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Comisión Permanente

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PROYECTO DE LEY

Expediente: 6219-D-2017

Sumario: DISPONGASE LA ACUÑACION DE SELLOS POSTALES - ESTAMPILLAS POSTALES - EN CONMEMORACION DEL CENTENARIO DE LA REFORMA UNIVERSITARIA DE 1918.

Fecha: 23/11/2017

Publicado en: Trámite Parlamentario N° 172

Proyecto
Artículo 1º: Se dispone la acuñación de sellos postales – estampillas postales – en conmemoración del Centenario de la Reforma Universitaria de 1918.
Artículo 2º: El Poder Ejecutivo Nacional a través del área que corresponda dispondrá lo necesario para hacer efectivo lo establecido en el artículo anterior.
Artículo 3º: El gasto que demande el cumplimiento de esta ley, será imputado a la partida presupuestaria correspondiente.
Artículo 4º: De forma.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El 21 de junio de 2018 se cumplen 100 años de la Reforma Universitaria. La sustancia de las Universidades Nacionales tal cual como las conocemos hoy, nacía en esa histórica revolución educativa, política y social que gestaron los estudiantes universitarios cordobeses en junio de 1918. Se inició entonces, un movimiento por la genuina democratización de la enseñanza universitaria extendiendo su influencia a todas las universidades argentinas y latinoamericanas.
La segunda década del Siglo XX, fue una sucesión de hechos que provocaron quiebres políticos y sociales. Mientras en Europa se desarrolla la Primera Guerra Mundial, en la Argentina, en 1916, Hipólito Yrigoyen asume la Presidencia de la Nación en elecciones libres. En octubre de 1917, estalla la Revolución Rusa que termina con el imperio zarista.
Cuando asume Yrigoyen, la universidad era un ámbito, prácticamente, exclusivo de los jóvenes pertenecientes a las clases dirigentes. La clase media comenzaba a pujar por el ascenso social y por el acceso al ejercicio de profesiones liberales.
Fue la Reforma Universitaria hija legítima de la realidad social y educacional de la época, no es casual que se produjera en la vetusta universidad cordobesa, último bastión de la resistencia al cambio que los tiempos y el adelanto de las ciencias exigían. El atraso científico de la universidad fundado por Trejo en 1613 llegaba al extremo de no contar con un sólo volumen de Darwin en su biblioteca, o de incluir una bolilla, en el programa de filosofía, dedicada a los “deberes para con los siervos”. La investigación era nula, los métodos primitivos y las cátedras eran verdaderos feudos, manejados a su antojo por la poderosa tertulia denominada “Corda Frates”.
En 1917, en la Universidad de Córdoba los estudiantes se movilizan con dos cuestionamientos centrales: la legitimidad del rector y los decanos y los reglamentos universitarios calificados como “vetustos y autoritarios”, reclamos que fueron rechazados por las autoridades reiteradamente. En diciembre, el centro de Estudiantes de Medicina impugna la supresión del internado en el Hospital de Clínicas “por razones de economía y moralidad” que no se sustanciaban con la realidad.
En marzo de 1918 continúan las protestas, se organiza el Comité Pro-Reforma, presidido por Ernesto Garzón, junto a Horacio Valdéz y Gumercindo Sayago, al mismo tiempo que el Consejo Superior decide “no tomar en cuenta ninguna solicitud estudiantil” y el rector cierra las puertas de la Universidad.
El 11 de abril se conforma la Federación Universitaria Argentina (FUA), con representantes de las universidades de Tucumán, Santa Fé, Córdoba, la Plata y Buenos Aires y presidida por Osvaldo Loudet (estudiante de medicina de la UBA). Ese mismo día el Presidente de la Nación Hipólito Yrigoyen recibe a los dirigentes universitarios que le transmiten la gravedad de la situación en Córdoba y posteriormente, decreta la intervención de la Universidad y designa a Nicolás Matienzo, destacado jurista, profesor y decano de la UBA y de la UNLP, al frente del Rectorado de la Universidad de Córdoba.
Entre los meses de abril y mayo Matienzo redactó e hizo aprobar el Estatuto que reemplazó al de 1863, al que consideró restrictivo porque excluía a profesores y dejaba el gobierno en manos de los cuerpos vitalicios, en tanto se convoca a una nueva Asamblea Universitaria para el 31 de mayo, mientras se eligieron democráticamente los decanos de las facultades de Derecho, Medicina y Ciencias Exactas, en las que triunfan los reformistas. En la Asamblea se proclama a Belisario Caraffa (Facultad de Ciencias Exactas) Vicerrector y se traslada la elección del rector al 15 de junio. Con estos antecedentes quien debía ser proclamado rector era el Dr. Enrique María Paz, uno de los abanderados de la reforma, pero la asamblea de Consejeros elige al Dr. Antonio Nores, candidato de la asociación clerical “Corda Frates”, una congregación de caballeros católicos unidos por lazos de parentesco y amistad, rompiendo el compromiso previamente adquirido con los estudiantes. Se suspende el acto por la irrupción de los estudiantes y recién dos días después Nores asume su cargo, lo que provoca nuevos hechos de violencia, hasta que finalmente la FUC reclama su renuncia y el 21 de junio difunde el célebre “Manifiesto a los Hombres Libres de SudAmérica”, redactado por Deodoro Roca y que suscriben varios reformistas. Ante las protestas y movilizaciones que se suceden, el Consejo Superior, el 11 de julio clausura la Universidad.
El 21 de julio inicia sus sesiones el Primer Congreso Nacional de Estudiantes, convocado por la FUA en Córdoba, proclamando la necesidad de autonomía, gobierno tripartito, asistencia libre, régimen de concursos y periodicidad de la cátedra, entre otras demandas. Se multiplican las manifestaciones de estudiantes hasta que, finalmente, Nores renuncia al Rectorado y el Presidente Yrigoyen designa a José Salinas, por entonces su Ministro de Instrucción Pública, como interventor. A poco de asumir, Salinas apoyó el movimiento y reformó el funcionamiento de la Universidad, en consonancia con las exigencias de los estudiantes reformistas.
La utopía universitaria del ´18 se anticipó medio siglo al “Mayo Francés” y extendió su influencia al resto de las universidades argentinas y latinoamericanas.
Las reivindicaciones reformistas bregaban por la renovación de las estructuras y objetivo de las universidades, la implementación de nuevas metodologías de estudio y enseñanza, el razonamiento científico frente al dogmatismo, la libre expresión del pensamiento, el compromiso con la realidad social y la participación del claustro estudiantil en el gobierno universitario.
Las bases programáticas que estableció la Reforma fueron:
• Cogobierno estudiantil,
• Autonomía universitaria
• Docencia libre
• Libertad de cátedra
• Concursos con jurados con participación estudiantil
• Investigación como función de la universidad
• Extensión universitaria y compromiso con la sociedad
Los acontecimientos de junio de 1918 no sólo han legado el debate libre de ideas en el seno de nuestras Universidades, la Reforma fue uno de “los primeros encuentros entre los saberes y la transformación política liberadora”.
Hay una búsqueda deliberada de relacionar este acto libertario con los sucesos independentistas de Mayo. La premisa sería: una ruptura con el pasado hispánico, continuidad de la gesta revolucionaria de 1810, para destacar en este movimiento también su planteo fundamental. “La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo”.
El movimiento estudiantil tuvo desde el comienzo un fuerte sentido americanista, dirigiéndose en su Manifiesto a “los hombres libres de Sudamérica”, “la redención de las juventudes americanas es nuestra única recompensa pues sabemos que nuestras verdades lo son – y dolorosas – de todo el continente”. La unidad latinoamericana propiciada era la expresión del fuerte sentido nacional antimperialista que surgía como poderosa corriente entre los jóvenes universitarios.
La Reforma Universitaria reflejaba el desafío de oponerse al orden establecido, asumiendo las demandas de una sociedad en plena transformación.
La Reforma Universitaria, surgida como una de nuestras primeras epopeyas de modernización institucional y revisión de los saberes, marca un hito latinoamericano que aun hoy continúa debatiéndose. Como los grandes procesos políticos y sociales, su dimensión ha trascendido la territorialidad y ha sido tomado como un conjuro en cada una de las transformaciones que se han producido en el seno de las Universidades y continúa creciendo en toda Latinoamérica, tal cual lo expresa el Manifiesto Liminar …”a los hombres libres de Sud América”… La Reforma Universitaria de junio de 1918 cundió rápidamente contagiando a los jóvenes universitarios de otros países, sólo a modo de ejemplo mencionar a Haya de la Torre en Perú, Germán Arciniegas y Rómulo Betancourt en Colombia y Venezuela, José Arévalo en Guatemala, José Vasconcellos en México, entre tantos.
En palabras del Dr. Horacio Sanguinetti: “es un movimiento de gran originalidad que pegó en el plexo de los problemas que toda la universidad latinoamericana tenía. El modo en que la Reforma se propagó por América, desde una de las tres universidades nacionales de nuestro país, era una necesidad universal de todos los países de la región”.
“Manifiesto Liminar
La juventud argentina de Córdoba a los hombres libres de Sud América.
Manifiesto de la Federación Universitaria de Córdoba – 1918
Hombres de una república libre, acabamos de romper la última cadena que en pleno siglo XX nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resulto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.
La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta, porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y porque era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contra-revolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y -lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.
Nuestro régimen universitario -aún el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie del derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de Autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios, no solo puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la substancia misma de los estudios. La autoridad en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: Enseñando. Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no a una labor de Ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclama el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de Ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de Autoridad que en estas Casas es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa-dignidad y la falsa-competencia.
Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el Dr. José Nicolás Matienzo, sólo ha venido a probar que el mal era más afligente de los que imaginábamos y que los antiguos privilegios disimulaban un estado de avanzada descomposición. La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de una orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son -y dolorosas- de todo el continente. Que en nuestro país una ley -se dice- la de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos. Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral los está exigiendo.
La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante solo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de alma, los creadores de verdad, de belleza y de bien.
La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos.
Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de elección rectoral, aclara singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La Federación Universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y América las circunstancia de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. El confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir las aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desordenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente. Referiremos los sucesos para que se vea cuanta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia, de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.
El espectáculo que ofrecía la Asamblea Universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, par inclinarse luego al bando que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, en el compromiso de honor contraído por los intereses de la Universidad. Otros -los más- en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad! ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría expresaba la suma de represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la Ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del Salón de Actos y arrojamos a la canalla, solo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionada en el propio Salón de Actos de la Federación Universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de la huelga indefinida.
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de rector terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta universidad.
La juventud Universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de "hoy para ti, mañana para mí", corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la Universidad apartada de la Ciencia y de las disciplinas modernas. Las lecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la Ciencia. Fue entonces cuando la oscura Universidad Mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces cómo se coaligaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, no al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: "prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes". Palabras llenas de piedad y amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia Universitaria!. Recojamos la lección, compañero de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.
La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio de los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su Federación, saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.
21 de junio de 1918
Enrique F. Barros, Horacio Valdés, Ismael C. Bordabehere, presidente. Gurmensindo Sayago, Alfredo Castellanos, Luis M. Méndez, Jorge L. Bazante, Ceferino Garzón Maceda, Julio Molina, Carlos Suárez Pinto, Emilio R. Biagosch, Angel J. Nigro, Natalio J. Saibene, Antonio Medina Allende, Ernesto Garzón.”
Señor Presidente, por todo lo expuesto solicito la aprobación del presente proyecto de ley.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
GUTIERREZ, HECTOR MARIA BUENOS AIRES UCR
OLIVARES, HECTOR ENRIQUE LA RIOJA UCR
AUSTIN, BRENDA LIS CORDOBA UCR
MARCUCCI, HUGO MARIA SANTA FE UCR
ECHEGARAY, ALEJANDRO CARLOS AUGUSTO BUENOS AIRES UCR
BAZZE, MIGUEL ANGEL BUENOS AIRES UCR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
COMUNICACIONES E INFORMATICA (Primera Competencia)
PRESUPUESTO Y HACIENDA
Trámite en comisión(Cámara de Diputados)
Fecha Movimiento Resultado
17/04/2018 ANÁLISIS DE PROYECTOS DE COMPETENCIA MIXTA Aprobado por unanimidad con modificaciones como proyecto de declaración