Expresar preocupación respecto a la baja cantidad y mediocre calidad en la producción y realización de programas para niñas y niños en transmisiones de la televisión abierta argentina, según informe elaborado por la Defensoría del Pueblo de la Nación.

Señor presidente:

"Estos programas constituyen en su mayor parte replays de viejas series y dibujos animados importados, y de los tres de producción nacional dos de ellos consistían en una imitación del programa de Xuxa y el otro estaba representado por el humor de Piñon Fijo", señala el documento del cual también participaron en su redacción, debido a la especificidad de la temática y a la necesidad de realizar un trabajo de investigación integral, otras entidades interesadas en la temática del trabajo de niños y adolescentes en relación con los medios de comunicación, a saber: Sociedad Audiovisual para la Infancia y Adolescencia Argentina (SAVIAA), Periodismo Social, Fundación Televisión Educativa (FUND TV), Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Asociación Civil Nueva Mirada, Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CASACIDN), Asociación Católica Mundial para la Comunicación (SIGNIS Argentina), entre docentes e investigadores asimismo convocados.

El Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondito, en su Informe sobre la Situación de los niños, niñas y adolescentes en los medios audiovisuales electrónicos en general indica que durante el año 2005 se incrementó la tendencia iniciada el año anterior, en sentido de incluir en la pantalla chica a menores de edad como objeto de diversión de programas que en realidad son emitidos para un público adulto, y que son emitidos por canales de televisión por aire. "Ellos son sometidos a situaciones de violencia simbólica que suponen una cruda violación de sus derechos", agrega.

Para la Secretaría de Educación de la Nación, la programación destinada a niñas, niños y jóvenes es escasa en la televisión argentina. "Bastan algunas cifras para reflexionar acerca de este fenómeno, en el 2004 existieron 328 ciclos diferentes en canales de aire, de ellos menos de un 10% (29) estuvieron destinados a chicos y jóvenes y sólo un 5% fueron de producción nacional; en suma: la programación especialmente destinada a esta franja de la población es ciertamente insuficiente", refiere.

Por su parte, la Dirección del Hospital Pediátrico "Profesor Dr. Juan. P. Garrahan" reconoce que del análisis de contenidos de algunos programas destinados a la audiencia infanto-juvenil surgen elementos que parecen responder más a intereses y situaciones propias de la adultez que las correspondientes a esas edades; y asimismo considera alarmante la profusión de programas televisivos conducidos por adultos en cuales expone a niños y adolescentes a situaciones en que pueden comprometerse social y emocionalmente.

Al respecto, el Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia diferenció entre televisión de cable y abierta, observando en esta última una escasa programación para niños y niñas y destacando que la existente era de muy baja calidad. "Esta situación incrementa aún más la disparidad existente entre los sectores de altos recursos y los de escasos recursos, ya que éstos últimos solo tienen acceso a la TV abierta", asegura.

En el informe elaborado por el Defensor del Pueblo de la Nación, el Fondo Nacional de las Artes calificó de mediocre la programación televisiva actual destinada a niños y jóvenes. "La misma expresa una visión globalizada afectando el lenguaje cotidiano y produciendo un fuerte impacto negativo en la salud, la educación y en la propia cultura debido a la influencia masiva que reciben las personas menores de edad durante la etapa de la infancia y adolescencia", explica.

"La compulsión a la competencia entre niños que exhiben sus habilidades artísticas, de una manera también forzada por los adultos, los arroja sin defensas al mundo del show business y a los valores mercantiles que lo rigen: individualismo, consumismo, la fama, la popularidad mediática y el dinero como sinónimos de éxito y única vía de reconocimiento social, entre otros desvalores", puede leerse en el Informe sobre la Situación de los niños, niñas y adolescentes en los medios audiovisuales electrónicos en general.

"La sexualización temprana de los niños forzada por adultos conductores de los programas y las reacciones inocentes de éstos suelen ser el motivo de los gags, al usar a los niños para el logro de puntos de rating estos programas afianzan en los imaginarios sociales de éstos y del público en general, el poder de la televisión como institución social omnipotente y todopoderosa".

Por su lado, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación destaca la influencia que ejercen los medios de comunicación sobre comportamientos de la audiencia y su forma de pensar. "Los medios penetran en los hogares modelando pautas de comportamiento y trasmitiendo valores; y respecto de los programas de adolescentes basta con mirar gran parte de las novelas existentes para darnos cuenta que algunas de las escenas que se exhiben no han sido supervisadas por ningún organismo de control", alude.

El Convenio N° 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo o trabajo de la OIT (Ley N° 25.255) hace una referencia a la participación de niños y niñas en representaciones artísticas. Establece que la autoridad competente podrá conceder, por medio de permisos individuales, excepciones a la edad mínima de admisión al empleo o trabajo cuando estos tengan finalidades tales como participar en representaciones artísticas. Estos permisos deberán prever una limitación en el número de horas del empleo y prescribirán las condiciones en que pueda llevarse a cabo (Art.8).

En el ámbito del Estado nacional se prevé en el Decreto Nº 4910/50 que la fiscalización del régimen legal de trabajo de personas menores de 18 años de edad en actividades artísticas estará a cargo del Ministerio de Trabajo y Previsión, el cual acordará o denegará, en cada caso particular, las autorizaciones respectivas (Art.1).

La baja calidad en la transmisión de programas de televisión abierta así como una escasa cantidad de producciones locales revela una ausencia del concepto de infancia, en la televisión abierta, para nuestros menores de edad; adjudicándose muchas veces a niñas y niños un rol de mero producto televisivo destinado a una audiencia adulta y muchas veces masiva.

Es por estos motivos que solicito a esta Honorable Cámara otorgar tratamiento parlamentario a este expediente parlamentario en cual se expresa preocupación respecto a la baja cantidad y mediocre calidad en la producción y realización de programas para niñas y niños en transmisiones de la televisión abierta argentina, según informe elaborado por la Defensoría del Pueblo de la Nación.