Artículo 1°.- Declárase Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, en los términos establecidos por la Ley 26.118 de ratificación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, a la celebración de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho que se realiza anualmente en la Provincia de Catamarca.

Artículo 2º.- La autoridad de aplicación nacional competente para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial promoverá acciones por sí y en articulación con el Gobierno de la Provincia de Catamarca para el cumplimiento de la presente ley.

Artículo 3°.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

La Fiesta Nacional e Internacional del Poncho que se realiza anualmente, en el transcurso del mes de Julio, en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, constituye una de las celebraciones más importantes de la República Argentina, siendo la expresión cultural más acabada y cabal de los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas del pueblo catamarqueño.

Una breve reseña histórica de esta fiesta nos lleva a señalar que en el año 1954 el Decreto Nº 1.845 del 30 de Julio de 1954, firmado por el gobernador Armando Casas Nóblega, instituyó el “Festival del Tejido Catamarqueño”, antecedente cercano de la Fiesta del Poncho. Uno de los considerandos del instrumento citado expresa “Que entre todas las industrias regionales, ninguna aparece como más auténtica, más característica y mejor lograda que las del tejido, cuya fama está avalada por su intrínseca calidad, por la excelencia de sus atributos y por su alto valor estético”. Según cuentan las crónicas: “Nuestros antepasados solían hacer reuniones donde esquilaban llamas, preparaban el hilado, tejían, bailaban, comían y bebían…y así pasaban largos días festejando…”

En 1964 durante la gobernación de Armando Luis Navarro se rinde homenaje al poncho, las teleras y los artesanos durante la semana de la autonomía de Catamarca. El 12 de Octubre del mismo año se realiza un desfile de ponchos catamarqueños, con la participación de conjuntos folklóricos y comidas criollas. Más tarde, mediante Decreto Acuerdo HG Nº 758 de fecha 19 de Abril de 1966, se instituye con carácter permanente en el mes de Julio de todos los años como celebración, la Fiesta Nacional del Poncho. Por circunstancias del golpe de estado de finales de Junio de aquel año, la fiesta no llegó a implementarse.

Estos antecedentes destacan la preocupación de dos gobiernos democráticos por resaltar el valor del trabajo de hilanderas y teleras, preservadores de una tradición ancestral que se manifiesta en los excelentes tejidos de lana de llama, vicuña y también de algodón, cuyo cultivo e industria eran destacados desde antaño, al punto de estar simbolizado en el capullo que es parte del escudo provincial.

El 28 de Marzo de 1967 el gobernador (de facto), Guillermo Brizuela, nuevamente decreta instituir la Fiesta Nacional del Poncho, que deberá celebrarse anualmente durante el mes de Julio, en forma coincidente con los Festejos Patrios y las vacaciones que rigen durante el receso escolar de todo el país (Decreto 645/67). Entre el 5 y el 16 de Julio de 1.967, se lleva a cabo en la ciudad de Catamarca la primera edición de la Fiesta Nacional del Poncho.

Del discurso brindado por el gobernador encargado de dar por inaugurada aquella primera edición recordamos el siguiente párrafo "Catamarca, cuyos ancestrales telares indios se mueven con el aire auténtico de los siglos, manejados por las atávicas y milagrosas manos que tejen ilusorios cabellos en cuyos cielos flotan las leyendas prehispánicas de las teleras…, tiene el derecho que le da el tiempo, la historia, leyenda y tradición de ser la encargada de instituir esta fiesta. Sus ecos atravesarán montañas y quebradas, penetrarán presurosos en los valles y saldrán de Catamarca para recorrer todos los caminos de la patria cargados de recuerdos, de música folclórica y poesías para reafirmar la integración argentina con pasado glorioso."

Desde la 1º Fiesta Nacional del Poncho, este evento ha continuado realizándose desde entonces todos los años, con excepción de algunos en que no se realizó, durante la última dictadura militar que gobernó el país.

La fiesta transitó por distintos lugares para su celebración. Desde sus orígenes en la denominada Manzana del Turismo, luego el Polideportivo capital y el predio del ex regimiento, hasta que finalmente en el año 2007 se realizó una obra acorde a la dimensión que había adquirido la fiesta, el Predio ferial de Catamarca durante la gobernación de Eduardo Brizuela del Moral.

Es importante destacar que la fiesta abarca distintas manifestaciones culturales, básicamente la música y la danza folclórica forman parte del espectáculo artístico, mientras que la artesanía, especialmente la confección textil artesanal y tradicional, conforma la muestra que relaciona la producción y el arte.

Desde sus inicios y hasta nuestros días, la fiesta logró el propósito de mantener vigente la importancia de una cultura ancestral que se manifiesta en hilanderas y teleras productoras de tejidos que son reconocidos mundialmente y llegaron a manos de destacados dignatarios internacionales como prenda de singular valor. Pero a la vez esa tarea se festeja con la música, la danza y lo mejor de la gastronomía autóctona.

La convención para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial que es aprobada por la Ley 26.118, establece que “Se entiende por ‘patrimonio cultural inmaterial’ los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas —junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes— que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.”

Pues bien, a todas luces la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho resulta el espacio cultural donde los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que hacen a la identidad de una comunidad consiguen su más satisfactoria y cabal expresión. Es la expresión cultural más importante de Catamarca, que rápidamente se abrió generosa hacia otras regiones y países adquiriendo el carácter de fiesta nacional e internacional. En efecto, la muestra artesanal es una de las mayores del país a la que concurren artesanos nacionales y extranjeros. No sólo es ponderable la cantidad de artesanos, sino también la calidad de sus trabajos que son reconocidos en la codiciada premiación que se realiza al término de la fiesta.

El carácter de apertura regional e internacional que destacamos, hace a otra circunstancia que debe tenerse presente para la aplicación de la Convención citada en cuanto ella establece que “A los efectos de la presente Convención, se tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible.” Nada más ajustado a este propósito, el carácter nacional e internacional de la fiesta y el resalto de la técnica ancestral del hilado y el tejido que hacen al desarrollo sostenible.

También establece la convención en su apartado de definiciones (artículo 2) que el “patrimonio cultural inmaterial” se manifiesta en especial en ámbitos como los siguientes: “a) Tradiciones…; b) artes del espectáculo; c) usos sociales, rituales y actos festivos; d) conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo; y e) técnicas artesanales tradicionales”. Todo lo cual resulta un verdadero catálogo de las características que podemos encontrar en la tradicional Fiesta del Poncho.

Finalmente es dable recordar que la fiesta fue motivo de distintas declaraciones de interés por parte de este Congreso de la Nación, además de ser declarada una de las fiestas del Bicentenario de la Revolución de Mayo por parte de las autoridades nacionales, con motivo de las celebraciones acaecidas en el año 2010.

De tal forma, creo que existen sobradas condiciones para otorgar a la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho el carácter de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, sin perjuicio de los motivos que puedan aportar mis pares a quienes solicito el acompañamiento del presente proyecto.