Proyectos »

PROYECTO DE TP


Expediente 9320-D-2014
Sumario: CORREDOR BIOLOGICO DEL RIO PARANA. CREACION.
Fecha: 25/11/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 172
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


CORREDOR BIOLOGICO DEL RIO PARANA
TITULO I
Institucionalización
Capítulo I:
Creación
Art. 1° - Créase el Área Integral de Conservación y Desarrollo Sustentable, la que se denominará a los efectos de la presente ley, "Corredor Biológico del Río Paraná".
Art. 2° - El Corredor Biológico del Río Paraná estará delimitado por el tramo del río Paraná, en el espacio que abarca las estribaciones de la represa Yacyretá en la provincia de Misiones, y el límite sur de la zona de islas de delta del Río Paraná, incluyendo en la misma, las zonas de islas y sectores de la franja costera de ambas márgenes que pertenezcan a áreas protegidas de cualquier tipo, y/o zonas que por su estado de conservación sean de interés para incorporar a este corredor biológico, siendo éstas de propiedad estatal o privadas.
Capítulo II
Objetivos
Art. 3° - Son objetivos prioritarios de esta ley el desarrollo regional, la justa y equitativa distribución de las riquezas que de los recursos naturales se produzcan, garantizar el acceso a una adecuada calidad de vida de los habitantes, y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales de la región.
Art. 4° - Será deber del Estado la reducción y/o cesación de formas productivas o de consumo que pudieran atentar contra el fiel cumplimiento del artículo 41 de la Constitución Nacional.
Art. 5° - La preservación será considerada como prioritaria ante cualquier decisión que exigiere la intervención de la gestión pública y/o privada. Si por alguna circunstancia se debieran tomar decisiones que signifiquen la aprobación o denegatoria de medidas preventivas para la protección de nuestros recursos, nunca podrá alegarse la falta de certeza científica como justificativo de indecisión por parte de las autoridades correspondientes.
Art. 6° - La libertad de las personas garantizada por el artículo 14 de la Constitución, en lo que hace a sus actividades individuales dentro del Corredor Biológico del Río Paraná, debe ser armonizada con el cumplimiento del interés social expresado en el artículo 41 de la Constitución Nacional.
Art. 7° - Si se incorporare una especie exótica que pudiere causar daños al ambiente o a los ecosistemas del Corredor Biológico del Río Paraná, será responsabilidad de quien la introduce, aun si mediare autorización previa de parte de las autoridades competentes.
Art. 8° - A los fines de dar cumplimiento fiel de la presente ley, se considerarán instrumentos válidos para la gestión ambiental, entendiéndose por esta última: las acciones tendientes a la previsión, prevención y administración de las medidas necesarias para llevar adelante una acción sobre la base del medio ambiente, los que seguidamente se expresan:
a) Todo instrumento legal de carácter nacional o internacional refrendado por el Estado nacional que pudiere servir a los fines del cumplimiento de la presente ley, y a favor del desarrollo sustentable;
b) Todos aquellos planes y programas de desarrollo social y económico, que pudieran ayudar al desarrollo sustentable, y a la protección integral de nuestros recursos;
c) Los planes de regulación de asentamientos humanos;
d) Las acciones de amparo que dentro del marco del artículo 43° de la Constitución Nacional, y toda otra acción procesal que pudiera significar apoyo para el fiel cumplimiento de la presente ley, y a la protección de los recursos naturales de la Nación;
e) Las sanciones penales, administrativas y/o las obligaciones que producto de las medidas de protección de los recursos naturales existan o pudieran existir;
f) La investigación y el desarrollo científico y tecnológico;
g) Las prevenciones y/o restricciones que pudiere promover el Estado en procura de la protección de nuestros recursos naturales, y los ambientes;
h) Los estudios de impacto ambiental sobre obras públicas o privadas realizadas por organismos nacionales y/o a requerimiento de organismos de crédito externo;
i) Las inversiones públicas en obras que persigan el mejoramiento y la protección del medio ambiente.
Art. 9° - Generar condiciones favorables para:
a) La conservación e incrementación de las masas forestales que se hallen incluidas en ese territorio y provengan de la flora nativa;
b) Preservar la calidad de las aguas del río Paraná y sus tributarios;
c) Reconocer y hacer reconocer los servicios ambientales que naturalmente ofrecen estas áreas naturales, tales como: Fijación de carbono, sostén de la biodiversidad, provisión de agua apta para el consumo humano y mejoramiento del hábitat en especial para la fauna íctica de la región;
d) Prevenir el aislamiento y la insularización de los ambientes naturales, garantizando así la continuidad de los procesos de migración de especies de la fauna silvestre, así como también sus desplazamientos estacionales;
e) Favorecer la dispersión y reposición natural de la flora silvestre;
f) Contribuir a mejorar la calidad de vida de los residentes del área mediante la promoción de políticas sustentables de desarrollo, que permitan asegurar una mejora en los servicios que reciben las comunidades locales;
g) Contribuir al cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado nacional y ratificado en los convenios marcos sobre cambios climáticos, de diversidad biológica y Convención Ramsar;
h) Asegurar el mayor aprovechamiento de los beneficios económicos que se produzcan de la reducción certificada de gases del efecto invernadero en proyectos que promuevan la conservación y uso sustentable de recursos forestales nativos;
i) Generar políticas de planeamiento biorregional.
Capítulo III
Uso de la tierra
Art. 10° - El Poder Ejecutivo, a través de la autoridad de aplicación nacional, implementará programas e incentivos a los fines de garantizar un apoyo concreto a la protección en tierras privadas de áreas naturales y de restauración de la flora y fauna nativas, tendrán especial interés aquellas zonas que se identifiquen dentro del corredor como puntos importantes para el restablecimiento de la conexión del denominado Corredor Biológico del Río Paraná.
Art. 11° - Dentro del área del denominado Corredor Biológico del Río Paraná, la autoridad de aplicación nacional podrá promocionar únicamente programas y proyectos que signifiquen planes de forestación con especies nativas y planes de actividades agropecuarias a gran escala que no afecten la conectividad del corredor ni signifiquen la deforestación de bosques nativos a gran escala.
Art. 12° - Las áreas naturales protegidas que queden incluidas dentro de este corredor, seguirán conservando el mismo estatus jurídico, que poseían al momento de la sanción de la presente ley, salvo decisión fundada de los propietarios del predio, de incorporar sus fundos al sistema de nacional de áreas protegidas dentro de la órbita de la Administración de Parques Nacionales.
TITULO II
Autoridad de aplicación
Capítulo IV
Designación
Art. 13° - Serán autoridades de aplicación local de la presente ley, aquellas dependencias provinciales que designe cada una de las provincias que integran el Corredor Biológico del Río Paraná.
Art. 14° - Será obligación de la autoridad de aplicación nacional la adopción de todas las medidas tendientes a garantizar la conservación de la biodiversidad en todo el territorio del Corredor Biológico del Río Paraná, así como también la distribución justa y equitativa de los beneficios que se deriven de su aprovechamiento, dándose prioridad al estado provincial que genere y/o posea territorialmente el recurso.
Art. 15° - Es obligación de las autoridades de aplicación la protección especial de toda aquella especie considerada singular, así como también de los espacios naturales de importancia especial, y del germoplasma de las especies nativas, debiéndose adoptar rigurosas medidas de control y protección para todas aquellas especies cuya supervivencia se considere en peligro de extinción.
Art. 16° - La coordinación general del corredor estará a cargo de la autoridad nacional de aplicación.
Capítulo V
Fondo
Art. 17° - Créase el Fondo Ambiental del Corredor Biológico del Río Paraná, el que estará constituido de la siguiente manera:
1. Los mecanismos de compensación por servicios ambientales que presten las áreas naturales conservadas por parte de propietarios privados, de terrenos dentro del citado espacio.
2. Créditos nacionales, provinciales e internacionales.
3. Aportes y contribuciones especiales.
4. Legados y donaciones.
5. Fuentes de ingresos estatales generadas a través de multas a infractores ambientales.
6. Ingresos provenientes del cobro de regalías por el uso de ciertos recursos naturales.
7. Ingresos provenientes de actividades relacionadas con:
-El turismo y en especial el ecoturismo dentro del área.
-La pesca comercial y deportiva que no implique la afectación de fondos devengados por las provincias anteriormente.
-Toda otra actividad que genere impuestos, retenciones, tasas o contribuciones no provinciales que se recauden por actividades desarrolladas dentro del área.
Art. 18° - La distribución económica del Fondo en cada una de las jurisdicciones provinciales estará a cargo de la autoridad de aplicación nacional, y la misma se realizará de forma coordinada, monitoreada y ejecutada con la autoridad de aplicación local.
Capítulo VI
Destino del Fondo
Art. 19° - Tendrá como prioridad:
a) El fomento de la explotación rural sustentable dentro de las pautas del proyecto;
b) Propiciar el turismo de bajo impacto;
c) Desarrollar las actividades de pesca sustentable, tanto en sus versiones comercial como deportiva;
d) Restauración de las áreas naturales, que sean consideradas clave, para la consolidación del corredor;
e) Fomentar y permitir la gestión ambiental municipal de aquellas poblaciones que dentro del corredor implementen proyectos y programas que ayuden a la consolidación del corredor.
Art. 20° - El Poder Ejecutivo nacional reglamentará la presente ley, determinará el organismo de su dependencia que revestirá el carácter de autoridad de aplicación nacional e implementará y pondrá en funcionamiento el Fondo por ley aquí creado en su jurisdicción, dentro de los 180 días de promulgada la presente.
Art. 21° - Comuníquese al Poder Ejecutivo.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Elevo a consideración de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación el presente proyecto de ley que tiene por objeto la creación de un área integral de conservación y desarrollo sustentable, a la que se propone se la denomine "Corredor Biológico del Río Paraná", el que estará delimitado por el tramo del río Paraná, en el espacio que abarca las estribaciones de la represa Yacyretá en la provincia de Corrientes, y el límite sur de la zona de islas de delta del Río Paraná, incluyendo en la misma, las zonas de islas y sectores de la franja costera de ambas márgenes que pertenezcan a áreas protegidas de cualquier tipo, y/o zonas que por su estado de conservación sean de interés para incorporar a este corredor biológico.
"La República Argentina es uno de los países con mayor variedad de ecorregiones del mundo: dieciocho zonas continentales y cuatro áreas oceánicas están representadas en su territorio. Cinco de estas ecorregiones se encuentran solamente en la Argentina y ocho han recibido la máxima clasificación de prioridad de conservación en el informe: 'Una evaluación del estado de conservación de las ecorregiones terrestres de América latina y el Caribe' " (WWF-BM. 1995).
Esta afirmación incluye alrededor de 9.000 especies de plantas superiores, esta variedad coloca a la Argentina entre los 17 países con mayor diversidad en este sentido, siendo cerca del 30 % de ellas endémicas. En lo que hace a animales, se conocen más de 2.380 especies de vertebrados con un endemismo de 38 especies de mamíferos y 19 de aves. De la diversidad enunciada, 529 especies de vertebrados, y 240 de plantas se hallan bajo amenaza de extinción. Esto significa en otros términos que cerca del 21 % de los mamíferos sufre peligro de desaparecer, lo que se agrava si se tiene en cuenta que de otro 22 % no se tienen datos fiables acerca de su estado poblacional, y de otro 57 % se sabe que se halla en riesgo bajo de supervivencia, pero riesgo al fin. En lo que hace a las aves, en idéntica situación se halla un 7 % bajo amenaza seria, y nada menos que el 85,7 % se encuentra con riesgo bajo de supervivencia, mientras que de un 7,2 % no se cuenta con datos que permitan conocer su estado de conservación con la certeza necesaria para elaborar estrategias de conservación. Pero a ello se debe agregar un concepto extra: la posible extinción de estas especies debería ser llamada exterminio, como suele referir acertadamente el naturalista Juan Carlos Chebez al respecto, puesto que este peligro no se debe a fenómenos naturales, sino a acciones humanas sobre los ecosistemas que implican una amenaza extrema ya sea en forma directa como indirecta para la biodiversidad. En otras palabras, las desapariciones no se deben a hechos naturales, sino a acciones humanas intencionadas que afectan a las especies involucradas. De hecho el fuego que afecta actualmente a buena parte de esa zona, no solo significa una preocupante degradación del ambiente de dicha región, sino que además afectará negativamente a buena parte de las especies que allí habitan y provoca a la vez un importante daño ecológico.
La diversidad genética y la posibilidad de intercambio de materiales heredables entre poblaciones de diferentes regiones son la base fundamental tanto para la evolución, como para la continuidad de una especie. Al mismo tiempo, a lo largo de miles de años, la humanidad ha participado en esta selección, realizando un proceso paralelo al natural, produciendo modificaciones genéticas que le permitieron adaptar especies domesticadas para su consumo. Pero para que este proceso continúe, se hace preciso mantener la riqueza del material genético disponible en forma silvestre, desde las formas más simples que pueden implicar cepas de microorganismos hasta animales y plantas superiores.
Este proceso ha hecho al mundo testigo de una desaparición de variedades a un ritmo alarmante, en especial durante el último siglo, tanto de especies silvestres, como de otras domesticadas o generadas por acción humana. Dentro de esta situación, los pueblos indígenas y las poblaciones aisladas, han jugado un papel crucial en la conservación al utilizar prácticas menos productivistas y más sustentables de aprovechamiento de los recursos.
La gestión ambiental de los recursos naturales y el ambiente es una de las áreas de mayor importancia para el desarrollo sustentable. Y dentro de este marco, la riqueza natural de la región de la cuenca Paraná-Uruguay se encuentra entre los aspectos básicos que comporta la sustentabilidad y la competitividad gracias a las ventajas comparativas que presenta naturalmente y que se acentúan por las incorporaciones que se produjeron a través de siglos de ocupación de los espacios por la población que allí vive.
Desgraciadamente, la realidad marca una preocupante debilidad institucional y financiera que apoye la consolidación de actividades sustentables en la región. Dentro de ese marco, es usual ver oficinas estatales a las que se le asignan grandes responsabilidades, pero casi inexistentes recursos tanto económicos como financieros para que ejerzan su cometido. Tampoco es raro ver que estas áreas son frecuentemente las que reciben los recursos menores en los presupuestos, y cuando se llega al final del ejercicio, son también las que primero reciben el recorte de asignaciones para que las cuentas cierren.
Toda esta situación se ve acentuada por la casi frecuente inexistencia de posibilidad de que estas reparticiones participen en la discusión de políticas fiscales y económicas que les permitan explicar su incidencia en políticas generales de integración y comercio. De esta manera, se limita y cierra el camino a la discusión por parte de la sociedad de la importancia del debate ambiental y su inclusión en los mecanismos económico-financieros de gestión. Esta no es una discusión menor, ya que actualmente es uno de los ejes de la economía mundial de los países desarrollados, y que no podemos perder si deseamos hallar formas de salvar la riqueza ambiental de nuestra región y a la vez permitir la construcción de una alternativa sustentable que permita la inclusión de los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad.
Al respecto, si bien se han observado avances en la opinión pública, la realidad marca que aún se consideran como decisiones de segundo orden a las medidas de protección del capital ambiental y de la calidad de vida de las personas de la región, en lo que hace a las consideraciones político- económicas de los gobiernos tanto provinciales como nacionales.
La región presenta tasas de crecimiento mayores que las medias del continente y en el ámbito mundial, como consecuencia de las presiones que sufre por el desplazamiento demográfico desde áreas más deprimidas. Esto está llevando a que los recursos naturales sufran presiones mayores que las que pueden soportar en condiciones normales. La aparición de grandes conglomerados urbanos en la zona, los efectos que devienen de su actividad, la expansión de la frontera agraria sobre la base del monocultivo que implica un juego simultáneo y perverso de explotación extensiva y desmedida que termina derivando en rindes decrecientes y agotamiento de las disponibilidades con la inevitable pauperización de los sectores productivos, que a la vez deben aumentar su presión sobre los recursos para seguir sobreviviendo, aun a costa de cercenar su futuro, y que a la vez expulsan hacia espacios antes protegidos o a salvo del uso productivo a las actividades de menores rindes por hectárea como es la ganadería.
Las áreas protegidas y el desarrollo sustentable
"Las áreas protegidas son esenciales para la conservación y manejo de la biodiversidad y los ecosistemas, por lo cual ellas son un elemento clave para alcanzar el desarrollo sostenible." (1*)
Uno de los elementos que hacen a su importancia, más allá del sentido conservacionista, se halla en el papel estratégico que pueden jugar como sumideros de carbono y su relación con respecto al cambio climático.
Dentro de este marco, y correspondiendo con el artículo 8 de la Convención sobre Diversidad Biológica del cual nuestro país es parte, establece el acuerdo para que los Estados firmantes implementen dentro de sus estrategias nacionales de biodiversidad y planes de acción, el fortalecimiento de los sistemas nacionales de áreas protegidas de manera prioritaria. Pero a la vez, dentro de esta propuesta, se debería tener como componentes imprescindibles, entre otros, "el análisis de vacíos para determinar biomas mal protegidos e identificar oportunidades para desarrollar corredores biológicos que podrían contribuir a la conservación de la biodiversidad y al desarrollo sostenible por fuera de las áreas protegidas" [artículo 8º, inciso a)]. (2*)
Pero luego continúa proponiendo la implementación de un amplio espectro de categorías de manejo que permitan incluso el uso múltiple, (8°, inciso b), y la inclusión de gobiernos locales y poblaciones vecinas [artículo 8º, inciso c)]. (3*)
Más allá de estas consideraciones, es necesaria una estrategia que contemple la planificación de mecanismos reguladores que admitan sistemas de manejo que resuman prácticas de protección ambiental que incluyan diseños de corredores y mosaicos de ambientes en escala regionales que contengan a los ecosistemas considerados como prioritarios y de mayor biodiversidad como el sistema de los ríos Paraná y Uruguay junto con sus humedales accesorios tales como Iberá, Bajos Submeridionales, región de bañados y esteros chaqueños, entre otros. En este sentido se hace importante dar impulso a experiencias planificadoras a escalas amplias, de cuencas o ecorregiones aun cuando estas propuestas superen los marcos provinciales y llegado el caso vayan más allá de las fronteras nacionales y haga falta la constitución de acuerdos con países limítrofes.
Empero para que este proyecto pueda lograr un sustento de parte de la opinión pública debe ser llevado a la discusión participativa de la mayor amplitud posible por parte de los grupos directamente implicados en su posterior gestión y aprovechamiento directo. Se hace imprescindible que la propuesta implique a la vez un estrechamiento de intereses entre conservación y el uso de espacios, lo que va indisolublemente unido al desarrollo de programas que generen empleos y mejoras en la calidad de vida de los habitantes de esas zonas. Pero además, y simultáneamente, deben generar interés por la conservación, tanto a escala local como regional, ya que los beneficiados directos serán los más interesados en sostener la propuesta y quienes la sostengan en el tiempo.
Se torna importante lograr metas que permitan a la población valorar los servicios ambientales que presta la biodiversidad, tanto como ecosistema, como a través de las actividades productivas que se desarrollan en el marco del programa, sin perder de vista el valor que significa como factor de conservación de culturas y para la recreación de las personas.
¿Qué es un corredor biológico?
Allá por el año 1936, Simpson utilizó por primera vez el término corredor para sus estudios de dispersión de especies, en especial sobre la paleoflora y paleofauna, adjudicándole su uso, para las categorías de continentales.
Pero en lo que hace a la fauna, recién hacia finales de los años 40 se comienza a asociar la viabilidad de poblaciones con el aislamiento entre las diferentes poblaciones de una misma especie, aunque aún no lograban determinar fehacientemente la conexión entre insularidad y viabilidad. Recién hacia principios de los 60, Preston comenzará a recorrer el camino de la recomendación de implementar corredores que conecten áreas protegidas. A pesar de los años, aún no se ha definido plenamente el papel que juega en la sustentabilidad, la implementación de estos corredores, pero se ha llegado al acuerdo de que juegan un papel importante en lo que hace a la subsistencia de poblaciones tanto de fauna como de flora.
De cualquier manera, estos corredores, además de poseer una anchura suficiente como para permitir la libre circulación de especies, deben diseñarse sobre la base de los beneficios ambientales y socioculturales que impliquen para la población, en especial para quienes viven dentro de ellos, o en su vecindad.
Se hace necesario agregar este concepto al de áreas protegidas y como complemento de éstas, ya que garantizan la conectividad entre las existentes, permitiendo así que los ecosistemas tengan la posibilidad cierta de que se puedan adecuar a los cambios climáticos que se vienen operando cada vez con mayor celeridad y que someten a sus componentes a presiones continuas.
¿Para qué sirven los corredores?
La función de los corredores biológicos se centra principalmente en el papel de preservar la diversidad biológica de la región a la vez que se conforma en una forma de ayudar al desarrollo sustentable de las sociedades ligadas a él permitiendo así que ambas actividades se complementen y se ayuden en su gestión.
Para que éstos cumplan una función efectiva, además deberían asegurar la conexión entre espacios separados por barreras artificiales como pueden ser rutas puentes, represas, etcétera. (4*)
Además deben servir para garantizar la continuidad de los procesos naturales intra e interregionales que de otra manera se verían en peligro por acción de los cambios ambientales devenidos de la antropización, y en forma indirecta y a consecuencia de ésta, por el cambio climático que comienza a mostrar efectos cada vez mayores y más devastadores.
Pero para poder asegurar su éxito se debe lograr conseguir la confianza de los grupos involucrados, respetando especialmente sus intereses.
Nuestra región se halla entre las de mayor biodiversidad del mundo, tanto en especies, como en recursos biológicos. Pero un factor altamente limitante de su aprovechamiento se halla centrado en tres aspectos fundamentales:
1. Falta de equidad en el reparto de los beneficios.
2. Adolescencia de desarrollo económico.
3. Presión demográfica.
Un corredor correctamente planificado y gestionado es la mejor solución para asegurar los beneficios de la conservación. Surge así, a modo de visión diferente del conservacionismo tradicional, que ve la gestión en este tema a través de garantizar espacios lo más grandes posibles, pero que quedan aislados entre ellos, favoreciendo así la insularización a mediano o largo plazo.
Esta nueva propuesta trata el tema con una mirada biorregional con respecto a su manejo y ordenamiento. Dentro de este concepto, se trata de que los gobiernos a cargo del tema, desarrollen estrategias para el uso de la tierra, el agua y los recursos que estas áreas contienen.
Siguiendo la tendencia mundial, se observa día a día cómo las áreas protegidas van quedando aisladas entre sí por causa del avance de la frontera agrícola, la deforestación, el desarrollo de vías de comunicación, la urbanización, etc. De esta manera, los hábitats naturales de las especies, van quedando cada vez más fragmentados y arrinconados, y poco a poco se reducen en tamaño hasta que se producen inevitables desapariciones o exterminios de los mismos.
En la medida que esta situación se hace más frecuente, las especies que los habitan ven cada vez más reducidas sus posibilidades de acceso al agua, los alimentos, y el intercambio genético que garantice su supervivencia. También se vuelve cada vez más fácil para los depredadores darles caza, viéndose esta cuestión agravada por la presencia del hombre en esta actitud, lo que pone a poblaciones enteras en situación de extremo peligro por las prácticas de uso intensivo e indiscriminado que hace de estas especies en forma de recursos, llevándolas al límite del exterminio antes que el de la extinción, puesto que con su acción, produce una matanza que supera las circunstancias y causas que podrían calificar a este hecho de extinción, al haber una acción determinada e intencional, que va más allá de las circunstancias naturales.
La imposibilidad de acceder a refugios y espacios adecuados, va provocando la paulatina disminución en la cantidad de ejemplares debido a la situación de desigualdad que se presenta frente a los depredadores, así, al formarse islas de hábitat naturales, las especies van disminuyendo su capacidad de respuesta, y poco a poco van desapareciendo poblaciones enteras. Incluso en situaciones en las que los hábitat parecen ser lo suficientemente grandes como para viabilizar una población determinada, la existencia de algún fenómeno natural (sequía local, incendios, crecientes de cursos de aguas demasiado prolongadas, etcétera) o bien la introducción de un predador exótico con estrategias de supervivencia demasiado agresivas, puede llevar a la desaparición de grupos enteros.
Existen investigaciones que prueban que se deben contar con espacios mínimos como para albergar poblaciones con entre 50 y 5.000 individuos de una determinada especie, y de acuerdo a su tasa de reproducción e incidencia en el ambiente, como para que se pueda esperar la viabilidad del grupo. Pero a la vez, estos conceptos están siendo revisados debido a que se ha incorporado últimamente el factor del cambio climático que hace variar la mayoría de las convicciones hasta aquí tenidas como centrales. A la vez, esta situación debe ser incorporada dentro de los factores de incidencia humana, puesto que si bien son procesos que de otra manera se darían naturalmente, la rapidez con que se están observando, y la celeridad con que estos se interconectan potenciándolos, tiene un origen francamente antrópico, y no permite a las poblaciones afectadas, adoptar las medidas necesarias para contrarrestarlos o generar una respuesta que se traduzca en nuevas estrategias de supervivencia.
Al mismo tiempo que se reconoce que esta situación avanza a pasos agigantados, los biólogos están viendo la posibilidad de hacerle frente por medio de la implementación de corredores que conecten las áreas protegidas existentes mientras simultáneamente tratan de crear nuevas, que extiendan en la medida de lo posible, los espacios protegidos para especies tanto de animales, como de vegetales garantizando así su supervivencia. (5*)
Si bien se puede hablar de una cantidad de espacios protegidos que sirvan de refugio, o de estaciones de paso para animales migradores, y aun para los que no lo son, o lo que es peor, los que huyen del avance de la frontera agrícola, debemos tener en cuenta que la situación con algunas especies animales, y en general las vegetales, no logran conseguir escapar a la velocidad que las circunstancias reclaman, quedando así atrapados por la nueva realidad.
La generación de una estrategia de corredores biológicos, no sólo puede transformarse en una salida para la conservación, sino que además puede garantizar la existencia de grandes masas forestales, con su acción de sumidero de carbono ayudando así a las actividades de mitigación del efecto invernadero y la contaminación atmosférica.
Los corredores biológicos pueden jugar también un papel importante en la protección de cursos de agua, y de esa manera, resguardar un recurso que se halla mundialmente en peligro, y que en el caso de nuestro país debe ser garantizado, ya que si bien se cuenta con importantes recursos de este tipo, los estudios que se vienen realizando a lo largo de los últimos años demuestran que su situación se está deteriorando rápidamente.
Los corredores superan a los sistemas de protección tradicionales, desde el momento en que pueden llegar a espacios mayores (no todos los terrenos deben ser cerrados a la actividad humana), y en consecuencia, tampoco requieren el cese de la actividad comercial o productiva en los espacios que ya se hallan ocupados, sólo que se les requiere su uso en forma sustentable y la implementación de prácticas amigables con las áreas protegidas vecinas.
Los corredores proponen cuatro tipos de categorías de uso de tierra:
1. Zonas núcleo: son las áreas protegidas. Su finalidad es lograr que espacios con peligro de desaparición, pero que a la vez cumplen servicios de sustento de biodiversidad, sean protegidos en el mejor estado de funcionamiento posible. En este sentido humedales, cauces de agua, bosques, llanuras, etcétera, son pasibles de ser protegidos no sólo como paisajes a ser cuidados en virtud de su biodiversidad, sino además en razón de los recursos de la biodiversidad misma que contienen, y lo que representan para la humanidad. Aun para aquellos que no ven en la naturaleza más que un paisaje sin valor más allá de lo visual, se debe explicar que las especies silvestres son un recurso crítico para la bioexploración relacionada con la producción y mejora de nuevos alimentos y medicinas, así como también materias primas para distintas industrias. En otras palabras, generan ingresos. Estas zonas, de acuerdo a la mayoría de los expertos, debería importar alrededor del 10 % de los espacios de una región ecológica como piso mínimo de conservación. Pero más allá de las consideraciones de tamaño, lo primordial para la efectividad de las zonas núcleo, reside en la conjunción de tamaños, cobertura de hábitat y la eficacia con que se los maneja. Para ello se deben establecer estrategias de implementación y gestión a mediano y largo plazo, que incluyan a ONG y formas participativas en su aplicación por parte del sector público y privado, junto con las entidades científicas oficiales y las comunidades vecinas al lugar. (6*)
2. Zonas buffer o de amortiguación: son aquellas que rodean a las áreas protegidas, y que contienen indistintamente tierras en su mayoría en estado silvestre o bajo explotación sustentable. La finalidad de estos ambientes es fundamentalmente la de filtrar las actividades perturbadoras de la relación entre las áreas protegidas y los espacios humanizados. Dicho de otra manera, en estos espacios, se evita tanto la caza furtiva y la interferencia humana sobre los espacios protegidos, como el ingreso de animales, en especial aquellos considerados peligrosos para el hombre desde las zonas de protección, hacia las habitadas. Y en forma general, cumplen el papel de ordenar las relaciones intrazonales y sus impactos negativos entre los diferentes espacios de los corredores. Dentro de ellas pueden realizarse, llegado el caso, actividades productivas limitadas, siempre que favorezcan a la biodiversidad al tiempo que signifiquen ingresos a la comunidad. De cualquier manera, las explotaciones deben ser fundamentalmente reconversiones de otras ya existentes, evitando la realización de nuevas, y dentro de ellas se deben establecer planes de manejo que signifiquen la menor interferencia posible sobre la vida de la flora y fauna de las zonas de exclusión vecinas. (7*)
3. Zonas conectoras: son los terrenos dedicados literalmente a corredores. Su función es la de brindar el servicio de unir las distintas áreas protegidas garantizando de esa manera, la funcionalidad de los espacios protegidos. Su propósito es brindar vías de comunicación aseguradas y lo más protegidas posible, en aguas y terrenos, para asegurar la dispersión de las plantas y la migración y movilidad de los animales, al mismo tiempo que se convierten en vehículo de fomento de la adaptación y respuesta a las presiones que sufren en hábitat y climas que están cambiando a un ritmo mayor que el que les permiten sus estrategias naturales de supervivencia y las capacidades de adaptación a las circunstancias. Lo ideal sería que aquellas zonas que se incorporen a corredores, en caso de estar bajo producción, se las devolviera a un estado silvestre lo más parecido a su estado original por medio de una política de restauración. Sin embargo, existen zonas en las que ya es imposible efectuar intervenciones de este tipo, puesto que hay espacios importantes que están urbanizados, o cuentan con explotaciones productivas importantes. El objetivo final es lograr que se retorne a condiciones lo más "silvestres" posibles o bien que tomen medidas de mitigación adecuadas. Desde la óptica socioeconómica, los servicios que prestan los corredores pueden brindar beneficios que redunden en calidad de vida e ingresos mejores para los habitantes de esas zonas. Para ello se deben tomar medidas no sólo de protección sino, además, se debe estudiar las formas en que se les reconozcan los servicios por parte del resto de la sociedad, y la posterior redistribución equitativa de los ingresos que se generen para que incentive el interés de los implicados en sostener el sistema. En consecuencia, se deberían estudiar formas de retribución, fomento e incentivos que ayuden a una estrategia de este tipo. (8*)
4. Zonas de uso múltiple: se diferencian del resto en el sentido de que comprenden actividades agro- ganaderas, forestales, o con asentamientos urbanos. Estas pueden hallarse dentro de las zonas de corredores o en las de amortiguación, pero se deben efectuar controles y aplicar medidas de manejo determinadas que tiendan a la protección y manejo sustentables. 9 Estas políticas deben contemplar incentivos a aquellos que se preocupen por cumplir con esta visión, así como también prever reintegros por servicios ambientales. Por ejemplo, fomentar cultivos forestales nativos sustentables, uso de pesquerías en forma planificada, agro-ganadería orgánica, etc. (9*)
Los espacios a destinar a cada categoría, dependerán de la situación socioeconómica de los pobladores, así como también del estado de las poblaciones silvestres y sus necesidades. Juntamente con lo hasta aquí planteado, se debería estudiar la implementación de sistemas de retribuciones por servicios ambientales a la sociedad para que además de favorecer la conservación, se reconozcan los esfuerzos de aquellos que trabajan en ese sentido, cubriéndose además los costos de aplicación y sustento del sistema.
Para que se pueda caminar en este sentido, se debería implementar paralelamente una serie de medidas que involucren a la población, en especial a la directamente comprendida en el proyecto, es decir, a los habitantes de la región a intervenir.
El ordenamiento o planificación del uso de la tierra en su concepción clásica implicaría establecer restricciones de índole legal a los propietarios o a los ocupantes tradicionales. La base jurídica de estas limitaciones no es clara. En algunos casos se aplican efectivamente restricciones de este tipo, se han establecido mecanismos compensatorios o incentivos económicos.
Entre las metas a incluir dentro de las acciones a implementar, deberían tenerse en cuenta:
A. Contemplar los intereses de los grupos sociales que intervienen: en este aspecto, se debe contar con las condiciones socioeconómicas de los actores, y los valores culturales que portan. Por ejemplo, mientras para el caso de poblaciones indígenas, los recursos muchas veces son "comida", para los conservacionistas son especies a proteger de toda intervención humana, y para los marginados urbanos, pueden llegar a ser en determinados casos, una opción de acceso a tierras y/o comida. Para los productores, de acuerdo a su visión de los negocios, pueden significar recursos a explotar en forma de actividad minera (sin contemplar su renovación), o de manera sustentable. El éxito o fracaso de las acciones estarán inevitablemente atadas a la determinación acertada y científica de las tasas de explotación sustentable de los recursos implicados, a la distribución de los beneficios, a las acciones de mitigación que se implementen. En este sentido, existe una serie de pasos que se podrían implementar:
1) Identificar los puntos de acuerdo y divergencia de intereses entre los distintos grupos sociales intervinientes.
2) Establecer mesas de concertación y mecanismos de funcionamiento estable de discusión entre las partes, a los fines de negociar las diferencias que surjan, y de compartir los acuerdos a los que se llegue.
3) Formas de aplicación y apoyo a las políticas que se establezcan dentro de estas estructuras a lo largo de las actividades de discusión previas.
4) Administración e implementación de políticas de seguimiento por parte de los gobiernos locales de las poblaciones directamente involucradas de la zona. Implementación de unidades descentralizadas de administración que se coordinen dentro del proyecto global.
Por ejemplo, la producción orgánica está recibiendo espacios cada vez mayores del mercado internacional, una política de fomento de estas actividades puede dar un nuevo impulso a las economías regionales de estos lugares. Pero para que esto suceda, debe existir una línea de apoyo estatal, y un consenso de las partes. Mientras tanto, desde lo ambiental, redundará en la utilización conjunta de los espacios dedicados a esta producción por parte de especies silvestres que tienen estos ambientes como hábitat natural, favoreciéndose así su repoblación y sustento.
Para los fines descriptos, se deben implementar una serie de acciones que se podrían resumir en:
a) Crear confianza entre los grupos sociales participantes invitándolos a intervenir en mesas de discusión que contemplen a los organismos locales, regionales, y nacionales. En la medida que la discusión se acerca a los implicados, y éstos ven que están incluidos y son oídos, habrán de jugar un papel dinamizador del tema y se acelerará la implementación, así como también la transparencia del proceso.
b) Implementación de políticas y proyectos que contemplen las realidades de los espacios incluidos en el proyecto, así como también los aspectos socioeconómicos y biológicos del área, todo esto en forma equilibrada y reflejando los acuerdos obtenidos en las discusiones previas del proceso. Dentro de los plazos de aplicación, se debería priorizar las acciones que tiendan a reforzar el respaldo y la aprobación del proyecto como formas prioritarias, estableciendo para un mediano y largo plazo aquellas acciones más complejas aun cuando se traten de intervenciones de conservación, siempre y cuando no impliquen peligros graves para las poblaciones silvestres. La función de la priorización se centra en el hecho de que se debe ganar la confianza de las partes intervinientes a los fines de que sirvan de apoyo al proyecto. En este sentido se podría establecer una periodización que contemple tentativamente los siguientes pasos y tiempos:
b.1.) Los primeros dos a tres años se deberían dedicar a las acciones a corto plazo, en donde se tomen medidas que cuiden de la formación de programas sociales y oportunidades de empleo alrededor de actividades que ayuden al avance del proyecto. Las acciones y su aplicación deben contemplar propuestas lo más equilibradas posibles entre la faz ecológica y la social, con la intención de que se produzcan beneficios visibles e inmediatas para la población y de ese modo se genere a la vez un interés por seguir adelante.
b.2.) Durante los 5 o 6 años siguientes podrían implementarse programas más complejos una vez que se haya afianzado la participación de los grupos intervinientes. Dentro de este proceso, se pueden establecer y delimitar los corredores, y las zonas de amortiguación, a través de la concertación con los grupos y sobre la base del conocimiento de los pobladores acerca de los lugares más convenientes para cada zona.
b.3.) En el largo plazo se debe apuntar a consolidar los espacios, y afianzar programas de producción sustentable de productos orgánicos que se identifiquen con marcas o certificados de origen. En este aspecto, jugarán un papel decisivo los gobiernos regionales y la Nación como gestores de la sustentabilidad de los mercados consumidores de la producción sustentable y con certificación que se generen en las áreas productivas de los corredores;
B. Posibilitar la participación civil: es fundamental la participación de la sociedad en el debate del tema. Se debe crear la concientización de los beneficios del proyecto entre la población, a la vez que discutir las ventajas de un desarrollo sustentable, pero también, y para que sea efectivo, se debe contemplar un proceso paralelo de descentralización de responsabilidades de los gobiernos implicados en el proyecto. Para ello, se deberán establecer mecanismos de participación que incluyan el acceso a la información pública y a la transparencia de la actividad gubernamental. En este aspecto, los gobiernos locales habrán de jugar sin lugar a dudas un papel decisivo como representantes de su población, pero además, como garantizador del cumplimiento de las medidas que se decidan, y de su justa aplicación tanto en lo social como en lo económico;
C. Direccionamiento de la información hacia los grupos de concertación a los fines de favorecer la intervención participativa en la toma de decisiones: las oficinas de planeamiento y de administración del proyecto deberán implementar mecanismos para ayudar al acceso a la información por parte de los actores sociales que intervienen, con la intención de que se les suministre la mayor información local, provincial y nacional en torno al tema que los convoca. De esa manera, será la única vía de intervención efectiva y acertada para la toma de decisiones. Al integrar las informaciones y hacer partícipes de ellas a los distintos actores sociales, se podrán tomar decisiones de importancia para la conservación de los ambientes que se incluyan en el plan. Es necesario que se los informe acerca de los posibles beneficios ambientales, así como también las posibilidades de incursión en nuevos y mejores mercados a través de certificaciones de origen. Para ello, se deben establecer políticas estatales de apoyo a la producción sustentable, y acompañar a los productores en la búsqueda de mercados para los productos provenientes de estas formas de gestión. Indefectiblemente el éxito o fracaso del proyecto dependerá de la intervención de las partes, y del involucramiento de los interesados, para que aseguren el cumplimiento y control de las acciones que proyecten, así como también en el diseño de las sucesivas medidas que se propongan a lo largo de las diferentes etapas.
D. Demostrar los beneficios y servicios que proveen los ecosistemas: se debe hacer comprender la importancia que comportan actividades a veces subestimadas o no debidamente dimensionadas por la población. Tal es el caso de la agricultura orgánica, el ecoturismo, la certificación forestal, etc. Una información adecuada puede interesar a los participantes acerca de los beneficios de una gestión adecuada de los recursos naturales y sus beneficios;
E. Armonizar la legislación tanto a nivel interprovincial, como nacional y regional: una de las cuestiones quizás más duras de resolver junto con la reorientación de la economía sea la de la armonización de la legislación vigente en el área del proyecto, puesto que son por todos conocidas las discusiones que se deben hacer permanentemente entre los distintos niveles de gobierno para hacer compatibles y aplicables las leyes que rigen en diferentes territorios, en especial porque cuando hablamos de ambientes, éstos no siempre cumplen con las fronteras y delimitaciones que hacen las personas políticamente.
¿Cómo se pueden sostener financieramente?
La biodiversidad es imprescindible para la supervivencia del hombre sobre la Tierra. En razón de ello, no son pocos los servicios que ésta presta a través de los componentes de los ecosistemas, por medio de alimentos, medicinas, agua, e incluso esparcimiento. Pero también se puede ver que la biodiversidad posee una estrecha relación con la pobreza, ya que su destrucción implica inevitablemente un aumento de poblaciones bajo la línea de pobreza, y un deterioro consecuente con su calidad de vida.
Hace poco tiempo atrás, el Banco Mundial estableció un PBI mundial en una cifra aproximada de 29 billones de dólares anuales. Al mismo tiempo, biólogos dedicados al estudio de la economía de la naturaleza, calcularon que los servicios provenientes de ésta se podrían evaluar en 33 billones de dólares anuales. (10*)
A lo expresado se debe sumar el hecho de que tanto la agricultura, como la ganadería junto con la medicina y una parte importante de la industria, dependen de los recursos provenientes de la biodiversidad tanto para su funcionamiento como para su desarrollo. Pero en este sentido, se produce un hecho importante: es común calificar a la biodiversidad en general, como "bien público", y dentro de esa concepción, se tiende a aprovechar los recursos naturales en forma gratuita, por lo que se procede a un uso de los mismos de manera insustentable hasta que se vuelven escasos, o se los extermina. En el mismo sentido, los beneficios obtenidos son calificados como externalidades, o, expresado de otra forma, no tienen mercado ni son comercializables.
Sin embargo, esta visión puede cambiar cuando se produce la expropiación de los mismos, como por ejemplo cuando se privatiza o concesiona un parque, los usuarios que usufructuaban antes de su biodiversidad en forma gratuita, ahora deben pagar por cada uno de los servicios que reciben, así sea por esparcimiento. Pero peor aún, si se pudiera patentar o enajenar esos bienes, los ingresos serían mayores, y su acceso podría ser restringido, por lo tanto si se obtuvieran niveles adecuados de ingresos por los servicios ambientales que la biodiversidad presta a la población, sin que se restrinjan por ello los derechos de las personas, se podrían sufragar muchos de los gastos que se efectúan en su cuidado. (11*)
Es por eso que el Convenio sobre la Biodiversidad firmado en 1992, establece entre sus prioridades:
- Conservación de la biodiversidad.
- Uso sustentable de sus componentes.
- Distribución justa y equitativa de los beneficios que surgen de la utilización de sus recursos genéticos. (12*)
Pero además, existe otro aspecto a tener en cuenta para nuestro país, y éste se basa en las ventajas comparativas que presenta su alta biodiversidad, que podría ser aprovechada para fomentar el desarrollo económico de las regiones en donde se intervenga, y por consecuencia, el crecimiento de la misma, y su correspondiente mejora en la calidad de vida de sus habitantes.
Esta cuestión, no es por cierto poca cosa, UICN y WRI han estimado que algunos servicios ambientales sustentables, podrían ayudar en este sentido:
- El ecoturismo genera globalmente unos 12 mil millones de dólares por año.
- En 1998 los productos destinados a la industria medicinal, provenientes de recursos de la biodiversidad, rindieron ventas por 6 mil millones, sin contar los beneficios que se recaudaron por la posterior venta de los productos elaborados.
- Sólo en 1996, la agricultura orgánica recaudó 3,3 mil millones de dólares.
- La consultora Bloomberg calcula que los productos ecológicos moverían 30 mil millones de dólares hacia el año 2005. (13*)
En consecuencia, no son pocas las oportunidades de recuperación de los fondos que se inviertan en medidas de protección de áreas y de establecimiento de corredores que sirvan para su viabilidad.
Pero para determinar un instrumento adecuado de ingresos de fondos, o de inversión de los mismos, se pueden obtener de diversas maneras, los que deberán ser aplicados de acuerdo a la discusión que se genere con los actores involucrados, y la oportunidad de aplicación.
Se podrían enunciar fuentes de tipo estatal a través de multas a infractores ambientales, reforma del sistema tributario con incorporación de incentivos ambientales, cobro de regalías por uso de ciertos recursos naturales, reembolsos por actividades sustentables, etc. Por otra parte se pueden obtener beneficios por medio de sistemas de donaciones, préstamos blandos, subsidios, etcétera. (14*)
De cualquier manera, es de capital importancia que los estadistas comprendan la importancia del tema y su incidencia en la posibilidad de producir un desarrollo armónico y sustentable al mismo tiempo que se cuida el ambiente, patrimonio de toda la población a la que representan en su nombre y en el de las generaciones futuras.
La potencialidad de un corredor Paraná-Uruguay
Grandes humedales están crecientemente amenazados por el aumento de la demanda de agua para usos humanos, lo que afecta también a las napas subterráneas asociadas. En la Argentina por ejemplo, los Bajos Submeridionales en Santa Fe y Chaco, y los muy extensos y ricos bañados de la laguna de Mar Chiquita en Santiago del Estero y Córdoba pueden ser afectados por varios proyectos de desecamiento y utilización de agua para riego. (15*)
La región general implica una vastísima cuenca que comprende los ríos Paraná, Uruguay y de la Plata junto con los tributarios que vuelcan sus aguas en éstos.
En esta región se asienta la mayor densidad poblacional del Cono Sur, lo que generó un extenso corredor demográfico a lo largo de siglos de ocupación humana.
La única capital de los países que conforman la región, que no se halla dentro de los espacios de esta cuenca, es la de Bolivia, con lo que se resalta la importancia en general y política en particular, que tiene en sí mismo el sistema hidrográfico y sus componentes.
Dentro de este marco, la mayor parte de los humedales accesorios al sistema de ríos, se halla mayormente ligada al Paraná. Pero algunos de ellos no son de origen natural, sino que provienen de represamientos artificiales con fines de producción de energía eléctrica. Esta situación se da principalmente en los tramos del Paraná superior en donde se halla instalada una capacidad de generación del orden de los 32.000 MW a lo largo de unos 1.100 km de río. (16*)
Esta situación ha generado una barrera infranqueable para muchas especies por lo que se está generando un fraccionamiento de poblaciones en especial de peces, que a la larga creará dos grupos distintos aguas arriba y abajo de los represamientos, con el agravante de su fraccionamiento en los lugares de mayor presencia de represas, haciendo por consiguiente crecer las posibilidades de inviabilidad de las poblaciones que allí se hallen, nuevamente y en especial de peces, ya que además no se cuenta con medidas efectivas para ayudar a la interconexión del flujo genético en ambos sentidos de circulación.
Más hacia el Sur, ya en el Paraná Medio, se desarrolla sobre la margen derecha una amplia y compleja planicie de inundación que se extiende desde cerca de la confluencia del Paraná y el Paraguay hasta la ciudad de Diamante (Entre Ríos), aproximadamente, en la que se invierte la posición de las barrancas y sus áreas inundables, que pasan a la margen izquierda en el tramo conocido como Paraná Inferior, donde van perdiendo sus características típicas para confundirse con el Delta paranaense. (17*)
A esta situación se le agrega el importante factor de que aún no cuenta con ningún represamiento en ese tramo, con lo que la posibilidad de circulación genética se halla todavía en condiciones de sustentabilidad si se toman las acciones necesarias para garantizarla.
Más hacia al Este, el río Uruguay define un curso de unos 1.800 km de largo, que drena a la vez una superficie de alrededor de 365.000 km2. Desde el inicio de la cuenca en territorio brasileño, hasta la represa de Salto Grande, se puede aún observar largos tramos de río sin represas, y que pueden establecer largos tramos como corredores biológicos viables.
Dentro de estos territorios, es fundamental el papel que cumplen los "pulsos" de las crecientes periódicas que permiten una respuesta característica de la comunidad biótica de la región para la cual se halla adaptada toda la biodiversidad que la ocupa.(18*) Este "pulso" representa la principal fuerza que determina y controla la bioproductividad del río, desarrollada fundamentalmente en las planicies de inundación. (19*)
Este sistema comprende un corredor natural que si bien está siendo fragmentado por presión de actividades humanas productivas, aún presenta posibilidades de sustento. La importancia biológica del mismo se halla sostenida en especial por un corredor natural de selva de galería que acompaña al cauce del río a través del sistema de islas que va perdiendo diversidad a medida que se acerca al delta. Dentro de este territorio, se hallan varias especies endémicas, especialmente hacia la parte superior y cercana a la provincia de Misiones.
Flanqueando a este enorme humedal, se halla el cauce principal del Paraná y en el lado oriental de la Mesopotamia, el Uruguay conforma otro humedal paralelo. Estos cursos de aguas representan un factor de ingresos de gran importancia económica y social. Según cifras de 1980, se extraían 50.000 toneladas de pescado del Paraná, y 15.000 toneladas del Uruguay, con una cifra igual al del Plata. Actualmente, entre el comercio legal e ilegal de pesca, se estima que solamente en el Paraná la cifra podría duplicarse como mínimo. A los ingresos de pesca, se deben agregar los que se generan por pieles de coipos, yacarés y lagartos fundamentalmente.
Tanto el sistema de humedal, como el cauce principal del río forma una unidad, ya que ambos se complementan para su funcionamiento, al que se debe agregar la complementariedad de las costas y humedales que forman un mosaico de ambientes complejo y extenso, que deben contemplar la visión conjunta de costas, ríos y humedales para que el mismo funcione de manera natural, y pudiendo a la vez absorber explotaciones comerciales sustentables sin que se pierda la capacidad de corredor que le es inherente. Sobre esta inmensa zona se hace necesario implementar una estrategia urgente de delimitación de un corredor biológico como desafío para la sustentablidad del sistema y sobre la que se debe iniciar la discusión de un programa para ponerlo en práctica.
Por último, vale mencionar el efecto que sobre dicha zona está causando el desplazamiento de la explotación ganadera, y el empleo del fuego para roza y mejora de pasturas, con la inevitable destrucción de hábitats que deberían estar protegidos.
De esta manera, en nombre de la libre empresa, se destruye un capital de recursos naturales que pertenece a toda la Nación, y que termina sucumbiendo a los intereses particulares de quienes usufructúan los beneficios de los recursos naturales públicos. En este sentido debe recordarse que quienes usan esas tierras, ya sea como prpopietarios de los terrenos o como arrendatarios, deben ajustarse a las leyes vigentes o que se implementen en el futuro, pero que de ninguna manera les está permitido el libre albedrío productivo en esas tierras, ni el uso indiscriminado de prácticas irrazonables como la quema indiscriminada de campos, algo que con la implementación de la presente ley podría comenzar a subsanarse.
Por todo lo expuesto, y por lo expondré en su oportunidad, solicito de los señores legisladores el tratamiento y posterior aprobación del presente proyecto de ley, que reconoce como antecedente el expediente 1832-D-2008 de la diputada nacional (m.c.) Paulina Fiol
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ASSEFF, ALBERTO BUENOS AIRES UNIR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
INTERESES MARITIMOS, FLUVIALES, PESQUEROS Y PORTUARIOS (Primera Competencia)
RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO
PRESUPUESTO Y HACIENDA