La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su categórico repudio ante la intención del gobierno colonial de las Islas Malvinas, de emplazar en Puerto Argentino un monumento en homenaje a la baronesa Margaret Hilda Roberts Thatcher, primer ministro del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, durante la conflagración bélica argentino-británica desarrollada entre el 1 de mayo y el 14 de junio de 1982. Reiterar que en lugar de actos notoriamente provocadores, Gran Bretaña debería acatar el llamado de las Naciones Unidas para entablar negociaciones bilaterales respecto del conflicto de soberanía.

Señor presidente:

La embajadora argentina en Londres, señora Alicia Castro ha expresado: (Gran Bretaña)..."tiene esa posición aislada, está sobreactuando. Anunciaron que van a poner una estatua de Margaret Thatcher en nuestras Islas Malvinas y que van a otorgar una medalla de honor a los habitantes de las Islas Malvinas por la resistencia que tienen contra la República Argentina. Es una celebración de la guerra lo que hace Reino Unido".

Por su parte, el legislador provincial fueguino Pablo Blanco, declaró: "mientras los Estados Unidos deciden dar marcha atrás con el absurdo embargo a Cuba, al gobierno Inglés no se le ocurre mejor idea que inaugurar una estatua dedicada a Margaret Thatcher en las Islas Malvinas.

No pienso gastar un solo minuto en recordarles a mis compatriotas quién fue la señora Thatcher que carga sobre su memoria el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano cuando se encontraba fuera del área de exclusión. Pero sí voy a remarcar que la inauguración de su estatua en nuestras Malvinas constituye una acción sólo comparable con la de un Hooligan o un pirata de cuarta categoría.

Las Malvinas son, fueron y serán parte de nuestra provincia por más actos de provocación que impulse el primer ministro inglés. Tarde o temprano, como ha pasado con Cuba, se hará justicia por la vía diplomática, se lograrán acuerdos y el mundo verá flamear en las islas la bandera de la patria."

Esta actitud remanida, ofensiva, desafiante, provocativa, de típica jactancia de los soberbios se inscribe en un nuevo capítulo del espíritu colonial británico, ahora levantando un monumento a la baronesa Thatcher, responsable de la muerte de 907 personas durante la batalla del Atlántico Sur en la que la Argentina intentó recuperar sus islas, ocupadas ilegalmente desde 1833.

Las autoridades coloniales de ocupación del archipiélago, confirmaron que encargarán a un escultor inglés crear el busto en memoria de la llamada "Dama de Hierro", a quien tanto los isleños (kelpers) como los británicos consideran "una heroína nacional" por haber enviado a la poderosa fuerza militar que en 1982 derrotó en 74 días a los soldados argentinos durante la Guerra de las Malvinas. En el conflicto bélico murieron 649 argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.

El monumento, que será emplazado frente a la sede del gobierno en Puerto Argentino en la denominada calle Thatcher Drive y que quedará detrás del Monumento a la Liberación 1982, se construirá tras una consulta pública en las islas.

La estatua de bronce se elevará sobre una piedra local y llevará una placa con la frase: "Son pocos en número, pero tienen el derecho de vivir en paz, de elegir su propia forma de vida y determinar sus lealtades", Margaret Thatcher, 3 de abril de 1982.

La Asamblea Legislativa de las islas le escribió a la familia de Thatcher para informarle del proyecto y pedir su aprobación.

La decisión fue tomada en medio de fuertes tensiones diplomáticas con nuestro país y pocos meses después de un polémico e ilegal referéndum en las islas, en el cual 1.513 habitantes (99,8% del total) votaron por el sí para seguir siendo parte del territorio de ultramar del Reino Unido y solo 3 (el 0,2%) lo hicieron en forma negativa.

Los isleños buscaron mostrarle al mundo que no quieren dialogar con el Gobierno argentino y que rechazan, al menos por ahora, la idea de independencia.

Esta Cámara, debe repudiar de manera clara y contundente la nueva agresión colonial que se materializa en la erección de un monumento de Thatcher en Puerto Argentino. Actitudes como la descripta, no alcanzarán jamás a diluir nuestros derechos inalienables sobre el archipiélago y tampoco podrán cohonestar la triste fama de Margaret Thatcher, epígono del imperialismo sanguinario y abusador.

Pido por consiguiente el acompañamiento de mis pares a fin de aprobar el presente proyecto.