Expresar repudio a la actuación de los medios gráficos de comunicación durante la Guerra de Malvinas, quienes incumpliendo con su deber de informar, confundieron y ocultaron la verdad al pueblo argentino.

Señor presidente:

En ocasión de que el próximo 14 de junio se cumplirán 30 años del cese del fuego de la Guerra de Malvinas, es importante reflexionar sobre el papel de los medios de comunicación en ese momento, quienes no cumplieron con su rol fundamental de informar a la sociedad de cómo se iban sucediendo los hechos durante la guerra, además de manipular información y desinformar a los argentinos sobre lo sucedido.

La dictadura militar apeló absolutamente a todo para perpetuar su modelo político, social, económico y cultural. La guerra en el Atlántico Sur fue otro aspecto del mismo proyecto siniestro, no fue decisión del pueblo argentino ir la guerra, ni siquiera se trataba de ejercer soberanía, sino, un intento de perpetuarse en el poder.

Ver hoy distintas noticias, tapas de diarios y revistas que se refieren a la Guerra de Malvinas, no causa menos que indignación; a cambio de la información que se necesitaba, concordante con la realidad que se vivía, se recibió desinformación con un cinismo desmedido día a día.

Durante la Guerra de Malvinas, el país estaba bajo el mando del gobierno de facto de Leopoldo Galtieri, los medios de comunicación recibieron un documento del gobierno titulado: "Pautas a tener en cuenta para el cumplimiento del acta de la junta militar disponiendo el control de la información por cuestiones de seguridad", en el que se encontraban las condiciones, entre las que podemos destacar:

- Evitar difundir información que atente contra la unidad nacional;

- Reste credibilidad y/o contradiga la información oficial;

- Destaque neutralismo activo a favor de Gran Bretaña;

- Haga referencia a unidades militares, equipo y/o personal militar sin previa autorización del Estado Mayor Conjunto.

Durante ésta época, la presentes pautas funcionaron como patrones ineludibles para muchos medios y periodistas, y es una cuestión que debemos rescatar para que la sociedad en su conjunto haga un juicio de valor y analice el papel nefasto y siniestro que cumplieron los medios de comunicación, que desde un primer momento convirtieron en causa masiva el conflicto armado.

Las frases que llenaron los titulares de la casi totalidad de los medios gráficos fueron: "Porque estamos ganando la guerra", "Estamos en guerra", "Seguimos ganando", "Nuestros potros del aire aniquilan a las naves inglesas", "Euforia popular por la recuperación de las Malvinas". Esta forma de escribir, daba un sentimiento de unidad y apoyo y de esta forma los ciudadanos que leían las noticias se hacían partícipes de esta guerra en forma indirecta.

El hecho concreto que evidencia este proceso de "masificación del conflicto", fue la gran manifestación popular en la Plaza de mayo, festejando la recuperación de las islas, mientras apenas dos días antes, el 30 de marzo, se reprimía brutalmente la marcha convocada por Soberanía Popular "Pan, Paz y Trabajo"

En definitiva los medios masivos de comunicación fueron también responsables de enmascarar la verdadera realidad de lo que estaba ocurriendo

A días de la rendición, diarios y revistas insistían con el "Seguimos Ganando", pero ya en la madrugada del 15 de junio, cuando la noticia no podía ocultarse, el pueblo se movilizó, manifestándose en contra de la rendición produciéndose disturbios, heridos y detenidos que marcaron una realidad nacional. Todo había sido una mentira. No había ni un atisbo de verdad en los titulares ni en la propaganda del régimen. Todo lo contrario, los jóvenes que estuvieron en las Islas y dejaron su vida, sucumbieron de frío, de hambre, fueron estaqueados, no tenían la ropa ni preparación adecuada, no sabían usar armas porque no tenían formación ni entrenamiento militar.

El histórico reclamo de nuestro país por la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes poco tiene que ver con la irresponsable decisión de la junta militar de ir a la guerra, sino con un derecho legítimo por el cual el pueblo argentino viene luchando hace casi 180 años.

Este reclamo basado en la legalidad y justicia que nuestro país sostiene en el ámbito internacional, también tiene su correlato nacional en la decisión política de nuestra presidenta de publicar el Informe Rattenbach con el objetivo de terminar con el secreto que envolvió este conflicto, para comenzar a analizar y procesar con responsabilidad qué fue lo que pasó, por qué se decidió ir a un conflicto con supuestos fines de democracia y soberanía, cuando el marco era de dictadura, evidenciando esta realidad desde el riñón mismo del ejército. Realidad que los medios de comunicación, continuando con la misma política de ocultar la verdad, no mencionan y hoy continúan en la postura de contribuir a la desmalvinización, la derrota de la memoria, instalando el olvido e intentando desmerecer el actual reclamo de soberanía llevado adelante por el Gobierno Nacional, pero acompañado por numerosos países, lo que ha transformado a Malvinas en una causa de toda América Latina e inclusive una causa global, demostrado en al apoyo recibido de países como China.

En síntesis, debemos reconocer que los jóvenes que marcharon hacia a Malvinas fueron también víctimas del genocidio de aquella generación, por lo que la idea del presente proyecto es contribuir a que este conflicto y sus consecuencias sigan presentes en la memoria de la sociedad y las generaciones venideras.

Por las razones expuestas, es que solicito a mis pares que me acompañen en la aprobación del presente proyecto.