Expresar su beneplácito por el bicentenario de la Declaración de la Independencia nacional declarada el 9 de julio de 1816 en la ciudad de San Miguel de Tucumán

Señor presidente:

La declaración fue la consecuencia del trabajo de grandes patriotas a lo largo de muchos años para convertir este acontecimiento en la piedra basal de nuestro país.

Sin lugar a ninguna duda, este es el hecho más trascendente de toda la historia nacional porque permitió que la Argentina comience el camino de la formación de su autodeterminación.

Este acontecimiento se realizó en el marco de muchos conflictos internos y externos. No debemos olvidar que varios diputados pretendían declarar la independencia de España para entregar nuestro territorio a los reinos de Portugal o Inglaterra. La carrera contra reloj de muchos patriotas para evitar que así sucediese no puede ser minimizada ni olvidada donde es crucial el accionar de José de San Martín, quien entendía que la única posibilidad era la independencia de todo poder y la creación de una nueva Nación.

Se había dado un gran paso. Seis años de avances y retrocesos; de traiciones y sangre derramada; de fuerte debates ideológicos, filosóficos y muchos cambios en el ámbito internacional, fueron las bases de esta declaración, de la Declaración formal de la Independencia, si bien no fue el fin de los conflictos especialmente internos pero sí se puede decir que fue el comienzo de un nuevo Estado.

Aquel martes 9 de Julio y a pedido del diputado jujeño Sánchez de Bustamante se trató el “Proyecto de deliberación sobre la libertad e independencia del país”. Fue aprobado por unanimidad y se firmó el Acta de Independencia que declaraba “Solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas provincia romper los vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos de que fueran despojadas e invertirse al alto carácter de nación independiente del Rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”.

La declaración de la Independencia es el inicio de la organización nacional, es el hecho fundamental que permitió presentar al mundo una nueva y gloriosa nación.

El general San Martín llevó copias de la declaración en su crece de los Andes para mostrar a los pueblos hermanos que en estas latitudes ya regía una soberanía propia con lo cual incentivaba a los demás dominios del virreinato español a emular la acción y declararse libres y dueños de su destino.

La distancia que iba creciendo entre la metrópoli y las colonias desde mayo de 1810 llegó a su punto máximo en Tucumán el 9 de julio de 1816, y a partir de ese día el pueblo americano comenzó a forjar la adultez de la propia determinación.

A doscientos años de la Declaración de la Independencia los argentinos seguimos gozando de sus beneficios viviendo en una nación libre, soberana e independiente.

Por todo lo antes expuesto es que solicito a las señoras y señores diputados que acompañen el presente proyecto de resolución.