Expresar su adhesión al 127 aniversario de la creación de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, Cultural y Recreativa de Catamarca, a celebrarse el 31 de mayo del corriente, por el valioso e integrador aporte cultural y social brindado, a lo largo de su trayectoria, a la comunidad catamarqueña.

Señor presidente:

Como resultado de la pujante presencia de los inmigrantes italianos arribados a la Argentina que fueron radicándose a lo largo y ancho de todo el país, el 31 de mayo de 1890 nacía en la provincia de Catamarca la Sociedad Unione Italiana de Socorros Mutuos.

Dicha institución constituyó desde su inicio la representación oficial de una de las colectividades más pujantes que dejó su impronta en la cultura, la arquitectura, la música y su propia idiosincrasia en las receptivas comunidades autóctonas. Asimismo, constituyó el ámbito de contención de angustias y ansiedades de sus integrantes originadas por la lejanía de sus afectos y de su patria de nacimiento.

La presencia italiana en Catamarca tuvo significativos representantes a lo largo de los años. A mediados del siglo XIX arriba y se radica el arquitecto Luis Caravatti quien junto al constructor Antonio Zanata construyen en 1859 la Casa de Gobierno, iniciando así la realización de importantes obras tales como la Iglesia Matriz, el Seminario Conciliar, la Sede del Obispado, la Escuela Clara J. Amstrong, el estanque del Paseo Gral. Navarro (Alameda), el Hospital San Juan Bautista, el Cementerio y la Iglesia de San Isidro, que transformaron la fisonomía arquitectónica de la ciudad elevándola a la categoría de capital provincial.

Junto a Caravatti trabajaron otros arquitectos italianos como Domingo Offredi, Fray Luis Giorgi y el constructor Adonai Spreafico creadores de la Iglesia San Francisco.

La música también se enriqueció con el aporte italiano. Desde mediados del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX los profesores Ángel y Cayetano Spadini conformaron las primeras bandas de música de la provincia. En 1901 llegó el maestro Mario Zambonini, formado musicalmente en el Real Conservatorio de Parma, quien en 1904 es nombrado director del flamante Conservatorio de música y presidente de la Sociedad Italiana, proyectando a la comunidad catamarqueña la valiosa actividad creativa y proyección social.

En 1907 al instalarse el Regimiento 17 de Infantería se formó la Banda de música dirigida por el Maestro Luis Campitelli y entre sus integrantes se destacaron numerosos italianos que difundieron la enseñanza de la música en la ciudad.

Discípulos del Maestro Zambonini y continuadores de su tarea fueron, entre otros, los hermanos Bellavia con su conocida orquesta, el Maestro Carlos Scida fundador y director de la banda de música de la Escuela Quintana y propietario del único negocio de venta de instrumentos musicales, partituras y métodos de estudio.

Así, la flamante institución buscó afianzarse en una sede propia que en principio fue el Teatro Cisterna. Las celebraciones del Centenario de la Revolución de Mayo fueron propicias para que los italianos expresaran su agradecimiento a la comunidad catamarqueña. Con tal motivo la Sociedad donó el reloj público existente en la torre de la Catedral.

Entre los años 1927 a 1931 tuvieron particular relieve las veladas teatrales, conciertos y banquetes conmemorativos, cuya finalidad fue la recaudación de fondos para la construcción del Panteón social en el cementerio. Fue también en esta etapa que la mujer italiana se incorpora a las actividades sociales y culturales integrando la Comisión de Damas.

En la práctica deportiva se destacaron los torneos de tiro al platillo, siendo Luis Colla el campeón más reconocido.

A partir de 1920 las funciones de cine fueron incrementándose, llegando a proyectarse en el año 1928 la primera película sonora. En 1932 se inicia la construcción de un salón social en la planta alta del cine Ideal, proyecto dirigido por Lino Lorengutti quien incluyo una fachada al estilo Art Deco que engalanaba la principal arteria comercial de la ciudad. Con elevado criterio el mismo se mantuvo a través de los años y recientemente fue declarado edificio de interés municipal por ser uno de los 3 únicos representantes de ese estilo que hoy conserva la ciudad.

Hacia 1938 se realizaron obras de ampliación y acondicionamiento de la sala cinematográfica y fue arrendada a la Compañía Cinematográfica del Norte con sede en Tucumán la misma se mantuvo hasta 1982.

En 1962 con la incorporación de un grupo de jóvenes italianos radicados en la provincia, se renovaron las actividades. Siendo presidente de la Sociedad Italiana Guido Varagnolo, se trabajó para acercar y aumentar la masa societaria a través de la publicación de un boletín informativo mensual “El Tricolor” y se organizaron importantes reuniones sociales. También se enriqueció notablemente la biblioteca y la subcomisión de deportes organizo interesantes competencias moto ciclística. Así, las conmemoraciones tradicionales de los italianos recobraron su tradicional alegría siendo compartidas por innumerables amigos de la colectividad. Hubo conciertos de música italiana ejecutados por la banda de la policía y la actuación del coro polifónico dirigido por el maestro Guillermo Watkins. Se construyeron 2 canchas de bochas y pista de baile en el terreno del fondo del cine donde se concretaban las reuniones dominicales creando el clima propicio para la integración familiar.

En 1963 se fundó la filial de la Dante Alighieri y comenzó a difundirse la enseñanza de la lengua y cultura italiana, y en 1965 se adquiere un predio frente a la Alameda donde se habilita un salón comedor y el predio deportivo. En el mismo año el Consejo Deliberante, accede a la solicitud de la Sociedad, designando Avenida Italia a una importante arteria de la ciudad, comprometiéndose la institución a erigir el monolito correspondiente, la obra se inauguró en 1974.

Las administraciones posteriores continuaron trabajando para el progreso de la Sociedad Italiana, adecuando las obras a las demandas de los socios y a los requerimientos de los tiempos. Sin perder de vista los objetivos de mantener vivas las costumbres y tradiciones italianas, se buscó brindar servicios a la comunidad y beneficios a los socios. En esa línea se amplió el Panteón Social, se mejoró la calle Camilo Melet donde se encuentra la sede de la Sociedad Italiana, se participó activamente y con gran entusiasmo en las festividades del centenario de la coronación de la imagen de la Virgen del Valle, se cerró definitivamente el cine y se inició la construcción de una galería comercial. También se habilito un salón familiar para uso de los socios en la parte norte del predio deportivo.

Al instituirse el 3 de Junio Día del Inmigrante Italiano, en homenaje al Gral. Manuel Belgrano hijo de inmigrantes genoveses, la Sociedad Italiana instaló una placa recordatoria en la Plazoleta Belgrano del Barrio El Júmela entregando herramientas para el cuidado del parque; años después donó el busto del Gral. Belgrano que se colocó en la plaza del Barrio Apolo, aportando todo el mosaico necesario para la construcción de la vereda exterior de la escuela del barrio.

En el año 2003 la municipalidad inauguro el monumento al inmigrante italiano en la rotonda de la Avda. Presidente Castillo y Belgrano y la Sociedad entregó la escultura de la plaza.

En el año 2006 se concretó un anhelado sueño, la construcción de un salón de eventos sobre calle Mariano Moreno, único en su tipo dentro de los límites de la ciudad capital, lo que constituye un orgullo para la institución y un servicio para la comunidad.

Por las razones expuestas, señor Presidente, y en reconocimiento a la fecunda trayectoria y compromiso permanente de la Sociedad Italiana de Catamarca ejemplo de trabajo, responsabilidad, honestidad y respeto por todo lo heredado de sus mayores y transferido a la comunidad, solicito la aprobación del presente proyecto.