Expresar su beneplácito por el trabajo conjunto del equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) e independientes, abocados a la obtención de la única vacuna inocua desarrollada en el país para combatir la enfermedad denominada neosporosis, que afecta a la ganadería bovina de leche y carne.

Señor presidente:

La enfermedad denominada neosporosis es provocada por Neospora caninum, un protozoario que parasita naturalmente a bovinos, caninos y otras especies animales. La infección ocasiona con mayor frecuencia abortos en las vacas de tambo y trastornos durante la gestación en ganado de carne, también provoca en perros trastornos nerviosos que pueden llegar a ser fatales. El agente es liberado a través de quistes que permanecen en las pasturas del campo y que son consumidos por los bovinos. Se trata de una enfermedad difícil de erradicar y ocasiona pérdidas en la ganadería para carne y leche, causa abortos espontáneos, mortalidad neonatal o nacimiento de terneros débiles y la principal vía de difusión entre los bovinos se da por transmisión congénita.

Morfológica y biológicamente es similar a Toxoplasma gondii, pero en 1988 se determinó que era una especie distinta. Con una biología poco conocida, recién en agosto de 1998 se precisó que el perro actúa como hospedador definitivo, diseminando a través de sus heces la fase de huevo del mencionado parásito. La transmisión natural se realiza por vía trasplacentaria, es decir de la madre al feto; tampoco se descarta la posibilidad de contagio ante el contacto con los tejidos de un nonato abortado por esta causa. No se ha comprobado aún que esta enfermedad se transmita por la leche ni el calostro.

Actualmente, un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) avanza en la obtención de la única vacuna inocua desarrollada en el país para combatirla. De acuerdo a una investigación publicada en la revista "Tropical Animal Health and Production", en la que participó el Dr. Prando Moore, especialista del INTA Balcarce y uno de los responsables del desarrollo, se determinó que los abortos por neosporosis en el país podrían causar mermas económicas por más de 50 millones de dólares. Además, más de 50 mil terneras lecheras y de carne podrían perderse cada año solamente en la pampa húmeda. La Dra. Alejandra Capozzo, investigadora del Instituto de Virología del INTA e integrante del proyecto, señaló que: "los productores podrían tener otra herramienta para reducir la incidencia de neosporosis junto con el buen manejo del ganado y nuevas vacunas que saldrán al mercado, como la que combate el virus de la diarrea viral bovina".

Para el Dr. Moore, los avances en la vacuna son promisorios ya que los estudios preliminares demuestran el desarrollo de parámetros inmunes asociados a la protección y destacó que: "es inocua cuando se aplica en el primer tercio de la gestación".

El desarrollo del inmunógeno en el que participan investigadores del INTA, el Conicet y una empresa privada, fue posible gracias a que crearon un antígeno de alta pureza y un adyuvante de origen vegetal elaborado en base a proteína (lecitina) de soja. Como el adyuvante es totalmente biodegradable, no genera efectos adversos, protege al antígeno y facilita la respuesta del organismo, por lo que se puede aplicar sin riesgos durante la preñez.

Después de probar la vacuna en el modelo ratón, en animales no preñados y en hembras preñadas los resultados obtenidos fueron alentadores, ya que resultó ser absolutamente inofensiva, debido a que no genera efectos adversos, ni cambios en los parámetros de crecimiento fetal.

La neosporosis fue denunciada por primera vez en nuestro país por investigadores de la Facultad de Ciencias Veterinarias de UNLP, comenzándosela a estudiar en el año 1994 en el Laboratorio de Inmunoparasitología a cargo de la Dra. Lucila Venturini, perteneciente a la Cátedra de Parasitología de la mencionada institución.

El diagnóstico de la neosporosis se hace a partir de un análisis de sangre por medio de distintas pruebas inmunológicas. Debido a que los resultados de las mismas pueden variar según el momento del año en que se hagan, es conveniente realizar controles periódicos a los efectos de evitar falsos resultados.

En los tambos se puede presentar de dos formas: como abortos endémicos, es decir, que se repiten cada año en el mismo establecimiento; o como tormentas de abortos. En el primer caso las hembras infectadas tienen dos a tres veces mayor riesgo de interrumpir la gestación que las restantes vacas del rodeo. En cambio cuando se presenta el segundo caso, el riesgo de pérdidas durante la preñez aumenta entre veinte a cincuenta veces en las vacas que dan positivo a la prueba de diagnóstico.

Tradicionalmente, las medidas de control se basaban en la prevención por la aplicación de medidas de manejo que contemplan la salud y alimentación de los caninos; el descarte por la transmisión trasplacentaria; utilizar las hembras negativas a las pruebas de diagnóstico, como receptoras para la transferencia embrionaria; separar los terneros de sus madres positivas y comprar sólo animales de reposición que sean negativos a las pruebas inmunológicas; y controlar la infección postnatal limpiando el campo de fetos y restos de placentas.

El descarte de todas las vacas positivas es viable sólo en rodeos con baja prevalencia de las mismas, por la obvia pérdida económica que ello significa. Los costos indirectos incluyen la asistencia profesional y los costos asociados a la realización del diagnóstico, la recría, el incremento en el tiempo de lactancia, la perdida de producción de leche y los costos de reemplazo de las vacas descartadas. También se ha asociado a la neosporosis con muerte de neonatos y muerte fetal temprana, es decir con reabsorción, por lo que no se detecta como aborto. En un estudio realizado en California, las vacas infectadas con N. caninum produjeron 1 kg. menos de leche y fueron descartadas 6 meses antes que las no infectadas del mismo rodeo.

En general, las pérdidas económicas no han terminado de ser evaluadas en muchos países del mundo. Los datos con que se cuenta actualmente son escasos. A comienzos del presente siglo, se ha estimado que en California el 20 al 42 % de todos los abortos bovinos y en Holanda del 15 al 20 % son debidos a neosporosis. Para California se estimó que las pérdidas debidas a los abortos fueron del orden de los 35 millones de dólares anuales. En Australia se ha estimado que las pérdidas ocasionadas a la lechería son del orden de los 85 millones de dólares y de 25 millones de dólares para el ganado de carne.

Por las razones expuestas, señor Presidente, y ante la importancia que reviste para nuestra ganadería y para la economía nacional la obtención de la mencionada vacuna , solicito a esta Honorable Cámara la aprobación del presente proyecto de resolución.