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Comisión Permanente

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Reunión del día 23/09/2010

- 1° PARTE AUDIENCIA PÚBLICA - PAPEL PRENSA

- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los veintitrés días del mes de septiembre de 2010, a la hora 10 y 36:
SRA. LOCUTORA Bienvenidos al Salón Auditorio de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

De esta forma damos comienzo a la tercera jornada de la convocatoria de audiencias públicas realizada por la Comisión de Comercio, de acuerdo con el artículo 114 bis del reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y conforme a lo acordado en la reunión realizada el día 7 de septiembre de este año.

Preside la jornada la señora diputada de la Nación, Juliana Di Tullio.

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Buenos días a todas y todos.

Mientras se acerca el señor Fortunato Mallimacci, que tiene que retirarse por compromisos en el Senado de la Nación, les recuerdo que la audiencia del día de hoy cuenta con nueve oradores por la mañana y catorce por la tarde. Al finalizar con las exposiciones de la mañana nos volveremos a encontrar a las 15 y 30 para continuar con la segunda parte de la audiencia.

Asimismo, quiero aclararles que pueden dejar sus ponencias y para aquellos que no lo hagan les recuerdo que está presente el cuerpo de taquígrafos y luego subiremos las exposiciones a la página web de la Comisión de Comercio y de la Cámara.

Tiene la palabra el señor Fortunato Mallimacci.

SR. MALLIMACCI Buenos días a todas y todos.

Quiero agradecer esta posibilidad de poder compartir con ustedes una pequeña reflexión como profesor, investigador y antiguo decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

Como universitarios ha estado claramente presente en nuestras reflexiones el tema del conjunto de los monopolios que existen en la sociedad argentina, cómo históricamente se han consolidado y cómo para seguir haciéndolo necesitan que ese dominio o esa hegemonía que han tenido sean creídos -porque se trata de un problema de creencias- por la mayoría de los actores sociales, políticos y sobre todo por los ciudadanos y ciudadanas.

Es decir, cómo fue posible que del concepto que decía que había libertad de expresión y de información para todos y todas, arribáramos a un momento en el que unos grupos quieren monopolizar la expresión, la información y la producción de aquello que hacen.

Este aspecto me parece central porque monopolizar la producción -en este caso la impresión- no es dado eternamente ni siquiera por la Constitución sino que es fruto de procesos históricos concretos, con hombres y mujeres que apoyan, han apoyado y han dado esta posibilidad.

Por lo tanto, no está mal recordar que los monopolios argentinos -varios de ellos- tienen muchísimo que ver con la militarización de la sociedad argentina y no pueden ser explicados fuera de ese largo proceso de monopolización y de catolización de la sociedad argentina.

No alcanza con pelear contra un monopolio, tenemos que desmonopolizar el Estado, la sociedad política, económica, sindical y religiosa en la Argentina. Esos monopolios han coexistido cuando el poder empresarial, militar, mediático y eclesiástico se confabularon -se juntaron- para que ese monopolio pudiera perdurar. Por esa razón, cuando se toca a un monopolio tenemos que saber que el resto sale a defenderlo.

En la Honorable Cámara de Diputados se está discutiendo la ley de libertad religiosa de la época de la dictadura militar, o dicho de otra forma, cuando la dictadura militar le dio el monopolio de los bienes de la salvación a la Iglesia Católica.

Esa norma está discutiéndose en un grupo muy cerrado de diputados, no se hacen reuniones como esta. Y me parece importante comentarlo porque esa nueva ley dice: "Dejamos el monopolio católico, pero se lo vamos a dar a alguno más chiquito para que venga con otros y de esa forma, entre nosotros, tenemos el monopolio de los bienes de la salvación y de las creencias religiosas."

Me preocupa porque mientras algunos discuten otros monopolios éste es tanto o más importante para consolidar los procesos políticos, económicos y sociales en la Argentina; si queremos desmonopolizar las dictaduras tenemos que desmonopolizar aquellos que contribuyeron a ellas.

Ello es posible en democracia cuando hay autonomía, hombres y mujeres que pueden decidir, comprar, informar y elegir la religión que quieren sin sentir el peso del monopolio dominante. Lo vimos cuando se trató la iniciativa sobre el matrimonio igualitario. En ese momento se preguntaban si podrían votar o no, si tendrían que pelearse. Por supuesto que tuvieron que pelear porque sin conflicto y sin pelea no hay posibilidad de desmonopolizar.

Fíjense, en Argentina se dice que hay libertad religiosa y ello está establecido en la Constitución del mismo modo que la libertad de expresión. Sin embargo, no existe la posibilidad de producir bienes religiosos sin que la Iglesia Católica y el mismo Estado digan que sí.

Así como Papel Prensa hubo otros grupos que se monopolizaron. En Argentina existe un fichero de cultos hecho por el primer peronismo -luego consolidado por la dictadura de Videla- que dice que sólo la Iglesia Católica es libre de exponer sus creencias religiosas. ¿Y todos los demás? Si quieren, deben ir a un fichero controlado por la Iglesia y por el Estado, que busca centralizar, conocer, controlar y sancionar a aquellos que se alejen de las ideas monopólicas. Ese fichero de culto sigue funcionando hasta el día de hoy.

La nueva ley que algunos proponen dice que tiene que seguir existiendo ese fichero, porque hemos naturalizado tanto la idea de que el catolicismo es el monopolio dominante sobre las creencias que nos cuesta pensar en la pluralidad o en que todos somos iguales, no sólo ante Dios sino ante las leyes.

Lo que quiero decir es que todas las creencias religiosas tienen el mismo valor y que todos los diarios tienen el mismo derecho a producir al mismo precio que el resto. Por eso van a ver cómo los monopólicos, aquellos que creen que van a perder el monopolio, se juntan y se reúnen dando vueltas por aquí y por allá.

Avanzar en desmonopolizar la sociedad argentina es avanzar en democratizarla. Es cierto, y hay que decirlo, que hay varios monopolios dando vueltas. Hoy se vota a las autoridades de la CTA; esto es importantísimo, porque antes había un monopolio que creía tener el control de los bienes sindicales. Aclaro que cuando digo "bienes" me estoy refiriendo a ir, venir, andar.

Una legislación no está hecha para el partido de turno. Por el contrario, se dicta para el conjunto de una sociedad. No se trata de "tolerar" que haya otro diario dando vueltas; quien "tolera" la existencia de otro diario está diciendo que tiene todo el control y que deja al otro para que sea, como decimos nosotros, "funcional a".

Lo mismo puede ocurrir en el plano religioso. ¿No hay judíos e islámicos dando vueltas? Sí, pero todos sabemos que el Código Civil de la Argentina dispone que son instituciones de bien público el Estado, los gobiernos provinciales, los gobiernos municipales y la Iglesia Católica. ¿La Iglesia Católica? ¿Cómo? ¿Dónde? No está en la Constitución Nacional; lo que ocurre es que en otros momentos históricos hubo gobiernos que la incluyeron como la única institución de bien público fuera del Estado.

En suma, cuando alguien es tolerante registra al otro justamente como eso: como otro. Cuando se institucionaliza la desigualdad entre desiguales, esa desigualdad se naturaliza.

Varias veces ello se vincula con cierta identidad nacional en la que están asociados grupos económicos, mediáticos y religiosos. Entonces, vivir en un régimen social de convivencia democrática exige eliminar a los monopolios. Por eso creo que es preciso terminar con los instrumentos históricos que los han ido consolidando. Papel Prensa es uno de ellos; el Registro Nacional de Cultos, otro.

Para alcanzar ese objetivo es necesaria una mirada a largo plazo y también, como ahora lo están haciendo los señores diputados -y espero que se repita en oportunidad de tratarse la ley sobre libertad religiosa-, llevar a cabo un amplio debate en la sociedad argentina, que quiere ser más democrática y que haya menos dominaciones, pero también desea creer que con la desmonopolización gozará de mayores libertades y será más feliz. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Alberto Longo, decano del Departamento de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Matanza.

SR. LONGO Señora presidenta: soy contador público, magíster en derecho tributario internacional y profesor de impuestos I e impuestos II, de contabilidad pública, de contabilidad de empresas públicas y de administración de empresas públicas.

Mi exposición tendrá pura y exclusivamente carácter personal. Es decir que mis expresiones no serán en representación de la Universidad Nacional de La Matanza sino que tendrán pura y exclusivamente carácter subjetivo. Quiero dejar bien en claro este aspecto: hablaré como profesor, docente e investigador.

Para hablar del tema que nos atañe he traído algunos artículos que reflejan el pensamiento de muchos economistas respecto del derecho de competencia.

Es definido como la rama del derecho que se encarga de regular el comercio mediante la prohibición de restricciones ilegales, de fijación de precios y de monopolios. Busca promover la competencia entre las empresas existentes en un mercado y el fomento de la calidad de bienes y servicios al menor precio posible, garantizando una estructura de mercado eficiente. Así es como se define la competencia a nivel internacional.

El derecho de competencia consiste en promover la competencia justa entre las empresas, basada en la premisa de que el comercio libre beneficia a los consumidores, a las empresas y a la economía en general. La ley prohíbe distintos tipos de restricciones comerciales y el abuso de la monopolización.

El grado de competencia existente en un mercado puede variar de manera pronunciada según sus características.

Sin intención de que ésta sea una lista exhaustiva, podemos decir que son considerados elementos desfavorables para la competencia los siguientes: la presencia en el mercado de un número reducido de empresas competidoras; la existencia de cuotas de mercado elevadas para las empresas -si dos compañías tuvieran el 80 por ciento del mercado, se estaría restringiendo la libertad de competencia sobre el producto o servicio prestado-; la presencia de barreras de entrada y la reducida elasticidad en la oferta o en la demanda.

En la Unión Europea encontramos claros ejemplos de instituciones que regulan el derecho de competencia: la Comisión Europea, el Tribunal Europeo de Primera Instancia y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Si hablamos de los Estados Unidos, podemos mencionar las regulaciones derivadas de la Ley Sherman Antitrust y de la Ley Clayton Antitrust, esta última sancionada en 1914. En la Unión Europea se dictaron las regulaciones 1/2003 y 139/2004.

Con esta enumeración quiero remarcar que el problema de los monopolios y de las restricciones a la competencia no es propio ni exclusivo de la República Argentina. Por el contrario, es un problema que existe en todo el mundo y que está vinculado con el poder económico.

A lo largo del tiempo fue cambiando de nombre. Lo que en algún momento se llamó "monopolio" hoy se denomina "mercado", y el mercado -en realidad- es manejado por unos pocos. Por eso creo que para mantener las libertades de los ciudadanos en forma plena, el rol del Estado debe ser justamente el de intervenir en determinados aspectos del mercado. Si no lo hace, los más fuertes siempre van a prevalecer sobre los más débiles.

Entiendo que el espíritu de la norma que estamos analizando tiene que ver precisamente con defender los intereses de los más débiles, con ponerlos en igualdad de condiciones respecto de aquellos que ostentan el mayor poderío económico, que tienen una integración vertical de la producción y que cuentan con la posibilidad de concretar acciones tendientes a fijar los precios, siendo los adquirentes más favorecidos las empresas vinculadas con ese paquete accionario mayoritario.



Entonces, justamente en este servicio la opinión pública se ve restringida fundamentalmente porque tienen mayores costos.

Creo que es sano que la voz de todos, sobre todo la de los librepensadores, pueda ser plasmada en el papel, en la prensa gráfica, sin ningún tipo de restricción. Considero que a eso apunta esta ley con la intervención del Estado, dándole el carácter de servicio público a la producción de papel prensa. En mi opinión la sociedad argentina lo merece, sobre todo en este momento en el que se está ampliando la participación democrática de todos los ciudadanos.

Hoy vemos cómo se expresan los jóvenes -hace años que no los veía participar tan activamente- y para mí, siendo profesor, esas ganas de involucrarse me provocan gran satisfacción. Seguramente ellos en algún momento escribirán en la prensa gráfica porque querrán volcar sus ideas, participar y está en nosotros abrirles las puertas.

Considero que esta ley es un gran aporte a la democracia. No quiero robar más tiempo al resto de los expositores y les agradezco su atención (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Acabamos de escuchar al señor Alberto Longo, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Matanza.

Antes de dar la palabra al próximo orador, quiero recordar que estas audiencias públicas han sido convocadas por dos de los proyectos ingresados hasta el momento en que se votó en comisión. Me refiero a los proyectos enviados por el Poder Ejecutivo -por Presidencia de la Nación- que declara de interés público la producción, comercialización y distribución de pasta celulosa para papel de diario. El segundo proyecto aprobado en comisión para la celebración de estas audiencias públicas es de autoría del señor diputado De Marchi, de la provincia de Mendoza, para la venta por licitación de las acciones del Estado en Papel Prensa.

Posteriormente, luego de haberse aprobado las audiencias públicas, ingresaron dos proyectos más que ya están colgados en la página web de la Cámara de Diputados y de la Comisión de Comercio: el tercer proyecto, del diputado Mouillerón y otros, para fijar el cero por ciento al derecho de importación al papel prensa en posiciones arancelarias de la nomenclatura común del Mercosur; y por último, el cuarto proyecto es de la señora diputada Merchan y otros en el que se declara de interés público en todo el territorio nacional la producción, distribución y comercialización del papel de pasta celulosa para diarios con un marco regulatorio.

Tiene la palabra el señor Sergio Santesteban, editor del diario La Arena de La Pampa.

SR. SANTESTEBAN En honor a la brevedad procederé a dar lectura de mi exposición.

"La presencia de un monopolio en el suministro de papel de diario en Argentina y en cualquier país del mundo es incompatible con la existencia de una verdadera libertad de prensa libre de condicionamientos; peor aún cuando ese monopolio pertenece a un reducido grupo de diarios, es decir, también consumidores del insumo que producen.

Esa posición de indudable ventaja económica y estratégica de los propietarios del monopolio por sobre los otros diarios, atenta contra la transparencia del mercado editorial que debería regir a fin de asegurar una completa libertad de prensa.

"Cuando se produjo la transferencia de Papel Prensa a los tres diarios porteños hubo una reacción muy firme e indignada del conjunto de diarios del país. En aquellos años en ADEPA se produjo un debate muy acalorado y un cuestionamiento muy duro que obligó a los tres diarios accionistas de Papel Prensa a renunciar a la entidad; años más tarde se reincorporaron sólo cundo se produjo un cambio en su conducción.

"En esta historia hubo largos períodos en que la importación de papel estuvo castigada con muy altos aranceles. Esa forma de protección -entre comillas- de una industria fue en desmedro de la economía de los diarios del país y en beneficio exclusivo de los tres dueños privados de la única fábrica de papel que funcionó con regularidad. Incluso, después de 1983 con el retorno de la democracia, persistió esa alta carga arancelaria durante muchos años.

"Nobleza obliga, debemos destacar que esta es la primera vez que se discute públicamente en un foro privilegiado como el Congreso el problema del papel de los diarios, un tema vital para la libertad de expresión y para la calidad institucional del país.

"Desde el año 1972 muchos diarios pequeños y medianos del país nos hemos agrupado en una cooperativa, la Cooperativa de Provisión de la Prensa Argentina, CooPPAL, que cuenta con cuatrocientos socios, doscientos cincuenta de los cuales son activos. El objetivo primordial es aunar esfuerzos y conseguir mejores condiciones para la compra de insumos que necesita la prensa gráfica. Todos sus socios han padecido una triple calamidad: primero, tener que aprovisionarse de papel frente a una empresa monopólica; segundo, sufrir que otra empresa -Papel de Tucumán- haya discontinuado la producción de papel para diarios; y tercero, afrontar la necesidad de importar ese insumo en las difíciles y cambiantes situaciones económicas que ha padecido el país en las últimas décadas.

"Los colegas que nos antecedieron en la exposición días atrás ante esta comisión alertaron sobre el problema de comprar al exterior, que implica pagar por anticipado el papel y el alto costo financiero que ese mecanismo significa. Por lo tanto, no abundaré en un tema ya abordado.

"Entendemos que el Estado debe establecer normas claras para asegurar a todos los diarios del país condiciones igualitarias en el suministro de este producto vital.

"Somos muchos los diarios argentinos que podemos decir cómo hemos sido perjudicados y discriminados a la hora de abastecernos de papel.

"La imposición de cupos siempre inferiores a las necesidades de los diarios y del precio -producto de la posición monopólica de Papel Prensa- fue y sigue siendo una realidad, no un juego retórico.

"Hoy el Estado protege y subsidia a la prensa escrita en varios países europeos con un doble propósito: estimular la libertad de expresión y con ello la calidad institucional y, además, proteger a las empresas que más fuentes de empleo ofrecen a los periodistas.

"No sólo aquí sino en todo el mundo los diarios son, por lejos, los medios de comunicación que más y mejores puestos de trabajo ofrecen a los periodistas profesionales.

"Por eso entendemos que es necesario terminar con una situación de privilegio, sobre todo porque los diarios del país aportamos durante mucho tiempo -a partir de un decreto de 1969, dictado en el gobierno de Onganía- lo que en aquel momento se conocía como 'diezmo', es decir, el 10 por ciento del valor de todas las compras de papel al exterior, que era destinado al proyecto que terminó en la construcción de la fábrica. Recuérdese que en aquellos años no se fabricaba papel para diarios en la Argentina; por lo tanto, nos veíamos en la obligación de importarlo en su totalidad.

"Por lo tanto, todas las empresas gráficas del país pusimos nuestra cuota de esfuerzo económico en el proyecto que terminó en la construcción de la fábrica de papel. Cada una lo hizo en la medida de su escala, es decir, en proporción directa a su propio consumo de papel.

"Por otro lado, me parece importante destacar que hasta en aquellos países con tradición más liberal existen legislaciones antimonopólicas y normas que impiden la gran concentración de medios de comunicación y de empresas asociadas a ellos, porque saben que la existencia de asimetrías gigantescas obstaculiza la libertad de expresión. En todas partes es el Estado el que, sobre la base del juego democrático de los tres poderes, debe garantizar esa transparencia a partir de leyes claras.

"Por último, mientras iniciativas de este tipo se sustancian y pueden ser puestas en práctica, hay urgencias que se deberían atender.

"Hace mucho tiempo que Papel de Tucumán no produce papel para diarios. Creo que el Estado no debe desentenderse de este problema, porque en su inmensa mayoría los diarios han quedado cautivos de Papel Prensa, empresa devenida en un monopolio. Me pregunto por qué el Estado, así como subsidia tantas actividades económicas, no puede subsidiar la producción de este insumo vital para la prensa gráfica.

"Otra medida que los diarios veríamos con agrado es la pronta instrumentación de medidas para que nunca más se vuelva a arancelar la importación de papel. La diversificación de las fuentes de provisión es la mejor herramienta no sólo para impedir la formación de monopolios u oligopolios sino también para asegurar que el abastecimiento de este insumo vital para los diarios -y, por lo tanto, de la libertad de expresión- se pueda realizar en condiciones de mayor equidad y transparencia. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Antes de conceder el uso de la palabra al próximo orador, por Secretaría se cumplirá con la formalidad de dar lectura de la convocatoria a esta audiencia pública.

SR. SECRETARIO Dice así:

"Autoridad convocante. La Comisión de Comercio, de acuerdo con el artículo 114 bis del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y conforme lo acordado en la reunión realizada el día 7 de septiembre de 2010, ha dispuesto convocar a una audiencia pública.

"Objeto. Consideración de los expedientes:

" 0024-pe-2010 (TP. N° 121).- Mensaje número 1.208 y proyecto de ley del 27 de agosto de 2010 por el cual se declara de interés público, la fabricación, comercialización y distribución de pasta de celulosa y de papel para diarios. (Comercio, Comunicaciones e Informática, Libertad de Expresión, Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento).

" 6422-d-2010 (TP. N° 124).- De Marchi: de ley. Papel Prensa Sociedad Anónima. Llámase a licitación pública nacional para proceder a la venta de las acciones de titularidad del Estado nacional. (Comercio, Comunicaciones e Informática, Libertad de Expresión, Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento).

"Fecha, hora y lugar de celebración. La Audiencia Pública se llevará a cabo en el Auditorium de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, sito en la calle Riobamba 25 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los días 16, 21, 23, 28 y 30 de septiembre de 2010, desde las 10 hasta las 18 horas.

"Normativas. Se desarrollará con arreglo a las previsiones del artículo 114 bis del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

"Vista de los expedientes, inscripción para ser participante y presentación de la documentación relacionada con el objeto de la audiencia. Los interesados, podrán tomar vista de los expedientes vinculados al objeto de la Audiencia Pública a través de la página web de la Honorable Cámara de Diputados: www.hcdn.gov.ar

"La inscripción de los participantes se llevará a

cabo en la Presidencia de la Comisión de Comercio o en la sede administrativa de la misma, a partir del día 9 de septiembre de 2010, en el horario de 10 a 17 horas, en Riobamba 25, piso segundo, Oficina 211 (Presidencia) u Oficina 108 del primer piso (Sede Administrativa), Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con el objeto de facilitar la inscripción en el registro de participantes, los interesados también podrán inscribirse, por e-mail a: ccomercio@hcdn.gov.ar o telefónicamente al 6310-7188 o al 6310-7100, interno 2110. Al momento de la inscripción podrán presentar sus ponencias en un documento soporte papel (hasta doce páginas tamaño A4) y en soporte CD.

"Publicación de las ponencias realizadas durante la Audiencia Pública. En la Audiencia Pública no se adoptarán resoluciones, pero las ponencias serán puestas a disposición de todos los ciudadanos en la página web de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación: www.hcdn.gov.ar"

La convocatoria está firmada por la señora diputada de la Nación Juliana Di Tullio, presidenta de la Comisión de Comercio.

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Javier Gortari, rector de la Universidad Nacional de Misiones.

SR. GORTARI Señora presidenta: he venido a esta audiencia pública en un doble carácter.

Por un lado, como ciudadano del interior profundo, como se suele decir. Soy de Misiones, una provincia cuyo límite perimetral comprende 900 kilómetros de frontera con Brasil, 300 kilómetros con Paraguay y apenas 100 kilómetros con la Argentina. Esto trae como consecuencia que todo aquello relacionado con la información y los medios de comunicación sea un instrumento clave para el fortalecimiento de la identidad nacional y de la soberanía.

Por el otro, he venido como integrante de la comunidad universitaria nacional y de la educación pública desde la Universidad Nacional de Misiones, una casa de estudios que cuenta en estos momentos con alrededor de 20.000 estudiantes. Una de las carreras que en ella se cursan es la Licenciatura en Comunicación Social, cuyos egresados van a trabajar, en muchos casos, a los periódicos locales.

Nuestra universidad cuenta con seis facultades, cincuenta carreras de grado y aproximadamente ciento quince postgrados, entre los cuales se encuentran tres doctorados.

En este marco quiero manifestar nuestro respaldo al proyecto de ley por el que se declara de interés público la producción, comercialización y distribución de papel para diario. Lo apoyamos porque entendemos que es un aporte clave para profundizar y fortalecer el sistema democrático y también porque creemos que favorece a la democracia desde distintos aspectos.

Desde el plano regional, porque es preciso avanzar hacia el objetivo de lograr que el valor del papel de diario sea igual en todo el territorio nacional. Esto lo decimos desde una provincia donde los valores del gas, de la energía eléctrica y del boleto de transporte urbano equivalen al doble de los que se pagan en el centro del país.

También lo pensamos desde la democratización de la producción de la información, facilitando a los diarios locales y provinciales -que tienen tiradas de tres mil y cinco mil ejemplares- el insumo de papel, clave en la estructura de costos de esas empresas periodísticas. Eso impacta sin duda en democratizar también el acceso a la información.

Esos diarios, a nivel local y regional, determinan la agenda informativa de la cual se hacen eco las radios FM, que son la fuente de comunicación más importante -y rescato aquí las características regionales- en una provincia donde el nivel de analfabetismo duplica el promedio nacional, donde la deserción escolar en el nivel primario es del 30 por ciento y en el secundario del 60 por ciento.

Todo lo que hace a la información y comunicación a través de los diarios constituye en las radios un elemento clave para la construcción de valores, de educación y de información, posibilitando además reflejar la diversidad cultural, social y la pluralidad de ideas.

Entendemos que, desde el punto de vista del mercado, se favorece la democratización regulando el impacto económico que genera la posición monopólica o dominante de la empresa productora.

En un elemento clave como el acceso a la información o la libertad de expresión, en la lógica del mercado y por las escalas que requiere la producción de papel, dentro de las leyes económicas hay una tendencia natural -entre comillas- a la concentración y al monopolio, reconocida por la literatura económica, en la que se hace necesaria la intervención del Estado para regular la posición monopólica.

Vale la pena aclarar que en la provincia de Misiones hay tres fábricas de pasta de papel: Alto Paraná, Celulosa Puerto Piray y Papel Misionero, y ninguna produce papel para diarios. Mucho más cuando el ente regulador que propone el proyecto de ley está constituido por una comisión bicameral, es decir, por los representantes del pueblo de la Nación.

Por último, entendemos que fortalece a la democracia, desde el propio lugar del debate de fondo y más allá del resultado hacia dónde derive finalmente, el tratamiento en el Congreso de este proyecto de ley. Consideramos que la discusión y la transparencia de la situación aportan y fortalecen al sistema democrático.

Por más minúsculo que sea el aporte creo que tiene un valor importantísimo para que nunca más el oscurantismo y el terrorismo de la dictadura puedan imperar en nuestra patria, ni hoy ni para las futuras generaciones. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Acabamos de escuchar al señor Javier Gortari, rector de la Universidad de Misiones.

Tiene la palabra la señora Beatriz Alem, profesora de Procesos de Comunicación y Políticas Comunicacionales de la Universidad de General Sarmiento.

SRA. ALEM Muchas gracias por la presencia de todos ustedes ya que considero que este puede ser un efecto multiplicador.

Como dijo la señora diputada, vengo a esta audiencia pública como docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento, ubicada en el conurbano bonaerense, en lo que alguna vez se llamó el tercer cordón de la provincia, concretamente en la zona de Los Polvorines.

Nuestra universidad cuenta fundamentalmente con una población estudiantil de nivel socioeconómico medio-bajo, y desde ese punto de vista para nosotros es un orgullo discutir cuestiones como la ley de radiodifusión o el proyecto de papel prensa.

Podría partir, de alguna manera, del informe que envió el Poder Ejecutivo para el estudio y promulgación de una ley que regula la producción de papel prensa; podría decir que allí quedó demostrado el modo en que un grupo de empresas se apoderó de un insumo tan básico para el funcionamiento de la prensa gráfica -a partir de ciertos hechos como la falta de protección de un juez por violar estos derechos- o las razones por las que firmaron los herederos y socios propietarios de la empresa Papel Prensa; y también podría hacer referencia a los datos que incluye el informe como por ejemplo, los precios ridículos con que se vendieron las acciones.

En función de este y de otros tantos datos de los que da cuenta el informe, podemos concluir que el origen y la gestión de la venta de la empresa son inmorales y políticamente repudiables.

Podemos concluir que todos estos hechos constituyen un delito, pero más allá de estos datos y otros tantos que puedan demostrar tales circunstancias, podríamos arriesgar una conjetura. Podríamos suponer que no se demuestre por una serie de vericuetos técnicos -llamados legales- que dicha venta no se constituyó en un delito. Pero aquí tendríamos que preguntarnos por qué sería necesario que una empresa que provee de insumos a medios gráficos tenga un control social.

Existe una idea que ronda las discusiones públicas y mediáticas -que se está debatiendo en otros foros como universidades nacionales y otros ámbitos locales- y es que la empresa se constituye como un verdadero monopolio, fundamentalmente a partir de la propiedad de un grupo que tiene el 49 por ciento de las acciones, frente a otro grupo privado que tiene el 22 por ciento de las acciones, contra el Estado que tiene el 27 por ciento y un uno por ciento entre otros. Esta desventaja permite, habilita y de hecho impone un precio al papel del cual los diversos medios gráficos se proveen.

Pero me interesa tomar otra perspectiva y no porque no sea importante describir estas irregularidades de modelos monopólicos, sobre lo que ya muchos periodistas, delegados y empresarios gráficos se han referido con mucha más precisión de la que podría dar aquí y además, porque el proyecto de los legisladores podrá ofrecer su perspectiva con mayor rigor.

Aquí me interesa trabajar en la comparación de dos modelos de empresas económicas. Uno de ellos el que se dio en la Argentina en las décadas del 30 y del 50 que significó el progreso económico del país; a esta transformación se la llamó -y todos lo recordamos- modelo de sustitución de importaciones.

Desde el punto de vista de la historia, la empresa Papel Prensa tuvo en sus orígenes la posibilidad de sustituir la importación de un insumo tan necesario para la producción de medios gráficos como es el papel prensa. Pero aquí radica la diferencia: aquellas empresas que generaron tal crecimiento económico fueron las que producían manufacturas; la empresa Papel Prensa no produce una mercancía más, de hecho su producto final no lo es porque el producto que confeccionan los medios gráficos es la información que contribuye a la generación de opinión pública.

La opinión pública no es sólo la discusión de un estado de noticias sino que genera fundamentalmente una agenda de noticias donde se prioriza lo que se dice, cómo se dice y a quién se dice.

Aquellos que atacan el proyecto de ley centran sus críticas en términos del derecho a la información, en la defensa del derecho a la información, derecho que se encuentra en la Constitución de 1853. Por lo tanto, tal como la conciben, hay que asegurar la libre circulación de información tomada en términos de libre circulación de mercancías.

Pero es muy distinto plantear la información como circulación que como derecho a la comunicación, no porque sean dos puntos antagónicos sino porque el derecho a la comunicación incluye la libertad de información pero no se queda en un principio de libre circulación. El derecho a la comunicación consiste en ampliar las posibilidades de acceso de las diversas voces, de los diversos enfoques regionales y locales, por oposición a plantear la libre circulación y construcción de agenda.

Por eso, al avanzar en este terreno, es necesario democratizar y hacer más accesible el acceso a los insumos básicos de la prensa. Si ello no sucede, se avala una forma de censura -que no es censura institucional del derecho a la comunicación- y una posición económica que brinda a un grupo minoritario la posibilidad de decidir quién dice, qué cosa y a quién.

Ayer, durante un trabajo con los estudiantes de la Universidad Nacional de General Sarmiento, reflexionamos sobre una obra de Tzvetan Todorov: La conquista de América. El problema del otro. Hay una frase de Cortés, del siglo XVI, que Todorov toma en su libro: "La conquista de la información lleva a la conquista del reino."

Ese es el concepto. Si la información es un instrumento de dominación, no queda más instancia que la de un imperio que nos diga qué debemos decir y cómo tenemos que expresar nuestras ideas. Entonces, la única forma de equiparar posibilidades para que otros medios gráficos, otras voces, puedan acceder a la información, es el control social de la empresa.

Desde este punto de vista, que es necesario defender, advertimos que la propuesta de control social de Papel Prensa se basa en el derecho a la comunicación y no simplemente en la circulación de la información como mera mercancía. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Luis Ríos, fundador del Movimiento Vecinal Peronista del barrio Nueva Pompeya.

SR. RÍOS Señora presidenta, señores diputados, señores funcionarios, señores empresarios de los medios gráficos y público en general: mi nombre, Luis Ríos, es simple y sencillo.

Es la primera oportunidad que tengo en mi vida de subir a un escenario como éste. Llevo sobre mis espaldas la enorme carga de haber representado al Movimiento Villero Peronista de la ciudad de Santa Fe. Provengo de Villa Hipódromo, ciudad del norte santafecino que es muy humilde y pobre. Hoy vivo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde me he radicado hace más de veinticinco años.

Agradezco a la Cámara de Diputados de la Nación que me dé la posibilidad de expresarme. Muchas veces tocamos timbres, pero no tuvimos la oportunidad de que se nos abran las puertas o de explicar qué necesita el interior del país y en especial las comunas más próximas a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Agradezco no sólo a la señora diputada Di Tullio sino también a todos los diputados presentes por haber organizado esta audiencia pública para tratar un tema tan importante, que preocupa a toda nuestra sociedad: la situación de Papel Prensa.

Sin que sea mi intención abundar en la historia, quiero decir que en el año 1988 empezamos con el primer canal, que muchos medios poderosos decían que era trucho; entre ellos se encontraban Clarín, Canal 13 y otros que después fueron privatizados.

Tuvimos once allanamientos; yo, como técnico electrónico y de comunicaciones, fui la primera persona que enseñó a armar los transmisores para que comenzara a funcionar el primer canal de aire: Canal 4 Utopía y luego Canal 4 Sur Pompeya.

Arrancamos nuestra lucha junto con Fabián Moyano, a quien ya no tenemos, que fue histórico en aquella batalla con los medios. Como decía, tuvimos once allanamientos en la calle Cachimayo, en el barrio de Caballito, y otros más en algunas de las universidades que nos ayudaban para que estudiantes y vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pudiésemos difundir nuestra opinión y decir que no estábamos de acuerdo con el Poder Ejecutivo, no sólo de la ciudad sino también de la Nación.

Como consecuencia de aquellos once allanamientos intentamos sacar un pequeño diario. No sólo sufrimos todo tipo de apremio, de "apriete", sino que además no se permitía que nuestra voz llegara a la gente más humilde y tal vez a algunos funcionarios.

He venido a esta audiencia pública por dos motivos. Primero, para que se cumpla nuestra Constitución en lo que respecta a la igualdad de condiciones para todos los habitantes de nuestra hermosa patria. Por eso pido simplemente, con humildes palabras: papel para todos los medios locales de mi país.

Segundo, como un hombre que proviene de la "ciudad cordial", de Santa Fe, para pedir con simples palabras que exista multiplicidad de voces barriales y comunales. Hoy, los medios del interior tienen muy pocas posibilidades de expresar su opinión y de disponer de la materia prima fundamental, que es el papel.

Es de público conocimiento la investigación denominada "Papel Prensa, la verdad", que revela la complicidad de la dictadura militar y los diarios Clarín, La Nación y La Razón para despojar de la empresa a sus legítimos propietarios y obtener el monopolio del papel para diario.

Muchas veces, la dictadura no nos permitía expresarnos cuando queríamos hacerlo. El señor Videla, presidente de facto, decía que un desaparecido era simplemente un desaparecido, una incógnita; era una persona que no existía. Pero esa persona, ese "ser desaparecido", tenía una familia que sufría las consecuencias de la tortura y la desaparición.

Gracias a Dios, hoy tenemos una presidenta que quiere cambiar las cosas, que da voz a los más humildes. Gracias a ello, hoy tengo la posibilidad de hablar en esta audiencia pública. Algunos podrán estar de acuerdo y otros no con lo que estoy expresando, pero lo cierto es que hay dos causas.

Una de ellas es la voz del pueblo, que algún día florecerá como esta primavera -aprovecho para desear una feliz primavera a todos, principalmente a las chicas- y se multiplicará por miles para hacer oír un reclamo que es genuino y real, porque surge de lo que establece la Constitución. Esas voces pedirán que los cambios no estén solo escritos en un papel sino que se cumplan, porque muchos harán la vista gorda y tratarán de no hacerlo.

Esta historia recién comienza. Estamos empezando a conocer hechos muy importantes. Es necesario poner en la agenda presidencial la modificación de la ley financiera, que tanto daño ha hecho y sigue haciendo al país, proporcionando beneficios a los señores de afuera en contra de los intereses nacionales, de nuestros trabajadores y del pueblo argentino en su conjunto.

Por otra parte, quiero recordar que Lidia Papaleo de Graiver y Rafael Ianover denunciaron públicamente haber sido víctimas de despojos y de delitos de lesa humanidad para verse obligados a entregar sus acciones a un precio vil, en una acción en la que estuvo involucrado el director ejecutivo de Clarín, el señor Héctor Magnetto.

Pedimos que se remita a la esfera judicial y al Congreso Nacional un proyecto de ley para declarar de interés público la producción, distribución y comercialización de papel para diarios en nuestro país a fin de que haya igualdad de condiciones para todos los medios, incluidos los comunitarios.

El 5 de junio, si Dios quiere -creo que muchos diputados presentes nos van a acompañar, porque es un mandato de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires-, habrá elecciones comunales. En la ciudad tenemos un Poder Ejecutivo que no nos permite expresarnos, porque al parecer tiene miedo de que los vecinos fiscalicen a un gobierno que prácticamente no representa a nadie.

Por otra parte, quiero decir que hay situaciones que revelan la complicidad de grupos empresarios amigos de la dictadura militar. Hoy podemos decir que gracias a nuestra presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien ha tomado una decisión política con coraje y valentía -repito, para que quede bien claro: con coraje y valentía- en favor de nuestro pueblo, puede comenzar a cambiar la historia de sometimiento, tortura, maltrato, dominación y manipulación de los medios.

Ello permitirá que en 2010 florezca nuevamente una hermosa primavera, con la esperanza de tener un Estado presente junto a su pueblo, algo que nunca se ha vuelto a ver en la historia desde la época de Evita Duarte de Perón.

Gracias a Dios, y al decir esto creo no equivocarme, tenemos un gobierno que trabajará en favor de su pueblo y no de los monopolios que cautivan y esclavizan a nuestra sociedad.

Para finalizar, una vez más agradezco muchísimo esta posibilidad de expresarme y también pido disculpas; es la primera vez que subo a un escenario de este tipo y no estoy preparado para manifestar lo que siento de corazón. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Juan Álvarez, secretario general del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de Tucumán.

SR. ÁLVAREZ Señora presidenta, diputados nacionales, señor diputado nacional Omar Plaini -secretario general de la Federación Argentina de Vendedores de Diarios y Revistas-, compañeros: en primer lugar quiero agradecer la invitación y presentarme.

Como decía el compañero que me precedió en el uso de la palabra, los nervios y esta oportunidad son históricos pero trataré de ser coherente con lo que diga.

Mi nombre es Juan Álvarez, secretario general del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de Tucumán; nací el 4 de febrero de 1954, por lo tanto tengo cincuenta y seis años.

Hoy voy a hablar de algo muy importante como es el eslabón al que esclavizan, humillan y torturan los editores de diarios y revistas, y lo haré sobre la contrariedad y con la coherencia con la que venimos luchando desde hace once años.

¿Qué tiene que ver la contrariedad? Los vendedores de diarios y revistas vivimos de nuestra actividad, pero en esta democracia plena y soberana queremos hacerlo de lo que nos corresponde, no de la dádiva que nos dan los editores, fundamentalmente de este monopolio que marcaba la agenda -y sigue haciéndolo- para el común de la gente que son nuestros hermanos y amigos a los que cotidianamente les entregamos el diario.

Estos golpistas, con treinta y tres años de prácticas desleales, no se dan cuenta del coraje y de la valentía de nuestra presidenta al enviar un proyecto para que lo debatamos de la forma más democrática que existe, haciéndolo a sabiendas de lo que se trata, no como ellos sobre los que tenemos antecedentes de titulares de diarios que pasaré a recordar.

Durante la Guerra de Malvinas, estuvimos hasta las 15 horas para cambiar los titulares de los diarios porque seguramente estábamos ganando la guerra. ¡Qué mentira más atroz!

Con el corralito y el corralón, dos horas antes de tomar medidas drásticas los innombrables retiraron sus divisas de los bancos y nos dejaron con la deuda externa a todos los que estamos sentados aquí. Esta es la práctica a la que nos vienen sometiendo, no sólo marcando la agenda sino también como trabajadores.

Voy a ir un poco más profundo todavía. Hicieron desaparecer la revista Anteojito para imponernos la revista Genios. Nos quisieron marcar la enseñanza en la escuela pública con tinta fresca pero no les fue bien.

Si hoy abrimos un diario el 80 por ciento debería ser información y tenemos nada más que el 20 por ciento; el resto es publicidad y cuando leemos algo, seguramente hablan mal de alguno de nosotros.

Inventaron la revista Pyme para el que quiere invertir; la Revista Ñ para el que quiere cultura. Se trata de diarios en los que nosotros no tenemos la más mínima participación y que nos imponen colocarlos en el mercado jugando con la necesidad de los canillitas del interior.

Hoy quiero que sepan que los canillitas y el público del interior son considerados de segundo grado porque todos estos diarios y revistas llevan un recargo al interior del país del que el canillita no participa en un solo centavo.

Veníamos viajando con algunos compañeros editores chicos de la provincia de Tucumán que tuvieron el coraje y la valentía de escribir pero lo explicaré más adelante.

Entonces aparecieron y marcaron un invento como fue el IVC, Instituto de Verificación y Circulación, para poner los cupos de publicidad oficial; es decir, quien tira más diarios se lleva más plata pero el canillita no participa en un solo centavo.

Esto marca nada más y nada menos algo que quiero recordar a todos: este 7 de noviembre se cumplen cien años del fallecimiento de quien le diera el mote de "canillita" a nuestro trabajo: Florencio Sánchez, quien seguramente nos estará viendo y diciendo: "¿Editor Vila-Manzano? ¿Escritor Vila-Manzano, que fueron a la ciudad de Mendoza a destruir la actividad, a explotar a chicos y a mujeres?"

Quisiera hacer una denuncia gravísima que nunca tuvo trascendencia pero que sí la tendrá si hoy somos escuchados. Allá por el año 1969 Tucumán tuvo un secretario general, Augusto Barrionuevo, que fue enviado por la Federación Argentina de Vendedores de Diarios y Revistas a reclamar el porcentaje conculcado y quitado a los canillitas de Salta. Él sostuvo una durísima discusión con el grupo Romero, esa noche apareció muerto de un tiro a orillas del río Arenales y ese hecho nunca se investigó. Esos son los motivos por los que nos quieren marcar y callar.

La valentía de nuestra presidenta y el coraje del compañero Plaini -diputado nacional que está sentado aquí en primera fila- nos permiten expresarnos para contar a cada uno de los argentinos la humillación a la que nos vemos sometidos los canillitas del interior del país.

Existen monopolios regionales y voy a dejar a la señora presidenta de la audiencia el editorial del diario de mayor tirada en mi provincia en el que reconocen que importan papel porque les parece que es más barato y que no les rompe las rotativas. Esa es una excusa más para no devolver a los vendedores de diarios y revistas la quita del porcentaje por cada diario vendido que venimos reclamando desde el año 2000. Esto no hace nada más ni nada menos que impedir la recuperación del salario de los trabajadores canillitas; siempre hay un argumento.

Creo que la decisión de la señora presidenta de poner el papel de diarios al mismo precio para todos nos dará la posibilidad no sólo de ofrecer los otros ejemplares, sino también de vender todos los diarios al mismo precio y con la participación que nos corresponde.

Creo que este es el proyecto más importante de la democracia de las últimas décadas. Seguramente algunos de los que no están de acuerdo con este proyecto creen que estos diarios o estos editores van a salir a hablar bien o a apoyarlos. No saben que estos editores, y fundamentalmente este multimedio -no sé como llamarlo, no tengo ganas ni de nombrarlo-, no tienen palabra; se equivocan los que creen que les van a cumplir cosas. Nosotros estamos jugando acá con muchas otras cosas.

Para terminar, señora presidenta, quiero decir una frase que no la digo yo, esta máxima nos la dejó el Padre de la Patria: "Os ruego que aprendáis a distinguir quiénes trabajan por nuestro bien de los que meditan tu destrucción".

Cuando se inició el foro en Tucumán algunos medios participaron pero el monopolio regional no quiso participar, porque tiene pensado no ceder absolutamente nada, y cuando los trabajadores vayamos a reclamar la devolución del salario y los días de descanso, seguramente nos van a decir que no; nosotros tenemos preparada a la clase trabajadora para salir a reclamar lo que nos corresponde.

Quien les habla estuvo detenido 76 días el 31 de marzo de 2000 por reclamar, porque soy vándalo por pedir por mis trabajadores. Seguramente, si no nos devuelven lo que creemos que nos corresponde como trabajadores, va a salir algún titular nuevamente.

Vamos a ir más profundo, vamos a seguir apoyando, no sólo éste sino todos los proyectos como el de la participación en las ganancias, que creo que es lo más fundamental que puede darnos esta democracia. Gracias por su atención. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Muchas gracias Juan Álvarez, secretario general del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de Tucumán.

Le voy a pedir a Ana Jaramillo, rectora de la Universidad de Lanús que se vaya acercando.

Les comento que vamos a colgar de la página web, junto con la versión taquigráfica de Juan Álvarez, el editorial del diario La Gaceta de Tucumán del miércoles 22 de septiembre de 2010.

SRA. JARAMILLO Buenos días, vengo aquí, como todos se imaginan, a apoyar el proyecto de ley que declara de interés público la fabricación de papel.

Vengo no sólo como rectora sino de toda la comunidad universitaria de Lanús y como presidenta hasta hace poco del Comité Internacional de la Universidad para la Paz de Naciones Unidas.

Digo esto porque acabamos de aprobar algo que seguramente muy pocos conocen, porque tampoco se habla de eso. Yo quiero hablar justamente del derecho a la información pero también del derecho a la formación, porque la mayoría no sabe qué hacemos las universidades.

En esta Universidad para la Paz de Naciones Unidas, que depende directamente del secretario general de Naciones Unidas, que presidí hasta hace dos meses, y a la que renuncié ya que me dedico más a Lanús, hemos aprobado una maestría que se llama Mass Media, Conflict and Peace Studies. Esto quiere decir estudio de los medios, de los conflictos y de la paz. ¿Por qué? Porque a esa maestría van a acudir muchos periodistas que tienen que saber, o que creemos formarlos, para que en vez de incentivar los conflictos eduquen y formen para la paz.

Esa maestría está puesta en marcha desde hace muy poquito porque en Naciones Unidas somos conscientes -y lo podemos ver en otros países, llámese Venezuela, Brasil, que en todas partes sale sobre la pelea con los medios- de que tenemos que formar para que los periodistas eduquen para la paz, formen para la paz y no incentiven cada vez más, tanto los conflictos internacionales como los conflictos internos de cada sociedad.

Cuando hablo de la libertad de información y de formación, les quiero comentar que no siempre fui rectora. Fundé la Universidad de Lanús pero en el '76 era periodista y docente universitaria. Por supuesto que para Videla éramos los más peligrosos de todos, me decían que me iban a dar dos ramos de flores: uno por periodista y otro por docente universitaria.

Me imagino y estoy fervientemente convencida de la ilicitud de esta transacción de Papel Prensa. Pero como hizo muy bien la presidenta -el Poder Ejecutivo- lo envió a la Justicia; no me quiero referir particularmente a eso porque la Justicia decidirá.

¿Y qué es la Justicia? Yo vengo de la filosofía, de los peores profesores de filosofía, y Aristóteles sostenía que la Justicia tiene que ver fundamentalmente con la tarea de los legisladores, con el bien común y con los aportes y las retribuciones; el año pasado dije: "ahora llamaremos retenciones". Es decir, cómo logramos el bien común y cómo equilibramos.

Declarar de interés público la producción de papel implica lo que es público que tiene que ver con el Estado. El Estado debe regular porque es la síntesis de las contradicciones de la sociedad civil -dirían algunos filósofos-, y debe regular para lograr el bien común.

Este monopolio, oligopolio o como lo queramos llamar, muchas veces lo que hace es esconder y ocultar absolutamente todo lo que hace no sólo a la información sino también a la formación de la conciencia nacional, a la formación ciudadana.

Por eso tampoco nadie sabe -aunque supongo que acá la mayoría deben ser universitarios-, qué hacen las universidades. Las universidades no somos solamente una fábrica de títulos profesionales, también formamos conciencia nacional y somos las que preservamos el patrimonio cultural de la Nación. Y digo esto porque en muchas universidades estamos trabajando en ese sentido, por ejemplo, La Matanza está publicando sobre Sarmiento, San Martín está publicando sobre Alberdi, Lanús está publicando sobre Scalabrini Ortiz, Jauretche, Discépolo, Manzi y Marechal. Así lo creemos, porque fueron olvidados, porque fueron denostados, porque fueron los malditos de la historia argentina, también por los medios de comunicación y también por los diarios.

Hace poco en la Cámara de Diputados hicimos un festejo porque hemos logrado que se apruebe una ley que declara el Día de la Gratuidad de la Enseñanza Universitaria. El presidente Perón en 1949 fue quien sacó todos los aranceles, pero por supuesto que también se escondió.

Lo logramos -yo lo había escrito en varios libros míos-, se había dictado el decreto pero lo ignoraron totalmente, y vino la CGT, la CTA, estuvo el diputado Cantero que fue el iniciador del proyecto de ley, la senadora Blanca Osuna, el ministro de Educación, pero por supuesto no salió en ninguna parte. Salió un pequeño recuadro en el diario -ese que no queremos nombrar- que decía "gratuidad sólo para los peronistas".

Evidentemente es muy duro porque para el millón y medio de estudiantes que tenemos ahora en las universidades esto significa mucho, sobre todo en el conurbano bonaerense, donde casi el 90 por ciento de los estudiantes son profesionales de primera generación, porque nunca sus padres habían podido ir a la universidad. Ante esto, esa gratuidad implicó realmente una diferencia absoluta porque pueden ir no sólo porque ahora la universidad está cerca sino también porque es gratuita. Y por supuesto hay muchos que no pueden ir porque tampoco les alcanza para los medios de transporte.



Pero la comunidad, por lo menos de la Universidad Nacional de Lanús, es consciente de que es el pueblo quien la financia. Todos, desde la rectora hasta el último docente y no docente, donamos parte del salario para hacer una bolsa de becas para los estudiantes -algunos de los que no pueden pagar ni siquiera el boleto del colectivo- porque de esa forma estamos devolviendo al pueblo lo que fue nuestra formación universitaria y nuestros títulos.

Sin embargo, si miran los diarios -sobre todo los que ya conocemos- ustedes no saben qué hacen las universidades. Se enteraron hoy de que existe la Universidad de Buenos Aires porque tomaron el Rectorado, porque los muchachos hacen algún lío, escriben las paredes o le hacen algo a algún rector; si no, la universidad no existe. Sin embargo, las universidades son parte del Estado, con autonomía de gobierno, les guste o no porque las banca el pueblo y las financia el pueblo.

Por lo general, si ustedes se informan por los diarios, las universidades no existen salvo cuando se enteran de que un grupo de jóvenes estudiantes hizo algún desastre en el Rectorado.

Ello tampoco es tan ingenuo porque de alguna manera beneficia a las universidades privadas. Mucha gente no quiere mandar a sus hijos a las universidades públicas porque allí se suspenden las clases o porque son un desmadre, con lo cual lo que hacen es denostar a la institución pública y favorecer a la universidad privada. Todo esto lo hacen los diarios y lo sabemos. Por eso insisto en la libertad de expresión, de formación y de información.

En estos momentos nuestras universidades no sólo están dando títulos profesionales sino formando conciencia nacional, cosa que no hacen los medios de comunicación.

Por otro lado, el papel no es accesible y tampoco se publica sobre los grandes hombres de nuestra patria porque no es algo redituable; quizás ahora, con este imaginario que tenemos y con este gobierno se conozcan un poco más.

Cuando en la Universidad de Lanús comenzamos a poner los nombres a los pabellones como Scalabrini Ortiz, Jauretche, Marechal, Ugarte y Ortega Peña, para los jóvenes eran desconocidos y no los publicaba nadie porque no era rentable.

Me parece que la función que cumplen las universidades nacionales públicas que, insisto, forman conciencia nacional y ciudadana, además de entregar títulos profesionales, implica preservar el patrimonio cultural de la Nación y también implica la necesidad de que no haya un monopolio sobre la fabricación de papel.

Así como la fabricación del papel debe ser de interés público también lo es que nuestros ciudadanos se formen -como nuestros periodistas- en otra ética y que se formen con conciencia nacional, cosa que no promueven los diarios.

En este momento tenemos un millón y medio de jóvenes en las universidades públicas, que no son los vándalos que toman el Consejo Superior y rompen un megáfono en la cabeza del rector sino que están formándose y están trabajando; nuestros docentes tampoco son de los que permiten todo y no dan clase. Eso es lo que publican los diarios nacionales sobre las universidades públicas que, insisto, favorece a las universidades privadas porque favorecen aquello que es redituable económicamente.

El hecho de que la fabricación de papel sea de interés público es importante para las universidades nacionales, para la formación de conciencia nacional y para la formación de conciencia ciudadana. Por eso no sólo quiero hablar de libertad de información sino de la libertad de formación de nuestra sociedad en términos éticos y ciudadanos.

Desde la Universidad de las Naciones Unidas al poner en pie esta maestría pretendemos que nuestros periodistas, nuestros hombres y mujeres de la comunicación, traten de educar no para profundizar los conflictos sino para la paz en nuestras sociedades.

Los conflictos van a existir siempre y de eso debe ocuparse el Estado, que tiene como obligación sintetizar esas contradicciones. Y los legisladores, como dijo Aristóteles, son los principales protagonistas de la Justicia. (Aplausos.)

SR. PRESIDENTE PASINI Gracias Ana Jaramillo.

Tiene la palabra el señor Mariano Feuer, especialista en tecnología de la comunicación de la Universidad de Buenos Aires.

SR. FEUER Ante todo muchísimas gracias por permitirme estar aquí, ya que para todo aquel que egresó de una universidad pública estar en este lugar defendiendo una postura es algo muy importante.

En mi caso quiero hacer un poco de memoria. Yo nací básicamente en un diario, mi papá era periodista y ya a los cuatro o cinco años yo andaba por la redacción. Uno de los olores que más me remite a la infancia es el del papel recién impreso y el momento cercano a las diez u once de la noche, cuando se prendían las rotativas, era mágico llegar a ese lugar donde todo pasaba en treinta o cuarenta minutos y se convertía en cincuenta o setenta mil ejemplares.

Mi papá trabajaba en Crónica, traía todos los diarios a casa y los domingos desayunábamos en la cama con todos los diarios. Cuando tenía siete u ocho años ya leía el diario pero también lo usaba para cortar papelitos y tirarlos en la cancha.

En aquella época miraba los diarios y me preguntaba como podía ser que si un diario de dieciséis páginas salía un austral otro de ciento cuarenta páginas costara lo mismo -este último me servía mucho más para cortar papelitos. Entonces le preguntaba a mi papá por qué su diario tenía pocas páginas y el me respondía que los dueños del otro diario eran los dueños del papel, mientras ellos lo compraban donde se conseguía y cuando se conseguía.

Eso que lo entendía hasta un chico de siete años que no se preocupaba por leer todo el diario, al día de hoy lo tenemos que entender como que un diario que vendía siete veces más ejemplares que otro, luego de la compra de la empresa que provee casi en forma exclusiva el papel en Argentina, el otro diario pasa a vender siete veces más que aquél.

Luego fui creciendo y me alejé del papel si bien sigo dentro del área de la comunicación pero más relacionado con lo digital.

Hoy tengo una buena y una mala noticia y como siempre, voy a empezar por la buena. Uno puede dividir en tres etapas el crecimiento de lo que serían los entornos digitales. La primera, hasta el año 1997 donde en la Argentina no existía Internet como tal -si bien existía para unos pocos-, los sistemas estaban más relacionados con los grandes bancos, las multinacionales y sólo podía acceder al sistema de información el que contaba con mucho capital. El prototipo de esa etapa era el ingeniero en sistemas o el analista que trabajaba en estas empresas.

Luego de 1997 -época en la que me incorporo- surge el programador, el emprendedor, el que empieza a armar las empresas en Internet, las llamadas "punto.com".

Entre 1997 y 2000 se crearon en Argentina setecientas cincuenta empresas que llegaron a toda América y hasta el día de hoy se habla en toda América de los emprendedores argentinos de esas empresas generadas hace diez años. Fue por ese entonces que las posiciones dominantes, monopolios y oligopolios, fueron metiendo sus brazos.

Rápidamente voy a contar el ejemplo clásico que por lo menos vi en diez oportunidades de compra de empresas. Se acercaba un representante de este multimedio y decía: "Queremos tu empresa, estamos interesados". Imagínense para un chico de veintitrés a veintiocho años, que había fundado una empresa en su habitación o en su garaje, que viniera el gran diario argentino y le dijera que estaba interesado era algo increíble.

Cuando preguntaba cómo funcionaba le decían: "Estamos dispuestos a pagar dos millones de dólares; por eso queremos el 80 por ciento de las acciones y el control, pero vos tenés que seguir estando por cinco años."

Resulta que en la segunda etapa de la negociación ya no eran dos millones de dólares sino que la cifra era la misma pero en publicidad.

Ya cambiaba. A la semana siguiente, no sólo era en publicidad -porque decían que con eso iba a promocionar su empresa- sino que era publicidad dentro de sus productos. Luego era dentro de sus productos, cuando ellos decidían y donde ellos decidían.

A los que terminaron diciendo que sí lo que les pasó fue que básicamente perdieron su empresa; a los seis meses ese logo cambió, si era "guía de autos tal", pasó a ser "guía de autos Clarín". Se acabó, le dijeron: "mirá la razón social de esa empresa cambió, cerró, no hay nada más, no tenés nada".

A los que dijeron que no, que ni siquiera lo hicieron directamente sino que dijeron: "Y...la verdad me parece un poco injusto, estuve tres o cuatro años construyendo algo", le decían literalmente: "¿Sabés qué? Te vamos a hacer mierda. Preparate", y a los dos meses con la misma base de datos copiada salía un emprendimiento.

Terminó esa etapa. Luego de 2001-2002 hubo una burbuja a nivel mundial con las empresas, en donde se quiebra esta idea de que se iba a ganar plata de la nada y se pasa a la tercera etapa.

La tercera etapa, según mi opinión, tiene una ventaja fundamental, ya ni siquiera se necesita esa idea del programador independiente sino que es la etapa del contenido, lo que siempre fue bastardeado; en esta etapa del contenido, donde un buen contenido, gracias a las formas de viralidad que uno puede conseguir, puede llegar y de alguna manera a luchar en igualdad de condiciones ante grandes monopolios de la información.

Hay muchísimos ejemplos, uno puede ver que un video producido por un periodista en su casa con un amigo llega a 6 millones de personas, entonces, uno dice "Maravilloso, ¿de qué estamos hablando acá?".

Pero ahora viene la mala noticia, como todo esto del Huffington post -por ejemplo un blog que tiene más lectores que todos los diarios de Estados Unidos, salvo USA Today, es decir, superó al New York Times-, todavía aquí no llegó, aún tenemos que ocuparnos de algo que es fundamental que tiene que ver con el papel. ¿Por qué? Hay una crisis, los diarios cada vez venden menos, se habla del papel, sin embargo, todos sabemos que constantemente siguen marcando agenda.

Acá hay algo que es fundamental porque mucha gente que viene del ámbito de Internet va a decirles -y es una de las razones que escuché en estos días-, "no se preocupen, no hablemos del papel si total ya no se va a usar", esto es como decir "porque me quedan quince años de vida me mato hoy"; y no es así.

Estos próximos quince años son fundamentales. Para dar una idea, hay un estudio hecho en la carrera de Comunicación en la Universidad de Buenos Aires que dice que el 87 por ciento de las noticias que salen en radios y noticieros de televisión vienen de la tapa de ese día del diario. Todos lo sabemos, a la mañana, qué hacen las radios y los programas de tele: agarran el diario.

En segundo lugar, otra parte más interesante todavía: al menos cuatro noticias del diario más vendido de Argentina están en todas las radios todos los días. Al menos cuatro, pueden elegir de la tapa por lo menos cuatro; esto fue durante todos los días del año 2009. Con lo cual si yo quiero que se hable de algo, el lugar donde tengo que ponerlo es en la tapa de Clarín. Si yo quiero convertir un chiste entre un muchacho y un adolescente en "bloguero amenaza de muerte a periodista", lo pongo en la tapa de Clarín y va a hablarse el día siguiente. Habrá gente que lo ataca y gente que lo defiende, porque no se olviden que cuando uno dice "esto no fue así" igualmente se está hablando de eso. De qué no se hablo ayer, es lo que uno se pregunta ante este tipo de cosas.

Decíamos que hay una crisis del papel y del uso del papel pero esta crisis, como bien decía Gramsci, es una crisis donde no se termina de morir algo y no termina de nacer otra cosa. Está claro que para el 2025 vamos a hacer otra audiencia y por suerte tendremos otros problemas, pero hoy tenemos éste puntual. Y hay algunas maneras de inducir ese parto de lo nuevo.

Uno puede por ejemplo, desde mi experiencia, trasmitir algunos aprendizajes que tiene el mundo on line. El mundo on line nació en las universidades. Como bien decían recién, las universidades son lugares de producción en donde si bien obviamente como en todos lados hay egos y diferencias, la producción es compartida y colectiva; Internet nació como compartida y colectiva. Todo lo que uno ve hoy que las empresas en Internet adaptan y preguntan "por qué me lo dan gratis y cómo funciona", en verdad parte del espíritu original libertario de la red.

Hay toda una discusión que probablemente nos llame -espero que en no mucho tiempo aquí- acerca de la independencia de la red y las ideas de ciertas compañías de tratar de bloquearla, pero de alguna manera todavía se mantiene ese espíritu libertario de los orígenes en los '60 y '70 de las redes académicas.

Con esto hay algo que es fundamental: cualquier persona que hoy en día decide generar un contenido puede hacerlo y si el contenido es bueno hay una especie de "meritocracia". Si el contenido es bueno puede llegar a romper ese cerco informativo que generan algunos diarios.

Entonces, lo que se propone desde ese mundo es la de igualdad de condiciones, que en el mundo off line del papel es garantizar su insumo para todo aquel que lo necesite con fines periodísticos.

Nosotros, en la Argentina podemos garantizar eso y en ustedes, en este Congreso, están las herramientas técnicas para hacerlo.

Apoyamos fuertemente la idea de que cada medio de comunicación -y no hablo solamente de los han sufrido problemas comerciales sino cada grupo de personas, cada persona que quiera expresarse- pueda hacerlo en el soporte que desee y en la tecnología que desee.

Si esto se logra habremos dado un paso realmente importante hacia adelante y podremos dejar para dentro de unos años la discusión sobre la muerte del papel o si ya está perimido, porque en verdad no va a importar ya que vamos a tener todo off line y on line. Uno podrá llevarse a la cama el diario -que está buenísimo- o una notebook, pero lo importante es que uno va a poder elegir. Hoy en día hay cosas que uno no puede elegir y sólo se pueden ver de manera digital. Muchas gracias. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Muchas gracias, Mariano Feuer, especialista en tecnología de la comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

Voy a pedir a Carlos Amaya, director periodístico de El Tribuno de Tucumán, que se vaya acercando.

Me comentan que está haciendo una nota afuera, por lo tanto, vamos a esperar unos minutos.

- Luego de unos instantes.
SR. AMAYA Muchas gracias por la invitación; no puedo quejarme porque los colegas estaban haciendo la tarea que yo hago todos los días. Pido disculpas por la demora.

Para nosotros es muy importante que un diario chico como es El Tribuno de Tucumán, el segundo diario de la provincia de Tucumán, tenga esta oportunidad de exponer nuestro punto de vista. Lógicamente quiero adelantar nuestro apoyo a la ley que declara de interés público la distribución, producción y venta del papel.

Hoy vengo a plantear sin tapujos la necesidad del libre acceso de todos los medios de prensa en igualdad de condiciones y sin prebendas a la compra de la materia prima esencial para la producción de un medio gráfico como es el papel.

Lo han reafirmado en diferentes ocasiones pero hoy más que nunca hay que redoblar el énfasis en cuanto a que hablar de papel prensa es hablar de libertades públicas, de libertad de expresión y no de una coyuntura política.

Hoy y aquí en el marco de la realidad del norte argentino hay que preguntarse: ¿Es importante para los intereses del país y las libertades públicas el tratamiento y la aprobación de una ley que permita el acceso igualitario de todos los medios gráficos sin excepción, a la compra de papel? Y la respuesta lógicamente surge clara y contundente.

Nadie que realmente sea defensor del Estado de derecho puede mirar para otro lado u oponerse seriamente a dictar una norma que asegure esas libertades a los medios de prensa, basado en la igualdad del trato y por supuesto también en la transparencia. Porque los medios -y cuanto más variados mejor- siguen siendo el vehículo para que se expresen los diferentes factores de la sociedad. Coartar ese derecho es silenciar la voz del pueblo, base de la representatividad que tienen los señores legisladores e integrantes del gobierno, todos ellos electos por el voto popular y no por corporaciones.



Esta es sin duda una de las mejores contiendas, la de las ideas, de las razones, de las convicciones y por qué no también de los intereses que cuestionan la existencia de prácticas monopólicas en un ámbito tan sensible como el de la prensa gráfica, como el de los diarios que hacen circular la información y la opinión escrita, actividad definida como la garantía de las libertades democráticas.

¿Qué tiene que ver esto con el papel? Todo, porque la existencia de un diario depende de él. El acceso al papel en condiciones competitivas para un diario del interior -cuya mayoría son pymes- es vital ya que el papel usado por cualquiera de esas empresas, según la tirada y otras variables, incide entre el 15 y más del 40 por ciento en los costos de un diario chico del interior del país.

Es decir, es vital, mucho más si tenemos en cuenta que un diario no es como un programa televisivo que puede instalarse rápidamente sino que necesita un tiempo para imponerse en cualquier lugar del mundo y mucho más en las provincias del interior. Entonces, esta ecuación se acorta enormemente cuando el papel es caro y se compra en condiciones poco competitivas.

Todo ello produce un efecto casi inmediato que significa poner en peligro desde el principio la ecuación económica de cualquier diario y por supuesto, amenaza su existencia.

El Tribuno de Tucumán, por su condición y su envergadura -al igual que muchos diarios del interior- ni siquiera puede importar papel porque tiene una imposibilidad de volumen, de condiciones económicas y de posibilidades ciertas de hacerlo.

Por lo tanto, la única vía de adquisición del papel es a través de los revendedores que son locales y que revenden papel de Papel Prensa o importado, lo que lógicamente significa un costo mucho mayor que el que paga cualquier otra gran empresa que tiene acceso directo al cupo, en este caso, de Papel Prensa. Esta situación, como la de innumerables diarios que no pudieron sobrevivir a semejante expoliación, es letal a mediano o largo plazo para cualquier emprendimiento gráfico que no logre imponerse en el interior.

El Tribuno de Tucumán está a punto de cumplir cinco años de vida en una provincia que acogió este emprendimiento con grandeza, respeto e interés. Durante ese período por algunas situaciones como la del papel, ya ha pasado por todos los avatares financieros y económicos que cualquier empresa que esté por cumplir varias décadas.

Para conocimiento de todos hay que poner énfasis en que los diarios del interior tenemos costos salariales un poco más bajos, por tener redacciones más pequeñas, pero el cuerpo del diario no varía mucho respecto del de cualquier otro diario de tirada nacional, salvo algunas excepciones. Sin embargo, la circulación, el precio de tapa y las tarifas de publicidad, son sensiblemente inferiores a los diarios de capital. Ello implica que la relación porcentual de los insumos en el costo final aumente ya que el precio, por la provisión de papel más caro por las condiciones de compra, se agrava para el caso de no tener cupo, por ejemplo, de Papel Prensa.

Hay que resaltar otro aspecto de capital importancia que el papel caro minimiza: la inversión se hace mucho más cara y por supuesto, el peligro de cierre o la desaparición no sólo de un medio de información y de opinión sino también de una fuente de trabajo de periodistas, técnicos y canillitas, que produce un impacto social muy importante.

En nuestra opinión es imperioso que los legisladores, fundamentalmente del norte del país y más allá de los vaivenes políticos, tomen contacto directo con los empresarios.

Por eso agradezco la posibilidad de que El Tribuno de Tucumán esté aquí presente para escuchar la problemática que se les plantea y para que defiendan los diarios regionales que tantos aportes han hecho a la historia de nuestro país.

Consideramos que esta discusión debe calar hondo en todos y que es imperioso desdramatizarla, sustraerla de la coyuntura política y de eventuales enfrentamientos de las partes intervinientes en la sociedad Papel Prensa.

Asimismo, consideramos que oficialismo y oposición -y debemos ser absolutamente sinceros- nos hacen sentir a quienes no somos parte políticamente que las posturas de unos y otros nos dejan en la cornisa, del lado de afuera y a punto de caer en el abismo.

Lógicamente sabemos que esto tiene que ver con la política. Por esa razón, solicitamos que tanto oposición como oficialismo piensen seriamente lo que significa la existencia de diarios en el interior del país en cuanto a la ayuda que prestan, sobre todo los diarios alternativos a los grandes medios, que ayudan a la libertad de expresión, de opinión, de información y por supuesto, a la expresión de sueños y necesidades, sobre todo de las comunidades más pequeñas.

Para concluir, consideramos que el debate debe darse porque está en juego la libertad de expresión, en cuyo nombre se cometieron enormes atropellos. En un marco democrático como el actual consideramos que gobierno y legisladores nacionales deben escuchar y responder a sus mandantes porque está en juego el interés público.

Estamos de acuerdo con la declaración de interés público de la producción, distribución y venta de papel. Señalo esto porque he escuchado opiniones que plantean que el acceso igualitario es lo que debe sustentar esta ley, pero no la producción; una cosa sin la otra es casi imposible. Considero que en este punto hay un obstáculo ideológico y también de intereses.

Por ello resaltamos la importancia de que la ley tenga que ver no sólo con la distribución y venta de papel en carácter igualitario para todos los diarios del país sino también con la producción; sin ella, lo que acabo de mencionar anteriormente va a ser imposible.

Desde ya apoyamos esta iniciativa y esperamos que la sanción definitiva de esta ley sea un soplo de aire fresco para la democracia del país. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Acabamos de escuchar al señor Carlos Amaya, director periodístico del diario El Tribuno de Tucumán.

Tiene la palabra el periodista Claudio Díaz.

SR. DÍAZ Quiero expresar mi agradecimiento a los señores diputados y señoras diputadas por la posibilidad que me brindan de participar en esta audiencia.

Durante mi exposición trataré de hacer una suerte de análisis político pero no desde mi pensamiento o mi idea sino como condición básica para entender e interpretar un poco mejor qué hubo y qué hay detrás de todo este gran negociado que significó Papel Prensa.

Tanto ese negociado como el desmesurado crecimiento de los medios, sobre todo del grupo Clarín, no se terminarían de entender si nos olvidáramos del trasfondo político que se vivió en la Argentina a partir del golpe que nos llevó a la dictadura de 1976 y de quienes fueron los sectores del poder económico mundial que lo promovieron.

A partir de allí Clarín se posicionó en nuestro país ya no como un medio periodístico sino como un grupo económico que, aunque tal vez resulte exagerado, hoy forma parte del bloque del poder económico mundial.

Por lo tanto, me lleva -por lo menos a mí- a pensar que ya no es una empresa que pueda ser enemiga de gobiernos por la defensa de sus intereses, sino una corporación más, que es enemiga de toda la Argentina porque está asociada a otro tipo de negocios o intereses que no son los nacionales.

Entonces, tenemos que partir de la base de que el conglomerado, el entramado económico que fundamentalmente lleva a que la Argentina ingrese en su peor momento histórico con la dictadura de 1976, fue impulsado por las corporaciones multinacionales que en aquel momento estaban hegemonizadas o conducidas por lo que se dio en llamar la Comisión Trilateral, conducida por David Rockefeller y Henry Kissinger.

Cuando se dispone para toda América -sobre todo, para toda Sudamérica- una nueva reestructuración del capitalismo, una recolonización, dado que muchos países habían encauzado otra vez un camino hacia su liberación -estamos hablando específicamente de países como Chile, Bolivia, la Argentina, como Uruguay-, en ese momento hubo una suerte de estado de shock general, que lo explica muy bien la escritora Noemí Klein, quien aporta muchos datos en la materia. Agrego esto para que no se crea que los datos de los que uno se vale son de aquellos sectores intelectuales o periodísticos que tienen una idea definida en la Argentina o que son contrarios a los grandes monopolios de la información.

En ese entramado hegemonizado, insisto, por la Comisión Trilateral, en su propia declaración de principios -y esto también se puede consultar en cualquier libro, sobre todo de escritores europeos o estadounidenses-, sienta las bases de cómo debe operar esa nueva elite que se va a encargar de trabajar en toda Sudamérica para imponer el nuevo modelo.

Esa elite está compuesta a su vez por cuatro subelites, y ellos mismos la definen. La primera es la elite económica-financiera, que es la que agrupa a los banqueros, a las grandes corporaciones multinacionales y aquellos economistas que en aquel momento -algunos recordarán- provenían de la famosa escuela económica de Chicago y tenían la tendencia llamada monetarista; en una palabra, los liberales.

La subelite vinculada a las Fuerzas Armadas e inteligencia, agrupaba a todos los cuadros provenientes de esas fuerzas para que operaran en contra de sus propias naciones.

Una tercera subelite era la de la universidad, con la idea de captar la materia gris en aquellos países a los que había que dominar.

Y la cuarta subelite era la de los medios de comunicación. Insisto que eso está establecido en su declaración de principios antes de la dictadura del golpe de 1976.

Lo que impulsaba la elite de los medios de comunicación era la participación de medios y de periodistas que empezaran a construir el discurso que ese núcleo dominante necesitaba para ir imponiendo su verdad.

Voy a aportar unos datos para que se investigue, para que tengamos la posibilidad de ir más allá de lo que yo pueda decir aquí porque creo pueden conducirnos a la punta del ovillo, ya conocemos cuál es, pero conocer mucho más la vinculación entre todos estos grupos. En aquel momento y en los meses previos a marzo de 1976 -estamos hablando específicamente de noviembre de 1975/febrero 1976-, un personaje muy singular, empresario y economista llamado Ricardo Zinn, que había sido el ideólogo del Rodrigazo y que por otra parte era como una suerte de mano derecha de José Alfredo Martínez de Hoz, ocupó un lugar como gerente en el grupo Clarín -está mal dicho "grupo", porque en aquel momento no lo era. Carezco de información más precisa en cuanto a qué rol cumplió, pero tuvo tres meses trabajando en el diario.

Es muy sintomático que una vez que se produce el golpe, y volviendo a lo que se pergeñaba como tarea fija para los medios de comunicación, se empezara a trabajar en la idea de que los diarios fueran la apoyatura principal en cuanto a discurso y a manejo de información de la dictadura, principalmente por un punto que a veces se nos escapa: hace treinta y pico de años no existía la explosión mediática audiovisual. Empezando por los canales de aire, como mucho, tenían dos ediciones informativas al día y algunos una sola; no existían como hoy cuatro y hasta cinco noticieros por día, no existían desde ya los canales de noticias y mucho menos todas las emisora radiales como existen hoy, porque estábamos todavía en otro mundo: el mundo de la información gráfica.

Según el Instituto Verificador de Circulación de medios escritos, en 1975 en Buenos Aires -Capital Federal y conurbano-, entre Clarín, La Razón y La Nación -en ese orden, porque en aquel momento La Razón vendía mucho más que La Nación-, la suma de los tres medios participaba en el 72 por ciento del mercado informativo de Buenos Aires. En conjunto era algo así como la venta diaria de 1 millón 250 mil a 1 millón 280 mil de diarios.

Es decir, nosotros nos informábamos básicamente a través del diario, de modo que para la dictadura era esencial que empezaran a volcar la información que ellos necesitaban. Por eso, le dan participación a estos diarios en el negocio de Papel Prensa.

Van a ocurrir algunas situaciones muy interesantes de analizar, en el caso Clarín, específicamente. Más o menos se conoce o se sabe que el diario tenía un origen político desarrollista. Hacia 1976/1977 los sectores del desarrollismo más puro, si se puede decir así -estamos hablando específicamente de Arturo Frondizi y de Rogelio Frigerio-, si bien mantenían cierto control sobre el diario empezaban a ser marginados, se los iba sacando, poniendo a un costado, porque dentro de las propias filas del desarrollismo, que no era específicamente el caso de estos dirigentes, había otros que tenían intención de sumarse y de aceptar el nuevo modelo básicamente antiindustrial, de freno del desarrollo productivo que en ese entonces todavía tenía la Argentina, y estaban de acuerdo con asociarse o cumplir a rajatabla el plan de la Comisión Trilateral para estas regiones.

La figura principal de ese grupo que quería negociar y decía "pongamos el diario a disposición de ese proyecto" era Oscar Camilión, que había sido jefe de redacción y jefe de política entre 1965 y 1973, y a partir de 1973 y hasta 1978 va a ser algo así como el tipo que bajaba la línea editorial.

Oscar Camilión, que va a terminar siendo funcionario de esa dictadura, era amigo personal de José Alfredo Martínez de Hoz, que a su vez era amigo de Kissinger.

Se me pasó por alto -siempre es bueno recordar- comentarles la amistad que existía entre Martínez de Hoz y Kissinger, que es lo que explica el trasfondo económico y a quién respondía ese proyecto, y sobre todo la idea de Martínez de Hoz de convertir a la Argentina en una nueva colonia.

Volviendo a Oscar Camilión, en junio de 1978, mientras se jugaba el mundial en la Argentina, él va a ser uno de los fundadores del CARI, Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales. ¿Qué es el CARI? Una entidad colateral de la Comisión Trilateral. Para decirlo más vulgarmente o directamente: el CARI opera en la Argentina como miembro de la Trilateral, ejecuta y lleva adelante los planes que la Comisión Trilateral destina para la Argentina.



En ese mismo año 1978 -y pido perdón por dar toda la información junta pero tengo que hacerlo rápido- Henry Kissinger se convirtió en columnista de Clarín.

No es común que un criminal de guerra, como fue declarado Kissinger, se convierta en columnista de un diario. Además, no fue que una vez le hicieron una entrevista, una nota o que en alguna oportunidad le publicaron algo y quedó. No, se trata de un columnista habitual, un colaborador para quienes estamos en el ámbito periodístico.

Personalmente en mi etapa como periodista fui colaborador en revistas y diarios durante mucho tiempo. Por lo tanto, no voy a decir que Kissinger venía con la "notita" a Clarín sino que la mandaba desde donde estuviera y se convirtió en un asiduo columnista.

Incluso con honestidad brutal, en diversas etapas históricas a comienzos de la década del 80 y hasta hace poco tiempo -porque sigue publicando en la actualidad- hablaba de situaciones internacionales donde por ejemplo, decía: "Sí, hay que invadir Irak porque nosotros somos los dueños del mundo y tenemos que hacer lo que un imperio necesita para imponer su modelo" y muchas cosas por el estilo.

La relación, que podría calificarse de incestuosa entre Kissinger y Clarín es tal que el 6 de abril de 2006 un lector escribe indignado al correo de lectores preguntando cómo es posible que Clarín, un diario que le merecía respeto y que dentro de todo le daba cabida a todas las voces, siguiera publicando notas de Kissinger.

Un importante editor del diario firma con su nombre y apellido la réplica a ese lector -que se atrevió a criticar que Clarín publicara a Kissinger- diciendo que podía ser un criminal de guerra -porque el lector hacía hincapié en eso y en que era como si se le diera cabida como columnista al general Videla-, pero que era una persona muy influyente que había participado de muchos asuntos de la historia contemporánea y por lo tanto iban a seguir publicándole porque eso no les parecía mal.

Digo esto porque son muchos puntos que aparecen sueltos pero que si uno los ata empiezan a conformar la trama de todo lo que significa Clarín como parte de ese poder económico mundial del que hablamos.

Para concluir, y porque estoy tomándome más tiempo del que me corresponde, quiero ir a la segunda parte del crecimiento impresionante de Clarín como monopolio, como grupo económico, ya que volverá a tener una incidencia clave durante el gobierno de Carlos Menem -y me costó decir el nombre...

SR. RECALDE Puede decirle Méndez. (Risas.)

SR. DÍAZ Méndez tampoco es bueno porque nos quiere mandar a vivir a Cuba, sobre todo a los trabajadores por la persecución que tiene hacia nuestro sindicalismo. (Aplausos.)

En la segunda etapa que arranca en los 90, el trabajo que va a hacer Kissinger para que Clarín cobre cada vez más dimensión es tan importante o tan trascendente como el de Papel Prensa.

Ustedes habrán oído hablar del consenso de Washington, que expresado así parece que fuera algo que estableció pautas de las que todos se anoticiaron y las pusieron en práctica. En realidad, se trató de una reunión en Washington de la que participaron prácticamente todos los presidentes de Iberoamérica, los ministros más importantes y los secretarios de Estado.

¿Cuál era el motivo central de esa reunión? Casi todos esos países habían salido de un período de dictadura militar y estaban viviendo esta democracia de pleno ajuste que conocimos hasta hace seis o siete años, en la que el único cambio -importante y desde ya positivo- era que no estaban las fuerzas armadas controlando; pero la cuestión básica, el bienestar de los pueblos y la condición de dignidad que merecen los trabajadores, seguía igual que bajo la dictadura porque no había cambiado el eje del modelo económico-social.

A partir de que la dictadura se había ido, en todos nuestros países comenzaron a surgir los movimientos que pedían la reivindicación como actores protagónicos y el discurso neoliberal ya no alcanzaba.

En esa reunión del consenso de Washington de la que participa -entre otros representantes del poder mundial y del gobierno de los Estados Unidos- Henry Kissinger, se establece claramente que la explosión que comienza a darse en los medios audiovisuales en cada uno de los países pase a ser tomada por los propietarios de los diarios, sobre todo por aquellos que habían sido leales al modelo instalado por la dictadura de cada país en su momento.

Incluso se presentan dificultades, por ejemplo en Brasil no se iba a permitir, vamos a suponer, que el grupo O Globo controlara canales de televisión; según las leyes de cada país en algunos casos no estaba legislado pero en otros sí.

En Argentina específicamente nos regíamos por un decreto dictatorial de 1980, de las fuerzas armadas y del gobierno civil de Martínez de Hoz, que especificaba en su artículo 45 que los dueños de los grandes diarios no podían participar en la propiedad o -mejor dicho- que no podían detentar medios audiovisuales, canales de televisión y radios.

Es en esa reunión a la que el hombre de Anillaco -para no decir ni el apellido original ni tampoco Méndez- va acompañado por el entonces ministro de Obras Públicas, Roberto Dromi, que este último recibe la instrucción específica para que se derogue el famoso artículo 45 y se le permita a los grandes medios gráficos -fundamentalmente Clarín y Editorial Atlántida en menor medida- comprar medios audiovisuales.

A diferencia de lo que sucedía quince años atrás, cuando los diarios eran la base fundamental de la información, en los 90 el diario empezaba a dejarse de lado y buscábamos en la televisión y en las emisoras radiales otro tipo de información. Había que volver a construir el discurso del modelo neoliberal de los 90 y entonces, aquel artículo se deroga en nuestro país.

En Brasil hubo un caso parecido con O Globo, que no tenía canales de televisión ni emisoras radiales y se le permitió. De modo que cada país adaptó la legislación para seguir cumpliendo el rol de estos grandes medios de comunicación.

Como dato final, en la actualidad todavía mucha gente se pregunta sobre la famosa pesificación de los 3 mil millones de dólares del grupo Clarín y cómo ese diario, que todos sabemos es la Coca-Cola de los medios por la forma en que se consumen sus productos y por el fabuloso ingreso monetario que tiene, se endeudó por 3 mil millones de dólares.

En realidad, Clarín se endeudó porque a partir de la ley Dromi y del nuevo impulso de estos medios que se requería por el consenso de Washington, empezó a comprar todos los canales de cable, primero de la provincia de Buenos Aires y después de la Argentina.

El tío de un ex compañero mío, actual locutor del noticiero de Canal 7, Félix Taylor, era el dueño del canal de cable Dardo Rocha de la ciudad de La Plata, que creo tenía quince mil abonados. En 1993 el grupo Clarín le ofreció 12 millones de pesos/dólares y no dudó en desprenderse de eso porque era una oferta que no podía rechazarse. Si multiplicamos esa cifra por la cantidad de canales de todo el país que el grupo fue comprando, ¿cuál era el objetivo de Clarín?

Primero, el de copar la información y tener adoctrinado y formado a todo un pueblo por el mensaje que empezaban a mandar desde ese momento y que siguen mandando hoy.

Pero segundo, el gran negocio que todavía no estaba tan vigente como hoy, que era lo del triple play, es decir, que el cablecito del canal de cable servía al negocio de la telefonía y el negocio de Internet. Ellos se anticiparon.

Recuerdo un discurso de Magnetto que hablaba de la famosa autopista -se refería a Internet, teléfono y canales de televisión por cable- y que en los próximos años -hablaba del siglo XXI-, todo se iba a dirimir ahí. Ellos querían la autopista para ellos solos, para que circulara nada más que un mensaje, el de ellos, cobrando peaje como lo hacen.

Voy a terminar acá, tengo muchísimas más cosas para decir pero no quiero abusar más del tiempo.

Como conclusión, no dejemos de ver que estamos hablando en este caso del grupo Clarín, de una corporación que forma parte del poder económico mundial y que por lo tanto es enemigo de toda la Argentina. Muchas gracias. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Gracias Claudio Díaz, periodista.

Habiendo pasado once oradores por esta etapa de la audiencia de la mañana vamos a retomar 3 y media de la tarde con la segunda tanda de los participantes.

Les quiero recordar que paralelamente a esta audiencia, en la provincia de Entre Ríos, el Ministerio de Economía sigue con los foros que antes había mencionado el diario El Tribuno de Tucumán, con los diarios de la región para la confección del preproyecto de marco regulatorio que va a acompañar el proyecto que declara de interés público la fabricación de papel para diarios enviado por el Poder Ejecutivo.

- Es la hora 12 y 47.