Dirigirse a las Subsecretarías de la Pequeña y Mediana Empresa y de Desarrollo Regional del Ministerio de Economía y Producción de la Nación, para que a través del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), ambas dependencias ministeriales dinamicen y fomenten la unión de los pequeños artesanos y productores organizados en cooperativa, poniendo al alcance de sus manos herramientas, tanto jurídicas como financieras, y de comercio internacional, a fin de lograr un creciente desarrollo de sus emprendimientos facilitando la información adecuada sobre las modernas formas de comercialización y exportación que se aplican en el mundo, canalizando en la Argentina lo que en más de setenta naciones de los hemisferios Norte y Sur, ya aplican con éxito, y se conoce como "principios del comercio justo y el consumo responsable" .

Señor presidente:

El reparto desigual de la riqueza no es fruto del azar. Poner límite a esta situación requiere modificar las estructuras que originan la asimétrica relación Norte-Sur protagonizada por la injusticia. Lograr condiciones de vida dignas para millones de personas en los países empobrecidos del Sur, que los argentinos vivimos de cerca en el 2001 cuando entramos en default, está entre las prioridades conceptuales de quienes tenemos la responsabilidad de acudir a toda iniciativa viable destinada a elaborar un cambio positivo en las relaciones del centro con la periferia.

No se necesita tener mayores conocimientos del quehacer económico planetario para cobrar conciencia del injusto sistema de comercio internacional. Las actuales reglas de juego están provocando una asfixiante concentración de poder donde sólo 200 empresas protagonizan y determinan el 70 por ciento del comercio mundial. Estas 200 empresas multifocales especulan en su provecho con los precios del trabajo y de las materias primas, mientras los productos elaborados por tales empresas son cada día más cotizados. Este sistema de mercado injusto e insolidario perpetúa y aumenta las desigualdades.

Ya en l965, después de una reunión del entonces conocido como "grupo de los 77"países productores de productos primarios, en la ciudad de Alta Gracia, provincia de Córdoba, se lanzó la consigna "ayuda no; comercio sí". Cuarenta años han pasado desde aquella visionaria iniciativa y las cosas no han cambiado mucho. Los subsidios europeos, estadounidenses y japoneses siguen vigentes y, anualmente, más de 365.000 millones de dólares- ¡1.000 millones de dólares cada día del año!- se destinan a productores subsidiados que sumen en la pobreza a millones de productores del Sur. La ONG española Intermón Oxfam afirma, con fundamentos estadísticos, que "por cada dólar que baja del Norte al Sur, suben 2 del Sur al Norte" debido al pago de la deuda externa.

Frente a tamaña injusticia, Señor Presidente, emergen modestos proyectos económicos, inspirados en una filosofía de cooperación y apoyo solidario, que se encuadran en lo que se ha dado en llamar "comercio alternativo, justo y solidario". Alternativo, porque pretende ser una opción al sistema predominante; justo, porque establece una red económica-comercial equitativa sin matices paternalistas, en y entre las micro-empresas que participan de la iniciativa, y solidario porque enfrenta la "ley de la selva"del mercado que pretende "maximizar la rentabilidad".

El "comercio justo" y el "consumo responsable"nacen en Europa hace 30 años y abarca a productores artesanales y agrícolas del hemisferio Sur porque son esos pequeños productores, los que padecen las consecuencias del intercambio desigual que enunciamos más arriba.

Nuestros colegas del Parlamento Europeo, Señor Presidente, dictaron una resolución sobre el "comercio alternativo, justo y solidario" entre en Norte y el Sur. Allí se dice "(...) las relaciones comerciales injustas son una de las causas determinantes de desequilibrio estructural existente entre el Norte y el Sur".

El "comercio justo" acerca a los consumidores de los países ricos con los productores de los países pobres. Se trata de comprar a pequeños productores, o a emprendimientos cooperativos, para que sus integrantes reciban una retribución que les posibilite mejorar sus condiciones de vida porque esos compatriotas deben autofinanciarse programas de capacitación, de alfabetización- en algunos casos-, de salud y de mejoras tecnológicas.

La experiencia recogida en estas tres décadas de "comercio justo" evidencia las bondades de saber qué compramos y a quién compramos.

Recientemente, la Premio Nóbel de la Paz l992, Rigoberta Menchú logró, en Italia, llevar adelante su proyecto de "comercio justo Café de la Paz" al que bautizó como "la globalización de un sueño y la realización de una esperanza". La trama de la indígena guatemalteca es simple. Su fundación Rigoberta Menchú se pone en contacto con la cooperativa italiana La Tierra y el Cielo que distribuye y vende en la península el café que produce una cooperativa formada por 37 productores mayas en el sureño biológico que producen mis paisanos y ahora un campesino recibe 3,20 dólares por cada municipio del país centroamericano Villa Canales. "Así logro vender el café verde biológico que producen mis paisanos y ahora un campesino recibe 3,20 dólares por cada kilo de café, una cifra que supone seis o siete veces más que el precio que ofrecían las multinacionales. La cooperativa se encarga del tostado, envasado y distribución de ese café absolutamente ecológico".

A su vez, Señor Presidente, Mary Robinson, ex presidenta de Irlanda y ex Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos es una decidida partidaria del "comercio justo" y ha declarado que "el poder popular también se está globalizando. Hemos pasado de las manifestaciones contra la globalización a una globalización más inspirada en los valores, más justa, que pide el comercio justo, el aumento de la ayuda al desarrollo del 0,7 por ciento del PBI y habrá que hacer esfuerzos para seguir consolidando este poder popular."

El movimiento en favor del comercio justo es muy amplio porque ya incluye a sindicatos, grupos religiosos e incluso empresarios. Es la combinación de fuerzas más amplia de la historia, y eso es muy significativo. La gente está harta de retórica y quiere una globalización más justa.

Por todas estas razones, Señor Presidente, elevo a la consideración de la H. Cámara de Diputados de la Nación el siguiente.