Declarar de Interés de esta Honorable Cámara, la fiesta tradicionalista “Areco vuelve a atar. A Don Pepe Guevara”, competencia por obstáculos de carruajes tradicionales, a realizarse en la ciudad de San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires, los días 19 y 20 de Junio del corriente año.

Señor presidente:

Los carruajes tuvieron un gran protagonismo en la historia de nuestro país. Durante muchísimo años fueron usados como medio de transporte público y privado, formando parte de la extensión de las fronteras y de la colonización de tierras a lo largo y ancho del territorio. Los integrantes del clero, más tarde los gobernantes y luego las familias patricias fueron quienes comenzaron a traer los primeros carruajes desde la lejana Europa. A partir de 1800 empiezan a ser fabricados en el país por artesanos llegados del viejo continente, fundamentalmente, Francia e Inglaterra.

Ya entrado el siglo XX, los carruajes comienzan a dejarse de utilizar, quedando en uso los relacionados con el trabajo, sobre todo en la campaña. Con el pasar de los años van quedando relegados en los amplios galpones de las estancias.

Felizmente, a partir del año 1980 un grupo de entusiastas decide volver a atarlos, mostrarlos y disfrutarlos formando el Club Argentino de Carruajes. Uno de sus integrantes era don José Antonio “Pepe” Guevara, amante y conocedor del tema y gran cultor de nuestras tradiciones. En su pago natal, San Antonio de Areco, comienza a organizar los encuentros denominados “Atadas”, convocando gente de distintos puntos del país. Debido al encanto de esta ciudad, cuna de la tradición y la gran convocatoria realizada por don Pepe y sus colaboradores, “Areco, tiempo de atar” pasó a ser un clásico realizado durante muchos años en el marco del tradicional Museo Gauchesco y Parque Criollo Ricardo Güiraldes, recorriendo también el casco histórico donde un público integrado por turistas y locales, seguía el itinerario de los carruajes.

Luego del fallecimiento de don Pepe, estos encuentros se fueron discontinuando en el tiempo. Hoy es el Museo Las Lilas, quien ha recogido el guante, tomando la posta y volviendo a organizar la Atada, sumando voluntades en pos de un proyecto muy caro a las tradiciones locales.

San Antonio de Areco es un lugar con historia, donde están vivos los recuerdos del pasado. En él habita el alma de las cosas que inspiraron a Güiraldes: la música, los bailes camperos, las artesanías, el paisaje pampeano que convive con un patrimonio arquitectónico con identidad propia, estancias de puertas abiertas y el culto a la hospitalidad. Todos estos aspectos constituyen el marco ideal para celebrar y dar continuidad a esta fiesta de identidad gauchesca, y a una de las actividades deportivas ecuestres de mayor relevancia en nuestro país y en el mundo. Los pagos de Güiraldes, de Don Segundo Sombra y los cultores de nuestros usos y costumbres, se lo merecen.

Es por ello que solicito a mis pares, me acompañen con su firma en el presente proyecto.