida en "Mi memoria" y Aristimuño cede la oscura "Green Lover" (de su disco, Las crónicas del viento). Luego, Pablo Dacal sube un poco el volumen con "Desorientado" y Darío Jalfin, con tono irónico, hace lo mismo en "Sobre todo" ("Ante todo, seré un tipo derecho"). En otro pasaje del disco, Valle de Muñecas hace recordar a Palo Pandolfo, con su tema "Dos". El disco también tiene dos invitados de países vecinos: la uruguaya Pata Kramer y el chileno Gepe, quienes aportaron "Luz" y "Estado de vista", respectivamente. Pablo Grinjot, Juanito el Cantor, Gastón Nakazato (Misiones), Páramo (Viedma, Río Negro), Juan Ravioli, Julieta Rimoldi, Andrés Ruiz y Cecilia Zabala completan la lista.

Para el principal responsable del proyecto, "la gran particularidad que tienen los artistas seleccionados es la decisión de ser independientes, más allá de que alguno lleve más gente que otro. Es una decisión política". Y esa decisión implica una particular forma de organización, que es compartida por todos los referentes de la escena: "Tener un sistema cooperativo, funcionar de manera solidaria y organizarse habla de sujetos políticos. Un tipo que hace un disco solo, que lo gestiona, que está abierto a hablar de muchos temas sin ponerse bajo ninguna bandera, es un sujeto político increíble", considera Ugarte.

"Por algo será", como otras tantas frases, posibilitó desde la fuerza del lenguaje y de lo dicho, el genocidio, permeabilizó a la sociedad, perpetuó la impunidad, la desigualdad y prolongó lo silenciado. Sólo el esfuerzo ejemplar de Madres, Abuelas y los familiares de las víctimas directas del Terrorismo de Estado pudo resignificar la nefasta frase que se sustenta en mirar para otro lado, en pasar distraído por la calle de cualquier barrio mientras a un metro se torturaba y se asesinaba de forma calculada. "Claro que por algo fue" nos dicen los Organismos de Derechos Humanos y su lucha. Por algo fue que los secuestraron, los desaparecieron, porque querían con sus matices un mundo mejor.

"Por algo será" es por que por algo fue. Pretende ser un humilde y sentido acto de memoria por los 30 mil compañeros detenidos desaparecidos.

El proyecto es una propuesta discográfica, audiovisual, escénica y pedagógica en torno a los Ex-Centros Clandestinos de Detención Tortura y Exterminio de la Ciudad de Buenos Aires, entendiendo siempre a la música y al arte como agentes políticos activos en la construcción de la memoria.

Por todo lo expuesto, Señor Presidente, solicitamos la aprobación del presente Proyecto.