Declarar de interés cultural, la 39º edición de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, a realizarse entre los días 23 de julio al 2 de agosto en el Predio Ferial de la Ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, Provincia de Catamarca.

Señor presidente:

El poncho se constituyó en emblema patrio de nuestra historia nacional, de la mano de las gestas que consolidaron nuestra identidad argentina, motivando que el 30 de Julio de 1954 naciera, en el marco del Festival del Tejido Catamarqueño, la Fiesta Nacional del Poncho durante el gobierno local del Dr. Armando Casas Nóblega, e instituida como festival permanente por decreto del gobernador Armando Navarro el 19 de abril de 1966.

Considerado como una prenda artesanal de sólidas raíces populares producto de una industria regional auténtica, de codiciada calidad y alto valor estético, Catamarca se ha constituido en el lugar donde la tradición del poncho encuentra sus más devotos seguidores representados en sus teleras, quienes expresan a través de un festival anual su vigencia y que en el corriente año cumple su trigésima novena edición.

Efectivamente, Catamarca vuelve a vestirse de fiesta para ofrecer al turista una gran muestra de su patrimonio cultural y mostrar al mundo su gente, su música, su historia y cordialidad de tanta magnitud como la belleza de sus paisajes.

A través de una gran convocatoria a los trabajadores artesanos de todo el país y delegaciones de países vecinos, se expondrán sus obras y productos creativos en el marco de los hermosos salones pertenecientes al Predio Ferial de la capital catamarqueña. Allí la tradicional fiesta se transforma en una amalgama entre la cultura ancestral y las innovaciones tecnológicas que imperan en los procesos productivos, comerciales e industriales que están dotando a Catamarca y a toda la región, de los imprescindibles rasgos de competitividad que imponen la realidad nacional, regional y mundial.

En esta suerte de vidriera cultural, se desarrollan propuestas beneficiosas para el crecimiento productivo de las diferentes provincias argentinas, avaladas por la interesante variación de acuerdo a las procedencias locales, que se traduce en los diseños resultantes de historias propias de pertenencia. Así, entre los de procedencia norteña se encuentra el Poncho tucumano, o Patrio, que combina los colores marrones de la tierra con que los alfareros calchaquíes hacían sus tinajas, gracias a una mezcla de lanas de los distintos camélidos criados en la altipampa, como llama, guanaco y vicuña; mientras que el tinte de la guarda bordó se conseguía con los árboles de la zona. El Poncho salteño resultó de combinar el Poncho colorado (considerado entre los aborígenes como señal de consagración de un gran guerrero) al que se le agregaron las guardas negras en señal de luto por la muerte del Gral. Martín Miguel de Güemes.

En la anfitriona Catamarca se utiliza mucho el poncho azul-celeste con guardas claras, y sin duda tanto en esta provincia como en Salta, la creación de tejidos y de ponchos se ha convertido en una floreciente industria. Los métodos de tejidos derivan de las viejas tradiciones calchaquíes, con teñidos y telares rústicos. Se caracteriza por ser un atuendo completamente confeccionado en lana de vicuña de color marrón de pelo sacado del lomo del animal, con guardas blancas de pelo de extraído del pecho, panza y patas del mismo. Son suaves, livianos e impermeables. El poncho de vicuña en Catamarca son llamados también mantas, llegando a pesar un poncho de 2 metros de largo solamente unos 400 gramos. La textura de la lana de vicuña es de finísima calidad y de alta cotización, solo comparable con las populares, difundidas y también caras, pashminas de la India. Esto convierte a los ponchos catamarqueños en los mejores del mundo, condición que motivó el obsequio dado al Santo Padre Juan Pablo II, en ocasión de su visita a nuestro país.

Córdoba, por su parte, ha impuesto el uso del "poncho coscoíno" que es un poncho claro con flecos negros y guarda pampa, muy similar a los usados en algunas partes de Buenos Aires donde el Poncho pampa fue el utilizado por el gaucho en todo el territorio pampeano. Entre estos se encuentra el Ranquelino que se confeccionaba con pelo de guanaco hilado y con lana de oveja a partir de la influencia hispana.

Otra variante de poncho es el Mapuche, con su característica guarda greca o dibujo similar a sus grabados rupestres. También se encuentra el Poncho jesuítico elaborado por los aborígenes de la región chaqueña (Tobas, Mocovíes, Chirigüanos y Wichis) con influencia andínicas- amazónicas cuyos dibujos están relacionados con lo mágico y la cosmovisión que la cultura europea consideró fetichista o pagano. Otros tipos de ponchos que enriquecen nuestro patrimonio textil, son los realizados desde comienzos del siglo XIX con seda proveniente de la sericicultura practicada en nuestras provincias norteñas.

Por las razones expuestas, señor Presidente, y por considerar de gran importancia cultural y regional el evento mencionado, solicito el acompañamiento de mis pares para la aprobación del presente proyecto.