Declarar de interés de esta Honorable Cámara las actividades desarrolladas por el Club del Orden de la ciudad de Santa Fe.

Señor presidente:

El 27 de febrero de 1852 se fundó en la ciudad de Santa Fe el Club del Orden. Dos meses antes, en Buenos Aires, se había fundado el Club del Progreso. Y meses después surgirían otros centros con similares características, y con el mismo objetivo en común: re-unir a la familia argentina.

En 1853 Santa Fe era una ciudad pobre, con una muy reducida población y con un comercio casi estanco. Las relaciones sociales se habían visto afectadas por cuestiones ideológicas y partidarias muy acendradas. Familias enteras estaban distanciadas, ora por unitarias, ora por federales, ora por antirrosistas.

Así es como surgió en Santa Fe, a influjos de la nueva situación que se vislumbraba, y que, fundamentalmente, se necesitaba, la idea de crear un centro social que lograra superar las antiguas rencillas y divisiones.

El santafesino José María Cullen llevó de Buenos Aires la novedad: en aquélla había integrado el núcleo fundacional del Club del Progreso. Pensó en hacer lo mismo en su ciudad natal. Así es que, por su influjo, un grupo de santafesinos se reunió y decidió dar origen al Club del Orden, para, entre otros fines: “estrechar los vínculos de confraternidad entre los ciudadanos de este Pueblo y los demás de la República, propendiendo por todos los medios posibles al progreso moral y material del País” (Acta de Fundación, 27 de febrero de 1853).

Esto aconteció el 27 de febrero de 1853. En Santa Fe ya se estaban congregando los diputados de las provincias que tenían encomendada la delicada misión de crear una Constitución, y el Club del Orden los acogió como Socios Honorarios. Y los socios pudieron recibirlos y agasajarlos en sus salones.

El Club del Orden hizo, en cierto modo, de bolsa de comercio. Las entradas y salidas de barcos y los precios de las mercaderías se publicaban en pizarras en la entrada del Club. De hecho, el Club Comercial, antecedente directo de la actual Bolsa de Comercio de Santa Fe, se originó en el Club del Orden.

Muchos años han pasado desde aquella lejana fecha. Muchas generaciones de santafesinos han vivido el Club como un segundo hogar. Romances, matrimonios, celebraciones, fiestas de presentación en sociedad, etcétera.

Muchos socios del Club han ocupado los más relevantes cargos de la política local, provincial y nacional.

Los entretenimientos de los juegos de cartas, dados, ajedrez, dominó, bridge, casín, han dado y, y dan aún, solaz a generaciones de santafesinos.

El Club del Orden, en sus bien llevados 163 años, ha pasado por las más diversas vicisitudes: desde tener que vender las naranjas de los árboles que se encontraban en el huerto de los fondos, hasta sufrir la destrucción de su sede social por un atentado político.

“Club de los Constituyentes” se lo llama habitualmente, recordando no sólo a aquellos de 1853 que encontraban un lugar en Santa Fe para recrearse entre sesión y sesión del Congreso que nos daría la Constitución Nacional, sino también a los de la Convención ad Hoc de 1860, a los de 1957 y finalmente a los de la Convención Reformadora de 1994.

El Club del Orden cede generosamente sus instalaciones para que funcionen como sede de otras entidades, tales como la Asociación Sanmartiniana de Santa Fe, el Instituto Belgraniano de Santa Fe, la Asociación Amigos del Museo Histórico Provincial de Santa Fe, institutos corales y de danzas, escuelas y talleres de inglés, de yoga y de bridge, exposiciones de arte, charlas y conferencias, cursos del Rotary Club, etc.

Por todo lo expuesto, pido a mis pares que acompañen el presente proyecto de Resolución.