Proyecto
Declarar de interés de esta Honorable
Cámara, las investigaciones conjuntas realizadas entre especialistas de la Escuela
de Arqueología de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA), del Instituto de
Investigaciones sobre Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de San
Martín (IIPC-UNSAM) y del Centro de Química del Instituto Nacional de Tecnología
Industrial (INTI), tendientes al estudio y preservación de las pinturas rupestres
halladas en unas 30 cuevas de Oyola, en la Sierra de Ancasti, Provincia de
Catamarca.
FUNDAMENTOS
Proyecto
Señor presidente:
En las últimas dos décadas se han
llevado a cabo varios estudios de estudios regionales sobre el arte rupestre, sobre
todo en Chile y en Argentina. Esto ha producido un sustancial incremento en el
registro de sitios que alientan la prosecución de las investigaciones emprendidas
que avalen, entre otros fines, futuras nominaciones para integrar la Lista Tentativa
de Sitios de Patrimonio Mundial.
En los últimos años la comunidad
científica ha intensificado la exploración de pinturas rupestres en el territorio
nacional, con el objetivo de conocer el origen de estas inscripciones que forman
parte del patrimonio cultural argentino.
En tal sentido, el conjunto de sitios
con pinturas rupestres de la Sierra de Ancasti constituye una expresión de las
prácticas ceremoniales de grupos humanos de la Cultura Aguada que habitaron la
región aproximadamente entre los 900 y 1200 años DC, y que representan
enclaves de la Ruta del Cebil, una importante red que comunicaba grupos
humanos de diversas regiones andinas. Las prácticas rituales, que incluían el uso
de sustancias alucinógenas, se expresan a través de un arte rupestre de
excepcionales valores estéticos.
En esta línea, investigadores del INTI
participaron de una exploración conjunta con la Escuela de Arqueología de la
Universidad Nacional de Catamarca (UNCA) y el Instituto de Investigaciones sobre
Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), en las
Cuevas de Oyola de la Sierra de Ancasti en Catamarca.
El Licenciado en Arqueología de la
UNCA, institución que lideró el proyecto, Lucas Gheco, explicó que: "La
investigación permitió conocer que las pinturas fueron realizadas con materiales
locales, como yeso y arcilla. Además se detectaron diferentes preparaciones de
pinturas en tonos rojos y blancos, lo cual supone complejas técnicas de
elaboración y cierta diacronía (desarrollo a través del tiempo) en la confección de
los motivos".
Para su estudio se tomaron muestras
de 1 mm² de los grabados, se extrajeron elementos presentes en el lugar -desde
vegetación hasta sedimentos del suelo- y se analizaron en el INTI. Los primeros
ensayos se realizaron en el Centro de INTI-Procesos Superficiales y luego pasaron
al Laboratorio de Especies Cristalinas de INTI-Química para continuar con la
caracterización mediante las técnicas de rayos X de difracción y
fluorescencias.
A partir del análisis químico se
identificó la presencia de óxido de hierro en coloraciones rojizas (material
característico en este tipo de formaciones geológicas); cactus como material
aglutinante; y oxalato de calcio en los pigmentos blancos, compuesto que pudo
originarse como resultado del accionar de líquenes a lo largo del tiempo
cumpliendo una función de crucial para la conservación de las pinturas porque
actúa como una especie de barniz natural. En este sentido, el conocimiento de la
composición de las muestras será clave para la preservación del espacio donde se
encuentran.
El grupo de investigadores y
científicos lleva varios años trabajando y compartiendo tareas de campo. A los
efectos de cumplir con los protocolos de la investigación como ser los aspectos
vinculados a las tomas de muestras, los resultados de laboratorio y su
interpretación, de las 30 cuevas que tienen pinturas rupestres el equipo
investigador está enfocado en la número siete tratando de dilucidar bien la historia
que avale los informes que estarán en publicaciones específicas.
Este logro alcanzado por los
investigadores argentinos, deberá contar con el apoyo necesario de las
autoridades públicas responsables del manejo de visitantes y el cuidado del arte
rupestre, ya que muchos sitios prematuramente abiertos a la visita turística están
sufriendo actos de vandalismo que pueden conducir irreversiblemente a una
destrucción completa. Asimismo, deberán contemplarse controles más rígidos en
las evaluaciones de impacto ambiental en relación con las grandes obras públicas.
Por las razones expuestas, señor
Presidente, y en reconocimiento a la tarea desarrollada por el equipo
multidisciplinario liderado por la UNCA para investigar y preservar nuestro
patrimonio cultural, solicito el acompañamiento de mis pares para la aprobación
del presente proyecto.
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