ARTICULO 1.- Crease el Centro de Documentación y Biblioteca de América Latina en el ámbito del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba.

ARTICULO 2.- El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación contribuirá a esta creación.

ARTICULO 3.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

Conforme a las atribuciones concedidas en el Artículo 75 inciso 19 de la Constitución de la Nación Argentina, es tarea de este Honorable Congreso de la Nación proveer lo conducente al desarrollo humano, a la investigación, al desarrollo científico y tecnológico su difusión y aprovechamiento, como así también en su párrafo tercero atribuye la función de sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional respetando las particularidades provinciales y locales.

En su último párrafo le atribuye el dictado de leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor, el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.

El ejercicio de esta atribución tiene en cuenta el respeto por las instituciones académicas y dentro del marco normativo de la Ley de Educación Superior, los estatutos y reglamentaciones internas ya que no debe olvidarse que las universidades gozan de las garantías de autonomía y autarquía.

La Universidad Nacional de Córdoba (UNC) ha creado dentro de su ámbito por Resolución 105 del 4 de mayo de 1990 del Consejo Superior de dicha universidad el Centro de Estudios Avanzados y como manifiesta en su nota requiere la creación del Centro de Documentación y Biblioteca de América Latina establecido para fortalecer el perfil Latinoamericano de la UNC. Como sabemos el impacto de la Reforma Universitaria en América Latina fue inmediato y vigoroso, tanto en el plano estrictamente universitario como en el ámbito político. Todas las universidades, pero particularmente las que compartían con la Universidad de Córdoba una antigüedad que las ligaba a los comienzos de la colonización española, como San Marcos de Lima o la actual UNAM, San Carlos de Guatemala, se vieron inmediatamente envueltas en movilizaciones de estudiantes y profesores con similares aspiraciones. El discurso antioligárquico se entrecruzó con el discurso antiimperialista, el nacionalismo popular de Irigoyen con los revolucionarios mexicanos; la universidad reclamaba la abolición de las cátedras vitalicias y la designación de sus profesores por el Poder Ejecutivo Nacional. La autonomía universitaria que hundía sus raíces ideológicas en las más viejas tradiciones de occidente, la selección de profesores por méritos y estatura moral, introducían en la universidad una visión democratizadora y desde allí se repotenciaría su impacto en la sociedad.

Las universidades oligárquicas habían llegado a su ocaso. Las primeras acciones representativas de sectores medios urbanos emergentes y de clase obrera apenas superando el artesanado se hicieron sentir no solamente en las demandas discursivas sino también en las prácticas sociales.

Rápidamente las ambiciones desplazaron el marco universitario y el solo encabezamiento del manifiesto liminar encerraba en sí mismo una definición: a los hombres libres de América. La universidad y la sociedad cordobesas se pensaron a sí mismas en el interior de América.

La Universidad Nacional de Córdoba era la más antigua y por eso mismo custodio de una tradición escolástica y social de tres siglos según se afirma. Sin embargo, la Universidad de Córdoba con el rectorado de Dean Funes había comenzado la recepción de las ideas de la Ilustración, como se puede comprobar fácilmente en la Biblioteca Mayor y receptado la vocación por la independencia. Aquí habían estudiado no solamente Castelli sino también - a veces olvidado- José Gaspar Rodríguez de Francia.

Es cierto que en Córdoba se gestó la contrarrevolución de Liniers. No lo es menos que la misma fue reprimida por uno de sus ex alumnos más brillantes, el propio Castelli. La historia de la Universidad, la historia de la Nación Argentina y la historia de América Latina se reencuentran. Si durante la colonia los lazos con el Alto Perú eran intensos, si lo habían sido aún en las postrimerías del Imperio Incaico que alcanzó hasta el noroeste cordobés, la Republica no hizo sino consolidarlos. A la Buenos Aires portuaria y cosmopolita, Córdoba opuso una mirada americana, facúndica, como gustaba decir Saúl Taborda, acaso el más sólido educador del primer medio siglo XX argentino.

¿Por qué Córdoba? Porque su destino económico, social y político estaba en el interior profundo del país y de América. Medio siglo después de la Reforma Universitaria el Cordobazo ratificó a Córdoba su identidad más preciada: el coraje de los pueblos libres.

Si el texto del Manifiesto tiene la impronta de Deodoro Roca la relación entre filosofía, política y educación corresponde sin duda a Saúl Taborda. En ambos casos la sensibilidad popular, la idea de Nación latinoamericana, la educación como práctica liberadora conforman un único discurso, el que transmitieron a sucesivas generaciones de universitarios hasta la actualidad.

También el impacto político fue inmediato; el más conocido fue sin duda la creación del APRA por Víctor Haya de la Torre pero la recuperación de la tradición revolucionaria que dieron origen a nuestras naciones se vinculó con la memoria indígena y a partir de esta memoria total de los pueblos americanos, se reencontró un pasado que conducía naturalmente a la legitimidad de las revoluciones universitarias y a la afirmación de una identidad de los pueblos que finalmente legitimaba la demanda democrática en el interior de América Latina y simultáneamente denunciaba las prácticas imperialistas de los Estados Unidos desde el final mismo de la Guerra de Independencia Cubana en 1903. América para los americanos había proclamado con razón el presidente Monroe. La política norteamericana de los años siguientes desmentirían cruelmente aquella vocación y conduciría a un desencuentro permanente entre los latinoamericanos y los norteamericanos.

Después del Bicentenario celebraremos el primer Centenario de la Reforma Universitaria ahora vigente a lo largo y ancho de América Latina. Y acaso podamos celebrar en esta Córdoba de América la consolidación de un proyecto aún incipiente de unidad de las naciones y los Estados de América Latina.