La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su gran preocupación y profundo repudio por el despido del Sr. Luis Suárez, cantinero de la Fragata Libertad, a raíz de sus declaraciones periodísticas sobre la situación del Buque Escuela en su embargo en Ghana.

Señor presidente:

Con gran preocupación hemos tomado conocimiento del despido laboral del Sr. Luis Suárez.

El hecho se produjo, según el cantinero de la Fragata Libertad, cuando realizó declaraciones periodísticas con relación a la situación vivida en la estadía obligada en Ghana, a raíz del embargo sufrido por el Buque Escuela.

En esa ocasión, Suárez había expresado sus críticas al manejo de la situación por parte del Gobierno Nacional.

Al respecto debemos recordar que la libertad de expresión es el derecho que más veces aparece custodiado en nuestra Carta Magna y otorga a todos los ciudadanos que habitan nuestro suelo la sagrada posibilidad de manifestar toda clase de ideas u opiniones sin ningún tipo de condicionamiento ni represión.

En ella se la ampara y protege especialmente por considerarla como la madre de todas las libertades. Del mismo modo la Convención Interamericana de Derechos Humanos y múltiples tratados internacionales la enuncian particularmente.

A esta violación constitucional, se suma la trasgresión y desacato al artículo 14, que garantiza a todos los ciudadanos de nuestra Patria el derecho de trabajar y ejercer toda industria lícita.

Por nuestra parte, debemos alertar que la práctica de desprestigio, ataque al buen nombre y honor de las personas, demandas judiciales y, como en este caso, despidos injustificados se está consolidando cada vez más en nuestro país.

Es así como periodistas, empresarios, comerciantes, comunicadores sociales, dueños de radios, operadores de cable, consultoras económicas, jubilados que quieren regalar unos pocos dólares a sus nietos, asociaciones de consumidores y hasta sencillos trabajadores, como el presente caso del cantinero de la Fragata Libertad, entre otros actores de la vida nacional, son diaria y violentamente atacados desde los organismos oficiales en actitudes autoritarias con herramientas de cohesión generadas en los diversos estamentos de la gestión.

Nuestro país está ingresando en una peligrosa espiral de violencia semántica y censura directa como en el caso de Suárez, que desde hace más de veintiocho años se desempeña en el Buque Escuela y fue echado de su trabajo por no uniformar su pensamiento al discurso oficial.

La utilización de despidos sin causa justificada, para atemorizar e intimidar a quienes expresan sus opiniones en disenso, en una práctica totalitaria absolutamente reñida con la vida democrática que se está constituyendo en uso y costumbre.

La pluralidad de voces es otro de los mitos que el discurso oficial pretende instituir y para ello, no escatima el uso de todas las herramientas de gestión que tiene a su alcance.

Los embates judiciales contra las investigaciones periodísticas de los profesionales que se animan a indagar sobre el gobierno de turno, las cesantías y las rescisiones arbitrarias de contratos, el reparto discrecional de la pauta oficial, el escarmiento a quienes expresan en público sus opiniones, el control de los contenidos, son todos elementos de los que se vale la estructura gubernamental para dominar y disciplinar a quienes disienten con el relato que se pretende instaurar y son inadmisibles en una sociedad republicana, que debería respetar los derechos individuales y colectivos de sus integrantes.

Estos atropellos nos comprometen especialmente en la defensa de la libertad de expresión y del derecho de los ciudadanos a expresar su opinión sin condicionamientos ni temores, en un clima de respeto y tolerancia y gozando plenamente de los resguardos constitutivos de la vida democrática.

Es por ello que expresamos nuestro más enérgico repudio ante este grave acontecimiento; nos instituimos, por el mandato popular obtenido en las urnas, en aval y garantes de los derechos constitucionales y acompañamos con nuestra solidaridad al Sr. Luis Suárez.

A su vez, exigimos el inmediato reintegro a sus actividades laborales, en los días y horarios en los que usualmente desarrollaba su tarea.

Por lo expuesto Sr. Presidente, le solicitamos la aprobación del presente proyecto de declaración.