COMERCIO
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P01 Oficina 107
Jefe SRA. SARA GABRIELA M
Martes 14.00hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2108 Internos 2108/10/49
ccomercio@hcdn.gob.ar
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los treinta días del mes de septiembre, a la hora 10 y 35:
SRA. PRESENTADORA Tengan ustedes muy buenos días. Les doy la bienvenida en nombre de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Nos encontramos aquí reunidos para llevar a cabo la última jornada de audiencias de carácter público convocadas por la Comisión de Comercio de esta Honorable Cámara y por su presidenta, la señora diputada nacional Juliana Di Tullio. Las mismas han tenido como eje central del debate el tema del papel prensa. Como he dicho, hoy es la última jornada en que se celebrará esta audiencia pública.
Voy a dar lectura de la convocatoria que dio origen a esta audiencia. Dice así: "Autoridad convocante. La Comisión de Comercio, de acuerdo con el artículo 114 bis del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y conforme lo acordado en la reunión realizada el día 7 de septiembre de 2010, ha dispuesto convocar a una audiencia pública.
"Objeto. Consideración de los expedientes:
" 0024-pe-2010 (TP. N° 121).- Mensaje número 1.208 y proyecto de ley del 27 de agosto de 2010 por el cual se declara de interés público, la fabricación, comercialización y distribución de pasta de celulosa y de papel para diarios. (Comercio, Comunicaciones e Informática, Libertad de Expresión, Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento).
" 6422-d-2010 (TP. N° 124).- De Marchi: de ley. Papel Prensa Sociedad Anónima. Llámase a licitación pública nacional para proceder a la venta de las acciones de titularidad del Estado nacional. (Comercio, Comunicaciones e Informática, Libertad de Expresión, Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento).
"Fecha, hora y lugar de celebración. La Audiencia Pública se llevará a cabo en el Auditorium de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, sito en la calle Riobamba 25 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los días 16, 21, 23, 28 y 30 de septiembre de 2010, desde las 10 hasta las 18 horas.
"Normativas. Se desarrollará con arreglo a las previsiones del artículo 114 bis del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
"Vista de los expedientes, inscripción para ser participante y presentación de la documentación relacionada con el objeto de la audiencia. Los interesados, podrán tomar vista de los expedientes vinculados al objeto de la Audiencia Pública a través de la página Web de la Honorable Cámara de Diputados: www.hcdn.gov.ar
"La inscripción de los participantes se llevará a
cabo en la Presidencia de la Comisión de Comercio o en la sede administrativa de la misma, a partir del día 9 de septiembre de 2010, en el horario de 10 a 17 horas, en Riobamba 25, piso segundo, Oficina 211 (Presidencia) u Oficina 108 del primer piso (Sede Administrativa), Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con el objeto de facilitar la inscripción en el registro de participantes, los interesados también podrán inscribirse, por e-mail a: ccomercio@hcdn.gov.ar o telefónicamente al 6310-7188 o al 6310-7100, interno 2110. Al momento de la inscripción podrán presentar sus ponencias en un documento en soporte papel (hasta doce páginas tamaño A4) y en soporte CD.
"Publicación de las ponencias realizadas durante la Audiencia Pública. En la Audiencia Pública no se adoptarán resoluciones, pero las ponencias serán puestas a disposición de todos los ciudadanos en la página Web de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación: www.hcdn.gov.ar"
A continuación escucharemos a la señora diputada nacional Juliana Di Tullio.
Voy a dar lectura de la convocatoria que dio origen a esta audiencia. Dice así: "Autoridad convocante. La Comisión de Comercio, de acuerdo con el artículo 114 bis del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y conforme lo acordado en la reunión realizada el día 7 de septiembre de 2010, ha dispuesto convocar a una audiencia pública.
"Objeto. Consideración de los expedientes:
" 0024-pe-2010 (TP. N° 121).- Mensaje número 1.208 y proyecto de ley del 27 de agosto de 2010 por el cual se declara de interés público, la fabricación, comercialización y distribución de pasta de celulosa y de papel para diarios. (Comercio, Comunicaciones e Informática, Libertad de Expresión, Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento).
" 6422-d-2010 (TP. N° 124).- De Marchi: de ley. Papel Prensa Sociedad Anónima. Llámase a licitación pública nacional para proceder a la venta de las acciones de titularidad del Estado nacional. (Comercio, Comunicaciones e Informática, Libertad de Expresión, Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento).
"Fecha, hora y lugar de celebración. La Audiencia Pública se llevará a cabo en el Auditorium de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, sito en la calle Riobamba 25 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los días 16, 21, 23, 28 y 30 de septiembre de 2010, desde las 10 hasta las 18 horas.
"Normativas. Se desarrollará con arreglo a las previsiones del artículo 114 bis del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
"Vista de los expedientes, inscripción para ser participante y presentación de la documentación relacionada con el objeto de la audiencia. Los interesados, podrán tomar vista de los expedientes vinculados al objeto de la Audiencia Pública a través de la página Web de la Honorable Cámara de Diputados: www.hcdn.gov.ar
"La inscripción de los participantes se llevará a
cabo en la Presidencia de la Comisión de Comercio o en la sede administrativa de la misma, a partir del día 9 de septiembre de 2010, en el horario de 10 a 17 horas, en Riobamba 25, piso segundo, Oficina 211 (Presidencia) u Oficina 108 del primer piso (Sede Administrativa), Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con el objeto de facilitar la inscripción en el registro de participantes, los interesados también podrán inscribirse, por e-mail a: ccomercio@hcdn.gov.ar o telefónicamente al 6310-7188 o al 6310-7100, interno 2110. Al momento de la inscripción podrán presentar sus ponencias en un documento en soporte papel (hasta doce páginas tamaño A4) y en soporte CD.
"Publicación de las ponencias realizadas durante la Audiencia Pública. En la Audiencia Pública no se adoptarán resoluciones, pero las ponencias serán puestas a disposición de todos los ciudadanos en la página Web de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación: www.hcdn.gov.ar"
A continuación escucharemos a la señora diputada nacional Juliana Di Tullio.
SRA. DI TULLIO Buenos días a todos y todas. Agradezco la presencia de los expositores, del público en general y de la señora diputada que acaba de llegar. En este momento hay varias reuniones conjuntas de comisiones, por lo que estamos esperando a los señores diputados que están participando de ellas para que vengan a esta audiencia pública.
Esperamos la presencia de todos los señores diputados, si bien en general los integrantes de la oposición no han venido, los seguimos esperando.
Quisiera recordarles que cada expositor tiene diez minutos para su ponencia y que pueden dejarla por escrito. De todas maneras, contamos con taquígrafos en la sala y por lo tanto todas las presentaciones serán incluidas en la versión taquigráfica en la página web de la Cámara y de la Comisión de Comercio. Durante el transcurso de las exposiciones no hay lugar a preguntas.
En esta etapa de la mañana y hasta el receso a las 13 horas -o hasta que se terminen las ponencias- contamos con once expositores y continuaremos con los últimos dieciséis por la tarde.
Tiene la palabra el doctor Eduardo Barcesat, abogado, constitucionalista y docente de la UBA.
Esperamos la presencia de todos los señores diputados, si bien en general los integrantes de la oposición no han venido, los seguimos esperando.
Quisiera recordarles que cada expositor tiene diez minutos para su ponencia y que pueden dejarla por escrito. De todas maneras, contamos con taquígrafos en la sala y por lo tanto todas las presentaciones serán incluidas en la versión taquigráfica en la página web de la Cámara y de la Comisión de Comercio. Durante el transcurso de las exposiciones no hay lugar a preguntas.
En esta etapa de la mañana y hasta el receso a las 13 horas -o hasta que se terminen las ponencias- contamos con once expositores y continuaremos con los últimos dieciséis por la tarde.
Tiene la palabra el doctor Eduardo Barcesat, abogado, constitucionalista y docente de la UBA.
SR. BARCESAT Muchas gracias por la invitación.
Voy a formular dos bocetos y dos propuestas a propósito de la ley que declara de interés público la fabricación, distribución y comercialización del papel para diarios.
El primero de esos bocetos se refiere al sentido de la información, del saber en general y el segundo estará destinado a la idea de la igualdad ante la ley.
Voy a remontarme un poco en el tiempo, unos dos mil años antes de nuestra era, en aquello que consideramos la cuna de la civilización de Occidente donde se generaron leyendas indocumentadas que intentaban normalizar la conducta allí donde no había un aparato de Estado muy eficiente; me refiero a la sociedad griega.
Si uno recorre esas creaciones mitológicas, me refiero a las leyendas indocumentadas de Tántalo, de Prometeo y de Sísifo, los bienamados de los dioses son sin embargo condenados a suplicios inenarrables, casi imposibles de ser asimilados por su crueldad. ¿Cuál era el pecado que habían cometido los bienamados de los dioses? Habían pretendido apropiarse de la antorcha del saber.
El gran desafío a los dioses -léase a los poderosos- es apropiarse de la antorcha del saber, democratizar y llevar al pueblo esa antorcha, ese conocimiento, factor fundamental para la condición humana.
Podría proseguir este relato recordando también que el árbol del fruto prohibido del relato bíblico no era por cierto el árbol de la sexualidad; el fruto prohibido era el del árbol del saber y la condena proviene también de haber pretendiendo apropiarse del saber desafiando a los dioses -léase, a los poderosos.
Más luego, ya en la historia social, advertimos que el conocimiento se va convirtiendo paulatinamente -diría de manera irrefrenable- en el valor más preciado en la producción de mercancía y prestación de servicios.
Si el conocimiento es aquello que posibilita abreviar el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir mejores mercancías y mejores servicios, evidentemente se ha convertido en el valor más importante de aquello que reconocemos como fuerza del trabajo.
Reducir el tiempo de trabajo socialmente necesario es incrementar el conocimiento, pero para hacerlo hay que posibilitar el acceso uniforme a dicho conocimiento. Es decir, que en la dimensión de lo universal -en el todos o el para todos que predica la semántica constitucional- se pueda configurar efectivamente ese acceso al conocimiento y a la información.
Voy a tomar el Paradigma de Habermas de acción comunicativa cuando refiere y expresa: no nos relacionamos con las cosas, a propósito del conocimiento, nos relacionamos entre seres humanos y a propósito del conocimiento. Y según sea la forma de esta relación será el resultado de la práctica.
Es decir, será una práctica democrática si la forma de acceso es democrática o será autoritaria, si los conocimientos vienen informados en una cierta verticalidad direccional o respondiendo a intereses particulares -mal presentados como interés general de la sociedad.
Concluyo con la afirmación relacionada con la información que pudo introducirse dificultosamente con un arduo debate en la Convención Constituyente de 1994. Me refiero a la cláusula 42 de la Constitución cuando se refiere a derechos de usuarios y de consumidores y expresa la obligación de brindar información veraz y adecuada.
Quiero recordar a quienes no hayan presenciado o leído los debates que originalmente la cláusula elaborada en la Comisión de Nuevos Derechos no tenía esta mención. Fue un trabajo casi sobrehumano lograr que en la sesión plenaria se introdujera el recaudo de información veraz y adecuada como uno de los derechos que integran los derechos de usuarios y consumidores.
¿Qué se oponía a esta formulación que parece tan inocente o tan desprovista de implicancias constitucionales? El lobby de los medios de comunicación que rodearon y presionaron a la Convención Constituyente. Repito, conseguimos introducirla en el último minuto del debate de la sesión plenaria ya que no había podido lograrse durante la discusión en la comisión específica.
Por lo tanto, esto demuestra la importancia que tiene tanto en su significación económica como institucional el acceso a la información, a la distribución, circulación y consumo de la información con ese deber de proveer una información veraz y adecuada.
En cuanto a la igualdad de condiciones para el acceso al derecho de la información, también en este punto me voy a remontar dos mil quinientos años atrás pero esta vez para mencionar a un conocido filósofo, Aristóteles.
Quiero aclarar que la mención que voy a hacer no está en algunas ediciones de la obra Ética a Nicómaco, sino que me guié por The Great Book, La Enciclopedia Británica, que cuenta con dos expresiones que no aparecen en otras publicaciones de la obra de Aristóteles. La expresión "lucha de clases" y la que tomo ahora relacionada con que si un derecho igual se aplica a aquellos que están en condiciones desiguales de existencia real, el derecho igual lo que hace es profundizar la desigualdad real.
El derecho tiene que ser desigual para posibilitar una igualdad real en las condiciones de existencial social. ¡Vaya que se adelantó Aristóteles!
Ahora quisiera hacer otra cita con un poco más de humor. Me refiero a una de Anatole France, el gran historiador de la Revolución Francesa, cuando proclamaba: "La ley francesa es igualitaria. Prohíbe a todos, tanto a los ricos como a los pobres, dormir bajo los puentes de París."
Queremos una ley que sea igualitaria tal como dice el proyecto del Poder Ejecutivo en su artículo 2º, inciso b). Es decir, que todos los medios pueden acceder en igualdad de condiciones a este servicio, a este insumo esencial que es la provisión del papel, soporte material de la palabra y que por lo tanto implica el conocimiento, la información en igualdad de condiciones en su distribución y consumo.
Tengo dos sugerencias para formular. La primera de ellas es que en los extensos fundamentos del proyecto -por cierto brillantes- se agregue el artículo 42 de la Constitución nacional en cuanto expresa el deber de proveer información veraz y adecuada, ya que si hay algún lugar donde debe ser exigido, ese lugar es precisamente el de la información pública.
El segundo aporte que quiero hacer, sería que en el órgano federal o consejo consultivo que va a colaborar con la comisión bicameral de seguimiento de esta iniciativa legisferante se incorpore a los usuarios y consumidores de información, para que no solamente los productores de información estén representados en dicho órgano sino también aquellos que consumen la información y de esta manera pueda darse el circuito completo.
Finalmente, retomando la imagen inicial, invito al Honorable Congreso de la Nación a que tome la antorcha del saber, que sirve para iluminar y no para quemarse. (Aplausos.)
Voy a formular dos bocetos y dos propuestas a propósito de la ley que declara de interés público la fabricación, distribución y comercialización del papel para diarios.
El primero de esos bocetos se refiere al sentido de la información, del saber en general y el segundo estará destinado a la idea de la igualdad ante la ley.
Voy a remontarme un poco en el tiempo, unos dos mil años antes de nuestra era, en aquello que consideramos la cuna de la civilización de Occidente donde se generaron leyendas indocumentadas que intentaban normalizar la conducta allí donde no había un aparato de Estado muy eficiente; me refiero a la sociedad griega.
Si uno recorre esas creaciones mitológicas, me refiero a las leyendas indocumentadas de Tántalo, de Prometeo y de Sísifo, los bienamados de los dioses son sin embargo condenados a suplicios inenarrables, casi imposibles de ser asimilados por su crueldad. ¿Cuál era el pecado que habían cometido los bienamados de los dioses? Habían pretendido apropiarse de la antorcha del saber.
El gran desafío a los dioses -léase a los poderosos- es apropiarse de la antorcha del saber, democratizar y llevar al pueblo esa antorcha, ese conocimiento, factor fundamental para la condición humana.
Podría proseguir este relato recordando también que el árbol del fruto prohibido del relato bíblico no era por cierto el árbol de la sexualidad; el fruto prohibido era el del árbol del saber y la condena proviene también de haber pretendiendo apropiarse del saber desafiando a los dioses -léase, a los poderosos.
Más luego, ya en la historia social, advertimos que el conocimiento se va convirtiendo paulatinamente -diría de manera irrefrenable- en el valor más preciado en la producción de mercancía y prestación de servicios.
Si el conocimiento es aquello que posibilita abreviar el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir mejores mercancías y mejores servicios, evidentemente se ha convertido en el valor más importante de aquello que reconocemos como fuerza del trabajo.
Reducir el tiempo de trabajo socialmente necesario es incrementar el conocimiento, pero para hacerlo hay que posibilitar el acceso uniforme a dicho conocimiento. Es decir, que en la dimensión de lo universal -en el todos o el para todos que predica la semántica constitucional- se pueda configurar efectivamente ese acceso al conocimiento y a la información.
Voy a tomar el Paradigma de Habermas de acción comunicativa cuando refiere y expresa: no nos relacionamos con las cosas, a propósito del conocimiento, nos relacionamos entre seres humanos y a propósito del conocimiento. Y según sea la forma de esta relación será el resultado de la práctica.
Es decir, será una práctica democrática si la forma de acceso es democrática o será autoritaria, si los conocimientos vienen informados en una cierta verticalidad direccional o respondiendo a intereses particulares -mal presentados como interés general de la sociedad.
Concluyo con la afirmación relacionada con la información que pudo introducirse dificultosamente con un arduo debate en la Convención Constituyente de 1994. Me refiero a la cláusula 42 de la Constitución cuando se refiere a derechos de usuarios y de consumidores y expresa la obligación de brindar información veraz y adecuada.
Quiero recordar a quienes no hayan presenciado o leído los debates que originalmente la cláusula elaborada en la Comisión de Nuevos Derechos no tenía esta mención. Fue un trabajo casi sobrehumano lograr que en la sesión plenaria se introdujera el recaudo de información veraz y adecuada como uno de los derechos que integran los derechos de usuarios y consumidores.
¿Qué se oponía a esta formulación que parece tan inocente o tan desprovista de implicancias constitucionales? El lobby de los medios de comunicación que rodearon y presionaron a la Convención Constituyente. Repito, conseguimos introducirla en el último minuto del debate de la sesión plenaria ya que no había podido lograrse durante la discusión en la comisión específica.
Por lo tanto, esto demuestra la importancia que tiene tanto en su significación económica como institucional el acceso a la información, a la distribución, circulación y consumo de la información con ese deber de proveer una información veraz y adecuada.
En cuanto a la igualdad de condiciones para el acceso al derecho de la información, también en este punto me voy a remontar dos mil quinientos años atrás pero esta vez para mencionar a un conocido filósofo, Aristóteles.
Quiero aclarar que la mención que voy a hacer no está en algunas ediciones de la obra Ética a Nicómaco, sino que me guié por The Great Book, La Enciclopedia Británica, que cuenta con dos expresiones que no aparecen en otras publicaciones de la obra de Aristóteles. La expresión "lucha de clases" y la que tomo ahora relacionada con que si un derecho igual se aplica a aquellos que están en condiciones desiguales de existencia real, el derecho igual lo que hace es profundizar la desigualdad real.
El derecho tiene que ser desigual para posibilitar una igualdad real en las condiciones de existencial social. ¡Vaya que se adelantó Aristóteles!
Ahora quisiera hacer otra cita con un poco más de humor. Me refiero a una de Anatole France, el gran historiador de la Revolución Francesa, cuando proclamaba: "La ley francesa es igualitaria. Prohíbe a todos, tanto a los ricos como a los pobres, dormir bajo los puentes de París."
Queremos una ley que sea igualitaria tal como dice el proyecto del Poder Ejecutivo en su artículo 2º, inciso b). Es decir, que todos los medios pueden acceder en igualdad de condiciones a este servicio, a este insumo esencial que es la provisión del papel, soporte material de la palabra y que por lo tanto implica el conocimiento, la información en igualdad de condiciones en su distribución y consumo.
Tengo dos sugerencias para formular. La primera de ellas es que en los extensos fundamentos del proyecto -por cierto brillantes- se agregue el artículo 42 de la Constitución nacional en cuanto expresa el deber de proveer información veraz y adecuada, ya que si hay algún lugar donde debe ser exigido, ese lugar es precisamente el de la información pública.
El segundo aporte que quiero hacer, sería que en el órgano federal o consejo consultivo que va a colaborar con la comisión bicameral de seguimiento de esta iniciativa legisferante se incorpore a los usuarios y consumidores de información, para que no solamente los productores de información estén representados en dicho órgano sino también aquellos que consumen la información y de esta manera pueda darse el circuito completo.
Finalmente, retomando la imagen inicial, invito al Honorable Congreso de la Nación a que tome la antorcha del saber, que sirve para iluminar y no para quemarse. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Antes de otorgar el uso de la palabra al próximo orador, la Presidencia cumple en informar que en estos momentos se está realizando en el Chaco el tercer foro sobre Papel Prensa, con la presencia del Ministerio de Economía y los diarios de dicha provincia. Este foro, al igual que otros que se están llevando adelante en el país, contribuirá con su aporte al marco normativo que acompañará al proyecto de ley.
Tiene la palabra palabra el señor Juan Amarilla, quien ha venido en representación del diario El Comercial, de Formosa.
Tiene la palabra palabra el señor Juan Amarilla, quien ha venido en representación del diario El Comercial, de Formosa.
SR. AMARILLA Señora presidenta: soy un pequeño editor de Formosa. Ingresé a esta profesión, a la que tuve la suerte de integrarme desde las bases porque fui canillita de otro medio, hace dos décadas.
Quiero reseñar la historia de la lucha que hemos librado desde el nacimiento de nuestro diario -allá por la década del 90- por obtener el insumo básico. Rescato el trabajo realizado por el editor de Ámbito Financiero, el señor Ramos -hoy desaparecido-, a quien tuve el honor de acompañar en aquella época en esta lucha en la que ahora, por suerte, se ha involucrado el gobierno nacional.
Formábamos parte de un pequeño grupo que no tenía acceso a un cupo de Papel Prensa. El señor Ramos encabezaba esa guerra virtual que hoy, cuando desgraciadamente ya no está entre nosotros, continúa, porque era no sólo por el insumo básico para la producción del diario sino también por el formato electrónico.
También recuerdo sus peleas virtuales por la transmisión de los partidos. Digo "virtuales" porque éramos pocos; en el caso de la guerra contra TyC, por ejemplo, la lucha fue casi en soledad.
A partir de aquella embestida del señor Ramos, con la que él no se benefició -los beneficiarios fuimos los pequeños editores, y en este punto recuerdo la participación del señor Linari, quien representaba la parte de pautas publicitarias-, tuvimos la suerte de acceder a un cupo en Papel Prensa. Estoy hablando de mediados de la década del 90, cuando a partir de una negociación comenzamos a comprar papel.
Antes comprábamos las bobinas a los revendedores. Lo mismo le pasaba a Página 12, que compraba día tras día. Pero a partir de la obtención de ese cupo, por suerte siempre tuvimos papel. Pero no era suficiente; a veces, al ser un pequeño medio, teníamos que incorporar algún juego o promoción para incrementar la tirada. En esos casos, debíamos salir a comprar papel a los importadores; cuando surgió Papel de Tucumán, también le comprábamos a ellos.
De manera que la historia del papel y los insumos para los diarios ya la conocemos bien. Y sabemos lo crítico que es.
Por supuesto que a partir de 2001 cambió; la tirada disminuyó y ahí bajamos nuestra circulación y cerramos tres medios que teníamos: uno en Reconquista, que era el NEA; uno en Santa Fe a la mañana, que era el diario La Provincia, y un insert del mismo diario en Rosario, antes de que saliera El Ciudadano. Insisto en que para cubrir todo eso tuvimos que comprar el papel a revendedores.
Hago esta historia porque tengo que rescatar también que Papel Prensa nunca nos dejó de vender, pero siempre nos limitó en cuanto a cupos y condiciones cada vez más estrictas. Primero teníamos treinta días y pagábamos con cheques. Después teníamos que pagar por adelantado y posteriormente mediante transferencias. Esa es nuestra realidad.
En 2003 comenzamos a mejorar nuestra tirada y empezamos a pedir aumento del cupo. Ahí tuvimos problemas. La economía empezó a mejorar y, por ende, se vendían más diarios. Ahí tuvimos que recurrir nuevamente a los revendedores, importadores y demás. Por suerte en 2008 comenzamos a hablar con algunos editores del interior y algunos locales aquí también, y pudimos constituir una cooperativa que vino a suplir ese vacío, que es DIPRA, de la cual somos integrantes, y ahí el flagelo del papel para nosotros pasó a ser una historia.
Mientras importamos no nos faltó papel. Y ahora, últimamente y milagrosamente, a partir de una movida de Papel Prensa también nos está ofreciendo un cupo mayor. No sé si es porque sobra papel o porque la política del gobierno les está abriendo la mente para vender a los pequeños editores del interior.
En 2003 ya veíamos lo que se venía porque nosotros mejoramos nuestra distribución y venta y teníamos el problema. Entonces propusimos, con un grupo de editores y gente que estaba en el gobierno y que hoy sigue estando, que el director de Papel Prensa tendría que ser alguien que estuviera en la actividad privada. Tengo testigos para documentar eso, es decir, lo que nosotros propusimos en 2003, cuando estaba el entonces diputado Dovena, al cual pedí una audiencia y que nunca tuve la suerte de que me atendiera.
Por supuesto que ahora con DIPRA estamos más tranquilos porque al poder importar el papel ya no es un flagelo. Ahora, por ejemplo, estamos mejorando nuestra distribución a través de promociones que estamos haciendo, y reitero que Papel Prensa ahora aparece con su propuesta.
Nuestra propuesta, para que los señores diputados la estudien, es que nadie sabe -yo por lo menos no lo sé- cuánto se está produciendo. Siempre decían que había falta. Papel Prensa decía que no producía para todos los editores y que por eso se importaba.
Yo no puedo saber si no tengo acceso a esos números y si no tengo alguien que me lo explique. No sé si hoy falta o sobra papel. Considero que saberlo sería la tarea de los directores o de aquellos que tienen participación en la empresa.
La sugerencia es que los diarios del interior participemos, aunque sea del control, si no tenemos participación accionaria. Si el Estado puede ocuparse y ayudarnos a ser parte -aunque sea con un porcentaje mínimo- creo que podría andar mejor y se podría controlar.
Con respecto a la empresa, tampoco sé cómo compra el resto. Nosotros no consumimos como los grandes editores de "La Nación" o de "Clarín", pero creemos que los ciento setenta diarios chicos que somos debemos tener un cupo interesante para también tener buen precio.
Nuestra propuesta para los señores diputados es que participemos, no sólo en el área de control sino que nos den la posibilidad de hacerlo accionariamente.
De manera eventual, si hace falta papel y se sustituyen inversiones, que participe el Estado o que lo hagamos todos de una u otra forma para que se aumente la producción y se deje de importar papel.
Para finalizar, quiero rescatar que esta es una vieja idea de un pequeño grupo de editoriales, hoy ampliado ya que en DYPRA somos muchos más y estamos haciendo conciencia para seguir involucrándonos.
Si bien esta es la primera vez que estoy aquí y no estoy preparado, no quiero dejar de remarcar la posibilidad que nos dio el gobierno; estoy decidido a acompañar cualquier proyecto que mejore e integre a los medios del interior que estamos bastante olvidados no sólo por el problema del papel sino por la pauta publicitaria que es nuestro mayor problema.
Hoy puede haber producción, se puede importar y puede haber papel pero los diarios no recibimos pauta y también me gustaría que eso se incluya en el proyecto. (Aplausos.)
Quiero reseñar la historia de la lucha que hemos librado desde el nacimiento de nuestro diario -allá por la década del 90- por obtener el insumo básico. Rescato el trabajo realizado por el editor de Ámbito Financiero, el señor Ramos -hoy desaparecido-, a quien tuve el honor de acompañar en aquella época en esta lucha en la que ahora, por suerte, se ha involucrado el gobierno nacional.
Formábamos parte de un pequeño grupo que no tenía acceso a un cupo de Papel Prensa. El señor Ramos encabezaba esa guerra virtual que hoy, cuando desgraciadamente ya no está entre nosotros, continúa, porque era no sólo por el insumo básico para la producción del diario sino también por el formato electrónico.
También recuerdo sus peleas virtuales por la transmisión de los partidos. Digo "virtuales" porque éramos pocos; en el caso de la guerra contra TyC, por ejemplo, la lucha fue casi en soledad.
A partir de aquella embestida del señor Ramos, con la que él no se benefició -los beneficiarios fuimos los pequeños editores, y en este punto recuerdo la participación del señor Linari, quien representaba la parte de pautas publicitarias-, tuvimos la suerte de acceder a un cupo en Papel Prensa. Estoy hablando de mediados de la década del 90, cuando a partir de una negociación comenzamos a comprar papel.
Antes comprábamos las bobinas a los revendedores. Lo mismo le pasaba a Página 12, que compraba día tras día. Pero a partir de la obtención de ese cupo, por suerte siempre tuvimos papel. Pero no era suficiente; a veces, al ser un pequeño medio, teníamos que incorporar algún juego o promoción para incrementar la tirada. En esos casos, debíamos salir a comprar papel a los importadores; cuando surgió Papel de Tucumán, también le comprábamos a ellos.
De manera que la historia del papel y los insumos para los diarios ya la conocemos bien. Y sabemos lo crítico que es.
Por supuesto que a partir de 2001 cambió; la tirada disminuyó y ahí bajamos nuestra circulación y cerramos tres medios que teníamos: uno en Reconquista, que era el NEA; uno en Santa Fe a la mañana, que era el diario La Provincia, y un insert del mismo diario en Rosario, antes de que saliera El Ciudadano. Insisto en que para cubrir todo eso tuvimos que comprar el papel a revendedores.
Hago esta historia porque tengo que rescatar también que Papel Prensa nunca nos dejó de vender, pero siempre nos limitó en cuanto a cupos y condiciones cada vez más estrictas. Primero teníamos treinta días y pagábamos con cheques. Después teníamos que pagar por adelantado y posteriormente mediante transferencias. Esa es nuestra realidad.
En 2003 comenzamos a mejorar nuestra tirada y empezamos a pedir aumento del cupo. Ahí tuvimos problemas. La economía empezó a mejorar y, por ende, se vendían más diarios. Ahí tuvimos que recurrir nuevamente a los revendedores, importadores y demás. Por suerte en 2008 comenzamos a hablar con algunos editores del interior y algunos locales aquí también, y pudimos constituir una cooperativa que vino a suplir ese vacío, que es DIPRA, de la cual somos integrantes, y ahí el flagelo del papel para nosotros pasó a ser una historia.
Mientras importamos no nos faltó papel. Y ahora, últimamente y milagrosamente, a partir de una movida de Papel Prensa también nos está ofreciendo un cupo mayor. No sé si es porque sobra papel o porque la política del gobierno les está abriendo la mente para vender a los pequeños editores del interior.
En 2003 ya veíamos lo que se venía porque nosotros mejoramos nuestra distribución y venta y teníamos el problema. Entonces propusimos, con un grupo de editores y gente que estaba en el gobierno y que hoy sigue estando, que el director de Papel Prensa tendría que ser alguien que estuviera en la actividad privada. Tengo testigos para documentar eso, es decir, lo que nosotros propusimos en 2003, cuando estaba el entonces diputado Dovena, al cual pedí una audiencia y que nunca tuve la suerte de que me atendiera.
Por supuesto que ahora con DIPRA estamos más tranquilos porque al poder importar el papel ya no es un flagelo. Ahora, por ejemplo, estamos mejorando nuestra distribución a través de promociones que estamos haciendo, y reitero que Papel Prensa ahora aparece con su propuesta.
Nuestra propuesta, para que los señores diputados la estudien, es que nadie sabe -yo por lo menos no lo sé- cuánto se está produciendo. Siempre decían que había falta. Papel Prensa decía que no producía para todos los editores y que por eso se importaba.
Yo no puedo saber si no tengo acceso a esos números y si no tengo alguien que me lo explique. No sé si hoy falta o sobra papel. Considero que saberlo sería la tarea de los directores o de aquellos que tienen participación en la empresa.
La sugerencia es que los diarios del interior participemos, aunque sea del control, si no tenemos participación accionaria. Si el Estado puede ocuparse y ayudarnos a ser parte -aunque sea con un porcentaje mínimo- creo que podría andar mejor y se podría controlar.
Con respecto a la empresa, tampoco sé cómo compra el resto. Nosotros no consumimos como los grandes editores de "La Nación" o de "Clarín", pero creemos que los ciento setenta diarios chicos que somos debemos tener un cupo interesante para también tener buen precio.
Nuestra propuesta para los señores diputados es que participemos, no sólo en el área de control sino que nos den la posibilidad de hacerlo accionariamente.
De manera eventual, si hace falta papel y se sustituyen inversiones, que participe el Estado o que lo hagamos todos de una u otra forma para que se aumente la producción y se deje de importar papel.
Para finalizar, quiero rescatar que esta es una vieja idea de un pequeño grupo de editoriales, hoy ampliado ya que en DYPRA somos muchos más y estamos haciendo conciencia para seguir involucrándonos.
Si bien esta es la primera vez que estoy aquí y no estoy preparado, no quiero dejar de remarcar la posibilidad que nos dio el gobierno; estoy decidido a acompañar cualquier proyecto que mejore e integre a los medios del interior que estamos bastante olvidados no sólo por el problema del papel sino por la pauta publicitaria que es nuestro mayor problema.
Hoy puede haber producción, se puede importar y puede haber papel pero los diarios no recibimos pauta y también me gustaría que eso se incluya en el proyecto. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Héctor Amichetti, secretario adjunto de la Federación Gráfica Bonaerense.
SR. AMICHETTI Buenos días a todos. Yo soy el secretario adjunto de la Federación Gráfica Bonaerense, entidad que representa a veintiún mil trabajadores que trabajan todos los días en aproximadamente dos mil quinientos establecimientos gráficos de Capital y Gran Buenos Aires, muchos de los que consumen el comúnmente llamado papel de diario.
En las distintas audiencias aquí hubo expresiones in extenso con respecto a las dificultades que tienen los medios en relación con el acceso en igualdad de condiciones a ese insumo básico. Nosotros sufrimos esta situación doblemente. Es decir, por un lado lo que tiene que ver con limitar la libertad de expresión y por otro, lo relacionado con las fuentes de trabajo.
Hemos visto que la información a través de los medios gráficos tuvo que competir con el correr de los años cada vez más duramente con lo que era la televisión. Por ello fue necesario que el producto gráfico que brindaba información fuera mejorando y aumentando, teniendo no sólo mayor calidad en su impresión sino también más contenido.
En este punto era fundamental disponer o no de papel, poder agregar suplementos, ampliar y dar diversidad de información y de contenidos. Quienes manejaban el papel podían lograrlo y crecer, quienes no lo hacían estaban condenados a achicarse, a no poder competir con los medios audiovisuales y a desaparecer o entrar en fuertes crisis. Allí perdimos muchísimos puestos de trabajo producto de esta situación.
Mientras que quien manejaba el papel ampliaba, mantenía y crecía en su tirada, quien no lo manejaba se achicaba y despedía personal. Esto también ocurrió en el Gran Buenos Aires con lo que eran los periódicos regionales tan arraigados a lo que eran las localidades de esa provincia. Quien tenía el papel podía sacar el suplemento regional determinado día de la semana e ir con información muy local.
De esa forma fueron desapareciendo muchos diarios históricos y tradicionales que también daban trabajo a los empleados gráficos de las distintas localidades.
En el camino quedaron diarios, partes de diarios como "Crónica" y sus ediciones vespertinas, el diario "La Razón" -que después de vender las acciones de Papel Prensa presentó quiebra-, desaparecieron diarios como "Tiempo Argentino", "La Voz" y muchos otros de localidades del Gran Buenos Aires.
Asimismo quisiera referirme a otra ventaja que tuvieron quienes manejaban el papel y voy a marcar concretamente dos empresas. Una de ellas, el diario "La Nación", que además de producir el diario incorpora trabajos comerciales y empieza a imprimir los folletos de los supermercados -trabajo que hacían otras imprentas que no pudieron competir- haciendo ese tipo de publicaciones dentro de su propia imprenta y aprovechando las condiciones favorables que tenía para acceder al papel.
La otra empresa es Artes Gráficas Rioplatenses, perteneciente al grupo Clarín del sector obra, que no sólo hace la revista "Viva", sino también otro tipo de publicaciones y folletería para supermercados; en esas publicaciones siempre contó con la ventaja de poder acceder con privilegio al consumo de papel.
¡Qué casualidad! en las dos empresas se produjeron situaciones en las que se incorporó el sistema de la flexibilidad -no sin conflictos- tratando de abaratar los costos producto de los conflictos laborales.
Al igual que "La Nación" achicó personal, en Artes Gráficas Rioplatense durante el año 2004 por una situación de falta de respeto a los convenios laborales, se desató un conflicto y despidieron a más de cien trabajadores e inclusive a la comisión interna que hasta el día de hoy no ha sido reincorporada -utilizando los mismos mecanismos que utiliza el grupo para trabar jurídicamente todo lo que no les conviene, esto también lo hacen en el terreno laboral.
Es decir, que no sólo tuvieron la ventaja del papel -y la siguen teniendo en algunos casos-, sino que no respetaron las normas mínimas y básicas para competir en igualdad de condiciones con otras empresas que sí respetan las leyes laborales y la organización sindical; el mecanismo que utilizan es totalmente perverso.
Nosotros tenemos una cantidad de empresas muy perjudicadas por este tema del papel, casi todas son pymes. Contamos con un grupo importante de cooperativas, resultado de un gran esfuerzo y de una gran lucha por la recuperación de empresas.
El famoso proceso de las empresas recuperadas en nuestro gremio ha contado con el apoyo total de la organización sindical porque entendíamos que eran empresas que podían seguir con vida. Por esa razón, respaldamos a los compañeros para que las recuperaran, armamos una red de cooperativas gráficas -esta red está incorporada a Dypra- y batallamos en conjunto ya que varias de estas empresas recuperadas trabajan con el papel prensa y necesitan esa igualdad de condiciones.
Quisiera referirme a algo que tal vez no se ha remarcado lo suficiente. Estamos hablando de diarios de carácter nacional, de diarios regionales y del sacrificio de muchos diarios del interior pero también tenemos que referirnos a una parte muy importante vinculada con la libertad de expresión que son las publicaciones y los periódicos de las organizaciones del pueblo.
Es decir, organizaciones sociales, políticas y culturales; o sea que hay diversidad de publicaciones.
Quiero hacerlo en honor a nuestra experiencia, porque entiendo que la voluntad y las posibilidades están totalmente entrelazadas. Como gremio, hemos sido partícipes activos en la historia del diario que se conoció como La CGT de los Argentinos. Entre 1968 y 1972, publicó 55 números; cuando iba por el número 33, ya llevaba un millón de ejemplares vendidos. Se podía comprar en quioscos -salvo los últimos números, que se vendieron en la clandestinidad, de mano en mano- y tenía corresponsales populares.
Desde La CGT de los Argentinos se expresaba el pueblo, algo que jamás ocurría con los diarios comerciales. Se denunciaba a los monopolios, la corrupción, y se hacían investigaciones. Junto con nuestro secretario general, don Raimundo Ongaro, y la pluma brillante de Rodolfo Walsh, quedaba demostrado que con La CGT de los Argentinos era posible que el pueblo se expresara a través de su propia voz y no por intermedio de otras voces.
Creo que es una experiencia para tomar en cuenta. Por supuesto, hay infinidad de publicaciones con el mismo espíritu e igual sentido; pero chocan con la misma dificultad: en muchos casos, jamás pueden salir a la calle porque no están en condiciones de acceder al insumo básico, que es el papel. Es decir, está la voluntad pero no la posibilidad, porque no existe igualdad de oportunidades para que grupos de ese tipo puedan producir sus publicaciones. Como consecuencia de ello tampoco podemos conocer sus contenidos; es una oportunidad que nos estamos perdiendo al no poder salir esas publicaciones.
Fundamentalmente, quiero remarcar que este proyecto de ley alienta el entusiasmo y el espíritu de todos los que históricamente hemos defendido la plena libertad de expresión en un marco de igualdad de oportunidades, tomando inclusive -como decía el doctor Barcesat- a quienes va dirigida esa expresión. Muchas comunidades necesitan que ese periódico, esa publicación que producen, refleje lo que sienten; por eso es importante que puedan tener opinión y que ésta tenga peso.
Somos muchos los que estamos involucrados en este enorme desafío de lograr que sean declaradas de bien público la producción, la distribución y la comercialización del papel. Los trabajadores gráficos lo apoyamos decididamente y nos comprometemos a participar toda vez que sea necesario para librar esta gran batalla que se ha abierto en defensa de la libertad de expresión. (Aplausos.)
En las distintas audiencias aquí hubo expresiones in extenso con respecto a las dificultades que tienen los medios en relación con el acceso en igualdad de condiciones a ese insumo básico. Nosotros sufrimos esta situación doblemente. Es decir, por un lado lo que tiene que ver con limitar la libertad de expresión y por otro, lo relacionado con las fuentes de trabajo.
Hemos visto que la información a través de los medios gráficos tuvo que competir con el correr de los años cada vez más duramente con lo que era la televisión. Por ello fue necesario que el producto gráfico que brindaba información fuera mejorando y aumentando, teniendo no sólo mayor calidad en su impresión sino también más contenido.
En este punto era fundamental disponer o no de papel, poder agregar suplementos, ampliar y dar diversidad de información y de contenidos. Quienes manejaban el papel podían lograrlo y crecer, quienes no lo hacían estaban condenados a achicarse, a no poder competir con los medios audiovisuales y a desaparecer o entrar en fuertes crisis. Allí perdimos muchísimos puestos de trabajo producto de esta situación.
Mientras que quien manejaba el papel ampliaba, mantenía y crecía en su tirada, quien no lo manejaba se achicaba y despedía personal. Esto también ocurrió en el Gran Buenos Aires con lo que eran los periódicos regionales tan arraigados a lo que eran las localidades de esa provincia. Quien tenía el papel podía sacar el suplemento regional determinado día de la semana e ir con información muy local.
De esa forma fueron desapareciendo muchos diarios históricos y tradicionales que también daban trabajo a los empleados gráficos de las distintas localidades.
En el camino quedaron diarios, partes de diarios como "Crónica" y sus ediciones vespertinas, el diario "La Razón" -que después de vender las acciones de Papel Prensa presentó quiebra-, desaparecieron diarios como "Tiempo Argentino", "La Voz" y muchos otros de localidades del Gran Buenos Aires.
Asimismo quisiera referirme a otra ventaja que tuvieron quienes manejaban el papel y voy a marcar concretamente dos empresas. Una de ellas, el diario "La Nación", que además de producir el diario incorpora trabajos comerciales y empieza a imprimir los folletos de los supermercados -trabajo que hacían otras imprentas que no pudieron competir- haciendo ese tipo de publicaciones dentro de su propia imprenta y aprovechando las condiciones favorables que tenía para acceder al papel.
La otra empresa es Artes Gráficas Rioplatenses, perteneciente al grupo Clarín del sector obra, que no sólo hace la revista "Viva", sino también otro tipo de publicaciones y folletería para supermercados; en esas publicaciones siempre contó con la ventaja de poder acceder con privilegio al consumo de papel.
¡Qué casualidad! en las dos empresas se produjeron situaciones en las que se incorporó el sistema de la flexibilidad -no sin conflictos- tratando de abaratar los costos producto de los conflictos laborales.
Al igual que "La Nación" achicó personal, en Artes Gráficas Rioplatense durante el año 2004 por una situación de falta de respeto a los convenios laborales, se desató un conflicto y despidieron a más de cien trabajadores e inclusive a la comisión interna que hasta el día de hoy no ha sido reincorporada -utilizando los mismos mecanismos que utiliza el grupo para trabar jurídicamente todo lo que no les conviene, esto también lo hacen en el terreno laboral.
Es decir, que no sólo tuvieron la ventaja del papel -y la siguen teniendo en algunos casos-, sino que no respetaron las normas mínimas y básicas para competir en igualdad de condiciones con otras empresas que sí respetan las leyes laborales y la organización sindical; el mecanismo que utilizan es totalmente perverso.
Nosotros tenemos una cantidad de empresas muy perjudicadas por este tema del papel, casi todas son pymes. Contamos con un grupo importante de cooperativas, resultado de un gran esfuerzo y de una gran lucha por la recuperación de empresas.
El famoso proceso de las empresas recuperadas en nuestro gremio ha contado con el apoyo total de la organización sindical porque entendíamos que eran empresas que podían seguir con vida. Por esa razón, respaldamos a los compañeros para que las recuperaran, armamos una red de cooperativas gráficas -esta red está incorporada a Dypra- y batallamos en conjunto ya que varias de estas empresas recuperadas trabajan con el papel prensa y necesitan esa igualdad de condiciones.
Quisiera referirme a algo que tal vez no se ha remarcado lo suficiente. Estamos hablando de diarios de carácter nacional, de diarios regionales y del sacrificio de muchos diarios del interior pero también tenemos que referirnos a una parte muy importante vinculada con la libertad de expresión que son las publicaciones y los periódicos de las organizaciones del pueblo.
Es decir, organizaciones sociales, políticas y culturales; o sea que hay diversidad de publicaciones.
Quiero hacerlo en honor a nuestra experiencia, porque entiendo que la voluntad y las posibilidades están totalmente entrelazadas. Como gremio, hemos sido partícipes activos en la historia del diario que se conoció como La CGT de los Argentinos. Entre 1968 y 1972, publicó 55 números; cuando iba por el número 33, ya llevaba un millón de ejemplares vendidos. Se podía comprar en quioscos -salvo los últimos números, que se vendieron en la clandestinidad, de mano en mano- y tenía corresponsales populares.
Desde La CGT de los Argentinos se expresaba el pueblo, algo que jamás ocurría con los diarios comerciales. Se denunciaba a los monopolios, la corrupción, y se hacían investigaciones. Junto con nuestro secretario general, don Raimundo Ongaro, y la pluma brillante de Rodolfo Walsh, quedaba demostrado que con La CGT de los Argentinos era posible que el pueblo se expresara a través de su propia voz y no por intermedio de otras voces.
Creo que es una experiencia para tomar en cuenta. Por supuesto, hay infinidad de publicaciones con el mismo espíritu e igual sentido; pero chocan con la misma dificultad: en muchos casos, jamás pueden salir a la calle porque no están en condiciones de acceder al insumo básico, que es el papel. Es decir, está la voluntad pero no la posibilidad, porque no existe igualdad de oportunidades para que grupos de ese tipo puedan producir sus publicaciones. Como consecuencia de ello tampoco podemos conocer sus contenidos; es una oportunidad que nos estamos perdiendo al no poder salir esas publicaciones.
Fundamentalmente, quiero remarcar que este proyecto de ley alienta el entusiasmo y el espíritu de todos los que históricamente hemos defendido la plena libertad de expresión en un marco de igualdad de oportunidades, tomando inclusive -como decía el doctor Barcesat- a quienes va dirigida esa expresión. Muchas comunidades necesitan que ese periódico, esa publicación que producen, refleje lo que sienten; por eso es importante que puedan tener opinión y que ésta tenga peso.
Somos muchos los que estamos involucrados en este enorme desafío de lograr que sean declaradas de bien público la producción, la distribución y la comercialización del papel. Los trabajadores gráficos lo apoyamos decididamente y nos comprometemos a participar toda vez que sea necesario para librar esta gran batalla que se ha abierto en defensa de la libertad de expresión. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora Liliana Belforte, quien ha concurrido en representación de la Asociación Mundial de Radios Cooperativas (AMARC).
SRA. BELFORTE Señora presidenta: como miembros de un sector vinculado con la construcción de una mirada alternativa y comunitaria en materia de medios de comunicación, queremos agradecer a los diputados integrantes de la Comisión de Comercio la posibilidad de estar presentes en esta audiencia.
En primer lugar, quiero dar cuenta de lo que es AMARC y explicar por qué un sector vinculado con las radios comunitarias participa en esta instancia. En segundo término, deseo referirme a la cuestión específica que nos atañe y aportar distintas miradas acerca del proyecto de ley por el que se declaran de interés público la fabricación, distribución y comercialización de pasta celulosa y de papel para diarios en la Argentina.
La Asociación Mundial de Radios Comunitarias fue creada en 1983; desde entonces se ha constituido en un espacio de encuentro y de acción colectiva fundamental para debatir acerca de las políticas públicas en materia de comunicación.
AMARC es una red que tiene como protagonistas a radios, centros de producción y televisoras comunitarias. Hay muchos medios comunitarios que también están en línea con lo que planteaba el señor Amichetti; es decir que no sólo hay diarios sino también producciones vinculadas con organismos y movimientos sociales.
Por lo tanto, de ahí deriva la pertenencia de participar en estos espacios. Esta gestionada con procedimientos institucionales consensuados que obviamente lo que intentan es la promoción de la participación y la instancia de generar condiciones para incidir en esta tendencia a los procesos de democratización que tanto hacen falta, sobre todo en la región latinoamericana.
En ese aspecto, el lugar que entendemos como AMARC es la recuperación del sentido de la política, la construcción de relatos que acompañen y produzcan el cambio. Hoy AMARC en América latina cuenta con más de 400 asociadas y distintas representaciones nacionales que impulsan actividades en los diferentes países. Este año AMARC Argentina por primera vez en Sudamérica va a ser anfitriona de compañeros y compañeros que desde cualquier parte del planeta tienen la necesidad de compartir la certeza política y el entusiasmo e insistencia de lo que tantas veces se replica, es decir, esto de construir un mundo mejor. Nos vamos a encontrar en la ciudad de La Plata del 8 al 13 de noviembre, con la participación de más de mil ciudadanos y ciudadanas comunicadores sociales que intentan trabajar desde esta línea.
Algunos de estos proyectos que se vinculan en AMARC Argentina tienen más de veinte años. No voy a entrar en todo el detalle de lo que implicó porque muchos somos parte de distintos lugares de esta historia reciente de la Argentina. Obviamente nacieron a fines de la década del 80, pero sobre todo después de lo que significó la última dictadura en la Argentina o la institución de lo que ha sido el terrorismo de Estado en nuestro país.
Obviamente entendemos la concepción del rol político del campo popular de la cultura y especialmente lo vinculado con los medios de comunicación, que en estos últimos años y sobre todo en nuestro país a partir principalmente de 2000 para aquí fue la posibilidad de la aparición de nuevos sectores y voces, pero sobre todo vinculando y marcando lo estratégico de la comunicación como parte de la organización política.
Entendemos que si se quieren generar políticas que modifiquen los procesos de transformación y particularmente en lo que hace al campo de las comunicaciones, hace falta construir legitimidades que se definan no sólo por lo que se hace sino también por lo que se dice que se hace. En ese sentido, los medios de comunicación, sobre todo del sector comunitario, se han constituido como factores legítimos y canales de presiones para muchos sectores sociales excluidos o marginados que han sido privados durante mucho tiempo de ejercer legalmente ese derecho.
Me parece que la defensa de lo que es el derecho a la comunicación hoy se juega especialmente en dos campos sustancialmente importantes, que son el legal y el jurídico. Desde cada espacio, desde las redes que hemos conformado e incluso desde la Coalición por una Radiodifusión Democrática, que en su momento participó de la generación de los 21 puntos que han sido los principios fundantes de lo que fue la sancionada ley de servicios de comunicación audiovisual, se ha emitido respecto del que tema que nos compete una declaración enmarcando un pronunciamiento y lo que es la declaración de interés público y la discusión vinculada con el tema de la fabricación, distribución y comercialización de la pasta de papel.
Tal como expresan una serie de principios elaborados por la AMARC para el marco regulatorio de la radio y la televisión, las libertades de expresión, de información y de comunicación son derechos humanos fundamentales garantizados por tratados internacionales a los cuales la Argentina en muchos aspectos ha suscripto y que deben ser reconocidos como tales por los estados que se consideran democráticos, a fin de contribuir de esta manera a la diversidad y el pluralismo en lo que es cualquier marco regulatorio.
Estos derechos e incluso el acceso justo y equitativo a los medios de comunicación -y aquí voy a entrar específicamente a la segunda parte de lo que hablaba, que es el tema en cuestión- deben protegerse y extenderse en el contexto de los rápidos cambios que hacen a la tecnología de la información y la comunicación.
En esta línea, la defensa de un acceso equitativo al insumo básico que requiere un medio gráfico para su funcionamiento constituye un punto en el que se materializa el derecho humano a la libertad de expresión.
Toda vez que se habla de la fabricación, distribución y comercialización de pasta de celulosa y de papel para diarios, se refiere a eso que se encuentra hoy concentrado en la Argentina en dos empresas propietarias de medios gráficos que explotan el beneficio de su posición dominante en el mercado en detrimento de la diversidad y de la equidad.
En ese sentido, al tratarse de un recurso cuya producción es cuasi monopólica y considerando que el Estado ha tenido una participación minoritaria como accionista desde la creación de la empresa que produce el mayor porcentaje de este insumo, entendemos que resulta indispensable discutir en términos de participación pública desde el ámbito parlamentario competente, pero también desde los diversos sectores de la sociedad.
Si bien no voy a hacer historia porque ha circulado mucho material en este tiempo -incluso las diferentes ponencias dan cuenta de que esta empresa fue creada en un Estado vinculado al terrorismo-, hay distintas maneras de entender el Estado. Para entender de lo que hablamos debemos ponerlo en un contexto porque también hubo gobiernos democráticos que tuvieron connivencia con este sector.
En ese sentido, la propuesta vinculada a la discusión del proyecto de ley de concebir la intervención estatal en pos de garantizar el derecho humano universal a la libertad de expresión y a la información por distintas vías, estaría en sintonía con las mejores prácticas internacionales, recomendaciones y estándares interamericanos vinculados a los derechos humanos.
Entendemos que es un paso relevante continuar en la senda de la modificación de un sistema de medios que se ha configurado sobre la base de la concentración en manos privadas. En 1977 se concretó la creación de una empresa productora de papel prensa -en manos del Estado en términos minoritarios- y desde entonces dos diarios de tirada nacional dominan ese sector de la industria cultural, lo que afectó tanto la libertad de expresión como la igualdad para la competencia.
De aprobarse este proyecto sería una referencia fundamental para los países de la región. Para democratizar la comunicación y la cultura es necesario hacerlo mediante un conjunto articulado de normativas, leyes, resoluciones y acciones planificadas. Es decir, reglamentación de la ley de servicios de comunicación audiovisual, discusiones en torno a la distribución de la publicidad oficial -podríamos incluir también a la publicidad privada que mueve muchos recursos en Argentina-, el acceso a la información y el tema que hoy nos compete.
Por lo tanto, destacamos dos elementos centrales en la economía de los medios: tienen altos costos fijos y bajos costos variables. Es decir, no hay un incremento de los gastos cuando se logra el crecimiento de la demanda.
En estos tiempos ha circulado cantidad de información relacionada con la acumulación del grupo Clarín y Nación y hemos escuchado en estas audiencias las distintas posturas de quienes han sufrido los detrimentos de esta situación.
De este planteo se deriva la tendencia a la homogenización de los contenidos a partir de la necesidad estructural de desarrollar lo que se llama las economías en escalas. La arbitrariedad de la demanda es altísima en relación con los consumos culturales que además varían -podemos dar cuenta de eso- histórica y constantemente.
En la actualidad la oferta es mucho más restringida que al momento en que fue creada la empresa Papel Prensa S.A. y esto no sólo se debe a los cambios de los consumos.
La tendencia a la concentración de la demanda deviene de lo que se define como concentración en la oferta. Esto se expresa muy claramente en el sector de la prensa a partir de que la mayoría de las publicaciones demandan un insumo generado por una empresa cuyos dueños, además, son competidores directos.
La Argentina compone un mercado. Las cifras que voy a mencionar van entre ciento treinta y ciento setenta diarios de distinto tamaño y fluctúa bastante -por eso la diferencia no es menor en lo que se refiere a todo el país. Se consumen entre 220 mil y 250 mil toneladas de papel prensa anuales.
Para cubrir esta demanda hay dos opciones: comprar a Papel Prensa o importar. Aunque circunstancialmente el producto importado se llegó a ubicar por debajo del valor del producto nacional, lo normal es lo contrario. Actualmente el valor promedio final del papel importado se ubica entre el 5 y el 15 por ciento por encima del valor normal de Papel Prensa.
Entre los años 2005 a 2009 el 71 por ciento de las 170 mil toneladas promedio anuales fueron para "Clarín" y "La Nación"; las dos terceras partes para "Clarín" y el excedente se repartió entre varias docenas de clientes que debieron aceptar condiciones comerciales y no dejar de comprar el cupo asignado, porque obviamente estaba el riesgo de que si no se seguía ese cupo al período siguiente se perdía la posibilidad de comprar.
El resto del mercado fluctúa entre 50 mil y 80 mil toneladas y está condenado a importar. Ello genera condiciones de desigualdad para competidores de distintos tamaños y con incidencias disímiles.
Por todo esto es que desde AMARC Argentina destacamos la necesidad de implementar medidas a favor de la diversidad dada la tendencia de los medios a la concentración, por su lógica económica, altos costos fijos y bajos costos variables; además, destacamos el rol central que debe cumplir el Estado respecto de esto.
Asimismo, proponemos que el nuevo marco regulatorio genere un organismo de control y aplicación del que formen parte los principales medios gráficos, además de los organismo competentes del Estado.
Entendemos que sería interesante replicar la lógica que tiene la ley del servicio audiovisual cuando se refiere a "con fines de lucro" y "sin fines de lucro". Proponemos incorporar a los medios gráficos de provincia que no pertenezcan a los grupos de capital concentrado, como así también a los colectivos de trabajadoras y trabajadores de este tipo de empresas.
Como sostenemos en nuestra última publicación, en los principios para garantizar la libertad y el pluralismo, es necesario el entendimiento de nuestras sociedades para crear un análisis serio de la actuación de los medios de comunicación y de la presencia de obstáculos claramente identificados para el ejercicio de los derechos informativos.
Aparece algo así como un derecho tipo garantía porque resulta soporte de la demanda de otro tipo de derechos. Justamente tiene que ver con la ausencia de garantías, de pluralidad y de diversidad en las distintas normativas que refieren a los medios de comunicación cualquiera sea el soporte.
Entendemos que esta es una excelente circunstancia, es la oportunidad de que un sector comunitario pueda expresar su posición para que después sea considerada y se articule con quienes tienen funciones específicas en el marco parlamentario. Creo que es una cuestión para ponderar porque no sólo se refiere a lo vinculado a los medios de comunicación.
Esta es una excelente etapa en pos de garantizar mejores condiciones, para tener un pleno ejercicio de lo que hace a las libertades informativas de los ciudadanos y ciudadanas, para continuar generando políticas públicas de comunicación que contribuyen, de alguna manera, a la construcción de una sociedad más justa y equitativa. (Aplausos.)
En primer lugar, quiero dar cuenta de lo que es AMARC y explicar por qué un sector vinculado con las radios comunitarias participa en esta instancia. En segundo término, deseo referirme a la cuestión específica que nos atañe y aportar distintas miradas acerca del proyecto de ley por el que se declaran de interés público la fabricación, distribución y comercialización de pasta celulosa y de papel para diarios en la Argentina.
La Asociación Mundial de Radios Comunitarias fue creada en 1983; desde entonces se ha constituido en un espacio de encuentro y de acción colectiva fundamental para debatir acerca de las políticas públicas en materia de comunicación.
AMARC es una red que tiene como protagonistas a radios, centros de producción y televisoras comunitarias. Hay muchos medios comunitarios que también están en línea con lo que planteaba el señor Amichetti; es decir que no sólo hay diarios sino también producciones vinculadas con organismos y movimientos sociales.
Por lo tanto, de ahí deriva la pertenencia de participar en estos espacios. Esta gestionada con procedimientos institucionales consensuados que obviamente lo que intentan es la promoción de la participación y la instancia de generar condiciones para incidir en esta tendencia a los procesos de democratización que tanto hacen falta, sobre todo en la región latinoamericana.
En ese aspecto, el lugar que entendemos como AMARC es la recuperación del sentido de la política, la construcción de relatos que acompañen y produzcan el cambio. Hoy AMARC en América latina cuenta con más de 400 asociadas y distintas representaciones nacionales que impulsan actividades en los diferentes países. Este año AMARC Argentina por primera vez en Sudamérica va a ser anfitriona de compañeros y compañeros que desde cualquier parte del planeta tienen la necesidad de compartir la certeza política y el entusiasmo e insistencia de lo que tantas veces se replica, es decir, esto de construir un mundo mejor. Nos vamos a encontrar en la ciudad de La Plata del 8 al 13 de noviembre, con la participación de más de mil ciudadanos y ciudadanas comunicadores sociales que intentan trabajar desde esta línea.
Algunos de estos proyectos que se vinculan en AMARC Argentina tienen más de veinte años. No voy a entrar en todo el detalle de lo que implicó porque muchos somos parte de distintos lugares de esta historia reciente de la Argentina. Obviamente nacieron a fines de la década del 80, pero sobre todo después de lo que significó la última dictadura en la Argentina o la institución de lo que ha sido el terrorismo de Estado en nuestro país.
Obviamente entendemos la concepción del rol político del campo popular de la cultura y especialmente lo vinculado con los medios de comunicación, que en estos últimos años y sobre todo en nuestro país a partir principalmente de 2000 para aquí fue la posibilidad de la aparición de nuevos sectores y voces, pero sobre todo vinculando y marcando lo estratégico de la comunicación como parte de la organización política.
Entendemos que si se quieren generar políticas que modifiquen los procesos de transformación y particularmente en lo que hace al campo de las comunicaciones, hace falta construir legitimidades que se definan no sólo por lo que se hace sino también por lo que se dice que se hace. En ese sentido, los medios de comunicación, sobre todo del sector comunitario, se han constituido como factores legítimos y canales de presiones para muchos sectores sociales excluidos o marginados que han sido privados durante mucho tiempo de ejercer legalmente ese derecho.
Me parece que la defensa de lo que es el derecho a la comunicación hoy se juega especialmente en dos campos sustancialmente importantes, que son el legal y el jurídico. Desde cada espacio, desde las redes que hemos conformado e incluso desde la Coalición por una Radiodifusión Democrática, que en su momento participó de la generación de los 21 puntos que han sido los principios fundantes de lo que fue la sancionada ley de servicios de comunicación audiovisual, se ha emitido respecto del que tema que nos compete una declaración enmarcando un pronunciamiento y lo que es la declaración de interés público y la discusión vinculada con el tema de la fabricación, distribución y comercialización de la pasta de papel.
Tal como expresan una serie de principios elaborados por la AMARC para el marco regulatorio de la radio y la televisión, las libertades de expresión, de información y de comunicación son derechos humanos fundamentales garantizados por tratados internacionales a los cuales la Argentina en muchos aspectos ha suscripto y que deben ser reconocidos como tales por los estados que se consideran democráticos, a fin de contribuir de esta manera a la diversidad y el pluralismo en lo que es cualquier marco regulatorio.
Estos derechos e incluso el acceso justo y equitativo a los medios de comunicación -y aquí voy a entrar específicamente a la segunda parte de lo que hablaba, que es el tema en cuestión- deben protegerse y extenderse en el contexto de los rápidos cambios que hacen a la tecnología de la información y la comunicación.
En esta línea, la defensa de un acceso equitativo al insumo básico que requiere un medio gráfico para su funcionamiento constituye un punto en el que se materializa el derecho humano a la libertad de expresión.
Toda vez que se habla de la fabricación, distribución y comercialización de pasta de celulosa y de papel para diarios, se refiere a eso que se encuentra hoy concentrado en la Argentina en dos empresas propietarias de medios gráficos que explotan el beneficio de su posición dominante en el mercado en detrimento de la diversidad y de la equidad.
En ese sentido, al tratarse de un recurso cuya producción es cuasi monopólica y considerando que el Estado ha tenido una participación minoritaria como accionista desde la creación de la empresa que produce el mayor porcentaje de este insumo, entendemos que resulta indispensable discutir en términos de participación pública desde el ámbito parlamentario competente, pero también desde los diversos sectores de la sociedad.
Si bien no voy a hacer historia porque ha circulado mucho material en este tiempo -incluso las diferentes ponencias dan cuenta de que esta empresa fue creada en un Estado vinculado al terrorismo-, hay distintas maneras de entender el Estado. Para entender de lo que hablamos debemos ponerlo en un contexto porque también hubo gobiernos democráticos que tuvieron connivencia con este sector.
En ese sentido, la propuesta vinculada a la discusión del proyecto de ley de concebir la intervención estatal en pos de garantizar el derecho humano universal a la libertad de expresión y a la información por distintas vías, estaría en sintonía con las mejores prácticas internacionales, recomendaciones y estándares interamericanos vinculados a los derechos humanos.
Entendemos que es un paso relevante continuar en la senda de la modificación de un sistema de medios que se ha configurado sobre la base de la concentración en manos privadas. En 1977 se concretó la creación de una empresa productora de papel prensa -en manos del Estado en términos minoritarios- y desde entonces dos diarios de tirada nacional dominan ese sector de la industria cultural, lo que afectó tanto la libertad de expresión como la igualdad para la competencia.
De aprobarse este proyecto sería una referencia fundamental para los países de la región. Para democratizar la comunicación y la cultura es necesario hacerlo mediante un conjunto articulado de normativas, leyes, resoluciones y acciones planificadas. Es decir, reglamentación de la ley de servicios de comunicación audiovisual, discusiones en torno a la distribución de la publicidad oficial -podríamos incluir también a la publicidad privada que mueve muchos recursos en Argentina-, el acceso a la información y el tema que hoy nos compete.
Por lo tanto, destacamos dos elementos centrales en la economía de los medios: tienen altos costos fijos y bajos costos variables. Es decir, no hay un incremento de los gastos cuando se logra el crecimiento de la demanda.
En estos tiempos ha circulado cantidad de información relacionada con la acumulación del grupo Clarín y Nación y hemos escuchado en estas audiencias las distintas posturas de quienes han sufrido los detrimentos de esta situación.
De este planteo se deriva la tendencia a la homogenización de los contenidos a partir de la necesidad estructural de desarrollar lo que se llama las economías en escalas. La arbitrariedad de la demanda es altísima en relación con los consumos culturales que además varían -podemos dar cuenta de eso- histórica y constantemente.
En la actualidad la oferta es mucho más restringida que al momento en que fue creada la empresa Papel Prensa S.A. y esto no sólo se debe a los cambios de los consumos.
La tendencia a la concentración de la demanda deviene de lo que se define como concentración en la oferta. Esto se expresa muy claramente en el sector de la prensa a partir de que la mayoría de las publicaciones demandan un insumo generado por una empresa cuyos dueños, además, son competidores directos.
La Argentina compone un mercado. Las cifras que voy a mencionar van entre ciento treinta y ciento setenta diarios de distinto tamaño y fluctúa bastante -por eso la diferencia no es menor en lo que se refiere a todo el país. Se consumen entre 220 mil y 250 mil toneladas de papel prensa anuales.
Para cubrir esta demanda hay dos opciones: comprar a Papel Prensa o importar. Aunque circunstancialmente el producto importado se llegó a ubicar por debajo del valor del producto nacional, lo normal es lo contrario. Actualmente el valor promedio final del papel importado se ubica entre el 5 y el 15 por ciento por encima del valor normal de Papel Prensa.
Entre los años 2005 a 2009 el 71 por ciento de las 170 mil toneladas promedio anuales fueron para "Clarín" y "La Nación"; las dos terceras partes para "Clarín" y el excedente se repartió entre varias docenas de clientes que debieron aceptar condiciones comerciales y no dejar de comprar el cupo asignado, porque obviamente estaba el riesgo de que si no se seguía ese cupo al período siguiente se perdía la posibilidad de comprar.
El resto del mercado fluctúa entre 50 mil y 80 mil toneladas y está condenado a importar. Ello genera condiciones de desigualdad para competidores de distintos tamaños y con incidencias disímiles.
Por todo esto es que desde AMARC Argentina destacamos la necesidad de implementar medidas a favor de la diversidad dada la tendencia de los medios a la concentración, por su lógica económica, altos costos fijos y bajos costos variables; además, destacamos el rol central que debe cumplir el Estado respecto de esto.
Asimismo, proponemos que el nuevo marco regulatorio genere un organismo de control y aplicación del que formen parte los principales medios gráficos, además de los organismo competentes del Estado.
Entendemos que sería interesante replicar la lógica que tiene la ley del servicio audiovisual cuando se refiere a "con fines de lucro" y "sin fines de lucro". Proponemos incorporar a los medios gráficos de provincia que no pertenezcan a los grupos de capital concentrado, como así también a los colectivos de trabajadoras y trabajadores de este tipo de empresas.
Como sostenemos en nuestra última publicación, en los principios para garantizar la libertad y el pluralismo, es necesario el entendimiento de nuestras sociedades para crear un análisis serio de la actuación de los medios de comunicación y de la presencia de obstáculos claramente identificados para el ejercicio de los derechos informativos.
Aparece algo así como un derecho tipo garantía porque resulta soporte de la demanda de otro tipo de derechos. Justamente tiene que ver con la ausencia de garantías, de pluralidad y de diversidad en las distintas normativas que refieren a los medios de comunicación cualquiera sea el soporte.
Entendemos que esta es una excelente circunstancia, es la oportunidad de que un sector comunitario pueda expresar su posición para que después sea considerada y se articule con quienes tienen funciones específicas en el marco parlamentario. Creo que es una cuestión para ponderar porque no sólo se refiere a lo vinculado a los medios de comunicación.
Esta es una excelente etapa en pos de garantizar mejores condiciones, para tener un pleno ejercicio de lo que hace a las libertades informativas de los ciudadanos y ciudadanas, para continuar generando políticas públicas de comunicación que contribuyen, de alguna manera, a la construcción de una sociedad más justa y equitativa. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor José Cornejo, en representación de la Agencia de Noticias Paco Urondo.
SR. CORNEJO Señora presidenta: ante todo quiero agradecer a usted, señora diputada Di Tullio, y a los asesores por permitirnos estar presentes en esta audiencia. Nos sentimos muy contentos por tener la posibilidad de venir al Congreso para exponer nuestro punto de vista y, sobre todo, muy cómodos por la asistencia de legisladores que consideramos amigos. Por ejemplo los señores diputados Dante Gullo, Raúl Barrandeguy y otros que también son miembros de las comisiones de Libertad de Expresión y de Comunicaciones e Informática. Ellos, junto con otros que ahora no están presentes pero que también marcan el signo político de la época, nos hacen sentir muy orgullosos a quienes hemos asistido a las comisiones.
La agencia de noticias Paco Urondo, que funciona en formato web, se fue conformando a partir de compañeros provenientes del área de la comunicación, sobre todo del espectro de la militancia y de la participación política.
Las razones por las que hemos asistido a esta audiencia tienen que ver con tres elementos.
Primero, para plantear la inexistencia de imparcialidad en el periodismo independiente. La idea, que funciona muy bien en los Estados Unidos, de que los medios tienen una posición política, ideológica y partidaria contribuye a la construcción de la democracia y la fortalece. Por ello, el primer punto que queremos desarrollar brevemente -no queremos extendernos demasiado con nuestra exposición porque sabemos que hay muchísimos oradores- tiene que ver con la intencionalidad política de los medios.
El segundo punto, que también nos gustaría que formara parte de los fundamentos del proyecto de ley, es la importancia que tienen los medios de comunicación en los regímenes democráticos y, sobre todo, en aquellos que no lo son. A partir de allí podemos analizar cuál ha sido, particularmente en el caso específico de Clarín, el rol que tuvieron en los sistemas democráticos o no democráticos.
El tercer punto se relaciona con nosotros, porque apunta a los medios digitales o que se desarrollan en la web. Para las comunicaciones y la democracia en la Argentina, el destino de Papel Prensa en 1977 fue un tema de mucha importancia, lo mismo que lo ocurrido con Canal 13 a mediados de los 90. Por eso hoy, en la época de los medios digitales, nos preocupa que no vuelva a repetirse aquella historia.
Paso a desarrollar rápidamente los tres puntos que mencioné antes, para dar lugar a que expongan otros oradores.
El primer ítem, que como dije trata sobre la inexistencia de imparcialidad en el periodismo independiente, se vincula con una idea que tomamos de Ignacio Ramonet, quien desarrolla su actividad en Francia y es conocido por sus publicaciones en el diario "Le Monde Diplomatique".
Concretamente, el planteo es que los medios siempre son expresión de los intereses de determinados sectores. En el caso particular de Clarín, se ha conformado como la expresión de los intereses de un gran grupo económico de los últimos años: el propio Grupo Clarín. En verdad, se transformó en un sector que se ha apropiado de empresas del Estado y ha avanzado sobre muchos aspectos de la economía. En suma, en un sector cuyos intereses lo han llevado a atentar contra el estado de bienestar y a legitimar dictaduras.
En cualquier carrera de periodismo del mundo más o menos seria se estudia que los medios establecen estrategias discursivas para convencer a la opinión pública o, por lo menos, a sus lectores. Dichas estrategias se insertan en un contexto político histórico determinado. Muchas veces, la intencionalidad de un medio no está en la literalidad de las palabras, y si se me permite citaré un breve ejemplo.
La tapa del diario "Clarín" del 25 de marzo de 1976, es decir, del día posterior al inicio de la dictadura, dice: "Total normalidad". Si analizamos la expresión "total normalidad" semióticamente, quizás concluimos que no tiene mucha intencionalidad política; pero en el contexto del día posterior a la asunción de un régimen genocida, toma otra dimensión.
El segundo ítem tiene que ver con el rol que han tenido y tienen los grandes medios en la democracia, en especial "Clarín". Pensemos que en un país como la Argentina, con 40 millones de habitantes, las relaciones entre los individuos no pueden ser nunca en términos personales. Es allí cuando los medios cumplen un rol central, y esto ocurre en casi todas las democracias modernas.
En el caso específico de "Clarín", hay muchos desarrollos del rol que ha tenido en la captura de lo que fue Papel Prensa. Está el informe que presentó la presidenta hace muy poco, este mismo mes; la denuncia que hizo la Secretaría de Derechos Humanos la semana pasada, que se constituyó como querellante en la causa; el informe de "Papel Prensa: la verdad", que desarrolló la Secretaría de Comercio de la Nación. Hay una gran cantidad de denuncias que se acumulan sobre cómo "Clarín" juega a la política y no solamente como se ha planteado en cuanto a las estrategias discursivas de sus contenidos, sino también que tuvo reuniones con altos dirigentes de la dictadura. Hay denuncias en el sentido de que ha participado en reuniones previas o posteriores a actos de tortura, con narraciones aberrantes. Lo cierto es que esa actuación de "Clarín" durante la apropiación de Papel Prensa no es el único ejemplo.
También a mediados de la década del 90, con la concesión de Canal 13, "Clarín", con otro marco y otra conducta política y bajo un régimen constitucional, estableció relaciones con el gobierno del entonces presidente Carlos Menem, no legitimando la figura de éste con quien iba a terminar enfrentado hacia la segunda mitad de los años 90, sino más bien las reformas neoliberales. "Clarín" legitimó ese gobierno y una parte de la paga de eso fue la apropiación de Canal 13. Con esto vuelvo sobre el segundo punto, que es la consecuencia que tiene sobre una democracia moderna o sobre cualquier sociedad política cuando un medio concentra tanto poder que puede legitimar dictaduras y denostar al conjunto de la clase política, que se ve amenazada en su existencia con las consecuencia que eso tiene para la democracia, lo que hemos visto muy de cerca en los años 2001 y 2002. Además, "Clarín" eso no lo hace inocentemente, sino que en el camino va capturando empresas que le permiten concentrar y convertirse en el monstruo mediático que es hoy, como lo fue Papel Prensa en la dictadura y como lo es hoy con Canal 13.
Aquí viene el tercer tema, con el que quiero cerrar. Así como la apropiación de Papel Prensa primero y de Canal 13 después marcaron fuertemente el destino de la comunicación y lo que es la democracia moderna en la Argentina, en la era de los medios digitales sería muy bueno si esta ley pudiera contemplar en sus considerandos la idea de prever lo que va a ser la administración de la comunicación digital, porque se corre el riesgo de que se repita la historia y los estudios que existen hoy indican que uno de cada dos argentinos a lo largo de un mes entran en una página del grupo Clarín, ya sea en el diario "Olé", en el propio "Clarín" o en algunas empresas vinculadas.
Entonces, si nosotros pensamos también en el marco de lo que son los medios digitales y de la importancia que van a tener en esta década que está empezando, la verdad es que se corre el riesgo de que otra vez un grupo se apodere de los medios de comunicación, vuelva a determinar la agenda de los argentinos y pueda desprestigiar al conjunto de la clase política y de la democracia.
En consecuencia, este es el tercer ítem que queremos proponer. Si nosotros podemos pensar que los medios no son imparciales y que además tienen consecuencias sobre la democracia en la Argentina y lo que viene en el futuro, que son los medios electrónicos, estaremos haciendo un gran aporte a nuestra democracia. (Aplausos.)
La agencia de noticias Paco Urondo, que funciona en formato web, se fue conformando a partir de compañeros provenientes del área de la comunicación, sobre todo del espectro de la militancia y de la participación política.
Las razones por las que hemos asistido a esta audiencia tienen que ver con tres elementos.
Primero, para plantear la inexistencia de imparcialidad en el periodismo independiente. La idea, que funciona muy bien en los Estados Unidos, de que los medios tienen una posición política, ideológica y partidaria contribuye a la construcción de la democracia y la fortalece. Por ello, el primer punto que queremos desarrollar brevemente -no queremos extendernos demasiado con nuestra exposición porque sabemos que hay muchísimos oradores- tiene que ver con la intencionalidad política de los medios.
El segundo punto, que también nos gustaría que formara parte de los fundamentos del proyecto de ley, es la importancia que tienen los medios de comunicación en los regímenes democráticos y, sobre todo, en aquellos que no lo son. A partir de allí podemos analizar cuál ha sido, particularmente en el caso específico de Clarín, el rol que tuvieron en los sistemas democráticos o no democráticos.
El tercer punto se relaciona con nosotros, porque apunta a los medios digitales o que se desarrollan en la web. Para las comunicaciones y la democracia en la Argentina, el destino de Papel Prensa en 1977 fue un tema de mucha importancia, lo mismo que lo ocurrido con Canal 13 a mediados de los 90. Por eso hoy, en la época de los medios digitales, nos preocupa que no vuelva a repetirse aquella historia.
Paso a desarrollar rápidamente los tres puntos que mencioné antes, para dar lugar a que expongan otros oradores.
El primer ítem, que como dije trata sobre la inexistencia de imparcialidad en el periodismo independiente, se vincula con una idea que tomamos de Ignacio Ramonet, quien desarrolla su actividad en Francia y es conocido por sus publicaciones en el diario "Le Monde Diplomatique".
Concretamente, el planteo es que los medios siempre son expresión de los intereses de determinados sectores. En el caso particular de Clarín, se ha conformado como la expresión de los intereses de un gran grupo económico de los últimos años: el propio Grupo Clarín. En verdad, se transformó en un sector que se ha apropiado de empresas del Estado y ha avanzado sobre muchos aspectos de la economía. En suma, en un sector cuyos intereses lo han llevado a atentar contra el estado de bienestar y a legitimar dictaduras.
En cualquier carrera de periodismo del mundo más o menos seria se estudia que los medios establecen estrategias discursivas para convencer a la opinión pública o, por lo menos, a sus lectores. Dichas estrategias se insertan en un contexto político histórico determinado. Muchas veces, la intencionalidad de un medio no está en la literalidad de las palabras, y si se me permite citaré un breve ejemplo.
La tapa del diario "Clarín" del 25 de marzo de 1976, es decir, del día posterior al inicio de la dictadura, dice: "Total normalidad". Si analizamos la expresión "total normalidad" semióticamente, quizás concluimos que no tiene mucha intencionalidad política; pero en el contexto del día posterior a la asunción de un régimen genocida, toma otra dimensión.
El segundo ítem tiene que ver con el rol que han tenido y tienen los grandes medios en la democracia, en especial "Clarín". Pensemos que en un país como la Argentina, con 40 millones de habitantes, las relaciones entre los individuos no pueden ser nunca en términos personales. Es allí cuando los medios cumplen un rol central, y esto ocurre en casi todas las democracias modernas.
En el caso específico de "Clarín", hay muchos desarrollos del rol que ha tenido en la captura de lo que fue Papel Prensa. Está el informe que presentó la presidenta hace muy poco, este mismo mes; la denuncia que hizo la Secretaría de Derechos Humanos la semana pasada, que se constituyó como querellante en la causa; el informe de "Papel Prensa: la verdad", que desarrolló la Secretaría de Comercio de la Nación. Hay una gran cantidad de denuncias que se acumulan sobre cómo "Clarín" juega a la política y no solamente como se ha planteado en cuanto a las estrategias discursivas de sus contenidos, sino también que tuvo reuniones con altos dirigentes de la dictadura. Hay denuncias en el sentido de que ha participado en reuniones previas o posteriores a actos de tortura, con narraciones aberrantes. Lo cierto es que esa actuación de "Clarín" durante la apropiación de Papel Prensa no es el único ejemplo.
También a mediados de la década del 90, con la concesión de Canal 13, "Clarín", con otro marco y otra conducta política y bajo un régimen constitucional, estableció relaciones con el gobierno del entonces presidente Carlos Menem, no legitimando la figura de éste con quien iba a terminar enfrentado hacia la segunda mitad de los años 90, sino más bien las reformas neoliberales. "Clarín" legitimó ese gobierno y una parte de la paga de eso fue la apropiación de Canal 13. Con esto vuelvo sobre el segundo punto, que es la consecuencia que tiene sobre una democracia moderna o sobre cualquier sociedad política cuando un medio concentra tanto poder que puede legitimar dictaduras y denostar al conjunto de la clase política, que se ve amenazada en su existencia con las consecuencia que eso tiene para la democracia, lo que hemos visto muy de cerca en los años 2001 y 2002. Además, "Clarín" eso no lo hace inocentemente, sino que en el camino va capturando empresas que le permiten concentrar y convertirse en el monstruo mediático que es hoy, como lo fue Papel Prensa en la dictadura y como lo es hoy con Canal 13.
Aquí viene el tercer tema, con el que quiero cerrar. Así como la apropiación de Papel Prensa primero y de Canal 13 después marcaron fuertemente el destino de la comunicación y lo que es la democracia moderna en la Argentina, en la era de los medios digitales sería muy bueno si esta ley pudiera contemplar en sus considerandos la idea de prever lo que va a ser la administración de la comunicación digital, porque se corre el riesgo de que se repita la historia y los estudios que existen hoy indican que uno de cada dos argentinos a lo largo de un mes entran en una página del grupo Clarín, ya sea en el diario "Olé", en el propio "Clarín" o en algunas empresas vinculadas.
Entonces, si nosotros pensamos también en el marco de lo que son los medios digitales y de la importancia que van a tener en esta década que está empezando, la verdad es que se corre el riesgo de que otra vez un grupo se apodere de los medios de comunicación, vuelva a determinar la agenda de los argentinos y pueda desprestigiar al conjunto de la clase política y de la democracia.
En consecuencia, este es el tercer ítem que queremos proponer. Si nosotros podemos pensar que los medios no son imparciales y que además tienen consecuencias sobre la democracia en la Argentina y lo que viene en el futuro, que son los medios electrónicos, estaremos haciendo un gran aporte a nuestra democracia. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO A continuación hará uso de la palabra el señor Marco Giommi, del diario "El Observador", de la localidad de O'Brien, provincia de Buenos Aires.
SR. GIOMMI En primer término quiero expresar mi agradecimiento a DIPRA, que es la cooperativa que nos une; a la Comisión de Comercio de esta Honorable Cámara; a su presidenta, la señora diputada Juliana Di Tullio y a la gente que trabaja con ella, que nos ha tratado muy bien y que hace una semana que nos viene llamando por teléfono.
Traje dos cosas que quiero que vean para saber de qué hablamos. Este es el pliego de nuestro diario, donde se imprimen cuatro páginas. A veces creemos que todos los diarios son como "Clarín". No, nosotros imprimimos muy poquito y ustedes lo pueden ver.
Vengo de una localidad que tiene 2.500 habitantes. Imprimimos un semanario hace ocho años como un servicio a la comunidad que no puede prestar "Clarín", "La Nación" ni "Perfil". Por ejemplo, nosotros anunciamos la Fiesta del Cosechero en un pueblito del partido de Junín que se llama Morse. Es su fiesta anual, donde la gente se reúne y se reconoce, en el marco de un pueblo que tiene cuatrocientas casas.
Cuando nosotros venimos a la Capital y nos preguntan de dónde procedemos, contestamos que somos de la Pampa Húmeda, en donde hay mucha gente que trabaja todos los días y se levanta muy temprano a laborar en un pequeño tambo en donde las vacas todavía se ordeñan a mano; no vayan a creer que todos los tambos son mecánicos. Nosotros le prestamos un servicio a esa gente mediante un periódico que tiene una tirada de mil ejemplares. A "Clarín", "La Nación" y a los dueños de Papel Prensa no les importa que esto salga.
Nosotros arrancamos en 2002 después de la crisis, y allá todavía había familias que estaban haciendo trueque.
Comenzamos vendiendo ciento cincuenta ejemplares y cuando llegamos a tener una tirada de mil ejemplares se nos puso fea la cosa porque no tenemos una imprenta y es muy difícil acceder a ella desde un medio de este tipo dado que nuestra economía no nos lo permite. Entonces tercerizamos la impresión a dos talleres gráficos -"La voz de Bragado" y "Democracia", de Junín, importante diario de la región creado por don Moisés Lebensohn y hoy manejado por su hijo Héctor- quienes durante mucho tiempo nos imprimieron y a quienes doy mi agradecimiento. La "Voz de Bragado" cuenta con el trabajo de Hugo Soto, uno de los creadores de DIPRA, una cooperativa creada con el fin de conseguir papel.
Cuando nosotros crecimos, en el tercer o cuarto año, Soto nos dijo que era muy difícil imprimirnos porque no tenía papel ni siquiera para él. Entonces fuimos a verlo a Héctor Lebensohn, quien haciendo un esfuerzo nos imprimió el diario.
Luego en 2006 se nos ocurrió la feliz idea de agregarle al diario un suplemento de ocho páginas -dos pliegos- para hacer un suplemento rural. Ahí le dábamos información a la gente sobre nuevas tecnologías, hacíamos reportajes para ver cómo se trabajaba, y nos dio muy buen resultado aunque sólo duró un año porque no había papel para imprimirlo.
El espacio actual de la "Voz de Bragado" era un pequeño taller gráfico con una máquina rotativa de dos cuerpos; hoy nos encontramos en ese diario con unas treinta bobinas de papel. Una bobina de papel de 74 centímetros de ancho como la que utilizamos nosotros pesa entre 450 y 500 kilos.
Que lástima que "Coco" hace un año que se murió. ¡Qué feliz estaría de ver tanto papel dentro del taller, cuando hace años esperábamos el camión del papel el viernes a la noche y no llegaba...! ¡No teníamos una bobina! ¿Cómo no apoyar esto este proyecto, que se debe convertir en ley? Tenemos que hacer todos los esfuerzos. Lo veo a Amarilla viniendo de Formosa, con el esfuerzo que ello representa; yo hice apenas doscientos kilómetros. Imagínense lo que necesitamos esta ley, que el papel sea declarado de interés público, porque lo es. Más allá de lo que contenga, este pequeño periódico es un servicio para seis comunidades del interior del partido de Bragado en el medio del campo.
En O'Brien vendemos alrededor de 250 ejemplares. ¿Sabe cuánto vende "Clarín" el mismo sábado? Cinco. Para los anunciantes es más interesante anunciar en mi periódico y no en "Clarín".
El otro día veía una película donde se demostraba cómo la unión hace la fuerza. Si uno corta una ramita de un árbol y la rompe, lo hace muy fácilmente; si uno junta seis o siete y las ata, no las van a poder romper. Esto es lo que debemos hacer: juntarnos para pelear contra un monstruo, porque solos es imposible.
Esta cooperativa tuvo que importar papel de Chile para poder seguir imprimiendo, por lo que espero que esto crezca mucho más allá de nosotros. Hoy con mis cincuenta y siete años no tengo muchas ganas de seguir haciendo esfuerzos, pero seguramente va a haber un hijo mío o alguien más que lo hará.
Trabajamos en el diario como si fuera una cooperativa, pero no lo teníamos concretado, y ayer empezamos los trámites para crearla. Este periódico muy pequeño del interior de la provincia de Buenos Aires va a ser una cooperativa, porque sigo sosteniendo que el esfuerzo individual a veces no alcanza mientras que el colectivo va a hacer que esto que tiene ocho años de esfuerzo de levantarse muy temprano a la mañana y repartirlo siga adelante.
La redacción de este diario cuenta con una sola computadora y lo hacemos mi señora y yo. Contamos con seis o siete personas que nos reparten el diario todos los sábados a la mañana y cobran un porcentaje por eso. Por ello vamos a constituir una cooperativa, y para eso queremos el papel, nada más que para eso. Nosotros no pretendemos hacer otra cosa sino que queremos ser un servicio en donde no llega absolutamente nadie.
Ojalá que no desaparezca el papel, porque si desaparece, también desaparecerá el diario. (Aplausos.)
Traje dos cosas que quiero que vean para saber de qué hablamos. Este es el pliego de nuestro diario, donde se imprimen cuatro páginas. A veces creemos que todos los diarios son como "Clarín". No, nosotros imprimimos muy poquito y ustedes lo pueden ver.
Vengo de una localidad que tiene 2.500 habitantes. Imprimimos un semanario hace ocho años como un servicio a la comunidad que no puede prestar "Clarín", "La Nación" ni "Perfil". Por ejemplo, nosotros anunciamos la Fiesta del Cosechero en un pueblito del partido de Junín que se llama Morse. Es su fiesta anual, donde la gente se reúne y se reconoce, en el marco de un pueblo que tiene cuatrocientas casas.
Cuando nosotros venimos a la Capital y nos preguntan de dónde procedemos, contestamos que somos de la Pampa Húmeda, en donde hay mucha gente que trabaja todos los días y se levanta muy temprano a laborar en un pequeño tambo en donde las vacas todavía se ordeñan a mano; no vayan a creer que todos los tambos son mecánicos. Nosotros le prestamos un servicio a esa gente mediante un periódico que tiene una tirada de mil ejemplares. A "Clarín", "La Nación" y a los dueños de Papel Prensa no les importa que esto salga.
Nosotros arrancamos en 2002 después de la crisis, y allá todavía había familias que estaban haciendo trueque.
Comenzamos vendiendo ciento cincuenta ejemplares y cuando llegamos a tener una tirada de mil ejemplares se nos puso fea la cosa porque no tenemos una imprenta y es muy difícil acceder a ella desde un medio de este tipo dado que nuestra economía no nos lo permite. Entonces tercerizamos la impresión a dos talleres gráficos -"La voz de Bragado" y "Democracia", de Junín, importante diario de la región creado por don Moisés Lebensohn y hoy manejado por su hijo Héctor- quienes durante mucho tiempo nos imprimieron y a quienes doy mi agradecimiento. La "Voz de Bragado" cuenta con el trabajo de Hugo Soto, uno de los creadores de DIPRA, una cooperativa creada con el fin de conseguir papel.
Cuando nosotros crecimos, en el tercer o cuarto año, Soto nos dijo que era muy difícil imprimirnos porque no tenía papel ni siquiera para él. Entonces fuimos a verlo a Héctor Lebensohn, quien haciendo un esfuerzo nos imprimió el diario.
Luego en 2006 se nos ocurrió la feliz idea de agregarle al diario un suplemento de ocho páginas -dos pliegos- para hacer un suplemento rural. Ahí le dábamos información a la gente sobre nuevas tecnologías, hacíamos reportajes para ver cómo se trabajaba, y nos dio muy buen resultado aunque sólo duró un año porque no había papel para imprimirlo.
El espacio actual de la "Voz de Bragado" era un pequeño taller gráfico con una máquina rotativa de dos cuerpos; hoy nos encontramos en ese diario con unas treinta bobinas de papel. Una bobina de papel de 74 centímetros de ancho como la que utilizamos nosotros pesa entre 450 y 500 kilos.
Que lástima que "Coco" hace un año que se murió. ¡Qué feliz estaría de ver tanto papel dentro del taller, cuando hace años esperábamos el camión del papel el viernes a la noche y no llegaba...! ¡No teníamos una bobina! ¿Cómo no apoyar esto este proyecto, que se debe convertir en ley? Tenemos que hacer todos los esfuerzos. Lo veo a Amarilla viniendo de Formosa, con el esfuerzo que ello representa; yo hice apenas doscientos kilómetros. Imagínense lo que necesitamos esta ley, que el papel sea declarado de interés público, porque lo es. Más allá de lo que contenga, este pequeño periódico es un servicio para seis comunidades del interior del partido de Bragado en el medio del campo.
En O'Brien vendemos alrededor de 250 ejemplares. ¿Sabe cuánto vende "Clarín" el mismo sábado? Cinco. Para los anunciantes es más interesante anunciar en mi periódico y no en "Clarín".
El otro día veía una película donde se demostraba cómo la unión hace la fuerza. Si uno corta una ramita de un árbol y la rompe, lo hace muy fácilmente; si uno junta seis o siete y las ata, no las van a poder romper. Esto es lo que debemos hacer: juntarnos para pelear contra un monstruo, porque solos es imposible.
Esta cooperativa tuvo que importar papel de Chile para poder seguir imprimiendo, por lo que espero que esto crezca mucho más allá de nosotros. Hoy con mis cincuenta y siete años no tengo muchas ganas de seguir haciendo esfuerzos, pero seguramente va a haber un hijo mío o alguien más que lo hará.
Trabajamos en el diario como si fuera una cooperativa, pero no lo teníamos concretado, y ayer empezamos los trámites para crearla. Este periódico muy pequeño del interior de la provincia de Buenos Aires va a ser una cooperativa, porque sigo sosteniendo que el esfuerzo individual a veces no alcanza mientras que el colectivo va a hacer que esto que tiene ocho años de esfuerzo de levantarse muy temprano a la mañana y repartirlo siga adelante.
La redacción de este diario cuenta con una sola computadora y lo hacemos mi señora y yo. Contamos con seis o siete personas que nos reparten el diario todos los sábados a la mañana y cobran un porcentaje por eso. Por ello vamos a constituir una cooperativa, y para eso queremos el papel, nada más que para eso. Nosotros no pretendemos hacer otra cosa sino que queremos ser un servicio en donde no llega absolutamente nadie.
Ojalá que no desaparezca el papel, porque si desaparece, también desaparecerá el diario. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Ricardo Forster, escritor y doctor en Filosofía.
SR. FORSTER Señora presidenta: en primer lugar, deseo expresar mi agradecimiento por haber sido invitado a esta audiencia que, en realidad, es un foro de la democracia. Llaman mi atención tantas sillas vacías y no ver a diputados de la oposición. Es un momento extraordinario de la vida política, institucional, económica y cultural tanto para la Argentina y como para Sudamérica; por eso no se entiende que un hecho tan trascendente y decisivo para generar las condiciones tendientes a profundizar la democracia, no interese a todos aquellos que decidieron dedicar su vida nada más ni nada menos que a la vocación política, el eje alrededor del cual una democracia puede discutirse, articularse y desplegarse.
Esto es todavía más complicado y grave si tomamos en cuenta lo extraordinario de este momento histórico. Pareciera ser que después de mucho tiempo, luego de épocas de degradación cultural, económica, política e institucional, de pérdida de referencias y de esperanza e incluso de desestructuración de tradiciones ligadas a lo popular, lo emancipador, lo igualitario y lo democrático, hemos llegado a un momento en el que todo se pone en discusión. Es una instancia formidable, fabulosa, y tendríamos que celebrar porque es muy raro, inusual, inédito y casi extraordinario que una sociedad asuma un compromiso tan profundamente democrático como revisar con intensidad sus tramas sociales, económicas, políticas y culturales.
Si miramos hacia atrás y pensamos en la intensidad de los años pasados, advertiremos que fueron años de vértigo, de profundas discusiones y de grandes conflictos. Esto también hay que decirlo, porque algunos plantean que la democracia es, supuestamente, un lugar de consenso, de carencia de conflictos, cuando en realidad, desde la alborada griega, la democracia guarda dentro suyo una lógica de conflicto que ha sido desde siempre el litigio por la igualdad.
Nos han tratado de convencer de que la democracia sólo gira alrededor de una esfera -entre comillas- de determinada concepción de la libertad. Nos han borrado o cercenado aquella otra dimensión sin la cual la mesa de la democracia es una mesa fraudulenta, donde los incontables de la historia tienen un lugar en la mesa igualitaria de la formación democrática pero no un sitio decisivo en la distribución equitativa de los bienes que se producen en el interior de una sociedad.
Por supuesto que el debate alrededor de la democracia está atravesado por la libertad. En un país como el nuestro, asolado por diferentes dictaduras y también por complicidades civiles con los gobiernos militares dictatoriales, eso es una ganancia histórica.
Queda claro que si podemos hablar de la libertad con absoluta libertad, es porque muchos han puesto el cuerpo para defenderla cuando los poderes corporativos -e incluyo aquí a la trama de la corporación mediática- fueron cómplices y gestores de un modelo de apropiación o de expropiación, en algunos casos, de los cuerpos, de las ideas y de la vida de una parte fundamental de nuestra sociedad.
Se puede estar de acuerdo o no con este proyecto de ley, decir que tiene carencias y plantear alternativas; pero estar ausente de este debate equivale a infligir una herida real a la democracia y a un espacio clave de la trama democrática, como es el Poder Legislativo.
Hay un aspecto que considero fundamental. Cuando hablamos de distribución igualitaria, no estamos regresando a una especie de espectro o de fantasma como aquel con el que comenzaba una obra publicada en 1847 que decía: "Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo."
Para algunos la palabra "igualdad" -fíjense qué regresión al día previo a la Revolución Francesa- supone algo así como esa visión loca, alucinada, de algún retrógrado troglodita falangista que pensaba que los comunistas se comían a los niños y desplegaba propaganda e ideología, asolando el concepto de igualdad y transformándolo en una especie de acción terrorista y de impugnador de la libertad. Y no hay nada más venerable, claro y decisivo en la gran tradición del debate democrático del pensamiento moderno que el debate en torno a la igualdad y al vínculo entre igualdad y libertad. Desde el comienzo de la filosofía política de la modernidad hay un debate histórico entre Hobbes y Spinoza. Para el primero el miedo funda la posibilidad de dar cuenta de un orden social, de otorgar el poder al soberano para que ejerza la coacción legislativa sobre aquellos que han decidido no hacer un uso indiscriminado de la violencia. El miedo es una pasión útil para la construcción de la sociedad civil.
Por el contrario, lo que Spinoza dirá es que lo que el miedo hace es sujetar a los individuos e impedirles ejercer su autonomía, su libertad de pensamiento y la construcción de una república de los iguales.
Somos hijos de ese debate. Cada una de esas palabras son intensas, venerables y profundas, y habría que ir reconociéndolas y actualizándolas para ver qué estamos diciendo en la sociedad argentina. Cuando decimos "distribución igualitaria de la palabra y de la imagen", lo que decimos es que la trama cultural simbólica es fundamental en el interior de las democracias contemporáneas. Los lenguajes comunicacionales, audiovisuales y gráficos, y la multiplicidad alrededor de la cual se fue desplegando el mundo de la comunicación tienen una incidencia decisiva en el espectro democrático, en la construcción del sentido común, en el forjamiento de la opinión pública, en la definición de aquello que es visible o invisible, su retórica, sus construcciones argumentativas y sus lógicas gramaticales. Sus estructuras de sentido matan o pueden otorgar vida. Pueden incluir y pueden excluir. Fíjense qué decisivo es para una sociedad que se dice democrática definir las condiciones que le permitan al conjunto de las diversas voces y sujetos que habitan en el interior de nuestra sociedad poder encontrar protección a la hora de tener derechos que le permitan efectivamente proyectar su mirada, sus puntos de vista y sus convicciones.
Lo que no existe en este momento porque no está legislado en la Argentina es una garantía que le permita a la multiplicidad de actores -pequeños, muy pequeños, insignificantes y también seguramente grandes- tener una relación -los griegos la llamaban "de isegoría"- con la palabra, es decir, que cada uno -sea un gran retórico, un tartamudo, un dueño de campos o un pequeño labrador- pueda ir al centro del ágora y decir su palabra. Mientras esto no se pueda garantizar la democracia estará fallida. A la democracia le falta algo, que es justamente la posibilidad de unir profundamente esa declaración de principios que debe garantizar la libertad de prensa y de opinión con la igualdad de acceso a los recursos a partir de los cuales cada individuo y colectivo que integra nuestra sociedad necesita para expresar su visibilidad, sus padeceres, sus sueños, sus miradas y sus convicciones.
Me parece que en realidad, en última instancia, lo que estamos discutiendo sigue siendo qué república. Muchos hablan de la república, de la calidad institucional y de la división de poderes. Se desgarran las vestiduras una y otra vez en torno a estos debates que supuestamente vienen a expresar una carencia de república en la sociedad argentina contemporánea cuando en realidad la república, si la tratamos de pensar en el interior de una tradición democrática y no fuera de ella -porque se la puede pensar de esta última forma-, debe tener como sustancia, núcleo o cuestión decisiva la posibilidad de que esa multiplicidad que expresa el tumulto de la vida social encuentre derechos y representaciones igualitarias.
El viejo litigio en torno a la igualdad fundó la democracia e hizo posible la política. Cuando a algunos se les ocurrió producir algo así como la democracia, se enfrentaron a un problema que se invitó a todos aquellos que tenían que entrar en la democracia a decir lo que pensaban. Pero en un momento aquellos que quisieron ser parte de la democracia y que fueron reconocidos como iguales le dijeron a los otros que los derechos no terminan sólo en decir lo que se piensa sino que también avanza sobre la necesidad de distribuir mejor las riquezas materiales y simbólicas de una sociedad. Una democracia más profunda y más genuina es aquella que logra establecer los vasos comunicantes entre esas dos maneras esenciales de distribución de los bienes que se producen en el interior de una sociedad.
Desde esta sociedad de la que estamos hablando en la que los medios de comunicación son fundamentales en una época estructuralmente dominada por los flujos de la comunicación, que ha producido transformaciones claves en los imaginarios colectivos, en la construcción de sujeto, que ha entrado incluso en las prácticas políticas y de institución de la sociedad, desde las instituciones de la República que reclamamos como democráticas, si no somos capaces de legislar a favor en este caso específico que tiene que ver con la prensa gráfica y con todo lo que hace al mundo de la palabra escrita e impresa, si no somos capaces de legislar a favor de la garantía de todos, los tartamudos y los que hablan bien, los ricos y los pobres, si no capaces de garantizar el acceso equitativo e igualitario a la pasta de papel -el insumo clave sin el cual se impide lo igualitario en ese plano-, estaremos cercenando no solamente el derecho al acceso a ese bien material sino también impidiendo la distribución igualitaria de los bienes culturales simbólicos. En el mismo momento estamos retrocediendo, invalidando la democracia y vaciando a la República para simplemente transformarla en una República de los desiguales.
No discutimos desde un lugar artificial, abstracto o ahistórico sino que lo hacemos de frente a todo una trama de la historia argentina. Papel Prensa no es sólo un nombre abstracto o el nombre de fantasía de una empresa. No voy a hacer en este momento ningún juicio de valor ni me voy a meter en lo que ha sido la historia de Papel Prensa, que ya se ha discutido muchísimo, pero está allí como un núcleo clave para entender lo que en la Argentina ha tratado de impedir sistemáticamente una y otra vez que la democracia sea ese momento en el que el litigio por la igualdad se encuentre con el deseo de la libertad, porque ha sido el espacio de la apropiación sistemática del derecho de los muchos.
Vuelvo al comienzo: creo que hoy estamos en un momento extraordinario y fundamental porque nos hemos animado como sociedad a discutir absolutamente todo. Me resulta escandaloso que haya quienes crean que el conflicto, la crispación y la violencia retórica colocan a la Argentina en una especie de abismo totalitario. Utilizan recursos salvajes y brutales que en realidad le hacen un daño brutal a las víctimas reales de los fascismos y los totalitarismos, acusando a un proyecto que busca por un lado que el Poder Judicial de la Nación investigue con seriedad el origen y desarrollo de Papel Prensa y que, por otro, eleva una iniciativa a ser abierta y discutida por la comunidad de legisladores, un proyecto que garantice que se convierta en cuestión pública nada más ni nada menos que la producción y la distribución igualitaria del insumo clave para que sea más libre la escritura en la Argentina.
Sabemos que todavía, por suerte, la palabra escrita e impresa tiene un nivel de responsabilidad a veces mayor que la que uno va diciendo por allí, que se las suele llevar el viento. La palabra escrita, la que se pone en los moldes y que nos recuerda a los viejos linotipistas y a las viejas luchas de quienes defendieron la libertad de escribir y de pensar contra las tiranías, sigue teniendo un poder simbólico inmenso y es decisiva, por más que haya nuevas tecnologías audiovisuales complicadas.
Agradezco que me hayan invitado a poder decir esto que pienso. Me parece fundamental y decisivo para la democracia avanzar con un proyecto de estas características. (Aplausos.)
Esto es todavía más complicado y grave si tomamos en cuenta lo extraordinario de este momento histórico. Pareciera ser que después de mucho tiempo, luego de épocas de degradación cultural, económica, política e institucional, de pérdida de referencias y de esperanza e incluso de desestructuración de tradiciones ligadas a lo popular, lo emancipador, lo igualitario y lo democrático, hemos llegado a un momento en el que todo se pone en discusión. Es una instancia formidable, fabulosa, y tendríamos que celebrar porque es muy raro, inusual, inédito y casi extraordinario que una sociedad asuma un compromiso tan profundamente democrático como revisar con intensidad sus tramas sociales, económicas, políticas y culturales.
Si miramos hacia atrás y pensamos en la intensidad de los años pasados, advertiremos que fueron años de vértigo, de profundas discusiones y de grandes conflictos. Esto también hay que decirlo, porque algunos plantean que la democracia es, supuestamente, un lugar de consenso, de carencia de conflictos, cuando en realidad, desde la alborada griega, la democracia guarda dentro suyo una lógica de conflicto que ha sido desde siempre el litigio por la igualdad.
Nos han tratado de convencer de que la democracia sólo gira alrededor de una esfera -entre comillas- de determinada concepción de la libertad. Nos han borrado o cercenado aquella otra dimensión sin la cual la mesa de la democracia es una mesa fraudulenta, donde los incontables de la historia tienen un lugar en la mesa igualitaria de la formación democrática pero no un sitio decisivo en la distribución equitativa de los bienes que se producen en el interior de una sociedad.
Por supuesto que el debate alrededor de la democracia está atravesado por la libertad. En un país como el nuestro, asolado por diferentes dictaduras y también por complicidades civiles con los gobiernos militares dictatoriales, eso es una ganancia histórica.
Queda claro que si podemos hablar de la libertad con absoluta libertad, es porque muchos han puesto el cuerpo para defenderla cuando los poderes corporativos -e incluyo aquí a la trama de la corporación mediática- fueron cómplices y gestores de un modelo de apropiación o de expropiación, en algunos casos, de los cuerpos, de las ideas y de la vida de una parte fundamental de nuestra sociedad.
Se puede estar de acuerdo o no con este proyecto de ley, decir que tiene carencias y plantear alternativas; pero estar ausente de este debate equivale a infligir una herida real a la democracia y a un espacio clave de la trama democrática, como es el Poder Legislativo.
Hay un aspecto que considero fundamental. Cuando hablamos de distribución igualitaria, no estamos regresando a una especie de espectro o de fantasma como aquel con el que comenzaba una obra publicada en 1847 que decía: "Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo."
Para algunos la palabra "igualdad" -fíjense qué regresión al día previo a la Revolución Francesa- supone algo así como esa visión loca, alucinada, de algún retrógrado troglodita falangista que pensaba que los comunistas se comían a los niños y desplegaba propaganda e ideología, asolando el concepto de igualdad y transformándolo en una especie de acción terrorista y de impugnador de la libertad. Y no hay nada más venerable, claro y decisivo en la gran tradición del debate democrático del pensamiento moderno que el debate en torno a la igualdad y al vínculo entre igualdad y libertad. Desde el comienzo de la filosofía política de la modernidad hay un debate histórico entre Hobbes y Spinoza. Para el primero el miedo funda la posibilidad de dar cuenta de un orden social, de otorgar el poder al soberano para que ejerza la coacción legislativa sobre aquellos que han decidido no hacer un uso indiscriminado de la violencia. El miedo es una pasión útil para la construcción de la sociedad civil.
Por el contrario, lo que Spinoza dirá es que lo que el miedo hace es sujetar a los individuos e impedirles ejercer su autonomía, su libertad de pensamiento y la construcción de una república de los iguales.
Somos hijos de ese debate. Cada una de esas palabras son intensas, venerables y profundas, y habría que ir reconociéndolas y actualizándolas para ver qué estamos diciendo en la sociedad argentina. Cuando decimos "distribución igualitaria de la palabra y de la imagen", lo que decimos es que la trama cultural simbólica es fundamental en el interior de las democracias contemporáneas. Los lenguajes comunicacionales, audiovisuales y gráficos, y la multiplicidad alrededor de la cual se fue desplegando el mundo de la comunicación tienen una incidencia decisiva en el espectro democrático, en la construcción del sentido común, en el forjamiento de la opinión pública, en la definición de aquello que es visible o invisible, su retórica, sus construcciones argumentativas y sus lógicas gramaticales. Sus estructuras de sentido matan o pueden otorgar vida. Pueden incluir y pueden excluir. Fíjense qué decisivo es para una sociedad que se dice democrática definir las condiciones que le permitan al conjunto de las diversas voces y sujetos que habitan en el interior de nuestra sociedad poder encontrar protección a la hora de tener derechos que le permitan efectivamente proyectar su mirada, sus puntos de vista y sus convicciones.
Lo que no existe en este momento porque no está legislado en la Argentina es una garantía que le permita a la multiplicidad de actores -pequeños, muy pequeños, insignificantes y también seguramente grandes- tener una relación -los griegos la llamaban "de isegoría"- con la palabra, es decir, que cada uno -sea un gran retórico, un tartamudo, un dueño de campos o un pequeño labrador- pueda ir al centro del ágora y decir su palabra. Mientras esto no se pueda garantizar la democracia estará fallida. A la democracia le falta algo, que es justamente la posibilidad de unir profundamente esa declaración de principios que debe garantizar la libertad de prensa y de opinión con la igualdad de acceso a los recursos a partir de los cuales cada individuo y colectivo que integra nuestra sociedad necesita para expresar su visibilidad, sus padeceres, sus sueños, sus miradas y sus convicciones.
Me parece que en realidad, en última instancia, lo que estamos discutiendo sigue siendo qué república. Muchos hablan de la república, de la calidad institucional y de la división de poderes. Se desgarran las vestiduras una y otra vez en torno a estos debates que supuestamente vienen a expresar una carencia de república en la sociedad argentina contemporánea cuando en realidad la república, si la tratamos de pensar en el interior de una tradición democrática y no fuera de ella -porque se la puede pensar de esta última forma-, debe tener como sustancia, núcleo o cuestión decisiva la posibilidad de que esa multiplicidad que expresa el tumulto de la vida social encuentre derechos y representaciones igualitarias.
El viejo litigio en torno a la igualdad fundó la democracia e hizo posible la política. Cuando a algunos se les ocurrió producir algo así como la democracia, se enfrentaron a un problema que se invitó a todos aquellos que tenían que entrar en la democracia a decir lo que pensaban. Pero en un momento aquellos que quisieron ser parte de la democracia y que fueron reconocidos como iguales le dijeron a los otros que los derechos no terminan sólo en decir lo que se piensa sino que también avanza sobre la necesidad de distribuir mejor las riquezas materiales y simbólicas de una sociedad. Una democracia más profunda y más genuina es aquella que logra establecer los vasos comunicantes entre esas dos maneras esenciales de distribución de los bienes que se producen en el interior de una sociedad.
Desde esta sociedad de la que estamos hablando en la que los medios de comunicación son fundamentales en una época estructuralmente dominada por los flujos de la comunicación, que ha producido transformaciones claves en los imaginarios colectivos, en la construcción de sujeto, que ha entrado incluso en las prácticas políticas y de institución de la sociedad, desde las instituciones de la República que reclamamos como democráticas, si no somos capaces de legislar a favor en este caso específico que tiene que ver con la prensa gráfica y con todo lo que hace al mundo de la palabra escrita e impresa, si no somos capaces de legislar a favor de la garantía de todos, los tartamudos y los que hablan bien, los ricos y los pobres, si no capaces de garantizar el acceso equitativo e igualitario a la pasta de papel -el insumo clave sin el cual se impide lo igualitario en ese plano-, estaremos cercenando no solamente el derecho al acceso a ese bien material sino también impidiendo la distribución igualitaria de los bienes culturales simbólicos. En el mismo momento estamos retrocediendo, invalidando la democracia y vaciando a la República para simplemente transformarla en una República de los desiguales.
No discutimos desde un lugar artificial, abstracto o ahistórico sino que lo hacemos de frente a todo una trama de la historia argentina. Papel Prensa no es sólo un nombre abstracto o el nombre de fantasía de una empresa. No voy a hacer en este momento ningún juicio de valor ni me voy a meter en lo que ha sido la historia de Papel Prensa, que ya se ha discutido muchísimo, pero está allí como un núcleo clave para entender lo que en la Argentina ha tratado de impedir sistemáticamente una y otra vez que la democracia sea ese momento en el que el litigio por la igualdad se encuentre con el deseo de la libertad, porque ha sido el espacio de la apropiación sistemática del derecho de los muchos.
Vuelvo al comienzo: creo que hoy estamos en un momento extraordinario y fundamental porque nos hemos animado como sociedad a discutir absolutamente todo. Me resulta escandaloso que haya quienes crean que el conflicto, la crispación y la violencia retórica colocan a la Argentina en una especie de abismo totalitario. Utilizan recursos salvajes y brutales que en realidad le hacen un daño brutal a las víctimas reales de los fascismos y los totalitarismos, acusando a un proyecto que busca por un lado que el Poder Judicial de la Nación investigue con seriedad el origen y desarrollo de Papel Prensa y que, por otro, eleva una iniciativa a ser abierta y discutida por la comunidad de legisladores, un proyecto que garantice que se convierta en cuestión pública nada más ni nada menos que la producción y la distribución igualitaria del insumo clave para que sea más libre la escritura en la Argentina.
Sabemos que todavía, por suerte, la palabra escrita e impresa tiene un nivel de responsabilidad a veces mayor que la que uno va diciendo por allí, que se las suele llevar el viento. La palabra escrita, la que se pone en los moldes y que nos recuerda a los viejos linotipistas y a las viejas luchas de quienes defendieron la libertad de escribir y de pensar contra las tiranías, sigue teniendo un poder simbólico inmenso y es decisiva, por más que haya nuevas tecnologías audiovisuales complicadas.
Agradezco que me hayan invitado a poder decir esto que pienso. Me parece fundamental y decisivo para la democracia avanzar con un proyecto de estas características. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULIO Tiene la palabra Claudio Morales, coordinador del taller de periodismo de la Escuela N° 19, Luis Pasteur.
SR. MORALES Buenos días a todos. Es un placer muy grande estar aquí.
Soy periodista y docente. Desde hace diecisiete años coordino el taller de periodismo del Colegio N° 19, que es un grupo formado por ex alumnos del taller en el denominado Grupo Pasteur. Me gustaría invitar a compartir esta breve disertación a Joaquín Túñez y Diego Sívori, quienes podrán comentarles qué es lo que hacemos en la escuela y lo que significa el costo del papel en un proyecto educativo de medios.
En la reunión de producción en las horas tardías de la noche de ayer pensábamos cómo afrontar esta conversación. Imaginaba que la última jornada de la audiencia iba a estar repleta de gente, no sólo de público, sino fundamentalmente de medios de comunicación, no sólo del monopolio sino de otros que hablan mucho de la libertad de expresión. Suponíamos también -ingenuamente- que nos íbamos a encontrar con muchos legisladores de la oposición.
Obviamente uno a veces es muy ingenuo: este es el país real. Lo que los chicos ven permanentemente en las clases del taller de periodismo es el país virtual; ven tapas de diarios hablando de lo que profesor recién dijo, hablando de crispación, violencia y caos. No hay medios ni políticos en el Congreso, en la casa del pueblo.
La señora diputada Di Tulio y otros compañeros legisladores han tenido la valentía de realizar estas audiencias públicas para permitir que distintas voces del pueblo expresen lo que piensan y sienten, por lo que esta posibilidad es enorme. Han venido periodistas de Formosa y de distintas partes del país. Para nosotros es más fácil dado que estamos en Villa Devoto, en la ciudad de Buenos Aires. No sé si esos periodistas y legisladores que utilizan un discurso virulento se dan cuenta de cómo los sectores sociales toman esa actitud.
Hoy íbamos a venir con un buen número de estudiantes del taller de periodismo, chicos de trece a diecisiete años, no para escucharme a mí sino para que vieran lo que es el Congreso de la Nación y que no todo es lo que se dice en los medios. Pero solamente vinieron dos; anoche leía los mensajes que se mandaban por Facebook o correo electrónico y los chicos me decían con mucha bronca que los padres no les dejaban venir, que no querían que vinieran porque se los estaba utilizando.
Nosotros queremos un periodismo independiente.
No sé qué significa "independiente". Yo soy de Boca y la verdad es que no entiendo qué quiere decir esa palabra. (Risas.)
Lo que sí entiendo es que en diecisiete años de taller de periodismo conformamos un periodismo comprometido con una agenda que establecemos nosotros mismos en función de lo que los chicos sienten y de lo que vemos en la realidad.
Este es el país real: el país en el que los legisladores decidieron escuchar distintas voces y están dispuestos a debatir el proyecto de ley presentado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Son legisladores dispuestos a sacar de entre las sombras el tema de Papel Prensa, que estaba en el arcón de los recuerdos. Es vergonzoso que recién ahora, luego de veintisiete años de recuperada la democracia, se hable de esto. Obviamente nos parece auspicioso que se debata sobre Papel Prensa, pero es escandaloso que se lo haga luego de tanto tiempo.
De todas formas, este hecho habla de un momento político que para mí es increíble. Cuando veo a los chicos, alumnos o ex alumnos, aquí o en las marchas estudiantiles, no puedo creer cómo se ha recuperado la participación y cómo hay un gobierno que envía proyectos pensando en la inclusión social, en la libertad de expresión, proyectos tendientes a que todos los sectores de la sociedad sean escuchados. Esto no es poco; por el contrario, es mucho.
Los chicos quizás no lo saben, pero hemos esperado mucho para poder decir estas cosas. Veo en esta audiencia a colegas periodistas, al profesor Forster y a políticos a quien uno admira porque conoce la lucha que llevan adelante. En ocasiones los vemos en televisión tratando de defender cuestiones sobre las que es difícil discutir. Hace dos días vi el debate que trataba de dar el señor diputado Dante Gullo en TN; en verdad, era vergonzoso lo que se decía en nombre de los derechos humanos.
El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo defiende e investiga no sólo los derechos humanos sino también todo aquello vinculado con la libertad de expresión. Espero que esta iniciativa, que es muy cara para todos nosotros, permita a los medios chicos seguir trabajando. En nuestro caso, esperamos poder continuar publicando nuestro periódico con mayor asiduidad. Para los pequeños emprendimientos es muy difícil desarrollarse y trabajar.
A continuación, cederé el uso de la palabra a uno de los ex alumnos, el señor Diego Sívori.
Soy periodista y docente. Desde hace diecisiete años coordino el taller de periodismo del Colegio N° 19, que es un grupo formado por ex alumnos del taller en el denominado Grupo Pasteur. Me gustaría invitar a compartir esta breve disertación a Joaquín Túñez y Diego Sívori, quienes podrán comentarles qué es lo que hacemos en la escuela y lo que significa el costo del papel en un proyecto educativo de medios.
En la reunión de producción en las horas tardías de la noche de ayer pensábamos cómo afrontar esta conversación. Imaginaba que la última jornada de la audiencia iba a estar repleta de gente, no sólo de público, sino fundamentalmente de medios de comunicación, no sólo del monopolio sino de otros que hablan mucho de la libertad de expresión. Suponíamos también -ingenuamente- que nos íbamos a encontrar con muchos legisladores de la oposición.
Obviamente uno a veces es muy ingenuo: este es el país real. Lo que los chicos ven permanentemente en las clases del taller de periodismo es el país virtual; ven tapas de diarios hablando de lo que profesor recién dijo, hablando de crispación, violencia y caos. No hay medios ni políticos en el Congreso, en la casa del pueblo.
La señora diputada Di Tulio y otros compañeros legisladores han tenido la valentía de realizar estas audiencias públicas para permitir que distintas voces del pueblo expresen lo que piensan y sienten, por lo que esta posibilidad es enorme. Han venido periodistas de Formosa y de distintas partes del país. Para nosotros es más fácil dado que estamos en Villa Devoto, en la ciudad de Buenos Aires. No sé si esos periodistas y legisladores que utilizan un discurso virulento se dan cuenta de cómo los sectores sociales toman esa actitud.
Hoy íbamos a venir con un buen número de estudiantes del taller de periodismo, chicos de trece a diecisiete años, no para escucharme a mí sino para que vieran lo que es el Congreso de la Nación y que no todo es lo que se dice en los medios. Pero solamente vinieron dos; anoche leía los mensajes que se mandaban por Facebook o correo electrónico y los chicos me decían con mucha bronca que los padres no les dejaban venir, que no querían que vinieran porque se los estaba utilizando.
Nosotros queremos un periodismo independiente.
No sé qué significa "independiente". Yo soy de Boca y la verdad es que no entiendo qué quiere decir esa palabra. (Risas.)
Lo que sí entiendo es que en diecisiete años de taller de periodismo conformamos un periodismo comprometido con una agenda que establecemos nosotros mismos en función de lo que los chicos sienten y de lo que vemos en la realidad.
Este es el país real: el país en el que los legisladores decidieron escuchar distintas voces y están dispuestos a debatir el proyecto de ley presentado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Son legisladores dispuestos a sacar de entre las sombras el tema de Papel Prensa, que estaba en el arcón de los recuerdos. Es vergonzoso que recién ahora, luego de veintisiete años de recuperada la democracia, se hable de esto. Obviamente nos parece auspicioso que se debata sobre Papel Prensa, pero es escandaloso que se lo haga luego de tanto tiempo.
De todas formas, este hecho habla de un momento político que para mí es increíble. Cuando veo a los chicos, alumnos o ex alumnos, aquí o en las marchas estudiantiles, no puedo creer cómo se ha recuperado la participación y cómo hay un gobierno que envía proyectos pensando en la inclusión social, en la libertad de expresión, proyectos tendientes a que todos los sectores de la sociedad sean escuchados. Esto no es poco; por el contrario, es mucho.
Los chicos quizás no lo saben, pero hemos esperado mucho para poder decir estas cosas. Veo en esta audiencia a colegas periodistas, al profesor Forster y a políticos a quien uno admira porque conoce la lucha que llevan adelante. En ocasiones los vemos en televisión tratando de defender cuestiones sobre las que es difícil discutir. Hace dos días vi el debate que trataba de dar el señor diputado Dante Gullo en TN; en verdad, era vergonzoso lo que se decía en nombre de los derechos humanos.
El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo defiende e investiga no sólo los derechos humanos sino también todo aquello vinculado con la libertad de expresión. Espero que esta iniciativa, que es muy cara para todos nosotros, permita a los medios chicos seguir trabajando. En nuestro caso, esperamos poder continuar publicando nuestro periódico con mayor asiduidad. Para los pequeños emprendimientos es muy difícil desarrollarse y trabajar.
A continuación, cederé el uso de la palabra a uno de los ex alumnos, el señor Diego Sívori.
SR. SÍVORI Señora presidenta: trabajo en este proyecto con el señor Claudio Morales desde hace varios años.
Sobre todo quiero recalcar algunos puntos referidos a la producción del diario; es decir, a la tarea más casera, a la cocina, por decirlo de alguna manera.
Nuestro diario es totalmente gratuito. O sea que no tiene ningún fin comercial y su propósito es informativo, cultural y educativo. Nos cuesta mucho salir adelante. Actualmente, la tirada está entre los 5.000 y 6.000 ejemplares. Muchos dirán que es una gran tirada, pero ahí viene la otra pregunta: ¿Cuánto cuesta todo esto? Justamente, ahí está el problema; el precio que hoy día tiene el papel y el presupuesto con que contamos nos lleva a un costo de entre 4.000 y 4.500 pesos por tirada para una publicación de dieciséis páginas.
Para quienes no conocen el diario, hemos sacado diferentes números; en ocasiones una vez al año y en otras, dos o tres veces. Insisto en que hacemos todo a pulmón, y al decir esto me refiero a aportes solidarios de la gente, a la utilización de mesas callejeras para difundir el diario, etcétera.
A esto se agregan las publicidades. Obviamente, los precios inciden mucho en la producción del diario. En los últimos años -sobre todo, en los últimos meses- se elevaron esos precios de producción.
Y justamente en años anteriores -obviamente hablamos específicamente de "Clarín"- había sacado un diario barrial quincenal que nos impactó en forma muy fuerte a la hora de conseguir la publicidad, porque lógicamente el comerciante de barrio prefería publicar en un medio principal antes que en uno barrial, dependiendo de la cantidad de comerciantes que compartan la línea ideológica del diario.
Insisto en que todo es a pulmón. En 2006 fuimos declarados de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y esto nos dio una carta que ahora presentamos ante la sociedad, publicitantes y personas. Lo hacemos en Devoto para toda la sociedad. Insisto en que la distribución también es a pulmón y más que nada sería muy importante para nosotros tener acceso al papel a un costo mucho menor, ya que a la hora de producirlo nos resulta muy difícil.
Sobre todo quiero recalcar algunos puntos referidos a la producción del diario; es decir, a la tarea más casera, a la cocina, por decirlo de alguna manera.
Nuestro diario es totalmente gratuito. O sea que no tiene ningún fin comercial y su propósito es informativo, cultural y educativo. Nos cuesta mucho salir adelante. Actualmente, la tirada está entre los 5.000 y 6.000 ejemplares. Muchos dirán que es una gran tirada, pero ahí viene la otra pregunta: ¿Cuánto cuesta todo esto? Justamente, ahí está el problema; el precio que hoy día tiene el papel y el presupuesto con que contamos nos lleva a un costo de entre 4.000 y 4.500 pesos por tirada para una publicación de dieciséis páginas.
Para quienes no conocen el diario, hemos sacado diferentes números; en ocasiones una vez al año y en otras, dos o tres veces. Insisto en que hacemos todo a pulmón, y al decir esto me refiero a aportes solidarios de la gente, a la utilización de mesas callejeras para difundir el diario, etcétera.
A esto se agregan las publicidades. Obviamente, los precios inciden mucho en la producción del diario. En los últimos años -sobre todo, en los últimos meses- se elevaron esos precios de producción.
Y justamente en años anteriores -obviamente hablamos específicamente de "Clarín"- había sacado un diario barrial quincenal que nos impactó en forma muy fuerte a la hora de conseguir la publicidad, porque lógicamente el comerciante de barrio prefería publicar en un medio principal antes que en uno barrial, dependiendo de la cantidad de comerciantes que compartan la línea ideológica del diario.
Insisto en que todo es a pulmón. En 2006 fuimos declarados de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y esto nos dio una carta que ahora presentamos ante la sociedad, publicitantes y personas. Lo hacemos en Devoto para toda la sociedad. Insisto en que la distribución también es a pulmón y más que nada sería muy importante para nosotros tener acceso al papel a un costo mucho menor, ya que a la hora de producirlo nos resulta muy difícil.
SR. TÚÑEZ Mi nombre es Joaquín Túñez y estoy acá como militante político y sobre todo como estudiante de educación pública. Me parece que esto es lo que venimos a afianzar. Lo que relataron antes los compañeros es en realidad un grupo multimedios, ya que hacemos radio, somos productores televisivos y audiovisuales y realizamos una producción gráfica que es un diario, Ecos 19, que tiene una impronta muy importante relacionada con la educación pública. Todo esto que uno viene viendo en el último tiempo, lo que pasa en los colegios secundarios, lo que tiene que ver -creemos que como todo en este país- con la contradicción principal, que es liberar o depender, se relaciona con dos modelos de país. Hay un modelo de país a cuyo lado están los monopolios y que intrínsecamente nos obliga a depender de comprar el papel a dos grandes monstruos, que son Clarín y La Nación, que hicieron su poder a punta de picana y no solamente siendo cómplices pasivos o como una acción de omisión de contar lo que pasaba durante la dictadura, sino activamente, mintiendo, reproduciendo la lógica. Esto, en términos de Althusser, forma el aparato ideológico que sustentó al aparato represivo para llevar adelante ese golpe de Estado. De ese lado están los monopolios, el neoliberalismo, la exclusión social y la política que lleva adelante, entre otros, el gobierno de Macri en la ciudad de Buenos Aires en cuanto al tema de la educación pública.
Del otro lado consideramos que está el bloque de lo nacional y popular, de los que entienden que la comunicación popular es efectivamente la que nos puede llevar adelante como un proyecto de liberación que implica una segunda y definitiva independencia que no se hace desde otro lugar que no sea la educación pública y la comunicación popular como dos conceptos que van completamente de la mano. Me refiero a la posibilidad de brindarnos a nosotros -recuerdo cuando hace un par de años estábamos en el colegio secundario- estas herramientas para decir lo que tenemos que decir. Esto permitió que cada uno de los que íbamos egresando del querido Colegio N° 19, bachiller público, nos posicionáramos en diferentes estructuras del proceso de comunicación.
Actualmente me encuentro desarrollando tareas en una radio comunitaria, que es Radio La Milagrosa, en Ciudad Oculta. Esto tiene que ver con lo mismo, es decir, de qué manera desde la comunicación popular se puede hacer democracia. Creemos que los monopolios son ontológicamente contrarios a la democracia. Y este proyecto de ley que nos convoca hoy tiene que ver con esto. Si nosotros logramos tener un control del Estado sobre todo aquello que nos fueron arrancando desde 1976 en adelante -se podría decir que hasta 2003- estaremos logrando realmente un avance del campo popular en lo que tiene que ver con estas cosas.
También creo que esta iniciativa viene de la mano de la ley de medios, por la que todos salimos a luchar y que nos encontró antes de ayer congregados en Tribunales. De alguna manera esa ley nuclea lo que tiene que ver con lo que son las radios y los canales de televisión.
En cambio, el proyecto que nos ocupa tiene que ver con la pata gráfica, que es el tercer soporte fundamental e histórico del periodismo. Y lo entendemos en la misma sintonía, es decir, como un derecho humano a la información en la búsqueda de una posibilidad real del campo popular -en nuestro caso, de las escuelas públicas- en el sentido de dar a conocer qué es lo que sucede con el presupuesto subejecutado y con las políticas públicas en torno a la educación.
Creo que cuando las bisagras de la historia rechinan es el momento en que hay que aguzar las contradicciones. En esto me permito tomar las palabras del compañero Forster, es decir, no hay forma de entender que la política correcta es el consenso. Me parece que justamente a partir del debate público y de pluralizar las voces es donde uno construye un mejor conocimiento de lo que sucede en la realidad.
Desde este lugar nosotros no lo venimos a solicitar sino que lo exigimos como organizaciones populares y de educación pública, porque estamos muy entrenados para agarrar las herramientas y hacerlas nuestras cuando los tiempos son adversos.
Cuando el viento sopla a favor, venimos a exigir un punto de vista legítimo que tiene que ver con tener la posibilidad de contar con un papel a un precio real y accesible para llevar adelante nuestra comunicación. Quizás no están presentes las personas a las cuales está dirigido este comentario, pero esta etapa es histórica, y la historia no perdona a los traidores. Los legisladores que deciden no venir, que "ningunean" lo que pasa acá, sufrirán un costo pues esta generación de la que soy parte va a dar cuenta de ello en estos años y va a tomar esas riendas.
Cuando las contradicciones se extreman, uno las abraza. Hay dos modelos de país desde la resolución 125 en adelante. Se ve muy fuertemente que a partir de ahí se sabe hacia qué lugar se quiere construir y desde este lugar lo celebramos.
Por último quiero citar a Jauretche: "O es pa' todos la cobija, o es pa' todos el invierno." Y creo que así viene la mano y nosotros queremos eso.
Del otro lado consideramos que está el bloque de lo nacional y popular, de los que entienden que la comunicación popular es efectivamente la que nos puede llevar adelante como un proyecto de liberación que implica una segunda y definitiva independencia que no se hace desde otro lugar que no sea la educación pública y la comunicación popular como dos conceptos que van completamente de la mano. Me refiero a la posibilidad de brindarnos a nosotros -recuerdo cuando hace un par de años estábamos en el colegio secundario- estas herramientas para decir lo que tenemos que decir. Esto permitió que cada uno de los que íbamos egresando del querido Colegio N° 19, bachiller público, nos posicionáramos en diferentes estructuras del proceso de comunicación.
Actualmente me encuentro desarrollando tareas en una radio comunitaria, que es Radio La Milagrosa, en Ciudad Oculta. Esto tiene que ver con lo mismo, es decir, de qué manera desde la comunicación popular se puede hacer democracia. Creemos que los monopolios son ontológicamente contrarios a la democracia. Y este proyecto de ley que nos convoca hoy tiene que ver con esto. Si nosotros logramos tener un control del Estado sobre todo aquello que nos fueron arrancando desde 1976 en adelante -se podría decir que hasta 2003- estaremos logrando realmente un avance del campo popular en lo que tiene que ver con estas cosas.
También creo que esta iniciativa viene de la mano de la ley de medios, por la que todos salimos a luchar y que nos encontró antes de ayer congregados en Tribunales. De alguna manera esa ley nuclea lo que tiene que ver con lo que son las radios y los canales de televisión.
En cambio, el proyecto que nos ocupa tiene que ver con la pata gráfica, que es el tercer soporte fundamental e histórico del periodismo. Y lo entendemos en la misma sintonía, es decir, como un derecho humano a la información en la búsqueda de una posibilidad real del campo popular -en nuestro caso, de las escuelas públicas- en el sentido de dar a conocer qué es lo que sucede con el presupuesto subejecutado y con las políticas públicas en torno a la educación.
Creo que cuando las bisagras de la historia rechinan es el momento en que hay que aguzar las contradicciones. En esto me permito tomar las palabras del compañero Forster, es decir, no hay forma de entender que la política correcta es el consenso. Me parece que justamente a partir del debate público y de pluralizar las voces es donde uno construye un mejor conocimiento de lo que sucede en la realidad.
Desde este lugar nosotros no lo venimos a solicitar sino que lo exigimos como organizaciones populares y de educación pública, porque estamos muy entrenados para agarrar las herramientas y hacerlas nuestras cuando los tiempos son adversos.
Cuando el viento sopla a favor, venimos a exigir un punto de vista legítimo que tiene que ver con tener la posibilidad de contar con un papel a un precio real y accesible para llevar adelante nuestra comunicación. Quizás no están presentes las personas a las cuales está dirigido este comentario, pero esta etapa es histórica, y la historia no perdona a los traidores. Los legisladores que deciden no venir, que "ningunean" lo que pasa acá, sufrirán un costo pues esta generación de la que soy parte va a dar cuenta de ello en estos años y va a tomar esas riendas.
Cuando las contradicciones se extreman, uno las abraza. Hay dos modelos de país desde la resolución 125 en adelante. Se ve muy fuertemente que a partir de ahí se sabe hacia qué lugar se quiere construir y desde este lugar lo celebramos.
Por último quiero citar a Jauretche: "O es pa' todos la cobija, o es pa' todos el invierno." Y creo que así viene la mano y nosotros queremos eso.
SRA. PRESIDENTA DI TULIO Tiene la palabra Francisco De Castillo, del "Semanario de Entre Ríos Rural".
SR. DE CASTILLO Para mí es una alegría estar acá.
Como ustedes saben, vengo de una localidad del interior de Entre Ríos que se llama Libertador San Martín, más conocida como Puiggari. No quiero pasar por alto mi felicitación por el respeto de los presentes al escuchar a los compañeros y colegas.
Lo poco que voy a exponer lo dividiré en tres aspectos. Quiero hablar un poco de este periódico que he traído para que lo vean en vivo y en directo, para que observen que también en el interior de nuestras provincias existe la cultura de la lectura. El día que esto se pierda, será por aquellos que están interesados en que la gente no lea, tal como se refleja en esta concurrencia.
Este es un periódico que tiene perfil agropecuario y de servicios. Yo soy el dueño y sé lo que es la lucha por lograr los objetivos que uno sueña. Acá estamos todos tratando de comprender por qué es importante todo lo que se ha dicho desde distintos ángulos y hacia distintas direcciones con el denominador común de concretar lo que la señora diputada presentó.
Agradezco la invitación que me hicieron cuando estuve en Paraná. Cuando me enteré, hice sesenta kilómetros a en ciudad en sólo cuarenta minutos. Así comprendí la situación de los medios en la provincia y conocí a muchas personas, como el matrimonio que habló recién.
También sé lo que es comenzar un periódico. Este periódico tiene un perfil agropecuario porque vivimos en un país basado sobre esta actividad, y nadie lo puede negar. Pero también hay gente que tiene cultura y que por medio de este periódico quiere manifestarse e interactuar con sus pensamientos y deseos.
Vengo de hacer el registro de propiedad intelectual y le dije a la funcionaria que quería lo mínimo de burocracia. Quise ser bastante convincente y por eso estoy acá. La localidad de donde vengo tiene una cosa muy importante para mi formación, que es el deseo de investigar, pero sobre todo la motivación de la educación para el servicio.
Yo comencé con cuatro páginas, y es difícil empezar. Me nuevo el contexto agropecuario y cooperativista. Los grandes empresarios y la red de cooperativas me dijeron que si sabía hacer un estudio de mercado, que lo hiciera, y así tuve la oportunidad de descubrir que soy el único medio agropecuario del Paraná.
De cuatro páginas pasé a tener veinte en la actualidad, pero caímos en el común denominador de que cuando vamos avanzando nos encontramos con una pared, que ya se ha mencionado bastante acá.
Ahora quiero hacer un poco de historia y hablar de la realidad y mi conclusión. No soy ingeniero agrónomo sino un profesor de Filosofía, que enseña en los colegios secundarios de la zona de El Pingo. Quiero decirles que es una gente muy interesante por el crisol de razas que se encuentra. Ellos me han enseñado a valorar la lectura y a reconocer que los argentinos no podemos desaparecer porque todavía tenemos la esperanza de que la cultura de la lectura es un elemento primordial para todo ser humano para poder debatir y redargüir al cuarto poder. Los que no están acá es porque han sido convencidos, y sabemos obviamente por qué medios.
Como a todo filósofo, me gusta la historia. Cada uno de ustedes tiene su historia. Cuando vamos al médico, el doctor nos dice que no nos automediquemos sino que debemos darle nuestra historia clínica; recién ahí el médico nos puede medicar.
Aquí tengo el número de agosto, en el año del bicentenario. Quiero utilizar el sentido de la imaginación, que es algo maravilloso que tiene el ser humano. Yo los estoy mirando a todos y les pido que piensen no sólo desde lo literal o pasajero sino de modo crítico lo que voy a leer rápidamente y sintetizándolo. Quiero remitirme a lo que yo escribí, usando la historia.
En uno de los párrafos, como siempre lo hago cada vez que escribo, pongo en consideración la realidad de todos los argentinos. Desde ese punto de vista, no puedo dejar de aclarar que cualquier persona con un poco de discernimiento ve que esa realidad no es como la que nos quieren mostrar a través de los medios masivos de comunicación sino que -aunque nos duela decirlo- se presenta como un panorama que hay que analizar.
A continuación quiero ubicarlos nuevamente en la historia para mostrar, según los registros históricos, dónde surge a fines del siglo XVIII -concretamente, en 1789- la Revolución Francesa. Fue el proceso con el que se abrió un paréntesis en la monarquía; fue el pensamiento de libertad.
Si volvemos a viajar en el tiempo podemos llegar rápidamente a una época más cercana, al 21 de octubre de 1805 cerca del cabo de Trafalgar -en Cádiz, España- donde la flota inglesa se enfrentó contra una flota combinada franco-española.
Hago referencia a dos acontecimientos que tuvieron lugar cuando no había Internet ni medios audiovisuales ni radios FM. Tampoco había radios Spica; seguramente muchos saben a qué me refiero. No existían los medios de comunicación que tenemos hoy. Por eso hago hincapié en que el lector use su imaginación.
En aquel enfrentamiento el almirante Horacio Nelson resultó triunfador y así se inició, según la historia, el apogeo del imperio inglés. Según las crónicas, murieron en el mar cerca de 5.000 personas.
La consecuencia fue que en toda América del Sur, en los virreinatos, creció el deseo de libertad y de emancipación de esa férrea dominación que cercenaba la voluntad del hombre. Nosotros somos hijos de aquellas grandes revoluciones.
Luego de cinco años de aquella batalla, en 1810, se producen cambios en el Río de la Plata. Gracias a los grandes hombres que lucharon y expusieron sus vidas para lograr la emancipación, nosotros podemos gozar de amplias libertades.
Apreciados amigos: estamos viviendo una realidad de tantas, que en este caso tiene que ver con las riquezas de nuestro país. Si hoy vienen por el papel también irán por el agua, la tierra, los minerales estratégicos y el petróleo. Quieren amordazar a las personas para que no hablen ni escriban. Esta es la realidad histórica, mis apreciados amigos.
Quiero ser respetuoso de los tiempos y expresar simplemente que la realidad que estamos viviendo es dura. Si cada uno de los que están participando en esta audiencia usa su imaginación, podrá darse cuenta de que la historia habla. Analicemos cuál ha sido nuestra historia y luego apliquémosla a la realidad.
He escuchado las exposiciones de varios colegas, de filósofos y de docentes, y debo decir que me encuentro frente a un gran problema. Cuando voy avanzando, me llaman por teléfono y me dicen: "Señor del Castillo, yo no tengo trabajo." Los que hablan son inseminadores, ingenieros agrónomos, cuidadores de campos. Enseguida publico sus anuncios, y la satisfacción llega cuando me dan las gracias y me dicen que ya consiguieron trabajo. Son satisfacciones que no tienen precio.
¿Y qué utilizamos? Un medio gráfico. En distinto contexto, pero sirve.
Por eso, ¿qué es lo que yo siento? Que vienen los estudiantes que se gradúan, a los que he escuchado acá. Sabemos por nuestra realidad que cuando tomamos un taxi nos encontramos que son médicos, ingenieros, abogados o psicólogos. Yo no quisiera, mis apreciados amigos, que en esa zona de la provincia, al no tener campo para poder desarrollar sus profesiones en lo que les gusta hacer terminen como tacheros -les pido perdón por la expresión-, porque es una realidad que duele.
Yo no puedo avanzar con mi proyecto porque también tengo mis paredes, una de las cuales es el papel. Tengo cupos. Yo quisiera avanzar hacia toda la provincia, pero llego a cuatro departamentos. ¿Y saben algo? Son cuatro departamentos que producen tres o cuatro cosechas. Es interesante, ¿verdad? Sin menoscabar la de Chajarí, que produce cosecha de cítricos, y la de San Salvador, que produce arroz en una sola cosecha. Esos cuatro departamentos hacen frente al aspecto fiscal ante el gobierno central.
Entonces, creo que les he podido explicar brevemente mi realidad, que es la de todos. Por eso tenemos que apoyar este proyecto. ¿Por qué? Como he escuchado a los expositores he aprendido otras facetas que no le había visto. Pero yo solamente vengo a plantear el aspecto agropecuario, que también es una gran realidad. Van a venir por las tierras -y ya están-, por el agua, por los minerales estratégicos, por el petróleo, por el papel.
Por lo tanto, tenemos que comprender que si no existiera el artículo 14 bis de nuestra Constitución, referido a la libertad, no estaríamos acá dialogando y viendo la posibilidad de llegar, desde distintos puntos de vista, a un común denominador.
Todos tenemos que apoyar este proyecto. Creo que también pondré mi granito de arena para que ustedes vean que esto también es libertad.
Muchas gracias por su tiempo y atención. (Aplausos.)
Como ustedes saben, vengo de una localidad del interior de Entre Ríos que se llama Libertador San Martín, más conocida como Puiggari. No quiero pasar por alto mi felicitación por el respeto de los presentes al escuchar a los compañeros y colegas.
Lo poco que voy a exponer lo dividiré en tres aspectos. Quiero hablar un poco de este periódico que he traído para que lo vean en vivo y en directo, para que observen que también en el interior de nuestras provincias existe la cultura de la lectura. El día que esto se pierda, será por aquellos que están interesados en que la gente no lea, tal como se refleja en esta concurrencia.
Este es un periódico que tiene perfil agropecuario y de servicios. Yo soy el dueño y sé lo que es la lucha por lograr los objetivos que uno sueña. Acá estamos todos tratando de comprender por qué es importante todo lo que se ha dicho desde distintos ángulos y hacia distintas direcciones con el denominador común de concretar lo que la señora diputada presentó.
Agradezco la invitación que me hicieron cuando estuve en Paraná. Cuando me enteré, hice sesenta kilómetros a en ciudad en sólo cuarenta minutos. Así comprendí la situación de los medios en la provincia y conocí a muchas personas, como el matrimonio que habló recién.
También sé lo que es comenzar un periódico. Este periódico tiene un perfil agropecuario porque vivimos en un país basado sobre esta actividad, y nadie lo puede negar. Pero también hay gente que tiene cultura y que por medio de este periódico quiere manifestarse e interactuar con sus pensamientos y deseos.
Vengo de hacer el registro de propiedad intelectual y le dije a la funcionaria que quería lo mínimo de burocracia. Quise ser bastante convincente y por eso estoy acá. La localidad de donde vengo tiene una cosa muy importante para mi formación, que es el deseo de investigar, pero sobre todo la motivación de la educación para el servicio.
Yo comencé con cuatro páginas, y es difícil empezar. Me nuevo el contexto agropecuario y cooperativista. Los grandes empresarios y la red de cooperativas me dijeron que si sabía hacer un estudio de mercado, que lo hiciera, y así tuve la oportunidad de descubrir que soy el único medio agropecuario del Paraná.
De cuatro páginas pasé a tener veinte en la actualidad, pero caímos en el común denominador de que cuando vamos avanzando nos encontramos con una pared, que ya se ha mencionado bastante acá.
Ahora quiero hacer un poco de historia y hablar de la realidad y mi conclusión. No soy ingeniero agrónomo sino un profesor de Filosofía, que enseña en los colegios secundarios de la zona de El Pingo. Quiero decirles que es una gente muy interesante por el crisol de razas que se encuentra. Ellos me han enseñado a valorar la lectura y a reconocer que los argentinos no podemos desaparecer porque todavía tenemos la esperanza de que la cultura de la lectura es un elemento primordial para todo ser humano para poder debatir y redargüir al cuarto poder. Los que no están acá es porque han sido convencidos, y sabemos obviamente por qué medios.
Como a todo filósofo, me gusta la historia. Cada uno de ustedes tiene su historia. Cuando vamos al médico, el doctor nos dice que no nos automediquemos sino que debemos darle nuestra historia clínica; recién ahí el médico nos puede medicar.
Aquí tengo el número de agosto, en el año del bicentenario. Quiero utilizar el sentido de la imaginación, que es algo maravilloso que tiene el ser humano. Yo los estoy mirando a todos y les pido que piensen no sólo desde lo literal o pasajero sino de modo crítico lo que voy a leer rápidamente y sintetizándolo. Quiero remitirme a lo que yo escribí, usando la historia.
En uno de los párrafos, como siempre lo hago cada vez que escribo, pongo en consideración la realidad de todos los argentinos. Desde ese punto de vista, no puedo dejar de aclarar que cualquier persona con un poco de discernimiento ve que esa realidad no es como la que nos quieren mostrar a través de los medios masivos de comunicación sino que -aunque nos duela decirlo- se presenta como un panorama que hay que analizar.
A continuación quiero ubicarlos nuevamente en la historia para mostrar, según los registros históricos, dónde surge a fines del siglo XVIII -concretamente, en 1789- la Revolución Francesa. Fue el proceso con el que se abrió un paréntesis en la monarquía; fue el pensamiento de libertad.
Si volvemos a viajar en el tiempo podemos llegar rápidamente a una época más cercana, al 21 de octubre de 1805 cerca del cabo de Trafalgar -en Cádiz, España- donde la flota inglesa se enfrentó contra una flota combinada franco-española.
Hago referencia a dos acontecimientos que tuvieron lugar cuando no había Internet ni medios audiovisuales ni radios FM. Tampoco había radios Spica; seguramente muchos saben a qué me refiero. No existían los medios de comunicación que tenemos hoy. Por eso hago hincapié en que el lector use su imaginación.
En aquel enfrentamiento el almirante Horacio Nelson resultó triunfador y así se inició, según la historia, el apogeo del imperio inglés. Según las crónicas, murieron en el mar cerca de 5.000 personas.
La consecuencia fue que en toda América del Sur, en los virreinatos, creció el deseo de libertad y de emancipación de esa férrea dominación que cercenaba la voluntad del hombre. Nosotros somos hijos de aquellas grandes revoluciones.
Luego de cinco años de aquella batalla, en 1810, se producen cambios en el Río de la Plata. Gracias a los grandes hombres que lucharon y expusieron sus vidas para lograr la emancipación, nosotros podemos gozar de amplias libertades.
Apreciados amigos: estamos viviendo una realidad de tantas, que en este caso tiene que ver con las riquezas de nuestro país. Si hoy vienen por el papel también irán por el agua, la tierra, los minerales estratégicos y el petróleo. Quieren amordazar a las personas para que no hablen ni escriban. Esta es la realidad histórica, mis apreciados amigos.
Quiero ser respetuoso de los tiempos y expresar simplemente que la realidad que estamos viviendo es dura. Si cada uno de los que están participando en esta audiencia usa su imaginación, podrá darse cuenta de que la historia habla. Analicemos cuál ha sido nuestra historia y luego apliquémosla a la realidad.
He escuchado las exposiciones de varios colegas, de filósofos y de docentes, y debo decir que me encuentro frente a un gran problema. Cuando voy avanzando, me llaman por teléfono y me dicen: "Señor del Castillo, yo no tengo trabajo." Los que hablan son inseminadores, ingenieros agrónomos, cuidadores de campos. Enseguida publico sus anuncios, y la satisfacción llega cuando me dan las gracias y me dicen que ya consiguieron trabajo. Son satisfacciones que no tienen precio.
¿Y qué utilizamos? Un medio gráfico. En distinto contexto, pero sirve.
Por eso, ¿qué es lo que yo siento? Que vienen los estudiantes que se gradúan, a los que he escuchado acá. Sabemos por nuestra realidad que cuando tomamos un taxi nos encontramos que son médicos, ingenieros, abogados o psicólogos. Yo no quisiera, mis apreciados amigos, que en esa zona de la provincia, al no tener campo para poder desarrollar sus profesiones en lo que les gusta hacer terminen como tacheros -les pido perdón por la expresión-, porque es una realidad que duele.
Yo no puedo avanzar con mi proyecto porque también tengo mis paredes, una de las cuales es el papel. Tengo cupos. Yo quisiera avanzar hacia toda la provincia, pero llego a cuatro departamentos. ¿Y saben algo? Son cuatro departamentos que producen tres o cuatro cosechas. Es interesante, ¿verdad? Sin menoscabar la de Chajarí, que produce cosecha de cítricos, y la de San Salvador, que produce arroz en una sola cosecha. Esos cuatro departamentos hacen frente al aspecto fiscal ante el gobierno central.
Entonces, creo que les he podido explicar brevemente mi realidad, que es la de todos. Por eso tenemos que apoyar este proyecto. ¿Por qué? Como he escuchado a los expositores he aprendido otras facetas que no le había visto. Pero yo solamente vengo a plantear el aspecto agropecuario, que también es una gran realidad. Van a venir por las tierras -y ya están-, por el agua, por los minerales estratégicos, por el petróleo, por el papel.
Por lo tanto, tenemos que comprender que si no existiera el artículo 14 bis de nuestra Constitución, referido a la libertad, no estaríamos acá dialogando y viendo la posibilidad de llegar, desde distintos puntos de vista, a un común denominador.
Todos tenemos que apoyar este proyecto. Creo que también pondré mi granito de arena para que ustedes vean que esto también es libertad.
Muchas gracias por su tiempo y atención. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Damos por finalizada la primera parte de la última jornada de audiencias públicas.
Vamos a pasar a cuarto intermedio hasta las 15 y 30, hora en que daremos inicio a la segunda parte de esta última jornada, que contará con la presencia de quince expositores.
Vamos a pasar a cuarto intermedio hasta las 15 y 30, hora en que daremos inicio a la segunda parte de esta última jornada, que contará con la presencia de quince expositores.
Se pasa a cuarto intermedio a la hora 12 y 38.