La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

1º: Solicitar al Poder Ejecutivo que por intermedio de la Dirección General de Cultura y Educación, informe sobre diversos puntos vinculados a recientes hechos de hostigamiento escolar o bullying en territorio nacional. A saber:

Indique la modalidad de intervención que la Dirección General de Cultura y Educación ha establecido para que los establecimientos escolares de la república argentina puedan abordar de manera coordinada y apropiada los casos de bullying.

Informe si la Dirección General de Cultura y Educación cuenta con estadísticas referidas al hostigamiento escolar. En caso afirmativo adjunte los informes. De lo contrario justifique la ausencia de los mismos

Detalle el protocolo utilizado para trabajar la problemática de acoso escolar dentro de la comunidad educativa, la modalidad de comunicación establecida entre alumno, familia y escuela.

Informe la capacitación con la que cuenta todo el personal educativo, tanto docentes como no docentes.

Informe las escuelas que cuentan con gabinete psicopedagógico. Adjunte el listado de establecimientos educativos que aún no cuentan con dicho gabinete y especifique los motivos de la falta de ese importante instrumento para abordar la problemática escolar

Detalle cualquier otro punto que considere que pueda resultar relevante sobre este problema.

Señor presidente:

En los últimos tiempos, la prensa ha difundido reiteradamente penosos casos de un fenómeno que en el mundo es denominado bullying que no es otra cosa que violencia escolar expresada en diversas modalidades, como acoso, asedio, hostigamiento, persecución, amenaza, insultos, golpizas y formas más sofisticadas, como campañas insidiosas por vía informática, practicadas por una persona o un grupo de personas contra víctimas indefensas.

El acoso escolar es un fenómeno de alta complejidad. Consiste en la intimidación entre pares, que va de las bromas a la marginación o incluso el abuso con connotaciones sexuales o agresiones físicas. La relación entre pares es determinante en la socialización y el aprendizaje. Sin embargo, a veces configura un juego perverso de dominio-sumisión. En las conductas de acoso se incluyen variables familiares, sociales y escolares.

Los casos que en aumento se vienen dando en nuestro país son motivo para una búsqueda urgente de toda forma de respuesta que pueda revertir dicha situación que en un estado de alta vulnerabilidad expone a muchos adolescentes. El pasado 7 de octubre en la ciudad de Bahía Blanca, la madre de un nene de 12 años denunció que a su hijo le habían fracturado un brazo en una pelea, asegurando que su hijo era víctima de bullying. La madre del adolescente contó que "fue como un tipo de emboscada, porque lo abrazaron y lo metieron dentro de una ronda entre 10 y 15 chicos, donde lo patearon, lo golpearon. Como resultado de todo eso le quebraron un brazo" y agregó que "lo primero que atinó fue a protegerse la cabeza, por eso le quebraron el brazo".

Otro caso conocido públicamente fue el de Antonella Arenas quien tras haber cambiado su identidad de género el año pasado y haber adquirido su nuevo DNI como mujer, la alumna de sexto año de una escuela técnica de la ciudad mendocina de San Rafael denunció ante las autoridades escolares que sufría "bullying" y discriminación a diario.

Todos coinciden en que esta problemática no puede esperar y que resulta imperiosa la necesidad de un tratamiento multidisciplinario que dé respuesta y a la vez prevenga las conductas de hostigamiento en el colegio.

El acoso escolar o bullying es un fenómeno que si bien existe desde hace tiempo, hoy se ha reconceptualizado y es centro de debates entre diversos especialistas. La escuela como escenario pero principalmente como actor está llamada a adoptar un rol principal en el abordaje de esta cuestión. Uno de los principales problemas del hostigamiento escolar es la invisibilidad que puede adquirir ante los ojos de la comunidad educativa, con excepción de aquellos que sufren el acoso en carne propia.

Es por medio de las políticas públicas que se puede prevenir y abordar este fenómeno que tiene como víctimas a niñas, niños y adolescentes y de esta manera garantizar sus derechos fundamentales. Este es el espíritu del presente proyecto para que por medio de los detalles de las medidas llevadas a cabo por la Dirección General de Cultura y Educación podamos ir dilucidando cuáles son las herramientas que aún son necesarias complementar para evitar que el flagelo del acoso escolar continúe en crecimiento.

Es por lo expuesto que solicito a mis pares me acompañen con su firma en el presente proyecto.