La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar la solidaridad con el pueblo de Nigeria y el más enérgico repudio al ataque suicida cometido el 10 de noviembre contra la escuela internado ubicada en la localidad de Potiskum de la República Federal de Nigeria, que dejó como resultado unos cincuenta muertos y cientos de heridos

Señor presidente:

Un nuevo atentado ocurrido en la República Federal de Nigeria conmovió a la comunidad internacional. En esta oportunidad un atentado suicida mató a 47 estudiantes e hirió a otros 79 al explotar una bomba en la asamblea matinal de estudiantes secundarios que se encontraban en la escuela del noreste de Nigeria. Esta masacre se suma a otros hechos de extrema violencia que se vienen perpetrando desde hace cinco años en el país.

Este criminal hecho forma parte además de una perversa metodología que se viene implementando en distintos países con jóvenes estudiantes como víctimas inocentes de todo tipo de conflicto.

Otro ataque suicida ocurrido la semana pasada causó la muerte a unas 30 personas en la misma ciudad de Potiskum del estado de Yobe donde rige el estado de emergencia decretado por el Gobierno de Nigeria con motivo de la violencia desatada por el grupo terrorista Boko Haram.

Boko Haram, cuyo nombre significa en lenguas locales "La educación no islámica es pecado", ha matado a más de 3000 personas en lo que va del año, según datos del gobierno nigeriano.

Uno de los hechos de violencia de mayor trascendencia fue el secuestro de unas 200 jóvenes llevado adelante el 15 de abril próximo pasado, mientras las víctimas se encontraban en el instituto escolar. Recientemente, el 31 de octubre, el citado grupo extremista islámico acabó con las esperanzas de un intercambio de prisioneras para conseguir la liberación de las niñas secuestradas, al difundirse un video en el que el supuesto líder del grupo Abubakar Shekau, manifestó que el tema de las niñas ya estaba en el olvido porque desde hacía mucho tiempo las habían casado, en lo que constituye adicionalmente uno de los más graves desconocimientos de elementales cuestiones de género.

Esto configura una violación de los más elementales derechos humanos, inconcebibles en el siglo 21 e inaceptables más allá de cualquier diferencia intercultural o de concepciones religiosas.

Ningún objetivo puede justificar la violencia contra la población civil y menos aún contra instituciones educativas en las que se toma como blanco del ataque a los propios estudiantes, de allí nuestra más enérgica condena a este nuevo atentado con independencia de su autoría.

Por todo lo expuesto y acompañando en su consternación al pueblo nigeriano ante la frecuencia y brutalidad de las agresiones contra instituciones educativas perpetradas en el norte del país, solicito a mis pares acompañen la presente iniciativa.