La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Manifestar su más enérgico rechazo a la decisión del gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte de designar con el nombre de "Tierra de la Reina Isabel", al sector antártico comprendido al sur del paralelo 60° Sur, entre los meridiano 20° y 80° de Latitud Oeste con vértice en el Polo Sur, cuya plena soberanía reclama legítimamente la República Argentina por considerarlo parte integral de su territorio nacional.

Señor presidente:

En otro gesto de provocación hacia la República Argentina, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte denominó "Tierra de la Reina Isabel "en honor al Jubileo de Diamantes de la monarca inglesa, a una zona de la Antártida cuya soberanía reclama nuestro país, y que abarca todas las tierras al sur del paralelo de los 60° Sur, entre los meridiano 20° y 80° de Longitud Oeste con vértice en el Polo Sur, con una superficie aproximada de 1.709.400 kilómetros cuadrados. El territorio en cuestión, incluye parte de la Tierra de Coats, la península Antártica, las islas Orcadas del Sur, las Shetland del Sur, la isla Alejandro I, entre muchas otras.

Este pretendido Territorio Antártico Británico, nombre que los ingleses dan a esta región desde marzo de 1962, forma parte de los catorce Territorios de Ultramar del Reino Unido, la mayoría de ellos denunciados como anacrónicos enclaves coloniales en pleno siglo XXI.

Es necesario señalar que este espacio codiciado por el Reino Unido forma parte de la Antártida Argentina. En este sentido, por razones históricas, jurídicas y geológicas, es reivindicado en su totalidad por nuestro país ya que los mismos forman parte inseparable e integral de nuestro territorio nacional.

El Tratado Antártico, que regula las relaciones internacionales de los territorios ubicados al sur del paralelo 60° Sur y que fuera suscripto en 1959, reza en su Preámbulo que "es en interés de toda la humanidad que la Antártida continúe utilizándose siempre exclusivamente para fines pacíficos y que no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional". Sin dudas que el gesto del Reino Unido, signatario al igual que la Argentina de este documento, no se compadece con el espíritu que animó la redacción de dicho Tratado.

Por el contrario, la República Argentina en la llamada Declaración de Ushuaia suscripta durante el año 2012 por ambas Cámaras del Congreso Nacional, renueva su compromiso con lo convenido en dicho acuerdo al señalar, en el apartado séptimo de dicha Declaración , "El apoyo a los propósitos del Tratado Antártico, como su sistema jurídico, para asegurar un pacífica convivencia internacional en la zona, profundizando el compromiso de protección del medio ambiente, la conservación de sus ecosistemas, y el uso racional de los recursos vivos marinos antárticos, para fortalecer el respaldo continental para el establecimiento de políticas nacionales y regionales de carácter integrador"

El Artículo 4° de dicho Tratado expresa que "Ninguna disposición del tratado se interpretará como renuncia o menoscabo o como perjudicial a los derechos de soberanía territorial o a las reclamaciones territoriales en la Antártida, previamente declaradas. Ninguna actividad que se realice mientras esté en vigencia el tratado servirá para hacer valer, crear, apoyar o negar un fundamento de reclamación de soberanía territorial. Se prohíbe la ampliación o creación de nuevas reclamaciones de soberanía territorial en la Antártida mientras dure el tratado"

Como se desprende de esta disposición la República Argentina, miembro consultivo del Tratado Antártico, conserva plenamente la soberanía sobre el sector antártico que le es propio y sigue sosteniendo sus reivindicaciones y reclamos territoriales sobre aquellos otros espacios que, considerándolos parte integral del territorio nacional, mantiene diferencia o se encuentran en disputa con otros Estados.

La República Argentina tiene una fecunda y heroica historia vinculada a la exploración antártica. Hemos sido pioneros, no solo en la ocupación pacífica del Continente Blanco, sino también en la búsqueda de conocimiento científico, protección del medio ambiente, desarrollo de asentamientos humanos, apertura de nuevas rutas de comunicación, hechos que comportan un conjunto de iniciativas que han permitido a nuestro país consolidar legítimamente la soberanía sobre la Antártida.

La Antártida Argentina es parte fundamental de nuestro territorio. Además de los recursos naturales y energéticos, del valor geopolítico y científico que reviste la misma, debemos señalar que allí viven, en medio de las más extremas condiciones climáticas y de aislamiento, familias argentinas que día a día reafirman, con sacrificio y voluntad, nuestros derechos sobre el Continente Blanco. Muchos y largos han sido los sacrificios realizados pero también valiosos los resultados recogidos. De allí que repudiamos y desconocemos cualquier pretensión que intente, como lo hace el Reino Unido de Gran Bretaña, avanzar sobre lo que consideramos forma parte inseparable e integral del patrimonio nacional.

En consecuencia esta Cámara de Diputados debe rechazar el nombre "Tierra de la Reina Isabel" con el que se pretende denominar a una parte del territorio antártico argentino. Razones históricas, jurídicas y económicas nos llevan a impulsar esta incitativa, pero también un profundo compromiso por quienes con heroísmo y profunda vocación patriótica, han dejado y dejan para las generaciones futuras, un legado y una epopeya de incalculables dimensiones materiales y simbólicas.

Por los motivos expuestos, es que solicito a mis pares, me acompañen en el presente Proyecto de Resolución.