El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1°: Elimínese a partir de la presente ley los Derechos de Exportación a los productos cárnicos de las posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur (NCM) detalladas a continuación: 0201.10.00; 0201.20.10; 0201.20.20; 0201.20.90; 0201.30.00; 0202.10.00; 0202.20.10; 0202.20.20; 0202.20.90; 0202.30.00; 1602.50.00 (excepto 1602.50.00.120 y 1602.50.00.920).

Artículo 2º: Elimínese a partir de la presente ley el Registro de Operaciones de Exportación operado por la Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo Interno dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas Publicas a los productos cárnicos de las posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur (NCM) detallados en el artículo 1°.

Artículo 3°: De forma.

Señor presidente:

La producción ganadera de carne de Argentina representa una actividad de gran raigambre cultural en el país, generada tanto por la afición de los argentinos por el consumo de esta carne como por la relevancia social y económica de la actividad.

La combinación de factores políticos y climáticos generaron que en 2008 y 2009 se hayan perdido 10 millones de cabezas de ganado en solo 2 años, y en el doble de tiempo, es decir en 4 años, solo se han recuperado 4 millones de cabezas. El gran daño de esta caída de stock se dio sobre todo en la liquidación de vientres, es decir, se faenaron muchas hembras que debían haber sido destinadas a ser futuras madres. Esto tiene consecuencias directas en la producción de terneros y por ende en la producción de carne a nivel nacional.

Desde 2006, el cierre de exportaciones, la poca claridad en la distribución de ROEs rojos, la intervención de mercados concentradores, fueron percibidos por los productores como malas señales para su negocio lo cual desestimuló la inversión en el sector. Esto se ve reflejado claramente en el porcentaje de hembras en la faena que en años como 2008 y 2009 promedio valores de 46% y 47% y en 2014 está superando claramente la barrera de 45%. Esto indica que habrá menos madres a futuro ya que se están enviando a faenar. En el negocio ganadero es clave comprender que las buenas o malas señales enviadas se perciben con 1 a 3 años de retraso en la producción. Es por ello que las malas políticas, que a priori buscaban defender la llamada "mesa de los argentinos" y no comprendieron la lógica de producción cárnica y sus tiempos, han provocado que el precio de la carne al consumidor en Argentina haya crecido 2,5 veces más que el índice de Precios al Consumidor (IPC) desde 2006 a la actualidad, es decir, que el consumidor se ha visto muy perjudicado.

Por lo expuesto, para reactivar el sector es muy importante comenzar a enviar señales positivas como se propone en este proyecto de ley eliminando las retenciones a la exportación de carne vacuna y eliminando los ROEs rojo, régimen burocrático que a ha entorpecido el proceso de exportación. La apertura de exportación además de incentivar la producción a través de una mayor de retención de vientres, estimula es la producción de animales más pesados. Esto es clave dado que el peso medio de faena (PMF) argentino es bajo, 220 kg de res con hueso por animal, mientras que países como EEUU tienen de promedio 365 kg de res con hueso por animal faenado. En países donde la eficiencia de producción de terneros es baja, como es el caso de la Argentina, donde en promedio de los últimos 60 años se producen 6 terneros cada 10 vacas y no existen políticas de incentivo para revertirlo, resulta crucial poder obtener la mayor cantidad de kilogramos por animal faenado.

A nivel mundial, el contexto es sumamente prometedor para el producto de carne vacuna, donde Argentina llegó a ser el 3er exportador mundial en 2004 y 2005 y luego año a año perdió lugares al punto que hoy es el onceavo mayor exportador muy lejos de gravitar a nivel mundial y habiendo perdido muchos mercados de importancia.

En Argentina se consumen en promedio anual 110 kg de carne, entre carne vacuna, de cerdo y de pollo, per cápita. Aumentar las exportaciones de carne vacuna, con las exigencias de peso que tiene el mercado internacional, una adecuada política de comercialización interna y la potenciación de la producción y consumo de carnes alternativas, permitirán a nuestro país reinsertarse en el demandado mercado internacional de carnes bovinas, satisfaciendo nuestro mercado interno, incorporando divisas a nuestras menguadas reservas e impulsando la recomposición de nuestro stock ganadero.

Por lo expuesto, es que solicito a mis pares que acompañen el presente proyecto de ley.