COMERCIO
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P01 Oficina 107
Jefe SRA. SARA GABRIELA M
Martes 14.00hs
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- COMERCIO
- AGRICULTURA Y GANADERIA
- PRESUPUESTO Y HACIENDA
Reunión del día 04/08/2009
- SISTEMA AGROALIMENTARIO LÁCTEO
INVITADOS
- señores secretario de Agricultura y Ganadería y de la señora subsecretaria de Desarrollo Agropecuario, así como de los equipos técnicos del sector de la lechería
En Buenos Aires, a los cuatro días del mes de agosto de 2009, a la hora 16 y 37:
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRRREZ Damos comienzo a la reunión de la Comisión de Agricultura y Ganadería.
Tenemos el honor de contar con la presencia del secretario de Agricultura y Ganadería y de la señora subsecretaria de Desarrollo Agropecuario, así como de los equipos técnicos del sector de la lechería, los productores y entidades del sector, algunos de los cuales han viajado desde muy lejos. Todos ustedes honran con su presencia este recinto. Esta reunión es conjunta de las comisiones de Agricultura y Ganadería, de Comercio y de Presupuesto y Hacienda, que son las tres comisiones que tienen el giro unificado para los temas del sistema agroalimentario lácteo, tal cual lo informamos durante la reunión pasada.
En primer lugar, vamos a pedir al señor secretario Carlos Cheppi que haga uso de la palabra. También están anotados en la lista de oradores representantes de productores y de la industria, tal cual nos solicitaron los legisladores, y miembros del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
Tiene la palabra el señor secretario de Agricultura, Carlos Cheppi.
Tenemos el honor de contar con la presencia del secretario de Agricultura y Ganadería y de la señora subsecretaria de Desarrollo Agropecuario, así como de los equipos técnicos del sector de la lechería, los productores y entidades del sector, algunos de los cuales han viajado desde muy lejos. Todos ustedes honran con su presencia este recinto. Esta reunión es conjunta de las comisiones de Agricultura y Ganadería, de Comercio y de Presupuesto y Hacienda, que son las tres comisiones que tienen el giro unificado para los temas del sistema agroalimentario lácteo, tal cual lo informamos durante la reunión pasada.
En primer lugar, vamos a pedir al señor secretario Carlos Cheppi que haga uso de la palabra. También están anotados en la lista de oradores representantes de productores y de la industria, tal cual nos solicitaron los legisladores, y miembros del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
Tiene la palabra el señor secretario de Agricultura, Carlos Cheppi.
SR. CHEPPI Señor presidente: agradezco la invitación a participar de esta reunión de comisión.
Comenzaré comentando la visión de la Secretaría de Agricultura en lo relativo a la producción lechera con el objeto de aportar al debate que se está llevando a cabo en esta comisión.
En el aspecto coyuntural y el mediano y largo plazo, se trata de un tema conocido porque en mayor o menor medida todos seguimos sufriendo esta complicada crisis internacional lechera. No somos los únicos que tenemos inconvenientes con la producción lechera. De hecho, la información relativa a los distintos países de Europa hace mención a la protesta de los tamberos y al bloqueo de las fronteras. Esto ocurre tanto en España como en Uruguay. Países vecinos y también lejanos están atravesando una situación tremendamente complicada en la lechería.
Asimismo tienen problemas con los costos porque los precios de la leche han caído más de un 50 por ciento, no ocurriendo lo mismo con los precios de los alimentos. Por ejemplo, ni la soja ni el maíz han sufrido caídas superiores al 25 ó 30 por ciento.
Todos sabemos que la leche es uno de los insumos básicos, en consecuencia esta situación está generando problemas, ya sea mayores o menores, en todo el mundo.
Esta comisión está debatiendo los temas de emergencia. Al respecto, quiero comentar que desde el punto de vista nacional la sequía fue tremendamente larga y extendida en su distribución geográfica, más allá de los valores absolutos relativos a la época invierno-verano y a los inviernos secos.
Lo ocurrido con la lechería ha provocado un faltante en la alimentación por tratarse del producto más barato que puede hacerse en un tambo cuando las condiciones climáticas son buenas. Esos hechos han llevado a tener que alimentar a los animales con grano -maíz, sorgo, etcétera- mucho más que en condiciones normales.
Además, paralelamente sufrimos la caída de los precios internacionales. De todos modos, la coyuntura nacional es buena porque hay más de un 70 por ciento de probabilidades de que tengamos una primavera con lluvias superiores al nivel normal. Afortunadamente los pronósticos climáticos y las lluvias caídas en los últimos días hacen prever, más allá de que siempre alguna zona pueda estar complicada, una primavera normal y tal vez mejor. Por eso todos creemos que el tema de la sequía podrá resolverse. De todos modos, todavía restan algunos meses en los cuales se tendrá que seguir alimentando a los animales.
En este punto quiero hacer un paréntesis y referirme a las noticias que se están leyendo en los diarios, viendo en los debates televisivos o escuchando por radio acerca de que está bajando la producción de leche.
La verdad es que a partir de los datos con los que contamos, y a pesar de la sequía el año pasado, la Secretaría computó que prácticamente se llegó al tope de producción. Además, este año ha aumentado aproximadamente un 3 por ciento más. Estos son los números que manejamos en función de los análisis realizados y la información brindada por las empresas.
Es decir que si se habla de la caída catastrófica que día tras día experimentan los tambos, nosotros debemos decir que no tenemos evidencia de que esté ocurriendo de esa manera.
Comenzaré comentando la visión de la Secretaría de Agricultura en lo relativo a la producción lechera con el objeto de aportar al debate que se está llevando a cabo en esta comisión.
En el aspecto coyuntural y el mediano y largo plazo, se trata de un tema conocido porque en mayor o menor medida todos seguimos sufriendo esta complicada crisis internacional lechera. No somos los únicos que tenemos inconvenientes con la producción lechera. De hecho, la información relativa a los distintos países de Europa hace mención a la protesta de los tamberos y al bloqueo de las fronteras. Esto ocurre tanto en España como en Uruguay. Países vecinos y también lejanos están atravesando una situación tremendamente complicada en la lechería.
Asimismo tienen problemas con los costos porque los precios de la leche han caído más de un 50 por ciento, no ocurriendo lo mismo con los precios de los alimentos. Por ejemplo, ni la soja ni el maíz han sufrido caídas superiores al 25 ó 30 por ciento.
Todos sabemos que la leche es uno de los insumos básicos, en consecuencia esta situación está generando problemas, ya sea mayores o menores, en todo el mundo.
Esta comisión está debatiendo los temas de emergencia. Al respecto, quiero comentar que desde el punto de vista nacional la sequía fue tremendamente larga y extendida en su distribución geográfica, más allá de los valores absolutos relativos a la época invierno-verano y a los inviernos secos.
Lo ocurrido con la lechería ha provocado un faltante en la alimentación por tratarse del producto más barato que puede hacerse en un tambo cuando las condiciones climáticas son buenas. Esos hechos han llevado a tener que alimentar a los animales con grano -maíz, sorgo, etcétera- mucho más que en condiciones normales.
Además, paralelamente sufrimos la caída de los precios internacionales. De todos modos, la coyuntura nacional es buena porque hay más de un 70 por ciento de probabilidades de que tengamos una primavera con lluvias superiores al nivel normal. Afortunadamente los pronósticos climáticos y las lluvias caídas en los últimos días hacen prever, más allá de que siempre alguna zona pueda estar complicada, una primavera normal y tal vez mejor. Por eso todos creemos que el tema de la sequía podrá resolverse. De todos modos, todavía restan algunos meses en los cuales se tendrá que seguir alimentando a los animales.
En este punto quiero hacer un paréntesis y referirme a las noticias que se están leyendo en los diarios, viendo en los debates televisivos o escuchando por radio acerca de que está bajando la producción de leche.
La verdad es que a partir de los datos con los que contamos, y a pesar de la sequía el año pasado, la Secretaría computó que prácticamente se llegó al tope de producción. Además, este año ha aumentado aproximadamente un 3 por ciento más. Estos son los números que manejamos en función de los análisis realizados y la información brindada por las empresas.
Es decir que si se habla de la caída catastrófica que día tras día experimentan los tambos, nosotros debemos decir que no tenemos evidencia de que esté ocurriendo de esa manera.
Manifestaciones en la barra.
SR. CHEPPI Yo vivo en la Argentina...
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ La Presidencia recuerda a los presentes que hemos acordado escuchar con respeto y en silencio todas las expresiones, tanto las de los diputados como las de quienes han sido invitados. Por eso, pide que mantengamos el orden, porque es la única manera de proseguir con la reunión.
Continúa en el uso de la palabra el señor Cheppi.
Continúa en el uso de la palabra el señor Cheppi.
SR. CHEPPI Señor presidente: esto no significa que no estén cerrando tambos. Es por todos conocidos que durante los últimos veinte años se ha producido una mayor concentración tambera y que la cantidad de tambos cayó no sólo en la Argentina sino en el resto del mundo. Es cierto que en los últimos quince años nuestro país sufrió situaciones económicas quizás mucho más drásticas que las que atravesaron otras naciones, pero si analizamos la caída de los tambos a nivel internacional advertiremos que por suerte, la Argentina registra todavía tasas más bajas que las que normalmente encontramos en otros países.
Reitero: esto no quiere decir que algunos tambos no estén cerrando. Sólo quiero dejar en claro que no lo están haciendo en la magnitud que se plantea. Pienso que para hacer un buen análisis, tanto de la coyuntura como del futuro, debemos ser lo más realistas posibles.
A esto debemos agregar que los datos demuestran claramente que la cantidad de vacas lecheras no ha bajado. Es cierto que la concentración en tambos cada vez más grandes se sigue dando; pero nosotros no queremos que eso ocurra. Por eso, durante el último año y medio hemos tomado medidas tendientes a sostener los tambos más pequeños, que en términos de costos son muchas veces los más complicados.
Como es sabido, aproximadamente el 40 por ciento de los tambos se desarrolla en tierras arrendadas. Algunos se encuentran en tierras propias y a su vez arriendan, mientras que otros -los menos- se desarrollan sólo en tierras arrendadas. Obviamente, la competencia con la agricultura se ha dado y se sigue dando. También en este punto, que se vincula con el futuro de la lechería argentina, debemos ser muy claros. Los precios de los commodities agrícolas, pese a la caída que han sufrido, continúan siendo elevados. Entonces, la competencia por la tierra entre los tambos que están en zonas agrícolas ha generado un costo tal que los tambos en situación de arrendamiento se encuentran con grandes problemas. Luego, si el tambo se encuentra en tierra agrícola propia pero quiere ponerle un costo de oportunidad, obviamente ese costo será elevado.
En suma, debemos ser muy claros cuando hablamos de las posibilidades de la lechería en el futuro y decir que será muy difícil lograr competitividad en tierras agrícolas. Más allá de los datos con que contamos, tanto del INTA como de los tambos privados de punta, cuando analizamos la renta de la actividad lechera de máxima productividad -como la que se desarrolla en muchas regiones del país-, con un sistema de rotación agrícola en el mismo lugar, advertimos que la lechería compite; no está por debajo sino que compite. ¿Pero qué ocurre? Compite en términos de números pero no en cantidad de trabajo.
A mi juicio, cuando hablamos del futuro de la actividad, éste es un punto que no podemos dejar de lado, porque por más que sea una producción que compite en términos de números no será fácil sostenerla si hay otra que tiene casi la misma renta pero puede ser llevada a cabo con mucho menos trabajo.
Son puntos que deben ser claros para el debate. Hay que ver dónde se va a instalar la lechería a futuro y con qué sistema de producción en cada uno de estos lugares. Porque no es que la lechería tenga que desaparecer de las zonas agrícolas. Lo que seguramente ha ocurrido y está ocurriendo en este proceso de sequía que hemos tenido es que se han cerrado muchos tambos. Aunque quiero dejar en claro que la producción no ha bajado a pesar de la sequía, que no desconocemos, y del aumento de los costos. La producción se ha ido manteniendo porque se aplicó tecnología. Este proceso también se viene dando en muchos tambos fuertemente agrícolas, donde cada vez se va confinando la lechería y se hace menos pasto para esas mismas vacas. Esto ocurre donde hay espacio para la agricultura.
Entonces, estos procesos, de acuerdo en qué territorio esté colocada la producción láctea, va a haber que evaluarlos a futuro, con el fin de no entrar en crisis permanente. Por otro lado, tambos que se cierran en zonas altamente agrícolas, se cierran pero se alquilan en otro lado, o se llevan las vacas a otro lado. No es que ese productor se está fundiendo. Se hace agricultura y se lleva la lechería a otro lado. Eso está ocurriendo. Yo no digo que sea ni bueno ni malo; digo que ocurre. Y que no es fácil sostenerlo por la cantidad de trabajo que demanda una actividad u otra, obteniendo la misma rentabilidad.
Reitero: esto no quiere decir que algunos tambos no estén cerrando. Sólo quiero dejar en claro que no lo están haciendo en la magnitud que se plantea. Pienso que para hacer un buen análisis, tanto de la coyuntura como del futuro, debemos ser lo más realistas posibles.
A esto debemos agregar que los datos demuestran claramente que la cantidad de vacas lecheras no ha bajado. Es cierto que la concentración en tambos cada vez más grandes se sigue dando; pero nosotros no queremos que eso ocurra. Por eso, durante el último año y medio hemos tomado medidas tendientes a sostener los tambos más pequeños, que en términos de costos son muchas veces los más complicados.
Como es sabido, aproximadamente el 40 por ciento de los tambos se desarrolla en tierras arrendadas. Algunos se encuentran en tierras propias y a su vez arriendan, mientras que otros -los menos- se desarrollan sólo en tierras arrendadas. Obviamente, la competencia con la agricultura se ha dado y se sigue dando. También en este punto, que se vincula con el futuro de la lechería argentina, debemos ser muy claros. Los precios de los commodities agrícolas, pese a la caída que han sufrido, continúan siendo elevados. Entonces, la competencia por la tierra entre los tambos que están en zonas agrícolas ha generado un costo tal que los tambos en situación de arrendamiento se encuentran con grandes problemas. Luego, si el tambo se encuentra en tierra agrícola propia pero quiere ponerle un costo de oportunidad, obviamente ese costo será elevado.
En suma, debemos ser muy claros cuando hablamos de las posibilidades de la lechería en el futuro y decir que será muy difícil lograr competitividad en tierras agrícolas. Más allá de los datos con que contamos, tanto del INTA como de los tambos privados de punta, cuando analizamos la renta de la actividad lechera de máxima productividad -como la que se desarrolla en muchas regiones del país-, con un sistema de rotación agrícola en el mismo lugar, advertimos que la lechería compite; no está por debajo sino que compite. ¿Pero qué ocurre? Compite en términos de números pero no en cantidad de trabajo.
A mi juicio, cuando hablamos del futuro de la actividad, éste es un punto que no podemos dejar de lado, porque por más que sea una producción que compite en términos de números no será fácil sostenerla si hay otra que tiene casi la misma renta pero puede ser llevada a cabo con mucho menos trabajo.
Son puntos que deben ser claros para el debate. Hay que ver dónde se va a instalar la lechería a futuro y con qué sistema de producción en cada uno de estos lugares. Porque no es que la lechería tenga que desaparecer de las zonas agrícolas. Lo que seguramente ha ocurrido y está ocurriendo en este proceso de sequía que hemos tenido es que se han cerrado muchos tambos. Aunque quiero dejar en claro que la producción no ha bajado a pesar de la sequía, que no desconocemos, y del aumento de los costos. La producción se ha ido manteniendo porque se aplicó tecnología. Este proceso también se viene dando en muchos tambos fuertemente agrícolas, donde cada vez se va confinando la lechería y se hace menos pasto para esas mismas vacas. Esto ocurre donde hay espacio para la agricultura.
Entonces, estos procesos, de acuerdo en qué territorio esté colocada la producción láctea, va a haber que evaluarlos a futuro, con el fin de no entrar en crisis permanente. Por otro lado, tambos que se cierran en zonas altamente agrícolas, se cierran pero se alquilan en otro lado, o se llevan las vacas a otro lado. No es que ese productor se está fundiendo. Se hace agricultura y se lleva la lechería a otro lado. Eso está ocurriendo. Yo no digo que sea ni bueno ni malo; digo que ocurre. Y que no es fácil sostenerlo por la cantidad de trabajo que demanda una actividad u otra, obteniendo la misma rentabilidad.
- Varios asistentes hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Pedimos que los asistentes sean generosos y mantengan silencio, por favor.
SR. CHEPPI Respecto a los problemas de precios que se han ido generando, también quiero dejar en claro, como se hizo la semana pasada, de que se aumenta la compensación a tambos de 12 mil litros con 20 centavos. Esto se vino haciendo desde 2007 hasta 2009, con distintos montos que se han ido colocando al sector de la producción.
Por otro lado, se eliminaron las retenciones a la producción de leche. Hoy la leche no tiene retenciones de ningún tipo. Además, si bien los ROELS siguen existiendo, serán eliminados en no mucho más de diez o quince días. Ahora estoy firmando: a veces vienen con seis o siete días y pasan por la Secretaría; otras veces pueden demorar unos días más. Pero digamos que el sistema lácteo no tiene limitaciones a la exportación desde hace unos cuantos meses. Eso se va a seguir haciendo así. De hecho, en relación con los últimos acuerdos que se firmaron desde el año pasado -de los que algunas asociaciones de tamberos participaron y otras no-, la presidenta fue muy clara en definir que del sector lácteo no se quiere obtener ningún tipo de caja. Por lo cual, y quiero instalar esta idea, hay perspectivas a futuro intactas para la lechería. En primer lugar, por los precios que hoy estamos pagando. Lo que está pagando la industria más la compensación actual y la que se hizo hasta ahora, más este nuevo acuerdo hasta diciembre, ronda los 0,85, 0,95 y hasta 1 peso para los tambos de hasta 12 mil litros. Se trata de 3 mil litros hasta 12 mil litros. Estamos hablando de 18 mil pesos lo que genera un tambo de 3 mil litros por mes en compensación a la producción. Esto implica 500 millones de pesos, más allá de lo que se ha puesto hasta ahora, que ronda los 600 y pico de millones de pesos para el sector productor exclusivamente.
Por otro lado, quiero referirme a cómo ven nuestra futura producción lechera desde el exterior. En general se estima que la producción de los países que ofertan leche al mercado internacional aumentará alrededor de un 1,5 por ciento entre este año y el 2018. Estos son datos provenientes de la FAO y de otras organizaciones de la OCDE. Mientras tanto, Argentina está vista como un país cuya producción lechera puede aumentar un 3 por ciento en el mismo período. Es cierto que se puede tener un potencial lácteo y una competitividad natural muy fuerte, más allá de tener que acordar la relación con la agricultura -que estamos convencidos que seguirá con precios altos-, y que será bastante difícil reacomodar la lechería de las zonas agrícolas con los sistemas tradicionales. A mi entender hay que pensar sobre este punto.
Estos son los debates que debemos darnos para contar con una ley que nos permita instalar una lechería en el ámbito competitivo internacional y a la vez tener productos lo más económicos posible en el sistema local.
Es muy importante abordar en forma conjunta la lechería y la agricultura porque si modificamos las retenciones al maíz, obviamente aumentan los costos de alimentación del sector tambero, tal como ocurre con muchas otras producciones cárnicas. Y ustedes saben que más allá de todas las discusiones acerca de las retenciones, la realidad es que son un incentivo muy fuerte para agregar valor a la carne aviar, vacuna y porcina y a la leche. Esto hay que tenerlo a cuenta porque a veces muy alegremente se habla de bajar o subir retenciones, sin pensar que ello afecta fuertemente al sistema en los aspectos vinculados a la alimentación y al valor de arrendamiento de los campos.
Tenemos que lograr un sistema que esté articulado de la mejor manera posible. Y ello podemos hacerlo si tenemos en cuenta estos puntos en la redacción de la iniciativa. La brecha tecnológica actual es muy alta, el promedio es de 16 litros en comparación con los tambos experimentales que triplican esa producción de leche por hectárea. Ese tema está latente y hay que articularlo, tratando de sostener lo más posible a los pequeños y medianos tambos que a veces tienen los mayores inconvenientes en términos de costos. Cuanto más chico es el productor tambero, y si está en algunas cuencas, obviamente sus costos suelen ser mayores. Sin embargo, para analizar los motivos que llevan a ello en las provincias con tambos más pequeños, la Subsecretaría de Desarrollo Rural está utilizando las herramientas pertinentes. Hay muchas alternativas para ayudar no sólo en función del costo, ya que de ser así se llegaría a pactar precios sobre los tambos más pequeños. Si nosotros damos ese precio, lo que estamos haciendo es generar rápidamente una mayor concentración de la lechería. Entiendo que estos temas deben aportarse al debate porque no se trata de un asunto menor.
Por otro lado, en la Secretaría de Agricultura hemos avanzado mucho en lo relativo a la comercialización. Hemos mantenido muchas discusiones, no solamente en mi gestión sino en las anteriores, acerca del significado el pago de una leche de referencia.
Estamos de acuerdo con el plan estratégico acordado en el marco público-privado y también con la liquidación única de parte de las empresas, que hay que transparentarla. Hay formas bastante rápidas para llevar a cabo ese plan, sin embargo es necesario que en algún momento logremos el acuerdo de las partes y un marco legal adecuado.
Para finalizar, un último punto no menor que hemos discutido en muchas reuniones con los productores en el marco del plan estratégico, es el referido a la mano de obra del sector tambero.
Como es sabido, a partir del actual sistema de producción, el tambero presenta condiciones laborales muy complejas; pero no somos nosotros los inventores de esto.
En muchos países del mundo esta problemática comenzó a abordarse. Nosotros todavía no lo hemos hecho, y creo que hay un espacio ocupado por todo lo que significa la mano de obra en relación con el tambo que tiene mucha importancia, dado que no es sencillo trabajar mañana, tarde y noche durante todos los días del año.
Por más que se pague, cada vez tenemos menos oferta de tamberos en el sistema. Entonces, es preciso que discutamos acerca de cómo se resuelve este problema. Tal vez se podría generar una carrera para el trabajador del tambo, donde la parte más complicada insuma un tiempo menor y luego exista la posibilidad de desarrollar otra actividad. Son sólo ideas, porque como dije antes la cuestión aún no ha sido resuelta. No es un tema menor, y cada país lo ha ido abordando de diferente forma.
Quienes tienen tambo saben que no es un tema fácil, ya que cada vez cuesta más incorporar tamberos al sistema.
De esta manera he querido mostrar las complejidades del tema lechero, para que se entienda -más allá de que se esté de acuerdo o no- que el abordaje de una ley que comprenda todas estas cuestiones no es una tarea sencilla. Creo que es necesario un mayor consenso entre los políticos, los tamberos, los representantes de la industria y toda la cadena láctea y comercial.
No es mi intención insumir más tiempo con mi exposición; por lo tanto, sólo me resta agradecer al auditorio por haberme escuchado.
Por otro lado, se eliminaron las retenciones a la producción de leche. Hoy la leche no tiene retenciones de ningún tipo. Además, si bien los ROELS siguen existiendo, serán eliminados en no mucho más de diez o quince días. Ahora estoy firmando: a veces vienen con seis o siete días y pasan por la Secretaría; otras veces pueden demorar unos días más. Pero digamos que el sistema lácteo no tiene limitaciones a la exportación desde hace unos cuantos meses. Eso se va a seguir haciendo así. De hecho, en relación con los últimos acuerdos que se firmaron desde el año pasado -de los que algunas asociaciones de tamberos participaron y otras no-, la presidenta fue muy clara en definir que del sector lácteo no se quiere obtener ningún tipo de caja. Por lo cual, y quiero instalar esta idea, hay perspectivas a futuro intactas para la lechería. En primer lugar, por los precios que hoy estamos pagando. Lo que está pagando la industria más la compensación actual y la que se hizo hasta ahora, más este nuevo acuerdo hasta diciembre, ronda los 0,85, 0,95 y hasta 1 peso para los tambos de hasta 12 mil litros. Se trata de 3 mil litros hasta 12 mil litros. Estamos hablando de 18 mil pesos lo que genera un tambo de 3 mil litros por mes en compensación a la producción. Esto implica 500 millones de pesos, más allá de lo que se ha puesto hasta ahora, que ronda los 600 y pico de millones de pesos para el sector productor exclusivamente.
Por otro lado, quiero referirme a cómo ven nuestra futura producción lechera desde el exterior. En general se estima que la producción de los países que ofertan leche al mercado internacional aumentará alrededor de un 1,5 por ciento entre este año y el 2018. Estos son datos provenientes de la FAO y de otras organizaciones de la OCDE. Mientras tanto, Argentina está vista como un país cuya producción lechera puede aumentar un 3 por ciento en el mismo período. Es cierto que se puede tener un potencial lácteo y una competitividad natural muy fuerte, más allá de tener que acordar la relación con la agricultura -que estamos convencidos que seguirá con precios altos-, y que será bastante difícil reacomodar la lechería de las zonas agrícolas con los sistemas tradicionales. A mi entender hay que pensar sobre este punto.
Estos son los debates que debemos darnos para contar con una ley que nos permita instalar una lechería en el ámbito competitivo internacional y a la vez tener productos lo más económicos posible en el sistema local.
Es muy importante abordar en forma conjunta la lechería y la agricultura porque si modificamos las retenciones al maíz, obviamente aumentan los costos de alimentación del sector tambero, tal como ocurre con muchas otras producciones cárnicas. Y ustedes saben que más allá de todas las discusiones acerca de las retenciones, la realidad es que son un incentivo muy fuerte para agregar valor a la carne aviar, vacuna y porcina y a la leche. Esto hay que tenerlo a cuenta porque a veces muy alegremente se habla de bajar o subir retenciones, sin pensar que ello afecta fuertemente al sistema en los aspectos vinculados a la alimentación y al valor de arrendamiento de los campos.
Tenemos que lograr un sistema que esté articulado de la mejor manera posible. Y ello podemos hacerlo si tenemos en cuenta estos puntos en la redacción de la iniciativa. La brecha tecnológica actual es muy alta, el promedio es de 16 litros en comparación con los tambos experimentales que triplican esa producción de leche por hectárea. Ese tema está latente y hay que articularlo, tratando de sostener lo más posible a los pequeños y medianos tambos que a veces tienen los mayores inconvenientes en términos de costos. Cuanto más chico es el productor tambero, y si está en algunas cuencas, obviamente sus costos suelen ser mayores. Sin embargo, para analizar los motivos que llevan a ello en las provincias con tambos más pequeños, la Subsecretaría de Desarrollo Rural está utilizando las herramientas pertinentes. Hay muchas alternativas para ayudar no sólo en función del costo, ya que de ser así se llegaría a pactar precios sobre los tambos más pequeños. Si nosotros damos ese precio, lo que estamos haciendo es generar rápidamente una mayor concentración de la lechería. Entiendo que estos temas deben aportarse al debate porque no se trata de un asunto menor.
Por otro lado, en la Secretaría de Agricultura hemos avanzado mucho en lo relativo a la comercialización. Hemos mantenido muchas discusiones, no solamente en mi gestión sino en las anteriores, acerca del significado el pago de una leche de referencia.
Estamos de acuerdo con el plan estratégico acordado en el marco público-privado y también con la liquidación única de parte de las empresas, que hay que transparentarla. Hay formas bastante rápidas para llevar a cabo ese plan, sin embargo es necesario que en algún momento logremos el acuerdo de las partes y un marco legal adecuado.
Para finalizar, un último punto no menor que hemos discutido en muchas reuniones con los productores en el marco del plan estratégico, es el referido a la mano de obra del sector tambero.
Como es sabido, a partir del actual sistema de producción, el tambero presenta condiciones laborales muy complejas; pero no somos nosotros los inventores de esto.
En muchos países del mundo esta problemática comenzó a abordarse. Nosotros todavía no lo hemos hecho, y creo que hay un espacio ocupado por todo lo que significa la mano de obra en relación con el tambo que tiene mucha importancia, dado que no es sencillo trabajar mañana, tarde y noche durante todos los días del año.
Por más que se pague, cada vez tenemos menos oferta de tamberos en el sistema. Entonces, es preciso que discutamos acerca de cómo se resuelve este problema. Tal vez se podría generar una carrera para el trabajador del tambo, donde la parte más complicada insuma un tiempo menor y luego exista la posibilidad de desarrollar otra actividad. Son sólo ideas, porque como dije antes la cuestión aún no ha sido resuelta. No es un tema menor, y cada país lo ha ido abordando de diferente forma.
Quienes tienen tambo saben que no es un tema fácil, ya que cada vez cuesta más incorporar tamberos al sistema.
De esta manera he querido mostrar las complejidades del tema lechero, para que se entienda -más allá de que se esté de acuerdo o no- que el abordaje de una ley que comprenda todas estas cuestiones no es una tarea sencilla. Creo que es necesario un mayor consenso entre los políticos, los tamberos, los representantes de la industria y toda la cadena láctea y comercial.
No es mi intención insumir más tiempo con mi exposición; por lo tanto, sólo me resta agradecer al auditorio por haberme escuchado.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ La Presidencia agradece al señor Cheppi por haber concurrido a esta reunión con todo su equipo.
Tiene la palabra el señor diputado Gribaudo.
Tiene la palabra el señor diputado Gribaudo.
SR. GRIBAUDO Señor presidente: si es posible, me gustaría que aprovechemos esta oportunidad de contar con la presencia del señor secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca y de su equipo para plantear una o dos preguntas por bloque.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Tiene la palabra el señor diputado Morini.
SR. MORINI Señor presidente: sinceramente nos enteramos entre ayer y hoy de que el señor secretario estaría presente, ya que no era lo que habíamos acordado en la reunión anterior. De todas maneras, celebro que haya venido y que luego de siete años se hayan acordado de que la lechería está en crisis, porque la situación que atraviesa el sector no es fruto del problema agropecuario actual sino que se originó hace tiempo.
En caso de que analicemos la cuestión, pido que tengamos la oportunidad de discutir algunas cuestiones ya sea con cada entidad o a medida que hace uso de la palabra cada expositor. De lo contrario, las horas irán pasando y nos encontraremos con que no tenemos tiempo para formular preguntas.
En caso de que analicemos la cuestión, pido que tengamos la oportunidad de discutir algunas cuestiones ya sea con cada entidad o a medida que hace uso de la palabra cada expositor. De lo contrario, las horas irán pasando y nos encontraremos con que no tenemos tiempo para formular preguntas.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Tiene la palabra el señor diputado Marconato.
SR. MARCONATO Señor presidente: junto con los bloques y con el señor vicepresidente de la comisión estamos coordinando la apertura de la ronda de preguntas a fin de que cada bloque pueda plantear dos interrogantes al señor secretario. Luego continuaríamos con la exposición de los demás invitados, y si los diputados consideramos que es necesario iniciar una nueva ronda de preguntas, definiremos esa cuestión en el momento oportuno.
Si los señores diputados están de acuerdo, daríamos comienzo a la ronda de preguntas.
Si los señores diputados están de acuerdo, daríamos comienzo a la ronda de preguntas.
No se formulan objeciones.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Tiene la palabra el señor diputado Morini.
SR. MORINI Yo escuché los datos estadísticos expuestos por el secretario Cheppi. Pero me parece que a fin de año vamos a comprobar que la realidad no es la que el secretario plantea. Hay cierres de tambos y concentración de tambos. Respecto a la oferta de tamberos, les puedo asegurar que en mi pueblo no hay. Si quieren les traigo mañana los datos de la oferta de tamberos. Estamos en una zona donde competimos con la agricultura. Es decir que tenemos una barrera muy cercana.
Yo quiero hacer una pregunta concreta. No escuché absolutamente nada, en estos tiempos en que se habla de la producción y de la industria, sobre cual es la razón por la que el precio final del tambero participa del 21 por ciento. Nunca he visto que la Secretaría convocara al sector comercial para discutir este tema. No puede ser que hoy tengamos casos de quesos que llegan a las puertas del supermercado a un precio y se duplican automáticamente dentro del supermercado. No hablar de esto es no defender la mesa de los argentinos. (Aplausos.)
Yo quiero hacer una pregunta concreta. No escuché absolutamente nada, en estos tiempos en que se habla de la producción y de la industria, sobre cual es la razón por la que el precio final del tambero participa del 21 por ciento. Nunca he visto que la Secretaría convocara al sector comercial para discutir este tema. No puede ser que hoy tengamos casos de quesos que llegan a las puertas del supermercado a un precio y se duplican automáticamente dentro del supermercado. No hablar de esto es no defender la mesa de los argentinos. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Tiene la palabra el señor diputado Gribaudo.
SR. GRIBAUDO Señor secretario: escuché atentamente su exposición. Como decía el diputado Morini, hubiésemos preferido saber que venía para poder prever una jornada de trabajo con usted, y no conformarnos con hacer un par de preguntas y nada más. De todas maneras vamos a aprovechar su presencia.
Usted hablaba de generar consensos, cosa con la que estamos de acuerdo. Estamos acá para eso. Queremos generar una discusión, en este caso en términos de lechería, y buscar un proyecto de ley consensuado y que tenga justamente el mayor nivel de trabajo para llegar a esos consensos.
Nosotros, señor secretario, creemos que es muy importante para éste y para los demás temas relacionados con la agricultura y la ganadería en la Argentina -y en cuanto a los proyectos que podamos trabajar en nuestra comisión- derogar la normativa que tiene que ver con los mecanismos de control de precios. Quería saber si usted está de acuerdo con seguir profundizando los controles de precios en el mercado interno, en este caso los precios internos de leche y productos lácteos.
El segundo tema, que también tiene que ver con éste, es que nosotros estamos preparando un proyecto -que tenemos que consensuar con el oficialismo- para derogar la normativa que tiene que ver con la restricción a las exportaciones de leche y productos lácteos. También queremos saber su opinión al respecto.
Estamos hablando de estadísticas, y ya que usted seguramente habló sobre la base de un trabajo que hizo la Secretaría de Agricultura desde una estimación proyectada al año 2018 -que corresponde a un tres por ciento de aumento en la producción de leche-, nosotros hemos presentado algunos pedidos de informes a la Secretaría que seguramente serán respondidos. No obstante, y aprovechando que usted está aquí, quizás pueda adelantarnos algo. Estos informes tienen que ver con cómo funciona dentro de la Secretaría de Agricultura un área que, según tengo entendido, se llama "Estimaciones agrícolas", que ha sufrido algunos desplazamientos en los últimos tiempos de personal y de directores. Creemos que se ha entrado en una nebulosa en cuanto a la transparencia de los datos que expone la Secretaría de Agricultura. Además, queremos saber el porqué de esos desplazamientos.
Usted hablaba de generar consensos, cosa con la que estamos de acuerdo. Estamos acá para eso. Queremos generar una discusión, en este caso en términos de lechería, y buscar un proyecto de ley consensuado y que tenga justamente el mayor nivel de trabajo para llegar a esos consensos.
Nosotros, señor secretario, creemos que es muy importante para éste y para los demás temas relacionados con la agricultura y la ganadería en la Argentina -y en cuanto a los proyectos que podamos trabajar en nuestra comisión- derogar la normativa que tiene que ver con los mecanismos de control de precios. Quería saber si usted está de acuerdo con seguir profundizando los controles de precios en el mercado interno, en este caso los precios internos de leche y productos lácteos.
El segundo tema, que también tiene que ver con éste, es que nosotros estamos preparando un proyecto -que tenemos que consensuar con el oficialismo- para derogar la normativa que tiene que ver con la restricción a las exportaciones de leche y productos lácteos. También queremos saber su opinión al respecto.
Estamos hablando de estadísticas, y ya que usted seguramente habló sobre la base de un trabajo que hizo la Secretaría de Agricultura desde una estimación proyectada al año 2018 -que corresponde a un tres por ciento de aumento en la producción de leche-, nosotros hemos presentado algunos pedidos de informes a la Secretaría que seguramente serán respondidos. No obstante, y aprovechando que usted está aquí, quizás pueda adelantarnos algo. Estos informes tienen que ver con cómo funciona dentro de la Secretaría de Agricultura un área que, según tengo entendido, se llama "Estimaciones agrícolas", que ha sufrido algunos desplazamientos en los últimos tiempos de personal y de directores. Creemos que se ha entrado en una nebulosa en cuanto a la transparencia de los datos que expone la Secretaría de Agricultura. Además, queremos saber el porqué de esos desplazamientos.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Tiene la palabra el ingeniero Viale.
SR. VIALE En primer lugar, quiero agradecer al secretario que se haya hecho presente para intercambiar algunas ideas sobre un tema tan sensible como es el que nos convoca hoy.
Concretamente, coincidimos en varias de las cosas que dijo el secretario, lo que no quiere decir que tengamos que resignarnos. Es más, tenemos que estar contentos porque los tamberos están protestando en todo el mundo, no solamente acá. En un proceso que cada vez concentra más y distribuye menos, es saludable que la Argentina, en vez de consolarse con lo que pasa en otros países, busque alternativas para salir de esta situación.
Aumenta la producción y disminuye la cantidad de tambos.
Las comparaciones son odiosas, pero en el caso de Brasil, concretamente en el estado de Paraná, en el 2003 había 30 mil tambos y hoy hay 100 mil. Está bien contar los ejemplos negativos, pero también hay que señalar los positivos para analizar si en Argentina no tenemos que resignarnos solamente a producir más con menos gente.
Surge de la exposición del señor secretario que en términos económicos quizás el productor no se funde si tiene la lucidez de pasar rápidamente de lo que no es rentable a lo que sí es rentable. Pero hay un componente que es el oficio. Nadie habla aquí de lo que significa ser tambero durante varias generaciones. Y este componente en las ecuaciones económicas nunca cotiza en bolsa ni se tiene en cuenta.
Todos sabemos que quien deja el tambo nunca más vuelve; el que deja de ser productor de carne nunca más vuelve; y el que deja de ser productor granero, primero arrienda y vive liviano durante unos años, después vende y nunca más vuelve.
Concretamente quisiera saber si el secretario nos puede informar cuántos tambos han dejado de existir, no en los últimos cuarenta años sino en estos últimos cinco. Si lo medimos en términos empresarios y no nos interesa el oficio, se trata de empresas pequeñas y medianas que han cerrado; pero si nos interesa la parte humana, que es nuestro eje, son equis cantidad de familias y sus oficios que han dejado de existir. Entonces nos parece que sería saludable que el señor secretario nos informara cuál es ese número porque debería contar con esa información. (Aplausos.)
Concretamente, coincidimos en varias de las cosas que dijo el secretario, lo que no quiere decir que tengamos que resignarnos. Es más, tenemos que estar contentos porque los tamberos están protestando en todo el mundo, no solamente acá. En un proceso que cada vez concentra más y distribuye menos, es saludable que la Argentina, en vez de consolarse con lo que pasa en otros países, busque alternativas para salir de esta situación.
Aumenta la producción y disminuye la cantidad de tambos.
Las comparaciones son odiosas, pero en el caso de Brasil, concretamente en el estado de Paraná, en el 2003 había 30 mil tambos y hoy hay 100 mil. Está bien contar los ejemplos negativos, pero también hay que señalar los positivos para analizar si en Argentina no tenemos que resignarnos solamente a producir más con menos gente.
Surge de la exposición del señor secretario que en términos económicos quizás el productor no se funde si tiene la lucidez de pasar rápidamente de lo que no es rentable a lo que sí es rentable. Pero hay un componente que es el oficio. Nadie habla aquí de lo que significa ser tambero durante varias generaciones. Y este componente en las ecuaciones económicas nunca cotiza en bolsa ni se tiene en cuenta.
Todos sabemos que quien deja el tambo nunca más vuelve; el que deja de ser productor de carne nunca más vuelve; y el que deja de ser productor granero, primero arrienda y vive liviano durante unos años, después vende y nunca más vuelve.
Concretamente quisiera saber si el secretario nos puede informar cuántos tambos han dejado de existir, no en los últimos cuarenta años sino en estos últimos cinco. Si lo medimos en términos empresarios y no nos interesa el oficio, se trata de empresas pequeñas y medianas que han cerrado; pero si nos interesa la parte humana, que es nuestro eje, son equis cantidad de familias y sus oficios que han dejado de existir. Entonces nos parece que sería saludable que el señor secretario nos informara cuál es ese número porque debería contar con esa información. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Tiene la palabra el señor diputado Ferro.
SR. FERRO Señor presidente: mi mandato como diputado está por finalizar. He estado trabajando durante cuatro años en la Comisión de Agricultura y Ganadería y en ese lapso lamentablemente es la segunda vez que un secretario de Agricultura y Ganadería de la Nación concurre a esta comisión a debatir cuestiones vinculadas al sector.
Recuerdo que una vez estuvo presente el subsecretario Javier De Urquiza y ésta es la segunda visita del secretario Cheppi.
Quiero formular una pregunta general y otra puntual vinculada al tema de la lechería.
En primer término, actualmente la inmensa mayoría de los productores argentinos está más atenta a lo que pasa en la Secretaría de Comercio Interior y en el ONCCA que a lo que ocurre en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación. Pareciera que este rol histórico que cumplió la Secretaría de ser interlocutora del Estado y del gobierno frente a los productores -siendo quien diseña las políticas-, hubiera sido transferido a otras áreas del Estado que no tienen esa competencia específica. Entonces la pregunta es qué podemos hacer para que la Secretaría recupere ese rol histórico que nunca debió haber perdido y que los productores lamentan muchísimo que ello ocurra. (Aplausos.)
La segunda pregunta está vinculada específicamente al tema lechero. En nuestra concepción las estadísticas públicas, tal como lo dice su nombre, son patrimonio de todos los argentinos y no de los funcionarios. (Aplausos.) Y queremos saber...
Recuerdo que una vez estuvo presente el subsecretario Javier De Urquiza y ésta es la segunda visita del secretario Cheppi.
Quiero formular una pregunta general y otra puntual vinculada al tema de la lechería.
En primer término, actualmente la inmensa mayoría de los productores argentinos está más atenta a lo que pasa en la Secretaría de Comercio Interior y en el ONCCA que a lo que ocurre en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación. Pareciera que este rol histórico que cumplió la Secretaría de ser interlocutora del Estado y del gobierno frente a los productores -siendo quien diseña las políticas-, hubiera sido transferido a otras áreas del Estado que no tienen esa competencia específica. Entonces la pregunta es qué podemos hacer para que la Secretaría recupere ese rol histórico que nunca debió haber perdido y que los productores lamentan muchísimo que ello ocurra. (Aplausos.)
La segunda pregunta está vinculada específicamente al tema lechero. En nuestra concepción las estadísticas públicas, tal como lo dice su nombre, son patrimonio de todos los argentinos y no de los funcionarios. (Aplausos.) Y queremos saber...
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ No vamos a tener una tribuna sino que vamos a continuar con una jornada de trabajo. Por eso solicito tranquilidad a las personas presentes.
SR. FERRO Por favor, guarden el debido decoro.
La pregunta concreta es por qué razón la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos discontinuó la publicación de algunas estadísticas vitales para el desenvolvimiento del sector lácteo. Me refiero concretamente al precio de pizarra, al índice lácteo y al balance lácteo.
La pregunta concreta es por qué razón la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos discontinuó la publicación de algunas estadísticas vitales para el desenvolvimiento del sector lácteo. Me refiero concretamente al precio de pizarra, al índice lácteo y al balance lácteo.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Tiene la palabra el señor diputado Macaluse.
SR. MACALUSE Señor presidente: creo que el orden lógico fue un poco alterado.
Luego de conversar con muchos productores, en el año 2007 presenté un proyecto. Todavía no existía el conflicto derivado de la resolución 125; mejor dicho estaba latente, porque la problemática del sector en general y de la actividad láctea en particular venía de arrastre desde hacía mucho tiempo. Creo que todos somos conscientes de esta situación.
Nosotros propusimos que el tema lácteo sea el primero en ser tratado porque la cuestión agropecuaria, que en un país como la Argentina forma parte de una agenda estratégica, merece ser analizado sobre la facilidad del consenso. Los temas fáciles de consensuar son los que primero debemos abordar para ir resolviendo situaciones concretas de la vida cotidiana de los productores y de la población en general.
Todos estamos de acuerdo en que este problema debe ser resuelto urgentemente e incluso coincidimos más o menos en el camino a seguir. Entonces comenzamos a trabajar sobre él en el Congreso después de muchas dificultades y dilaciones. Consecuentemente, me pregunto por qué cuando el Congreso empieza a debatir sobre la problemática del sector lácteo, el Poder Ejecutivo toma en sus manos esta suerte de diálogo-no diálogo con los productores y la presidenta de la Nación hace un anuncio en Córdoba luego de llegarse a un acuerdo con organizaciones que probablemente no representan a todo el sector. (Aplausos en la barra).
Así como la reunión anterior pedimos que entraran a la sala los productores porque entendíamos que las sesiones tenían que ser públicas, hoy quiero decir que no es bueno que un diputado sienta detrás de su oreja la presión del aplauso o del abucheo. Creo que cada uno tiene que decidir libremente y está obligado a decir lo que piensa.
¿No hubiera sido mejor, en lugar de hacer anuncios, trabajar un poco más en la búsqueda de consensos y luego, una vez logrado el acuerdo y sin vencedores ni vencidos, entre todos informar como política de Estado una decisión que es estratégica? Ello habría dado un horizonte de tranquilidad no sólo al conjunto de productores sino también a los consumidores.
Quiero decir, refiriéndome no sólo a la problemática del sector lechero -en esto quizás recoja aplausos, pero en otros temas tal vez no-, que el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el oficialismo y la oposición nos equivocaremos mucho si caemos en la torpeza de seguir discutiendo estos temas como si fuésemos una asamblea universitaria, en lugar de recoger la experiencia de los errores cometidos en la Argentina por aquellos dirigentes que no han sabido acordar en cuestiones claves para la vida de nuestro país.
Luego de conversar con muchos productores, en el año 2007 presenté un proyecto. Todavía no existía el conflicto derivado de la resolución 125; mejor dicho estaba latente, porque la problemática del sector en general y de la actividad láctea en particular venía de arrastre desde hacía mucho tiempo. Creo que todos somos conscientes de esta situación.
Nosotros propusimos que el tema lácteo sea el primero en ser tratado porque la cuestión agropecuaria, que en un país como la Argentina forma parte de una agenda estratégica, merece ser analizado sobre la facilidad del consenso. Los temas fáciles de consensuar son los que primero debemos abordar para ir resolviendo situaciones concretas de la vida cotidiana de los productores y de la población en general.
Todos estamos de acuerdo en que este problema debe ser resuelto urgentemente e incluso coincidimos más o menos en el camino a seguir. Entonces comenzamos a trabajar sobre él en el Congreso después de muchas dificultades y dilaciones. Consecuentemente, me pregunto por qué cuando el Congreso empieza a debatir sobre la problemática del sector lácteo, el Poder Ejecutivo toma en sus manos esta suerte de diálogo-no diálogo con los productores y la presidenta de la Nación hace un anuncio en Córdoba luego de llegarse a un acuerdo con organizaciones que probablemente no representan a todo el sector. (Aplausos en la barra).
Así como la reunión anterior pedimos que entraran a la sala los productores porque entendíamos que las sesiones tenían que ser públicas, hoy quiero decir que no es bueno que un diputado sienta detrás de su oreja la presión del aplauso o del abucheo. Creo que cada uno tiene que decidir libremente y está obligado a decir lo que piensa.
¿No hubiera sido mejor, en lugar de hacer anuncios, trabajar un poco más en la búsqueda de consensos y luego, una vez logrado el acuerdo y sin vencedores ni vencidos, entre todos informar como política de Estado una decisión que es estratégica? Ello habría dado un horizonte de tranquilidad no sólo al conjunto de productores sino también a los consumidores.
Quiero decir, refiriéndome no sólo a la problemática del sector lechero -en esto quizás recoja aplausos, pero en otros temas tal vez no-, que el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el oficialismo y la oposición nos equivocaremos mucho si caemos en la torpeza de seguir discutiendo estos temas como si fuésemos una asamblea universitaria, en lugar de recoger la experiencia de los errores cometidos en la Argentina por aquellos dirigentes que no han sabido acordar en cuestiones claves para la vida de nuestro país.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Tiene la palabra la señora diputada Montero.
SRA. MONTERO Señor presidente: por el diagnóstico efectuado por el señor secretario, la mayoría de los diputados pertenecientes a zonas tamberas y los representantes del sector, advertimos que estamos ante una situación muy compleja, tal vez asimilable a la que vivimos en muchas economías regionales. Por ejemplo, el sector vitivinícola.
Lo que no veo es que se aborde de una manera sistemática, integral, y que tienda a soluciones de fondo de los problemas estructurales del sector. Lo que sí veo son muchas cuestiones que apuntan a problemas coyunturales. Es decir: cuando mis asesores me dieron el informe del sector lácteo, observé que desde 2007 hasta ahora han salido infinitas regulaciones. El secretario también hablaba de que se han volcado alrededor de 600 millones de pesos a nivel de subsidios para tratar de contener la situación de precios. Pero lo que normalmente se da en estas cadenas es un desfase de ajustes de demanda y oferta, porque si no se planifica en función de la demanda, con una agresividad importante a nivel del crecimiento de la demanda y de la diversificación de productos, normalmente se van acortando las posibilidades de crecimiento del sector. En estos casos se tiende a achicar al sector y surgen todos estos inconvenientes que escucho de parte de los expositores.
Por otro lado, hubo un proceso de agriculturización que, así como ha desplazado a la ganadería bovina productora de carne, también está desplazando al sector tambero por los costos de oportunidad. Más allá de eso, hay problemas en la cadena de producción y en la integración de esa cadena. Por eso los desfases de los precios que llegan al supermercado no se condicen con lo que recibe el tambero. Yo creo que la única manera de solucionar estas cosas es haciendo una planificación compartida y racional con todos los sectores intervinientes en la cadena de producción. Esto permitiría compartir un diagnóstico, apuntalar los problemas, generar estrategias de desarrollo de mercado y, de ahí en más, hacer líneas concretas que ataquen problemas estructurales. ¿Por qué no se toman ejemplos de planificación integral para poder llegar a políticas concretas que ataquen tanto problemas estructurales como coyunturales? Es lo que no veo en este sector y es lo que me parece que hay que empezar a realizar.
Lo que no veo es que se aborde de una manera sistemática, integral, y que tienda a soluciones de fondo de los problemas estructurales del sector. Lo que sí veo son muchas cuestiones que apuntan a problemas coyunturales. Es decir: cuando mis asesores me dieron el informe del sector lácteo, observé que desde 2007 hasta ahora han salido infinitas regulaciones. El secretario también hablaba de que se han volcado alrededor de 600 millones de pesos a nivel de subsidios para tratar de contener la situación de precios. Pero lo que normalmente se da en estas cadenas es un desfase de ajustes de demanda y oferta, porque si no se planifica en función de la demanda, con una agresividad importante a nivel del crecimiento de la demanda y de la diversificación de productos, normalmente se van acortando las posibilidades de crecimiento del sector. En estos casos se tiende a achicar al sector y surgen todos estos inconvenientes que escucho de parte de los expositores.
Por otro lado, hubo un proceso de agriculturización que, así como ha desplazado a la ganadería bovina productora de carne, también está desplazando al sector tambero por los costos de oportunidad. Más allá de eso, hay problemas en la cadena de producción y en la integración de esa cadena. Por eso los desfases de los precios que llegan al supermercado no se condicen con lo que recibe el tambero. Yo creo que la única manera de solucionar estas cosas es haciendo una planificación compartida y racional con todos los sectores intervinientes en la cadena de producción. Esto permitiría compartir un diagnóstico, apuntalar los problemas, generar estrategias de desarrollo de mercado y, de ahí en más, hacer líneas concretas que ataquen problemas estructurales. ¿Por qué no se toman ejemplos de planificación integral para poder llegar a políticas concretas que ataquen tanto problemas estructurales como coyunturales? Es lo que no veo en este sector y es lo que me parece que hay que empezar a realizar.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Tiene la palabra el señor diputado Giubergia.
SR. GIUBERGIA El señor Cheppi habló de 600 millones de pesos de subsidios otorgados a la industria lechera. Quisiera saber si se puede identificar a los beneficiarios de esos subsidios, el monto otorgado a cada uno y, a posteriori, si se puede hacer llegar el estado detallado con monto e identificación de quiénes perciben esos beneficios.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Para contestar las preguntas, tiene la palabra el señor secretario Carlos Cheppi.
SR. CHEPPI Hay algunas preguntas que se han repetido. De todas maneras, si me queda alguna sin contestar me lo dicen.
La primera se relacionó con el tema de lo que recibe el tambero versus el precio de góndola. En esto hemos tenido variaciones, sin ninguna duda. También es cierto que no es fácil armar un mix de acuerdo a cada industria que le quede bien a todo el mundo. Hay industrias que solo hacen quesos, otras que son más integradas y hacen mucha cantidad de productos, otras tienen más o menos leche fluida, etcétera. De todas formas, si uno toma el valor de leche fluida promedio de 1,89 a 3,20 pesos, es decir, 2,30 pesos, y le saca el IVA, estamos hablando de alrededor de 2 pesos el precio del libro de leche. Hoy estamos entre 80 a 1 peso con la compensación, eso depende de los tambos. Con este dato, estamos hablando casi un 40 por ciento.
A veces si uno lo toma con un queso equis de alto valor, obviamente la diferencia es otra. Pero claramente esto se conversó con la industria antes de arribar a los diferentes acuerdos. Y en este último caso también hubo una fuerte discusión con la industria; tema sobre el que creo que después harán sus aportes algunos representantes del sector. De todas formas, es un tema que desde el área de la Secretaría de Agricultura podremos conversar hasta un punto en términos de producción primaria y de una parte de la industria, aunque también intervienen distintas áreas de gobierno como comercio y otras. Esos aspectos también se van negociando en los diferentes lugares.
Por otro lado, se me preguntó si estaba de acuerdo con una regulación de precios en el sistema de lechería. Obviamente hay diferentes opiniones sobre el particular. Si uno es totalmente liberal lo hace sin ningún tipo de regulación. Lo que quiero decir es que en el mundo prácticamente no hay lechería que no esté regulada, aunque existen diferentes niveles. Honestamente creo que hay que regular la producción de leche porque es estratégica como alimento, en términos de ocupación de mano de obra y además por lo que genera en el ámbito territorial y porque es un producto de alta competitividad. Si nos ponemos de acuerdo podemos articular perfectamente la oferta y la demanda tanto en el ámbito local como externo. Entiendo que tenemos esa posibilidad y me parece que hay que buscar ese acuerdo contando con un sistema de regulación, que después discutiremos hasta dónde llega. Pero insisto en que tiene que estar regulado. Este aspecto lo hemos considerado más de una vez con muchos tamberos, aunque obviamente tenemos diferencias. Hay gente que plantea liberación total, y si hoy estuviéramos en esa posición, sin ninguna duda los precios serían mucho más bajos.
Si dentro de un año, o un período menor de tiempo, los precios internacionales son sostenibles y, como dije, hay una decisión política de no hacer caja con la lechería, también hay que regular y analizar el destino de esos excedentes que puedan aparecer en determinado momento. Me refiero a destinarlos a generar fondos anticíclicos, etcétera. No es un tema sencillo en una cadena donde ha sido muy difícil acordar; y aclaro que no es que no hayamos querido.
A mi entender en todo el conflicto hubo diferentes posturas. Hubo gente representando a los tamberos y de la industria que estuvo dispuesta a sentarse a negociar y otra que no. Cada uno tendrá sus explicaciones, pero no es que no se quisieron discutir esos puntos. De hecho, hemos ido acordando y se hicieron muchas cosas en función de las coyunturas que fueron apareciendo. Pasamos de un lugar en el que no había retenciones y se compensaba solamente a la industria, a la eliminación de las retenciones y a la compensación a los productores. Ese dato lo tenemos y después lo voy a brindar.
El gobierno y yo estamos convencidos de que el sistema de lechería tiene que entrar en un universo de regulación que sin duda habrá que acordar, aunque sí tiene que estar regulado, tal como lo plantea el modelo.
Cuando uno considera un sistema de retenciones, un tipo de cambio competitivo como el que tenemos, sin ninguna duda tiene que estar regulado. Después podremos discutir hasta dónde llegamos, pero hay que hacerlo.
Acerca de la articulación de la oferta y la demanda, creo que es posible y que es lo que ha ocurrido. Fíjense que cuando llegamos a los 10 mil millones de litros -es decir, cuando superamos el 20 por ciento-, cifra que se mantuvo durante el año pasado, en épocas atrás y también ahora, empiezan los problemas porque también hay que buscar mercado externo.
El gobierno está haciendo muchos esfuerzos en mantener relaciones bilaterales con muchísimos países. Pero esas cosas no maduran de un día para el otro, llevan tiempo. No es que yo viajo a Argelia y mañana los argelinos de las 200 millones de toneladas que importan nos van a comprar el 50 por ciento a nosotros. Doy el ejemplo de Argelia porque es concreto; pero hay muchos otros países con los cuales estamos trabajando buscando mercados internacionales para nuestra producción.
Por suerte, este año las exportaciones han crecido mucho. Obviamente que bajaron en precio, pero en volumen han subido. Entonces, no es cierto que no estamos exportando la misma cantidad. La Argentina exporta leche a menor precio, sin ninguna duda, pero el mercado está sostenido.
En lo que se refiere a las estadísticas, me parece importante destacar que hemos hecho una reestructuración del área en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos. Estamos próximos a reponer las estadísticas, y crean los señores diputados que así lo haremos. En su momento hubo replanteos, dado que hay sistemas que la ONCCA tiene entre sus funciones y nuestra secretaría no.
A continuación quisiera referirme al comentario del señor diputado Viale acerca de que en Brasil, la cantidad de tambos pasó de treinta mil a cien mil. Es cierto que en ese país aumentó la cantidad de productores, pero también lo es que ello se logró ampliando la frontera agrícola. Seguramente seguirán ampliándola...
La primera se relacionó con el tema de lo que recibe el tambero versus el precio de góndola. En esto hemos tenido variaciones, sin ninguna duda. También es cierto que no es fácil armar un mix de acuerdo a cada industria que le quede bien a todo el mundo. Hay industrias que solo hacen quesos, otras que son más integradas y hacen mucha cantidad de productos, otras tienen más o menos leche fluida, etcétera. De todas formas, si uno toma el valor de leche fluida promedio de 1,89 a 3,20 pesos, es decir, 2,30 pesos, y le saca el IVA, estamos hablando de alrededor de 2 pesos el precio del libro de leche. Hoy estamos entre 80 a 1 peso con la compensación, eso depende de los tambos. Con este dato, estamos hablando casi un 40 por ciento.
A veces si uno lo toma con un queso equis de alto valor, obviamente la diferencia es otra. Pero claramente esto se conversó con la industria antes de arribar a los diferentes acuerdos. Y en este último caso también hubo una fuerte discusión con la industria; tema sobre el que creo que después harán sus aportes algunos representantes del sector. De todas formas, es un tema que desde el área de la Secretaría de Agricultura podremos conversar hasta un punto en términos de producción primaria y de una parte de la industria, aunque también intervienen distintas áreas de gobierno como comercio y otras. Esos aspectos también se van negociando en los diferentes lugares.
Por otro lado, se me preguntó si estaba de acuerdo con una regulación de precios en el sistema de lechería. Obviamente hay diferentes opiniones sobre el particular. Si uno es totalmente liberal lo hace sin ningún tipo de regulación. Lo que quiero decir es que en el mundo prácticamente no hay lechería que no esté regulada, aunque existen diferentes niveles. Honestamente creo que hay que regular la producción de leche porque es estratégica como alimento, en términos de ocupación de mano de obra y además por lo que genera en el ámbito territorial y porque es un producto de alta competitividad. Si nos ponemos de acuerdo podemos articular perfectamente la oferta y la demanda tanto en el ámbito local como externo. Entiendo que tenemos esa posibilidad y me parece que hay que buscar ese acuerdo contando con un sistema de regulación, que después discutiremos hasta dónde llega. Pero insisto en que tiene que estar regulado. Este aspecto lo hemos considerado más de una vez con muchos tamberos, aunque obviamente tenemos diferencias. Hay gente que plantea liberación total, y si hoy estuviéramos en esa posición, sin ninguna duda los precios serían mucho más bajos.
Si dentro de un año, o un período menor de tiempo, los precios internacionales son sostenibles y, como dije, hay una decisión política de no hacer caja con la lechería, también hay que regular y analizar el destino de esos excedentes que puedan aparecer en determinado momento. Me refiero a destinarlos a generar fondos anticíclicos, etcétera. No es un tema sencillo en una cadena donde ha sido muy difícil acordar; y aclaro que no es que no hayamos querido.
A mi entender en todo el conflicto hubo diferentes posturas. Hubo gente representando a los tamberos y de la industria que estuvo dispuesta a sentarse a negociar y otra que no. Cada uno tendrá sus explicaciones, pero no es que no se quisieron discutir esos puntos. De hecho, hemos ido acordando y se hicieron muchas cosas en función de las coyunturas que fueron apareciendo. Pasamos de un lugar en el que no había retenciones y se compensaba solamente a la industria, a la eliminación de las retenciones y a la compensación a los productores. Ese dato lo tenemos y después lo voy a brindar.
El gobierno y yo estamos convencidos de que el sistema de lechería tiene que entrar en un universo de regulación que sin duda habrá que acordar, aunque sí tiene que estar regulado, tal como lo plantea el modelo.
Cuando uno considera un sistema de retenciones, un tipo de cambio competitivo como el que tenemos, sin ninguna duda tiene que estar regulado. Después podremos discutir hasta dónde llegamos, pero hay que hacerlo.
Acerca de la articulación de la oferta y la demanda, creo que es posible y que es lo que ha ocurrido. Fíjense que cuando llegamos a los 10 mil millones de litros -es decir, cuando superamos el 20 por ciento-, cifra que se mantuvo durante el año pasado, en épocas atrás y también ahora, empiezan los problemas porque también hay que buscar mercado externo.
El gobierno está haciendo muchos esfuerzos en mantener relaciones bilaterales con muchísimos países. Pero esas cosas no maduran de un día para el otro, llevan tiempo. No es que yo viajo a Argelia y mañana los argelinos de las 200 millones de toneladas que importan nos van a comprar el 50 por ciento a nosotros. Doy el ejemplo de Argelia porque es concreto; pero hay muchos otros países con los cuales estamos trabajando buscando mercados internacionales para nuestra producción.
Por suerte, este año las exportaciones han crecido mucho. Obviamente que bajaron en precio, pero en volumen han subido. Entonces, no es cierto que no estamos exportando la misma cantidad. La Argentina exporta leche a menor precio, sin ninguna duda, pero el mercado está sostenido.
En lo que se refiere a las estadísticas, me parece importante destacar que hemos hecho una reestructuración del área en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos. Estamos próximos a reponer las estadísticas, y crean los señores diputados que así lo haremos. En su momento hubo replanteos, dado que hay sistemas que la ONCCA tiene entre sus funciones y nuestra secretaría no.
A continuación quisiera referirme al comentario del señor diputado Viale acerca de que en Brasil, la cantidad de tambos pasó de treinta mil a cien mil. Es cierto que en ese país aumentó la cantidad de productores, pero también lo es que ello se logró ampliando la frontera agrícola. Seguramente seguirán ampliándola...
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. CHEPPI La situación de la lechería en Brasil está complicadísima. No se confundan, señores diputados. Ojalá puedan resolver el problema, pero tengamos en cuenta que ampliaron y siguen ampliando el mercado interno. Por lo tanto, la situación no está como se cree sino que hay una alta concentración de la lechería.
No digo que no esté de acuerdo con lo que ha manifestado el señor diputado; simplemente digo que estamos ante una realidad mundial que no es sencillo sostener y que debemos hacer todos los esfuerzos necesarios para conservar la mayor cantidad de pequeños y medianos productores.
Por otro lado, no olvidemos que pasamos de un sistema totalmente liberal, en el que prácticamente no existían las regulaciones, a otro donde hay que establecerlas; entonces, es razonable que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos pierda espacios en función de otras áreas. Dependerá de nuestras relaciones internas que podamos negociar mejor o peor respecto de esos espacios. La situación se complicó a partir del conflicto que tuvimos, pero estamos tratando de superarlo.
No digo que no esté de acuerdo con lo que ha manifestado el señor diputado; simplemente digo que estamos ante una realidad mundial que no es sencillo sostener y que debemos hacer todos los esfuerzos necesarios para conservar la mayor cantidad de pequeños y medianos productores.
Por otro lado, no olvidemos que pasamos de un sistema totalmente liberal, en el que prácticamente no existían las regulaciones, a otro donde hay que establecerlas; entonces, es razonable que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos pierda espacios en función de otras áreas. Dependerá de nuestras relaciones internas que podamos negociar mejor o peor respecto de esos espacios. La situación se complicó a partir del conflicto que tuvimos, pero estamos tratando de superarlo.
SR. VIALE ¿Cuántos tambos se perdieron en los últimos años, señor secretario?
SR. CHEPPI Los datos, que abarcan hasta el año 2008 inclusive, están bastante ajustados por el sistema de compensaciones que se fueron pagando.
En 1988 había 30.000 tambos en la República Argentina. Para el año 2000, en el país había 8.000 tambos; la crisis de los 90 hizo que cerrara más de la mitad. Luego, en 2004, había 13.000 tambos; finalmente, para el año 2008 el país tenía más de 11.000 tambos. Creemos que este año estamos rondando la misma cantidad, es decir, los 10.000 u 11.000 tambos; si bien el dato lo tendremos a fin de año, puedo afirmar que con las compensaciones estamos pagando a más de 9.500 tambos. Esta información, que es la última que tenemos, luego deberá ser ajustada porque surgen nuevos tambos, otros cierran, etcétera.
En suma, entre los años 1988 y 2008 se perdió el 61 por ciento de los tambos pero sólo el 10 por ciento de las vacas.
Obviamente, la concentración de la actividad existe; de todas maneras, depende de qué área estemos hablando. Creo que es muy interesante discutir sobre este punto con vistas al futuro, porque en las áreas más agrícolas es donde más pérdidas registrará el sistema. Es en las zonas más marginales para la agricultura donde la lechería tiene alto potencial.
Si pensamos en la lechería a quince años vista deberemos replantear muchas de estas cuestiones, dado que tenemos un potencial espectacular. Habrá que considerar la demanda mundial de determinados productos, por ejemplo, dado que hay un espacio enorme para articular.
Más allá de la coyuntura política, la que ofrecen los mercados internacionales y la originada en la situación de sequía -que no es menor-, creo que la lechería se encuentra intacta.
T. 13
Gal
AyG
Entonces, plantear una legislación que tiene que ver con el largo plazo, teniendo en cuenta esta coyuntura, es muy complicado. Sobre esa coyuntura se ha ido actuando, con conversaciones tanto con la industria como con el sector de los productores. Prácticamente la misma cantidad fue a la industria láctea -615 millones- y a la industria de los tamberos -616 millones de pesos. Hemos puesto 1.230 millones de pesos entre 2008 y 2009 para atender la coyuntura. Si alcanzó o no lo discutiremos, pero se están poniendo recursos.
Respecto del planteo realizado por el diputado Macaluse, cabe decir que lo que se atendió fue la coyuntura y hemos tenido reuniones con los productores para acordar estas cuestiones. La coyuntura no espera. Los que tienen tambos saben que tener 9 mil pesos en forma rápida es mucho en un sistema donde hay que apurar las cosas. Queda tiempo para discutirlo.
Creo que es fundamental lo que podamos hacer en la Secretaría, en otras áreas de gobierno y en este ámbito, para acordar una producción láctea de futuro. Lo que dijo la diputada Laura Montero es similar a lo que se hizo con la vitivinicultura de un plan estratégico, donde trabajó la actividad privada, el Estado nacional y provincial.
En la Secretaría se vino trabajando en un plan estratégico -está el documento listo-, donde se abarcan todas estas cuestiones, pensando en una lechería a futuro de 18 mil millones de litros. Hay un trabajo pero todavía falta articular mucho más el sector primario y de la industria en acuerdos sustentables en el mediano y largo plazo. Es la discusión que nos queda.
Por su parte, los subsidios se han repartido según el litro de leche; en muchos casos se hizo hasta los 6 mil litros. En este momento se hace hasta los 3 mil litros de leche en tambos de hasta 12 mil litros; esto implica que un tambo que tiene 3 mil litros a 0,20 centavos por litro cobra 18 mil, si tiene menos cobra menos, pero un tambo que tiene 6 mil también cobra 18 mil al igual que el que tiene 12 mil. Esto va al CBU de cada productor. Tenemos el listado de los más de 9.500 productores que lo cobran. Si quieren esos datos se los podemos hacer llegar; se distribuyó a través del ONCA y de las empresas.
En 1988 había 30.000 tambos en la República Argentina. Para el año 2000, en el país había 8.000 tambos; la crisis de los 90 hizo que cerrara más de la mitad. Luego, en 2004, había 13.000 tambos; finalmente, para el año 2008 el país tenía más de 11.000 tambos. Creemos que este año estamos rondando la misma cantidad, es decir, los 10.000 u 11.000 tambos; si bien el dato lo tendremos a fin de año, puedo afirmar que con las compensaciones estamos pagando a más de 9.500 tambos. Esta información, que es la última que tenemos, luego deberá ser ajustada porque surgen nuevos tambos, otros cierran, etcétera.
En suma, entre los años 1988 y 2008 se perdió el 61 por ciento de los tambos pero sólo el 10 por ciento de las vacas.
Obviamente, la concentración de la actividad existe; de todas maneras, depende de qué área estemos hablando. Creo que es muy interesante discutir sobre este punto con vistas al futuro, porque en las áreas más agrícolas es donde más pérdidas registrará el sistema. Es en las zonas más marginales para la agricultura donde la lechería tiene alto potencial.
Si pensamos en la lechería a quince años vista deberemos replantear muchas de estas cuestiones, dado que tenemos un potencial espectacular. Habrá que considerar la demanda mundial de determinados productos, por ejemplo, dado que hay un espacio enorme para articular.
Más allá de la coyuntura política, la que ofrecen los mercados internacionales y la originada en la situación de sequía -que no es menor-, creo que la lechería se encuentra intacta.
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Entonces, plantear una legislación que tiene que ver con el largo plazo, teniendo en cuenta esta coyuntura, es muy complicado. Sobre esa coyuntura se ha ido actuando, con conversaciones tanto con la industria como con el sector de los productores. Prácticamente la misma cantidad fue a la industria láctea -615 millones- y a la industria de los tamberos -616 millones de pesos. Hemos puesto 1.230 millones de pesos entre 2008 y 2009 para atender la coyuntura. Si alcanzó o no lo discutiremos, pero se están poniendo recursos.
Respecto del planteo realizado por el diputado Macaluse, cabe decir que lo que se atendió fue la coyuntura y hemos tenido reuniones con los productores para acordar estas cuestiones. La coyuntura no espera. Los que tienen tambos saben que tener 9 mil pesos en forma rápida es mucho en un sistema donde hay que apurar las cosas. Queda tiempo para discutirlo.
Creo que es fundamental lo que podamos hacer en la Secretaría, en otras áreas de gobierno y en este ámbito, para acordar una producción láctea de futuro. Lo que dijo la diputada Laura Montero es similar a lo que se hizo con la vitivinicultura de un plan estratégico, donde trabajó la actividad privada, el Estado nacional y provincial.
En la Secretaría se vino trabajando en un plan estratégico -está el documento listo-, donde se abarcan todas estas cuestiones, pensando en una lechería a futuro de 18 mil millones de litros. Hay un trabajo pero todavía falta articular mucho más el sector primario y de la industria en acuerdos sustentables en el mediano y largo plazo. Es la discusión que nos queda.
Por su parte, los subsidios se han repartido según el litro de leche; en muchos casos se hizo hasta los 6 mil litros. En este momento se hace hasta los 3 mil litros de leche en tambos de hasta 12 mil litros; esto implica que un tambo que tiene 3 mil litros a 0,20 centavos por litro cobra 18 mil, si tiene menos cobra menos, pero un tambo que tiene 6 mil también cobra 18 mil al igual que el que tiene 12 mil. Esto va al CBU de cada productor. Tenemos el listado de los más de 9.500 productores que lo cobran. Si quieren esos datos se los podemos hacer llegar; se distribuyó a través del ONCA y de las empresas.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Agradezco al señor Secretario Carlos Cheppi y todo su equipo su presencia. Apenas les solicitamos que asistan a esta comisión para dar una visión de todos los hechos y cuál era la expectativa en el mediano y en el largo plazo, el equipo decidió venir, por eso mi agradecimiento.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Tiene la palabra el señor diputado Ferro.
SR. FERRO La gente que trabajó en la elaboración del plan estratégico lechero, que está presente acá y va a presentarlo con power point, dice que en el listado de oradores había representantes del INTA que teóricamente fueron reemplazados por el secretario de Agricultura. Quiero saber si eso es así, porque los que trabajaron en la elaboración del plan estratégico lechero están presentes acá y, sin menoscabar la presencia del secretario -que realmente agradecemos-, no se sienten representados por su palabra. Esto lo digo para que puedan tener el espacio que les corresponde en el listado de invitados de la comisión.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Ya lo vamos a resolver porque está previsto que hable el director nacional de Lechería, que es parte de ese equipo técnico.
Ahora va a hacer uso de la palabra el señor Julio Aimar.
Ahora va a hacer uso de la palabra el señor Julio Aimar.
SR. AIMAR Me alegro y celebramos que se estén preocupando fuertemente por esta actividad, que nos tiene en situación de quebranto desde hace muchos años.
Quisiera empezar por definir qué entendemos por política agropecuaria. La política agropecuaria para nosotros es la suma de programas específicos que deben estar insertados en una política económica general que el gobierno decide implementar para recuperar los distintos sectores de la producción. Por lo tanto, es necesario diseñar esa política agropecuaria dentro de una concepción estratégica de país, contemplando los aspectos que aumenten la competitividad del mismo y gestando una dinámica permanente de evaluación entre el Estado gobernante y los sectores productivos.
Uno de esos programas específicos es la lechería. En esto queremos destacar la necesidad de generar las políticas que ordenen a la misma. Para ello es menester crear en primer lugar el equilibrio entre los eslabones de producción, industria y comercio de la cadena láctea. El Estado deberá legislar dictando las normas conducentes a establecer el equilibrio mencionado -hoy ausente-, ya que no se logrará organizar la lechería si previamente no se resuelven las asimetrías imperantes en la actualidad.
Somos concientes de que la producción de leche cruda arrastra problemas crónicos que consisten en la baja participación que tienen en el precio final de los productos lácteos. Y la gravedad de este problema radica en la imposibilidad del productor de comercializar adecuadamente su producción de leche. Esto se traduce en malos resultados para el sector.
Si a los males enunciados le adicionamos las características de vulnerabilidad de la leche, por ser un producto altamente perecedero y de cosecha obligada mínima de dos veces por día, tendremos el cuadro completo de las debilidades que afectan a la producción primaria de leche.
Asimismo, debemos tener en cuenta el fuerte impacto social que se origina con el cierre de esta verdadera fábrica de leche que representan los tambos. Hoy decían que no era tan cierto el cierre que se había producido porque son tres tambos por día. Pero tres tambos por día no significa que hoy están cerrando tres, mañana tres, etcétera. El hecho es que de los tambos que había a los que quedaron, dividido la cantidad de días desde hace cinco años, dio un promedio de esa naturaleza.
Lamentablemente hay algo que hicimos mal porque en el año 99 producíamos 10 mil millones de litros y hoy en día estamos queriendo llegar a la misma cantidad después de once años. Se ve que las cosas no se hicieron bien. Esto revela claramente la desatención del sector. Por eso, según fundamentamos, el sector reclama un conjunto de medidas para actuar sobre la coyuntura. La generación de estrategias a mediano y largo plazo son las que nos van a permitir rebatir el desánimo y coadyuvar a lograr las condiciones de sustentabilidad para las producciones y explotaciones tamberas.
Las sucesivas crisis que experimentó nuestra lechería muestran claramente que para el sector primario es insuficiente el precio que recibe por la leche y que el sector industrial no ha sabido transmitir a los remitentes la demanda del mercado al cual debemos abastecer. Por eso necesitamos la implementación de una normativa legal que establezca un marco para la actividad y otorgue seguridad y reglas claras. Me refiero a lineamientos generales que deberían dar cuerpo al proyecto de ley que la lechería argentina necesita y por la que tanto espera.
Cabe destacar que en el seno de la Mesa Nacional de Productores de Leche, todos los productores -soy productor de la Cuenca Abasto Sur de la provincia de Buenos Aires- nos reunimos y debatimos dichos lineamientos generales. Y en esta etapa de discusión debemos lograr el máximo consenso entre los productores de todas las cuencas lecheras del país.
La dureza de la crisis que atraviesa el sector no nos aparta de los temas estructurales que afectan a la lechería y que constituyen una motivación permanente de la mesa nacional. Una ley que ayude a corregir dicha deficiencia nos parece apropiada. Pero básicamente esperamos contar con tiempo suficiente para que las mejores ideas, debatidas y fundamentadas, constituyan el soporte básico del proyecto en cuestión. No creemos que ello se logre con esta medida de ligereza y rapidez con que tenemos que tratar la iniciativa.
Hemos considerado cada uno de los proyectos que han presentado los distintos bloques, hemos analizado cada aspecto que entendemos que falta, lo que está mal puesto o es de difícil instrumentación. Por eso nos parece imprudente implementar una ley de lechería en el término de una semana. Y lo señalo porque corregir una ley implica un nuevo tratamiento en la Cámara, lo que significa esperar demasiado tiempo.
Por eso, antes de anunciar los puntos que consideramos que debe contener la iniciativa, solicitamos al señor presidente que reflexionemos y tengamos un tiempo prudencial de 30 a 45 días para que el sector de la producción tambera pueda aportar lo que consensuadamente entiende debe contener una ley de este tipo.
Ahora, paso a considerar los puntos que entendemos debe contener un proyecto de ley de una lechería razonable. En primer término, la definición de bien transable. Pero ocurre que esa definición no está porque no existe la leche estándar. Cada vez que se habla de que la leche vale tantos pesos el litro, cometemos un error porque la leche vale por su contenido de sólido.
Cumpliendo con la disposición de la formación de comisiones técnicas, la Comisión N°1 trabajó sobre la leche de referencia. Llevó dos años el tratamiento y el establecimiento de cuáles eran los parámetros. Sin embargo, hoy en día esa leche no está institucionalizada en el ámbito nacional. Por lo tanto, definiendo el bien transable, sí podríamos avanzar en el segundo punto relativo a la medición por un tercero imparcial de los parámetros de composición de la leche que se entrega.
Ustedes saben que hoy en día la leche se retira de los tambos y la mide la industria compradora, quien define la calidad correspondiente. Entendemos que no siempre hará las cosas bien, aunque suponemos que generalmente lo hace, pero no es correcto que la leche sea medida por una sola de las partes.
Para eso pedimos y exigimos -incluso lo acordamos- la existencia de laboratorios arbitrales y regionales encargados de llevar a cabo esa tarea.
Otra cuestión es la liquidación única para la comercialización de la leche, sistema que ya es utilizado en el comercio de granos. De esa manera, como dijo antes un funcionario, en las estadísticas correspondientes al orden nacional podríamos tener una visión sobre el precio de la leche que se está pagando en todo el territorio.
Tampoco podemos dejar de mencionar el precio cierto en las transacciones. La ley base, el Código Civil, que si no me equivoco está vigente desde el año 1870, establece claramente la relación contractual que debe darse para que exista el fenómeno de compraventa de un producto. Sin embargo, no se aplica. Aunque la norma especifica que se debe definir la cosa cierta y un precio cierto sobre ella, lamentablemente no se cumple.
El país cuenta con instrumentos vigentes que definen las relaciones en la transacción de compraventa, pero no se cumplen. Esto hace que sea imposible desarrollar una defensa. Fíjense los señores diputados que ante cualquier desgracia que sufre la industria, pasamos a ser acreedores quirografarios. Proveemos el 60 por ciento del costo de la industria que elabora todos los productos lácteos, pero ante el menor problema que sufre una industria tenemos que hacer cola como cualquier hijo de vecino.
Este es otro de los problemas que sufre la producción tambera y que no es atendido conforme con los diferentes artículos del Código Civil.
En el transcurso de esta reunión se le pidió al señor secretario disponer de las estadísticas o, como decimos nosotros, disponer de información relevante para la toma de decisiones. Hablamos de estadísticas oficiales y privadas que deben estar coordinadas.
Una ley sobre lechería debe contemplar ese aspecto. No tiene que ser minuciosa ni definir determinado punto, pero sí establecer el marco general y aquello de lo que no hay que apartarse para proteger y distribuir con equidad los esfuerzos que cada uno pone en la cadena. Cuando hablamos de distribución justa y equitativa en la cadena de comercialización láctea, estamos diciendo que pretendemos obtener el fruto de nuestro esfuerzo.
La cadena de comercialización láctea sufre enormes distorsiones entre lo que es el precio de tranquera de tambo y aquél que se aplica al producto elaborado en las góndolas de los centros de venta.
Los precios que hoy día observamos en las góndolas de los distintos centros de venta permiten pagar un mejor precio al productor. Sin duda es así, y podemos demostrarlo porque hemos contratado la realización de estudios tendientes a analizar esa problemática.
Pedimos prudencia a los miembros de las comisiones y que revean toda la documentación. De lo contrario, del conjunto de proyectos presentados saldrá un híbrido. Todos contienen aspectos absolutamente destacables y deseables; otros, disposiciones de difícil instrumentación e incluso confusas respecto de algunas cuestiones centrales. Por eso tenemos que debatir. Creemos que no es posible elevar hoy mismo una iniciativa a instancias superiores si antes no logramos el consenso entre los diferentes sectores de la producción y de la industria, dado que estamos hablando de una economía asociada a productores e industriales que genera los productos elaborados que luego son ofrecidos en los centros de venta.
Por otra parte, es preciso disponer de un organismo coordinador del sector lechero. Esto es muy importante, porque uno de los defectos que presenta la lechería en nuestro país es que las entidades públicas no cuentan con atribuciones necesarias para definir políticas específicas. En cambio, en el sector privado esas organizaciones abundan.
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¿Qué pasa con esto, al no tener atribuciones suficientes el poder público, la Secretaría? Hoy preguntaron por qué lo dejó de tener la entidad y apareció un fenómeno en la Secretaría de Comercio Interior manejando los lineamientos de la lechería, algo inaceptable desde el punto de vista de la producción. Siempre lo hemos recalcado, pero no le echemos la culpa al mensajero, tenemos que ver cómo viene orientado. El cartero no es el que tiene la culpa de entregar la carta sino aquél que la escribió para que se proceda de esa forma.
Sería muy fácil que la Secretaría de Agricultura vuelva a tener las funciones que le corresponden, y esperemos que así sea. Tienen que darle la atribución para que eso ocurra y volver a lo que era entonces.
El otro tema que creemos que es necesario que se contemple es el relativo a la generación del mercado electrónico de leche, igual que el de granos, pero adaptado a la leche para que todo el mundo pueda saber qué está pasando. Ustedes, cuando hablan de la banda de precios entre 75 y 81 centavos, se olvidan de que todavía hay leche que se denomina caliente y que se llega a pagar hasta 0,55 pesos. Es decir, no es tan sencillo cuando uno dice "se establece esta banda" que eso es lo que da el promedio nacional. Hay de todo. Nosotros no nos tenemos que guiar por promedios, tenemos que apuntar a que no desaparezcan más tambos porque hay una regla que no va a fallar nunca: cuanto más bajo sea el precio de leche al productor mayor es la concentración; lo obliga la escala. No hay duda, y eso ocurre acá y en el mundo entero.
El otro tema es el mecanismo de fijación de la materia prima. Esto es algo que aprobamos en mayo de 2002 en una asamblea en San Francisco -les puedo mostrar el acta, la tengo acá- con todos los integrantes de la cadena: industria, técnicos, productores, gobierno provincial, nacional y municipal. En mayo de 2003 se vuelve a ratificar ese acuerdo y en el foro nacional de agosto de 2004 se puso en vigencia en las distintas comisiones técnicas para seguir trabajando. No pudimos llegar a ninguna conclusión a la fecha porque todavía no tenemos definida la leche, no tenemos definido el bien transable y no tenemos los contratos que nos permitan hacerlo.
El otro punto, y está asociado con los mecanismos de fijación de precios, es el relativo a los sistemas de gestión de oferta de leche. Hemos contratado al CONICET para poder rever y estudiar todo esto. Nos han hecho un informe amplísimo, concreto, de los distintos sistemas de gestión de leche asociados a la fijación de precios, de lo contrario se produce un círculo vicioso donde aumenta la demanda, baja el precio, crece la demanda y volvemos otra vez a esa repetición desgraciada que sufrimos los tamberos.
Respecto del tema de generar los mecanismos de transparencia de la cadena láctea que incluya la comercialización, desde la tranquera del tambo hasta la góndola de los centros de venta, existe un estudio de comercialización, de cadena de valor hasta lo que es salida de planchada de fábrica. Hoy preguntaban algunos diputados cómo podía ser que un queso en planchada de fábrica estuviera 10 pesos, que se lo compran a las PYMES, cuando estamos pagando por encima de 22 y 27 pesos ese producto en el supermercado.
Hay toda una distorsión en la cadena comercial que lo único que logra es hacer imposible para la pyme pagar más de lo que paga la leche en función de lo que le están pagando a él el queso. Sin embargo, para conocer esa realidad y no hablar sin fundamento, hicimos un convenio con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires para hacer ese estudio de comercialización. Lamentablemente se firmó en diciembre de 2007 y luego por distintas causas se detuvo y no tenemos hoy el resultado. Es decir, sabemos lo que nos sucede pero no queremos proceder sin tener los fundamentos técnicos necesarios. Hemos tenido la promesa del director del sector lechería, junto con el director de Economía Agraria de la Secretaría, de que se va a rever ese tema.
Es necesario darle una salida urgente para que se materialice, podamos trabajar y sirva como aporte a esta mesa de trabajo.
El otro punto es combatir la marginalidad.
Hay dos tipos: la bromatológica, que atenta contra la seguridad y la vida; y la fiscal. Para eso tendrán que revisar el sistema tributario que posibilite que la fiscal tenga un plazo para recuperarse. En cuanto a la bromatológica, en ningún momento se debe permitir.
Si pretendemos una lechería desarrollada debemos contar con organismos altamente capacitados y con recursos económicos adecuados para el cumplimiento de sus funciones. Entre estas funciones se destacarán estudiar, diagnosticar, evaluar y comprender al sector lácteo argentino en forma general y particular; ayudar a diseñar e implementar una política que integren los sectores humanos y naturales del país a través del respeto a las personas, sus ideas y el trabajo; y vincular y asistir a sus integrantes para alcanzar los objetivos que se proponga.
Por último, sintetizando la propuesta, lo que verdaderamente requiere la lechería argentina es transitar un camino de crecimiento sobre la base de sus genuinas ventajas, que son las competitivas, ya que más de un orador habló hoy de la competitividad que tiene que tener el sector. Esto demanda de la ley, cuyo proyecto nos ocupa, reglas de juego claras y permanentes, transparencia en el funcionamiento del mercado e información actualizada y de calidad. El Estado debe intervenir subsidiariamente con el objeto de generar todas las herramientas que sean necesarias para el logro de los objetivos enunciados, evitando imperfecciones del mercado tales como asimetrías de información o el abuso de posición dominante en algún eslabón de la cadena en desmedro del otro.
El trabajo serio y ordenado de las instituciones representativas de la cadena deberá poner el resto, procurando el dictado de los correspondientes marcos jurídicos en los casos en que esto resulte necesario.
Por último, la experiencia recogida en estos últimos años tendría que servirnos de antecedente más que suficiente como para no insistir en la generación de mecanismos que terminan poniendo en manos de un funcionario de turno la decisión sobre ganadores y perdedores en el negocio lechero.
Quisiera empezar por definir qué entendemos por política agropecuaria. La política agropecuaria para nosotros es la suma de programas específicos que deben estar insertados en una política económica general que el gobierno decide implementar para recuperar los distintos sectores de la producción. Por lo tanto, es necesario diseñar esa política agropecuaria dentro de una concepción estratégica de país, contemplando los aspectos que aumenten la competitividad del mismo y gestando una dinámica permanente de evaluación entre el Estado gobernante y los sectores productivos.
Uno de esos programas específicos es la lechería. En esto queremos destacar la necesidad de generar las políticas que ordenen a la misma. Para ello es menester crear en primer lugar el equilibrio entre los eslabones de producción, industria y comercio de la cadena láctea. El Estado deberá legislar dictando las normas conducentes a establecer el equilibrio mencionado -hoy ausente-, ya que no se logrará organizar la lechería si previamente no se resuelven las asimetrías imperantes en la actualidad.
Somos concientes de que la producción de leche cruda arrastra problemas crónicos que consisten en la baja participación que tienen en el precio final de los productos lácteos. Y la gravedad de este problema radica en la imposibilidad del productor de comercializar adecuadamente su producción de leche. Esto se traduce en malos resultados para el sector.
Si a los males enunciados le adicionamos las características de vulnerabilidad de la leche, por ser un producto altamente perecedero y de cosecha obligada mínima de dos veces por día, tendremos el cuadro completo de las debilidades que afectan a la producción primaria de leche.
Asimismo, debemos tener en cuenta el fuerte impacto social que se origina con el cierre de esta verdadera fábrica de leche que representan los tambos. Hoy decían que no era tan cierto el cierre que se había producido porque son tres tambos por día. Pero tres tambos por día no significa que hoy están cerrando tres, mañana tres, etcétera. El hecho es que de los tambos que había a los que quedaron, dividido la cantidad de días desde hace cinco años, dio un promedio de esa naturaleza.
Lamentablemente hay algo que hicimos mal porque en el año 99 producíamos 10 mil millones de litros y hoy en día estamos queriendo llegar a la misma cantidad después de once años. Se ve que las cosas no se hicieron bien. Esto revela claramente la desatención del sector. Por eso, según fundamentamos, el sector reclama un conjunto de medidas para actuar sobre la coyuntura. La generación de estrategias a mediano y largo plazo son las que nos van a permitir rebatir el desánimo y coadyuvar a lograr las condiciones de sustentabilidad para las producciones y explotaciones tamberas.
Las sucesivas crisis que experimentó nuestra lechería muestran claramente que para el sector primario es insuficiente el precio que recibe por la leche y que el sector industrial no ha sabido transmitir a los remitentes la demanda del mercado al cual debemos abastecer. Por eso necesitamos la implementación de una normativa legal que establezca un marco para la actividad y otorgue seguridad y reglas claras. Me refiero a lineamientos generales que deberían dar cuerpo al proyecto de ley que la lechería argentina necesita y por la que tanto espera.
Cabe destacar que en el seno de la Mesa Nacional de Productores de Leche, todos los productores -soy productor de la Cuenca Abasto Sur de la provincia de Buenos Aires- nos reunimos y debatimos dichos lineamientos generales. Y en esta etapa de discusión debemos lograr el máximo consenso entre los productores de todas las cuencas lecheras del país.
La dureza de la crisis que atraviesa el sector no nos aparta de los temas estructurales que afectan a la lechería y que constituyen una motivación permanente de la mesa nacional. Una ley que ayude a corregir dicha deficiencia nos parece apropiada. Pero básicamente esperamos contar con tiempo suficiente para que las mejores ideas, debatidas y fundamentadas, constituyan el soporte básico del proyecto en cuestión. No creemos que ello se logre con esta medida de ligereza y rapidez con que tenemos que tratar la iniciativa.
Hemos considerado cada uno de los proyectos que han presentado los distintos bloques, hemos analizado cada aspecto que entendemos que falta, lo que está mal puesto o es de difícil instrumentación. Por eso nos parece imprudente implementar una ley de lechería en el término de una semana. Y lo señalo porque corregir una ley implica un nuevo tratamiento en la Cámara, lo que significa esperar demasiado tiempo.
Por eso, antes de anunciar los puntos que consideramos que debe contener la iniciativa, solicitamos al señor presidente que reflexionemos y tengamos un tiempo prudencial de 30 a 45 días para que el sector de la producción tambera pueda aportar lo que consensuadamente entiende debe contener una ley de este tipo.
Ahora, paso a considerar los puntos que entendemos debe contener un proyecto de ley de una lechería razonable. En primer término, la definición de bien transable. Pero ocurre que esa definición no está porque no existe la leche estándar. Cada vez que se habla de que la leche vale tantos pesos el litro, cometemos un error porque la leche vale por su contenido de sólido.
Cumpliendo con la disposición de la formación de comisiones técnicas, la Comisión N°1 trabajó sobre la leche de referencia. Llevó dos años el tratamiento y el establecimiento de cuáles eran los parámetros. Sin embargo, hoy en día esa leche no está institucionalizada en el ámbito nacional. Por lo tanto, definiendo el bien transable, sí podríamos avanzar en el segundo punto relativo a la medición por un tercero imparcial de los parámetros de composición de la leche que se entrega.
Ustedes saben que hoy en día la leche se retira de los tambos y la mide la industria compradora, quien define la calidad correspondiente. Entendemos que no siempre hará las cosas bien, aunque suponemos que generalmente lo hace, pero no es correcto que la leche sea medida por una sola de las partes.
Para eso pedimos y exigimos -incluso lo acordamos- la existencia de laboratorios arbitrales y regionales encargados de llevar a cabo esa tarea.
Otra cuestión es la liquidación única para la comercialización de la leche, sistema que ya es utilizado en el comercio de granos. De esa manera, como dijo antes un funcionario, en las estadísticas correspondientes al orden nacional podríamos tener una visión sobre el precio de la leche que se está pagando en todo el territorio.
Tampoco podemos dejar de mencionar el precio cierto en las transacciones. La ley base, el Código Civil, que si no me equivoco está vigente desde el año 1870, establece claramente la relación contractual que debe darse para que exista el fenómeno de compraventa de un producto. Sin embargo, no se aplica. Aunque la norma especifica que se debe definir la cosa cierta y un precio cierto sobre ella, lamentablemente no se cumple.
El país cuenta con instrumentos vigentes que definen las relaciones en la transacción de compraventa, pero no se cumplen. Esto hace que sea imposible desarrollar una defensa. Fíjense los señores diputados que ante cualquier desgracia que sufre la industria, pasamos a ser acreedores quirografarios. Proveemos el 60 por ciento del costo de la industria que elabora todos los productos lácteos, pero ante el menor problema que sufre una industria tenemos que hacer cola como cualquier hijo de vecino.
Este es otro de los problemas que sufre la producción tambera y que no es atendido conforme con los diferentes artículos del Código Civil.
En el transcurso de esta reunión se le pidió al señor secretario disponer de las estadísticas o, como decimos nosotros, disponer de información relevante para la toma de decisiones. Hablamos de estadísticas oficiales y privadas que deben estar coordinadas.
Una ley sobre lechería debe contemplar ese aspecto. No tiene que ser minuciosa ni definir determinado punto, pero sí establecer el marco general y aquello de lo que no hay que apartarse para proteger y distribuir con equidad los esfuerzos que cada uno pone en la cadena. Cuando hablamos de distribución justa y equitativa en la cadena de comercialización láctea, estamos diciendo que pretendemos obtener el fruto de nuestro esfuerzo.
La cadena de comercialización láctea sufre enormes distorsiones entre lo que es el precio de tranquera de tambo y aquél que se aplica al producto elaborado en las góndolas de los centros de venta.
Los precios que hoy día observamos en las góndolas de los distintos centros de venta permiten pagar un mejor precio al productor. Sin duda es así, y podemos demostrarlo porque hemos contratado la realización de estudios tendientes a analizar esa problemática.
Pedimos prudencia a los miembros de las comisiones y que revean toda la documentación. De lo contrario, del conjunto de proyectos presentados saldrá un híbrido. Todos contienen aspectos absolutamente destacables y deseables; otros, disposiciones de difícil instrumentación e incluso confusas respecto de algunas cuestiones centrales. Por eso tenemos que debatir. Creemos que no es posible elevar hoy mismo una iniciativa a instancias superiores si antes no logramos el consenso entre los diferentes sectores de la producción y de la industria, dado que estamos hablando de una economía asociada a productores e industriales que genera los productos elaborados que luego son ofrecidos en los centros de venta.
Por otra parte, es preciso disponer de un organismo coordinador del sector lechero. Esto es muy importante, porque uno de los defectos que presenta la lechería en nuestro país es que las entidades públicas no cuentan con atribuciones necesarias para definir políticas específicas. En cambio, en el sector privado esas organizaciones abundan.
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¿Qué pasa con esto, al no tener atribuciones suficientes el poder público, la Secretaría? Hoy preguntaron por qué lo dejó de tener la entidad y apareció un fenómeno en la Secretaría de Comercio Interior manejando los lineamientos de la lechería, algo inaceptable desde el punto de vista de la producción. Siempre lo hemos recalcado, pero no le echemos la culpa al mensajero, tenemos que ver cómo viene orientado. El cartero no es el que tiene la culpa de entregar la carta sino aquél que la escribió para que se proceda de esa forma.
Sería muy fácil que la Secretaría de Agricultura vuelva a tener las funciones que le corresponden, y esperemos que así sea. Tienen que darle la atribución para que eso ocurra y volver a lo que era entonces.
El otro tema que creemos que es necesario que se contemple es el relativo a la generación del mercado electrónico de leche, igual que el de granos, pero adaptado a la leche para que todo el mundo pueda saber qué está pasando. Ustedes, cuando hablan de la banda de precios entre 75 y 81 centavos, se olvidan de que todavía hay leche que se denomina caliente y que se llega a pagar hasta 0,55 pesos. Es decir, no es tan sencillo cuando uno dice "se establece esta banda" que eso es lo que da el promedio nacional. Hay de todo. Nosotros no nos tenemos que guiar por promedios, tenemos que apuntar a que no desaparezcan más tambos porque hay una regla que no va a fallar nunca: cuanto más bajo sea el precio de leche al productor mayor es la concentración; lo obliga la escala. No hay duda, y eso ocurre acá y en el mundo entero.
El otro tema es el mecanismo de fijación de la materia prima. Esto es algo que aprobamos en mayo de 2002 en una asamblea en San Francisco -les puedo mostrar el acta, la tengo acá- con todos los integrantes de la cadena: industria, técnicos, productores, gobierno provincial, nacional y municipal. En mayo de 2003 se vuelve a ratificar ese acuerdo y en el foro nacional de agosto de 2004 se puso en vigencia en las distintas comisiones técnicas para seguir trabajando. No pudimos llegar a ninguna conclusión a la fecha porque todavía no tenemos definida la leche, no tenemos definido el bien transable y no tenemos los contratos que nos permitan hacerlo.
El otro punto, y está asociado con los mecanismos de fijación de precios, es el relativo a los sistemas de gestión de oferta de leche. Hemos contratado al CONICET para poder rever y estudiar todo esto. Nos han hecho un informe amplísimo, concreto, de los distintos sistemas de gestión de leche asociados a la fijación de precios, de lo contrario se produce un círculo vicioso donde aumenta la demanda, baja el precio, crece la demanda y volvemos otra vez a esa repetición desgraciada que sufrimos los tamberos.
Respecto del tema de generar los mecanismos de transparencia de la cadena láctea que incluya la comercialización, desde la tranquera del tambo hasta la góndola de los centros de venta, existe un estudio de comercialización, de cadena de valor hasta lo que es salida de planchada de fábrica. Hoy preguntaban algunos diputados cómo podía ser que un queso en planchada de fábrica estuviera 10 pesos, que se lo compran a las PYMES, cuando estamos pagando por encima de 22 y 27 pesos ese producto en el supermercado.
Hay toda una distorsión en la cadena comercial que lo único que logra es hacer imposible para la pyme pagar más de lo que paga la leche en función de lo que le están pagando a él el queso. Sin embargo, para conocer esa realidad y no hablar sin fundamento, hicimos un convenio con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires para hacer ese estudio de comercialización. Lamentablemente se firmó en diciembre de 2007 y luego por distintas causas se detuvo y no tenemos hoy el resultado. Es decir, sabemos lo que nos sucede pero no queremos proceder sin tener los fundamentos técnicos necesarios. Hemos tenido la promesa del director del sector lechería, junto con el director de Economía Agraria de la Secretaría, de que se va a rever ese tema.
Es necesario darle una salida urgente para que se materialice, podamos trabajar y sirva como aporte a esta mesa de trabajo.
El otro punto es combatir la marginalidad.
Hay dos tipos: la bromatológica, que atenta contra la seguridad y la vida; y la fiscal. Para eso tendrán que revisar el sistema tributario que posibilite que la fiscal tenga un plazo para recuperarse. En cuanto a la bromatológica, en ningún momento se debe permitir.
Si pretendemos una lechería desarrollada debemos contar con organismos altamente capacitados y con recursos económicos adecuados para el cumplimiento de sus funciones. Entre estas funciones se destacarán estudiar, diagnosticar, evaluar y comprender al sector lácteo argentino en forma general y particular; ayudar a diseñar e implementar una política que integren los sectores humanos y naturales del país a través del respeto a las personas, sus ideas y el trabajo; y vincular y asistir a sus integrantes para alcanzar los objetivos que se proponga.
Por último, sintetizando la propuesta, lo que verdaderamente requiere la lechería argentina es transitar un camino de crecimiento sobre la base de sus genuinas ventajas, que son las competitivas, ya que más de un orador habló hoy de la competitividad que tiene que tener el sector. Esto demanda de la ley, cuyo proyecto nos ocupa, reglas de juego claras y permanentes, transparencia en el funcionamiento del mercado e información actualizada y de calidad. El Estado debe intervenir subsidiariamente con el objeto de generar todas las herramientas que sean necesarias para el logro de los objetivos enunciados, evitando imperfecciones del mercado tales como asimetrías de información o el abuso de posición dominante en algún eslabón de la cadena en desmedro del otro.
El trabajo serio y ordenado de las instituciones representativas de la cadena deberá poner el resto, procurando el dictado de los correspondientes marcos jurídicos en los casos en que esto resulte necesario.
Por último, la experiencia recogida en estos últimos años tendría que servirnos de antecedente más que suficiente como para no insistir en la generación de mecanismos que terminan poniendo en manos de un funcionario de turno la decisión sobre ganadores y perdedores en el negocio lechero.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Si usted nos quiere dejar algún documento o sus observaciones por escrito, nosotros podemos colocarlos en la página web de la Comisión de Agricultura y Ganadería y distribuirlos a los despachos de los diputados.
Tiene la palabra el señor Miguel Ángel Paulón, presidente del Centro de Industrias Lácteas.
Tiene la palabra el señor Miguel Ángel Paulón, presidente del Centro de Industrias Lácteas.
SR. PAULÓN En primer lugar, quiero agradecer al presidente y a la comisión por darnos esta posibilidad de participación.
Nuestra cámara empresarial nuclea a treinta y seis empresas, de las cuales treinta y dos son procesadoras de leche. El rasgo diferencial de nuestra cámara respecto de las otras organizaciones -ya que hay desde pymes hasta grandes empresas- es que tenemos instalada la mayor capacidad exportadora de la Argentina. Es decir que tenemos una industria con equipamiento para generar productos exportables. Esto no es exclusivo, por supuesto, porque Apymel es un núcleo lácteo también.
Bajo este perfil lo primero que deseamos transmitirles es que estamos muy honrados por la relevancia que se le está asignando al sector lácteo en la Argentina por parte de toda la sociedad.
Creo que es mérito de varios de los que estamos presentes en esta reunión.
En segundo término quisiera dar un pantallazo de la situación actual de producción de leche en Argentina, que desde el año 2006 viene evidenciando una leve recuperación que nos está posicionando nuevamente en el orden de los 10 mil millones de litros de leche.
Como ustedes saben, el mercado interno consume entre 7.500 y 8 mil millones de litros de leche al año. Ese es el rango de consumo que registra la Argentina y que logra sostener los casi 200 litros anuales por habitante. En ese escenario de producción y de consumo local, evidentemente Argentina tiene plena seguridad de abastecer el mercado interno y genera un saldo exportable permanente de aproximadamente 2.500 millones de litros anuales.
Realmente, tal como ocurre en gran parte de las lecherías del mundo, en todos los países productores que tienen excedente, el gran tema es cómo establecer un equilibrio armónico entre este saldo exportable y el consumo interno. Al igual que en la mayoría de los países del mundo, el poder adquisitivo, el poder de compra de leche al productor que genera el mercado interno, en general es superior al del mercado internacional.
Solamente se dieron tres situaciones en la historia de los últimos cuarenta años donde el mercado internacional generó mejores valores que el mercado interno. Y ello ha sido producto de dos devaluaciones muy importantes en períodos crisis financieras, y la última es la burbuja que vivimos hace muy pocos meses, que sabemos cómo terminó.
Este es uno de los problemas que a nuestro juicio tiene que resolver la lechería argentina para lograr sustentabilidad y posibilidades de crecimiento. En ese escenario cualquier instrumento que se desee desarrollar para ordenar la actividad tiene que contemplar algunos aspectos que a nuestro juicio son indispensables.
Uno es el proceso exportador que no puede contar ni con trabas burocráticas ni con trabas administrativas para desarrollarse. Con esto no estamos diciendo que solamente se deje exportar libremente, porque estamos convencidos de que hay que abastecer adecuadamente al mercado interno, y eso lo tenemos absolutamente claro. Ocurre que en el contexto internacional en el que nos estamos moviendo, cualquier ruido en el proceso exportador, cualquier duda sobre la habilitación, autorización o no de una exportación, puede llevar a perder una oportunidad de operación, que a veces puede proyectarse por más tiempo.
La segunda cuestión que vemos como importante es que el proceso productivo cuenta con algunos impuestos internos que tenían los productos exportados que a nuestro juicio debemos recuperar o restituir.
En el año 2005 se había alcanzado una situación realmente justa de devolución de estos impuestos internos a los productos exportados. Se reconocía una diferencia entre los productos de menor valor agregado y los de mayor valor agregado. En consecuencia, opinamos que esto debe ser contemplado incluso en el corto plazo porque se está avecinando la estación de mayor producción de leche en la Argentina.
La tercera cuestión que a nuestro juicio es importante para regular el mercado internacional, es equilibrar la oferta y no provocar el deterioro del poder de compra que da el mercado interno. Esto se vincula con la posibilidad de tener los inventarios de las mercaderías exportables en términos de financiación razonable. De este modo a veces uno puede tener la posibilidad de no atosigar al mercado internacional con un volumen de producción estacional. Es decir, poder diferirlo y manejarlo en el tiempo de manera de aprovechar los mejores momentos del mercado.
Un tema que queremos dejar claro es la vinculación entre el balance del mercado internacional y el del mercado interno, logrando un equilibrio realmente satisfactorio para evitar deterioros de precios.
Otra cuestión que ha estado muy en boga en los últimos tiempos es la sospecha de que la industria no siempre traslada todo lo que puede a los productores. En ese sentido, tenemos toda la tranquilidad necesaria porque la capacidad industrial instalada en la Argentina supera ampliamente la producción nacional. La capacidad de transformación a productos lácteos en forma competitiva es de 13 mil a 14 mil millones de litros. Por esa razón les aseguro que cada industria se desespera cuando se le va un litro de leche porque la caída de los volúmenes significa impactar sobre los costos fijos de manera significativa.
Sin embargo, para que no quede ninguna duda, estamos totalmente de acuerdo con que se institucionalice un sistema de monitoreo de los poderes de compra de los distintos negocios, productos y operaciones en cada una de las situaciones de mercado, que son muy cambiantes y variables incluso estacionalmente.
Consideramos absolutamente válido y necesario que se haya institucionalizado un sistema de monitoreo. Ello nos llevará a tener más tranquilidad y a mejorar la relación de confianza entre ambos sectores, por lo menos entre los eslabones de la producción y la industria.
A este respecto, atendiendo a la transparencia de esta relación entre la producción primaria y la industria, queremos decir que desde la industria no tenemos ningún problema en la implementación de esta leche de referencia a la que recién hacía mención el señor Aimar, ni a que apliquemos rápidamente una legislación única para todos los tambos de la Argentina. Tampoco en que se pongan en marcha los laboratorios arbitrales o regionales, en la medida en que esto se haga en forma simultánea para todas las jurisdicciones, los tambos y las industrias que nos movemos en el escenario lácteo de la Argentina. En estas condiciones no tenemos absolutamente ningún problema de que suceda.
Otra cuestión que deseamos destacar es que, tal como señalaba al inicio de mi exposición, en general las empresas de nuestra cámara están exportando la mayor parte del 20 al 25 por ciento anual. Pero cuando uno relaciona que nuestras empresas significan entre el 60 y el 65 por ciento de la producción nacional procesada, saca la cuenta y ve que se trata de un 40 por ciento en el mix de negocios de productos exportados.
Este es el motivo por el cual la exportación tiene una importancia vital.
Por otra parte, luego de observar el perfil de algunos de los proyectos de ley en consideración, creemos necesario decir con toda claridad que la resultante de precios para retribuir a la materia prima que generan los productores es establecida por la industria a partir no de los precios al público sino de los precios efectivamente percibidos de parte de las cadenas de comercialización.
Esto debe quedar absolutamente en claro, porque puede ocurrir que la referencia de precio público induzca a situaciones no demasiado transparentes.
Luego, fijar un precio sobre la base de una fórmula matemática artificial sin tener en cuenta lo que decía antes acerca de la capacidad de compra que realmente otorga la comercialización de los productos, nos estaría colocando en una situación parecida a la que se dio cuando en la Argentina estaba vigente la famosa ley de la Cocopole y el FOPAL, donde terminó laudando el secretario de Agricultura.
Por otra parte, quiero mencionar la competencia que ha establecido la agricultura sobre otras cadenas productivas, como por ejemplo la cárnica y la láctea.
Evidentemente, esta situación plantea una amenaza o riesgo muy serio para los tambos de pequeña escala. Por eso creemos, como hemos visto en algunos proyectos de ley, que es necesario prestar mucha atención a este tema. A nuestro entender, la prioridad está dada por el asociativismo y la intensificación. Ambos aseguran puestos de trabajo en el campo, siendo la intensificación la que requiere una mayor dedicación personal y capacitación adecuada para operar los sistemas.
En lo que se refiere específicamente a los productores, observamos que la escala de segmentación de beneficiarios no tiene en cuenta la existencia de economías de escala. Si consideramos que son las que generan la mayor producción, advertiremos que el hecho de no incluirlas entre los beneficiarios puede actuar como un desincentivo al crecimiento de los tambos.
Finalmente, quiero decir con toda claridad que el Centro de la Industria Lechera Argentina -CIL- apoya todo esquema de institucionalización y ordenamiento de la lechería. Estamos convencidos de que es necesario debatir acerca de estas nuevas iniciativas legislativas, conocidas en los últimos días, con la participación de los actores del sector y considerando la larga experiencia de los países lecheros del mundo. Nos ofrecemos, señor presidente, a aportar toda la información de que disponemos en la materia.
Nuestra cámara empresarial nuclea a treinta y seis empresas, de las cuales treinta y dos son procesadoras de leche. El rasgo diferencial de nuestra cámara respecto de las otras organizaciones -ya que hay desde pymes hasta grandes empresas- es que tenemos instalada la mayor capacidad exportadora de la Argentina. Es decir que tenemos una industria con equipamiento para generar productos exportables. Esto no es exclusivo, por supuesto, porque Apymel es un núcleo lácteo también.
Bajo este perfil lo primero que deseamos transmitirles es que estamos muy honrados por la relevancia que se le está asignando al sector lácteo en la Argentina por parte de toda la sociedad.
Creo que es mérito de varios de los que estamos presentes en esta reunión.
En segundo término quisiera dar un pantallazo de la situación actual de producción de leche en Argentina, que desde el año 2006 viene evidenciando una leve recuperación que nos está posicionando nuevamente en el orden de los 10 mil millones de litros de leche.
Como ustedes saben, el mercado interno consume entre 7.500 y 8 mil millones de litros de leche al año. Ese es el rango de consumo que registra la Argentina y que logra sostener los casi 200 litros anuales por habitante. En ese escenario de producción y de consumo local, evidentemente Argentina tiene plena seguridad de abastecer el mercado interno y genera un saldo exportable permanente de aproximadamente 2.500 millones de litros anuales.
Realmente, tal como ocurre en gran parte de las lecherías del mundo, en todos los países productores que tienen excedente, el gran tema es cómo establecer un equilibrio armónico entre este saldo exportable y el consumo interno. Al igual que en la mayoría de los países del mundo, el poder adquisitivo, el poder de compra de leche al productor que genera el mercado interno, en general es superior al del mercado internacional.
Solamente se dieron tres situaciones en la historia de los últimos cuarenta años donde el mercado internacional generó mejores valores que el mercado interno. Y ello ha sido producto de dos devaluaciones muy importantes en períodos crisis financieras, y la última es la burbuja que vivimos hace muy pocos meses, que sabemos cómo terminó.
Este es uno de los problemas que a nuestro juicio tiene que resolver la lechería argentina para lograr sustentabilidad y posibilidades de crecimiento. En ese escenario cualquier instrumento que se desee desarrollar para ordenar la actividad tiene que contemplar algunos aspectos que a nuestro juicio son indispensables.
Uno es el proceso exportador que no puede contar ni con trabas burocráticas ni con trabas administrativas para desarrollarse. Con esto no estamos diciendo que solamente se deje exportar libremente, porque estamos convencidos de que hay que abastecer adecuadamente al mercado interno, y eso lo tenemos absolutamente claro. Ocurre que en el contexto internacional en el que nos estamos moviendo, cualquier ruido en el proceso exportador, cualquier duda sobre la habilitación, autorización o no de una exportación, puede llevar a perder una oportunidad de operación, que a veces puede proyectarse por más tiempo.
La segunda cuestión que vemos como importante es que el proceso productivo cuenta con algunos impuestos internos que tenían los productos exportados que a nuestro juicio debemos recuperar o restituir.
En el año 2005 se había alcanzado una situación realmente justa de devolución de estos impuestos internos a los productos exportados. Se reconocía una diferencia entre los productos de menor valor agregado y los de mayor valor agregado. En consecuencia, opinamos que esto debe ser contemplado incluso en el corto plazo porque se está avecinando la estación de mayor producción de leche en la Argentina.
La tercera cuestión que a nuestro juicio es importante para regular el mercado internacional, es equilibrar la oferta y no provocar el deterioro del poder de compra que da el mercado interno. Esto se vincula con la posibilidad de tener los inventarios de las mercaderías exportables en términos de financiación razonable. De este modo a veces uno puede tener la posibilidad de no atosigar al mercado internacional con un volumen de producción estacional. Es decir, poder diferirlo y manejarlo en el tiempo de manera de aprovechar los mejores momentos del mercado.
Un tema que queremos dejar claro es la vinculación entre el balance del mercado internacional y el del mercado interno, logrando un equilibrio realmente satisfactorio para evitar deterioros de precios.
Otra cuestión que ha estado muy en boga en los últimos tiempos es la sospecha de que la industria no siempre traslada todo lo que puede a los productores. En ese sentido, tenemos toda la tranquilidad necesaria porque la capacidad industrial instalada en la Argentina supera ampliamente la producción nacional. La capacidad de transformación a productos lácteos en forma competitiva es de 13 mil a 14 mil millones de litros. Por esa razón les aseguro que cada industria se desespera cuando se le va un litro de leche porque la caída de los volúmenes significa impactar sobre los costos fijos de manera significativa.
Sin embargo, para que no quede ninguna duda, estamos totalmente de acuerdo con que se institucionalice un sistema de monitoreo de los poderes de compra de los distintos negocios, productos y operaciones en cada una de las situaciones de mercado, que son muy cambiantes y variables incluso estacionalmente.
Consideramos absolutamente válido y necesario que se haya institucionalizado un sistema de monitoreo. Ello nos llevará a tener más tranquilidad y a mejorar la relación de confianza entre ambos sectores, por lo menos entre los eslabones de la producción y la industria.
A este respecto, atendiendo a la transparencia de esta relación entre la producción primaria y la industria, queremos decir que desde la industria no tenemos ningún problema en la implementación de esta leche de referencia a la que recién hacía mención el señor Aimar, ni a que apliquemos rápidamente una legislación única para todos los tambos de la Argentina. Tampoco en que se pongan en marcha los laboratorios arbitrales o regionales, en la medida en que esto se haga en forma simultánea para todas las jurisdicciones, los tambos y las industrias que nos movemos en el escenario lácteo de la Argentina. En estas condiciones no tenemos absolutamente ningún problema de que suceda.
Otra cuestión que deseamos destacar es que, tal como señalaba al inicio de mi exposición, en general las empresas de nuestra cámara están exportando la mayor parte del 20 al 25 por ciento anual. Pero cuando uno relaciona que nuestras empresas significan entre el 60 y el 65 por ciento de la producción nacional procesada, saca la cuenta y ve que se trata de un 40 por ciento en el mix de negocios de productos exportados.
Este es el motivo por el cual la exportación tiene una importancia vital.
Por otra parte, luego de observar el perfil de algunos de los proyectos de ley en consideración, creemos necesario decir con toda claridad que la resultante de precios para retribuir a la materia prima que generan los productores es establecida por la industria a partir no de los precios al público sino de los precios efectivamente percibidos de parte de las cadenas de comercialización.
Esto debe quedar absolutamente en claro, porque puede ocurrir que la referencia de precio público induzca a situaciones no demasiado transparentes.
Luego, fijar un precio sobre la base de una fórmula matemática artificial sin tener en cuenta lo que decía antes acerca de la capacidad de compra que realmente otorga la comercialización de los productos, nos estaría colocando en una situación parecida a la que se dio cuando en la Argentina estaba vigente la famosa ley de la Cocopole y el FOPAL, donde terminó laudando el secretario de Agricultura.
Por otra parte, quiero mencionar la competencia que ha establecido la agricultura sobre otras cadenas productivas, como por ejemplo la cárnica y la láctea.
Evidentemente, esta situación plantea una amenaza o riesgo muy serio para los tambos de pequeña escala. Por eso creemos, como hemos visto en algunos proyectos de ley, que es necesario prestar mucha atención a este tema. A nuestro entender, la prioridad está dada por el asociativismo y la intensificación. Ambos aseguran puestos de trabajo en el campo, siendo la intensificación la que requiere una mayor dedicación personal y capacitación adecuada para operar los sistemas.
En lo que se refiere específicamente a los productores, observamos que la escala de segmentación de beneficiarios no tiene en cuenta la existencia de economías de escala. Si consideramos que son las que generan la mayor producción, advertiremos que el hecho de no incluirlas entre los beneficiarios puede actuar como un desincentivo al crecimiento de los tambos.
Finalmente, quiero decir con toda claridad que el Centro de la Industria Lechera Argentina -CIL- apoya todo esquema de institucionalización y ordenamiento de la lechería. Estamos convencidos de que es necesario debatir acerca de estas nuevas iniciativas legislativas, conocidas en los últimos días, con la participación de los actores del sector y considerando la larga experiencia de los países lecheros del mundo. Nos ofrecemos, señor presidente, a aportar toda la información de que disponemos en la materia.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Si el señor Paulón puede ofrecer alguna documentación ahora o en otro momento, la Presidencia le pide que la acerque a la comisión para que quede a disposición de los señores diputados.
Tiene la palabra el presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas -APYMEL-, señor Villano.
Tiene la palabra el presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas -APYMEL-, señor Villano.
SR. VILLANO Señor presidente: en primer lugar, quiero decir que fui el más rápido en llegar a esta reunión, hecho que explica la agilidad con que debemos movernos las pymes para sobrevivir en una actividad tan compleja.
En segundo término, deseo agradecer en nombre de APYMEL esta invitación.
Antes de comenzar con mi exposición quiero presentar, en pocas palabras, a la asociación que presido. La Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas, que fuera creada en 1988, cuenta en estos momentos con doscientas treinta y cuatro pymes, cada una de las cuales procesa diariamente alrededor de 20.000 litros de leche. Es decir que en conjunto procesan más de 4 millones de litros de leche por día. Pero lo más notable, porque estos son números, son los puntos del país donde están instaladas esas pymes: son más de trece las provincias donde encontramos pymes de nuestra asociación. Se encuentran concentradas en distintos pueblos del interior del país; en la mayoría de ellos, si no estuviese la industria láctea no sería posible producir la leche de los tambos y, consecuentemente, tampoco se podría dar trabajo en forma directa o indirecta a la gente que vive en esos lugares.
La lechería argentina es muy particular y difiere de los modelos mundiales. Por lo tanto, no es imitable. Afortunadamente, en lugar de desarrollarse pocas industrias de grandes dimensiones hubo una atomización que permitió la creación de una empresa en cada pueblo de las zonas lecheras argentinas. De esta manera, la actividad se transformó en un factor dinamizante del desarrollo rural.
Pedimos a los señores legisladores que el proyecto de ley que finalmente se sancione contemple a este sector que generó grandes cantidades de puestos de trabajo que, en muchos casos, son las únicas alternativas de empleo.
En estos tiempos nos preocupa no sentir apoyos directos concretados en financiamiento, llámese inversiones o soporte de stock, siendo este último un factor determinante para los magros precios que se logran tanto para la industria como para nuestros tamberos.
Por otra parte, me parece importante hacer notar que aunque en muchos casos las empresas son procesadoras de la leche de nuestros propios tambos, ven caer su rentabilidad. La falta de inversión es tal que en el corto plazo dichas empresas serán inviables, lo que traerá aparejado la concentración de la lechería, la reducción de puestos de trabajo y, lo que es peor, la exportación de los fondos generados de manera regional hacia otras localidades e incluso países.
Propiciamos la creación de un mercado equilibrado de oferta y demanda. Para ello, es preciso tener en claro que la Argentina produce más de lo que consume y que por ello es necesario establecer una política exportadora agresiva que permita equilibrar las fuerzas negociadoras con el mercado interno.
Ante la versión de que se fijaría un precio de la materia prima en el proyecto de ley en discusión, queremos advertir que en ese caso el sector pyme correría un riesgo altísimo porque no es formador de precios. En consecuencia, sugerimos que se encare de manera directa el problema comercial.
Las industrias somos las que recaudamos para los pagos del sector productivo; entonces, nuestra capacidad de pago está acotada al precio de venta en planchada de fábrica, el cual es totalmente diferente al que aparece en las góndolas.
T. 23
Gal
AyG
Sostenemos que la única forma de lograr precios que aseguren rentabilidad al sector es evitar vender en momentos en que el mercado no puede absorber la mayor producción estacional de leche, es decir, la primavera. Para ello debemos generar stocks de quesos para vender luego de un tiempo de maduración, lo que requiere mucha mano de obra e implica la necesidad de una mayor capacidad instalada con las inversiones consiguientes y un alto costo financiero para soportar el pago de la materia prima durante los meses necesarios hasta su comercialización.
Otra alternativa es la exportación, cuyo contexto actual no es favorable, lo que implica que actualmente se sature el mercado interno. La búsqueda de mercados alternativos requiere de financiaciones blandas para que no impacten en el precio de la leche y la agilidad exportadora, siendo necesario apelar a reintegros exportables que compensen de alguna manera los magros negocios externos.
Es de hacer notar que nuestras pymes en los últimos años desarrollaron calidad, por lo que varias son exportadoras, especialmente de quesos. Esto significa exportación de mano de obra y sostenimiento de fuentes de trabajo.
Celebramos la invitación a esta Casa para exponer nuestra realidad y ayudar a un desarrollo del sector de manera equilibrada. Nos preocupan los trascendidos donde se estudia la referencia del precio de la leche del tambero a partir de los precios de góndola. Queremos que noten que es un error absoluto.
Solicitamos al menos que se consideren los productos en planchada, ya que el avance sobre el margen bruto comercial lo logramos únicamente con un mercado equilibrado en oferta y demanda. Esto implica que de ocurrir algo parecido nuestras empresas verían superadas las capacidades de pago, con ello la desaparición abrupta de las pymes.
Señor presidente: nuestra entidad, que representa a cientos de industrias pyme, necesita conocer, debatir y analizar cualquier proyecto de ley lechero. Sin consenso de todos los actores lácteos fracasaríamos con dicha ley, lo que nadie desea.
Es por eso que además de agradecer esta convocatoria para expresar las inquietudes de las pymes lácteas exhortamos a los legisladores para que de todos estos debates se concrete una ley lechera que convierta a la lechería argentina en el pilar alimenticio para nuestra población y para el mundo.
En segundo término, deseo agradecer en nombre de APYMEL esta invitación.
Antes de comenzar con mi exposición quiero presentar, en pocas palabras, a la asociación que presido. La Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas, que fuera creada en 1988, cuenta en estos momentos con doscientas treinta y cuatro pymes, cada una de las cuales procesa diariamente alrededor de 20.000 litros de leche. Es decir que en conjunto procesan más de 4 millones de litros de leche por día. Pero lo más notable, porque estos son números, son los puntos del país donde están instaladas esas pymes: son más de trece las provincias donde encontramos pymes de nuestra asociación. Se encuentran concentradas en distintos pueblos del interior del país; en la mayoría de ellos, si no estuviese la industria láctea no sería posible producir la leche de los tambos y, consecuentemente, tampoco se podría dar trabajo en forma directa o indirecta a la gente que vive en esos lugares.
La lechería argentina es muy particular y difiere de los modelos mundiales. Por lo tanto, no es imitable. Afortunadamente, en lugar de desarrollarse pocas industrias de grandes dimensiones hubo una atomización que permitió la creación de una empresa en cada pueblo de las zonas lecheras argentinas. De esta manera, la actividad se transformó en un factor dinamizante del desarrollo rural.
Pedimos a los señores legisladores que el proyecto de ley que finalmente se sancione contemple a este sector que generó grandes cantidades de puestos de trabajo que, en muchos casos, son las únicas alternativas de empleo.
En estos tiempos nos preocupa no sentir apoyos directos concretados en financiamiento, llámese inversiones o soporte de stock, siendo este último un factor determinante para los magros precios que se logran tanto para la industria como para nuestros tamberos.
Por otra parte, me parece importante hacer notar que aunque en muchos casos las empresas son procesadoras de la leche de nuestros propios tambos, ven caer su rentabilidad. La falta de inversión es tal que en el corto plazo dichas empresas serán inviables, lo que traerá aparejado la concentración de la lechería, la reducción de puestos de trabajo y, lo que es peor, la exportación de los fondos generados de manera regional hacia otras localidades e incluso países.
Propiciamos la creación de un mercado equilibrado de oferta y demanda. Para ello, es preciso tener en claro que la Argentina produce más de lo que consume y que por ello es necesario establecer una política exportadora agresiva que permita equilibrar las fuerzas negociadoras con el mercado interno.
Ante la versión de que se fijaría un precio de la materia prima en el proyecto de ley en discusión, queremos advertir que en ese caso el sector pyme correría un riesgo altísimo porque no es formador de precios. En consecuencia, sugerimos que se encare de manera directa el problema comercial.
Las industrias somos las que recaudamos para los pagos del sector productivo; entonces, nuestra capacidad de pago está acotada al precio de venta en planchada de fábrica, el cual es totalmente diferente al que aparece en las góndolas.
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Sostenemos que la única forma de lograr precios que aseguren rentabilidad al sector es evitar vender en momentos en que el mercado no puede absorber la mayor producción estacional de leche, es decir, la primavera. Para ello debemos generar stocks de quesos para vender luego de un tiempo de maduración, lo que requiere mucha mano de obra e implica la necesidad de una mayor capacidad instalada con las inversiones consiguientes y un alto costo financiero para soportar el pago de la materia prima durante los meses necesarios hasta su comercialización.
Otra alternativa es la exportación, cuyo contexto actual no es favorable, lo que implica que actualmente se sature el mercado interno. La búsqueda de mercados alternativos requiere de financiaciones blandas para que no impacten en el precio de la leche y la agilidad exportadora, siendo necesario apelar a reintegros exportables que compensen de alguna manera los magros negocios externos.
Es de hacer notar que nuestras pymes en los últimos años desarrollaron calidad, por lo que varias son exportadoras, especialmente de quesos. Esto significa exportación de mano de obra y sostenimiento de fuentes de trabajo.
Celebramos la invitación a esta Casa para exponer nuestra realidad y ayudar a un desarrollo del sector de manera equilibrada. Nos preocupan los trascendidos donde se estudia la referencia del precio de la leche del tambero a partir de los precios de góndola. Queremos que noten que es un error absoluto.
Solicitamos al menos que se consideren los productos en planchada, ya que el avance sobre el margen bruto comercial lo logramos únicamente con un mercado equilibrado en oferta y demanda. Esto implica que de ocurrir algo parecido nuestras empresas verían superadas las capacidades de pago, con ello la desaparición abrupta de las pymes.
Señor presidente: nuestra entidad, que representa a cientos de industrias pyme, necesita conocer, debatir y analizar cualquier proyecto de ley lechero. Sin consenso de todos los actores lácteos fracasaríamos con dicha ley, lo que nadie desea.
Es por eso que además de agradecer esta convocatoria para expresar las inquietudes de las pymes lácteas exhortamos a los legisladores para que de todos estos debates se concrete una ley lechera que convierta a la lechería argentina en el pilar alimenticio para nuestra población y para el mundo.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Muchas gracias por su participación.
Distribuiremos los materiales que nos hacen llegar. Por su parte, se harán fotocopias, se escaneará y se subirá a la página de la Comisión de Agricultura para que estén a disposición de todos.
Queremos también mencionar a los participantes que además de los proyectos de ley que se han presentado estará a su disposición la síntesis que se vaya haciendo. Se lo enviaremos a cada una de las instituciones que han participado, esperando los aportes concretos que puedan realizar sobre el tema.
Tiene la palabra el señor Ricardo Garnero, de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe.
Distribuiremos los materiales que nos hacen llegar. Por su parte, se harán fotocopias, se escaneará y se subirá a la página de la Comisión de Agricultura para que estén a disposición de todos.
Queremos también mencionar a los participantes que además de los proyectos de ley que se han presentado estará a su disposición la síntesis que se vaya haciendo. Se lo enviaremos a cada una de las instituciones que han participado, esperando los aportes concretos que puedan realizar sobre el tema.
Tiene la palabra el señor Ricardo Garnero, de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe.
SR. GARNERO Agradecemos que nos hayan invitado para tratar un tema de larga data como es el de la leche. Represento la mesa de productores de Santa Fe y soy cuarta generación de tamberos en mi familia. Hace muchos años que con los amigos tamberos del país hemos trabajado fuertemente para tratar de avanzar de una vez por todas en un ordenamiento de un sistema de producción en cadena que a nuestro entender tiene serios desequilibrios.
Los que me antecedieron en el uso de la palabra han tocado muchos temas comunes a los que yo voy a tocar. En muchos de esos temas seguramente tenemos coincidencia y en otros no. La coincidencia que tenemos con la Cámara Productora de Córdoba y La Pampa va a estar expresada también acá. Y de alguna manera queremos hacer votos para que de este debate surja algún horizonte mucho más claro, para que no ocurran las cosas históricas que ustedes acaban de escuchar. Para ello quiero que veamos qué es lo que tenemos en el sector, porque son cuestiones que por ahí se nos escapan.
Históricamente la industria tuvo una dominancia sobre nosotros. Esto lo sabe todo el mundo, aún los amigos industriales, con quienes discutimos y a quienes se lo decimos todos los días. La dominancia se expresa de distintas maneras. Nuestro producto es perecedero. Lo tenemos que entregar sí o sí en un término muy rápido. Si no, se nos pudre. Como sector no tenemos forma de fijar el precio en forma bilateral, salvo individualmente. Por ahí se generan ciertas situaciones oligopsónicas dentro del sector que hacen que se acentúe este tipo de dominancia a la cual me acabo de referir. Existe también una dominancia por parte de la comercialización sobre los amigos industriales, que fueron perdiendo en el tiempo. Antes de los últimos diez años teníamos una mejor relación con la comercialización, y a medida que avanzaron los hipermercados sobre el sistema los muchachos fueron perdiendo terreno. Pero los muchachos siempre tienen forma de bajar esa pérdida del terreno sobre el eslabón más bajo, que somos nosotros. Además, en nuestro sector existe una intervención inadecuada del Estado, en la cual todos coincidimos. Nosotros somos cámaras comerciales y no queremos hablar de temas políticos. Vamos a hablar exclusivamente de lo comercial.
¿Qué más tenemos? Tenemos ciclos. Esto hay que tenerlo claro. Los ciclos básicamente son de producción. Tenemos producción excedentaria y escasez. Cuando hay escasez nos tienen que pagar más la leche; cuando hay sobreoferta perdemos como en la guerra. Todo esto genera una falta de previsibilidad en el negocio muy seria para nosotros. También para los industriales, aunque ellos siempre tienen un pulmón con el que respirar, que somos nosotros.
La cadena no está planificada, o lo está más o menos. Hace rato que queremos armarla pero nos cuesta mucho. Básicamente, a partir del aumento de las actividades agropecuarias distintas, estamos perdiendo competitividad en relación con otras actividades agropecuarias. Alguien dijo acá que tengamos cuidado en cómo las planteamos porque impactan sobre la alimentación y sobre los alquileres. Eso tengámoslo en cuenta porque es cierto. Eso lo dijo el secretario de Agricultura y coincido. Tenemos un impacto muy serio y debemos tener muy en cuenta esto en la legislación que lleguemos a generar.
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Ahora bien, ¿cómo resolvemos este tema? Hace años que venimos peleando. Algunos proponen liberar todo y que Dios nos ayude. Nosotros pensamos que no hay que liberar todo. Creemos que precisamos algún esquema de regulación en el sector, y lo venimos a plantear con total claridad porque necesitamos cuatro cosas básicas dentro del sector.
Debemos tener en cuenta el abastecimiento del mercado interno; para nosotros es muy importante y lo vamos a tener presente. Debemos tener capacidad para adaptarnos desde lo comercial a las distintas políticas oficiales que se vayan generando, no solamente a ésta, porque leche se va a seguir produciendo después de 2011.
El concepto de abastecer el mercado interno es básico, y es necesario adaptarlo a las políticas oficiales que se determinen; para algo gobiernan los que son mayoría, más allá de que no coincidamos.
Si somos excedentarios en producción de leche tenemos que tratar de colocar los excedentes siempre y cuando sea negocio, no vaya a ser cosa que produzcamos leche para vender afuera a pérdida, siempre y cuando se haga lo que generalmente se hace, vender afuera a pérdida, total los muchachos de abajo -que somos nosotros- aguantan.
Cabe decir también que estamos de acuerdo en producir los 20 mil millones que se mencionaron siempre y cuando sea negocio, siempre y cuando haya quién lo sustente, siempre y cuando no nos fundamos con este tema.
Dentro de ese gran marco regulatorio algo fundamental es lograr el equilibrio de poder en la cadena para que no seamos siempre nosotros la variable de ajuste cuando el sistema no da desde el punto de vista de los números.
Todas estas cosas que estoy diciendo seguramente generarán mayor previsibilidad; nuestro producto es perecedero y necesitamos de alguna manera encarar algún sistema que nos permita este tipo de cosas.
Ahora bien, ¿qué proponemos?, porque hasta ahora siempre hicimos diagnósticos. También tenemos propuestas; proponemos ordenar todo el sistema dentro de un marco como el que estamos planteando, para lo cual es necesario, por ejemplo, la formación de una comisión asesora permanente donde estemos todos los sectores, discutamos las políticas a llevar adelante y haya una autoridad de aplicación.
Básicamente necesitamos tres cosas que son fundamentales: un mecanismo para manejar la oferta de leche, para hacer un balance lácteo adecuado y saber cuál es la leche que vamos a producir a nivel local y externo, y cómo la vamos a colocar. Esto porque si lo dejamos librado a la libre producción de cada uno de nosotros para que los que la tienen que colocar la coloquen como puedan es más probable que nos equivoquemos.
Necesitamos también un sistema de formación de precios de la leche. Tenemos que buscar un sistema, no podemos estar sujetos a que la industria decida con la posición que dije antes cuánto nos va a pagar por la leche; generalmente el esquema pasa por deslindar todos los gastos operativos, rentas y demás, y lo que sobra es el precio de la leche.
Este sistema debe cambiar porque es injusto. Toda ley tiene que venir a corregir algún sistema injusto que se presenta dentro de esta cadena.
También es necesario tomar medidas para ordenar la relación contractual de las partes. Luego me referiré a este tema. Creemos que la Comisión Asesora Permanente tiene que discutir las políticas del sector, debe tener una representatividad equitativa y los lineamientos para la autoridad de aplicación, la discusión, el consenso, el acuerdo y la resolución de los conflictos, porque seguramente vamos a tener conflictos con los amigos industriales.
Alguien tiene que encaminar la resolución de este conflicto, y tiene que ser el Estado, no puede ser otro.
La autoridad de aplicación de todos los lineamientos de políticas bajadas por la Comisión Nacional de Lechería o la Comisión Asesora Permanente, la que ustedes quieran. Y básicamente por los tres puntos que dije antes: sistema manejado de la oferta, sistema de formación de precios y estandarización de la leche. Hasta ahora todos estuvimos de acuerdo con esto, porque hay que hablar del esquema de la leche referencial, liquidación única y laboratorios arbitrales. Hace ocho años que discutimos estos temas. Todo esto tiene que ser creado por ley.
También me quería referir rápidamente a tres aspectos. El sistema de manejo de la oferta debe tener relación con el equilibrio. Tenemos que hacer balances lácteos anuales de cuánto vamos a querer producir y cuánto producimos. Tenemos que ver cómo las estructuras de negocios tienen que relacionarse con la posibilidad de producir. Si no compiten las produciremos y si no, no las produciremos. Bajar el diez por ciento de la producción es bajar tres o cuatro kilos de maíz a las vacas. Por lo tanto, no podemos ni debemos seguir produciendo a pérdida. Cuando el negocio es bueno todos equilibramos la balanza, que esto quede claro. Y si el mercado interno precisa ocho mil y pico de millones de litros los vamos a tener. Va a haber abastecimiento de leche, no se preocupen por eso. El problema es qué hacemos con los saldos exportables. Esa es nuestra gran preocupación. Si son doscientos litros de consumo interno y si alguien quiere establecer algún nivel de regulación sobre los precios que van a la canasta, estamos dispuestos a discutirlo en la medida en que podamos liberar los precios del resto de los productores. Pero tenemos que manejar los saldos exportables en función del abastecimiento del mercado interno.
Por último, está el tema del precio. Tiene que cambiar el sistema. Es injusta la formación de precios para nosotros. Tiene que ser un precio donde podamos participar de la discusión y podamos chequear lo que dijo el amigo Paulón. Monitoreemos la capacidad de pago que tiene cada industria. No nos neguemos a eso. Sabemos que las industrias son distintas y tienen distintas actitudes en los negocios y distintas formas de producir. Pero sabemos que hay capacidades de pago que por ahí pueden dar para más. Y también sabemos que en la cadena comercial hay más plata que la que se vuelca abajo. Por lo tanto, hay que monitorear todo esto y ver de dónde podemos sacar los valores para que se equilibre la balanza. Porque si seguimos con 0,75 ó 0,80 centavitos estamos muertos, sonamos, estamos quebrados.
Por último, las relaciones contractuales. Necesitan tener algún encuadre jurídico. Le estoy entregando la leche a alguien. Se la lleva. Me la paga a los cuarenta y cinco o cincuenta días. Por suerte hasta ahora vinieron pagando; hubo veces que no pagaron, porque esto ocurre también. Tiene que haber un encuadre jurídico de esa relación contractual, sea de compra-venta, consignación, warrant, o lo que ustedes quieran. Además, en esa relación contractual debe haber condiciones financieras claras, porque si el producto es perecedero y no ponemos condiciones financieras claras también somos la variable de ajuste y vamos a sustentar los stocks de los aumentos de producción estacionales. Eso fue histórico. Siempre nosotros somos los que sostenemos, a través de la baja de los precios estacionales, el stock que se genera cuando hay excedente de leche. Esto tiene que ser cambiado también. Suponemos que se deberán tener en cuenta dentro de las condiciones financieras los plazos de pagos, la actualización de los precios y los intereses que juegan en todo eso. Si nosotros logramos que esto figure en una ley, bienvenido sea. Lo estábamos esperando desde hacía más de ochos años.
Los que me antecedieron en el uso de la palabra han tocado muchos temas comunes a los que yo voy a tocar. En muchos de esos temas seguramente tenemos coincidencia y en otros no. La coincidencia que tenemos con la Cámara Productora de Córdoba y La Pampa va a estar expresada también acá. Y de alguna manera queremos hacer votos para que de este debate surja algún horizonte mucho más claro, para que no ocurran las cosas históricas que ustedes acaban de escuchar. Para ello quiero que veamos qué es lo que tenemos en el sector, porque son cuestiones que por ahí se nos escapan.
Históricamente la industria tuvo una dominancia sobre nosotros. Esto lo sabe todo el mundo, aún los amigos industriales, con quienes discutimos y a quienes se lo decimos todos los días. La dominancia se expresa de distintas maneras. Nuestro producto es perecedero. Lo tenemos que entregar sí o sí en un término muy rápido. Si no, se nos pudre. Como sector no tenemos forma de fijar el precio en forma bilateral, salvo individualmente. Por ahí se generan ciertas situaciones oligopsónicas dentro del sector que hacen que se acentúe este tipo de dominancia a la cual me acabo de referir. Existe también una dominancia por parte de la comercialización sobre los amigos industriales, que fueron perdiendo en el tiempo. Antes de los últimos diez años teníamos una mejor relación con la comercialización, y a medida que avanzaron los hipermercados sobre el sistema los muchachos fueron perdiendo terreno. Pero los muchachos siempre tienen forma de bajar esa pérdida del terreno sobre el eslabón más bajo, que somos nosotros. Además, en nuestro sector existe una intervención inadecuada del Estado, en la cual todos coincidimos. Nosotros somos cámaras comerciales y no queremos hablar de temas políticos. Vamos a hablar exclusivamente de lo comercial.
¿Qué más tenemos? Tenemos ciclos. Esto hay que tenerlo claro. Los ciclos básicamente son de producción. Tenemos producción excedentaria y escasez. Cuando hay escasez nos tienen que pagar más la leche; cuando hay sobreoferta perdemos como en la guerra. Todo esto genera una falta de previsibilidad en el negocio muy seria para nosotros. También para los industriales, aunque ellos siempre tienen un pulmón con el que respirar, que somos nosotros.
La cadena no está planificada, o lo está más o menos. Hace rato que queremos armarla pero nos cuesta mucho. Básicamente, a partir del aumento de las actividades agropecuarias distintas, estamos perdiendo competitividad en relación con otras actividades agropecuarias. Alguien dijo acá que tengamos cuidado en cómo las planteamos porque impactan sobre la alimentación y sobre los alquileres. Eso tengámoslo en cuenta porque es cierto. Eso lo dijo el secretario de Agricultura y coincido. Tenemos un impacto muy serio y debemos tener muy en cuenta esto en la legislación que lleguemos a generar.
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Ahora bien, ¿cómo resolvemos este tema? Hace años que venimos peleando. Algunos proponen liberar todo y que Dios nos ayude. Nosotros pensamos que no hay que liberar todo. Creemos que precisamos algún esquema de regulación en el sector, y lo venimos a plantear con total claridad porque necesitamos cuatro cosas básicas dentro del sector.
Debemos tener en cuenta el abastecimiento del mercado interno; para nosotros es muy importante y lo vamos a tener presente. Debemos tener capacidad para adaptarnos desde lo comercial a las distintas políticas oficiales que se vayan generando, no solamente a ésta, porque leche se va a seguir produciendo después de 2011.
El concepto de abastecer el mercado interno es básico, y es necesario adaptarlo a las políticas oficiales que se determinen; para algo gobiernan los que son mayoría, más allá de que no coincidamos.
Si somos excedentarios en producción de leche tenemos que tratar de colocar los excedentes siempre y cuando sea negocio, no vaya a ser cosa que produzcamos leche para vender afuera a pérdida, siempre y cuando se haga lo que generalmente se hace, vender afuera a pérdida, total los muchachos de abajo -que somos nosotros- aguantan.
Cabe decir también que estamos de acuerdo en producir los 20 mil millones que se mencionaron siempre y cuando sea negocio, siempre y cuando haya quién lo sustente, siempre y cuando no nos fundamos con este tema.
Dentro de ese gran marco regulatorio algo fundamental es lograr el equilibrio de poder en la cadena para que no seamos siempre nosotros la variable de ajuste cuando el sistema no da desde el punto de vista de los números.
Todas estas cosas que estoy diciendo seguramente generarán mayor previsibilidad; nuestro producto es perecedero y necesitamos de alguna manera encarar algún sistema que nos permita este tipo de cosas.
Ahora bien, ¿qué proponemos?, porque hasta ahora siempre hicimos diagnósticos. También tenemos propuestas; proponemos ordenar todo el sistema dentro de un marco como el que estamos planteando, para lo cual es necesario, por ejemplo, la formación de una comisión asesora permanente donde estemos todos los sectores, discutamos las políticas a llevar adelante y haya una autoridad de aplicación.
Básicamente necesitamos tres cosas que son fundamentales: un mecanismo para manejar la oferta de leche, para hacer un balance lácteo adecuado y saber cuál es la leche que vamos a producir a nivel local y externo, y cómo la vamos a colocar. Esto porque si lo dejamos librado a la libre producción de cada uno de nosotros para que los que la tienen que colocar la coloquen como puedan es más probable que nos equivoquemos.
Necesitamos también un sistema de formación de precios de la leche. Tenemos que buscar un sistema, no podemos estar sujetos a que la industria decida con la posición que dije antes cuánto nos va a pagar por la leche; generalmente el esquema pasa por deslindar todos los gastos operativos, rentas y demás, y lo que sobra es el precio de la leche.
Este sistema debe cambiar porque es injusto. Toda ley tiene que venir a corregir algún sistema injusto que se presenta dentro de esta cadena.
También es necesario tomar medidas para ordenar la relación contractual de las partes. Luego me referiré a este tema. Creemos que la Comisión Asesora Permanente tiene que discutir las políticas del sector, debe tener una representatividad equitativa y los lineamientos para la autoridad de aplicación, la discusión, el consenso, el acuerdo y la resolución de los conflictos, porque seguramente vamos a tener conflictos con los amigos industriales.
Alguien tiene que encaminar la resolución de este conflicto, y tiene que ser el Estado, no puede ser otro.
La autoridad de aplicación de todos los lineamientos de políticas bajadas por la Comisión Nacional de Lechería o la Comisión Asesora Permanente, la que ustedes quieran. Y básicamente por los tres puntos que dije antes: sistema manejado de la oferta, sistema de formación de precios y estandarización de la leche. Hasta ahora todos estuvimos de acuerdo con esto, porque hay que hablar del esquema de la leche referencial, liquidación única y laboratorios arbitrales. Hace ocho años que discutimos estos temas. Todo esto tiene que ser creado por ley.
También me quería referir rápidamente a tres aspectos. El sistema de manejo de la oferta debe tener relación con el equilibrio. Tenemos que hacer balances lácteos anuales de cuánto vamos a querer producir y cuánto producimos. Tenemos que ver cómo las estructuras de negocios tienen que relacionarse con la posibilidad de producir. Si no compiten las produciremos y si no, no las produciremos. Bajar el diez por ciento de la producción es bajar tres o cuatro kilos de maíz a las vacas. Por lo tanto, no podemos ni debemos seguir produciendo a pérdida. Cuando el negocio es bueno todos equilibramos la balanza, que esto quede claro. Y si el mercado interno precisa ocho mil y pico de millones de litros los vamos a tener. Va a haber abastecimiento de leche, no se preocupen por eso. El problema es qué hacemos con los saldos exportables. Esa es nuestra gran preocupación. Si son doscientos litros de consumo interno y si alguien quiere establecer algún nivel de regulación sobre los precios que van a la canasta, estamos dispuestos a discutirlo en la medida en que podamos liberar los precios del resto de los productores. Pero tenemos que manejar los saldos exportables en función del abastecimiento del mercado interno.
Por último, está el tema del precio. Tiene que cambiar el sistema. Es injusta la formación de precios para nosotros. Tiene que ser un precio donde podamos participar de la discusión y podamos chequear lo que dijo el amigo Paulón. Monitoreemos la capacidad de pago que tiene cada industria. No nos neguemos a eso. Sabemos que las industrias son distintas y tienen distintas actitudes en los negocios y distintas formas de producir. Pero sabemos que hay capacidades de pago que por ahí pueden dar para más. Y también sabemos que en la cadena comercial hay más plata que la que se vuelca abajo. Por lo tanto, hay que monitorear todo esto y ver de dónde podemos sacar los valores para que se equilibre la balanza. Porque si seguimos con 0,75 ó 0,80 centavitos estamos muertos, sonamos, estamos quebrados.
Por último, las relaciones contractuales. Necesitan tener algún encuadre jurídico. Le estoy entregando la leche a alguien. Se la lleva. Me la paga a los cuarenta y cinco o cincuenta días. Por suerte hasta ahora vinieron pagando; hubo veces que no pagaron, porque esto ocurre también. Tiene que haber un encuadre jurídico de esa relación contractual, sea de compra-venta, consignación, warrant, o lo que ustedes quieran. Además, en esa relación contractual debe haber condiciones financieras claras, porque si el producto es perecedero y no ponemos condiciones financieras claras también somos la variable de ajuste y vamos a sustentar los stocks de los aumentos de producción estacionales. Eso fue histórico. Siempre nosotros somos los que sostenemos, a través de la baja de los precios estacionales, el stock que se genera cuando hay excedente de leche. Esto tiene que ser cambiado también. Suponemos que se deberán tener en cuenta dentro de las condiciones financieras los plazos de pagos, la actualización de los precios y los intereses que juegan en todo eso. Si nosotros logramos que esto figure en una ley, bienvenido sea. Lo estábamos esperando desde hacía más de ochos años.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Les agradezco la participación. Pueden acercarnos el material que ustedes quieran, vía electrónica o escrita.
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Tiene la palabra el coordinador del Plan Estratégico, el señor Gustavo Mozeris.
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Tiene la palabra el coordinador del Plan Estratégico, el señor Gustavo Mozeris.
SR. MOZERIS Vamos a realizar una presentación en power point. Quiero agradecer a la Comisión de Agricultura por la invitación que nos ha formulado.
Soy el ingeniero Gustavo Mozeris; me ha tocado hacer la presentación en nombre del Consejo para el Desarrollo del Plan Estratégico, que es un grupo de referentes del sector, específicamente de la cadena láctea, que desde diciembre 2005 viene trabajando en silencio por la construcción de este plan estratégico, de esta visión de la cadena láctea al 2020, esto que tanto se demanda, que es la construcción de un plan a largo plazo.
Vengo en nombre del Consejo pero además del grupo de trabajo, que es un grupo amplio donde participan todas las organizaciones de la cadena láctea argentina, tanto productores como industriales y representantes de la investigación y el desarrollo. La idea es compartir este trabajo con ustedes en unos pocos minutos.
Cuando hizo uso de la palabra la señor diputada Montero nos sentíamos sumamente identificados con la visión; todos los expositores que me precedieron plantearon lo complejo de la situación, y una situación compleja no requiere soluciones puntuales sino miradas y soluciones sistémicas que abarquen al conjunto de la sociedad Argentina, y en este caso, de la sociedad láctea argentina.
En este sentido la primera aproximación es que venimos a contarles en qué trabajamos desde 2005 en adelante. No es una improvisación, es un trabajo que se viene desarrollando desde hace tiempo y al que los invitamos a participar. Estamos repartiendo unas impresiones con las bases de este trabajo para que observen la profundidad del mismo.
En 2005 se inició este proceso y vale la pena hacer una aclaración: se inicia con el apoyo financiero de los productores, fueron los productores quienes dieron el apoyo financiero para iniciar este trabajo y así se inició lo que se llamó en 2005 un Plan de Alistamiento y Motivación para ver si el sector estaba preparado para poder abordar la construcción de una visión a largo plazo. Durante 2000 se hizo esa construcción y se avanzó en el armado de lo que se denominó Consejo para el Desarrollo del Plan Estratégico, que es la forma de coordinar lo que son las acciones y las definiciones que se dan en otro ámbito, denominado grupo de trabajo. Después les mostraré rápidamente su esquema.
Durante todo 2006 ese Consejo trabajó reuniéndose todos los meses para consolidar la propuesta de abordaje y convocatoria a las asociaciones. En aquel momento se definió claramente, en diciembre 2006, la convocatoria a desarrollar lo que ustedes tienen en la mano hoy, que son las bases para el desarrollo de una visión a largo plazo; en 2007 y 2008 trabajamos en el desarrollo del plan. Obviamente esto es un proceso, y esto como proceso no tiene un principio y un fin; como proceso requiere del trabajo permanente de las organizaciones.
Este PEL 20/20, como se lo denomina, no pretende sustituir ninguna organización de productores, de industriales ni cualquier acción que tenga responsabilidad inherente al Estado. Lo que pretende es coordinar y potenciar las organizaciones para tener una carrera mucho más competitiva. Así fue que trabajamos con una serie de conceptos. No me voy a detener en cada uno de ellos, pero voy a decir que son la filosofía de la construcción de este plan durante estos años. La idea del consenso, de la acción colectiva como eje fundamental de la construcción de una visión de largo plazo. De la condición social como cuestión previa a la construcción de capital social. Esa confianza, ese desarrollo a nivel de carrera y de actores que nos permiten hacer la diferencia competitiva donde la sociedad Argentina está esperando visiones de largo plazo y construcción de capital social para poder abordar todos los problemas actuales de la lechería.
Este Plan Estratégico también considera la alianza pública y privada como eje de la construcción. Sin compromiso privado no hay posibilidad de ejecución de ningún tipo de ley. Sin compromiso del sector público tampoco. Esto es una alianza que va de los dos lados. Se trata de uno de los ejes fundamentales para la construcción de este plan. Otro eje es la competitividad y la responsabilidad social empresaria.
En realidad, cualquier problema complejo requiere de un abordaje sistémico y las soluciones no van a venir solamente atendiendo los problemas de un eslabón. Hay que realizar un enfoque general. La cadena tiene que trabajar en torno a la construcción de la satisfacción de la demanda, una demanda que está esperando que la Argentina realmente la satisfaga y, como cadena, avance en el desafío del desarrollo. Con competitividad se puede avanzar en la construcción y el abastecimiento de la Argentina en el mundo.
¿Y por qué es necesario un plan? Tampoco voy a profundizar en esto, pero sí tener muy presente que hay un desafío muy importante, que es pasar de una visión individual a una visión colectiva del negocio. Hablamos de negocio pero en realidad esto tiene que ver con la cuestión en la cual estamos involucrados. Hay que mirarla de distinta manera. Mirarla históricamente, por ejemplo. Ir en una consecuencia directa sobre la sociedad.
Indudablemente hoy la cadena está trabajando con un esquema que está a la medida de quien coordina la cadena, donde las relaciones son de ganar-perder y donde claramente existe la visión individual. Esta cadena -y esto lo están demostrando las distintas exposiciones- es claramente lenta, estática y reactiva. La idea es poder avanzar en la construcción de algo totalmente distinto, algo que se haga a la medida de la demanda, que claramente sea ágil, escalable, proactiva, con la alianza de ganar-ganar, y con una visión común, que es la idea que nos convocó durante estos años.
Indudablemente en nuestra sociedad tenemos centros tecnológicos, universidades, organizaciones. También tenemos fondeo y organismos públicos y privados de apoyo a la cadena. En realidad la construcción de esta visión colectiva y de largo plazo tiene que ver con construir los proyectos sectoriales que claramente se alineen en la red tecnológica del fondeo y de la red de apoyo. ¿Para qué? Para tener una cadena integrada y competitiva, con organismos públicos que apoyen en el sentido de la construcción de esa visión de largo plazo.
¿Qué es lo que hicimos en los años 2007 y 2008?
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En 2007 y 2008 se conformó esta organización, por medio de la cual se formó el consejo, el grupo de trabajo. Indudablemente en el grupo de trabajo hay representación, se han discutido durante dos años todas estas cuestiones y se llegó a una lista de temas generales priorizados y consensuados, por lo menos como base.
Si lo vemos en términos de proceso tenemos que seguir construyendo este consenso. Hay un equipo técnico que trabaja en este tema y siempre hemos tenido relación con el Estado Nacional y los gobiernos provinciales. El plan estratégico durante 2006, 2007 y 2008 estuvo apoyado por la Secretaría de Agricultura, que destinó todos sus equipos técnicos al desarrollo del plan y dio su apoyo financiero para que éste se lleve adelante.
Si bien me parece excelente, como dijo el secretario de Agricultura, que lo hagan suyo, ésta es una construcción colectiva que surge de la alianza pública y privada.
En esta diapositiva se puede observar el consejo que se conformó en diciembre de 2005. Hay referentes que ustedes conocerán de la industria y la producción. Ha habido una renovación de ese consejo y a partir de 2008 lo integran estas cuatro personas más, también referentes de la producción, la industria, la investigación y el desarrollo.
Este es el grupo que todos los meses se reúne, plantea las problemáticas y busca la convocatoria al grupo de trabajo, que es donde se discuten los temas y se construye el consenso. Ese grupo de trabajo se juntó diez veces entre 2007 y 2008, participaron 80 representantes de las distintas organizaciones, entidades del sector, y aproximadamente vino un promedio de 65 personas a cada una de las reuniones. Si uno evalúa ese tiempo observa que en total hay invertidas casi 10 mil horas de trabajo, que representan 6,7 años de trabajo de una persona. Esto es para que observen la dimensión exacta del proceso en estos años.
Y los kilómetros recorridos son casi 300 mil. Hubo un trabajo muy fuerte en cada una de las regiones. Si hacemos la evaluación de lo realmente desembolsado en este proceso, vemos que el sector privado puso 373 mil pesos y el público 290 mil, es decir que también hay una inversión y una apuesta muy importante para este proceso.
¿Qué resultados obtuvimos? Se definió la visión, una visión que apunta claramente en cada uno de sus espacios y enunciados a una lechería competitiva, pero competitiva desde el punto de vista económico, social y ambiental. Competitiva en términos de sustentabilidad y de los tres factores fundamentales que la constituyen, no una cuestión sesgada de competitividad ligada a la rentabilidad, sino una competitividad genuina ligada a la construcción de una sociedad y de riqueza para la sociedad. Indudablemente en esta discusión el tema también es cómo abastecer a Argentina y al mundo.
Se han definido y consensuado seis ejes sobre los que hay que seguir trabajando. Observen que si los miramos uno a uno no difieren de los problemas que han sido enunciados. El área 1 es "Estrategias para el desarrollo científico y técnico", postulando que la cadena va a ser mucho más competitiva siempre y cuando se orienten las acciones de investigación y desarrollo apuntando a la productividad, pero no solamente a la productividad del sector primario, del sector productor, sino a la productividad del sector primario e industrial. Esta es una de las áreas definidas y consensuadas como fundamentales. En la publicación encontrarán el desarrollo de cada una de estas áreas.
Los amigos que están presentes sabrán lo que nos llevó consensuar las estrategias para el desarrollo económico comercial. Hay dos puntos fundamentales a trabajar: la transparencia de la cadena, a través de la generación de información confiable, y el eje de la articulación producción-industria.
El área 3 son estrategias que prorrogan el reconocimiento social de la cadena. Entendiendo la cadena, si uno toma la matriz insumo-producto que tiene el Ministerio de Economía de 1997 -porque no tenemos una masa actualizada-, claramente la cadena láctea ocupa el cuarto y sexto lugar dentro de ciento veinticuatro actividades en la generación de empleo y en el impacto económico que tienen las economías regionales. Este es un punto fundamental y hay que mostrárselo a la sociedad.
Estrategias que orienten las acciones a nivel estatal. Estrategias para la consolidación institucional y organizacional de la cadena. Es fundamental generar un espacio donde la cadena tenga, con alta representación de cada uno de los organismos que participan de ella, un espacio donde debatir este tema y seguir construyendo el consenso para una visión de largo plazo.
El área 6 son estrategias para el desarrollo de capital humano.
Las entidades de la cadena láctea que participan de este Plan Estratégico son treinta, incluidos los gobiernos provinciales de las principales provincias lecheras y el gobierno nacional. Son treinta entidades que están participando de esta construcción de consenso, que no sale de un día para el otro. Se trata de una lenta construcción que el sector viene haciendo desde muchos años y que el PEL permitió ponerlo en camino. El objetivo es seguir construyendo las ideas generales que planteamos cada vez con mayor consenso. (Aplausos.)
Soy el ingeniero Gustavo Mozeris; me ha tocado hacer la presentación en nombre del Consejo para el Desarrollo del Plan Estratégico, que es un grupo de referentes del sector, específicamente de la cadena láctea, que desde diciembre 2005 viene trabajando en silencio por la construcción de este plan estratégico, de esta visión de la cadena láctea al 2020, esto que tanto se demanda, que es la construcción de un plan a largo plazo.
Vengo en nombre del Consejo pero además del grupo de trabajo, que es un grupo amplio donde participan todas las organizaciones de la cadena láctea argentina, tanto productores como industriales y representantes de la investigación y el desarrollo. La idea es compartir este trabajo con ustedes en unos pocos minutos.
Cuando hizo uso de la palabra la señor diputada Montero nos sentíamos sumamente identificados con la visión; todos los expositores que me precedieron plantearon lo complejo de la situación, y una situación compleja no requiere soluciones puntuales sino miradas y soluciones sistémicas que abarquen al conjunto de la sociedad Argentina, y en este caso, de la sociedad láctea argentina.
En este sentido la primera aproximación es que venimos a contarles en qué trabajamos desde 2005 en adelante. No es una improvisación, es un trabajo que se viene desarrollando desde hace tiempo y al que los invitamos a participar. Estamos repartiendo unas impresiones con las bases de este trabajo para que observen la profundidad del mismo.
En 2005 se inició este proceso y vale la pena hacer una aclaración: se inicia con el apoyo financiero de los productores, fueron los productores quienes dieron el apoyo financiero para iniciar este trabajo y así se inició lo que se llamó en 2005 un Plan de Alistamiento y Motivación para ver si el sector estaba preparado para poder abordar la construcción de una visión a largo plazo. Durante 2000 se hizo esa construcción y se avanzó en el armado de lo que se denominó Consejo para el Desarrollo del Plan Estratégico, que es la forma de coordinar lo que son las acciones y las definiciones que se dan en otro ámbito, denominado grupo de trabajo. Después les mostraré rápidamente su esquema.
Durante todo 2006 ese Consejo trabajó reuniéndose todos los meses para consolidar la propuesta de abordaje y convocatoria a las asociaciones. En aquel momento se definió claramente, en diciembre 2006, la convocatoria a desarrollar lo que ustedes tienen en la mano hoy, que son las bases para el desarrollo de una visión a largo plazo; en 2007 y 2008 trabajamos en el desarrollo del plan. Obviamente esto es un proceso, y esto como proceso no tiene un principio y un fin; como proceso requiere del trabajo permanente de las organizaciones.
Este PEL 20/20, como se lo denomina, no pretende sustituir ninguna organización de productores, de industriales ni cualquier acción que tenga responsabilidad inherente al Estado. Lo que pretende es coordinar y potenciar las organizaciones para tener una carrera mucho más competitiva. Así fue que trabajamos con una serie de conceptos. No me voy a detener en cada uno de ellos, pero voy a decir que son la filosofía de la construcción de este plan durante estos años. La idea del consenso, de la acción colectiva como eje fundamental de la construcción de una visión de largo plazo. De la condición social como cuestión previa a la construcción de capital social. Esa confianza, ese desarrollo a nivel de carrera y de actores que nos permiten hacer la diferencia competitiva donde la sociedad Argentina está esperando visiones de largo plazo y construcción de capital social para poder abordar todos los problemas actuales de la lechería.
Este Plan Estratégico también considera la alianza pública y privada como eje de la construcción. Sin compromiso privado no hay posibilidad de ejecución de ningún tipo de ley. Sin compromiso del sector público tampoco. Esto es una alianza que va de los dos lados. Se trata de uno de los ejes fundamentales para la construcción de este plan. Otro eje es la competitividad y la responsabilidad social empresaria.
En realidad, cualquier problema complejo requiere de un abordaje sistémico y las soluciones no van a venir solamente atendiendo los problemas de un eslabón. Hay que realizar un enfoque general. La cadena tiene que trabajar en torno a la construcción de la satisfacción de la demanda, una demanda que está esperando que la Argentina realmente la satisfaga y, como cadena, avance en el desafío del desarrollo. Con competitividad se puede avanzar en la construcción y el abastecimiento de la Argentina en el mundo.
¿Y por qué es necesario un plan? Tampoco voy a profundizar en esto, pero sí tener muy presente que hay un desafío muy importante, que es pasar de una visión individual a una visión colectiva del negocio. Hablamos de negocio pero en realidad esto tiene que ver con la cuestión en la cual estamos involucrados. Hay que mirarla de distinta manera. Mirarla históricamente, por ejemplo. Ir en una consecuencia directa sobre la sociedad.
Indudablemente hoy la cadena está trabajando con un esquema que está a la medida de quien coordina la cadena, donde las relaciones son de ganar-perder y donde claramente existe la visión individual. Esta cadena -y esto lo están demostrando las distintas exposiciones- es claramente lenta, estática y reactiva. La idea es poder avanzar en la construcción de algo totalmente distinto, algo que se haga a la medida de la demanda, que claramente sea ágil, escalable, proactiva, con la alianza de ganar-ganar, y con una visión común, que es la idea que nos convocó durante estos años.
Indudablemente en nuestra sociedad tenemos centros tecnológicos, universidades, organizaciones. También tenemos fondeo y organismos públicos y privados de apoyo a la cadena. En realidad la construcción de esta visión colectiva y de largo plazo tiene que ver con construir los proyectos sectoriales que claramente se alineen en la red tecnológica del fondeo y de la red de apoyo. ¿Para qué? Para tener una cadena integrada y competitiva, con organismos públicos que apoyen en el sentido de la construcción de esa visión de largo plazo.
¿Qué es lo que hicimos en los años 2007 y 2008?
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En 2007 y 2008 se conformó esta organización, por medio de la cual se formó el consejo, el grupo de trabajo. Indudablemente en el grupo de trabajo hay representación, se han discutido durante dos años todas estas cuestiones y se llegó a una lista de temas generales priorizados y consensuados, por lo menos como base.
Si lo vemos en términos de proceso tenemos que seguir construyendo este consenso. Hay un equipo técnico que trabaja en este tema y siempre hemos tenido relación con el Estado Nacional y los gobiernos provinciales. El plan estratégico durante 2006, 2007 y 2008 estuvo apoyado por la Secretaría de Agricultura, que destinó todos sus equipos técnicos al desarrollo del plan y dio su apoyo financiero para que éste se lleve adelante.
Si bien me parece excelente, como dijo el secretario de Agricultura, que lo hagan suyo, ésta es una construcción colectiva que surge de la alianza pública y privada.
En esta diapositiva se puede observar el consejo que se conformó en diciembre de 2005. Hay referentes que ustedes conocerán de la industria y la producción. Ha habido una renovación de ese consejo y a partir de 2008 lo integran estas cuatro personas más, también referentes de la producción, la industria, la investigación y el desarrollo.
Este es el grupo que todos los meses se reúne, plantea las problemáticas y busca la convocatoria al grupo de trabajo, que es donde se discuten los temas y se construye el consenso. Ese grupo de trabajo se juntó diez veces entre 2007 y 2008, participaron 80 representantes de las distintas organizaciones, entidades del sector, y aproximadamente vino un promedio de 65 personas a cada una de las reuniones. Si uno evalúa ese tiempo observa que en total hay invertidas casi 10 mil horas de trabajo, que representan 6,7 años de trabajo de una persona. Esto es para que observen la dimensión exacta del proceso en estos años.
Y los kilómetros recorridos son casi 300 mil. Hubo un trabajo muy fuerte en cada una de las regiones. Si hacemos la evaluación de lo realmente desembolsado en este proceso, vemos que el sector privado puso 373 mil pesos y el público 290 mil, es decir que también hay una inversión y una apuesta muy importante para este proceso.
¿Qué resultados obtuvimos? Se definió la visión, una visión que apunta claramente en cada uno de sus espacios y enunciados a una lechería competitiva, pero competitiva desde el punto de vista económico, social y ambiental. Competitiva en términos de sustentabilidad y de los tres factores fundamentales que la constituyen, no una cuestión sesgada de competitividad ligada a la rentabilidad, sino una competitividad genuina ligada a la construcción de una sociedad y de riqueza para la sociedad. Indudablemente en esta discusión el tema también es cómo abastecer a Argentina y al mundo.
Se han definido y consensuado seis ejes sobre los que hay que seguir trabajando. Observen que si los miramos uno a uno no difieren de los problemas que han sido enunciados. El área 1 es "Estrategias para el desarrollo científico y técnico", postulando que la cadena va a ser mucho más competitiva siempre y cuando se orienten las acciones de investigación y desarrollo apuntando a la productividad, pero no solamente a la productividad del sector primario, del sector productor, sino a la productividad del sector primario e industrial. Esta es una de las áreas definidas y consensuadas como fundamentales. En la publicación encontrarán el desarrollo de cada una de estas áreas.
Los amigos que están presentes sabrán lo que nos llevó consensuar las estrategias para el desarrollo económico comercial. Hay dos puntos fundamentales a trabajar: la transparencia de la cadena, a través de la generación de información confiable, y el eje de la articulación producción-industria.
El área 3 son estrategias que prorrogan el reconocimiento social de la cadena. Entendiendo la cadena, si uno toma la matriz insumo-producto que tiene el Ministerio de Economía de 1997 -porque no tenemos una masa actualizada-, claramente la cadena láctea ocupa el cuarto y sexto lugar dentro de ciento veinticuatro actividades en la generación de empleo y en el impacto económico que tienen las economías regionales. Este es un punto fundamental y hay que mostrárselo a la sociedad.
Estrategias que orienten las acciones a nivel estatal. Estrategias para la consolidación institucional y organizacional de la cadena. Es fundamental generar un espacio donde la cadena tenga, con alta representación de cada uno de los organismos que participan de ella, un espacio donde debatir este tema y seguir construyendo el consenso para una visión de largo plazo.
El área 6 son estrategias para el desarrollo de capital humano.
Las entidades de la cadena láctea que participan de este Plan Estratégico son treinta, incluidos los gobiernos provinciales de las principales provincias lecheras y el gobierno nacional. Son treinta entidades que están participando de esta construcción de consenso, que no sale de un día para el otro. Se trata de una lenta construcción que el sector viene haciendo desde muchos años y que el PEL permitió ponerlo en camino. El objetivo es seguir construyendo las ideas generales que planteamos cada vez con mayor consenso. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Si hay algún material complementario, les pido que se lo hagan llegar a los equipos técnicos de los diputados.
Tiene la palabra el señor Néstor Roulet.
Tiene la palabra el señor Néstor Roulet.
SR. ROULET Gracias por esta oportunidad que me dan para hablar. Detrás de mí hay muchos productores. Está la gente de Sociedad Rural Argentina, de Federación Agraria, de la Mesa Nacional de Lechería, de Coninagro, que indudablemente va a querer expresarse. De modo que le pediría a la comisión que vea cómo pueden hablar todos.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ También hay gente que representa a mesas y cámaras lecheras de otras provincias, además de las entidades que acaba de mencionar el ingeniero Roulet. La idea es que con Roulet terminemos todas las exposiciones del día de la fecha. Les vamos a pedir a los colegas y compañeros diputados que para el día jueves los equipos técnicos de asesores se vuelvan a reunir.
T. 31
Gal
AyG
Para el día jueves estará la versión taquigráfica gracias al esfuerzo del excelente cuerpo de taquígrafos que tiene la Cámara, y también estarán todos los materiales disponibles. La idea es que desde el día jueves se avance en la integración de los distintos proyectos sin que quede ninguna idea fuera del consenso.
Vamos a pasar a un cuarto intermedio para el día martes y ese día expondrán las entidades que nos están faltando. Hoy finalizaremos con la exposición del ingeniero Roulet y el jueves trabajarán los equipos técnicos para integrar las propuestas, que estarán a disposición de todos los expositores y sus entidades.
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AyG
Para el día jueves estará la versión taquigráfica gracias al esfuerzo del excelente cuerpo de taquígrafos que tiene la Cámara, y también estarán todos los materiales disponibles. La idea es que desde el día jueves se avance en la integración de los distintos proyectos sin que quede ninguna idea fuera del consenso.
Vamos a pasar a un cuarto intermedio para el día martes y ese día expondrán las entidades que nos están faltando. Hoy finalizaremos con la exposición del ingeniero Roulet y el jueves trabajarán los equipos técnicos para integrar las propuestas, que estarán a disposición de todos los expositores y sus entidades.
SR.- ROULET Quiero contarles que vengo de una cuarta generación de tamberos. Veo aquí a algunos integrantes de la asociación de criadores de Holando-Argentina, a los que realmente hay que felicitar por el esfuerzo que hacen. Mi bisabuelo tenía un tambo de Shorthorn, que era la vaca colorada, y cuando apareció en nuestra zona la vaca Holando-Argentina dijo: "¡Qué van a producir leche esas blancas y negras!". Con esta anécdota les quiero transmitir lo que es ser tambero; existe un don de pertenencia muy grande.
Heredé un tambo de 300 vacas en ordeñe, llegué a tener 400 y en este momento tengo 170, y no es porque no me guste producir leche, me encanta producir. Si hay algo lindo es ver cómo pasta la vaca y cómo se puede trabajar. La reacción productiva se da al otro día o a los cinco días. La vaca es un fusible biológico. El estómago de la vaca tiene un metabolismo que hace que cuando uno cambia la dieta a los cinco días se dé la respuesta, es muy rápida.
El tambero tiene un don de pertenencia enorme, nadie quiere dejar de ser tambero. Eso es fundamental.
Quiero explicar algo que dijo el secretario de Agricultura. Me hubiera gustado que estuviera presente porque hay algo fundamental: ¿por qué no bajamos la producción de leche? Es simple. Tenemos la misma cantidad de vacas a pesar de la sequía y de todos los problemas que tenemos porque el productor pone plata y esfuerzo para que no le baje la producción de leche de su vaca porque una vez que bajó es muy difícil subirla. Hay dos momentos especiales para dar de comer a la vaca: antes de parir, que es cuando se da el pico de producción -y ese pico va a indicar lo que puede producir la vaca, si 24, 25 o 28 litros- y después, apenas parió. Cuando ya parió hay que darle bien de comer porque ese pico se va a estirar lo más posible. Si le dejamos de dar de comer nos vamos a pique, y vamos a pasar de 24 a 23, 22 y 21. Es por eso que el productor le da de comer a la vaca a pesar de la pérdida; indiscutiblemente es tecnología, porque el productor agropecuario argentino tiene una gran capacidad de absorción tecnológica. Lo demostramos en el mundo. Parte del mundo viene a copiar nuestra tecnología. Pero además de la tecnología nosotros ponemos plata. No es chiste. Yo estoy perdiendo plata para que mi vaca no baje los litros porque una vez que lo bajó sonamos, y nuestros costos fijos son los mismos. Y ahí está el grave problema.
El secretario de Agricultura dijo que estábamos en la misma producción, y es verdad, estamos en la misma producción y no decayó. En el año 96 llegamos a 10.500 millones de litros y ahora estamos raspando esa cantidad.
En países vecinos, como Brasil, aumentó el 33 por ciento, y en Uruguay el 17, por lo que podemos concluir en que algo debió haber fallado en Argentina. Este es un poco el planteo que nos hacemos. Algo debe haber fallado, porque si uno observa lo que ocurre en otros lugares indiscutiblemente la lechería, con sus problemas, está en otro contexto.
El ejemplo claro es el siguiente. Si uno toma lo que recibió en 2008 un productor uruguayo por litro de leche a salida de tambo y lo que recibió un productor argentino, observa que el productor argentino perdió 0,33 pesos, que si lo multiplicamos por los 10 mil millones de litros de leche producidos vemos que el productor argentino dejó de percibir 3.300 millones de pesos.
Y allí está el problema. Vos, con esa plata de menos que tenés -en un tiempo de sequía- lo podés encarar mejor. Ahora, cuando está seco el bolsillo es muy difícil encarar la cosa. Y ahí está la gran cuestión.
La conclusión es muy simple. Acá se ha equivocado en el tema de la política lechera. Precisamente, esta política lechera cuenta con dos cosas fundamentales. Me refiero a las intervenciones en los mercados, que en definitiva se dijo que era para defender el bolsillo de los argentinos pero que no dio ningún resultado.
Si ustedes ven la góndola de un supermercado apreciarán que el queso duro vale lo mismo que en Francia: ocho o nueve euros. Y el productor francés recibe el 60 por ciento más del precio de la leche.
Entonces, algo está fallando con esta política de precios. En definitiva, los dos extremos de la cadena son los que sufren: el consumidor -que tiene que pagar más- y el productor al que le pagan menos. ¿De quién es la culpa? Escuchamos a la CIL y a la Apyme y tenemos que buscar cuál es el problema.
El precio y la cadena nos están diciendo eso. Es tan mala la intervención que, de pronto, una industria láctea está compensada. Alguien se preguntó quiénes cobraron las compensaciones. Hay que ver quiénes cobraron las compensaciones además de los productores. Por cobrar dicha compensación uno va a la góndola y compran un dulce de leche. ¿Cuál van a comprar? El de la mejor marca porque está barato, el de una industria grande. Lo sacó porque está barato. ¿Qué es lo que eso produce a las apymes? Que tienen que vender más bajo que eso.
La industria grande lo puede hacer porque tiene un sistema de compensación; las apymes no lo tienen. Entonces, llega un momento en que no le pueden pagar al productor y este sistema ha distorsionado todo.
Tenemos que salir urgentemente de estas distorsiones del mercado. Se los pido por favor. Si no, estamos perdiendo todos los productores. Estamos perdiendo este don de pertenencia.
Se ha hablado a la ligera que se pierden tres tambos por día. Por ejemplo, tres tambos por día y cuatro personas por tambo son doce personas. Si lo multiplican por cuatro son 50 personas que se nos van todos los días de los tambos. Nos guste o no un día se van a ir 150 y al otro día 50, 10 ó 5.
Esta política es un fracaso. No nos engañemos ni vendamos espejitos. Y es un fracaso a tal nivel que estamos esperando un Estado que nos dé una compensación y por eso no tenemos previsibilidad.
Cuando vos dejás una ternera Holanda recién al tercer año le sacás el primer litro de leche. Si no sabés lo que va a pasar de acá a diciembre, ¿qué va a dejar la ternera? Necesitamos reglas de juego claras. Primero tienen que decir si se puede o no exportar. Pero, tardan 20 días para decírtelo. No se puede trabajar de esta manera.
Directamente hay que sacar estas intervenciones negativas. Bienvenidos sean esos 20 centavos porque los productores estamos fundidos. Es jodido que te llegue un cheque de 50 mil pesos y tengas que gastar 80.
Esa es una realidad de todos los tamberos y si no pregunten, estén en el lugar que estén. Perdemos 30 o 40 mil y tenemos dos alternativas: te endeudás o te descapitalizás. Endeudarse en la Argentina actual es muy difícil, porque te piden hasta el carnet de la abuela, y descapitalizarte es fácil porque vendemos las vacas. ¿Y cómo vendemos las vacas? Las sacamos por rechazo según los litros. Antes sacábamos para rechazo una vaca que producía 8 litros y ahora sacamos las de 10, 12 o 15 litros porque necesitamos la plata, esto es simple y no es chiste.
Por eso tenemos que encontrar la solución coyuntural y rápida y esos 20 centavos los puede dar la cadena. Los industriales podrán decir: "Nosotros no tenemos la culpa", no sé, pero lo puede dar la cadena. Para qué vamos a gastar la plata de todos los argentinos, para qué vamos a gastar los 20 centavos de los argentinos, bienvenidos sean pero para qué vamos a gastar...
Heredé un tambo de 300 vacas en ordeñe, llegué a tener 400 y en este momento tengo 170, y no es porque no me guste producir leche, me encanta producir. Si hay algo lindo es ver cómo pasta la vaca y cómo se puede trabajar. La reacción productiva se da al otro día o a los cinco días. La vaca es un fusible biológico. El estómago de la vaca tiene un metabolismo que hace que cuando uno cambia la dieta a los cinco días se dé la respuesta, es muy rápida.
El tambero tiene un don de pertenencia enorme, nadie quiere dejar de ser tambero. Eso es fundamental.
Quiero explicar algo que dijo el secretario de Agricultura. Me hubiera gustado que estuviera presente porque hay algo fundamental: ¿por qué no bajamos la producción de leche? Es simple. Tenemos la misma cantidad de vacas a pesar de la sequía y de todos los problemas que tenemos porque el productor pone plata y esfuerzo para que no le baje la producción de leche de su vaca porque una vez que bajó es muy difícil subirla. Hay dos momentos especiales para dar de comer a la vaca: antes de parir, que es cuando se da el pico de producción -y ese pico va a indicar lo que puede producir la vaca, si 24, 25 o 28 litros- y después, apenas parió. Cuando ya parió hay que darle bien de comer porque ese pico se va a estirar lo más posible. Si le dejamos de dar de comer nos vamos a pique, y vamos a pasar de 24 a 23, 22 y 21. Es por eso que el productor le da de comer a la vaca a pesar de la pérdida; indiscutiblemente es tecnología, porque el productor agropecuario argentino tiene una gran capacidad de absorción tecnológica. Lo demostramos en el mundo. Parte del mundo viene a copiar nuestra tecnología. Pero además de la tecnología nosotros ponemos plata. No es chiste. Yo estoy perdiendo plata para que mi vaca no baje los litros porque una vez que lo bajó sonamos, y nuestros costos fijos son los mismos. Y ahí está el grave problema.
El secretario de Agricultura dijo que estábamos en la misma producción, y es verdad, estamos en la misma producción y no decayó. En el año 96 llegamos a 10.500 millones de litros y ahora estamos raspando esa cantidad.
En países vecinos, como Brasil, aumentó el 33 por ciento, y en Uruguay el 17, por lo que podemos concluir en que algo debió haber fallado en Argentina. Este es un poco el planteo que nos hacemos. Algo debe haber fallado, porque si uno observa lo que ocurre en otros lugares indiscutiblemente la lechería, con sus problemas, está en otro contexto.
El ejemplo claro es el siguiente. Si uno toma lo que recibió en 2008 un productor uruguayo por litro de leche a salida de tambo y lo que recibió un productor argentino, observa que el productor argentino perdió 0,33 pesos, que si lo multiplicamos por los 10 mil millones de litros de leche producidos vemos que el productor argentino dejó de percibir 3.300 millones de pesos.
Y allí está el problema. Vos, con esa plata de menos que tenés -en un tiempo de sequía- lo podés encarar mejor. Ahora, cuando está seco el bolsillo es muy difícil encarar la cosa. Y ahí está la gran cuestión.
La conclusión es muy simple. Acá se ha equivocado en el tema de la política lechera. Precisamente, esta política lechera cuenta con dos cosas fundamentales. Me refiero a las intervenciones en los mercados, que en definitiva se dijo que era para defender el bolsillo de los argentinos pero que no dio ningún resultado.
Si ustedes ven la góndola de un supermercado apreciarán que el queso duro vale lo mismo que en Francia: ocho o nueve euros. Y el productor francés recibe el 60 por ciento más del precio de la leche.
Entonces, algo está fallando con esta política de precios. En definitiva, los dos extremos de la cadena son los que sufren: el consumidor -que tiene que pagar más- y el productor al que le pagan menos. ¿De quién es la culpa? Escuchamos a la CIL y a la Apyme y tenemos que buscar cuál es el problema.
El precio y la cadena nos están diciendo eso. Es tan mala la intervención que, de pronto, una industria láctea está compensada. Alguien se preguntó quiénes cobraron las compensaciones. Hay que ver quiénes cobraron las compensaciones además de los productores. Por cobrar dicha compensación uno va a la góndola y compran un dulce de leche. ¿Cuál van a comprar? El de la mejor marca porque está barato, el de una industria grande. Lo sacó porque está barato. ¿Qué es lo que eso produce a las apymes? Que tienen que vender más bajo que eso.
La industria grande lo puede hacer porque tiene un sistema de compensación; las apymes no lo tienen. Entonces, llega un momento en que no le pueden pagar al productor y este sistema ha distorsionado todo.
Tenemos que salir urgentemente de estas distorsiones del mercado. Se los pido por favor. Si no, estamos perdiendo todos los productores. Estamos perdiendo este don de pertenencia.
Se ha hablado a la ligera que se pierden tres tambos por día. Por ejemplo, tres tambos por día y cuatro personas por tambo son doce personas. Si lo multiplican por cuatro son 50 personas que se nos van todos los días de los tambos. Nos guste o no un día se van a ir 150 y al otro día 50, 10 ó 5.
Esta política es un fracaso. No nos engañemos ni vendamos espejitos. Y es un fracaso a tal nivel que estamos esperando un Estado que nos dé una compensación y por eso no tenemos previsibilidad.
Cuando vos dejás una ternera Holanda recién al tercer año le sacás el primer litro de leche. Si no sabés lo que va a pasar de acá a diciembre, ¿qué va a dejar la ternera? Necesitamos reglas de juego claras. Primero tienen que decir si se puede o no exportar. Pero, tardan 20 días para decírtelo. No se puede trabajar de esta manera.
Directamente hay que sacar estas intervenciones negativas. Bienvenidos sean esos 20 centavos porque los productores estamos fundidos. Es jodido que te llegue un cheque de 50 mil pesos y tengas que gastar 80.
Esa es una realidad de todos los tamberos y si no pregunten, estén en el lugar que estén. Perdemos 30 o 40 mil y tenemos dos alternativas: te endeudás o te descapitalizás. Endeudarse en la Argentina actual es muy difícil, porque te piden hasta el carnet de la abuela, y descapitalizarte es fácil porque vendemos las vacas. ¿Y cómo vendemos las vacas? Las sacamos por rechazo según los litros. Antes sacábamos para rechazo una vaca que producía 8 litros y ahora sacamos las de 10, 12 o 15 litros porque necesitamos la plata, esto es simple y no es chiste.
Por eso tenemos que encontrar la solución coyuntural y rápida y esos 20 centavos los puede dar la cadena. Los industriales podrán decir: "Nosotros no tenemos la culpa", no sé, pero lo puede dar la cadena. Para qué vamos a gastar la plata de todos los argentinos, para qué vamos a gastar los 20 centavos de los argentinos, bienvenidos sean pero para qué vamos a gastar...
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Le solicito al señor Roulet que vaya redondeando la idea.
-Manifestaciones en la sala.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Si además de la crítica política hay algún aporte de documentación, se lo voy a agradecer.
SR. ROULET No es una crítica política sino una crítica de la situación real del mercado. (Aplausos y manifestaciones en la sala).
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Les pido que nos permitan seguir manteniendo el ritmo de trabajo.
Néstor Roulet representa a Confederaciones Rurales Argentinas, que integra la mesa de enlace.
Tiene la palabra el señor diputado Morini.
Néstor Roulet representa a Confederaciones Rurales Argentinas, que integra la mesa de enlace.
Tiene la palabra el señor diputado Morini.
SR. MORINI Creo que hemos escuchado una cantidad muy importante de exposiciones en la tarde de hoy. Celebro que esto haya ocurrido, me parece que es un momento propicio para discutir como así también creo que hay que continuarlo en una próxima reunión ya que se han presentado cuatro o cinco proyectos y vamos a trabajar sobre ellos. No creo que sea prudente tener un dictamen, tal como se había acordado en un momento para la sesión de mañana, porque considero que la situación amerita trabajar más profundamente el tema.
Asimismo quiero decir a muchos de los productores y a muchas de las entidades que hoy están presentes que recibimos cada una de las propuestas y que nos agradaría que puedan ingresar a la página de Internet para que analicen los proyectos que se han presentado. Sé que todos tenemos el afán de aprobar la mejor ley y esto no lo vamos a poder lograr si pensamos que las leyes se hacen y después en la Cámara se compite para ver quién vota la mejor iniciativa porque lo mejor es lograr una ley consensuada.
También quiero comentar que si bien este tema estaba propuesto para ser tratado mañana, recién el presidente propuso que en la próxima sesión, a lo mejor, podamos tener el dictamen. Estoy convencido de que una ley de este tipo no va a solucionar el problema mañana, al ponerse en vigencia. Esta es una ley que empieza para una lechería a cinco o diez años vista, por lo tanto los problemas coyunturales se tendrán que seguir resolviendo como tales. Seguramente nos gustaría también que cuando se trate algún problema de esos la comisión de lechería tenga participación, porque es muy difícil tratar los problemas a largo plazo cuando no se participa muchas veces de los problemas coyunturales.
Desde ya dejo esta propuesta y nos agradaría contar en la próxima reunión con algunas entidades que faltan a fin de que puedan venir a exponer aquí. Además, una vez que tengamos el proyecto, queremos que se pueda circularizar a todos los que participaron para que nos hagan llegar la opinión correspondiente y luego llevar al recinto un proyecto consensuado.
Asimismo quiero decir a muchos de los productores y a muchas de las entidades que hoy están presentes que recibimos cada una de las propuestas y que nos agradaría que puedan ingresar a la página de Internet para que analicen los proyectos que se han presentado. Sé que todos tenemos el afán de aprobar la mejor ley y esto no lo vamos a poder lograr si pensamos que las leyes se hacen y después en la Cámara se compite para ver quién vota la mejor iniciativa porque lo mejor es lograr una ley consensuada.
También quiero comentar que si bien este tema estaba propuesto para ser tratado mañana, recién el presidente propuso que en la próxima sesión, a lo mejor, podamos tener el dictamen. Estoy convencido de que una ley de este tipo no va a solucionar el problema mañana, al ponerse en vigencia. Esta es una ley que empieza para una lechería a cinco o diez años vista, por lo tanto los problemas coyunturales se tendrán que seguir resolviendo como tales. Seguramente nos gustaría también que cuando se trate algún problema de esos la comisión de lechería tenga participación, porque es muy difícil tratar los problemas a largo plazo cuando no se participa muchas veces de los problemas coyunturales.
Desde ya dejo esta propuesta y nos agradaría contar en la próxima reunión con algunas entidades que faltan a fin de que puedan venir a exponer aquí. Además, una vez que tengamos el proyecto, queremos que se pueda circularizar a todos los que participaron para que nos hagan llegar la opinión correspondiente y luego llevar al recinto un proyecto consensuado.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ Entonces, reiteramos el planteo.
El día jueves van a continuar trabajando los equipos técnicos de cada diputado de las tres comisiones. Van a estar disponibles las propuestas sobre proyectos de ley que han estado presentando las diferentes entidades. Vamos a tratar de avanzar en una síntesis que va a ser circularizada al conjunto.
Tiene la palabra el señor diputado Macaluse.
El día jueves van a continuar trabajando los equipos técnicos de cada diputado de las tres comisiones. Van a estar disponibles las propuestas sobre proyectos de ley que han estado presentando las diferentes entidades. Vamos a tratar de avanzar en una síntesis que va a ser circularizada al conjunto.
Tiene la palabra el señor diputado Macaluse.
SR. MACALUSE Señor presidente: quiero hablar sobre el tema de los tiempos. Recién se planteaban los procedimientos pero me parece que sería adecuado también conversar acerca de los tiempos.
Hoy las comisiones estaban convocadas para tratar en conjunto; en general, cuando se hace una convocatoria de este tipo es para sacar dictamen. Se trabajó mucho y creo que se lo hizo bastante bien. Creo que es bueno que podamos consensuar.
Esperábamos que hoy hubiera dictamen. Nos sorprendió el hecho de que esta reunión se abriera a una serie de invitaciones, que hemos escuchado con atención. Es bueno haber escuchado dichas intervenciones. Muchas de ellas nos reafirman la necesidad de sacar un proyecto de ley consensuado porque generaría un horizonte de tranquilidad para el sector y para el consumidor por mucho tiempo.
Ahora, el consenso es bueno. A veces nos tenemos que tomar un poquito más de tiempo, pero creo que no tenemos que tomarnos todo el tiempo del mundo. El productor no tiene todo el tiempo del mundo.
Tengo el temor de que, si se dilata demasiado, esto termine en un cajón y no se resuelva esta situación teniendo en cuanta que aparecen otros problemas más urgentes u otros criterios.
Este proyecto, como estaba consensuado, apunta a proteger a los dos extremos de la cadena del valor, como recién planteaba Néstor con absoluta claridad.
Nuestro temor es que, frente a una dilación, actores de los segmentos internos de la cadena de valor terminen modificando cuestiones de fondo y el corazón del proyecto de ley. De esta manera, vamos a sacar un proyecto que va a tener consenso pero que termina librando a las leyes del mercado a los productores y a los consumidores, a quienes también tenemos la obligación de proteger desde acá.
Por eso, quisiéramos conocer los tiempos. Creo que estaríamos en condiciones de resolver este tema. A lo mejor, si hay que tomarse una semana más, no pasa nada, pero si esto se dilata mucho creo que daríamos una mala señal cuando en realidad es una muy buena que hoy empecemos a ponernos de acuerdo, como gente adulta, para mirar un país de acá a diez años y no estar discutiendo quién junta un "votito" más en una comisión o en el recinto.
Quiero conocer qué se tiene previsto para ser precisos en cuanto a los tiempos. Obviamente, no vamos a exigir una garantía de tratamiento para determinado día, pero queremos saber cuánto tiempo se estima que se puede dilatar este tratamiento.
Hoy las comisiones estaban convocadas para tratar en conjunto; en general, cuando se hace una convocatoria de este tipo es para sacar dictamen. Se trabajó mucho y creo que se lo hizo bastante bien. Creo que es bueno que podamos consensuar.
Esperábamos que hoy hubiera dictamen. Nos sorprendió el hecho de que esta reunión se abriera a una serie de invitaciones, que hemos escuchado con atención. Es bueno haber escuchado dichas intervenciones. Muchas de ellas nos reafirman la necesidad de sacar un proyecto de ley consensuado porque generaría un horizonte de tranquilidad para el sector y para el consumidor por mucho tiempo.
Ahora, el consenso es bueno. A veces nos tenemos que tomar un poquito más de tiempo, pero creo que no tenemos que tomarnos todo el tiempo del mundo. El productor no tiene todo el tiempo del mundo.
Tengo el temor de que, si se dilata demasiado, esto termine en un cajón y no se resuelva esta situación teniendo en cuanta que aparecen otros problemas más urgentes u otros criterios.
Este proyecto, como estaba consensuado, apunta a proteger a los dos extremos de la cadena del valor, como recién planteaba Néstor con absoluta claridad.
Nuestro temor es que, frente a una dilación, actores de los segmentos internos de la cadena de valor terminen modificando cuestiones de fondo y el corazón del proyecto de ley. De esta manera, vamos a sacar un proyecto que va a tener consenso pero que termina librando a las leyes del mercado a los productores y a los consumidores, a quienes también tenemos la obligación de proteger desde acá.
Por eso, quisiéramos conocer los tiempos. Creo que estaríamos en condiciones de resolver este tema. A lo mejor, si hay que tomarse una semana más, no pasa nada, pero si esto se dilata mucho creo que daríamos una mala señal cuando en realidad es una muy buena que hoy empecemos a ponernos de acuerdo, como gente adulta, para mirar un país de acá a diez años y no estar discutiendo quién junta un "votito" más en una comisión o en el recinto.
Quiero conocer qué se tiene previsto para ser precisos en cuanto a los tiempos. Obviamente, no vamos a exigir una garantía de tratamiento para determinado día, pero queremos saber cuánto tiempo se estima que se puede dilatar este tratamiento.
SR. PRESIDENTE CANTERO GUTIÉRREZ La predisposición apunta a avanzar en la búsqueda de consenso y tratar de emitir dictamen en este marco de consenso lo antes posible para que, cuando exista el acuerdo entre los bloques, podamos tratarlo en el recinto.
La idea es que comencemos. Hemos pedido la colaboración del equipo de taquígrafos para que estén disponibles las expresiones que aquí se han vertido, extraer los conceptos fundamentales y poner a disposición todos los materiales entregados.
Al igual que lo hicimos la semana anterior, esperamos que el jueves, con un fuerte trabajo de todos, podamos progresar en la reunión técnica y llegar al martes que viene con un avance en este sentido.
Y obviamente esperamos poder arribar al consenso que nos permita emitir dictamen lo antes posible.
Agradezco a todos su presencia, como así también la paciencia y serenidad que han tenido durante la reunión. (Aplausos.)
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la reunión.
La idea es que comencemos. Hemos pedido la colaboración del equipo de taquígrafos para que estén disponibles las expresiones que aquí se han vertido, extraer los conceptos fundamentales y poner a disposición todos los materiales entregados.
Al igual que lo hicimos la semana anterior, esperamos que el jueves, con un fuerte trabajo de todos, podamos progresar en la reunión técnica y llegar al martes que viene con un avance en este sentido.
Y obviamente esperamos poder arribar al consenso que nos permita emitir dictamen lo antes posible.
Agradezco a todos su presencia, como así también la paciencia y serenidad que han tenido durante la reunión. (Aplausos.)
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la reunión.
Es la hora 19 y 26.