Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, a través de los organismos que correspondan, arbitre los medios conducentes para evaluar, con la mayor precisión, los eventuales perjuicios que causarían en la salud de la población las antenas de telefonía celular instaladas en distintos puntos de la República Argentina, así como los equipos receptores de uso personal.

Señor presidente:

La Telefonía celular, o Telefonía móvil, es un sistema que no requiere de un enlace fijo para la transmisión y recepción, sino que utiliza la radiotransmisión mediante ondas hercianas, como la radio convencional, por lo que una terminal emite y recibe las señales con una antena hacia y desde el repetidor más próximo (antenas repetidoras de telefonía móvil) o vía satélite. Se suele afirmar que las primeras emisiones de telefonía móvil se remontan al uso de radiotransmisores instalados en vehículos, de uso militar o institucional.

Así pues, la telefonía móvil celular se basa en un sistema de áreas de transmisión que, abarcando varias de ellas y ubicadas a ciertas distancias, trabajan con una determinada frecuencia, diferente de las "células" circundantes. El teléfono móvil envía la señal, que es recibida por la estación y remitida a través de la red al destinatario; conforme se desplaza el usuario, también se conmuta la célula receptora, variando la frecuencia de la onda herciana que da soporte a la transmisión.

Actualmente, la telefonía móvil celular se ha convertido en un medio de comunicación cada vez más popular y, por consiguiente, casi indispensable en determinados ambientes laborales o para el simple intercambio en la vida social. Sin embargo, en distintos ámbitos han surgido dudas acerca de si el sistema técnico de esta clase de telefonía puede ocasionar perjuicios en la salud de la población, tanto por parte de las antenas transmisoras como por parte de los equipos personales.

Por otra parte, se advierte cierta inquietud en la población respecto a los eventuales daños que podrían provocar, también, los equipos receptores, es decir, los comúnmente denominados "celulares", no solo en la recepción de llamados y mensajes, sino también en la propia ubicación receptora de estos equipos. Al respecto, considero que sería importante que el Estado Nacional lleve adelante una correcta evaluación de estos eventuales perjuicios de la telefonía celular, a fin de encarar, a partir de los resultados obtenidos, la correspondiente legislación destinada a prevenir, mediante regulaciones adecuadas, los eventuales perjuicios.

Insistiendo nuevamente con esta iniciativa, solicito a mis pares que me acompañen con la aprobación del presente Proyecto de Declaración.