Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional infor- me a esta Honorable Cámara lo siguiente:

1) Detallar las razones operativas, económicas o financieras por las que se produce el atraso en el pago de las compen- saciones a los productores lecheros.

2) Si se han tomado medidas condu- centes a eliminar esta demora, detallando las mismas.

Señor presidente:

En agosto del año pasado la lechería de todo el país, y en particular la de Entre Ríos, se encontraba en uno de los peores mo- mentos de su historia. Igual que en la década del '90, el cierre de tambos era cosa de todos los días, aún en las zonas lecheras por excelencia como la del centro de Santa Fe - Córdoba.

Todo ello no fue más que el punto cúlmine de un proceso de concentración de la actividad que durante cuarenta años destruyó una red de producción lechera que cubría la mayor parte de la pampa húmeda y con- vivía con los demás cultivos agrícolas. Los datos existentes abruman mostrando el éxodo del productor tambero que sabe, más que cualquier otro que cuando cierra su tambo, difícilmente puede volver sobre sus pasos. Como ejemplo puede decirse que en 1975 la provincia de Santa Fe tenía 15.262 tambos (según datos de la Universidad Nacional del Litoral) y algo más de 600 mil vacas. Diez años después la cifra se redujo a 9.325 y siguió cayendo, hasta que hoy no existen más de 3.500, con casi la misma cantidad de animales. Sin embargo, la cantidad de leche producida en el país excede en un 129 por ciento la que se producía en esos años.

Esta concentración en la producción se siente especialmente en las zonas en donde la sequía castiga más. Entre Ríos, por su régimen pluvial y su tipo de suelos, es más propensa a padecer sequías que el resto de la pampa húmeda. De allí que haya sido tan golpeada la producción lechera en la provincia.

Como un paliativo para poder acercarse a los 95 centavos que debería estar pagando la industria en aquellos meses, el Poder Ejecutivo instrumentó la compensación de $0,20 por litro de leche para los primeros 3000 litros mensuales de aquellos productores que producen hasta 12.000 litros en igual período. A partir de allí, la gran dificultad de sostener la existencia del tambo en el campo fue dejando paso a la árida gestión de cobrar las compensaciones.

En efecto, el pago que debe implementar el gobierno nacional se viene demorando tanto tiempo que en la práctica se sufren los mismos efectos que cuando no se pagaban y la única fortuna es el alivio en cuanto al régimen hídrico que se comprueba desde mediados de enero, pues de continuar la sequía hoy se fundirían tambos más frecuentemente que en agosto del año pasa- do.

La situación de los tamberos entrerrianos, entonces, continúa siendo comprometida. En estos días recién el Poder Ejecutivo se puso al día con las compensaciones de Octubre y Noviembre, lo que reporta un míni- mo de tres meses y medio de atraso. Se han demorado hasta seis meses las compen- saciones, y considerando que no se trata de una erogación mensual demasiado gran- de, es que creemos que debe explicarse las razones de la irregularidad de estos pa- gos.

El secretario de la Cámara de Productores de Leche de Entre Ríos (Caproler), Horacio Mihura, destacó en manifestaciones a la prensa que en el mes de enero el gobierno nacional debía a los tamberos, "seis meses de compensaciones por lo que aún restan pagar otros cuatro. Pagaron hasta el mo- mento julio y agosto de 2009. La gran mayoría se encuentra en esta situación. Por suerte, ahora se ha dejado liberado un poco el control de los precios".

La necesidad del pago de las compensa- ciones llega a los días actuales sin modificaciones, porque los costos del productor han subido desde la situación existente en Agosto de 2009. En este sentido, Mihura detalló que "los industriales aumentaron los precios en góndola y ante esto, también nos aumentaron a los tamberos el litro de leche". No obstante, dijo: "en Entre Ríos se está cobrando entre 0,95 y 1,05 pesos el litro de leche", pero "viendo el aumento que hubo en los precios de góndola, a nosotros se nos podría estar pagando fácilmente 1,30 pesos. Es decir, en góndola, la leche aumentó un 70 por ciento y a los producto- res sólo se les subió un 30"

Como detallamos, en esta situación de zo- zobra, los que más tienen que perder son los partícipes más pequeños del esquema productivo, los que, supuestamente, son los favorecidos por estas medidas paliativas. Es por ello que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.