AGRICULTURA Y GANADERIA
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P01 Oficina 104
Secretario Administrativo SR. DARRE JUAN AGUSTIN
Martes 17.30hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2103 Internos 2103/04
cayganaderia@hcdn.gob.ar
- AGRICULTURA Y GANADERIA
Reunión del día 08/06/2011
- REUNION CON MESA DE ENLACE, PARA TRATAR COMERCIALIZACION DE TRIGO, MAIZ Y ALGODÓN
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los ocho días del mes de junio de 2011, a la hora 11 y 40:
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Damos comienzo a la reunión de la Comisión de Agricultura y Ganadería del día de la fecha.
Esta es una reunión ordinaria de la comisión y se rige por las disposiciones establecidas en el Reglamento de la Honorable Cámara. Como presidente de la comisión, voy a otorgar el uso de la palabra en función de la lista de oradores que tengo en mi poder y en la que se irán anotando las personas que estén interesadas en intervenir en el debate.
El objetivo de esta reunión es construir, por lo que no voy a permitir abucheos ni expresiones de ninguna índole. En consecuencia, si alguna persona no puede controlar sus impulsos, personalmente le pediré que se retire de la sala a fin de que podamos seguir trabajando.
Creo que hubo un momento en el que todos hicimos una autocrítica. A pesar de que venimos trabajando, hoy por hoy no todo el mundo nos mira con los mismos ojos y algunos nos siguen pegando. Entiendo que tenemos que trabajar y ponernos de acuerdo. A la Argentina le falta una política agropecuaria, y creo que este es el ámbito ideal para pensar y trabajar en ella. Entiendo que todos los que estamos acá y muchos más somos necesarios. Por eso, reitero que no voy a aceptar descalificaciones ni nada por el estilo.
El señor vicepresidente 1° de la comisión, diputado Rubén Sciutto, del bloque del Frente para la Victoria, se encuentra de viaje. Concretamente se halla en Palestina; siempre le toca ir de viaje. En consecuencia, no nos ha podido acompañar.
Por otra parte, voy a dar lectura de una carta presentada por el ex presidente de esta comisión, el señor diputado Ricardo Buryaile, en la que se excusa por no poder asistir a esta reunión. Dice así:
Esta es una reunión ordinaria de la comisión y se rige por las disposiciones establecidas en el Reglamento de la Honorable Cámara. Como presidente de la comisión, voy a otorgar el uso de la palabra en función de la lista de oradores que tengo en mi poder y en la que se irán anotando las personas que estén interesadas en intervenir en el debate.
El objetivo de esta reunión es construir, por lo que no voy a permitir abucheos ni expresiones de ninguna índole. En consecuencia, si alguna persona no puede controlar sus impulsos, personalmente le pediré que se retire de la sala a fin de que podamos seguir trabajando.
Creo que hubo un momento en el que todos hicimos una autocrítica. A pesar de que venimos trabajando, hoy por hoy no todo el mundo nos mira con los mismos ojos y algunos nos siguen pegando. Entiendo que tenemos que trabajar y ponernos de acuerdo. A la Argentina le falta una política agropecuaria, y creo que este es el ámbito ideal para pensar y trabajar en ella. Entiendo que todos los que estamos acá y muchos más somos necesarios. Por eso, reitero que no voy a aceptar descalificaciones ni nada por el estilo.
El señor vicepresidente 1° de la comisión, diputado Rubén Sciutto, del bloque del Frente para la Victoria, se encuentra de viaje. Concretamente se halla en Palestina; siempre le toca ir de viaje. En consecuencia, no nos ha podido acompañar.
Por otra parte, voy a dar lectura de una carta presentada por el ex presidente de esta comisión, el señor diputado Ricardo Buryaile, en la que se excusa por no poder asistir a esta reunión. Dice así:
Se lee.
SR. PRESIDENTE CASAÑAS El tema que se va a abordar en la presente reunión es el de la comercialización del trigo, el maíz y el algodón. La semana pasada un grupo de legisladores estuvimos en Corrientes escuchando la problemática del NEA y discutiendo con los lugareños acerca de cuál debe ser la solución. La verdad es que fue una experiencia muy enriquecedora.
Ayer, en el marco de la Comisión de Agricultura y Ganadería, estuvieron presentes los representantes de la Fundación Barbechando, que hicieron una muy buena presentación referida al tema de la sustentabilidad.
Finalmente, hoy nos corresponde abordar el tema de la comercialización del trigo, del maíz y del algodón. Por eso, nada más oportuno que invitar a los integrantes de la Mesa de Enlace y a los referentes del sector agropecuario para que transmitan a los señores diputados cuál es la problemática y qué opinión tienen sobre el particular.
Hay señores diputados que han solicitado hacer uso de la palabra. Posteriormente, en el tiempo que nos quede, permitiremos la intervención en el debate de los referentes del sector agropecuario que así lo soliciten. Debido a la gran cantidad de asistentes, a fin de que todas las personas puedan hacer uso de la palabra y podamos avanzar en la reunión, ruego a los oradores que sus exposiciones no excedan de siete minutos.
Antes de otorgar el uso de la palabra al señor diputado Orsolini, quien se referirá al tema del algodón, el señor Daniel Asseff va a explicar el marco de situación mediante la proyección de diapositivas.
Tiene la palabra el señor Daniel Asseff.
Ayer, en el marco de la Comisión de Agricultura y Ganadería, estuvieron presentes los representantes de la Fundación Barbechando, que hicieron una muy buena presentación referida al tema de la sustentabilidad.
Finalmente, hoy nos corresponde abordar el tema de la comercialización del trigo, del maíz y del algodón. Por eso, nada más oportuno que invitar a los integrantes de la Mesa de Enlace y a los referentes del sector agropecuario para que transmitan a los señores diputados cuál es la problemática y qué opinión tienen sobre el particular.
Hay señores diputados que han solicitado hacer uso de la palabra. Posteriormente, en el tiempo que nos quede, permitiremos la intervención en el debate de los referentes del sector agropecuario que así lo soliciten. Debido a la gran cantidad de asistentes, a fin de que todas las personas puedan hacer uso de la palabra y podamos avanzar en la reunión, ruego a los oradores que sus exposiciones no excedan de siete minutos.
Antes de otorgar el uso de la palabra al señor diputado Orsolini, quien se referirá al tema del algodón, el señor Daniel Asseff va a explicar el marco de situación mediante la proyección de diapositivas.
Tiene la palabra el señor Daniel Asseff.
SR. ASSEFF Señor presidente: los presidentes de las cuatro entidades me han solicitado que haga una presentación acerca de cuál es la situación que observamos en el tema del trigo. Hemos trabajado con los equipos técnicos de las cuatro entidades. No hay nada nuevo, sino que es todo un resumen de lo que estamos viendo que tiene por objeto mostrar a ustedes cuál es la preocupación que estamos teniendo en el sector.
Para empezar, hay que hacer un poco de historia en todo esto y decir desde dónde viene el problema del trigo. Nosotros empezamos a verlo en 2006, cuando la exportación se cartelizó a pedido del secretario de Comercio Interior. Pagaron hasta un precio de 340 pesos la tonelada para después vender en ese momento con un margen de más de 60 ó 70 dólares. Allí fue donde surgió este problema.
Hubo unos primeros ganadores, determinados por el tema de la exportación. Al año siguiente comenzaron las compensaciones a la molinería, que pasó a ser la nueva ganadora en todo esto. Pero lamentablemente la producción nunca tuvo un año positivo, y eso es lo que vamos a ver ahora.
Según el discurso oficial la medida era para cuidar la mesa de los argentinos. La realidad es que todos los instrumentos y medidas adoptadas en ese momento y las que se están tomando ahora no ayudan en absoluto. Vamos a ver la efectividad que tuvo todo esto.
En primer término, en relación con el precio del kilo de pan, el gobierno sostiene que es de 2,50 pesos. Lo que nosotros hicimos y que puede observarse en pantalla fue ajustarlo a través del índice de precios al consumidor del INDEC. Esto nos dio como resultado que el valor del kilo de pan debería ser de 5 pesos. Pero la realidad es que en el mercado nos encontramos con que asciende a 9 pesos. Estos son datos tomados de la calle, de distintas panaderías y del interior del país. Se trata de un valor promedio.
En segundo lugar, debemos referirnos a la incidencia del precio del trigo en el precio del pan. Esto es algo que ustedes deben haber visto y que nosotros estamos reajustando. Se trata de observar la participación de cada uno a partir de un precio del kilo de pan de 9 pesos. El Estado tiene una participación del 15 por ciento, lo que significa que recibe 1,35 pesos por un kilo de pan. Por su parte, la comercialización, la panificación y la industria molinera tienen una participación del 74 por ciento, lo que equivale a 6,66 pesos. Finalmente, la participación del productor es del 11 por ciento, lo que significa que recibe 98 centavos por un kilo de pan.
Hemos llegado a esto a partir de que con mil kilos de trigo a un valor de 860 pesos -estamos tomando un precio de lo que ha pagado la molinería en casos muy puntuales; esta es no es la realidad de todo el país- se pueden elaborar 700 kilos de harina, la que se está abonando a 1.350 pesos.
Con mil kilos de trigo se fabrican 700 kilos de harina, que se pagan 1.350 pesos, y con eso se pueden producir 900 kilos de pan, por lo que serían 8.100 pesos. Con esto vemos una correlación entre lo que percibe el productor y lo que realmente está en juego económicamente en todo el negocio del pan.
Visto de otra forma, el kilo de pan sale 9 pesos, 830 gramos de harina, 1,30 pesos, y en ese kilo de pan hay 1,14 kilos de trigo, lo que implica 0,98 centavos. Siempre se dijo que si el trigo aumentaba, el precio del pan se iba a ir a las nubes. Ayer hicimos varias simulaciones con todos los técnicos y llegamos a una cuenta muy sencilla. A 860 pesos la tonelada de trigo, el kilo de pan está a 9 pesos; si hipotéticamente la tonelada de trigo subiera un 50 por ciento, la incidencia que tendría en el kilo de pan sería de 50 centavos. Esto está demostrado, distintos referentes han señalado lo que implica la participación del trigo en la fabricación del pan. Si aumentara el 100 por ciento el trigo, la incidencia en el precio del kilo de pan sería de un peso.
Nosotros hace un tiempo habíamos escuchado al presidente de la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines, señor Salvio, en un reportaje que le hizo la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú. Allí manifestó que la incidencia que tiene la harina en el precio del pan es del 20 por ciento y que todos los aumentos que tuvo el pan hasta este momento se debieron a otro tipo de costos -servicios, alquileres, electricidad, mano de obra-; es decir, no le dio importancia al trigo.
En esta diapositiva se incluye una pequeña descripción de lo que fue el correlato que hizo el señor Salvio. Cuando le preguntaron por qué el Estado subsidiaba la molinería, dijo que no lo entendía, que el gobierno habría pensado que era la forma de parar la suba del precio del pan.
En esta diapositiva pueden observar un cuadro que habrán visto muchas veces y es útil para entender un poco cómo es la participación; aquí está lo que fue la campaña anterior, con 7 millones de toneladas de trigo. Éstas son los famosos 6,5 millones de toneladas que necesita el mercado. Se darán cuenta de que exclusivamente para la planificación, para hacer pan, se necesitan solo 2.600.000 toneladas, de lo contrario se estaría subsidiando otro tipo de productos, una panificación más elaborada, como pueden ser las medialunas. Con esa cantidad de toneladas que se están dejando en el mercado interno estamos permitiendo que se exporten 1,5 millones de toneladas de harina con un precio subsidiado.
En esta diapositiva se incluyen todas las medidas que se fueron tomando respecto al tema del trigo, y hay algunas de las tomadas en cuanto al maíz. Se tomaron más de 21 medidas para frenar el precio del trigo, y la repercusión que observamos ahora es la del famoso crédito a tasa cero; en este momento hay que empezar a devolver ese dinero y no hay compradores que adquieran el trigo del productor. Es decir que se está dando el fenómeno del salvavidas de plomo que se había anticipado.
Lo que terminó ocurriendo con todas estas restricciones e inconvenientes fue que el año pasado hemos tenido la campaña más baja después de 110 años; volvimos a tener 3,5 millones de hectáreas, cuando habíamos llegado a 6,4 millones.
Otro inconveniente que tenemos es la falta de cotizaciones en los distintos tipos de mercado. No hay ni una sola referencia. Nadie sabe lo que puede llegar a valer el trigo.
Esta diapositiva evidencia que en dos años hubo seis días a precio dársena y 17 días a precio de pizarra de Quequén. Con esto teóricamente había que hacer una formación de precios. También hay que ver los volúmenes que se manejaron, quiénes anotaron esas operaciones, a pedido quién y con qué precios. Lo que observan arriba, en color celeste, es el FAS teórico y el de abajo, el de color negro, el precio de mercado. Fíjense la separación, la división que hubo; lo que está abajo en rojo fueron las diferencias, las pérdidas que tuvieron los productores por no haberse llegado a ese precio teórico de FAS. Es decir que llegaron hasta 87 dólares por debajo del precio.
En cuanto a los ganadores y perdedores -y son datos oficiales-, la molinería, en todo lo que sería el sistema de compensaciones del último año, se lleva el 73 por ciento de las compensaciones, con un monto de 3.700 millones de pesos.
Quiero detenerme aquí un momento y aclarar cuál es la gran preocupación que tenemos. Con este sistema lo que se ha logrado es que existan dos mercados no vinculados entre sí, uno interno y otro externo. Entonces, con 6,5 millones de toneladas para lo que es el mercado interno, lo único que compite es la molinería, pero en realidad no lo hace, ya que se necesitan 500 mil toneladas por mes. Entonces, entran al mercado, sacan la mercadería que quieren y el precio se sigue deprimiendo.
La exportación, como no tiene cupos, no sale a comprar, pero compra cuando el precio está muy bajo; entonces, no hay ninguna puja por el precio y el único perjudicado es el productor. Muchas veces por eso nosotros decimos que los cupos no sirven, porque justamente esa mercadería que pueden llegar a liberar en un cupo de exportación ya está comprada por la exportación; al productor nunca le llega al beneficio.
Dentro lo que serían las consecuencias, está la destrucción de los mercados. Hemos llegado a la locura de que en este momento se paga mejor un trigo de menor calidad que uno de mejor calidad. Eso es lo que está ocurriendo hoy en Argentina. Se han destruido los precios de referencia, los mercados a futuro; se ha complicado toda la cadena de pago. Actualmente lo que ocurre es que no hay a quién venderle el trigo y necesitamos devolver el dinero al banco.
Además, se están dando ciertos inconvenientes -si bien son muy difíciles de demostrar-, como la aparición del flete fantasma; en este sentido, dicen que pagan el precio FAS teórico menos el flete, pero a su vez esa mercadería se la tienen que dar en el molino directamente, por lo que el flete se paga dos veces.
El otro tema es que se factura por lo que sería el FAS teórico y a los pocos días viene una nota de débito por calidad u otras cuestiones y le sacan una parte al productor.
Y la molinería presenta los papeles como si hubiera pagado el FAS teórico. Esta es una realidad que se está registrando en distintas zonas.
De manera tal que en lo que respecta al mantenimiento del precio del pan, hemos visto que nadie lo consigue a 2,50 pesos. El precio es de 9 pesos el kilo. Y vemos toda la destrucción que esto implica para el productor. (Aplausos.)
Para empezar, hay que hacer un poco de historia en todo esto y decir desde dónde viene el problema del trigo. Nosotros empezamos a verlo en 2006, cuando la exportación se cartelizó a pedido del secretario de Comercio Interior. Pagaron hasta un precio de 340 pesos la tonelada para después vender en ese momento con un margen de más de 60 ó 70 dólares. Allí fue donde surgió este problema.
Hubo unos primeros ganadores, determinados por el tema de la exportación. Al año siguiente comenzaron las compensaciones a la molinería, que pasó a ser la nueva ganadora en todo esto. Pero lamentablemente la producción nunca tuvo un año positivo, y eso es lo que vamos a ver ahora.
Según el discurso oficial la medida era para cuidar la mesa de los argentinos. La realidad es que todos los instrumentos y medidas adoptadas en ese momento y las que se están tomando ahora no ayudan en absoluto. Vamos a ver la efectividad que tuvo todo esto.
En primer término, en relación con el precio del kilo de pan, el gobierno sostiene que es de 2,50 pesos. Lo que nosotros hicimos y que puede observarse en pantalla fue ajustarlo a través del índice de precios al consumidor del INDEC. Esto nos dio como resultado que el valor del kilo de pan debería ser de 5 pesos. Pero la realidad es que en el mercado nos encontramos con que asciende a 9 pesos. Estos son datos tomados de la calle, de distintas panaderías y del interior del país. Se trata de un valor promedio.
En segundo lugar, debemos referirnos a la incidencia del precio del trigo en el precio del pan. Esto es algo que ustedes deben haber visto y que nosotros estamos reajustando. Se trata de observar la participación de cada uno a partir de un precio del kilo de pan de 9 pesos. El Estado tiene una participación del 15 por ciento, lo que significa que recibe 1,35 pesos por un kilo de pan. Por su parte, la comercialización, la panificación y la industria molinera tienen una participación del 74 por ciento, lo que equivale a 6,66 pesos. Finalmente, la participación del productor es del 11 por ciento, lo que significa que recibe 98 centavos por un kilo de pan.
Hemos llegado a esto a partir de que con mil kilos de trigo a un valor de 860 pesos -estamos tomando un precio de lo que ha pagado la molinería en casos muy puntuales; esta es no es la realidad de todo el país- se pueden elaborar 700 kilos de harina, la que se está abonando a 1.350 pesos.
Con mil kilos de trigo se fabrican 700 kilos de harina, que se pagan 1.350 pesos, y con eso se pueden producir 900 kilos de pan, por lo que serían 8.100 pesos. Con esto vemos una correlación entre lo que percibe el productor y lo que realmente está en juego económicamente en todo el negocio del pan.
Visto de otra forma, el kilo de pan sale 9 pesos, 830 gramos de harina, 1,30 pesos, y en ese kilo de pan hay 1,14 kilos de trigo, lo que implica 0,98 centavos. Siempre se dijo que si el trigo aumentaba, el precio del pan se iba a ir a las nubes. Ayer hicimos varias simulaciones con todos los técnicos y llegamos a una cuenta muy sencilla. A 860 pesos la tonelada de trigo, el kilo de pan está a 9 pesos; si hipotéticamente la tonelada de trigo subiera un 50 por ciento, la incidencia que tendría en el kilo de pan sería de 50 centavos. Esto está demostrado, distintos referentes han señalado lo que implica la participación del trigo en la fabricación del pan. Si aumentara el 100 por ciento el trigo, la incidencia en el precio del kilo de pan sería de un peso.
Nosotros hace un tiempo habíamos escuchado al presidente de la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines, señor Salvio, en un reportaje que le hizo la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú. Allí manifestó que la incidencia que tiene la harina en el precio del pan es del 20 por ciento y que todos los aumentos que tuvo el pan hasta este momento se debieron a otro tipo de costos -servicios, alquileres, electricidad, mano de obra-; es decir, no le dio importancia al trigo.
En esta diapositiva se incluye una pequeña descripción de lo que fue el correlato que hizo el señor Salvio. Cuando le preguntaron por qué el Estado subsidiaba la molinería, dijo que no lo entendía, que el gobierno habría pensado que era la forma de parar la suba del precio del pan.
En esta diapositiva pueden observar un cuadro que habrán visto muchas veces y es útil para entender un poco cómo es la participación; aquí está lo que fue la campaña anterior, con 7 millones de toneladas de trigo. Éstas son los famosos 6,5 millones de toneladas que necesita el mercado. Se darán cuenta de que exclusivamente para la planificación, para hacer pan, se necesitan solo 2.600.000 toneladas, de lo contrario se estaría subsidiando otro tipo de productos, una panificación más elaborada, como pueden ser las medialunas. Con esa cantidad de toneladas que se están dejando en el mercado interno estamos permitiendo que se exporten 1,5 millones de toneladas de harina con un precio subsidiado.
En esta diapositiva se incluyen todas las medidas que se fueron tomando respecto al tema del trigo, y hay algunas de las tomadas en cuanto al maíz. Se tomaron más de 21 medidas para frenar el precio del trigo, y la repercusión que observamos ahora es la del famoso crédito a tasa cero; en este momento hay que empezar a devolver ese dinero y no hay compradores que adquieran el trigo del productor. Es decir que se está dando el fenómeno del salvavidas de plomo que se había anticipado.
Lo que terminó ocurriendo con todas estas restricciones e inconvenientes fue que el año pasado hemos tenido la campaña más baja después de 110 años; volvimos a tener 3,5 millones de hectáreas, cuando habíamos llegado a 6,4 millones.
Otro inconveniente que tenemos es la falta de cotizaciones en los distintos tipos de mercado. No hay ni una sola referencia. Nadie sabe lo que puede llegar a valer el trigo.
Esta diapositiva evidencia que en dos años hubo seis días a precio dársena y 17 días a precio de pizarra de Quequén. Con esto teóricamente había que hacer una formación de precios. También hay que ver los volúmenes que se manejaron, quiénes anotaron esas operaciones, a pedido quién y con qué precios. Lo que observan arriba, en color celeste, es el FAS teórico y el de abajo, el de color negro, el precio de mercado. Fíjense la separación, la división que hubo; lo que está abajo en rojo fueron las diferencias, las pérdidas que tuvieron los productores por no haberse llegado a ese precio teórico de FAS. Es decir que llegaron hasta 87 dólares por debajo del precio.
En cuanto a los ganadores y perdedores -y son datos oficiales-, la molinería, en todo lo que sería el sistema de compensaciones del último año, se lleva el 73 por ciento de las compensaciones, con un monto de 3.700 millones de pesos.
Quiero detenerme aquí un momento y aclarar cuál es la gran preocupación que tenemos. Con este sistema lo que se ha logrado es que existan dos mercados no vinculados entre sí, uno interno y otro externo. Entonces, con 6,5 millones de toneladas para lo que es el mercado interno, lo único que compite es la molinería, pero en realidad no lo hace, ya que se necesitan 500 mil toneladas por mes. Entonces, entran al mercado, sacan la mercadería que quieren y el precio se sigue deprimiendo.
La exportación, como no tiene cupos, no sale a comprar, pero compra cuando el precio está muy bajo; entonces, no hay ninguna puja por el precio y el único perjudicado es el productor. Muchas veces por eso nosotros decimos que los cupos no sirven, porque justamente esa mercadería que pueden llegar a liberar en un cupo de exportación ya está comprada por la exportación; al productor nunca le llega al beneficio.
Dentro lo que serían las consecuencias, está la destrucción de los mercados. Hemos llegado a la locura de que en este momento se paga mejor un trigo de menor calidad que uno de mejor calidad. Eso es lo que está ocurriendo hoy en Argentina. Se han destruido los precios de referencia, los mercados a futuro; se ha complicado toda la cadena de pago. Actualmente lo que ocurre es que no hay a quién venderle el trigo y necesitamos devolver el dinero al banco.
Además, se están dando ciertos inconvenientes -si bien son muy difíciles de demostrar-, como la aparición del flete fantasma; en este sentido, dicen que pagan el precio FAS teórico menos el flete, pero a su vez esa mercadería se la tienen que dar en el molino directamente, por lo que el flete se paga dos veces.
El otro tema es que se factura por lo que sería el FAS teórico y a los pocos días viene una nota de débito por calidad u otras cuestiones y le sacan una parte al productor.
Y la molinería presenta los papeles como si hubiera pagado el FAS teórico. Esta es una realidad que se está registrando en distintas zonas.
De manera tal que en lo que respecta al mantenimiento del precio del pan, hemos visto que nadie lo consigue a 2,50 pesos. El precio es de 9 pesos el kilo. Y vemos toda la destrucción que esto implica para el productor. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Quiero aclarar que esta comisión ya emitió dictamen de mayoría para eliminar los ROE. Ese dictamen todavía tiene que pasar por las comisiones de Comercio y de Presupuesto y Hacienda, que son manejadas por el oficialismo. Entonces, vamos a ver cómo nos va allí y en base a eso seguiremos trabajando.
Tiene la palabra el señor diputado Orsolini.
Tiene la palabra el señor diputado Orsolini.
SR. ORSOLINI Señor presidente: quiero saludar a todas las personas que nos están acompañando y agradecerle especialmente a usted porque el jueves y viernes de la semana pasada, cuando estuvimos en Corrientes, le planteé si en el temario de la reunión que estamos celebrando hoy se podía agregar la cuestión algodonera, que realmente es muy importante y que estamos sufriendo aquellos que pertenecemos a zonas en las que se practica ese cultivo. Usted accedió a mi pedido.
Voy a tratar de ser lo más sintético posible para contarle qué está pasando en la región con el tema del algodón, teniendo en cuenta que la provincia del Chaco, a la que represento, es la mayor productora.
Si bien en la República Argentina hay más de 600 mil hectáreas destinadas a ese cultivo, se ha recuperado más de un 50 por ciento del área algodonera. Esto es realmente importante porque si no todos íbamos a orientarnos hacia la producción de soja.
Estamos recuperando áreas de una producción que tiene un impacto social muy fuerte y que realmente mueve a las economías de las provincias que son productoras, como las del Chaco, de Santiago del Estero, de Formosa, de Santa Fe, de Corrientes y de Salta. Al mismo tiempo, hay otras provincias que siembran muy poco pero que también lo hacen, con las de Entre Ríos, de Córdoba y de Catamarca.
Cuando comenzó la campaña algodonera realmente sentimos una gran satisfacción. Los algodoneros veníamos sufriendo desde hacía muchísimos años. Nos encontramos con los precios más altos desde que yo tengo uso de razón. Creo que desde la Guerra de Secesión en los Estados Unidos los precios del algodón no registraban los niveles actuales. Si bien el precio en el mercado internacional ha bajado un poco -aquí se encuentra presente el señor presidente de la Cámara de Exportadores de Algodón-, aún se sigue manteniendo en un nivel elevado.
Paralelamente a eso, a los pocos días de comenzar la cosecha nos encontramos con un proyecto del gobierno provincial para fijar un esquema de autorregulación del mercado de tierras del algodón, planteando que eso sería garantizar al productor agropecuario un precio sostén por cuatro años. Pero, oh casualidad, en principio lo garantiza por 18 meses, en forma mucho más baja que la que se estaba dando en el mercado, con una participación -cuándo no- de la Secretaría de Comercio Interior y donde se estaría creando un ROE que posiblemente se llamaría "ROE blanco", porque si bien el algodón es verde el producto es blanco. Habría varias organizaciones firmantes, entre ellas la Federación Argentina de la Industria Textil, la Fundación Proteger, la Bolsa de Comercio del Chaco, el gobierno de esa provincia y dos empresas públicas del Chaco que son manejadas por el gobierno provincial, que son Colono S.A. y Fiduciaria del Norte S.A.
Quiero señalar que Colono S.A. está alquilando a razón de mil pesos por hectárea para sembrar algodón. Es una empresa pública y está expulsando a pequeños y medianos productores que desde antes estaban alquilando estas tierras en la provincia del Chaco.
Aquí se menciona también a las restantes provincias productoras de algodón, que son Santa Fe, Santiago del Estero y Formosa, las que después no aceptaron este convenio.
¿Qué pasó con esto? Esto todavía no está firmado, pero hay intención de hacerlo. Lo que esto hizo fue que la exportación se retirara automáticamente del mercado, porque esto plantea -si bien tengo aquí el borrador del proyecto, no lo voy a leer- que recién se podría exportar cuando termine la campaña algodonera y se abastezca al mercado interno. Es decir que en lugar de cuidar la mesa de los argentinos estamos cuidando la pilcha de los argentinos. Esa es la realidad.
Quiero decir otra cosa planteando un argumento muy parecido al utilizado en el caso del trigo, es decir, para que no se disparen los precios de nuestra indumentaria. En ese sentido deseo comentar un estudio realizado por un asesor mío, perteneciente a la provincia del Chaco. Concretamente, un 50 por ciento del aumento de la fibra de algodón tiene un impacto del 2,5 por ciento en el costo de la ropa. Esto es algo muy parecido a lo que ocurre con el trigo.
Entonces, es el mismo cuento chino que nos hacen con el trigo y otros productos. Inclusive, una de las firmantes, que integra una empresa que forma parte de una de las fundaciones, hizo toda una puesta en escena diciendo que tuvo que cerrar dos hilanderías porque no tenía fibra para seguir trabajando y demás. Yo me pregunto: en los años anteriores, cuando no se sembró absolutamente nada de algodón, ¿cerraron las hilanderías y no produjeron? No, por el contrario, importaron y no tuvieron problema en hacerlo.
¿Entonces qué hicieron ahora? Se pusieron de acuerdo con el gobierno de la provincia -supuestamente también intentan hacerlo con la Secretaría de Comercio Interior- para cerrar las exportaciones hasta no garantizar el mercado interno. ¿Qué consecuencia trajo esto? Que los exportadores se retiraran del mercado, porque sostienen que no van a poder exportar hasta enero o febrero, cuando recién tengan los excedentes para saldos exportables. En consecuencia, el precio del algodón, que era de 4 mil pesos, bajó mil pesos de un día para otro.
Pero el daño que ocasionaron no termina allí. ¿Qué significó el retiro de los exportadores del mercado? Estos últimos eran una fuente de financiación de los desmotadores y de las cooperativas porque son los que generan una prefinanciación de exportaciones. Hoy el algodón está moviendo mucho dinero. Entonces, muchos actores de la cadena -en este caso, los desmotadores y las cooperativas- se quedaron sin dinero. ¿Y qué ocurrió? Aparecieron los vivos de siempre, los que tienen dinero, y bajaron otro tanto el precio de la tonelada de algodón, que en un principio fue de 4 mil pesos y que posteriormente se llegó a pagar 1.800 pesos.
Ahora aparece el gobierno de la provincia del Chaco, que en el día de ayer puso en funcionamiento la compra de algodón nada más que por parte suya. Yo siempre estuve de acuerdo en que el Estado debe garantizar un precio mínimo sostén, pero no debe ser un actor directo cuando los mercados están funcionando y lo están haciendo bien. El gobierno del Chaco tendría que haber fijado el precio mínimo sostén de la manera en que lo hizo pero sin participar por ahora en el mercado, ya que éste está por encima de los precios que el gobierno ha establecido.
Entonces, ¿qué es lo que el gobierno hace cuando sale a comprar? Hace que todos los compradores bajen al mismo nivel que él. Y hoy realmente podría estar pagando más porque los precios internacionales están por arriba, a pesar de que debo reconocer que han bajado, como también lo hizo la calidad del algodón por las inclemencias climáticas. Entonces ahora todo el mundo va a comprar al precio que lo hace el gobierno de la provincia. Nuevamente se benefician muchos integrantes de la cadena algodonera. No voy a involucrar a toda la industria textil porque es cierto que no toda está relacionada con esto. Pero sí lo es el hecho de que hay muchos actores de la cadena de la industria textil que han forzado al gobierno para llegar a este acuerdo y que van a ser los grandes ganadores. Y resulta que los perdedores volveremos a ser los productores algodoneros argentinos. ¿Por qué? Porque en su momento, cuando el algodón no valía nada y tuvimos que abandonar su producción e irnos a otras, no aparecieron estos señores presionando a los estados provinciales y diciéndoles que tenían que participar en el mercado para elevar el precio del algodón y haya una media de siembra. Eso es muy lamentable. Ahora resulta que porque había un precio alto salieron a presionar al gobierno para que intente bajarlo.
De manera tal que esto es lo que quería dejar en claro. Hoy lamentablemente recuperamos más del 50 por ciento del área algodonera, que no sólo es saludable para nosotros, que estamos acostumbrados a esa producción en toda la región noreste del país, sino que también es saludable para frenar esa famosa sojización que todos nos endilgan, en el sentido de que nos orientamos hacia ese producto. Pero lo cierto es que nos están empujando hacia ese cultivo, porque donde sembramos algodón podemos sembrar soja, y el año que viene vamos a hacerlo.
Entre el picudo del algodonero, respecto del cual hubo una pésima atención por parte de los estados Nacional y provincial -este año tuvimos que incurrir en grandes gastos para poder afrontarlo y en algunos lugares hizo mucho daño-, y esta maniobra que ahora se registra en el mercado a partir de una confusión entre los gobiernos nacional y provincial y algunos integrantes de la cadena algodonera, nos encontramos nuevamente con los pequeños y medianos productores, que representan al 90 por ciento del total.
En el algodón no hay grandes actores, y los pocos que hay no van a sufrir las consecuencias de esta política porque hacen fibra, la guardan y la venden cuando la exportación empieza a funcionar nuevamente. Sufrimos los pequeños y medianos productores que necesitamos ir corriendo atrás del camión a cobrar por tener compromisos con los proveedores. Se hace muy poca cosecha manual, pero algunos pequeños productores la hacen y tienen que pagar a los cosecheros todos los fines de semana. Entonces, en definitiva son los que siguen sufriendo las consecuencias de estas malas políticas, y esto con algunos socios que lamentamos.
Estamos acostumbrados a que los gobiernos adopten estas malas políticas -por lo menos yo en mi provincia y a nivel nacional-, pero es muy complicado que se asocien algunos integrantes de la cadena, sobre todo teniendo en cuenta que de esta forma en algún momento vamos a desaparecer todos. O va a desaparecer el algodón o vamos a desaparecer algunos productores -algunos pasarán a otra producción-, pero es realmente lamentable porque estábamos recuperando muy bien el área algodonera.
Quería que estén al tanto de esta situación. El otro día lo expliqué en la Comisión de Agricultura, en la provincia de Corrientes. Es importante también que lo sepan quienes tal vez no conocen cuál es la realidad del algodón. (Aplausos.)
Voy a tratar de ser lo más sintético posible para contarle qué está pasando en la región con el tema del algodón, teniendo en cuenta que la provincia del Chaco, a la que represento, es la mayor productora.
Si bien en la República Argentina hay más de 600 mil hectáreas destinadas a ese cultivo, se ha recuperado más de un 50 por ciento del área algodonera. Esto es realmente importante porque si no todos íbamos a orientarnos hacia la producción de soja.
Estamos recuperando áreas de una producción que tiene un impacto social muy fuerte y que realmente mueve a las economías de las provincias que son productoras, como las del Chaco, de Santiago del Estero, de Formosa, de Santa Fe, de Corrientes y de Salta. Al mismo tiempo, hay otras provincias que siembran muy poco pero que también lo hacen, con las de Entre Ríos, de Córdoba y de Catamarca.
Cuando comenzó la campaña algodonera realmente sentimos una gran satisfacción. Los algodoneros veníamos sufriendo desde hacía muchísimos años. Nos encontramos con los precios más altos desde que yo tengo uso de razón. Creo que desde la Guerra de Secesión en los Estados Unidos los precios del algodón no registraban los niveles actuales. Si bien el precio en el mercado internacional ha bajado un poco -aquí se encuentra presente el señor presidente de la Cámara de Exportadores de Algodón-, aún se sigue manteniendo en un nivel elevado.
Paralelamente a eso, a los pocos días de comenzar la cosecha nos encontramos con un proyecto del gobierno provincial para fijar un esquema de autorregulación del mercado de tierras del algodón, planteando que eso sería garantizar al productor agropecuario un precio sostén por cuatro años. Pero, oh casualidad, en principio lo garantiza por 18 meses, en forma mucho más baja que la que se estaba dando en el mercado, con una participación -cuándo no- de la Secretaría de Comercio Interior y donde se estaría creando un ROE que posiblemente se llamaría "ROE blanco", porque si bien el algodón es verde el producto es blanco. Habría varias organizaciones firmantes, entre ellas la Federación Argentina de la Industria Textil, la Fundación Proteger, la Bolsa de Comercio del Chaco, el gobierno de esa provincia y dos empresas públicas del Chaco que son manejadas por el gobierno provincial, que son Colono S.A. y Fiduciaria del Norte S.A.
Quiero señalar que Colono S.A. está alquilando a razón de mil pesos por hectárea para sembrar algodón. Es una empresa pública y está expulsando a pequeños y medianos productores que desde antes estaban alquilando estas tierras en la provincia del Chaco.
Aquí se menciona también a las restantes provincias productoras de algodón, que son Santa Fe, Santiago del Estero y Formosa, las que después no aceptaron este convenio.
¿Qué pasó con esto? Esto todavía no está firmado, pero hay intención de hacerlo. Lo que esto hizo fue que la exportación se retirara automáticamente del mercado, porque esto plantea -si bien tengo aquí el borrador del proyecto, no lo voy a leer- que recién se podría exportar cuando termine la campaña algodonera y se abastezca al mercado interno. Es decir que en lugar de cuidar la mesa de los argentinos estamos cuidando la pilcha de los argentinos. Esa es la realidad.
Quiero decir otra cosa planteando un argumento muy parecido al utilizado en el caso del trigo, es decir, para que no se disparen los precios de nuestra indumentaria. En ese sentido deseo comentar un estudio realizado por un asesor mío, perteneciente a la provincia del Chaco. Concretamente, un 50 por ciento del aumento de la fibra de algodón tiene un impacto del 2,5 por ciento en el costo de la ropa. Esto es algo muy parecido a lo que ocurre con el trigo.
Entonces, es el mismo cuento chino que nos hacen con el trigo y otros productos. Inclusive, una de las firmantes, que integra una empresa que forma parte de una de las fundaciones, hizo toda una puesta en escena diciendo que tuvo que cerrar dos hilanderías porque no tenía fibra para seguir trabajando y demás. Yo me pregunto: en los años anteriores, cuando no se sembró absolutamente nada de algodón, ¿cerraron las hilanderías y no produjeron? No, por el contrario, importaron y no tuvieron problema en hacerlo.
¿Entonces qué hicieron ahora? Se pusieron de acuerdo con el gobierno de la provincia -supuestamente también intentan hacerlo con la Secretaría de Comercio Interior- para cerrar las exportaciones hasta no garantizar el mercado interno. ¿Qué consecuencia trajo esto? Que los exportadores se retiraran del mercado, porque sostienen que no van a poder exportar hasta enero o febrero, cuando recién tengan los excedentes para saldos exportables. En consecuencia, el precio del algodón, que era de 4 mil pesos, bajó mil pesos de un día para otro.
Pero el daño que ocasionaron no termina allí. ¿Qué significó el retiro de los exportadores del mercado? Estos últimos eran una fuente de financiación de los desmotadores y de las cooperativas porque son los que generan una prefinanciación de exportaciones. Hoy el algodón está moviendo mucho dinero. Entonces, muchos actores de la cadena -en este caso, los desmotadores y las cooperativas- se quedaron sin dinero. ¿Y qué ocurrió? Aparecieron los vivos de siempre, los que tienen dinero, y bajaron otro tanto el precio de la tonelada de algodón, que en un principio fue de 4 mil pesos y que posteriormente se llegó a pagar 1.800 pesos.
Ahora aparece el gobierno de la provincia del Chaco, que en el día de ayer puso en funcionamiento la compra de algodón nada más que por parte suya. Yo siempre estuve de acuerdo en que el Estado debe garantizar un precio mínimo sostén, pero no debe ser un actor directo cuando los mercados están funcionando y lo están haciendo bien. El gobierno del Chaco tendría que haber fijado el precio mínimo sostén de la manera en que lo hizo pero sin participar por ahora en el mercado, ya que éste está por encima de los precios que el gobierno ha establecido.
Entonces, ¿qué es lo que el gobierno hace cuando sale a comprar? Hace que todos los compradores bajen al mismo nivel que él. Y hoy realmente podría estar pagando más porque los precios internacionales están por arriba, a pesar de que debo reconocer que han bajado, como también lo hizo la calidad del algodón por las inclemencias climáticas. Entonces ahora todo el mundo va a comprar al precio que lo hace el gobierno de la provincia. Nuevamente se benefician muchos integrantes de la cadena algodonera. No voy a involucrar a toda la industria textil porque es cierto que no toda está relacionada con esto. Pero sí lo es el hecho de que hay muchos actores de la cadena de la industria textil que han forzado al gobierno para llegar a este acuerdo y que van a ser los grandes ganadores. Y resulta que los perdedores volveremos a ser los productores algodoneros argentinos. ¿Por qué? Porque en su momento, cuando el algodón no valía nada y tuvimos que abandonar su producción e irnos a otras, no aparecieron estos señores presionando a los estados provinciales y diciéndoles que tenían que participar en el mercado para elevar el precio del algodón y haya una media de siembra. Eso es muy lamentable. Ahora resulta que porque había un precio alto salieron a presionar al gobierno para que intente bajarlo.
De manera tal que esto es lo que quería dejar en claro. Hoy lamentablemente recuperamos más del 50 por ciento del área algodonera, que no sólo es saludable para nosotros, que estamos acostumbrados a esa producción en toda la región noreste del país, sino que también es saludable para frenar esa famosa sojización que todos nos endilgan, en el sentido de que nos orientamos hacia ese producto. Pero lo cierto es que nos están empujando hacia ese cultivo, porque donde sembramos algodón podemos sembrar soja, y el año que viene vamos a hacerlo.
Entre el picudo del algodonero, respecto del cual hubo una pésima atención por parte de los estados Nacional y provincial -este año tuvimos que incurrir en grandes gastos para poder afrontarlo y en algunos lugares hizo mucho daño-, y esta maniobra que ahora se registra en el mercado a partir de una confusión entre los gobiernos nacional y provincial y algunos integrantes de la cadena algodonera, nos encontramos nuevamente con los pequeños y medianos productores, que representan al 90 por ciento del total.
En el algodón no hay grandes actores, y los pocos que hay no van a sufrir las consecuencias de esta política porque hacen fibra, la guardan y la venden cuando la exportación empieza a funcionar nuevamente. Sufrimos los pequeños y medianos productores que necesitamos ir corriendo atrás del camión a cobrar por tener compromisos con los proveedores. Se hace muy poca cosecha manual, pero algunos pequeños productores la hacen y tienen que pagar a los cosecheros todos los fines de semana. Entonces, en definitiva son los que siguen sufriendo las consecuencias de estas malas políticas, y esto con algunos socios que lamentamos.
Estamos acostumbrados a que los gobiernos adopten estas malas políticas -por lo menos yo en mi provincia y a nivel nacional-, pero es muy complicado que se asocien algunos integrantes de la cadena, sobre todo teniendo en cuenta que de esta forma en algún momento vamos a desaparecer todos. O va a desaparecer el algodón o vamos a desaparecer algunos productores -algunos pasarán a otra producción-, pero es realmente lamentable porque estábamos recuperando muy bien el área algodonera.
Quería que estén al tanto de esta situación. El otro día lo expliqué en la Comisión de Agricultura, en la provincia de Corrientes. Es importante también que lo sepan quienes tal vez no conocen cuál es la realidad del algodón. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor diputado Tunessi.
SR. TUNESSI Señor presidente: le agradezco a la Comisión de Agricultura y Ganadería la posibilidad de hacer uso de la palabra a pesar de no integrarla. Celebro la realización de esta reunión y agradezco la presencia de los representantes de la Mesa de Enlace.
Quisiera manifestar que hemos impulsado un proyecto de declaración. Es uno más de los tantos que tenemos presentados debido a la grave situación de la comercialización con el trigo, que en particular afecta la zona de donde provengo, el sudeste bonaerense, una región productora de trigo que, como todos saben, produce gran parte del trigo de nuestro país, tarea que efectivamente realizan los pequeños y medianos productores.
Se trata de un cultivo tradicional histórico del sudeste bonaerense, y ni qué hablar de las zonas más marginales, donde la única producción posible anualmente es el trigo. La gente no tiene otras opciones, los productores trigueros de esta zona son los más perjudicados porque tienen una única y exclusiva producción, el trigo, y no lo pueden comercializar en condiciones apropiadas.
Resulta intolerable, indignante y verdaderamente insoportable a esta altura que ocurran estas situaciones en nombre de una finalidad que en realidad encubre hechos graves de corrupción, que tenemos la obligación de denunciar. Todos los días aparecen mensajes ya casi cifrados, que no es algo propio de un régimen democrático. Pareciera que hay miedo de denunciar, pero los legisladores tenemos que tener la valentía de decir que existen manipulaciones en el mercado.
Ahora se vende trigo con proteínas como trigo forrajero; no se sabe quiénes son los dueños, cómo se mezcla, cómo se hace, cómo se manipula, y es una forma de seguir tergiversando el mercado.
Los productores nos preguntan quién es el dueño del trigo que está cargado en los barcos y que se va a vender como trigo forrajero, industrial, cuando es trigo con alta calidad de proteínas; son nuevas manipulaciones que están haciendo.
Conocemos los manejos y las manipulaciones de los amigos del poder; basta con seguir los rastros de quiénes reciben los ROE para saber quiénes se han enriquecido y mejorado los estándares de sus niveles de comercialización. Por amiguismo tienen ROE y pueden exportar, mientras que el resto no lo puede hacer, siendo los productores los perjudicados de siempre. Les compran barato lo que después otros vivos venden caro, y no se destina a la mesa de los argentinos sino a enriquecer a sectores que claramente se están beneficiando con el esfuerzo y el trabajo de muchos productores abnegados del país que no entienden cuáles son las razones que justifican este proceder.
¡Es insostenible esta situación! Entonces, digamos con todas las letras cómo son las cosas. Estoy dispuesto a avanzar, y creo que esta debe ser una estrategia en las instancias judiciales que corresponden para determinar judicialmente, con las denuncias penales apropiadas, qué es lo que está pasando.
La Compañía Argentina de Granos es un acopio de Río Cuarto, que ha crecido sustancialmente en los últimos tiempos en condiciones comerciales que superan en la media al resto, y casualmente ha recibido permanentes ROE de exportación de trigo en momentos en que nadie los recibía.
Aparecen estas denuncias que menciono sobre manipulación del trigo como trigo de segunda o forrajero, pero en realidad son todos manejos y manipulaciones que a esta altura creo que debieran merecer otra explicación. ¿No será el momento de que actúe la Justicia para terminar con estas situaciones? ¿No será el momento de denunciar claramente la situación para que se investigue esta arbitraria asignación de cupos, este amiguismo, esta intolerable situación que está provocando el enojo de mucha gente, que ya no puede entender lo que ocurre?
Tampoco confío en las distancias. Gran parte de la comercialización se ha tenido que adecuar. Muchos han agachado el lomo frente a esta situación y ven cómo la van llevando para ver si se puede ser amigo y recibir un poco de los beneficios del que reparte las barajas. Éste no es un Estado democrático. La situación no es tolerable, razonable ni transparente.
Estamos reclamando para pequeños y medianos productores -cuyas familias han subsistido históricamente y trabajan en esta producción prácticamente única en el sudeste de la provincia de Buenos Aires-, que nos exigen a los legisladores que los representamos que actuemos en consecuencia.
Estoy dispuesto a honrar mi representación. Si no es posible lograr que se modifique esta situación en el Congreso de la Nación, teniendo constancias y pruebas y estando en conocimiento de las decisiones legales que justifican o amparan esta toma decisiones, denunciaremos ante la Justicia los hechos de corrupción.
Creo que además de la existencia de estas manipulaciones que estamos mencionando, estamos en presencia de actos ilícitos y hechos de corrupción que es necesario denunciar con todas las letras, y es lo que haremos. Muchas gracias. (Aplausos.)
Quisiera manifestar que hemos impulsado un proyecto de declaración. Es uno más de los tantos que tenemos presentados debido a la grave situación de la comercialización con el trigo, que en particular afecta la zona de donde provengo, el sudeste bonaerense, una región productora de trigo que, como todos saben, produce gran parte del trigo de nuestro país, tarea que efectivamente realizan los pequeños y medianos productores.
Se trata de un cultivo tradicional histórico del sudeste bonaerense, y ni qué hablar de las zonas más marginales, donde la única producción posible anualmente es el trigo. La gente no tiene otras opciones, los productores trigueros de esta zona son los más perjudicados porque tienen una única y exclusiva producción, el trigo, y no lo pueden comercializar en condiciones apropiadas.
Resulta intolerable, indignante y verdaderamente insoportable a esta altura que ocurran estas situaciones en nombre de una finalidad que en realidad encubre hechos graves de corrupción, que tenemos la obligación de denunciar. Todos los días aparecen mensajes ya casi cifrados, que no es algo propio de un régimen democrático. Pareciera que hay miedo de denunciar, pero los legisladores tenemos que tener la valentía de decir que existen manipulaciones en el mercado.
Ahora se vende trigo con proteínas como trigo forrajero; no se sabe quiénes son los dueños, cómo se mezcla, cómo se hace, cómo se manipula, y es una forma de seguir tergiversando el mercado.
Los productores nos preguntan quién es el dueño del trigo que está cargado en los barcos y que se va a vender como trigo forrajero, industrial, cuando es trigo con alta calidad de proteínas; son nuevas manipulaciones que están haciendo.
Conocemos los manejos y las manipulaciones de los amigos del poder; basta con seguir los rastros de quiénes reciben los ROE para saber quiénes se han enriquecido y mejorado los estándares de sus niveles de comercialización. Por amiguismo tienen ROE y pueden exportar, mientras que el resto no lo puede hacer, siendo los productores los perjudicados de siempre. Les compran barato lo que después otros vivos venden caro, y no se destina a la mesa de los argentinos sino a enriquecer a sectores que claramente se están beneficiando con el esfuerzo y el trabajo de muchos productores abnegados del país que no entienden cuáles son las razones que justifican este proceder.
¡Es insostenible esta situación! Entonces, digamos con todas las letras cómo son las cosas. Estoy dispuesto a avanzar, y creo que esta debe ser una estrategia en las instancias judiciales que corresponden para determinar judicialmente, con las denuncias penales apropiadas, qué es lo que está pasando.
La Compañía Argentina de Granos es un acopio de Río Cuarto, que ha crecido sustancialmente en los últimos tiempos en condiciones comerciales que superan en la media al resto, y casualmente ha recibido permanentes ROE de exportación de trigo en momentos en que nadie los recibía.
Aparecen estas denuncias que menciono sobre manipulación del trigo como trigo de segunda o forrajero, pero en realidad son todos manejos y manipulaciones que a esta altura creo que debieran merecer otra explicación. ¿No será el momento de que actúe la Justicia para terminar con estas situaciones? ¿No será el momento de denunciar claramente la situación para que se investigue esta arbitraria asignación de cupos, este amiguismo, esta intolerable situación que está provocando el enojo de mucha gente, que ya no puede entender lo que ocurre?
Tampoco confío en las distancias. Gran parte de la comercialización se ha tenido que adecuar. Muchos han agachado el lomo frente a esta situación y ven cómo la van llevando para ver si se puede ser amigo y recibir un poco de los beneficios del que reparte las barajas. Éste no es un Estado democrático. La situación no es tolerable, razonable ni transparente.
Estamos reclamando para pequeños y medianos productores -cuyas familias han subsistido históricamente y trabajan en esta producción prácticamente única en el sudeste de la provincia de Buenos Aires-, que nos exigen a los legisladores que los representamos que actuemos en consecuencia.
Estoy dispuesto a honrar mi representación. Si no es posible lograr que se modifique esta situación en el Congreso de la Nación, teniendo constancias y pruebas y estando en conocimiento de las decisiones legales que justifican o amparan esta toma decisiones, denunciaremos ante la Justicia los hechos de corrupción.
Creo que además de la existencia de estas manipulaciones que estamos mencionando, estamos en presencia de actos ilícitos y hechos de corrupción que es necesario denunciar con todas las letras, y es lo que haremos. Muchas gracias. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor diputado Gribaudo.
SR. GRIBAUDO Muchas gracias, presidente. Felicito por la convocatoria y la impronta que pone la Comisión de Agricultura y Ganadería a la discusión de esta temática.
No he podido estar en Corrientes, pero este es el espíritu federal que siempre buscamos en las distintas comisiones del Congreso, y esta comisión lo está logrando en un año difícil, electoral, contando con la presencia de muchos diputados y productores.
Agradezco también la presencia de la Mesa de Enlace. Es muy importante para nosotros recibirlos, escuchar a técnicos como Asseff y Ambrosetti -a quienes conocemos, escuchamos, consultamos y con quienes estamos en permanente contacto.
Quiero referirme a dos temas y en realidad abrir un tercero, que es el que comentaba recién el señor diputado Tunessi. El primero tiene que ver con lo que estamos haciendo en el Congreso, porque en realidad ante esta situación -que en realidad todos conocemos, algunos más que yo porque vienen de entidades gremiales- nosotros en el Congreso, y a esta altura de los acontecimientos, tenemos la oportunidad de hacer algo. Creo que es necesario sacarse la careta y empezar a trabajar con este tema puntual.
Podemos ponernos de acuerdo en la necesidad de eliminar los ROE por medio de la sanción de una ley, y creo que tenemos la obligación de trabajar juntos quienes representamos a distintos bloques de la oposición.
Como bien decía el señor diputado Casañas, hay un dictamen de mayoría en la comisión, pero también hay -y esto lo sabemos- muchos diputados de comisiones que ahora deberán tratar este tema que están dispuestos a cajonearlo, a no tratarlo este año. Creo que debemos abrir esos cajones, poner el proyecto sobre la mesa y discutirlo, generando esa discusión como sea posible. Tenemos la forma de hacerlo, no tenemos que esperar que esas comisiones se reúnan. Hay plazos legales, por lo que si no se tratan esos temas en esas comisiones podemos hacerlo en el marco de una sesión.
¿Podremos hacerlo en una sesión? ¿Tendremos el número necesario para llegar a una sesión y eliminar los ROE por ley? Esto es algo que todo el mundo se pregunta. Es posible, y lo que seguramente podremos observar es quiénes están a favor y quiénes en contra de esta posición.
Me parece que esto obliga y genera una discusión en el interior de todos los bloques que hoy no se está produciendo o que muchos piensan que este año no se va a hacer. Tenemos la posibilidad. Creo que tenemos que ajustar un poco la responsabilidad y la discusión hacia el interior de cada bancada para poder llevar este tema al recinto en las próximas sesiones de un año electoral.
El otro tema tiene que ver con lo que nosotros podemos hacer desde el Congreso pero tenemos que realizar en las elecciones. El señor Daniel Asseff se refirió correctamente a todo lo mal que nos fue con la mesa de los argentinos. En ese sentido, estoy estudiando cómo funcionan estos mitos en el gobierno. La verdad es que considero que el gobierno ha trabajado muy mal en muchos mitos, como por ejemplo pelearse con la Sociedad Rural porque representaba a la dictadura, hacer escraches a los presidentes de las entidades, construir esta idea de la mesa de los argentinos, poner a Moreno para retar a los productores y amenazar a sus familias, etcétera. Todo esto no funcionó, al gobierno le fue mal y perdió una elección en el distrito más importante de la provincia de Buenos Aires con sus principales candidatos. La perdió por el campo y porque muchos que no conocían el reclamo de ese sector se vieron sumados a él porque entendieron que el productor no era la oligarquía, la dictadura y aquel otro que no pertenecía a la Argentina, sino que era un argentino que estaba peleando por su producción y su crecimiento, lo que generaba empleo y el concepto de ruralidad.
Creo que el gobierno -y me parece que esto es lo que hoy nos preocupa y de lo que debemos ocuparnos- ha aprendido esa lección y ha construido un nuevo mito con el que empieza a irle un poco mejor que con los otros. Me refiero al mito de que "ya resolvimos los problemas del campo, creamos un Ministerio de Agricultura, tenemos un ministro que es muy bueno, que es gentil, que convoca a los productores, que habla por teléfono y que viene a la comisión". Respecto de los problemas que faltaba resolver, todo sigue exactamente igual, pero la figura la tenemos.
Otro de los problemas importantes, que ha sido denunciado y que como dijo el señor diputado Tunessi tenemos que afrontar -en realidad lo estamos haciendo; algunos diputados ya hemos presentado y seguimos acompañando denuncias ante la Justicia-, es el de la ONCCA. Cuando nosotros estábamos discutiendo en este Parlamento un proyecto de ley para reformar la ONCCA, la presidenta de la Nación la eliminó mediante un decreto. Lo que esto generó -todos nosotros sabemos que no se ha eliminado nada y que se ha creado un ente mucho más poderoso y discrecional que el anterior, con los mismos personajes, nombres y funcionarios- es que este mito funcione y que aquellos que apoyaban el reclamo del sector digan "pero qué quieren; crearon un ministerio, eliminaron la ONCAA, les está yendo bien, está subiendo el precio de los productos, qué más quieren".
Es difícil dar la explicación que brindó el señor Daniel Asseff en un programa de televisión y en un minuto y medio de tiempo. Y para la Mesa de Enlace es difícil empezar a trabajar cuando este tema está fuera de la agenda pública.
Creo que este mito está teniendo resultados electorales positivos. En ese sentido, cuando vemos que la imagen de la presidenta de la Nación crece -o dicen que crece- en las encuestas, observamos que un porcentaje de ese aumento viene por el lado del campo. Podemos discutirlo, pero eso se ve reflejado en algunas encuestas.
También observamos que hay gobernadores que dijeron que "con la comida no se jode", que estuvieron en el acto de Néstor Kirchner en contra del campo y que hoy ponen sus pasacalles, sus afiches y sus carteles. Para entrar a Expoagro uno tiene que pasar por debajo del arco que dice "Bienvenido gobernador Scioli".
Entonces, me parece que ese mito comienza a funcionar y es muy importante que nosotros tengamos la posibilidad de reinstalar y explicar los problemas pendientes del campo en la agenda pública, que siguen siendo los mismos: la imposibilidad de producción, las retenciones, la falta de una política comercial de apertura al mundo y la eliminación de los ROE.
En relación con este último aspecto y teniendo en cuenta nuestras posibilidades como diputados en este año electoral, quiero decir que nuestra intención es tratar ese tema en el recinto.
Nuestro compromiso desde el bloque del PRO es que si este proyecto no es considerado en las comisiones de Comercio y de Presupuesto y Hacienda dentro de los plazos que corresponde vamos a plantear un pedido de sesión especial para que sea debatido en el recinto. Seremos veinte, treinta, cincuenta o cien diputados, pero esos vamos a ser los que estaremos dispuestos a eliminar mediante una ley algo que es inconstitucional, que no tiene razón de existir en la Argentina de hoy y que es la imposibilidad de exportar. (Aplausos.)
No he podido estar en Corrientes, pero este es el espíritu federal que siempre buscamos en las distintas comisiones del Congreso, y esta comisión lo está logrando en un año difícil, electoral, contando con la presencia de muchos diputados y productores.
Agradezco también la presencia de la Mesa de Enlace. Es muy importante para nosotros recibirlos, escuchar a técnicos como Asseff y Ambrosetti -a quienes conocemos, escuchamos, consultamos y con quienes estamos en permanente contacto.
Quiero referirme a dos temas y en realidad abrir un tercero, que es el que comentaba recién el señor diputado Tunessi. El primero tiene que ver con lo que estamos haciendo en el Congreso, porque en realidad ante esta situación -que en realidad todos conocemos, algunos más que yo porque vienen de entidades gremiales- nosotros en el Congreso, y a esta altura de los acontecimientos, tenemos la oportunidad de hacer algo. Creo que es necesario sacarse la careta y empezar a trabajar con este tema puntual.
Podemos ponernos de acuerdo en la necesidad de eliminar los ROE por medio de la sanción de una ley, y creo que tenemos la obligación de trabajar juntos quienes representamos a distintos bloques de la oposición.
Como bien decía el señor diputado Casañas, hay un dictamen de mayoría en la comisión, pero también hay -y esto lo sabemos- muchos diputados de comisiones que ahora deberán tratar este tema que están dispuestos a cajonearlo, a no tratarlo este año. Creo que debemos abrir esos cajones, poner el proyecto sobre la mesa y discutirlo, generando esa discusión como sea posible. Tenemos la forma de hacerlo, no tenemos que esperar que esas comisiones se reúnan. Hay plazos legales, por lo que si no se tratan esos temas en esas comisiones podemos hacerlo en el marco de una sesión.
¿Podremos hacerlo en una sesión? ¿Tendremos el número necesario para llegar a una sesión y eliminar los ROE por ley? Esto es algo que todo el mundo se pregunta. Es posible, y lo que seguramente podremos observar es quiénes están a favor y quiénes en contra de esta posición.
Me parece que esto obliga y genera una discusión en el interior de todos los bloques que hoy no se está produciendo o que muchos piensan que este año no se va a hacer. Tenemos la posibilidad. Creo que tenemos que ajustar un poco la responsabilidad y la discusión hacia el interior de cada bancada para poder llevar este tema al recinto en las próximas sesiones de un año electoral.
El otro tema tiene que ver con lo que nosotros podemos hacer desde el Congreso pero tenemos que realizar en las elecciones. El señor Daniel Asseff se refirió correctamente a todo lo mal que nos fue con la mesa de los argentinos. En ese sentido, estoy estudiando cómo funcionan estos mitos en el gobierno. La verdad es que considero que el gobierno ha trabajado muy mal en muchos mitos, como por ejemplo pelearse con la Sociedad Rural porque representaba a la dictadura, hacer escraches a los presidentes de las entidades, construir esta idea de la mesa de los argentinos, poner a Moreno para retar a los productores y amenazar a sus familias, etcétera. Todo esto no funcionó, al gobierno le fue mal y perdió una elección en el distrito más importante de la provincia de Buenos Aires con sus principales candidatos. La perdió por el campo y porque muchos que no conocían el reclamo de ese sector se vieron sumados a él porque entendieron que el productor no era la oligarquía, la dictadura y aquel otro que no pertenecía a la Argentina, sino que era un argentino que estaba peleando por su producción y su crecimiento, lo que generaba empleo y el concepto de ruralidad.
Creo que el gobierno -y me parece que esto es lo que hoy nos preocupa y de lo que debemos ocuparnos- ha aprendido esa lección y ha construido un nuevo mito con el que empieza a irle un poco mejor que con los otros. Me refiero al mito de que "ya resolvimos los problemas del campo, creamos un Ministerio de Agricultura, tenemos un ministro que es muy bueno, que es gentil, que convoca a los productores, que habla por teléfono y que viene a la comisión". Respecto de los problemas que faltaba resolver, todo sigue exactamente igual, pero la figura la tenemos.
Otro de los problemas importantes, que ha sido denunciado y que como dijo el señor diputado Tunessi tenemos que afrontar -en realidad lo estamos haciendo; algunos diputados ya hemos presentado y seguimos acompañando denuncias ante la Justicia-, es el de la ONCCA. Cuando nosotros estábamos discutiendo en este Parlamento un proyecto de ley para reformar la ONCCA, la presidenta de la Nación la eliminó mediante un decreto. Lo que esto generó -todos nosotros sabemos que no se ha eliminado nada y que se ha creado un ente mucho más poderoso y discrecional que el anterior, con los mismos personajes, nombres y funcionarios- es que este mito funcione y que aquellos que apoyaban el reclamo del sector digan "pero qué quieren; crearon un ministerio, eliminaron la ONCAA, les está yendo bien, está subiendo el precio de los productos, qué más quieren".
Es difícil dar la explicación que brindó el señor Daniel Asseff en un programa de televisión y en un minuto y medio de tiempo. Y para la Mesa de Enlace es difícil empezar a trabajar cuando este tema está fuera de la agenda pública.
Creo que este mito está teniendo resultados electorales positivos. En ese sentido, cuando vemos que la imagen de la presidenta de la Nación crece -o dicen que crece- en las encuestas, observamos que un porcentaje de ese aumento viene por el lado del campo. Podemos discutirlo, pero eso se ve reflejado en algunas encuestas.
También observamos que hay gobernadores que dijeron que "con la comida no se jode", que estuvieron en el acto de Néstor Kirchner en contra del campo y que hoy ponen sus pasacalles, sus afiches y sus carteles. Para entrar a Expoagro uno tiene que pasar por debajo del arco que dice "Bienvenido gobernador Scioli".
Entonces, me parece que ese mito comienza a funcionar y es muy importante que nosotros tengamos la posibilidad de reinstalar y explicar los problemas pendientes del campo en la agenda pública, que siguen siendo los mismos: la imposibilidad de producción, las retenciones, la falta de una política comercial de apertura al mundo y la eliminación de los ROE.
En relación con este último aspecto y teniendo en cuenta nuestras posibilidades como diputados en este año electoral, quiero decir que nuestra intención es tratar ese tema en el recinto.
Nuestro compromiso desde el bloque del PRO es que si este proyecto no es considerado en las comisiones de Comercio y de Presupuesto y Hacienda dentro de los plazos que corresponde vamos a plantear un pedido de sesión especial para que sea debatido en el recinto. Seremos veinte, treinta, cincuenta o cien diputados, pero esos vamos a ser los que estaremos dispuestos a eliminar mediante una ley algo que es inconstitucional, que no tiene razón de existir en la Argentina de hoy y que es la imposibilidad de exportar. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor diputado Rivara.
SR. RIVARA Señor presidente: en primer término deseo expresar mi agradecimiento por la presencia de la totalidad de los integrantes de la Mesa de Enlace y por la disertación del señor Daniel Asseff, que no por conocida fue esclarecedora.
En segundo lugar quiero decir que hay algo peor que un trigo a 600 pesos, y es no poder venderlo a ese precio. Eso lo que está pasando hoy en nuestro país, particularmente en la provincia de Buenos Aires, a la que represento. De alguna manera lo dijo el señor diputado Tunessi: no es que al productor le están pagando más de 100 dólares menos que el precio internacional, en parte por las retenciones y en parte por unas retenciones en negro que nadie sabe dónde van a parar -si son de los molinos, en el caso de los exportadores-, sino que en realidad muchas veces el productor recibe el 50 ó 55 por ciento del precio internacional del trigo.
A esto se deben sumar otras cuestiones más generales pero que también afectan la situación del productor agropecuario, como son los temas del precio y de la disponibilidad de un insumo básico como el gasoil.
Si a esto le agregamos la falta de un mercado transparente, como bien lo expresó el señor Daniel Asseff en su alocución, vemos la complejidad que existe en cuanto a la comercialización del trigo en nuestro país.
Por otro lado, ayer nomás hemos visto que la presidenta de la Nación firmó un convenio con el INVAP para entregar radares a las Fuerzas Armadas. El plazo fijado para esa entrega es de 48 meses. Dicho de otro modo, están asegurando cuatro años más sin radarización en la Argentina.
Debemos agregar a esto que los precursores de droga son casi una mercancía de venta libre en la Argentina, lo que ha permitido que los mayores carteles se hayan venido a instalar en forma definitiva a nuestro país. Vemos la ausencia de este fenómeno en el discurso oficial, ya que la presidenta de la Nación no ha dedicado ningún párrafo agraviante a ningún dealer, como sí lo hizo con los productores agropecuarios.
Por último, si a lo ya expuesto le sumamos las facilidades que vemos que se dan para la exportación de droga desde nuestro país -si es necesario poner algún aeropuerto oficial si el embarque lo justifica, ahí va a estar ese aeródromo oficial a disposición de los narcotraficantes-, entonces, señores, caemos en la conclusión de que en la Argentina es más fácil vender droga que vender trigo.
Más allá de las denuncias a las que hizo referencia el señor diputado Tunessi -que vamos a acompañar si nos lo permite- y de las que se hacen desde esta Cámara de Diputados con el antecedente inmediato del caso Schoklender -que fue tapado por el gobierno nacional durante todo un año ante la ausencia oprobiosa de los organismos de fiscalización que debe tener el Estado- esas denuncias salieron a la luz por el accionar de diputados del bloque de la Coalición Cívica. Y nosotros también tenemos que denunciar la oprobiosa comercialización de trigo que se está desarrollando en la Argentina. Por lo tanto, en esta comisión vamos a caer en la cuenta de que tenemos que desempeñar un papel como denunciantes. Esta es una de las funciones de los diputados, es decir, ejercer el contralor del gobierno, sobre todo cuando éste tiene conductas cuasi-cómplices con los delitos que estoy mencionando.
Pero no tenemos que dejar de lado nuestro rol más importante, que es el de legislar.
Consecuentemente con ello quiero avalar y recordar lo que dijo el presidente de la comisión sobre la eliminación de los ROE, coincidiendo también con Cristian en la necesidad de hacer todo el esfuerzo que esté a nuestro alcance, a sabiendas de que puede correr la misma suerte que los dictámenes que desde esta misma comisión se hicieron el año pasado sobre la ONCCA y las retenciones.
Sabemos que la iniciativa puede dormir el sueño de los justos en la Cámara de Diputados y con suerte llegar al Senado, donde pareciera que el gobierno tiene las cosas bastante prolijas, por no decir arregladas. Pero no por eso tenemos que bajar los brazos.
Esta comisión seguirá funcionando y promoviendo todo lo que crea necesario para brindar transparencia a los mercados, lo que parece hoy claramente olvidado por la supuesta "mesa de los argentinos".
Los que seguimos con mucha atención el proceso de la carne, que comenzó en 2006 -cuando también se hablaba de la mesa de los argentinos-, vemos que terminamos con una carne a precios prácticamente internacionales y con productores ganaderos sin stock. En 2006 había casi dos animales por habitante y hoy hay solo uno -estamos en los 48 millones de cabezas, un número cercano a la cantidad de habitantes.
Con el trigo, si no hay modificación de esta política en el mediano plazo, seguiremos el mismo camino. Es necesario hacer todos los esfuerzos que estén a nuestro alcance para modificar la actual situación. Muchas gracias. (Aplausos.)
En segundo lugar quiero decir que hay algo peor que un trigo a 600 pesos, y es no poder venderlo a ese precio. Eso lo que está pasando hoy en nuestro país, particularmente en la provincia de Buenos Aires, a la que represento. De alguna manera lo dijo el señor diputado Tunessi: no es que al productor le están pagando más de 100 dólares menos que el precio internacional, en parte por las retenciones y en parte por unas retenciones en negro que nadie sabe dónde van a parar -si son de los molinos, en el caso de los exportadores-, sino que en realidad muchas veces el productor recibe el 50 ó 55 por ciento del precio internacional del trigo.
A esto se deben sumar otras cuestiones más generales pero que también afectan la situación del productor agropecuario, como son los temas del precio y de la disponibilidad de un insumo básico como el gasoil.
Si a esto le agregamos la falta de un mercado transparente, como bien lo expresó el señor Daniel Asseff en su alocución, vemos la complejidad que existe en cuanto a la comercialización del trigo en nuestro país.
Por otro lado, ayer nomás hemos visto que la presidenta de la Nación firmó un convenio con el INVAP para entregar radares a las Fuerzas Armadas. El plazo fijado para esa entrega es de 48 meses. Dicho de otro modo, están asegurando cuatro años más sin radarización en la Argentina.
Debemos agregar a esto que los precursores de droga son casi una mercancía de venta libre en la Argentina, lo que ha permitido que los mayores carteles se hayan venido a instalar en forma definitiva a nuestro país. Vemos la ausencia de este fenómeno en el discurso oficial, ya que la presidenta de la Nación no ha dedicado ningún párrafo agraviante a ningún dealer, como sí lo hizo con los productores agropecuarios.
Por último, si a lo ya expuesto le sumamos las facilidades que vemos que se dan para la exportación de droga desde nuestro país -si es necesario poner algún aeropuerto oficial si el embarque lo justifica, ahí va a estar ese aeródromo oficial a disposición de los narcotraficantes-, entonces, señores, caemos en la conclusión de que en la Argentina es más fácil vender droga que vender trigo.
Más allá de las denuncias a las que hizo referencia el señor diputado Tunessi -que vamos a acompañar si nos lo permite- y de las que se hacen desde esta Cámara de Diputados con el antecedente inmediato del caso Schoklender -que fue tapado por el gobierno nacional durante todo un año ante la ausencia oprobiosa de los organismos de fiscalización que debe tener el Estado- esas denuncias salieron a la luz por el accionar de diputados del bloque de la Coalición Cívica. Y nosotros también tenemos que denunciar la oprobiosa comercialización de trigo que se está desarrollando en la Argentina. Por lo tanto, en esta comisión vamos a caer en la cuenta de que tenemos que desempeñar un papel como denunciantes. Esta es una de las funciones de los diputados, es decir, ejercer el contralor del gobierno, sobre todo cuando éste tiene conductas cuasi-cómplices con los delitos que estoy mencionando.
Pero no tenemos que dejar de lado nuestro rol más importante, que es el de legislar.
Consecuentemente con ello quiero avalar y recordar lo que dijo el presidente de la comisión sobre la eliminación de los ROE, coincidiendo también con Cristian en la necesidad de hacer todo el esfuerzo que esté a nuestro alcance, a sabiendas de que puede correr la misma suerte que los dictámenes que desde esta misma comisión se hicieron el año pasado sobre la ONCCA y las retenciones.
Sabemos que la iniciativa puede dormir el sueño de los justos en la Cámara de Diputados y con suerte llegar al Senado, donde pareciera que el gobierno tiene las cosas bastante prolijas, por no decir arregladas. Pero no por eso tenemos que bajar los brazos.
Esta comisión seguirá funcionando y promoviendo todo lo que crea necesario para brindar transparencia a los mercados, lo que parece hoy claramente olvidado por la supuesta "mesa de los argentinos".
Los que seguimos con mucha atención el proceso de la carne, que comenzó en 2006 -cuando también se hablaba de la mesa de los argentinos-, vemos que terminamos con una carne a precios prácticamente internacionales y con productores ganaderos sin stock. En 2006 había casi dos animales por habitante y hoy hay solo uno -estamos en los 48 millones de cabezas, un número cercano a la cantidad de habitantes.
Con el trigo, si no hay modificación de esta política en el mediano plazo, seguiremos el mismo camino. Es necesario hacer todos los esfuerzos que estén a nuestro alcance para modificar la actual situación. Muchas gracias. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor diputado Gribaudo.
SR. FORTE Muchas gracias.
Simplemente quiero agradecer y valorar la presencia de la Mesa de Enlace, de los productores y de los diputados -sabemos que en un año tan especial todos tenemos actividades, tanto en la Legislatura como en nuestras respectivas provincias. Por supuesto lamento profundamente la ausencia del bloque oficialista. Y lo lamento porque a pesar de lo que diga "6, 7, 8" y algunos diarios adictos, a pesar de que se quiera disfrazar a la realidad de democracia, de participación y de horizontalidad, de dar el gran debate en Argentina, es claro que se sigue con la lógica del pensamiento único. No vienen a discutir porque no tienen ganas de cambiar nada y porque están bastante flojitos de argumentos para discutir.
Obviamente no vamos a referirnos específicamente al tema del trigo, ya que los diagnósticos están hechos y los resultados a la vista. Sin duda, como se dijo recién, hay menos carne y menos trigo y los precios son más altos. Sin duda la desigualdad social es cada vez más profunda. No es que todos los argentinos pasaron a comer 20 kilos menos sino que muchos dejaron de hacerlo. Decimos siempre que 6 + 4 dividido 2 da 5, y que 9 + 1 dividido 2 da el mismo resultado; lo que ocurre con este gobierno nacional, popular y progresista es que el promedio se cuenta con 9 + 1 y no con 6 + 4. Hoy no está el oficialismo, porque quizá tendría que reconocer que con las políticas adoptadas en el mercado del trigo, al igual que en el del algodón, el maíz y la carne, terminaron beneficiando a los que dicen combatir.
No creo en el fracaso del modelo; estoy convencido de que maquiavélicamente el oficialismo triunfó en este modelo de política agropecuaria, en la que siguen ganando los grandes grupos concentrados, las grandes multinacionales y los grandes exportadores. Siguen haciendo un desierto verde en Argentina porque están convencidos de llegar a los 150 millones de toneladas y a 80 o 90 millones de cabezas, no con productores sino con grandes corporaciones.
Bien claro lo dijo la presidenta cuando inauguró las sesiones ordinarias este año: van a apoyar a los productores que sepan integrar la cadena de valor. Esos productores agropecuarios que sepan integrar la cadena de valor son los Urquía o los Grobocopatel a nivel nacional y Cargill y otros a nivel internacional.
Por supuesto siguen mintiendo. Ahora los diarios dicen que hay 2 mil toneladas de trigo, pero en realidad todo termina siendo un negocio para quienes ya lo hicieron; es decir, subsidian la molienda. Cuando abren estos pequeños porcentajes de toneladas ningún chacarero tiene el trigo en la bolsa o en el silo -con riesgo de que se lo roben-, por lo que el subsidio ya lo tienen los exportadores. Obviamente terminan ganando siempre los mismos.
Por supuesto que siguen con la política de subsidios cruzados y siguen controlando. Se entendió muy mal el mensaje progresista de la presidenta; dicho mensaje se refiere claramente a la agricultura familiar, pero Etchegaray lo entendió muy mal y cree que es subsidiando a su mujer y a su hijo que se hace agricultura familiar. (Risas.) La agricultura familiar pasa por permitir el trabajo de los chacareros, no por subsidiar a la familia. (Aplausos.)
Sin duda hay proyectos y pedidos de informes presentados.
Por supuesto que las soluciones no pasaron por dinamitar la ONCCA. Cuando disolvieron la ONCCA nos preguntamos qué pasaría con lo que había dentro de la ONCCA, porque cambiar el collar para que el perro sea el mismo no tiene demasiado sentido. ¿Qué va a pasar con los subsidios "truchos", con los subsidios cruzados, con los ROE? Resulta que disolvieron el título pero el contenido fue el mismo. Es más, encima los desparramaron, los distribuyeron, se los dieron a los funcionarios más exitosos -como es el caso de Moreno y compañía- para que siga lo mismo. Por su parte, sirvió para frenar a la Justicia, para que no pueda seguir investigando las tremendas y escandalosas denuncias de corrupción que había en la ONCCA.
Tenemos que seguir discutiendo soluciones a futuro. Es necesario eliminar los ROE de inmediato. Estamos convencidos de que la solución pasa por abrir las exportaciones para que compita dignamente el mercado interno con el externo y podamos sembrar más trigo; la solución no pasa por restringir la demanda sino por aumentar la oferta, y es necesario aumentar la siembra del trigo.
Contaba bien el señor diputado Tunessi cuál es la situación en el sudeste de la provincia de Buenos Aires y en el sur de La Pampa.
La publicidad es engañosa. Hoy cuando venía desde Retiro un taxista me decía: "Ah, de La Pampa; ayer traje a uno de San Martín que se venía a hacer una prótesis. Porque claro, vendió la soja y se viene a hacer la prótesis." Yo le dije: "Hermano, en San Martín no hay soja, hay trigo; en todo caso viene a vender la prótesis porque no puede vender el trigo."
Entonces, sin duda la segunda etapa de la discusión pasa por ver cómo se normalizan los mercados y evaluar qué buscamos.
Obviamente, algunos están replanteando que todo tiene que ser libre y que el mercado nunca tiene que aparecer. Otros estamos diciendo que el Estado tiene que aparecer para regular y ordenar, pero no para distorsionar, como lo está haciendo ahora. No obstante, es una discusión que tendremos más adelante.
Lo urgente es ver -también sería importante analizar qué propuesta trae la Mesa de Enlace- cómo los diferentes bloques de los distintos partidos políticos aunamos esfuerzos para buscar una solución inmediata, a fin de que se pueda exportar el trigo y se pueda sembrar más. Está claro que el oficialismo no está acá porque se cree ganador. Y se cree ganador porque los mismos cuatro de siempre están haciendo más plata que nunca.
Entonces, es muy claro que, como dijo alguien, estos muchachos pusieron el guiño a la izquierda y giraron todos para la derecha. (Aplausos.)
Simplemente quiero agradecer y valorar la presencia de la Mesa de Enlace, de los productores y de los diputados -sabemos que en un año tan especial todos tenemos actividades, tanto en la Legislatura como en nuestras respectivas provincias. Por supuesto lamento profundamente la ausencia del bloque oficialista. Y lo lamento porque a pesar de lo que diga "6, 7, 8" y algunos diarios adictos, a pesar de que se quiera disfrazar a la realidad de democracia, de participación y de horizontalidad, de dar el gran debate en Argentina, es claro que se sigue con la lógica del pensamiento único. No vienen a discutir porque no tienen ganas de cambiar nada y porque están bastante flojitos de argumentos para discutir.
Obviamente no vamos a referirnos específicamente al tema del trigo, ya que los diagnósticos están hechos y los resultados a la vista. Sin duda, como se dijo recién, hay menos carne y menos trigo y los precios son más altos. Sin duda la desigualdad social es cada vez más profunda. No es que todos los argentinos pasaron a comer 20 kilos menos sino que muchos dejaron de hacerlo. Decimos siempre que 6 + 4 dividido 2 da 5, y que 9 + 1 dividido 2 da el mismo resultado; lo que ocurre con este gobierno nacional, popular y progresista es que el promedio se cuenta con 9 + 1 y no con 6 + 4. Hoy no está el oficialismo, porque quizá tendría que reconocer que con las políticas adoptadas en el mercado del trigo, al igual que en el del algodón, el maíz y la carne, terminaron beneficiando a los que dicen combatir.
No creo en el fracaso del modelo; estoy convencido de que maquiavélicamente el oficialismo triunfó en este modelo de política agropecuaria, en la que siguen ganando los grandes grupos concentrados, las grandes multinacionales y los grandes exportadores. Siguen haciendo un desierto verde en Argentina porque están convencidos de llegar a los 150 millones de toneladas y a 80 o 90 millones de cabezas, no con productores sino con grandes corporaciones.
Bien claro lo dijo la presidenta cuando inauguró las sesiones ordinarias este año: van a apoyar a los productores que sepan integrar la cadena de valor. Esos productores agropecuarios que sepan integrar la cadena de valor son los Urquía o los Grobocopatel a nivel nacional y Cargill y otros a nivel internacional.
Por supuesto siguen mintiendo. Ahora los diarios dicen que hay 2 mil toneladas de trigo, pero en realidad todo termina siendo un negocio para quienes ya lo hicieron; es decir, subsidian la molienda. Cuando abren estos pequeños porcentajes de toneladas ningún chacarero tiene el trigo en la bolsa o en el silo -con riesgo de que se lo roben-, por lo que el subsidio ya lo tienen los exportadores. Obviamente terminan ganando siempre los mismos.
Por supuesto que siguen con la política de subsidios cruzados y siguen controlando. Se entendió muy mal el mensaje progresista de la presidenta; dicho mensaje se refiere claramente a la agricultura familiar, pero Etchegaray lo entendió muy mal y cree que es subsidiando a su mujer y a su hijo que se hace agricultura familiar. (Risas.) La agricultura familiar pasa por permitir el trabajo de los chacareros, no por subsidiar a la familia. (Aplausos.)
Sin duda hay proyectos y pedidos de informes presentados.
Por supuesto que las soluciones no pasaron por dinamitar la ONCCA. Cuando disolvieron la ONCCA nos preguntamos qué pasaría con lo que había dentro de la ONCCA, porque cambiar el collar para que el perro sea el mismo no tiene demasiado sentido. ¿Qué va a pasar con los subsidios "truchos", con los subsidios cruzados, con los ROE? Resulta que disolvieron el título pero el contenido fue el mismo. Es más, encima los desparramaron, los distribuyeron, se los dieron a los funcionarios más exitosos -como es el caso de Moreno y compañía- para que siga lo mismo. Por su parte, sirvió para frenar a la Justicia, para que no pueda seguir investigando las tremendas y escandalosas denuncias de corrupción que había en la ONCCA.
Tenemos que seguir discutiendo soluciones a futuro. Es necesario eliminar los ROE de inmediato. Estamos convencidos de que la solución pasa por abrir las exportaciones para que compita dignamente el mercado interno con el externo y podamos sembrar más trigo; la solución no pasa por restringir la demanda sino por aumentar la oferta, y es necesario aumentar la siembra del trigo.
Contaba bien el señor diputado Tunessi cuál es la situación en el sudeste de la provincia de Buenos Aires y en el sur de La Pampa.
La publicidad es engañosa. Hoy cuando venía desde Retiro un taxista me decía: "Ah, de La Pampa; ayer traje a uno de San Martín que se venía a hacer una prótesis. Porque claro, vendió la soja y se viene a hacer la prótesis." Yo le dije: "Hermano, en San Martín no hay soja, hay trigo; en todo caso viene a vender la prótesis porque no puede vender el trigo."
Entonces, sin duda la segunda etapa de la discusión pasa por ver cómo se normalizan los mercados y evaluar qué buscamos.
Obviamente, algunos están replanteando que todo tiene que ser libre y que el mercado nunca tiene que aparecer. Otros estamos diciendo que el Estado tiene que aparecer para regular y ordenar, pero no para distorsionar, como lo está haciendo ahora. No obstante, es una discusión que tendremos más adelante.
Lo urgente es ver -también sería importante analizar qué propuesta trae la Mesa de Enlace- cómo los diferentes bloques de los distintos partidos políticos aunamos esfuerzos para buscar una solución inmediata, a fin de que se pueda exportar el trigo y se pueda sembrar más. Está claro que el oficialismo no está acá porque se cree ganador. Y se cree ganador porque los mismos cuatro de siempre están haciendo más plata que nunca.
Entonces, es muy claro que, como dijo alguien, estos muchachos pusieron el guiño a la izquierda y giraron todos para la derecha. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor diputado provincial Jorge Srodek, de la provincia de Buenos Aires.
SR. SRODEK Señor presidente: yo también deseo expresar mi agradecimiento a los representantes de la Mesa de Enlace que están aquí presentes y a los señores diputados nacionales que me precedieron en el uso de la palabra.
Quiero recordar que el 70 por ciento de la producción nacional de trigo tiene lugar en Buenos Aires. A su vez, el 70 por ciento de ese 70 por ciento se produce en el sudeste y sudoeste de esa provincia.
Deseo comentar un poco lo que hemos hecho desde la Legislatura bonaerense, donde hemos elevado una gran cantidad de pedidos de informes al gobernador Scioli bajo la forma de proyectos de resolución y de declaración. Estas iniciativas fueron acompañadas por los señores diputados Jorge Solmi e Ismael Passaglia, entre otros. Pero el gobernador Scioli nunca se dignó a contestar absolutamente nada, del mismo modo que el ministro de Asuntos Agrarios de la provincia, Ariel Franetovich nunca concurrió a pesar de las constantes invitaciones que le hicimos desde la Comisión de Asuntos Agrarios de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.
Hay que asumir que el 70 por ciento de la producción nacional de trigo corresponde a nuestra provincia. Si hay algunos que viven escondiéndose en relación con este problema son el gobernador Scioli y su ministro Franetovich, quienes no sólo no afrontan la situación y no concurren a ninguna de las reuniones a las que los invitamos, sino que además siguen mirando para otro lado e irónicamente concurren a la Fiesta Provincial del Trigo, como la que tuvo lugar en Tres Arroyos. No sé qué fueron a festejar, pero estuvieron allí.
En relación con el tema del trigo, les recuerdo que estamos desarrollando la quinta campaña consecutiva. No hay solución para este problema.
Quiero pedir al resto de los señores diputados que evalúen la cantidad de fletes que se dejaron de hacer como consecuencia de la no comercialización del trigo. Hay un problema de disminución del trabajo que afecta no solamente a los camioneros, sino también al pago de los arrendamientos de los campos y a las economías de localidades tales como Tres Arroyos y Dorrego, que debido a la escasez de trigo realmente están sufriendo un faltante de dinero muy importante.
Considero que este tema debe focalizarse no sólo en el Congreso Nacional, sino también en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires. Asimismo, creo que el gobernador Scioli y su ministro tienen mucho para resolver. (Aplausos.)
Quiero recordar que el 70 por ciento de la producción nacional de trigo tiene lugar en Buenos Aires. A su vez, el 70 por ciento de ese 70 por ciento se produce en el sudeste y sudoeste de esa provincia.
Deseo comentar un poco lo que hemos hecho desde la Legislatura bonaerense, donde hemos elevado una gran cantidad de pedidos de informes al gobernador Scioli bajo la forma de proyectos de resolución y de declaración. Estas iniciativas fueron acompañadas por los señores diputados Jorge Solmi e Ismael Passaglia, entre otros. Pero el gobernador Scioli nunca se dignó a contestar absolutamente nada, del mismo modo que el ministro de Asuntos Agrarios de la provincia, Ariel Franetovich nunca concurrió a pesar de las constantes invitaciones que le hicimos desde la Comisión de Asuntos Agrarios de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.
Hay que asumir que el 70 por ciento de la producción nacional de trigo corresponde a nuestra provincia. Si hay algunos que viven escondiéndose en relación con este problema son el gobernador Scioli y su ministro Franetovich, quienes no sólo no afrontan la situación y no concurren a ninguna de las reuniones a las que los invitamos, sino que además siguen mirando para otro lado e irónicamente concurren a la Fiesta Provincial del Trigo, como la que tuvo lugar en Tres Arroyos. No sé qué fueron a festejar, pero estuvieron allí.
En relación con el tema del trigo, les recuerdo que estamos desarrollando la quinta campaña consecutiva. No hay solución para este problema.
Quiero pedir al resto de los señores diputados que evalúen la cantidad de fletes que se dejaron de hacer como consecuencia de la no comercialización del trigo. Hay un problema de disminución del trabajo que afecta no solamente a los camioneros, sino también al pago de los arrendamientos de los campos y a las economías de localidades tales como Tres Arroyos y Dorrego, que debido a la escasez de trigo realmente están sufriendo un faltante de dinero muy importante.
Considero que este tema debe focalizarse no sólo en el Congreso Nacional, sino también en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires. Asimismo, creo que el gobernador Scioli y su ministro tienen mucho para resolver. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor diputado Aspiazu.
SR. ASPIAZU Señor presidente: en primer término deseo felicitarlo por la convocatoria y agradecer la presencia de los representantes de la Mesa de Enlace.
En segundo lugar, voy a salir del análisis de los temas del trigo, del maíz, del algodón y de la carne y a asumir, como integrante de esta Comisión de Agricultura y Ganadería y como productor, el compromiso a que hizo referencia el señor diputado Gribaudo, en el sentido de trabajar arduamente con todos los legisladores que formamos parte de este cuerpo. Creo que tenemos en claro qué es lo que queremos para este país.
En mi opinión, el desafío que se nos plantea aquí es mucho más grande porque en cierta forma están en juego un sistema y una filosofía de vida, nuestras familias, nuestro futuro. Creo que ese es el gran desafío que tenemos todos, es decir, no solamente nosotros como diputados sino también quienes hoy nos acompañan como productores y ciudadanos. Considero que debemos trabajar de la misma forma en que lo hicimos en 2009 para que se dé nuevamente la relación 70-30. Me parece que ese es el gran desafío.
En 2003 comenzamos bien. Después, en 2005, chocamos un poco. Finalmente, en 2006, chocamos del todo. Así nos fue, y ya llevamos ocho años. Por eso creo que esto no va a cambiar si no tomamos al toro por las astas para modificar el número dentro del Congreso de la Nación. Es posible que no podamos cambiar al Poder Ejecutivo, pero sí debemos modificar el número en este Parlamento para que esto se termine de una vez por todas. Me parece que debemos apuntar fuertemente en esa dirección, más allá de las otras obligaciones que tenemos. En ese sentido, debemos tener fe para crear la Argentina que realmente nos merecemos.
Los productores agropecuarios estamos siendo tratados como si fuéramos ciudadanos de segunda o delincuentes. ¿Nosotros estamos permitiendo eso? ¿Vamos a seguir permitiéndolo?
Les digo esto para que cada uno lo piense en silencio y lo consulte con la almohada, a fin de que volvamos a hacer lo que hicimos en 2009, es decir, convencer a la gente pacíficamente, hablando, de que este sistema o modelo no le sirve a nadie. Por delante se encuentra el futuro de nuestros hijos y el de la Argentina. (Aplausos.)
En segundo lugar, voy a salir del análisis de los temas del trigo, del maíz, del algodón y de la carne y a asumir, como integrante de esta Comisión de Agricultura y Ganadería y como productor, el compromiso a que hizo referencia el señor diputado Gribaudo, en el sentido de trabajar arduamente con todos los legisladores que formamos parte de este cuerpo. Creo que tenemos en claro qué es lo que queremos para este país.
En mi opinión, el desafío que se nos plantea aquí es mucho más grande porque en cierta forma están en juego un sistema y una filosofía de vida, nuestras familias, nuestro futuro. Creo que ese es el gran desafío que tenemos todos, es decir, no solamente nosotros como diputados sino también quienes hoy nos acompañan como productores y ciudadanos. Considero que debemos trabajar de la misma forma en que lo hicimos en 2009 para que se dé nuevamente la relación 70-30. Me parece que ese es el gran desafío.
En 2003 comenzamos bien. Después, en 2005, chocamos un poco. Finalmente, en 2006, chocamos del todo. Así nos fue, y ya llevamos ocho años. Por eso creo que esto no va a cambiar si no tomamos al toro por las astas para modificar el número dentro del Congreso de la Nación. Es posible que no podamos cambiar al Poder Ejecutivo, pero sí debemos modificar el número en este Parlamento para que esto se termine de una vez por todas. Me parece que debemos apuntar fuertemente en esa dirección, más allá de las otras obligaciones que tenemos. En ese sentido, debemos tener fe para crear la Argentina que realmente nos merecemos.
Los productores agropecuarios estamos siendo tratados como si fuéramos ciudadanos de segunda o delincuentes. ¿Nosotros estamos permitiendo eso? ¿Vamos a seguir permitiéndolo?
Les digo esto para que cada uno lo piense en silencio y lo consulte con la almohada, a fin de que volvamos a hacer lo que hicimos en 2009, es decir, convencer a la gente pacíficamente, hablando, de que este sistema o modelo no le sirve a nadie. Por delante se encuentra el futuro de nuestros hijos y el de la Argentina. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Se ha agotado la lista de oradores en lo que respecta a los señores diputados. No obstante, si algún señor legislador desea hacer uso de la palabra, le ruego que me lo comunique.
Algunos agricultores han manifestado su deseo de expresar su opinión. En consecuencia, vamos a abrir el debate, que no se desarrollará bajo la metodología de una asamblea ni nada por el estilo, sino que deberá circunscribirse a los tres temas que nos ocupan. Cada uno de los expositores dispondrá de cinco minutos.
Tiene la palabra el señor Raúl Zorzón, del norte de la provincia de Santa Fe.
Algunos agricultores han manifestado su deseo de expresar su opinión. En consecuencia, vamos a abrir el debate, que no se desarrollará bajo la metodología de una asamblea ni nada por el estilo, sino que deberá circunscribirse a los tres temas que nos ocupan. Cada uno de los expositores dispondrá de cinco minutos.
Tiene la palabra el señor Raúl Zorzón, del norte de la provincia de Santa Fe.
SR. ZORZÓN Señor presidente, señores diputados, amigos de la Mesa de Enlace: soy un productor autoconvocado. Hace ya casi tres años que venimos a este Parlamento. Llevo hechos más de 40 mil kilómetros, porque el norte de Santa Fe, de donde vengo, ha atravesado la peor de las crisis en estos últimos años. Lamentablemente vemos que nuestras inquietudes y dificultades no son atendidas. No me voy a extender y voy a decir algunas cosas muy puntuales.
En el norte de Santa Fe la gente tiene el trigo por vender y está pagando intereses por las deudas. Eso solamente puede pasar en un país como este. Durante la crisis pasada tuvieron que malvenderse campos y tractores e hipotecarse campos para salir de las deudas. Sobre la base de un relevamiento que se hizo se determinó que se llegaron a deber alrededor de mil millones de pesos de 1.450 productores. Esa deuda sigue y genera intereses.
Hoy el trigo es un bien despreciado. ¿Saben por qué? Porque nadie lo quiere comprar. Se viene la próxima campaña y se está sembrando. El capital humano que hoy está en los campos argentinos del norte de Santa Fe se encuentra intacto. Las ganas de seguir produciendo no se apagaron.
Haciéndonos eco de lo que dijo el señor diputado Gribaudo queremos expresar que acá hay que hacer algo. Este es un año electoral, pero eso no significa que no se pueda hacer nada. Es un año en el que se debe convocar a los sectores políticos a resolver esto. Basta, por favor, con los ROE y los subsidios. Hay molineros -conozco a algunos- que se están fundiendo por el tema de las compensaciones, ya que no se las pagan. Esos molinos quieren seguir trabajando y comprando trigo, pero no tienen con qué pagarlo.
Ojalá haya acuerdos y esta Cámara pueda llevar adelante, al igual que el Senado, esta iniciativa, que implica salir de una vez por todas de esta nefasta política de control de toda clase que no dio resultados, mientras lamentablemente la mesa de los argentinos va de mal en peor. Muchas gracias. (Aplausos.)
En el norte de Santa Fe la gente tiene el trigo por vender y está pagando intereses por las deudas. Eso solamente puede pasar en un país como este. Durante la crisis pasada tuvieron que malvenderse campos y tractores e hipotecarse campos para salir de las deudas. Sobre la base de un relevamiento que se hizo se determinó que se llegaron a deber alrededor de mil millones de pesos de 1.450 productores. Esa deuda sigue y genera intereses.
Hoy el trigo es un bien despreciado. ¿Saben por qué? Porque nadie lo quiere comprar. Se viene la próxima campaña y se está sembrando. El capital humano que hoy está en los campos argentinos del norte de Santa Fe se encuentra intacto. Las ganas de seguir produciendo no se apagaron.
Haciéndonos eco de lo que dijo el señor diputado Gribaudo queremos expresar que acá hay que hacer algo. Este es un año electoral, pero eso no significa que no se pueda hacer nada. Es un año en el que se debe convocar a los sectores políticos a resolver esto. Basta, por favor, con los ROE y los subsidios. Hay molineros -conozco a algunos- que se están fundiendo por el tema de las compensaciones, ya que no se las pagan. Esos molinos quieren seguir trabajando y comprando trigo, pero no tienen con qué pagarlo.
Ojalá haya acuerdos y esta Cámara pueda llevar adelante, al igual que el Senado, esta iniciativa, que implica salir de una vez por todas de esta nefasta política de control de toda clase que no dio resultados, mientras lamentablemente la mesa de los argentinos va de mal en peor. Muchas gracias. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Almeida, de la provincia de Buenos Aires.
SR. ALMEIDA Buenos días. Mi nombre es Marcelo Almeida, soy de Rauch, provincia de Buenos Aires. Seré breve.
He estado atento a todo lo dicho y no puedo agregar una coma o un punto, es todo cierto. Lo que más preocupa en este momento a nivel local es el engaño que está llevando adelante el gobierno, con mentiras superficiales, como "el ministro es dialoguista y todo está fenómeno".
Hay gente que hace trampa. Hay una preocupación importante sobre este tema. Se está tomado conciencia de los valores que se están perdiendo en todo sentido.
Es muy importante que nuestros legisladores tomen en cuenta estos reclamos que se están haciendo en este ámbito porque hay gente a la que se le ha pedido que pase de la protesta a la propuesta, y según entiendo durante todos estos años ya se han hecho propuestas y en cantidad. Hay gente que piensa que esto no sirve, no funciona.
No queremos volver a la ruta, pero es una herramienta que sigue vigente. Les pido por favor que tomen en serio todo lo que se está diciendo para que no tengamos que recurrir a medidas que no quisiéramos tomar. El reclamo es el que se está haciendo, está vigente y es muy importante. Me gustaría que así como se toma en cuenta lo de la carne, el trigo y el algodón -no lo sabía pero está tomando vigencia en muchos aspectos- se tomen en cuenta también estos reclamos.
No queremos tirar bombas, pero les pido por favor entonces que se trate el tema como es debido en las respectivas Cámaras. (Aplausos.)
He estado atento a todo lo dicho y no puedo agregar una coma o un punto, es todo cierto. Lo que más preocupa en este momento a nivel local es el engaño que está llevando adelante el gobierno, con mentiras superficiales, como "el ministro es dialoguista y todo está fenómeno".
Hay gente que hace trampa. Hay una preocupación importante sobre este tema. Se está tomado conciencia de los valores que se están perdiendo en todo sentido.
Es muy importante que nuestros legisladores tomen en cuenta estos reclamos que se están haciendo en este ámbito porque hay gente a la que se le ha pedido que pase de la protesta a la propuesta, y según entiendo durante todos estos años ya se han hecho propuestas y en cantidad. Hay gente que piensa que esto no sirve, no funciona.
No queremos volver a la ruta, pero es una herramienta que sigue vigente. Les pido por favor que tomen en serio todo lo que se está diciendo para que no tengamos que recurrir a medidas que no quisiéramos tomar. El reclamo es el que se está haciendo, está vigente y es muy importante. Me gustaría que así como se toma en cuenta lo de la carne, el trigo y el algodón -no lo sabía pero está tomando vigencia en muchos aspectos- se tomen en cuenta también estos reclamos.
No queremos tirar bombas, pero les pido por favor entonces que se trate el tema como es debido en las respectivas Cámaras. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Marcelo Gianoli.
SR. GIANOLI Buenos días, señores diputados. Ante todo agradezco la invitación y que nos hayan permitido participar en esta reunión.
El sudeste de la provincia Buenos Aires, como bien se ha dicho, tiene como uno de sus pilares fundamentales la producción triguera. Entiendo que también tenemos otro pilar fundamental, la ganadería de cría, fundamentalmente en la Cuenca del Salado.
Vengo de Ayacucho, provincia Buenos Aires, zona de cría por excelencia si las hay, donde la sequía nos ha pegado muy fuerte allá por 2009; actualmente estamos en una sequía incipiente.
Vemos con preocupación que así como se plantea la problemática del trigo, estamos dejando cajoneado en la Comisión de Presupuesto y Hacienda -habiéndolo tratado oportunamente y manifestándoselo al señor diputado Casañas en una reunión en Bolívar- un proyecto del senador Verna, que ha sido aprobado -no sé si por desconcierto o por la rapidez en que fue tratado en el Senado en aquel momento- por unanimidad. Con dicho proyecto nos veíamos beneficiados todos los criadores, los que producimos terneros y terneras -a través de las cuales llegaremos a las vacas, recomponiendo el stock ganadero de este país.
Como bien decía un eslogan nuestro en una reunión en Chabás, organizada por el señor Bussi, de la Federación Agraria, "producir carne sin terneros sólo cabe en la mente de un genio como Moreno", y parece ser que ese eslogan no lo vamos a poder dejar de lado los ayacuchenses, los productores ganaderos, porque vemos que esa problemática sigue existiendo, no podemos salir de la coyuntura.
No sabemos cuál va ser el objetivo ni la categoría a producir, pero sí sabemos que existe una herramienta legal que -reitero, no sé si por omisión o por desconcierto- fue tratada y aprobada por unanimidad en el Senado en diciembre de 2010 y hoy duerme en los cajones de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Les pido encarecidamente a los señores diputados presentes y a aquellos que no lo están, al bloque oficialista -que lo aprobó en el Senado-, que den cabida a este proyecto de ley, que sin duda será una herramienta que nos permitirá a los criadores hacer la retención de las terneras, necesarias para llegar a la vaca, porque de los 3 mil millones de pesos que se anunciaron que iban como línea de crédito para la ganadería lo único que existió fue una tasa, porque cuando uno va a los bancos se encuentra con que lejos de los millones de pesos prometidos, no hay un solo peso.
Muchas gracias por la oportunidad que me han brindado hoy. Pido el compromiso de todo el Congreso en la resolución de estas problemáticas. (Aplausos.)
El sudeste de la provincia Buenos Aires, como bien se ha dicho, tiene como uno de sus pilares fundamentales la producción triguera. Entiendo que también tenemos otro pilar fundamental, la ganadería de cría, fundamentalmente en la Cuenca del Salado.
Vengo de Ayacucho, provincia Buenos Aires, zona de cría por excelencia si las hay, donde la sequía nos ha pegado muy fuerte allá por 2009; actualmente estamos en una sequía incipiente.
Vemos con preocupación que así como se plantea la problemática del trigo, estamos dejando cajoneado en la Comisión de Presupuesto y Hacienda -habiéndolo tratado oportunamente y manifestándoselo al señor diputado Casañas en una reunión en Bolívar- un proyecto del senador Verna, que ha sido aprobado -no sé si por desconcierto o por la rapidez en que fue tratado en el Senado en aquel momento- por unanimidad. Con dicho proyecto nos veíamos beneficiados todos los criadores, los que producimos terneros y terneras -a través de las cuales llegaremos a las vacas, recomponiendo el stock ganadero de este país.
Como bien decía un eslogan nuestro en una reunión en Chabás, organizada por el señor Bussi, de la Federación Agraria, "producir carne sin terneros sólo cabe en la mente de un genio como Moreno", y parece ser que ese eslogan no lo vamos a poder dejar de lado los ayacuchenses, los productores ganaderos, porque vemos que esa problemática sigue existiendo, no podemos salir de la coyuntura.
No sabemos cuál va ser el objetivo ni la categoría a producir, pero sí sabemos que existe una herramienta legal que -reitero, no sé si por omisión o por desconcierto- fue tratada y aprobada por unanimidad en el Senado en diciembre de 2010 y hoy duerme en los cajones de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Les pido encarecidamente a los señores diputados presentes y a aquellos que no lo están, al bloque oficialista -que lo aprobó en el Senado-, que den cabida a este proyecto de ley, que sin duda será una herramienta que nos permitirá a los criadores hacer la retención de las terneras, necesarias para llegar a la vaca, porque de los 3 mil millones de pesos que se anunciaron que iban como línea de crédito para la ganadería lo único que existió fue una tasa, porque cuando uno va a los bancos se encuentra con que lejos de los millones de pesos prometidos, no hay un solo peso.
Muchas gracias por la oportunidad que me han brindado hoy. Pido el compromiso de todo el Congreso en la resolución de estas problemáticas. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Francisco Balbiani.
SR. BALBIANI Soy productor agropecuario de General Villegas.
Les agradezco la oportunidad de hacer uso de la palabra, transmitir mi posición y enriquecerme con el pensamiento de los distintos expositores.
En primer lugar creo que tenemos que dejar de lado -pido disculpas si alguien se siente ofendido- la distinción entre pequeños y medianos productores. Acá veo productores, somos únicos e irrepetibles como individuos humanos creados por Dios y tenemos libertad. Lo que se está discutiendo en este ámbito, a pesar de dividirlo en algodón, trigo, maíz, lana, cordero o ternero, son problemáticas que se unen en la libertad de poder ejercer la libre iniciativa de producir.
Estamos hablando de la propiedad privada, base fundamental de la familia, que fue mencionada hace un rato por uno de los diputados; nosotros tenemos un sistema de vida en Argentina, una forma de ser, y lo que estamos defendiendo es justamente eso, un sistema de vida y una forma de ser.
Entonces, si nos quedamos solamente en la casuística no estaremos hablando de cómo se debe gobernar. Y se debe gobernar sin intervención del Estado en el mercado, sin un dirigismo. Hace 70 años que en la Argentina no hay un gobierno que no haya sido dirigista y no haya impuesto por una razón u otra precios a uno u otro producto, con lo que se ha logrado dos cosas: distorsionar el mercado -como todo el mundo sabe- y tener un enorme nivel de corrupción, que se va enredando como una madeja de lana en poder de un gato. Nos encontramos en un laberinto donde nadie sabe bien lo que puede ocurrir.
Si esta gente que hoy tomó el gobierno y usa el país como un ejército de ocupación sigue gobernando, estamos en el horno; si sube otro, ¿va a poder gobernar con la herencia que le queda de una cultura del trabajo perdida, con nietos que reciben planes Trabajar y con una enseñanza dirigida desde el Ministerio de Educación en lo que hace al medio ambiente, la producción, la demonización del productor agropecuario?
Les agradezco la oportunidad de hacer uso de la palabra, transmitir mi posición y enriquecerme con el pensamiento de los distintos expositores.
En primer lugar creo que tenemos que dejar de lado -pido disculpas si alguien se siente ofendido- la distinción entre pequeños y medianos productores. Acá veo productores, somos únicos e irrepetibles como individuos humanos creados por Dios y tenemos libertad. Lo que se está discutiendo en este ámbito, a pesar de dividirlo en algodón, trigo, maíz, lana, cordero o ternero, son problemáticas que se unen en la libertad de poder ejercer la libre iniciativa de producir.
Estamos hablando de la propiedad privada, base fundamental de la familia, que fue mencionada hace un rato por uno de los diputados; nosotros tenemos un sistema de vida en Argentina, una forma de ser, y lo que estamos defendiendo es justamente eso, un sistema de vida y una forma de ser.
Entonces, si nos quedamos solamente en la casuística no estaremos hablando de cómo se debe gobernar. Y se debe gobernar sin intervención del Estado en el mercado, sin un dirigismo. Hace 70 años que en la Argentina no hay un gobierno que no haya sido dirigista y no haya impuesto por una razón u otra precios a uno u otro producto, con lo que se ha logrado dos cosas: distorsionar el mercado -como todo el mundo sabe- y tener un enorme nivel de corrupción, que se va enredando como una madeja de lana en poder de un gato. Nos encontramos en un laberinto donde nadie sabe bien lo que puede ocurrir.
Si esta gente que hoy tomó el gobierno y usa el país como un ejército de ocupación sigue gobernando, estamos en el horno; si sube otro, ¿va a poder gobernar con la herencia que le queda de una cultura del trabajo perdida, con nietos que reciben planes Trabajar y con una enseñanza dirigida desde el Ministerio de Educación en lo que hace al medio ambiente, la producción, la demonización del productor agropecuario?
SR. PRESIDENTE CASAÑAS ¿Vamos cerrando, Francisco?
SR. BALBIANI Voy cerrando, presidente.
A lo que me refiero es a lo siguiente. Creo que fuera de los casos puntuales tenemos que pensar que lo que debemos defender son los principios y los valores que, como alguien dijo, se están perdiendo. Muchas gracias. (Aplausos.)
A lo que me refiero es a lo siguiente. Creo que fuera de los casos puntuales tenemos que pensar que lo que debemos defender son los principios y los valores que, como alguien dijo, se están perdiendo. Muchas gracias. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Fabre.
SR. FABRE Vengo de Pigüé, Sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
Veníamos con otra expectativa. Estuvimos mucho tiempo parados en la ruta porque queríamos un cambio. Cuando salimos de la ruta entramos en las entidades, en las asociaciones rurales, comenzamos a trabajar y venir al Congreso. Yo tenía la esperanza de venir acá y encontrar a alguien que pensara distinto, poder plantearle nuestra realidad para que la comprendiera, pero me encuentro con que acá pensamos todos igual y seguimos hablando entre nosotros.
Tengo para contarles con dolor que en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires no podemos sojizar; lamentablemente la soja no crece, no le gusta el frío. A lo único que podemos dedicarnos es al trigo y a la vaca.
Quizá para mucha gente una hora después de terminar esta reunión el tema será el descenso de River, Schoklender o la ceniza volcánica, pero cuando nosotros lleguemos a nuestros pueblos nos preguntarán qué se logró, qué se hizo y cuándo van a poder vender el trigo, porque tienen que pagar el alquiler, el almacén, los impuestos y no tienen plata. Una opción que les queda es ver si venden la última vaca para poder vivir y esperar que les alquilen los campos, como en otra época. La otra opción es tomar algún plan social del gobierno o un fondo rotatorio para sembrar un trigo que después no podemos vender.
Las inquietudes que tenemos en el sudoeste son muchas y verdaderamente me hubiera gustado decírselo a los diputados de la oposición, no a los aquí presentes, que por lo visto piensan igual que nosotros. (Aplausos.)
Veníamos con otra expectativa. Estuvimos mucho tiempo parados en la ruta porque queríamos un cambio. Cuando salimos de la ruta entramos en las entidades, en las asociaciones rurales, comenzamos a trabajar y venir al Congreso. Yo tenía la esperanza de venir acá y encontrar a alguien que pensara distinto, poder plantearle nuestra realidad para que la comprendiera, pero me encuentro con que acá pensamos todos igual y seguimos hablando entre nosotros.
Tengo para contarles con dolor que en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires no podemos sojizar; lamentablemente la soja no crece, no le gusta el frío. A lo único que podemos dedicarnos es al trigo y a la vaca.
Quizá para mucha gente una hora después de terminar esta reunión el tema será el descenso de River, Schoklender o la ceniza volcánica, pero cuando nosotros lleguemos a nuestros pueblos nos preguntarán qué se logró, qué se hizo y cuándo van a poder vender el trigo, porque tienen que pagar el alquiler, el almacén, los impuestos y no tienen plata. Una opción que les queda es ver si venden la última vaca para poder vivir y esperar que les alquilen los campos, como en otra época. La otra opción es tomar algún plan social del gobierno o un fondo rotatorio para sembrar un trigo que después no podemos vender.
Las inquietudes que tenemos en el sudoeste son muchas y verdaderamente me hubiera gustado decírselo a los diputados de la oposición, no a los aquí presentes, que por lo visto piensan igual que nosotros. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra la señora María Díaz.
SRA. DÍAZ Señor presidente: pertenezco al sur de la provincia de Santa Fe. Quiero hacer un paréntesis que me parece muy importante. Aquellos que hemos podido concurrir desde el inicio del conflicto hasta la fecha estamos notando algunos pequeños cambios. Todos conocemos las conclusiones a las que arribó el asesor económico de CONINAGRO. Esto es muy importante porque ningún diputado puede estar acá sentado sabiendo tan poco, porque ya fueron suficientemente ilustrados a lo largo de todos estos años. Vienen del interior, de las provincias, y tienen muy en claro lo que es la producción, el rendimiento y lo que es fundir. Entonces, me alegra enormemente cuando escucho a diputados decir que si bien están con la intervención no corresponde hacerlo cuando el mercado funciona bien. Yo me pregunto esto: ¿el trigo no funcionaba bien antes de 2006? ¿El maíz no funcionaba bien?
Quiero decir que vengo de la provincia de Santa Fe, zona núcleo, departamento de General López. Hablan de "la niña bonita" del país. Sin embargo, si se recorren nuestros campos se observará que el trigo está sin vender y se ha decidido hacer el 10 por ciento de lo que se piensa del área sembrada. ¿Qué vamos a hacer? Estamos tratando de vender el trigo viejo como trigo futuro, que es único precio al que sale en esta falta de transparencia de los mercados.
He tenido la oportunidad de viajar y estar en reuniones en los Estados Unidos y en Europa, donde se ponían como ejemplo las bolsas de Comercio y de Cereales de la Argentina, concretamente de Buenos Aires y de Rosario. Hoy tenemos que estar preguntando cómo se vendió. Y lo inédito fue lo que ocurrió la semana pasada. El día jueves, ante una situación de desesperación en nuestra zona por no poder vender el maíz, un exportador salió a ofrecer uno por uno, es decir, uno de soja por uno de maíz. El día jueves era uno por cuatro, o sea, teníamos que entregar uno de maíz a precio FAB por cuatro de soja. Y el viernes ya fue el colmo: estábamos obligados a comprar fertilizantes con 60 dólares de diferencia.
Esto lo saben y pueden acceder fácilmente a la información para conocerlo. Y hay algo que ustedes tienen en claro: ustedes tienen inmunidad, que en este país es un elemento muy importante para llevar las denuncias adelante. Sin embargo, acá estamos.
He arribado a dos conclusiones muy claras. Se trata de algo preocupante. Estamos endeudando nuestro futuro. Hay que recorrer el norte, el centro y el sur de mi provincia y ver cómo en los días de viento, cuando hay sequía por falta de lluvias suficientes, se vuelan los campos. Si en los próximos cuatro años esto sigue así no nos quedará otra posibilidad que hacer soja-soja.
Vamos a todos los congresos: Maizar, CRA, UCRA. ¿Qué vamos a seguir aprendiendo? ¿La parte tecnológica? Es doloroso escuchar a uruguayos, chilenos y paraguayos decirnos: "Pero a nosotros no se nos ocurre establecer una retención. ¿Dónde se les ha ocurrido a ustedes? Nosotros miramos el mercado, vemos cuáles son las necesidades y producimos lo que el mercado necesita". Es más, en Maizar un chileno hizo el siguiente comentario: "Nosotros producimos únicamente para gente que viene a este hotel". Obviamente, como tienen poca superficie deben practicar una agricultura intensiva de muy alta calidad.
Entonces, todos los que estamos acá sabemos qué es lo que hay que hacer y cómo producir. A partir de las conclusiones a las que he arribado sólo quiero decirles dos cosas. En primer término, que evidentemente he visto un grupo de gente que sin haber un cambio nos va a apoyar cuando en el recinto se trate la eliminación de los ROE, según he escuchado.
En segundo lugar, quiero pedirles por favor que lleven adelante las denuncias. Abran una pequeña oficina. Dejaremos con nombre y apellido cada una de las denuncias que tenemos sobre comercialización y falta de transparencia. Pero son ustedes los que tienen la mejor posibilidad de llevarlas adelante. (Aplausos.)
Quiero decir que vengo de la provincia de Santa Fe, zona núcleo, departamento de General López. Hablan de "la niña bonita" del país. Sin embargo, si se recorren nuestros campos se observará que el trigo está sin vender y se ha decidido hacer el 10 por ciento de lo que se piensa del área sembrada. ¿Qué vamos a hacer? Estamos tratando de vender el trigo viejo como trigo futuro, que es único precio al que sale en esta falta de transparencia de los mercados.
He tenido la oportunidad de viajar y estar en reuniones en los Estados Unidos y en Europa, donde se ponían como ejemplo las bolsas de Comercio y de Cereales de la Argentina, concretamente de Buenos Aires y de Rosario. Hoy tenemos que estar preguntando cómo se vendió. Y lo inédito fue lo que ocurrió la semana pasada. El día jueves, ante una situación de desesperación en nuestra zona por no poder vender el maíz, un exportador salió a ofrecer uno por uno, es decir, uno de soja por uno de maíz. El día jueves era uno por cuatro, o sea, teníamos que entregar uno de maíz a precio FAB por cuatro de soja. Y el viernes ya fue el colmo: estábamos obligados a comprar fertilizantes con 60 dólares de diferencia.
Esto lo saben y pueden acceder fácilmente a la información para conocerlo. Y hay algo que ustedes tienen en claro: ustedes tienen inmunidad, que en este país es un elemento muy importante para llevar las denuncias adelante. Sin embargo, acá estamos.
He arribado a dos conclusiones muy claras. Se trata de algo preocupante. Estamos endeudando nuestro futuro. Hay que recorrer el norte, el centro y el sur de mi provincia y ver cómo en los días de viento, cuando hay sequía por falta de lluvias suficientes, se vuelan los campos. Si en los próximos cuatro años esto sigue así no nos quedará otra posibilidad que hacer soja-soja.
Vamos a todos los congresos: Maizar, CRA, UCRA. ¿Qué vamos a seguir aprendiendo? ¿La parte tecnológica? Es doloroso escuchar a uruguayos, chilenos y paraguayos decirnos: "Pero a nosotros no se nos ocurre establecer una retención. ¿Dónde se les ha ocurrido a ustedes? Nosotros miramos el mercado, vemos cuáles son las necesidades y producimos lo que el mercado necesita". Es más, en Maizar un chileno hizo el siguiente comentario: "Nosotros producimos únicamente para gente que viene a este hotel". Obviamente, como tienen poca superficie deben practicar una agricultura intensiva de muy alta calidad.
Entonces, todos los que estamos acá sabemos qué es lo que hay que hacer y cómo producir. A partir de las conclusiones a las que he arribado sólo quiero decirles dos cosas. En primer término, que evidentemente he visto un grupo de gente que sin haber un cambio nos va a apoyar cuando en el recinto se trate la eliminación de los ROE, según he escuchado.
En segundo lugar, quiero pedirles por favor que lleven adelante las denuncias. Abran una pequeña oficina. Dejaremos con nombre y apellido cada una de las denuncias que tenemos sobre comercialización y falta de transparencia. Pero son ustedes los que tienen la mejor posibilidad de llevarlas adelante. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Horacio Pugnaloni.
SR. PUGNALONI Señor presidente, señores diputados, señores presidentes de las entidades que conforman la Mesa de Enlace, señores productores: no voy a referirme al diagnóstico y al resultado porque tenemos en claro el problema que nos afecta y estamos buscando una solución. Pero quiero tomar una pequeña frase. El primer legislador que hizo uso de la palabra, el señor diputado Orsolini, dijo algo que no sé si ustedes percibieron pero que a mí me llamó poderosamente la atención. El señor diputado habló de cerrar las exportaciones porque alguien dijo que tuvo que cerrar dos hilanderías. ¿Cerraron las exportaciones de ese producto porque alguien puso eso en una nota dirigida a Moreno o no sé quién? ¿Y nosotros qué estamos haciendo, muchachos? ¿Qué nos pasó desde 2008 hasta ahora?
Muchos de los que estamos acá estuvimos en las rutas en 2008 y logramos eso que pidió el diputado Aspiazu, en el sentido de convencer nuevamente a la gente. Tenemos que convencer otra vez a la gente. Pero me parece que estamos más preocupados en ver si el señor Buzzi se va a reunir con el ministro o no, o si la Federación Agraria se va a acercar más al ministro o no.
Les quiero decir, muchachos, con total seguridad, ¡que el productor más fundido que hay acá adentro soy yo! ¡Yo no hablo, como se dijo recién, de que los molinos están fundiéndose! ¡Yo ya estoy fundido! ¡Y no comparto como mi amigo Balbiani, que es de mi mismo pueblo y me conoce muy bien, la idea de que no hay pequeños productores y somos todos los mismos! ¡Son los pequeños productores, porque yo veo que el amigo Balbiani puede entrar al banco! ¡Y sin embargo yo no puedo hacerlo!
Entonces, quiero decir al señor Francisco Balbiani que nosotros somos pequeños y medianos productores, que tenemos diferencias y que debemos luchar todos juntos para convencer nuevamente a la gente como lo hicimos en 2008. A mí hasta me da un poco de vergüenza, porque si bien escuchamos que los presidentes pueden tener diferencias, luego se llegan a poner de acuerdo. Sin embargo, después nosotros, cuando se baja línea, vemos que tenemos muchas más diferencias que los propios presidentes.
Tenemos que luchar todos juntos, muchachos. ¿Cómo puede ser que cierren la exportación de algodón porque uno dijo que cerró dos hilanderías? ¿Cuántos tambos se cerraron? Ahí está el señor Giannasi, de la Federación Agraria Argentina, que está en el tema de los tambos. ¿Cuántos tambos se pueden haber cerrado y cuántos productores se pueden haber perdido? Quiero decir al señor Francisco Balbiani que lamentablemente los productores que se perdieron son los más pequeños y los medianos.
Por último, deseo expresar que hace muy poco el ministro de Agricultura fue a conversar con los representantes de la Federación Agraria Argentina. Había muchos productores, pero también había productores bananeros de tres o cuatro hectáreas que se están fundiendo y que ven pasar los camiones de Paraguay cargados de bananas. O sea que nosotros tenemos que ir a ver si solucionan la situación de algunos para no seguir cayendo. Porque acá siguen cayendo. El próximo productor que se va a caer en este país está aquí presente y soy yo, porque no tengo más recursos y vengo fundido desde atrás. Y quiero decir al señor Francisco Balbiani, que no estoy fundido porque no tenga capacidad o haga mal las cosas, sino porque no tengo las mismas posibilidades que él. Nosotros no podemos seguir trabajando.
Muchos de los que estamos acá estuvimos en las rutas en 2008 y logramos eso que pidió el diputado Aspiazu, en el sentido de convencer nuevamente a la gente. Tenemos que convencer otra vez a la gente. Pero me parece que estamos más preocupados en ver si el señor Buzzi se va a reunir con el ministro o no, o si la Federación Agraria se va a acercar más al ministro o no.
Les quiero decir, muchachos, con total seguridad, ¡que el productor más fundido que hay acá adentro soy yo! ¡Yo no hablo, como se dijo recién, de que los molinos están fundiéndose! ¡Yo ya estoy fundido! ¡Y no comparto como mi amigo Balbiani, que es de mi mismo pueblo y me conoce muy bien, la idea de que no hay pequeños productores y somos todos los mismos! ¡Son los pequeños productores, porque yo veo que el amigo Balbiani puede entrar al banco! ¡Y sin embargo yo no puedo hacerlo!
Entonces, quiero decir al señor Francisco Balbiani que nosotros somos pequeños y medianos productores, que tenemos diferencias y que debemos luchar todos juntos para convencer nuevamente a la gente como lo hicimos en 2008. A mí hasta me da un poco de vergüenza, porque si bien escuchamos que los presidentes pueden tener diferencias, luego se llegan a poner de acuerdo. Sin embargo, después nosotros, cuando se baja línea, vemos que tenemos muchas más diferencias que los propios presidentes.
Tenemos que luchar todos juntos, muchachos. ¿Cómo puede ser que cierren la exportación de algodón porque uno dijo que cerró dos hilanderías? ¿Cuántos tambos se cerraron? Ahí está el señor Giannasi, de la Federación Agraria Argentina, que está en el tema de los tambos. ¿Cuántos tambos se pueden haber cerrado y cuántos productores se pueden haber perdido? Quiero decir al señor Francisco Balbiani que lamentablemente los productores que se perdieron son los más pequeños y los medianos.
Por último, deseo expresar que hace muy poco el ministro de Agricultura fue a conversar con los representantes de la Federación Agraria Argentina. Había muchos productores, pero también había productores bananeros de tres o cuatro hectáreas que se están fundiendo y que ven pasar los camiones de Paraguay cargados de bananas. O sea que nosotros tenemos que ir a ver si solucionan la situación de algunos para no seguir cayendo. Porque acá siguen cayendo. El próximo productor que se va a caer en este país está aquí presente y soy yo, porque no tengo más recursos y vengo fundido desde atrás. Y quiero decir al señor Francisco Balbiani, que no estoy fundido porque no tenga capacidad o haga mal las cosas, sino porque no tengo las mismas posibilidades que él. Nosotros no podemos seguir trabajando.
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Le ruego que se dirija únicamente a la Presidencia y evite el diálogo con otros productores. Asimismo le pido que vaya redondeando su exposición.
SR. PUGNALONI Discúlpeme, señor presidente.
Lo que quiero decir, muchachos, es que lo que tenemos que hacer para solucionar esto es apoyar, como dijo aquí la señora Díaz, todo tipo de denuncias que se hagan. Y debemos ponernos todos a trabajar por el campo argentino, representado por las cuatro entidades agropecuarias. Por eso tenemos que seguir juntos en la Mesa de Enlace. (Aplausos.)
Lo que quiero decir, muchachos, es que lo que tenemos que hacer para solucionar esto es apoyar, como dijo aquí la señora Díaz, todo tipo de denuncias que se hagan. Y debemos ponernos todos a trabajar por el campo argentino, representado por las cuatro entidades agropecuarias. Por eso tenemos que seguir juntos en la Mesa de Enlace. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Guillermo Giannasi, de la Federación Agraria Argentina.
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Quiero aclarar que queda cerrada la lista de oradores.
Tiene la palabra el señor Giannasi.
Tiene la palabra el señor Giannasi.
SR. GIANNASI En primer lugar quiero señalar que duele que aquí hoy no estén los legisladores que representan al oficialismo, pero esta foto la vemos reiteradamente. Pareciera ser que los problemas del campo, que son los del país, debieran ser resueltos en soledad con los legisladores que representan a la oposición. Duele como argentino ver que en esta casa, donde delibera el pueblo a través de sus representantes, no están sentados los diputados que representan al gobierno, porque este problema que tenemos hoy en el campo y en la Argentina es de todos y debe ser resuelto con normas, con leyes que definitivamente nos saquen de este estado de desastre que está viviendo hoy en materia productiva la Argentina.
Hace unos meses me tocó estar en una reunión del Mercosur Social Ampliado, en Foz de Iguazú, y sentí vergüenza ajena cuando José Graziano -actual representante de la FAO en Latinoamérica y primer ministro del programa "Hambre Cero" de Lula, en Brasil- dijo con mucha claridad y certeza que era incomprensible la actitud de la Argentina de cerrar sus exportaciones cuando el mundo demanda alimentos, ya que dicho cierre implica la necesaria caída en la producción de un país. Esta es una realidad constante.
Quiero señalarles que mientras nosotros aquí tratamos de resolver los problemas, en los pueblos de quienes circunstancialmente representamos a los productores las cosas se siguen complicando y seguimos asistiendo diariamente a la caída de productores.
Por otro lado, valoro que acciones como éstas impliquen poner al descubierto la actitud de un gobierno que continuamente -a través de los medios de difusión que tiene- engaña, confunde a la sociedad argentina diciendo que aquí está todo bien. Esta noche, en unas horas más, en un pueblito de Santa Fe, en Nuevo Torino, los productores tamberos se van a expresar contra la baja de precios que nos quieren imponer desde la industria. Quedamos en pie 10 mil productores. Decía bien el señor Pugnaloni que hace ocho años teníamos 18 mil productores; con este gobierno, que se dice progresista y que quiere ayudar a los más débiles, a los más vulnerables, hay 8 mil productores tamberos menos.
¿Saben quiénes son esos 8 mil productores que no están? Los más débiles, los que trabajaban todos los días y le daban fuerza y sustento a nuestros pueblos.
Les pido a los legisladores que se tomen acciones legales contundentes contra el gobierno y contra la mismísima presidenta de la Nación por incumplimiento de sus deberes. ¿O no fue la presidenta, hablando puntualmente del trigo, la que anunció hace un año y medio que todos los productores iban a recibir la devolución de las retenciones hasta las 800 toneladas? Es la palabra empeñada, no del ordenanza de la Casa de Gobierno sino de la presidenta de la República, y aquí nadie pudo percibir un centavo de devolución. Después inventaron algo a través de los municipios, hasta 100 mil kilos de trigo, una payasada.
Entonces, ¿cómo admitirle al gobierno todas estas situaciones? ¿Cómo permitirle que diga que quieren ayudar a los productores más pequeños? Todas las políticas públicas que están llevando adelante están orientadas a borrarnos del mapa, porque la desaparición de los productores ganaderos y tamberos y de las regiones en que se puede hacer soja -de la que aquí se habló- implica también la desaparición de los pequeños productores que tienen que arrendar sus campos; y luego vienen los grupos de siembra, los pools, los fondos financieros, que se llevan toda la riqueza y no dejan nada en nuestros pueblos.
Hay que denunciarlo con todas las letras. Nosotros desde la Federación Agraria, el resto de las entidades agrupadas en la Comisión de Enlace y el campo argentino, estamos advirtiendo que esto es un desastre y que este gobierno debe modificar urgentemente su accionar.
En este sentido no es menor el esfuerzo que ustedes pueden hacer, pero les pido que denuncien con toda la fortaleza que les da su condición de representantes del pueblo, con las inmunidades legislativas que la Constitución consagra, estos verdaderos atropellos y desastres que se están haciendo.
El otro día un pequeño productor me decía que hacía cinco o seis meses, cuando el ministro de Agricultura había dicho que sacáramos créditos porque en unos meses el trigo iba a valer, se había sentido muy mal porque no podía pasar ni por la vereda del banco, estaba discriminado por tener endeudamiento, estar en el Veraz y tener problemas de todo tipo.
Me lo encontré de nuevo hace poco y me dijo que por suerte no había sacado el crédito, porque no sabía con qué plata lo hubiera pagado. Esto hay que decirlo con todas las letras, ya que el ministro de Agricultura está señalando que esa fue una herramienta que le sirvió a la gente. Es una mentira, un engaño, porque hoy la realidad es que se sigue sin vender el trigo.
Finalmente, corresponde exigir al gobierno que trabaje y defina -y esta también es una tarea para los partidos políticos aquí representados-, junto con los legisladores, a través de sus respectivos partidos políticos y la fuerza de la democracia, quién va a ser el sujeto agrario en este país, si 300, 400 o 500 mil pequeños, medianos y grandes productores o 3, 4 o 5 mil grandes grupos económicos, pools de siembra, que vienen a llevarse todo de la Argentina y sumir a nuestros pueblos en la peor de las miserias. Esa es la tarea pendiente, y en ese sentido las entidades aquí presentes lucharemos con toda nuestra fortaleza como argentinos para lograr los cambios que no sólo los productores y nuestros pueblos necesitan sino también nuestro país. (Aplausos.)
Hace unos meses me tocó estar en una reunión del Mercosur Social Ampliado, en Foz de Iguazú, y sentí vergüenza ajena cuando José Graziano -actual representante de la FAO en Latinoamérica y primer ministro del programa "Hambre Cero" de Lula, en Brasil- dijo con mucha claridad y certeza que era incomprensible la actitud de la Argentina de cerrar sus exportaciones cuando el mundo demanda alimentos, ya que dicho cierre implica la necesaria caída en la producción de un país. Esta es una realidad constante.
Quiero señalarles que mientras nosotros aquí tratamos de resolver los problemas, en los pueblos de quienes circunstancialmente representamos a los productores las cosas se siguen complicando y seguimos asistiendo diariamente a la caída de productores.
Por otro lado, valoro que acciones como éstas impliquen poner al descubierto la actitud de un gobierno que continuamente -a través de los medios de difusión que tiene- engaña, confunde a la sociedad argentina diciendo que aquí está todo bien. Esta noche, en unas horas más, en un pueblito de Santa Fe, en Nuevo Torino, los productores tamberos se van a expresar contra la baja de precios que nos quieren imponer desde la industria. Quedamos en pie 10 mil productores. Decía bien el señor Pugnaloni que hace ocho años teníamos 18 mil productores; con este gobierno, que se dice progresista y que quiere ayudar a los más débiles, a los más vulnerables, hay 8 mil productores tamberos menos.
¿Saben quiénes son esos 8 mil productores que no están? Los más débiles, los que trabajaban todos los días y le daban fuerza y sustento a nuestros pueblos.
Les pido a los legisladores que se tomen acciones legales contundentes contra el gobierno y contra la mismísima presidenta de la Nación por incumplimiento de sus deberes. ¿O no fue la presidenta, hablando puntualmente del trigo, la que anunció hace un año y medio que todos los productores iban a recibir la devolución de las retenciones hasta las 800 toneladas? Es la palabra empeñada, no del ordenanza de la Casa de Gobierno sino de la presidenta de la República, y aquí nadie pudo percibir un centavo de devolución. Después inventaron algo a través de los municipios, hasta 100 mil kilos de trigo, una payasada.
Entonces, ¿cómo admitirle al gobierno todas estas situaciones? ¿Cómo permitirle que diga que quieren ayudar a los productores más pequeños? Todas las políticas públicas que están llevando adelante están orientadas a borrarnos del mapa, porque la desaparición de los productores ganaderos y tamberos y de las regiones en que se puede hacer soja -de la que aquí se habló- implica también la desaparición de los pequeños productores que tienen que arrendar sus campos; y luego vienen los grupos de siembra, los pools, los fondos financieros, que se llevan toda la riqueza y no dejan nada en nuestros pueblos.
Hay que denunciarlo con todas las letras. Nosotros desde la Federación Agraria, el resto de las entidades agrupadas en la Comisión de Enlace y el campo argentino, estamos advirtiendo que esto es un desastre y que este gobierno debe modificar urgentemente su accionar.
En este sentido no es menor el esfuerzo que ustedes pueden hacer, pero les pido que denuncien con toda la fortaleza que les da su condición de representantes del pueblo, con las inmunidades legislativas que la Constitución consagra, estos verdaderos atropellos y desastres que se están haciendo.
El otro día un pequeño productor me decía que hacía cinco o seis meses, cuando el ministro de Agricultura había dicho que sacáramos créditos porque en unos meses el trigo iba a valer, se había sentido muy mal porque no podía pasar ni por la vereda del banco, estaba discriminado por tener endeudamiento, estar en el Veraz y tener problemas de todo tipo.
Me lo encontré de nuevo hace poco y me dijo que por suerte no había sacado el crédito, porque no sabía con qué plata lo hubiera pagado. Esto hay que decirlo con todas las letras, ya que el ministro de Agricultura está señalando que esa fue una herramienta que le sirvió a la gente. Es una mentira, un engaño, porque hoy la realidad es que se sigue sin vender el trigo.
Finalmente, corresponde exigir al gobierno que trabaje y defina -y esta también es una tarea para los partidos políticos aquí representados-, junto con los legisladores, a través de sus respectivos partidos políticos y la fuerza de la democracia, quién va a ser el sujeto agrario en este país, si 300, 400 o 500 mil pequeños, medianos y grandes productores o 3, 4 o 5 mil grandes grupos económicos, pools de siembra, que vienen a llevarse todo de la Argentina y sumir a nuestros pueblos en la peor de las miserias. Esa es la tarea pendiente, y en ese sentido las entidades aquí presentes lucharemos con toda nuestra fortaleza como argentinos para lograr los cambios que no sólo los productores y nuestros pueblos necesitan sino también nuestro país. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Gonzalo Villegas, de la provincia de Buenos Aires.
SR. VILLEGAS Soy productor de Saladillo, provincia Buenos Aires, donde vivo. Pertenezco a la Sociedad Rural Argentina y también integro la Sociedad Rural de Saladillo.
En la Argentina tenemos una bendición, nuestro territorio tiene un período libre de heladas bastante importante. Esto significa que podemos sembrar trigo y luego soja y maíz de segunda, entre otros. Con esto quiero decir que tenemos el deber moral de producir, ya que hay muchos países donde directamente no se puede sembrar por problemas climáticos o falta de tierra. Nosotros tenemos esa bendita oportunidad y no la estamos aprovechando.
Con un trigo que tiene una retención de casi el 50 por ciento -teniendo en cuenta los ROE-, si hacemos la cuenta de lo que tendría que valer, con un trigo a 235 se estaría sembrando lo que se sembraba en el mejor período, más de 7 millones de hectáreas, y se acabaría el problema porque habría 22 o 23 millones de toneladas de trigo.
El problema que hay también en el campo es que el trigo implica trabajo. Es lamentable pasar por los campos y ver que de mayo a septiembre están parados. No hay nadie, no pasa nada. Están las sembradoras y las cosechadoras paradas. Cuando hacemos un margen trigo-soja versus maíz, girasol, etcétera, también tenemos muy en cuenta al contratista rural y demás porque sabemos que tiene que pagar las máquinas. Las máquinas pasan dos veces por el mismo potrero; se siembra, se fumiga, se fertiliza, hay fletes.
Si tuviéramos 2 millones más de hectáreas de trigo -lo que se podría haber hecho perfectamente liberando un poco los ROE- se distribuirían 800 millones de dólares en toda la cadena y la gente produciría, se movería el campo y habría trabajo. Eso es lo que ocurre hoy, no hay trabajo. Incorporaríamos también muchos más rastrojos, no sólo arriba de la superficie sino en las raíces, abajo, donde se da sustentabilidad.
Antes de venir a esta reunión hacía la cuenta y pensaba que tal vez, como dicen acá, ponen el guiño a la izquierda pero en realidad giran a la derecha y lo que buscan es producir más soja, pero tampoco es esa la situación, porque si saco las retenciones que toman el trigo-soja versus la soja de primera, también el gobierno estaría cobrando un 15 por ciento más en retenciones.
Entonces, este es un tema ideológico y una pelea dentro del gobierno para ver quién tiene más poder. Nosotros podemos hablar del maíz, pero creo que tenemos que hacer un pedido por el trigo porque ese cultivo significa trabajo, movilización de la gente y de toda la industria que está parada y desarrollo para todo el interior. (Aplausos.)
En la Argentina tenemos una bendición, nuestro territorio tiene un período libre de heladas bastante importante. Esto significa que podemos sembrar trigo y luego soja y maíz de segunda, entre otros. Con esto quiero decir que tenemos el deber moral de producir, ya que hay muchos países donde directamente no se puede sembrar por problemas climáticos o falta de tierra. Nosotros tenemos esa bendita oportunidad y no la estamos aprovechando.
Con un trigo que tiene una retención de casi el 50 por ciento -teniendo en cuenta los ROE-, si hacemos la cuenta de lo que tendría que valer, con un trigo a 235 se estaría sembrando lo que se sembraba en el mejor período, más de 7 millones de hectáreas, y se acabaría el problema porque habría 22 o 23 millones de toneladas de trigo.
El problema que hay también en el campo es que el trigo implica trabajo. Es lamentable pasar por los campos y ver que de mayo a septiembre están parados. No hay nadie, no pasa nada. Están las sembradoras y las cosechadoras paradas. Cuando hacemos un margen trigo-soja versus maíz, girasol, etcétera, también tenemos muy en cuenta al contratista rural y demás porque sabemos que tiene que pagar las máquinas. Las máquinas pasan dos veces por el mismo potrero; se siembra, se fumiga, se fertiliza, hay fletes.
Si tuviéramos 2 millones más de hectáreas de trigo -lo que se podría haber hecho perfectamente liberando un poco los ROE- se distribuirían 800 millones de dólares en toda la cadena y la gente produciría, se movería el campo y habría trabajo. Eso es lo que ocurre hoy, no hay trabajo. Incorporaríamos también muchos más rastrojos, no sólo arriba de la superficie sino en las raíces, abajo, donde se da sustentabilidad.
Antes de venir a esta reunión hacía la cuenta y pensaba que tal vez, como dicen acá, ponen el guiño a la izquierda pero en realidad giran a la derecha y lo que buscan es producir más soja, pero tampoco es esa la situación, porque si saco las retenciones que toman el trigo-soja versus la soja de primera, también el gobierno estaría cobrando un 15 por ciento más en retenciones.
Entonces, este es un tema ideológico y una pelea dentro del gobierno para ver quién tiene más poder. Nosotros podemos hablar del maíz, pero creo que tenemos que hacer un pedido por el trigo porque ese cultivo significa trabajo, movilización de la gente y de toda la industria que está parada y desarrollo para todo el interior. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Néstor Roulet.
SR. ROULET Señor presidente: en primer término quiero expresar mi agradecimiento a la comisión por la invitación que me han hecho para participar en esta reunión.
En segundo lugar deseo señalar que provengo de una provincia mediterránea, alejada del puerto. Por lo tanto, producir trigo y maíz tiene un costo enorme, que es el del flete, lo que hace que sea muy difícil. Lo que pasa es que la agricultura se orientó hacia suelos mucho más inestables.
Nuestra provincia, al igual que el sudeste de Buenos Aires, es trigodependiente, entre comillas, porque si no desarrollamos una agricultura sustentable y una rotación agrícolo-ganadera o simplemente agrícola entre gramíneas y leguminosas, nuestros suelos se vuelan rápidamente. El ejemplo más claro de esto es el de la zona de Jesús María, en el norte de Córdoba, donde hay un millón de hectáreas implicadas. También hay un millón de hectáreas involucradas en la zona del oeste, es decir, en Río Cuarto. Finalmente, la zona de San Luis, que forma parte de nuestra confederación, tiene productores con el mismo problema.
De manera tal que, creo que uno de los aspectos importantes cuando uno pone énfasis en que hay que cultivar trigo es el de la sustentabilidad, al que recién se hizo referencia. Lo ideal es una rotación agrícolo-ganadera. Si solamente es agrícola, lo ideal es que sea en un 50 por ciento de gramíneas y en un 50 por ciento de leguminosas. Eso es lo que nos enseñaron en la Facultad.
Si bien es muy difícil llegar al 50 por ciento, en 2001 la participación de las gramíneas en el total fue del 44 por ciento. El año pasado fue del 25,8 por ciento. Es terrible.
Es decir que el aspecto sobre el que hay que poner énfasis -más allá del grave problema que tenemos, en el sentido de que con un kilo de trigo se elabora uno de pan y de que a mí el trigo me lo pagan 80 centavos mientras el pan vale 8 pesos- radica en la necesidad de que en la producción agropecuaria empecemos a defender nuestro suelo, porque la realidad es que el campo que tengo yo no es mío, sino que me lo prestó mi hijo. Eso es lo fundamental, y hay que empezar a trabajar de otra manera.
Por otro lado, ¿cómo podemos convencer no sólo a la población en general, sino también a estos legisladores que votan el presupuesto? Ustedes no deben olvidar que los diputados oficialistas hoy no se encuentran presentes porque tienen una gran carga ideológica; no nos engañemos. La gran carga ideológica es que creen que el mercado interno es competitivo con el externo, cuando en realidad es totalmente complementario. Esto se los hicimos entender con los temas de la carne y del trigo. ¿Cómo va a bajar el precio? ¿Teniendo 60 millones de cabezas o teniendo 48 millones, como ocurre ahora? El precio disminuye cuando se tienen más vacas. En el caso del trigo ocurre exactamente lo mismo. ¿Cómo va a bajar su precio a pesar del precio internacional? Indudablemente, produciendo más trigo.
Entonces, lo que tenemos que hacer es empezar a romper este paradigma que tiene el gobierno nacional, de creer que el mercado interno es competitivo con el externo, cuando en realidad es complementario. ¿Con qué excusa intervinieron -y aquí debo atacar a los ROE- los mercados? Casualmente con la de bajar los precios del mercado interno, es decir, al consumidor. Eso fue un fracaso y hay que decirlo. Hay que trabajar diciendo que esto fue un fracaso. ¿Por qué? Porque el pan lo estamos pagando más caro que en Chile, la carne la estamos pagando más cara que en Uruguay y el queso lo estamos pagando más caro que en Alemania. Si ustedes entran al portal de un supermercado internacional y buscan el precio del queso pategrás verán que en Alemania su precio es de 8,90 dólares. ¿Saben cuánto cuesta acá? 12 dólares. Es decir que el queso argentino cuesta un 30 por ciento más que el alemán. Por lo tanto, esto es realmente un fracaso.
¿Hacia donde están apuntados los ROE? Hacia los que tienen conexión con el mercado interno. ¿O ustedes están preocupados por el ROE de la soja? Ninguno. ¿Cuál es el ROE problemático? El del trigo, el del maíz, el de la leche y el de la carne. Casualmente el ROE trajo aparejado algo terrible, que es que el consumidor argentino tenga que pagar más caro. Debemos trabajar sobre eso en el Parlamento y dirigirnos a la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Creo que tenemos que trabajar claramente sobre eso porque es fundamental dejar en claro que todos los productos que tienen ROE en la Argentina automáticamente castigan a los dos extremos de la cadena: al productor que le pagan poco y al consumidor que le cobran mucho. Tenemos todos los ejemplos reales. Uno es del trigo: con un kilo se puede elaborar un kilo de pan; a mí me pagan 80 centavos y el pan cuesta 8 pesos.
Estas son las cosas en las cuales, a mi juicio, hay que empezar a trabajar. Creo que indudablemente el Parlamento tiene una situación muy particular. Estoy totalmente convencido de que podemos hacer docencia a través del Congreso. Y también lo estoy respecto de algo que es fundamental para los productores: nosotros tenemos que seguir produciendo. El mensaje que daría a todos los productores es que no se "bajoneen" tecnológicamente, porque lo que estoy viendo es que el grave problema que hay en la Argentina en este momento es el de la inversión productiva. Tenemos que seguir trabajando en ella porque no hay país en el mundo que no quiera hacer lo que mejor sabe hacer. No veo que los árabes estén tapando los pozos de petróleo. ¿O ustedes vieron eso? Lo que mejor sabe producir la Argentina son los alimentos. Por lo tanto, quiero decir a los productores que debemos prepararnos para producir alimentos porque este país va a cambiar. (Aplausos.)
En segundo lugar deseo señalar que provengo de una provincia mediterránea, alejada del puerto. Por lo tanto, producir trigo y maíz tiene un costo enorme, que es el del flete, lo que hace que sea muy difícil. Lo que pasa es que la agricultura se orientó hacia suelos mucho más inestables.
Nuestra provincia, al igual que el sudeste de Buenos Aires, es trigodependiente, entre comillas, porque si no desarrollamos una agricultura sustentable y una rotación agrícolo-ganadera o simplemente agrícola entre gramíneas y leguminosas, nuestros suelos se vuelan rápidamente. El ejemplo más claro de esto es el de la zona de Jesús María, en el norte de Córdoba, donde hay un millón de hectáreas implicadas. También hay un millón de hectáreas involucradas en la zona del oeste, es decir, en Río Cuarto. Finalmente, la zona de San Luis, que forma parte de nuestra confederación, tiene productores con el mismo problema.
De manera tal que, creo que uno de los aspectos importantes cuando uno pone énfasis en que hay que cultivar trigo es el de la sustentabilidad, al que recién se hizo referencia. Lo ideal es una rotación agrícolo-ganadera. Si solamente es agrícola, lo ideal es que sea en un 50 por ciento de gramíneas y en un 50 por ciento de leguminosas. Eso es lo que nos enseñaron en la Facultad.
Si bien es muy difícil llegar al 50 por ciento, en 2001 la participación de las gramíneas en el total fue del 44 por ciento. El año pasado fue del 25,8 por ciento. Es terrible.
Es decir que el aspecto sobre el que hay que poner énfasis -más allá del grave problema que tenemos, en el sentido de que con un kilo de trigo se elabora uno de pan y de que a mí el trigo me lo pagan 80 centavos mientras el pan vale 8 pesos- radica en la necesidad de que en la producción agropecuaria empecemos a defender nuestro suelo, porque la realidad es que el campo que tengo yo no es mío, sino que me lo prestó mi hijo. Eso es lo fundamental, y hay que empezar a trabajar de otra manera.
Por otro lado, ¿cómo podemos convencer no sólo a la población en general, sino también a estos legisladores que votan el presupuesto? Ustedes no deben olvidar que los diputados oficialistas hoy no se encuentran presentes porque tienen una gran carga ideológica; no nos engañemos. La gran carga ideológica es que creen que el mercado interno es competitivo con el externo, cuando en realidad es totalmente complementario. Esto se los hicimos entender con los temas de la carne y del trigo. ¿Cómo va a bajar el precio? ¿Teniendo 60 millones de cabezas o teniendo 48 millones, como ocurre ahora? El precio disminuye cuando se tienen más vacas. En el caso del trigo ocurre exactamente lo mismo. ¿Cómo va a bajar su precio a pesar del precio internacional? Indudablemente, produciendo más trigo.
Entonces, lo que tenemos que hacer es empezar a romper este paradigma que tiene el gobierno nacional, de creer que el mercado interno es competitivo con el externo, cuando en realidad es complementario. ¿Con qué excusa intervinieron -y aquí debo atacar a los ROE- los mercados? Casualmente con la de bajar los precios del mercado interno, es decir, al consumidor. Eso fue un fracaso y hay que decirlo. Hay que trabajar diciendo que esto fue un fracaso. ¿Por qué? Porque el pan lo estamos pagando más caro que en Chile, la carne la estamos pagando más cara que en Uruguay y el queso lo estamos pagando más caro que en Alemania. Si ustedes entran al portal de un supermercado internacional y buscan el precio del queso pategrás verán que en Alemania su precio es de 8,90 dólares. ¿Saben cuánto cuesta acá? 12 dólares. Es decir que el queso argentino cuesta un 30 por ciento más que el alemán. Por lo tanto, esto es realmente un fracaso.
¿Hacia donde están apuntados los ROE? Hacia los que tienen conexión con el mercado interno. ¿O ustedes están preocupados por el ROE de la soja? Ninguno. ¿Cuál es el ROE problemático? El del trigo, el del maíz, el de la leche y el de la carne. Casualmente el ROE trajo aparejado algo terrible, que es que el consumidor argentino tenga que pagar más caro. Debemos trabajar sobre eso en el Parlamento y dirigirnos a la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Creo que tenemos que trabajar claramente sobre eso porque es fundamental dejar en claro que todos los productos que tienen ROE en la Argentina automáticamente castigan a los dos extremos de la cadena: al productor que le pagan poco y al consumidor que le cobran mucho. Tenemos todos los ejemplos reales. Uno es del trigo: con un kilo se puede elaborar un kilo de pan; a mí me pagan 80 centavos y el pan cuesta 8 pesos.
Estas son las cosas en las cuales, a mi juicio, hay que empezar a trabajar. Creo que indudablemente el Parlamento tiene una situación muy particular. Estoy totalmente convencido de que podemos hacer docencia a través del Congreso. Y también lo estoy respecto de algo que es fundamental para los productores: nosotros tenemos que seguir produciendo. El mensaje que daría a todos los productores es que no se "bajoneen" tecnológicamente, porque lo que estoy viendo es que el grave problema que hay en la Argentina en este momento es el de la inversión productiva. Tenemos que seguir trabajando en ella porque no hay país en el mundo que no quiera hacer lo que mejor sabe hacer. No veo que los árabes estén tapando los pozos de petróleo. ¿O ustedes vieron eso? Lo que mejor sabe producir la Argentina son los alimentos. Por lo tanto, quiero decir a los productores que debemos prepararnos para producir alimentos porque este país va a cambiar. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Alberto Frola, de CARBAP.
SR. FROLA Señor presidente: hace pocos meses -creo que en septiembre del año pasado- los dirigentes, junto con los representantes de Maizar, estuvimos en esta misma sala explicando a los señores diputados los problemas del trigo y del maíz. También trajimos técnicos que mediante la utilización de gráficos y de presentaciones en Power Point les explicaron lo mismo que hoy expuso el señor Daniel Asseff, es decir, cuáles eran los problemas y padecimientos que los productores tenían en ese momento.
Pasaron ocho o nueve meses de esa reunión. Al igual que hoy, en aquélla estuvieron presentes los diputados de la oposición pero no los del oficialismo. Es una lástima que hoy tampoco estén, porque también, como en aquella oportunidad, a los diputados del oficialismo les diría que en la Argentina, funcionando los mercados y teniendo exportación de trigo, nunca faltó trigo para la elaboración de pan. Y también les diría que solamente faltó trigo para la fabricación de pan en 1952, después de una gran sequía, cuando el gobierno de entonces privilegió el cumplimiento de los compromisos internacionales restringiendo el consumo de pan en la Argentina. Habría que recordar a los diputados del oficialismo que ese gobierno que privilegió a los mercados internacionales y a la exportación fue el de Juan Domingo Perón. Tal vez ellos no lo recuerden o no sean peronistas para recordar lo que hizo su jefe.
También es importante decir que el Poder Legislativo, que creo que es desde donde se debe impulsar aquello por lo que los dirigentes bregamos, acompañamos y traemos proyectos, tiene que lograr consensos entre los mismos diputados. No se trata solamente de una cuestión de números de los diputados de la oposición, sino de lograr los consensos necesarios para sancionar las leyes que puedan favorecer y restituir las condiciones que el campo necesita. Mientras no lo hagan y el tiempo siga transcurriendo, todos los días se perderá un productor agropecuario. Como se ha dicho aquí, todos los días se abandona un campo y un productor se va de él porque no puede producir más. Los que quedamos vamos a seguir produciendo, porque así como el hijo le prestó el campo al señor Roulet, mi abuelo me lo prestó para que a su vez yo se lo preste a mis hijos, porque esa es la obligación que tenemos en el sentido de producir alimentos. Eso es lo que vamos a seguir haciendo y lo que hicieron los productores agropecuarios durante toda su vida: producir y seguir produciendo.
Por lo expuesto, me parece importante que desde la oposición y desde el Poder Legislativo se empiecen a lograr definitivamente consensos para sancionar las leyes que no solamente el necesita el campo necesita, sino también el país, porque ese es el futuro de todos, es decir, un futuro mejor. (Aplausos.)
Pasaron ocho o nueve meses de esa reunión. Al igual que hoy, en aquélla estuvieron presentes los diputados de la oposición pero no los del oficialismo. Es una lástima que hoy tampoco estén, porque también, como en aquella oportunidad, a los diputados del oficialismo les diría que en la Argentina, funcionando los mercados y teniendo exportación de trigo, nunca faltó trigo para la elaboración de pan. Y también les diría que solamente faltó trigo para la fabricación de pan en 1952, después de una gran sequía, cuando el gobierno de entonces privilegió el cumplimiento de los compromisos internacionales restringiendo el consumo de pan en la Argentina. Habría que recordar a los diputados del oficialismo que ese gobierno que privilegió a los mercados internacionales y a la exportación fue el de Juan Domingo Perón. Tal vez ellos no lo recuerden o no sean peronistas para recordar lo que hizo su jefe.
También es importante decir que el Poder Legislativo, que creo que es desde donde se debe impulsar aquello por lo que los dirigentes bregamos, acompañamos y traemos proyectos, tiene que lograr consensos entre los mismos diputados. No se trata solamente de una cuestión de números de los diputados de la oposición, sino de lograr los consensos necesarios para sancionar las leyes que puedan favorecer y restituir las condiciones que el campo necesita. Mientras no lo hagan y el tiempo siga transcurriendo, todos los días se perderá un productor agropecuario. Como se ha dicho aquí, todos los días se abandona un campo y un productor se va de él porque no puede producir más. Los que quedamos vamos a seguir produciendo, porque así como el hijo le prestó el campo al señor Roulet, mi abuelo me lo prestó para que a su vez yo se lo preste a mis hijos, porque esa es la obligación que tenemos en el sentido de producir alimentos. Eso es lo que vamos a seguir haciendo y lo que hicieron los productores agropecuarios durante toda su vida: producir y seguir produciendo.
Por lo expuesto, me parece importante que desde la oposición y desde el Poder Legislativo se empiecen a lograr definitivamente consensos para sancionar las leyes que no solamente el necesita el campo necesita, sino también el país, porque ese es el futuro de todos, es decir, un futuro mejor. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Alberto Larrañaga, de CARBAP.
SR. LARRAÑAGA Señor presidente: debo decir que como esto es algo espontáneo no sabía que en la lista de oradores se hallaba anotado previamente el presidente de nuestra entidad, señor Alberto Frola.
No obstante eso, le agradezco al señor presidente que me conceda el uso de la palabra. Soy secretario de Carbap.
Quiero aprovechar justamente las palabras de Frola, que hacía alusión a la importancia de los consensos. No es menos importante sino que es trascendente que lo haga en esta casa, porque bien se ha definido que en los tiempos modernos la democracia es el gobierno de los consensos. Por eso es fundamental que se alcancen los consensos a través del debate y la discusión, con buena fe y con argumentos -que no es precisamente lo que parece estar dispuesto a dar el oficialismo, ausente en este recinto.
Pero justamente para abonar lo que aquí se ha dicho con sólidos argumentos vengo a contarles brevemente cuáles son los consensos que hemos logrado entre los productores, porque hemos llegado aquí con la responsabilidad de ser tal vez los voceros de una larga serie de asambleas que comenzamos en Macachín y seguimos en San Cayetano y Bahía Blanca; se hicieron también asambleas en otras provincias y estuvimos en marzo también en Junín, en la provincia de Buenos Aires. Allí pudimos nutrirnos de la opinión de todos los productores, de diversas identidades políticas, de distintas filiaciones gremiales, y pudimos llegar a distintas conclusiones; había consensos.
¿Saben cuáles son los consensos entre los productores? La liberación de las exportaciones, el fin de la cuotificación y la eliminación de los ROE. Fundamentalmente los consensos -y en consonancia con lo anteriormente expresado- pasan por el compromiso con la producción. ¿Cómo iba a ser de otro modo? Por supuesto, también con las economías de nuestros pueblos del interior. (Aplausos.)
No obstante eso, le agradezco al señor presidente que me conceda el uso de la palabra. Soy secretario de Carbap.
Quiero aprovechar justamente las palabras de Frola, que hacía alusión a la importancia de los consensos. No es menos importante sino que es trascendente que lo haga en esta casa, porque bien se ha definido que en los tiempos modernos la democracia es el gobierno de los consensos. Por eso es fundamental que se alcancen los consensos a través del debate y la discusión, con buena fe y con argumentos -que no es precisamente lo que parece estar dispuesto a dar el oficialismo, ausente en este recinto.
Pero justamente para abonar lo que aquí se ha dicho con sólidos argumentos vengo a contarles brevemente cuáles son los consensos que hemos logrado entre los productores, porque hemos llegado aquí con la responsabilidad de ser tal vez los voceros de una larga serie de asambleas que comenzamos en Macachín y seguimos en San Cayetano y Bahía Blanca; se hicieron también asambleas en otras provincias y estuvimos en marzo también en Junín, en la provincia de Buenos Aires. Allí pudimos nutrirnos de la opinión de todos los productores, de diversas identidades políticas, de distintas filiaciones gremiales, y pudimos llegar a distintas conclusiones; había consensos.
¿Saben cuáles son los consensos entre los productores? La liberación de las exportaciones, el fin de la cuotificación y la eliminación de los ROE. Fundamentalmente los consensos -y en consonancia con lo anteriormente expresado- pasan por el compromiso con la producción. ¿Cómo iba a ser de otro modo? Por supuesto, también con las economías de nuestros pueblos del interior. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor diputado provincial Solme.
SR. SOLME Gracias, presidente. Agradezco la invitación y la participación que nos dan en este ámbito.
Quiero poner de manifiesto algo que nos preocupa y vemos que sucede tanto en este Congreso como en la Legislatura Bonaerense. Me refiero a la ausencia del oficialismo cuando se trata del debate de los problemas de los productores, que no involucra sólo a los productores sino al interior y a la ruralidad en su conjunto.
¿Saben por qué los legisladores no están aquí presentes? Porque están un piso más arriba tratando el caso Schoklender. Eso es lo que preocupa al oficialismo. Ese caso puso de manifiesto la terrible corrupción con que este gobierno maneja las cosas.
Nosotros, en todo el diagnóstico que se hizo, observamos dos cuestiones. Vemos un pronóstico muy oscuro en la continuidad de este tipo de políticas que, como decía hoy el señor Forte, defienden lo que dicen castigar y castigan terriblemente a quien dicen defender. Los pueblos del interior son los que están en juego. Este abuso de posición dominante de muchos compradores -que aparecen en el mercado haciendo valer su posición por tener un peso en el bolsillo y compran lo que al productor tanto le costó producir, pidiendo a cambio canjes extraordinarios- el Estado lo conoce, pero mira para otro lado.
La terrible transferencia del sector productivo al molinero, que se expresó tan bien hoy en el documento técnico que se presentó, también significa una corrupción extraordinaria. En la provincia de Buenos Aires se construyeron mil casas -o menos- con el plan en el que trabajaba Schoklender, pero eso significó exponer y dejar al desnudo un circuito de profunda corrupción. Sin embargo, la desaparición de 60 mil productores durante este gobierno kirchnerista no fue suficiente para poner de manifiesto el mismo circuito.
Creo que el compromiso que nos llevamos los legisladores -fundamentalmente los de la provincia de Buenos Aires- es el que se propuso en esta sala hace un momento, es decir, asumir la denuncia permanente de este tipo de abusos para con los productores, tanto por parte de empresas privadas como del Estado y fundamentalmente de los funcionarios que tienen el deber de defender lo que es su obligación y no lo hacen. Tal es el caso del ministro de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, Franetovich, y el de nuestro gobernador, Scioli. Siendo la provincia de Buenos Aires la principal productora, teniendo una zona de catástrofe como es el sudoeste de la provincia -donde los campos se iban volando al mar, donde todos los días hay un productor menos-, el gobernador hace política agropecuaria regalando ahumadores para las colmenas -como hizo los otros días en una escuela en Ayacucho- y dándole la espalda a las reales necesidades de la provincia.
Me voy convencido de que lo que tenemos que hacer los legisladores es empezar a denunciar y proponer políticas públicas que tengan que ver con la radicación, con el arraigo, con la pertenencia al interior. Todos hablamos desde distinto ángulo sobre lo mismo: el deseo de quedarnos en el campo, seguir produciendo y que los pueblos del interior vuelvan a tener vida.
Con los colegas que hemos podido visitar Brasil hemos podido observar que si bien arrancamos igual que ellos, hoy Brasil tiene el doble de producción granaria, y ni hablar de la carne. Brasil lo logró a través de políticas públicas segmentadas, reconociendo que no hay un solo sujeto agropecuario sino varios y que cada uno necesita una herramienta adecuada para poder potenciar su desarrollo.
Por eso, presidente, le agradezco la posibilidad de haber podido estar aquí para llevarnos estas ideas, para tener en nuestra carpeta de trabajo este tipo de proyectos y hacer fuerza para que los legisladores del Poder Ejecutivo, del oficialismo, empiecen a visualizar cuáles son las reales preocupaciones y no corran atrás de la coyuntura de las denuncias, porque si van a correr atrás de las coyunturas de las denuncias de corrupción que hay no van a legislar nunca más. Necesitamos que estos legisladores se preocupen por las necesidades y no por tratar de tapar con un dedo lo que el sol alumbra. Muchas gracias. (Aplausos.)
Quiero poner de manifiesto algo que nos preocupa y vemos que sucede tanto en este Congreso como en la Legislatura Bonaerense. Me refiero a la ausencia del oficialismo cuando se trata del debate de los problemas de los productores, que no involucra sólo a los productores sino al interior y a la ruralidad en su conjunto.
¿Saben por qué los legisladores no están aquí presentes? Porque están un piso más arriba tratando el caso Schoklender. Eso es lo que preocupa al oficialismo. Ese caso puso de manifiesto la terrible corrupción con que este gobierno maneja las cosas.
Nosotros, en todo el diagnóstico que se hizo, observamos dos cuestiones. Vemos un pronóstico muy oscuro en la continuidad de este tipo de políticas que, como decía hoy el señor Forte, defienden lo que dicen castigar y castigan terriblemente a quien dicen defender. Los pueblos del interior son los que están en juego. Este abuso de posición dominante de muchos compradores -que aparecen en el mercado haciendo valer su posición por tener un peso en el bolsillo y compran lo que al productor tanto le costó producir, pidiendo a cambio canjes extraordinarios- el Estado lo conoce, pero mira para otro lado.
La terrible transferencia del sector productivo al molinero, que se expresó tan bien hoy en el documento técnico que se presentó, también significa una corrupción extraordinaria. En la provincia de Buenos Aires se construyeron mil casas -o menos- con el plan en el que trabajaba Schoklender, pero eso significó exponer y dejar al desnudo un circuito de profunda corrupción. Sin embargo, la desaparición de 60 mil productores durante este gobierno kirchnerista no fue suficiente para poner de manifiesto el mismo circuito.
Creo que el compromiso que nos llevamos los legisladores -fundamentalmente los de la provincia de Buenos Aires- es el que se propuso en esta sala hace un momento, es decir, asumir la denuncia permanente de este tipo de abusos para con los productores, tanto por parte de empresas privadas como del Estado y fundamentalmente de los funcionarios que tienen el deber de defender lo que es su obligación y no lo hacen. Tal es el caso del ministro de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, Franetovich, y el de nuestro gobernador, Scioli. Siendo la provincia de Buenos Aires la principal productora, teniendo una zona de catástrofe como es el sudoeste de la provincia -donde los campos se iban volando al mar, donde todos los días hay un productor menos-, el gobernador hace política agropecuaria regalando ahumadores para las colmenas -como hizo los otros días en una escuela en Ayacucho- y dándole la espalda a las reales necesidades de la provincia.
Me voy convencido de que lo que tenemos que hacer los legisladores es empezar a denunciar y proponer políticas públicas que tengan que ver con la radicación, con el arraigo, con la pertenencia al interior. Todos hablamos desde distinto ángulo sobre lo mismo: el deseo de quedarnos en el campo, seguir produciendo y que los pueblos del interior vuelvan a tener vida.
Con los colegas que hemos podido visitar Brasil hemos podido observar que si bien arrancamos igual que ellos, hoy Brasil tiene el doble de producción granaria, y ni hablar de la carne. Brasil lo logró a través de políticas públicas segmentadas, reconociendo que no hay un solo sujeto agropecuario sino varios y que cada uno necesita una herramienta adecuada para poder potenciar su desarrollo.
Por eso, presidente, le agradezco la posibilidad de haber podido estar aquí para llevarnos estas ideas, para tener en nuestra carpeta de trabajo este tipo de proyectos y hacer fuerza para que los legisladores del Poder Ejecutivo, del oficialismo, empiecen a visualizar cuáles son las reales preocupaciones y no corran atrás de la coyuntura de las denuncias, porque si van a correr atrás de las coyunturas de las denuncias de corrupción que hay no van a legislar nunca más. Necesitamos que estos legisladores se preocupen por las necesidades y no por tratar de tapar con un dedo lo que el sol alumbra. Muchas gracias. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor diputado nacional Chemes, por la provincia de Entre Ríos.
SR. CHEMES Muchas gracias, señor Presidente. Agradezco la presencia de las distintas entidades, productores y colegas.
Quiero hacer brevemente una reflexión que probablemente caiga mal o sea un poco dura, y hasta corro el riesgo de que me tilden de desubicado, pero lo cierto es que me siento en la obligación de decir lo que siento. En primer lugar, porque como legislador tengo necesidad de hablar, pero también quiero hacerlo en mi carácter de productor, tarea que sigo desempeñando.
Tengo la sensación de que este tipo de reuniones -donde generamos diagnósticos y hacemos análisis de lo que nos pasa, de lo que nos ha pasado y de lo que pensamos que pasará- ya las hemos tenido muchísimas veces. Por lo menos a mí me ha tocado estar en muchas reuniones. No es malo hacerlas, pero a veces cuando me voy me pregunto qué estamos esperando.
¿Estamos esperando un diálogo con el gobierno? ¿Estamos esperando que nos llamen para conversar y ver qué se puede cambiar?
Creo que en el fondo todos nosotros estamos convencidos de que el gobierno no tiene voluntad política para realizar ningún tipo de cambio. Tenemos en claro qué es lo que piensa el gobierno del sector agropecuario y del lugar que tenemos que ocupar nosotros. En ese sentido, estoy convencido de que es el de generar recursos para el Estado; no les interesa otra cosa.
Entonces, cuando me pregunto qué seguimos esperando me da la sensación de que seguimos perdiendo el tiempo, porque la realidad es que si no vamos a encontrar una solución a través del diálogo, probablemente vamos a tener que empezar a coordinar entre nosotros, como legisladores, acciones legales. Es decir, vamos a tener que seguir legislando, pero también promover acciones legales.
Por otra parte creo que con las entidades y con ustedes, los productores, vamos a tener que empezar a coordinar otro tipo de acciones. Seguramente serán acciones un poco más duras, pero que deberán generar una presencia y un resultado como para que de alguna manera los productores vean que se avanza en esto, las entidades sientan que el accionar realmente existe y nosotros, como legisladores, nos sintamos útiles, que es para lo que realmente estamos acá y para lo que ustedes o todo el país nos eligió.
No tengo en claro qué tipo de medidas concretas se deben adoptar. Pero sí creo que los representantes de estos tres sectores -productores, entidades y legisladores- nos tenemos que sentar a dialogar para ver qué es lo que hay que hacer, porque está visto que de otra forma no vamos a lograr el objetivo que queremos. Por lo menos en este tiempo quedó demostrado que no lo hemos alcanzado.
Soy un convencido de que si estas cosas no las decidimos y llevamos adelante nosotros no las hará nadie. Nosotros, los representantes del sector agropecuario, somos los más indicados para defender lo nuestro; nadie va a venir. La industria va a querer sacar su tajada de todo esto y hacer su negocio. Los sectores de la intermediación van a hacer lo mismo. Así que créanme que cada vez estoy más convencido de que somos nosotros los que tenemos que defendernos. De lo contrario, lamentablemente nos van a pasar por encima.
Quiero renovar el compromiso de que nosotros, desde el Parlamento, vamos a hacer todo lo posible para defender al sector y seguir legislando con los objetivos que nos planteamos. Pero todos sabemos que el sistema legislativo es lento, por lo que necesitamos otras cosas, a las que voy a referirme.
Por mi parte -y creo que mis colegas están de acuerdo en esto- deseo renovar el compromiso de seguir legislando en toda esta temática.
A las entidades les pido el compromiso de seguir manteniendo firme en la opinión pública la misma presencia que hemos logrado en estos últimos años y que ha sido muy importante.
Por otra parte, pido a los productores una mayor participación. Sé que lo han hecho, pero hay que seguir haciéndolo. Creo que cuando tenemos enfrente un oficialismo que nos presenta batalla y nos enfrenta con el intervencionismo, es cuando más tenemos que hacer crecer nuestra fuerza en los tres sectores que he planteado para lograr el objetivo que queremos. Créanme que si no hacemos esto el sector agropecuario corre serios riesgos de vivir peores épocas que las que estamos atravesando. (Aplausos.)
Quiero hacer brevemente una reflexión que probablemente caiga mal o sea un poco dura, y hasta corro el riesgo de que me tilden de desubicado, pero lo cierto es que me siento en la obligación de decir lo que siento. En primer lugar, porque como legislador tengo necesidad de hablar, pero también quiero hacerlo en mi carácter de productor, tarea que sigo desempeñando.
Tengo la sensación de que este tipo de reuniones -donde generamos diagnósticos y hacemos análisis de lo que nos pasa, de lo que nos ha pasado y de lo que pensamos que pasará- ya las hemos tenido muchísimas veces. Por lo menos a mí me ha tocado estar en muchas reuniones. No es malo hacerlas, pero a veces cuando me voy me pregunto qué estamos esperando.
¿Estamos esperando un diálogo con el gobierno? ¿Estamos esperando que nos llamen para conversar y ver qué se puede cambiar?
Creo que en el fondo todos nosotros estamos convencidos de que el gobierno no tiene voluntad política para realizar ningún tipo de cambio. Tenemos en claro qué es lo que piensa el gobierno del sector agropecuario y del lugar que tenemos que ocupar nosotros. En ese sentido, estoy convencido de que es el de generar recursos para el Estado; no les interesa otra cosa.
Entonces, cuando me pregunto qué seguimos esperando me da la sensación de que seguimos perdiendo el tiempo, porque la realidad es que si no vamos a encontrar una solución a través del diálogo, probablemente vamos a tener que empezar a coordinar entre nosotros, como legisladores, acciones legales. Es decir, vamos a tener que seguir legislando, pero también promover acciones legales.
Por otra parte creo que con las entidades y con ustedes, los productores, vamos a tener que empezar a coordinar otro tipo de acciones. Seguramente serán acciones un poco más duras, pero que deberán generar una presencia y un resultado como para que de alguna manera los productores vean que se avanza en esto, las entidades sientan que el accionar realmente existe y nosotros, como legisladores, nos sintamos útiles, que es para lo que realmente estamos acá y para lo que ustedes o todo el país nos eligió.
No tengo en claro qué tipo de medidas concretas se deben adoptar. Pero sí creo que los representantes de estos tres sectores -productores, entidades y legisladores- nos tenemos que sentar a dialogar para ver qué es lo que hay que hacer, porque está visto que de otra forma no vamos a lograr el objetivo que queremos. Por lo menos en este tiempo quedó demostrado que no lo hemos alcanzado.
Soy un convencido de que si estas cosas no las decidimos y llevamos adelante nosotros no las hará nadie. Nosotros, los representantes del sector agropecuario, somos los más indicados para defender lo nuestro; nadie va a venir. La industria va a querer sacar su tajada de todo esto y hacer su negocio. Los sectores de la intermediación van a hacer lo mismo. Así que créanme que cada vez estoy más convencido de que somos nosotros los que tenemos que defendernos. De lo contrario, lamentablemente nos van a pasar por encima.
Quiero renovar el compromiso de que nosotros, desde el Parlamento, vamos a hacer todo lo posible para defender al sector y seguir legislando con los objetivos que nos planteamos. Pero todos sabemos que el sistema legislativo es lento, por lo que necesitamos otras cosas, a las que voy a referirme.
Por mi parte -y creo que mis colegas están de acuerdo en esto- deseo renovar el compromiso de seguir legislando en toda esta temática.
A las entidades les pido el compromiso de seguir manteniendo firme en la opinión pública la misma presencia que hemos logrado en estos últimos años y que ha sido muy importante.
Por otra parte, pido a los productores una mayor participación. Sé que lo han hecho, pero hay que seguir haciéndolo. Creo que cuando tenemos enfrente un oficialismo que nos presenta batalla y nos enfrenta con el intervencionismo, es cuando más tenemos que hacer crecer nuestra fuerza en los tres sectores que he planteado para lograr el objetivo que queremos. Créanme que si no hacemos esto el sector agropecuario corre serios riesgos de vivir peores épocas que las que estamos atravesando. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra la señora diputada Ré.
SRA. RÉ Señor presidente: tomando un poco las palabras del señor diputado Chemes, quiero formular una propuesta concreta respecto de un proyecto que presentamos con las señoras diputadas Carrió y Susana García, haciéndolo también los señores diputados Pinedo y Gribaudo. El año pasado se emitió dictamen, pero curiosamente no pasó de la Comisión de Presupuesto y Hacienda y no llegó al recinto. Este año acabamos de emitir un nuevo dictamen en la Comisión de Agricultura y Ganadería.
El proyecto establece la derogación de los ROE. Creemos que el ROE es un instrumento perverso y nefasto cuyas consecuencias ya han sido explicitadas por la mayoría de los presentes: menor producción, desinversión, cierre de fuentes de trabajo, perjuicio para los sectores de menores recursos, encarecimiento de los alimentos, etcétera. En síntesis, no hay argumentos serios, sostenibles e ideológicos para defenderlo. Reitero que ha demostrado ser un instrumento perverso y nefasto que ha concentrado y promovido diversos negociados y corruptelas.
Por lo tanto, los diputados hemos firmado este dictamen con el compromiso de hacerlo llegar al recinto y de hacer todo lo posible para que pase por la Comisión de Comercio, cuya presidenta es kirchnerista, y por la Comisión de Presupuesto y Hacienda, cuyo presidente es el señor diputado Marconato.
Quiero pedir públicamente a la Mesa de Enlace un compromiso respecto de este dictamen. Concretamente, quiero pedirle que lo acompañe y asuma un compromiso público con un discurso que tenga ese carácter y sea coherente, aunque sea por una vez. (Aplausos.)
En otras palabras, la idea es tomar esto como bandera. En ese sentido, también quiero pedir un compromiso a los productores. Soy productora y estuve en las rutas. Hoy, como diputada, estoy formando parte de una avanzada de productores cuyo número aspiro a que sea cada vez más numeroso, porque nuestro sector es demasiado importante en la vida económica, social y política de la Argentina para estar ausente en todos los ámbitos donde se discutan proyectos para nuestro sector y el país.
Por lo tanto, pido este compromiso también a los productores. El día de mañana voy a ser otra productora más y aspiro a que otros productores ocupen mi lugar.
De manera tal que esta es mi propuesta. Reitero este compromiso y recuerdo a la gente que estuvimos en las rutas, hicimos la campaña y ahora, a veces, muchos productores nos dicen, que están desencantados. Creo que no entendieron el mensaje. Si me lo dicen dentro de cuatro años les voy a dar la razón. Tenemos cuatro años para trabajar y luchar. Les pido que tengan bien presente y entiendan que este compromiso de lucha es de por vida. (Aplausos.)
El proyecto establece la derogación de los ROE. Creemos que el ROE es un instrumento perverso y nefasto cuyas consecuencias ya han sido explicitadas por la mayoría de los presentes: menor producción, desinversión, cierre de fuentes de trabajo, perjuicio para los sectores de menores recursos, encarecimiento de los alimentos, etcétera. En síntesis, no hay argumentos serios, sostenibles e ideológicos para defenderlo. Reitero que ha demostrado ser un instrumento perverso y nefasto que ha concentrado y promovido diversos negociados y corruptelas.
Por lo tanto, los diputados hemos firmado este dictamen con el compromiso de hacerlo llegar al recinto y de hacer todo lo posible para que pase por la Comisión de Comercio, cuya presidenta es kirchnerista, y por la Comisión de Presupuesto y Hacienda, cuyo presidente es el señor diputado Marconato.
Quiero pedir públicamente a la Mesa de Enlace un compromiso respecto de este dictamen. Concretamente, quiero pedirle que lo acompañe y asuma un compromiso público con un discurso que tenga ese carácter y sea coherente, aunque sea por una vez. (Aplausos.)
En otras palabras, la idea es tomar esto como bandera. En ese sentido, también quiero pedir un compromiso a los productores. Soy productora y estuve en las rutas. Hoy, como diputada, estoy formando parte de una avanzada de productores cuyo número aspiro a que sea cada vez más numeroso, porque nuestro sector es demasiado importante en la vida económica, social y política de la Argentina para estar ausente en todos los ámbitos donde se discutan proyectos para nuestro sector y el país.
Por lo tanto, pido este compromiso también a los productores. El día de mañana voy a ser otra productora más y aspiro a que otros productores ocupen mi lugar.
De manera tal que esta es mi propuesta. Reitero este compromiso y recuerdo a la gente que estuvimos en las rutas, hicimos la campaña y ahora, a veces, muchos productores nos dicen, que están desencantados. Creo que no entendieron el mensaje. Si me lo dicen dentro de cuatro años les voy a dar la razón. Tenemos cuatro años para trabajar y luchar. Les pido que tengan bien presente y entiendan que este compromiso de lucha es de por vida. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS A continuación harán uso de la palabra los señores presidentes de las instituciones. Posteriormente, lo haré yo en mi carácter de presidente de esta comisión y a fin de cerrar el debate.
Tiene la palabra el señor Carlos Garetto, de Coninagro.
Tiene la palabra el señor Carlos Garetto, de Coninagro.
SR. GARETTO Señor presidente: celebro este encuentro. Creo que este es el ámbito en el que debemos debatir estos temas. Las exposiciones de los oradores que me precedieron en el uso de la palabra fueron demasiado evidentes y elocuentes para hacer referencia al diagnóstico de la situación que hemos padecido a partir de la política agropecuaria de este gobierno. La realidad me exime de hacer mayores comentarios.
También escuché algunas propuestas en este sentido, acerca de cómo salimos de esta situación y resolvemos este problema. Me refiero no sólo a la cuestión coyuntural, la urgencia y la necesidad de los productores en toda su espectro -es decir, el pequeño, el mediano y el gran productor-, sino también a cómo pensamos a futuro una política agropecuaria coherente e inclusiva que termine de resolver estos problemas estructurales.
Pero lógicamente hoy apremian algunas situaciones. Por allí se dijo que estamos en un año electoral y que el terreno está escabroso, pero les aseguro que la bandera a cuadros todavía no se le bajó a nadie. No bajemos los brazos; falta mucho para el 23 de octubre y vamos a pelear en ese terreno.
Por eso creo que la situación se resuelve en el ámbito político.
¿Cómo se resuelve la situación en el terreno político para generar un hecho mediático y efectivo? Ha habido un deterioro del aparato productivo que nos ha dejado con menos trigo, con menos terneros, con las economías regionales devastadas. Estamos sembrando cada vez menos áreas. Es como un incentivo del gobierno a sembrar pobreza. Lo más grave que nos ha ocurrido en este proceso es que hemos perdido productores, y en esto tiene que haber un responsable.
Por eso venimos hoy al Congreso, una de las instituciones de la República, uno de los estamentos del Estado, en primer lugar para renovar ese compromiso y en segundo lugar porque creo que tiene que venir a este ámbito el responsable institucional y político para ser interpelado y dar las explicaciones sobre la situación que atraviesan los productores de nuestro país, no sólo los trigueros sino también los del algodón, de la leche y los distintos productores de las economías regionales. Esta es la primera decisión que tenemos que tomar, esto no puede quedar impune. Esto nos dará la base también para que intervenga la Justicia, como decía recién un diputado. Este es el primer paso.
El segundo paso que tenemos que dar es hacer una autocrítica. Si bien ha habido distintos consensos, no fue suficiente como para instalar el debate de estos temas en el ámbito que corresponde, logrando mayorías a través de dicho consenso. Este es el compromiso que venimos a renovar entre ustedes y nosotros, hoy acompañados por los productores, para ampliar ese acuerdo, para lograr instalarlo y alcanzar la mayoría que necesitamos para modificar esta política que nos ha dejado con menos producción, menos trigo y más pobreza.
Ese es el desafío que tenemos como dirigentes, como productores, como políticos, en una instancia institucional importante del país en un año electoral.
Creo que a partir de allí corregiremos la situación de muchos de nuestros productores y fundamentalmente de muchos de los argentinos, porque también queremos desde el campo que el bienestar se derrame a todo el pueblo argentino. (Aplausos.)
También escuché algunas propuestas en este sentido, acerca de cómo salimos de esta situación y resolvemos este problema. Me refiero no sólo a la cuestión coyuntural, la urgencia y la necesidad de los productores en toda su espectro -es decir, el pequeño, el mediano y el gran productor-, sino también a cómo pensamos a futuro una política agropecuaria coherente e inclusiva que termine de resolver estos problemas estructurales.
Pero lógicamente hoy apremian algunas situaciones. Por allí se dijo que estamos en un año electoral y que el terreno está escabroso, pero les aseguro que la bandera a cuadros todavía no se le bajó a nadie. No bajemos los brazos; falta mucho para el 23 de octubre y vamos a pelear en ese terreno.
Por eso creo que la situación se resuelve en el ámbito político.
¿Cómo se resuelve la situación en el terreno político para generar un hecho mediático y efectivo? Ha habido un deterioro del aparato productivo que nos ha dejado con menos trigo, con menos terneros, con las economías regionales devastadas. Estamos sembrando cada vez menos áreas. Es como un incentivo del gobierno a sembrar pobreza. Lo más grave que nos ha ocurrido en este proceso es que hemos perdido productores, y en esto tiene que haber un responsable.
Por eso venimos hoy al Congreso, una de las instituciones de la República, uno de los estamentos del Estado, en primer lugar para renovar ese compromiso y en segundo lugar porque creo que tiene que venir a este ámbito el responsable institucional y político para ser interpelado y dar las explicaciones sobre la situación que atraviesan los productores de nuestro país, no sólo los trigueros sino también los del algodón, de la leche y los distintos productores de las economías regionales. Esta es la primera decisión que tenemos que tomar, esto no puede quedar impune. Esto nos dará la base también para que intervenga la Justicia, como decía recién un diputado. Este es el primer paso.
El segundo paso que tenemos que dar es hacer una autocrítica. Si bien ha habido distintos consensos, no fue suficiente como para instalar el debate de estos temas en el ámbito que corresponde, logrando mayorías a través de dicho consenso. Este es el compromiso que venimos a renovar entre ustedes y nosotros, hoy acompañados por los productores, para ampliar ese acuerdo, para lograr instalarlo y alcanzar la mayoría que necesitamos para modificar esta política que nos ha dejado con menos producción, menos trigo y más pobreza.
Ese es el desafío que tenemos como dirigentes, como productores, como políticos, en una instancia institucional importante del país en un año electoral.
Creo que a partir de allí corregiremos la situación de muchos de nuestros productores y fundamentalmente de muchos de los argentinos, porque también queremos desde el campo que el bienestar se derrame a todo el pueblo argentino. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas, CRA.
SR. LLAMBÍAS En primer lugar quiero agradecer a los diputados presentes y también a aquellos que avisaron que no podían asistir porque debían concurrir a otra comisión u otra obligación.
Estamos aquí porque entendemos que el problema de la comercialización es de todos, hace al desarrollo de nuestros pueblos. Es bueno contar con la presencia del interior para lograr su desarrollo, es ese el objetivo. Me parece bien que vayan y muestren luego lo que pasa en las distintas zonas.
Nosotros vinimos para que este Estado no sólo legisle sino también controle, denuncie y diga cuáles son los problemas. Es un Estado muy fuerte y quienes creemos en la división de poderes le damos un papel importantísimo a la Legislatura.
Podríamos hablar del trigo. Ya se explicaron las incoherencias de que el sorgo valga más que el maíz y de que este año será el tercero que no cumpliremos la Cuota Hilton. Podemos decir también que para fabricar un vaquero, y tomando los precios que ustedes conocerán, la materia prima necesaria, el algodón, sale cinco pesos.
Estas son las cosas que tenemos que saber, porque como bien dijo el señor diputado Orsolini, no sólo la mesa de los argentinos no está cubierta sino que se busca que un grupo haga plata a costillas de la producción primaria. Esto es lo que ocurre. Y no pasa sólo por el tema económico. Todas estas medidas persiguen que no se formen precios -no discuto si es libertad económica o no-, cuando es absolutamente necesario.
Es un tema corrupto y realmente está demostrando su fracaso en los objetivos propuestos. Se está logrando que no haya precios ni para el maíz, ni para el trigo, ni para la carne, ni para el algodón, ni para muchísimas producciones de las economías regionales, como bien alguien ha señalado.
Creo que este proyecto no es solamente para bajar los precios y dárselos a otros, hoy no estamos hablando de retenciones. Las tenemos presentes y seguiremos luchando para que se bajen, para que desaparezcan, porque creemos que son injustas. Ningún país competidor nuestro las tiene y nosotros tenemos que bancar, además de las malas políticas, las retenciones agropecuarias.
Fui uno de los que al día siguiente desaprobó el proyecto de esta comisión sobre los ROE. En su momento llamé a la diputada Ré. Lamento que nos hayan pegado un palo al cohete, pero la verdad es que cada cual puede hacer política de la forma que quiera y respeto su forma hacerla. En ese sentido creo que tenemos que seguir, y quiero recordar a algunos de los diputados que hicieron uso de la palabra.
El señor diputado Gribaudo dijo que teníamos que tener cuidado porque en muchas áreas había productores que estaban contentos con los precios y estaban volviendo a pensar en votar a Cristina. Yo les daría a mis colegas -y creo que es bueno recordarlo- un ejemplo muy de campo; lo comparo con un novillo que estuvo noventa días encerrado, está gordo, come a voluntad, está tranquilo y se echa todo el día; lo que el pobre novillo no sabe, y nosotros los productores tenemos que saber, es que en pocos días más lo van a carnear y lo van a mandar al matadero. Y si vuelve a ganar este gobierno vamos todos al matadero, estemos convencidos de eso.
Creo que esto lo tenemos que tener en cuenta. Digámoselo a esos productores que creen que porque sacaron buenos rindes están mejor.
También se hicieron algunos comentarios respecto de la posibilidad de hacer denuncias legales. Estoy convencido de que la Argentina no va a cambiar si no vivimos en un Estado de derecho, si no funciona la ley y si no actúa la Justicia. Eso es primordial.
Entendí el mensaje, pero tenemos que lograr que esto sea algo de todos los días, no anunciar que lo vamos a hacer. Todos los días tenemos que estar en esta lucha porque estamos en la opción de seguir viviendo en la trampa o vivir en una democracia con libertad. Ese es el futuro que tenemos. Debemos luchar, y sin duda todos queremos vivir en libertad, en democracia y con igualdad para todos los argentinos. (Aplausos.)
Estamos aquí porque entendemos que el problema de la comercialización es de todos, hace al desarrollo de nuestros pueblos. Es bueno contar con la presencia del interior para lograr su desarrollo, es ese el objetivo. Me parece bien que vayan y muestren luego lo que pasa en las distintas zonas.
Nosotros vinimos para que este Estado no sólo legisle sino también controle, denuncie y diga cuáles son los problemas. Es un Estado muy fuerte y quienes creemos en la división de poderes le damos un papel importantísimo a la Legislatura.
Podríamos hablar del trigo. Ya se explicaron las incoherencias de que el sorgo valga más que el maíz y de que este año será el tercero que no cumpliremos la Cuota Hilton. Podemos decir también que para fabricar un vaquero, y tomando los precios que ustedes conocerán, la materia prima necesaria, el algodón, sale cinco pesos.
Estas son las cosas que tenemos que saber, porque como bien dijo el señor diputado Orsolini, no sólo la mesa de los argentinos no está cubierta sino que se busca que un grupo haga plata a costillas de la producción primaria. Esto es lo que ocurre. Y no pasa sólo por el tema económico. Todas estas medidas persiguen que no se formen precios -no discuto si es libertad económica o no-, cuando es absolutamente necesario.
Es un tema corrupto y realmente está demostrando su fracaso en los objetivos propuestos. Se está logrando que no haya precios ni para el maíz, ni para el trigo, ni para la carne, ni para el algodón, ni para muchísimas producciones de las economías regionales, como bien alguien ha señalado.
Creo que este proyecto no es solamente para bajar los precios y dárselos a otros, hoy no estamos hablando de retenciones. Las tenemos presentes y seguiremos luchando para que se bajen, para que desaparezcan, porque creemos que son injustas. Ningún país competidor nuestro las tiene y nosotros tenemos que bancar, además de las malas políticas, las retenciones agropecuarias.
Fui uno de los que al día siguiente desaprobó el proyecto de esta comisión sobre los ROE. En su momento llamé a la diputada Ré. Lamento que nos hayan pegado un palo al cohete, pero la verdad es que cada cual puede hacer política de la forma que quiera y respeto su forma hacerla. En ese sentido creo que tenemos que seguir, y quiero recordar a algunos de los diputados que hicieron uso de la palabra.
El señor diputado Gribaudo dijo que teníamos que tener cuidado porque en muchas áreas había productores que estaban contentos con los precios y estaban volviendo a pensar en votar a Cristina. Yo les daría a mis colegas -y creo que es bueno recordarlo- un ejemplo muy de campo; lo comparo con un novillo que estuvo noventa días encerrado, está gordo, come a voluntad, está tranquilo y se echa todo el día; lo que el pobre novillo no sabe, y nosotros los productores tenemos que saber, es que en pocos días más lo van a carnear y lo van a mandar al matadero. Y si vuelve a ganar este gobierno vamos todos al matadero, estemos convencidos de eso.
Creo que esto lo tenemos que tener en cuenta. Digámoselo a esos productores que creen que porque sacaron buenos rindes están mejor.
También se hicieron algunos comentarios respecto de la posibilidad de hacer denuncias legales. Estoy convencido de que la Argentina no va a cambiar si no vivimos en un Estado de derecho, si no funciona la ley y si no actúa la Justicia. Eso es primordial.
Entendí el mensaje, pero tenemos que lograr que esto sea algo de todos los días, no anunciar que lo vamos a hacer. Todos los días tenemos que estar en esta lucha porque estamos en la opción de seguir viviendo en la trampa o vivir en una democracia con libertad. Ese es el futuro que tenemos. Debemos luchar, y sin duda todos queremos vivir en libertad, en democracia y con igualdad para todos los argentinos. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el señor Bussi, de la Federación Agraria.
SR. BUSSI En primer lugar quiero valorar esta convocatoria y agradecer a los legisladores su presencia, especialmente a la presidencia de la Comisión de Agricultura y Ganadería, que con rapidez y ejecutividad convocó a esta reunión en menos de ocho días de haber sido solicitada.
Me parece que esto es lo primero que debemos reconocer. Hemos logrado reinstalar otra vez en los medios de prensa una iniciativa que nos ubica nuevamente pudiendo hablar al pueblo argentino sobre las cuestiones que hasta ahora se distorsionaron o fueron parte del relato que algunos de los presentes manifestó, donde está todo bien, donde hay un ministro, donde el campo es próspero, cuando en realidad permanecen viejos problemas sin resolver.
Venimos de una Mesa de Enlace con dificultades pero con un criterio que está por encima de cualquier diferencia, que es la voluntad colectiva de la enorme mayoría de los productores que quiere que sigamos trabajando juntos.
Y venimos con la tranquilidad de conciencia de la tarea cumplida. Es decir, en los últimos tres años pocos sectores y poca dirigencia empresarial, sindical o del área que se quiera ha tenido la claridad y la continuidad de venir a manejarnos superando diferencias y actuando respecto de los problemas principales, como por ejemplo en la agresión que significó la resolución 125, que nos encontró a casi todos los que estamos acá como protagonistas de una epopeya de resistencia a una confiscación unitaria, despótica, realizada con autoritarismo antifederal y que nos puso en la actitud de resistir y ser protagonistas no sólo ya de un problema sectorial, sino de una forma de opinar en torno a lo significa un modelo de gestión política y de país. El federalismo contra el unitarismo. Eso es lo que se llegó a plantear en su momento.
Venimos de tomar el tema del trigo no solamente en esta campaña, sino también en las anteriores y de resistir e inclusive llevar granos frente a la AFIP, el Ministerio de Agricultura y demás en distintas circunstancias. Ustedes recordarán aquella asamblea y marcha que hicimos en Buenos Aires desde el teatro Broadway en adelante. Por lo tanto, el problema del trigo no es nuevo, sino que venimos de esa experiencia, es decir, de resistir y hacer los deberes.
También venimos de denunciar -nos parece que esto es medular en esta circunstancia de hoy- los argumentos -que a mi juicio ya han sido suficientemente explicitados- de que este no es un problema que tiene que ver con la mesa de los argentinos o con contener el precio del pan. Cuesta creer que nos subestimen tanto para decir que este es un problema de la mesa de los argentinos y de contener los precios internos para que no se dolaricen.
Esto es claramente un proceso de transferencia de los productores hacia los grupos más concentrados de la comercialización de granos en la Argentina. Este es abiertamente un negocio en favor de cuatro o cinco grandes grupos y no es otra cosa. Por lo tanto, nosotros estuvimos de acuerdo en que uno de los pasos es eliminar los ROE. El tema es determinar después hacia dónde se va.
Aquí también tenemos un debate que me parece que debemos dar, es decir, determinar cómo se resuelve. Como bien señaló el señor diputado Forte, lo primero es lo primero. Lo primero es parar con este sistema discrecional. Pero también hay que ver cómo se resuelve -y esto debe formar parte del mismo debate- cuando de intervención se trata. Sabemos que este tema del rol del Estado es discutible, opinable y polémico, pero debemos conseguir alguna figura que no sea solamente la del libre mercado porque lo que vamos a lograr en este último es que el pez grande se termine comiendo al chico y se creen condiciones de mayor concentración a las ya existentes.
Tampoco se puede pensar en cualquier instrumento, porque si el rol del Estado va a ser el discrecional, arbitrario y corrupto que hoy tenemos, a la Federación Agraria Argentina también la van a encontrar enfrente y en contra; de eso no tengan ninguna duda.
Por lo tanto, se necesita encontrar a partir del consenso una nueva figura que de manera mixta pueda armonizar los intereses de los productores y los consumidores, ser un instrumento de defensa de los precios y no convertirse en un factor de distorsión y transferencia en favor de los grupos multinacionales, que son los que han hecho fenomenales negocios en esta etapa.
Por eso hace falta buscar la forma de crear una instancia superadora que esté en contra de las posiciones dominantes de los sectores más concentrados y de las intervenciones distorsivas de cualquier funcionario que venga a instalarse y usurpar el aparato del Estado. Ese es el gran desafío.
Por lo pronto, quiero decir a ustedes, señor presidente y amigos legisladores, que venimos a plantear que hace falta profundizar, investigar y dejar en claro que se tiene que terminar este verso de los anuncios de que se abren las exportaciones. Si uno suma todos los anuncios de apertura de las exportaciones que se hicieron en los últimos seis meses seguramente podremos llegar a las 20 millones de toneladas de trigo: se abre un millón y medio, se abren 200 mil, se abren 500 mil, se abre otro millón, se abren 7 millones, se abre, se abre, se abre, se abre. Pero mientras tanto hay 4 millones de toneladas de trigo en los silos y bolsones de los productores que no se pueden vender. Entonces, basta de verso.
También fue un verso aquello que dijeron que le daban a Agricultores Federados Argentinos, 500 mil toneladas, lo que nos trajo diferencias y dificultades. Esto también fue un verso. Resulta que Agricultores Federados Argentinos no pudo vender nada. Lo único que esto trajo como saldo fue un debilitamiento y diferencias entre nosotros. En consecuencia, lo que hay que hacer es terminar con ese verso.
Si algo concreto venimos a buscar en este Parlamento no es solamente el hecho político de ponernos hoy nuevamente a la cabeza de un problema -lo venimos haciendo desde hace tres años-, en este caso determinado por la comercialización del trigo y el algodón -este último denunciado por el señor diputado Orsolini-, o de otros que pueda haber en cualquier aspecto de la comercialización del maíz. Por el contrario, también queremos pedir a los legisladores que reaparezcan aquellas imágenes y modos donde sea posible la interpelación a un funcionario del Poder Ejecutivo, donde se investigue quiénes son los beneficiarios de este sistema que perjudica a los productores y no beneficia a los consumidores y donde se accione sobre aquellos funcionarios del Poder Ejecutivo nacional para que alguna vez en este país la democracia, como bien se dijo en esta mesa, funcione en serio y quienes están ejerciendo ese poder del Estado dejen de tener esa sensación de impunidad que tienen hasta ahora. (Aplausos.)
Me parece que esto es lo primero que debemos reconocer. Hemos logrado reinstalar otra vez en los medios de prensa una iniciativa que nos ubica nuevamente pudiendo hablar al pueblo argentino sobre las cuestiones que hasta ahora se distorsionaron o fueron parte del relato que algunos de los presentes manifestó, donde está todo bien, donde hay un ministro, donde el campo es próspero, cuando en realidad permanecen viejos problemas sin resolver.
Venimos de una Mesa de Enlace con dificultades pero con un criterio que está por encima de cualquier diferencia, que es la voluntad colectiva de la enorme mayoría de los productores que quiere que sigamos trabajando juntos.
Y venimos con la tranquilidad de conciencia de la tarea cumplida. Es decir, en los últimos tres años pocos sectores y poca dirigencia empresarial, sindical o del área que se quiera ha tenido la claridad y la continuidad de venir a manejarnos superando diferencias y actuando respecto de los problemas principales, como por ejemplo en la agresión que significó la resolución 125, que nos encontró a casi todos los que estamos acá como protagonistas de una epopeya de resistencia a una confiscación unitaria, despótica, realizada con autoritarismo antifederal y que nos puso en la actitud de resistir y ser protagonistas no sólo ya de un problema sectorial, sino de una forma de opinar en torno a lo significa un modelo de gestión política y de país. El federalismo contra el unitarismo. Eso es lo que se llegó a plantear en su momento.
Venimos de tomar el tema del trigo no solamente en esta campaña, sino también en las anteriores y de resistir e inclusive llevar granos frente a la AFIP, el Ministerio de Agricultura y demás en distintas circunstancias. Ustedes recordarán aquella asamblea y marcha que hicimos en Buenos Aires desde el teatro Broadway en adelante. Por lo tanto, el problema del trigo no es nuevo, sino que venimos de esa experiencia, es decir, de resistir y hacer los deberes.
También venimos de denunciar -nos parece que esto es medular en esta circunstancia de hoy- los argumentos -que a mi juicio ya han sido suficientemente explicitados- de que este no es un problema que tiene que ver con la mesa de los argentinos o con contener el precio del pan. Cuesta creer que nos subestimen tanto para decir que este es un problema de la mesa de los argentinos y de contener los precios internos para que no se dolaricen.
Esto es claramente un proceso de transferencia de los productores hacia los grupos más concentrados de la comercialización de granos en la Argentina. Este es abiertamente un negocio en favor de cuatro o cinco grandes grupos y no es otra cosa. Por lo tanto, nosotros estuvimos de acuerdo en que uno de los pasos es eliminar los ROE. El tema es determinar después hacia dónde se va.
Aquí también tenemos un debate que me parece que debemos dar, es decir, determinar cómo se resuelve. Como bien señaló el señor diputado Forte, lo primero es lo primero. Lo primero es parar con este sistema discrecional. Pero también hay que ver cómo se resuelve -y esto debe formar parte del mismo debate- cuando de intervención se trata. Sabemos que este tema del rol del Estado es discutible, opinable y polémico, pero debemos conseguir alguna figura que no sea solamente la del libre mercado porque lo que vamos a lograr en este último es que el pez grande se termine comiendo al chico y se creen condiciones de mayor concentración a las ya existentes.
Tampoco se puede pensar en cualquier instrumento, porque si el rol del Estado va a ser el discrecional, arbitrario y corrupto que hoy tenemos, a la Federación Agraria Argentina también la van a encontrar enfrente y en contra; de eso no tengan ninguna duda.
Por lo tanto, se necesita encontrar a partir del consenso una nueva figura que de manera mixta pueda armonizar los intereses de los productores y los consumidores, ser un instrumento de defensa de los precios y no convertirse en un factor de distorsión y transferencia en favor de los grupos multinacionales, que son los que han hecho fenomenales negocios en esta etapa.
Por eso hace falta buscar la forma de crear una instancia superadora que esté en contra de las posiciones dominantes de los sectores más concentrados y de las intervenciones distorsivas de cualquier funcionario que venga a instalarse y usurpar el aparato del Estado. Ese es el gran desafío.
Por lo pronto, quiero decir a ustedes, señor presidente y amigos legisladores, que venimos a plantear que hace falta profundizar, investigar y dejar en claro que se tiene que terminar este verso de los anuncios de que se abren las exportaciones. Si uno suma todos los anuncios de apertura de las exportaciones que se hicieron en los últimos seis meses seguramente podremos llegar a las 20 millones de toneladas de trigo: se abre un millón y medio, se abren 200 mil, se abren 500 mil, se abre otro millón, se abren 7 millones, se abre, se abre, se abre, se abre. Pero mientras tanto hay 4 millones de toneladas de trigo en los silos y bolsones de los productores que no se pueden vender. Entonces, basta de verso.
También fue un verso aquello que dijeron que le daban a Agricultores Federados Argentinos, 500 mil toneladas, lo que nos trajo diferencias y dificultades. Esto también fue un verso. Resulta que Agricultores Federados Argentinos no pudo vender nada. Lo único que esto trajo como saldo fue un debilitamiento y diferencias entre nosotros. En consecuencia, lo que hay que hacer es terminar con ese verso.
Si algo concreto venimos a buscar en este Parlamento no es solamente el hecho político de ponernos hoy nuevamente a la cabeza de un problema -lo venimos haciendo desde hace tres años-, en este caso determinado por la comercialización del trigo y el algodón -este último denunciado por el señor diputado Orsolini-, o de otros que pueda haber en cualquier aspecto de la comercialización del maíz. Por el contrario, también queremos pedir a los legisladores que reaparezcan aquellas imágenes y modos donde sea posible la interpelación a un funcionario del Poder Ejecutivo, donde se investigue quiénes son los beneficiarios de este sistema que perjudica a los productores y no beneficia a los consumidores y donde se accione sobre aquellos funcionarios del Poder Ejecutivo nacional para que alguna vez en este país la democracia, como bien se dijo en esta mesa, funcione en serio y quienes están ejerciendo ese poder del Estado dejen de tener esa sensación de impunidad que tienen hasta ahora. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Tiene la palabra el doctor Hugo Biolcati, de la Sociedad Rural Argentina.
SR. BIOLCATI Señor presidente: en primer término quiero expresar mi agradecimiento a los señores diputados presentes -estamos abusando de la vocación de trabajo que tienen y por la cual, desde ya, los felicito- y a los productores que nos acompañan.
En segundo lugar, creo que es poco lo que puedo agregar sobre este tema. Lo que se ha mostrado y en mi opinión ha sido una de los motivos fundamentales de nuestra presencia en este ámbito y del pedido de esta reunión es cómo los productores coinciden en un reclamo que yo diría que es transversal a todos los productos agropecuarios. Hoy hemos hablado del trigo, que ha sido emblemático en nuestra conversación. Pero con excepción de otros momentos en el tiempo, podríamos aplicar los mismos razonamientos desde el tema de la carne hasta lo que está empezando a suceder con el algodón.
Lo que hemos notado a partir de las exposiciones de los señores diputados y de los productores es una enorme coincidencia en el diagnóstico y quizás también en lo que habría que hacer hacia adelante. Si tuviera que remarcar algún punto de diferencia podría decir que, salvo las expresiones del señor Buzzi, se habló muy poco del beneficiado con todas estas fallas inducidas de los sistemas de comercialización, que en el caso del trigo han ido llevando a la disminución de la superficie sembrada y en el de la carne, a los extremos que conocemos.
Se ha hablado mucho de la responsabilidad del Estado pero muy poco de la complicidad del resto de los eslabones, con excepción de lo que muy bien ha expresado el señor Buzzi. Acá, para bailar un tango se necesitan dos. Está muy claro quiénes son los beneficiarios; no lo es el consumidor ni el productor, que son largamente perjudicados.
También resulta muy claro lo que dice el oficialismo. Francamente no me interesa mucho que el bloque oficialista de esta comisión nos haya escuchado o no porque nosotros sabemos lo que ellos piensan y ellos saben lo que pensamos nosotros. Ideológicamente o por razones de conveniencia política, económica o de otra índole están lanzados a continuar empecinadamente en este sistema. En el caso del trigo, por ejemplo, uno no tiene más que escuchar a los funcionarios de Agricultura decir que "es decisión de la presidenta de la Nación continuar beneficiando a los molinos porque decidimos que conviene agregar valor", y una sarta de cosas pegadas con alfileres en la argumentación. Como si para agregar valor a un eslabón de la cadena fuera necesario quitárselo a la cadena anterior.
No conocen la creación de riqueza, conocen sólo la sustracción de riqueza. Eso está clarísimo. Acá tiene que quedar muy en claro quiénes son los beneficiarios, además de los socios, los cómplices del Estado -y además con una mirada a muy corto plazo.
Uno podría pensar en cómo quieren que a un empresario que le ofrecen la posibilidad de comprar trigo a 600 pesos, o en su momento un novillo a 80 o 90 centavos, lo pague más, ¿qué motivación tendría para hacerlo? Si uno mira un poco más allá ve que la motivación es la caída del área sembrada de trigo; el negocio sin trigo no existe. Miren lo que está sucediendo actualmente con los frigoríficos; cierran, se despide a la gente, hay desocupación y caída del trabajo en los pueblos. Todo esto es la contrapartida de un negocio que se hizo pensando a corto plazo hace 4 o 5 años, cuando los intermediarios, los eslabones, aprovechaban las circunstancias y esquilmaban al productor. Aquí está el resultado.
Lo mismo irá sucediendo con el trigo, aunque tardará más. Ojalá consigamos corregirlo antes, ya que es mucho menor la necesidad del mercado interno con respecto a la producción que tenemos, aun en estas condiciones. Entonces al gobierno no le calienta, todo sigue para adelante, todo sigue igual.
Es bueno recalcar esto porque no lo escuché demasiado en las exposiciones y debe quedar en claro. Aquí la responsabilidad no es sólo del Estado. El Estado está creando las condiciones para que alguien se aproveche de la situación, y de aquí vamos a la necesidad de eliminar los ROE.
El primer paso pasa por eliminarlos, como dijo Bussi. Estoy totalmente de acuerdo. Creo que eso debe hacerse de inmediato. No coincido tanto en que, en el mismo panorama, se tenga que haber tomado una decisión coherente y uniforme respecto a cuál es el sistema a seguir.
Creo que tenemos que dar un paso atrás, retroceder un casillero y simultáneamente trabajar -será dificultoso este acuerdo- en cuáles son las condiciones de comercialización que buscamos. Ni siquiera desde la Sociedad Rural soy partidario de liberar totalmente las condiciones de mercado en este momento, porque la cartelización ya venía dándose, no la inventó este gobierno. Poco a poco se fue concentrando la compra, sobre todo en el tema granos; estábamos sufriendo las consecuencias de la cartelización, pero la cartelización obligada e inducida que llevó a la política de Moreno ha creado un ambiente en que si hoy lo sacáramos a Moreno todo seguiría exactamente igual. Los cupos seguirían, al igual que el reparto de mercado y la cuotificación.
Lo único que podemos hacer es que tengan que competir los molinos con la exportación, pero será muy difícil evitar que dentro de la exportación se cupifique, excepto que encontremos los caminos para lograrlo. Y en eso estamos empeñados. Por eso hemos ido a Brasil, como decía el señor diputado provincial Solmi. Por eso hemos trabajado juntos y nos hemos abierto bastante el cerebro. Lo escuchaba a Solmi hablar de la segmentación en Brasil. Lo dijo muy claramente. Tomé nota, se refirió a las políticas agropecuarias segmentadas. Coincido con él, ese es el otro punto que no había quedado demasiado en claro.
Hubo como un contrapunto entre los asistentes, los caminantes, por decirlo de algún modo. En ese contrapunto pareció esbozarse la idea de que hubiera una diferencia en cuanto a si el pequeño productor merece o no una política segmentada distinta, y parecería que el señor Balbiani hubiera dicho que no la merece.
Creo que la posición de las entidades es bastante clara. Es evidente que los pequeños productores no pueden ser tratados de la misma manera que los grandes productores. Distintos productores requieren diferentes soluciones, no tenemos ninguna duda, no tienen la capacidad de resistir situaciones como la actual. Eso también lo entendemos. Pero la diferencia es -al igual que con los eslabones de la cadena- que para agregar valor a un eslabón no se necesita quitárselo al anterior; para dar una política que le permita al pequeño productor subsistir y crecer, salir de la situación de subsistencia, no es necesario quitárselo al más grande.
Robin Hood existió hace muchos años. Acá lo que hacen falta son políticas de Estado que permitan el desarrollo del pequeño productor, no quitándole al gran productor. Ojalá todos podamos ser grandes o medianos productores algún día y aprovechar las condiciones que brinda el país para hacerlo.
Al hablar de las retenciones tenemos que tener en cuenta que, para empezar, a todo pequeño productor, consumidor, el Estado le saca el 21 por ciento del IVA. Hay muchas cosas que se podrían hacer por el pequeño productor sin estar pensando en destruir los pools, los tan anatemizados pools.
Tenemos que sincerarnos también, porque si bien habrá pools muy grandes -los hay, y son emblemáticos-, la mayoría son fuente de financiación para los pueblos y también para los pequeños productores, porque las que alquilan el campo muchas veces -todos esos campos de los que tanta propaganda hacemos, diciendo que se hace agricultura en determinada superficie alquilada- son sociedades, pools integrados por los mismos propietarios de los campos, que se asocian con otros de su mismo pueblo -quizá con el abogado, el dentista, el contratista u otro productor- para sembrar, producir y poder salir adelante, porque si van al banco en forma individual no los dejan entrar, como bien se decía.
Entonces, si los combatimos estamos matando nuestro único acceso a la financiación que existe hoy en día. Entonces, tenemos que distinguir muy bien cuando criticamos y ejemplificamos con cuestiones emblemáticas, si bien no dudo que pueden ser muy corregibles y ajustables.
De cualquier manera, creo que existe el camino para corregir estas pequeñas diferencias. Y en este sentido estoy de acuerdo con la existencia de políticas agropecuarias segmentadas, pero no de retenciones segmentadas. El diputado Solmi no se refirió a las retenciones segmentadas. En Brasil no hay retenciones y sin embargo han crecido y lo hicieron aumentando la cantidad de sujetos agrarios, y es el sujeto agrario que le gusta al diputado Solmi y me gusta mí, el que desarrolla los pueblos del interior y arraiga a la gente trabajando en esos lugares. Eso lo que vamos a crear y a aprobar entre todos. (Aplausos.)
Creo que la armonía entre los sectores, como han dicho los caminantes, no es para que la tengamos entre nosotros y se empiece a distorsionar hacia abajo. Me parece que es exactamente al revés; creo que el mensaje que viene de abajo hacia arriba es el de la unidad, nosotros lo escuchamos claramente y lo tenemos siempre presente. Creo que eso se logra en esta reunión en presencia de los señores diputados.
Hay otro motivo por el que hemos venido. Vinimos a pedir claridad en el mensaje. Lo escuchaba al señor diputado Aspiazu decir que hay que cambiar los números en el Congreso, pero para eso tenemos que pasar por las urnas, y para que las urnas reflejen esta voluntad de la gente -sin necesidad del mensaje único que pedía Hilma, porque no lo vamos a tener ese mensaje único, ya que pensamos distinto- ...
En segundo lugar, creo que es poco lo que puedo agregar sobre este tema. Lo que se ha mostrado y en mi opinión ha sido una de los motivos fundamentales de nuestra presencia en este ámbito y del pedido de esta reunión es cómo los productores coinciden en un reclamo que yo diría que es transversal a todos los productos agropecuarios. Hoy hemos hablado del trigo, que ha sido emblemático en nuestra conversación. Pero con excepción de otros momentos en el tiempo, podríamos aplicar los mismos razonamientos desde el tema de la carne hasta lo que está empezando a suceder con el algodón.
Lo que hemos notado a partir de las exposiciones de los señores diputados y de los productores es una enorme coincidencia en el diagnóstico y quizás también en lo que habría que hacer hacia adelante. Si tuviera que remarcar algún punto de diferencia podría decir que, salvo las expresiones del señor Buzzi, se habló muy poco del beneficiado con todas estas fallas inducidas de los sistemas de comercialización, que en el caso del trigo han ido llevando a la disminución de la superficie sembrada y en el de la carne, a los extremos que conocemos.
Se ha hablado mucho de la responsabilidad del Estado pero muy poco de la complicidad del resto de los eslabones, con excepción de lo que muy bien ha expresado el señor Buzzi. Acá, para bailar un tango se necesitan dos. Está muy claro quiénes son los beneficiarios; no lo es el consumidor ni el productor, que son largamente perjudicados.
También resulta muy claro lo que dice el oficialismo. Francamente no me interesa mucho que el bloque oficialista de esta comisión nos haya escuchado o no porque nosotros sabemos lo que ellos piensan y ellos saben lo que pensamos nosotros. Ideológicamente o por razones de conveniencia política, económica o de otra índole están lanzados a continuar empecinadamente en este sistema. En el caso del trigo, por ejemplo, uno no tiene más que escuchar a los funcionarios de Agricultura decir que "es decisión de la presidenta de la Nación continuar beneficiando a los molinos porque decidimos que conviene agregar valor", y una sarta de cosas pegadas con alfileres en la argumentación. Como si para agregar valor a un eslabón de la cadena fuera necesario quitárselo a la cadena anterior.
No conocen la creación de riqueza, conocen sólo la sustracción de riqueza. Eso está clarísimo. Acá tiene que quedar muy en claro quiénes son los beneficiarios, además de los socios, los cómplices del Estado -y además con una mirada a muy corto plazo.
Uno podría pensar en cómo quieren que a un empresario que le ofrecen la posibilidad de comprar trigo a 600 pesos, o en su momento un novillo a 80 o 90 centavos, lo pague más, ¿qué motivación tendría para hacerlo? Si uno mira un poco más allá ve que la motivación es la caída del área sembrada de trigo; el negocio sin trigo no existe. Miren lo que está sucediendo actualmente con los frigoríficos; cierran, se despide a la gente, hay desocupación y caída del trabajo en los pueblos. Todo esto es la contrapartida de un negocio que se hizo pensando a corto plazo hace 4 o 5 años, cuando los intermediarios, los eslabones, aprovechaban las circunstancias y esquilmaban al productor. Aquí está el resultado.
Lo mismo irá sucediendo con el trigo, aunque tardará más. Ojalá consigamos corregirlo antes, ya que es mucho menor la necesidad del mercado interno con respecto a la producción que tenemos, aun en estas condiciones. Entonces al gobierno no le calienta, todo sigue para adelante, todo sigue igual.
Es bueno recalcar esto porque no lo escuché demasiado en las exposiciones y debe quedar en claro. Aquí la responsabilidad no es sólo del Estado. El Estado está creando las condiciones para que alguien se aproveche de la situación, y de aquí vamos a la necesidad de eliminar los ROE.
El primer paso pasa por eliminarlos, como dijo Bussi. Estoy totalmente de acuerdo. Creo que eso debe hacerse de inmediato. No coincido tanto en que, en el mismo panorama, se tenga que haber tomado una decisión coherente y uniforme respecto a cuál es el sistema a seguir.
Creo que tenemos que dar un paso atrás, retroceder un casillero y simultáneamente trabajar -será dificultoso este acuerdo- en cuáles son las condiciones de comercialización que buscamos. Ni siquiera desde la Sociedad Rural soy partidario de liberar totalmente las condiciones de mercado en este momento, porque la cartelización ya venía dándose, no la inventó este gobierno. Poco a poco se fue concentrando la compra, sobre todo en el tema granos; estábamos sufriendo las consecuencias de la cartelización, pero la cartelización obligada e inducida que llevó a la política de Moreno ha creado un ambiente en que si hoy lo sacáramos a Moreno todo seguiría exactamente igual. Los cupos seguirían, al igual que el reparto de mercado y la cuotificación.
Lo único que podemos hacer es que tengan que competir los molinos con la exportación, pero será muy difícil evitar que dentro de la exportación se cupifique, excepto que encontremos los caminos para lograrlo. Y en eso estamos empeñados. Por eso hemos ido a Brasil, como decía el señor diputado provincial Solmi. Por eso hemos trabajado juntos y nos hemos abierto bastante el cerebro. Lo escuchaba a Solmi hablar de la segmentación en Brasil. Lo dijo muy claramente. Tomé nota, se refirió a las políticas agropecuarias segmentadas. Coincido con él, ese es el otro punto que no había quedado demasiado en claro.
Hubo como un contrapunto entre los asistentes, los caminantes, por decirlo de algún modo. En ese contrapunto pareció esbozarse la idea de que hubiera una diferencia en cuanto a si el pequeño productor merece o no una política segmentada distinta, y parecería que el señor Balbiani hubiera dicho que no la merece.
Creo que la posición de las entidades es bastante clara. Es evidente que los pequeños productores no pueden ser tratados de la misma manera que los grandes productores. Distintos productores requieren diferentes soluciones, no tenemos ninguna duda, no tienen la capacidad de resistir situaciones como la actual. Eso también lo entendemos. Pero la diferencia es -al igual que con los eslabones de la cadena- que para agregar valor a un eslabón no se necesita quitárselo al anterior; para dar una política que le permita al pequeño productor subsistir y crecer, salir de la situación de subsistencia, no es necesario quitárselo al más grande.
Robin Hood existió hace muchos años. Acá lo que hacen falta son políticas de Estado que permitan el desarrollo del pequeño productor, no quitándole al gran productor. Ojalá todos podamos ser grandes o medianos productores algún día y aprovechar las condiciones que brinda el país para hacerlo.
Al hablar de las retenciones tenemos que tener en cuenta que, para empezar, a todo pequeño productor, consumidor, el Estado le saca el 21 por ciento del IVA. Hay muchas cosas que se podrían hacer por el pequeño productor sin estar pensando en destruir los pools, los tan anatemizados pools.
Tenemos que sincerarnos también, porque si bien habrá pools muy grandes -los hay, y son emblemáticos-, la mayoría son fuente de financiación para los pueblos y también para los pequeños productores, porque las que alquilan el campo muchas veces -todos esos campos de los que tanta propaganda hacemos, diciendo que se hace agricultura en determinada superficie alquilada- son sociedades, pools integrados por los mismos propietarios de los campos, que se asocian con otros de su mismo pueblo -quizá con el abogado, el dentista, el contratista u otro productor- para sembrar, producir y poder salir adelante, porque si van al banco en forma individual no los dejan entrar, como bien se decía.
Entonces, si los combatimos estamos matando nuestro único acceso a la financiación que existe hoy en día. Entonces, tenemos que distinguir muy bien cuando criticamos y ejemplificamos con cuestiones emblemáticas, si bien no dudo que pueden ser muy corregibles y ajustables.
De cualquier manera, creo que existe el camino para corregir estas pequeñas diferencias. Y en este sentido estoy de acuerdo con la existencia de políticas agropecuarias segmentadas, pero no de retenciones segmentadas. El diputado Solmi no se refirió a las retenciones segmentadas. En Brasil no hay retenciones y sin embargo han crecido y lo hicieron aumentando la cantidad de sujetos agrarios, y es el sujeto agrario que le gusta al diputado Solmi y me gusta mí, el que desarrolla los pueblos del interior y arraiga a la gente trabajando en esos lugares. Eso lo que vamos a crear y a aprobar entre todos. (Aplausos.)
Creo que la armonía entre los sectores, como han dicho los caminantes, no es para que la tengamos entre nosotros y se empiece a distorsionar hacia abajo. Me parece que es exactamente al revés; creo que el mensaje que viene de abajo hacia arriba es el de la unidad, nosotros lo escuchamos claramente y lo tenemos siempre presente. Creo que eso se logra en esta reunión en presencia de los señores diputados.
Hay otro motivo por el que hemos venido. Vinimos a pedir claridad en el mensaje. Lo escuchaba al señor diputado Aspiazu decir que hay que cambiar los números en el Congreso, pero para eso tenemos que pasar por las urnas, y para que las urnas reflejen esta voluntad de la gente -sin necesidad del mensaje único que pedía Hilma, porque no lo vamos a tener ese mensaje único, ya que pensamos distinto- ...
SRA. RÉ Me referí a este caso.
SR. BIOLCATI Ah, en este caso sí, pero en general no tenemos un mensaje único porque somos distintos, pensamos distinto y discutiremos llegado el momento. Hemos aprendido a respetarnos mutuamente.
Vine aquí a pedirle a los señores diputados -y por eso me alegra estar con la oposición y no con el oficialismo- la posibilidad de que brinden un mensaje claro. Yo soy un productor agropecuario, creo que bastante bien informado, y sin embargo no tengo en claro cuál es la posición de los partidos políticos que ustedes integran, con excepción de la Coalición Cívica.
Podemos compartir o no el mensaje, pero es claro el mensaje de la Coalición Cívica respecto de los problemas que el sector agropecuario viene arrastrando hace cinco años; el productor agropecuario sabe qué piensa la Coalición Cívica al respecto, pero no tenemos una versión clara de lo que piensan los demás partidos.
Entonces, les pediría a los diputados de la oposición que fuercen dentro de sus partidos un mensaje, que no tiene por qué ser el mismo en todos los casos. No pedimos lo que no queremos que nos pidan. Son partidos políticos distintos porque piensan diferente, pero sería bueno que le aclaren a la población cuál es su posición y qué piensan hacer con cada uno de estos problemas, que conocen de memoria, para que sepan qué van a votar.
En primer lugar, solicito que aclaren su postura; en segundo lugar, que se comprometan, como lo hicieron alguna vez en Córdoba en 2009; y en tercer lugar, que lo cumplan, que no vuelva a suceder que a tres meses de las elecciones escuchamos cantos de sirenas que después se dan vuelta inmediatamente en las primeras sesiones legislativas. (Aplausos.)
Por su parte quiero decir que excepto aquellos productores que no pueden hacer otra cosa que vender su trigo para poder vivir, lo que actualmente no pueden hacer -si hay algo peor que un trigo de 600 pesos es no poder vender ese trigo de 600 pesos-, hay muchos sectores que tal vez vendiendo un novillo o una vaquita se pueden ir arreglando, por lo que tal vez algunos estén un poco adormecidos, a pesar de estar jugándose el destino del país.
Al ejemplo del novillo medianamente gordo que dio Llambías yo le agregaría, para finalizar, lo que no dijo Llambías: a ese novillo le hacen falta huevos, y huevos es lo que hay que poner para poder cambiar la política agropecuaria del país. (Aplausos.)
Vine aquí a pedirle a los señores diputados -y por eso me alegra estar con la oposición y no con el oficialismo- la posibilidad de que brinden un mensaje claro. Yo soy un productor agropecuario, creo que bastante bien informado, y sin embargo no tengo en claro cuál es la posición de los partidos políticos que ustedes integran, con excepción de la Coalición Cívica.
Podemos compartir o no el mensaje, pero es claro el mensaje de la Coalición Cívica respecto de los problemas que el sector agropecuario viene arrastrando hace cinco años; el productor agropecuario sabe qué piensa la Coalición Cívica al respecto, pero no tenemos una versión clara de lo que piensan los demás partidos.
Entonces, les pediría a los diputados de la oposición que fuercen dentro de sus partidos un mensaje, que no tiene por qué ser el mismo en todos los casos. No pedimos lo que no queremos que nos pidan. Son partidos políticos distintos porque piensan diferente, pero sería bueno que le aclaren a la población cuál es su posición y qué piensan hacer con cada uno de estos problemas, que conocen de memoria, para que sepan qué van a votar.
En primer lugar, solicito que aclaren su postura; en segundo lugar, que se comprometan, como lo hicieron alguna vez en Córdoba en 2009; y en tercer lugar, que lo cumplan, que no vuelva a suceder que a tres meses de las elecciones escuchamos cantos de sirenas que después se dan vuelta inmediatamente en las primeras sesiones legislativas. (Aplausos.)
Por su parte quiero decir que excepto aquellos productores que no pueden hacer otra cosa que vender su trigo para poder vivir, lo que actualmente no pueden hacer -si hay algo peor que un trigo de 600 pesos es no poder vender ese trigo de 600 pesos-, hay muchos sectores que tal vez vendiendo un novillo o una vaquita se pueden ir arreglando, por lo que tal vez algunos estén un poco adormecidos, a pesar de estar jugándose el destino del país.
Al ejemplo del novillo medianamente gordo que dio Llambías yo le agregaría, para finalizar, lo que no dijo Llambías: a ese novillo le hacen falta huevos, y huevos es lo que hay que poner para poder cambiar la política agropecuaria del país. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CASAÑAS Para cerrar, quiero decir que la verdad es que algunos productores estaban preocupados por la ausencia de los diputados del oficialismo. A mí no me preocupa. Sabemos que carecen de ideas y que no les interesa el sector agropecuario. Festejamos cuando crearon el Ministerio. Y la verdad es que han puesto un ministro conversador que lo único que hace es desgastar, prometer cosas y no solucionar nunca nada.
Sería muy bueno que esto no termine solamente en una catarsis, sino que sea una primera reunión de trabajo y empecemos a rodar todos. A las tres patas que mencionó el señor diputado Chemes, le sumaría los empleados rurales. De esa manera serían cuatro patas, porque entiendo que todo eso representa al campo.
A pesar de las diferencias, creo en dos palabras: "amalgamar" y "potenciar". El doctor Biolcati habló de las diferencias. El señor Francisco Balbiani estaba preocupado por el pequeño y mediano productor. La verdad es que los enemigos no son ni el pequeño ni el mediano ni el gran productor, sino el Poder Ejecutivo, que tiene una clara vocación anticampo. Si uno se pone a ver la historia de la Argentina observará que nunca hubo una política agropecuaria. Y esta última debe ser una política de Estado que se logre desde el Poder Ejecutivo y no desde el Poder Legislativo, y mucho menos desde la oposición.
Para que tengamos realmente una buena política agropecuaria hay que ayudar para que los bloques que piensan como nosotros lleguen a manejar el Poder Ejecutivo. Puede ser, como decía el doctor Biolcati, que algunos partidos políticos no hayan cumplido con su palabra. Pero desde la rebelión fiscal generada en 2008 por la resolución 125 el campo no hubiera permitido que le mientan.
Entonces, hagamos una autocrítica: nosotros hemos permitido que nos mientan. La autocrítica es buena cuando la hace cada uno. Creo que esa etapa ya pasó. Hoy hay doce agrodiputados dispuestos a trabajar, con diferencias, que siempre las habrá y es bueno que existan. También está la Mesa de Enlace, que asimismo las tiene pero que necesita una política agropecuaria. Y están las bases, que quieren una mayor participación.
Desde mi punto de vista hay que dar a esto una mayor institucionalidad. Hay que dar una mayor fuerza a las entidades gremiales. Hay que moverse. Si no nos gusta el presidente de una entidad gremial tenemos que cambiarlo desde adentro y no desde la prensa, que muchas veces utilizamos para descalificar a aquellos que no nos agrada como trabajan porque opinan en forma diferente o no se mueven con la velocidad que queremos que lo hagan.
Tenemos que organizarnos y entendernos. A partir del disenso nace el consenso. Pero tenemos que ponernos de acuerdo porque este Poder Ejecutivo está pensando en un campo argentino "a la Venezuela". La resolución 125 generó una rebelión fiscal. Esta debería ser una rebelión para ser libres, independientes y elegir dónde y con qué vivimos.
Creo que tiene que haber políticas para cada sector. No podemos englobar a los pequeños y medianos productores con los grandes. A pesar de este gobierno estamos llegando a las 100 millones de toneladas. Creo que la Argentina puede llegar a las 130 ó 140 millones de toneladas. Y es una vergüenza que tengamos 48 millones de cabezas de ganado cuando podríamos estar cerca de los 80 millones.
Necesitamos que no se caiga más ningún pequeño productor y que el campo siga creciendo. La única que nos queda es mirarnos a la cara, empezar a vernos un poco más lindos y agradables de lo que somos, comenzar a entendernos, putearnos dentro de cuatro paredes las veces que sean necesarias y salir con un solo mensaje: "Este es el campo".
Espero que a partir de esta reunión el tren empiece a andar. El que no se quiera subir, que no lo haga; después tendrá que explicar por qué se bajó. Pero este tren va por una política agropecuaria y por la Argentina que queremos todos.
Muchas gracias y a seguir trabajando. (Aplausos.)
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la reunión.
Sería muy bueno que esto no termine solamente en una catarsis, sino que sea una primera reunión de trabajo y empecemos a rodar todos. A las tres patas que mencionó el señor diputado Chemes, le sumaría los empleados rurales. De esa manera serían cuatro patas, porque entiendo que todo eso representa al campo.
A pesar de las diferencias, creo en dos palabras: "amalgamar" y "potenciar". El doctor Biolcati habló de las diferencias. El señor Francisco Balbiani estaba preocupado por el pequeño y mediano productor. La verdad es que los enemigos no son ni el pequeño ni el mediano ni el gran productor, sino el Poder Ejecutivo, que tiene una clara vocación anticampo. Si uno se pone a ver la historia de la Argentina observará que nunca hubo una política agropecuaria. Y esta última debe ser una política de Estado que se logre desde el Poder Ejecutivo y no desde el Poder Legislativo, y mucho menos desde la oposición.
Para que tengamos realmente una buena política agropecuaria hay que ayudar para que los bloques que piensan como nosotros lleguen a manejar el Poder Ejecutivo. Puede ser, como decía el doctor Biolcati, que algunos partidos políticos no hayan cumplido con su palabra. Pero desde la rebelión fiscal generada en 2008 por la resolución 125 el campo no hubiera permitido que le mientan.
Entonces, hagamos una autocrítica: nosotros hemos permitido que nos mientan. La autocrítica es buena cuando la hace cada uno. Creo que esa etapa ya pasó. Hoy hay doce agrodiputados dispuestos a trabajar, con diferencias, que siempre las habrá y es bueno que existan. También está la Mesa de Enlace, que asimismo las tiene pero que necesita una política agropecuaria. Y están las bases, que quieren una mayor participación.
Desde mi punto de vista hay que dar a esto una mayor institucionalidad. Hay que dar una mayor fuerza a las entidades gremiales. Hay que moverse. Si no nos gusta el presidente de una entidad gremial tenemos que cambiarlo desde adentro y no desde la prensa, que muchas veces utilizamos para descalificar a aquellos que no nos agrada como trabajan porque opinan en forma diferente o no se mueven con la velocidad que queremos que lo hagan.
Tenemos que organizarnos y entendernos. A partir del disenso nace el consenso. Pero tenemos que ponernos de acuerdo porque este Poder Ejecutivo está pensando en un campo argentino "a la Venezuela". La resolución 125 generó una rebelión fiscal. Esta debería ser una rebelión para ser libres, independientes y elegir dónde y con qué vivimos.
Creo que tiene que haber políticas para cada sector. No podemos englobar a los pequeños y medianos productores con los grandes. A pesar de este gobierno estamos llegando a las 100 millones de toneladas. Creo que la Argentina puede llegar a las 130 ó 140 millones de toneladas. Y es una vergüenza que tengamos 48 millones de cabezas de ganado cuando podríamos estar cerca de los 80 millones.
Necesitamos que no se caiga más ningún pequeño productor y que el campo siga creciendo. La única que nos queda es mirarnos a la cara, empezar a vernos un poco más lindos y agradables de lo que somos, comenzar a entendernos, putearnos dentro de cuatro paredes las veces que sean necesarias y salir con un solo mensaje: "Este es el campo".
Espero que a partir de esta reunión el tren empiece a andar. El que no se quiera subir, que no lo haga; después tendrá que explicar por qué se bajó. Pero este tren va por una política agropecuaria y por la Argentina que queremos todos.
Muchas gracias y a seguir trabajando. (Aplausos.)
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la reunión.
Es la hora 14 y 25.