PROYECTO DE TP
Expediente 8907-D-2014
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA OTORGAR A LA MUNICIPALIDAD DE LA CIUDAD CAPITAL DE LA PROVINCIA DE MENDOZA, UN APORTE EXTRAORDINARIO POR UNICA VEZ DE UN MILLON DE PESOS CON EL OBJETO DE RECREAR EL SOLAR DONDE VIVIERA ENTRE LOS DIAS 7 DE SEPTIEMBRE DE 1814 Y 23 DE MARZO DE 1817 EL GENERAL DON JOSE DE SAN MARTIN.
Fecha: 11/11/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 163
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Dirigirse al Poder Ejecutivo
Nacional a fin que otorgue a la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza un
aporte extraordinario por única vez de un millón de pesos ($ 1.000.000),
con el objeto de recrear el solar de calle Corrientes 343, donde viviera entre
el 7 de setiembre de 1814 y el 23 de enero de 1817 el general José de San
Martín con su esposa Remedios de Escalada y donde naciera la hija de
ambos, Mercedes de San Martín, solar en el cual organizó el Ejército de los
Andes. Dicho subsidio es para que se erija un centro de información sobre
el Libertador, su estilo de vida y el de su familia.
La presente Resolución se dicta
en conmemoración del Bicentenario de la designación del general José de
San Martín como Gobernador Intendente de Cuyo..
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
En el año 1814, llegaron a
Mendoza, José Francisco de San Martín y su esposa María Remedios
Escalada, y se radicaron en la casa de la familia Álvarez, que se ubicaba
en el actual domicilio de calle Corrientes 343 de la Ciudad de Mendoza.
Fue en ese solar histórico, donde el 24 de Agosto del año 1816, nació la
única hija del General Don José de San Martín, cuando se encontraba en
plena formación el Ejército de Los Andes que, daría la libertad a Chile y
Perú, facilitaría la de Ecuador y aseguraría la Independencia Argentina.
El 31 de Agosto de 1816, fue
bautizada la hija del Libertador con el nombre de Mercedes Tomasa, por el
vicario José Lorenzo Güiraldes. Fueron padrinos el Sargento Mayor José
Antonio Álvarez de Condarco -gran amigo y colaborador de San Martín- y
la amiga y vecina, Doña María Josefa Álvarez.
El 24 de Enero de 1817, el
General Don José de San Martín dejó su familia y partió hacia Chile, a
cumplir su misión americanista. El sacrificio valió la pena, porque sus
sueños independentistas fueron cumplidos.
Cumplida su meta de libertad
para la Argentina, Chile y Perú, regresó al país donde fue víctima de
calumnias e injurias de sus opositores. La reciente muerte de su esposa,
las guerras fratricidas que inundaban de sangre nuestro país, los agravios
de que era objeto y fundamentalmente su deseo de dedicarse a la
educación de su hija, lo llevaron a tomar la decisión de abandonar nuestro
país y partir con su hija a Europa.
El 31 de julio de 2013 el por
entonces intendente de la ciudad de Mendoza Dr. Víctor Fayad (fallecido en
el corriente año) firmó el decreto para reconstruir el espacio donde habitó
el Libertador y su familia.
Mediante este decreto se creó
una comisión de estudio presidida por el Prof. Guillermo Rodolfo Romero y
profesionales involucrados en aspectos de la historia sanmartiniana a fin
de aportar sus ideas y emplazar en el predio un museo histórico y un
centro de información sobre el Libertador.
El intendente Fayad explicó
que "esta decisión forma parte de la política de rescate de sitios históricos,
como el Área Fundacional o las Ruinas Jesuíticas de San Francisco".
Agregó que "nuestro compromiso con la historia no es de ahora, siempre
nuestra gestión se caracterizó por la recuperación del pasado y con esto
estamos pagando una deuda con San Martín".
En el año 2012 se envió al
Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza para que se declare al solar
histórico de interés público municipal, el cual fue aprobado con el número
3844, pero por tratarse de un terreno que es parte del patrimonio
mendocino se necesitaba una ley provincial.
Este año la Legislatura
provincial sancionó y promulgó en 2013 la Ley 8.573, que habilita a la
Municipalidad de la Ciudad de Mendoza a comprar la propiedad donde se
encuentra el espacio histórico -calle Corrientes 343- que fue habitado por
San Martín y su familia cuando era Gobernador Intendente de Cuyo, de
septiembre de 1814 a enero de 1817
En el inmueble de la calle
Corrientes 343, actualmente se levanta una construcción de dos plantas
con una entrada lateral a un taller mecánico (Fuentes: diarios Uno, El Día
y Los Andes). Tiene una larga e interesante historia que vale la pena
rememorar, conociendo el antes y el después que el general José de San
Martín fuera designado gobernador intendente de Cuyo en 1814. Durante
este período el héroe de América se instaló en Ciudad, a unas pocas
cuadras del viejo Cabildo de la Plaza Mayor que hoy conocemos como
Pedro del Castillo.
Tal como sugieren los
expedientes de la época, la austeridad del prócer se vivenciaba en cada
detalle, y durante su estada en la provincia rechazó que el Cabildo le
comprara una casa para vivir con su señora. Sin embargo, puedo saberse
que el Consejo le alquilaba una vivienda en la calle Corrientes 343, que
posteriormente desapareció durante el devastador terremoto de 1861.
Fue en esa propiedad donde
meditó sobre cómo organizar el Ejército de los Andes, donde ideó la
manera de introducir cambios en la administración cuyana y donde nació
su hija, Mercedes, el 23 de agosto de 1816, como se consigno más arriba.
Originalmente era una casa
muy grande, que contaba con una caballeriza en los fondos, y fue
abandonada por San Martín y su familia en 1817, cuando partió rumbo a
Chile.
En noviembre de 1560, el
gobernador de Chile Don García Hurtado de Mendoza, nombró a Pedro del
Castillo como capitán general y teniente gobernador, para poblar, fundar,
repartir tierras y encomendar indios en la provincia de Cuyo.
La expedición partió con 38
hombres a fines de enero de 1561. Luego de atravesar la cordillera y pasar
por Uspallata, el 22 de febrero los colonizadores llegaron al valle de
Huentota en donde se establecieron.
El 2 de marzo, Pedro Ruiz del
Castillo realizó legalmente la fundación y la denominó Mendoza en honor
al gobernador de Chile que organizó la expedición. Como era costumbre,
los escribanos levantaron una serie de actas y después Castillo tomó
juramento a todos los presentes.
Los reunidos allí prometieron
sustentar la nueva ciudad y no despoblarla salvo por una causa extrema
como el hambre, la sed, o la fuerza de muchos enemigos. Se nombró a los
representantes del Cabildo y, por último, prestó juramento como teniente
gobernador.
Seis meses después se procedió
a repartir las tierras para los primeros colonos que se dividieron en
cuarenta y un terrenos de seis cuadras cada uno, con el objeto de formar
huertas y viñas.
Entre los nombres figuraban
Antonio Cambranes, Gabriel de Cepeda, Juan de Contreras, Martín Inga,
Pedro Moyano Cornejo, Gaspar Ruiz de Rojas, Juan de Villegas, Pedro de
Zárate, Lope de la Peña y Francisco de Urbina.
A mediados del siglo XVII, la
pequeña aldea se extendió hacia el sur, norte y oeste en donde se
delinearon nuevas parcelas. Toda la manzana en donde se encuentra la
casa de la actual Corrientes 343, fue propiedad de Carlos Nieto
Carballo.
Por aquel momento, Mendoza
era un puñado de casas y de personas que iban creciendo paulatinamente.
La mayoría de estas parcelas eran verdaderas fincas con huertos y
pastizales en las que se criaban animales para el sustento familiar.
A mediados del siglo XVIII,
cuando Nito Carballo falleció, la manzana se dividió y una parte pasó a
manos de su esposa, Margarita Sosa, y de su hija María Nieto, casada con
Alvarado.
Después de enviudar, doña
Margarita se casó en segunda nupcias con Isidro Álvarez.El matrimonio
Alvarado vivió allí hasta la muerte de ambos y quedaron sus hijos como
sucesores de esos terrenos, ubicados en las actuales calles Corrientes,
José F. Moreno, Monte Caseros y Córdoba.
Al ritmo del XVIII, la ciudad
siguió creciendo. Se podía ver varios edificios importantes como los
templos de los ex Jesuitas (hoy ruinas de San Francisco), el de Santo
Domingo, la de la Matriz o el Cabildo. También muy cerca de la casa de los
Álvarez y Alvarado, se encontraba la calle y paseo principal llamado "La
Cañada", lugar de encuentro de las familias más importantes.
Los Álvarez fueron creciendo y
Tomás se casó con doña Agustina Obredor: tuvieron varios hijos, entre
ellos doña Trinidad, María Josefa y José Marcos, quien luego ocuparía un
lugar importante en la historia. Don Tomás falleció a fines de 1700 y fue
entonces que sus hijos (Marcos, Trinidad y Josefa) recibieron parte de la
manzana comprendida entre la mitad de calle Corrientes y José Federico
Moreno.
A principios de setiembre de
1814, días antes de la llegada del gobernador de Cuyo, José de San
Martín, el Cabildo de Mendoza le ofreció una vivienda para que se alojara,
ubicada muy cerca de la Plaza Mayor.
Éste, con humilde decisión,
agradeció la propuesta, pero pidió establecerse en otro sitio elegido por él.
Las autoridades insistieron y San Martín accedió a uno ubicado en la
actual calle Corrientes 343.
El 24 de agosto de 1816, en el
mismo lugar en que se habían establecido en 1814, nació una niña a la
que llamaron Mercedes Tomasa. Según la tradición oral Josefa "Pepa"
Álvarez fue una de las personas que asistió a Remedios en el parto.
En enero de 1817, San Martín
marchó con su ejército para cruzar los Andes y liberar el territorio chileno.
Remedios y su niña tomaron rumbo hacia Buenos Aires, desalojando
aquella vivienda.
Pero el tiempo siguió su curso y
los Álvarez, a mediados del siglo XIX, vendieron esa propiedad a Gerónimo
Corvalán quien por algunos años estuvo viviendo con su esposa Elena.
En la noche del 20 de marzo de
1861, la ciudad sufrió un gran terremoto que destruyó la gran mayoría de
los edificios que existían. La antigua casa en la que había residido el Padre
de la Patria tuvo también ese destino.
La zona quedó muy dañada y la
viuda de Villanueva vendió veinte años después esa propiedad al italiano
Juan Bautista Pais Libera.
La familia Pais Libera vivió más
de 100 años en ese lugar. Otro sismo, ocurrido el 26 de enero de 1985,
destruyó parte de la antigua vivienda edificada a fines del siglo XIX. Fue en
ese momento que los Libera enajenaron esta propiedad a la familia
Marcovecchio, actuales dueños.
También creo oportuno
transcribir la investigación efectuada por don Edmundo Correas y
publicada en la página del Instituto Nacional Sanmartiniano, la cual
demuestra con solidez y profundidad la importancia crucial de la obra del
Libertador en su residencia mendocina.
"Fueron decisivos los trabajos
realizados por San Martín en el gobierno y administración de Cuyo, en
particular en Mendoza donde residió, desde el 7 de septiembre de 1814,
día en que llegó, hasta el 23 de enero de 1817, día en que salió para Chile.
Aquí, en realidad, forjó la independencia de tres naciones.
Muchos de los emigrados
chilenos fueron alojados en casas de familia, otros en cuarteles, algunos
soldados quedaron en Mendoza y los demás siguieron a Buenos Aires,
donde ya estaban los Carrera.
Ahora necesitaba el gobernador
redoblar su atención al gobierno civil y militar. Era indispensable
recuperar Chile, la "ciudadela de América" y poco podía esperar entonces
del gobierno de Buenos Aires urgido por las necesidades del Ejército del
Norte. Entre bromas y veras, el Director Posadas le aconsejaba arreglarse
como pudiera, "ínterin acá me peleo para mandar tercerolas, sables viejos,
o demonios coronados para que se ponga la cosa en pie de defensa". Era
indispensable obtener los recursos de Cuyo que, a pesar de su pobreza,
con el sacrificio y la abnegación de las tres provincias, dio vida al Ejército
de los Andes.
San Martín desempeñó todas
las funciones de gobierno: fue poder ejecutivo, legislador, juez, edil y jefe
militar; además, diplomático y político. No obstante la extensión de su
poder, no lo desempeñó como déspota. En todas las funciones demostró
las características de su personalidad: previsor, disciplinado, virtuoso,
infatigable, apasionado por la libertad.
Tuvo excelentes colaboradores
que supieron interpretarlo, entre otros, los tenientes gobernadores Toribio
de Luzuriaga en Mendoza, José Ignacio de la Rosa en San Juan y Vicente
Dupuy en San Luis. Más de una vez exigió contribuciones y ayudas
extraordinarias. "El pueblo derrama a borbotones toda clase de ayuda",
dice Luzuriaga. Prueba de la estimación popular fue la adhesión que le
demostró el Cabildo Abierto cuando en 1815 el Director Alvear le aceptó la
renuncia y designó en su reemplazo al coronel Perdriel. "¡Queremos a San
Martín!", fue el grito unánime de los mendocinos y el voto de los Cabildos
de San Juan y San Luis. Y fue el Cabildo mendocino quien le donó
doscientas cuadras en Los Barriales, donde él hubiera deseado vivir
siempre. Ese mismo Cabildo lo declaró "Ciudadano Honorario y Regidor
Perpetuo" en 1821, cuando ya no era gobernador y estaba lejos de
Mendoza.
Durante su gobernación, entre
otras iniciativas y realizaciones, San Martín difundió la vacuna
antivariólica; embelleció y extendió la vieja Alameda, paseo habitual de la
sociedad mendocina; abrió canales de riego; delineó la Villa Nueva;
impulso la industria y el comercio; dispuso el blanqueo de las casas;
prohibió la construcción de balcones y ventanas voladas que obstruían el
paso de los transeúntes. Era asiduo lector y escribía con elevación y cierta
elegancia, pero deplorable ortografía. Por él se fundó la primera biblioteca
mendocina y más tarde la del Perú; fomentó la instrucción y educación en
Cuyo, dictó instrucciones a los maestros de escuela, prohibió los castigos
corporales a los escolares y contribuyó a la creación del colegio de la
Santísima Trinidad, primer establecimiento educacional mendocino de
enseñanza secundaria. No pudo asistir a su inauguración, que estuvo a
cargo de Luzuriaga, pero ha dejado un mensaje inolvidable que está
transcripto en el Acta funcional de la Universidad Nacional de Cuyo del 27
de marzo de 1939: "Ningún hombre nacido en esta tierra debe tener a
menos o creer que hace un sacrificio viniendo a esta ciudad excelente a
fundar estudios hasta que ellos puedan marchar por sí solos..."
"El gobierno de San Martín en
Cuyo se parece un poco al de Sancho Panza en la ínsula Barataria", dice
Mitre. Y es verdad, porque el juzgó y sentenció con criterio humano, de
acuerdo con la verdad sabida, el buen juicio y la clemencia, sin invocación
de leyes ni intervención de abogados y procuradores. Fue juez como un
buen padre de familia y hay muchas anécdotas que lo atestiguan y
demuestran sensibilidad. Cuando supo que a los presos en la cárcel de
Mendoza les daban de comer cada 24 horas, se dirigió al Cabildo para que
se incluyera cena en la alimentación diaria.
En la vida pública y privada de
San Martín hay unidad moral en su conducta. Ninguno de los que lo
envidiaron, calumniaron y odiaron, pudo, con verdad, señalar un solo acto
de inconducta de este hombre.
San Martín se había casado en
septiembre de 1812 con Remedios de Escalada de la Quintana, de una de
las principales familias de Buenos Aires. Tenía él entonces 34 años y ella
cumplía 15. En el año siguiente, San Martín fue enviado a Tucumán y
luego pasó a Mendoza en 1814. Aquí forma su hogar. El Director Posadas,
amigo suyo y de la familia Escalada, organiza el viaje de la joven esposa,
cuya salud fue siempre delicada. La acompañan dona Benita Melo y su
esposo "Manolito Corvalán que es natural de esa ciudad y de una de las
familias principales", así le escribe Posadas. El 1 de octubre le informa:
"por fin partió su madama, la cual no ha tenido culpa en la demora, sino
sus padres, según ellos mismos me lo han dicho, pues no han querido que
pase a un país nuevo sin todos los atavíos correspondientes a su edad y
nacimiento. Al fin, son sus padres y es forzoso que, al menos en esa
ocasión, los disculpe usted."
A los pocos días de llegar,
Remedios - como la nombran- era el centro de la sociedad mendocina que
espontáneamente simpatizo con la gentil esposa del gobernador. Fue ella
quien organizó la donación de joyas para el servicio de la patria
amenazada por un supuesto ejército español, y fueron damas mendocinas,
sanjuaninas y puntanas, quienes respondieron a su reclamo. Ella, con sus
nuevas amigas Margarita Corvalán, Mercedes Alvarez, Laureanita Ferrari y
la joven chilena Dolores Pratt de Huici, cuyo esposo murió en el desastre
de Rancagua, fueron quienes bordaron la bandera de los Andes jurada el 5
de enero de 1817, en el mismo día que se consagró patrona del ejército a la
Virgen del Carmen de Cuyo. El hogar de San Martín se instaló en una
modesta casa de la actual calle Corrientes y allí nació, el 24 de agosto de
1816, su única hija, Merceditas, que será su felicidad y consuelo hasta la
muerte".
Por todo lo expuesto, la
relevancia histórica del lugar que ya fuera declarado monumento histórico
nacional por la presidente María Estela Martínez de Perón, mediante
decreto PEN 368 del 18/02/1975 juntamente con el Manzano Histórico de
Tunuyán; la Ordenanza Nº 3386/99 de la Ciudad de Mendoza, mediante
la cual el Honorable Concejo Deliberante local, declaró de Interés
Legislativo Municipal todas las iniciativas concernientes a las políticas
públicas que conlleven acciones y pretendan revalorizar y recobrar el
histórico solar, que motiva el presente proyecto; la ordenanza 3844 del año
2013, el decreto del ex intendente Dr. Víctor Fayad y la ley de la Provincia
de Mendoza n° 8573, ameritan que se otorgue la ayuda económica
extraordinaria durante el año 2014, en que se celebra el bicentenario de la
designación del general José de San Martín como Gobernador Intendente
de Cuyo.
Pido por consiguiente el apoyo
de mis pares a fin de aprobar esta iniciativa
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
ASSEFF, ALBERTO | BUENOS AIRES | UNIR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
PRESUPUESTO Y HACIENDA (Primera Competencia) |