El Senado y Cámara de Diputados...

Articulo 1. Declárese Monumento Histórico y Cultural de la Nación "El Oratorio de los Orquera y su entorno", en la localidad El Puesto, Tinogasta en la provincia de Catamarca.

Articulo 2. A los fines dispuestos en el artículo 1° de la presente Ley, el citado bien quedará amparado por las disposiciones de las leyes 12.665, modificada por la ley 24.252 y 25.197.

Articulo 3. La Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos realizará las gestiones y procedimientos establecidos en los artículos 1°, 3°, 3°bis, 4° y 6° de la ley 12.665, modificada por la ley 24.252, y su reglamentación

Articulo 4. Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

En el departamento de Tinogasta, a 16 km. de la cabecera departamental se encuentra El Puesto, una pequeña localidad de 500 habitantes que tiene la particularidad de parecer estar detenido en el tiempo ya que presenta la mayor parte de sus casas construidas en adobe. El pueblo tuvo su auge en los siglos XVII y XVIII, cuando concentraba el engorde de ganado y el comercio de las mulas que se usaban en la travesía al Alto Perú y hacia los países vecinos.

Entre las construcciones podemos destacar "el Oratorio de los Orquera", exquisita pieza arquitectónica de adobe resuelta con magistral sencillez que data de 1740 por encargo de las hermanas Asiares y que surgió siguiendo la tradición de los oratorios privados, pequeñas iglesias que se levantaban en las estancias cuando no había un templo cerca.

Además de la fineza del diseño, algo que resalta de este oratorio es que no fue levantado con bloques de adobe sino con moldes de madera que se rellenaban con una mezcla de arcilla, paja y estiércol de 70 centímetros de espesor, técnica propia de los diaguitas que habitaron la región. Los tirantes del techo son de madera de algarrobo curva, para ello los troncos aún verdes se metían en el río para facilitar el poder doblarlos, se cree que son los originales de 1740, al igual que la puerta.

Las técnicas de construcción en tierra, inauguradas en la zona por los pobladores diaguitas, se aplican con éxito hasta hoy, incluso existen todavía iglesias y oratorios de comienzos del siglo XVIII junto a los restos de una ciudad diaguita hecha también de barro y agua. Pero lo más significativo es que esa "cultura del adobe" prefigurada por los diaguitas sigue vigente hasta hoy en pueblitos donde casi todas las casas son de ese material. No se trata sólo de las moradas más antiguas de hasta 200 años, también las nuevas se levantan con las técnicas de aquellos tiempos, y en muchos casos, los bloques de esas casas son moldeados con las manos por las mismas personas que luego las habitarán. Las edificaciones realizadas con técnicas como la utilizada en la construcción del Oratorio de los Orquera merecen ser conservadas y protegidas, dado que son parte del legado dejado por las culturas que habitaron el suelo catamarqueño.

Llama la atención que la torre del campanario carezca de campana, pero se debe a que fue fundida para hacer una más grande que ahora está en la iglesia de Andacollo. El interior del oratorio es muy sencillo ya que posee tres nichos muy rústicos, un confesionario de algarrobo macizo y varias imágenes de la escuela cuzqueña, entre ellas una pintura de la Virgen amamantando al niño Jesús (1717) y una imagen de San Antonio de madera y la imagen de la Virgen del Rosario la cual es venerada en las procesiones que se realizan para la Festividad del Rosario.

A un costado del oratorio se encuentra una antigua habitación con paredes y piso de adobe que se mantiene tal como era en tiempos de la Colonia; allí hay un museo con objetos cotidianos que documentan doscientos años de vida de las diferentes generaciones de la familia Orquera, siempre dueños de la casa y la capilla. En el cuarto se exhiben objetos que van desde una gran petaca de cuero hasta primitivas planchas, una fonola y vasijas diaguitas. Tanto el Oratorio como la habitación se encuentran al cuidado de la heredera de la familia, Doña Rosa Orquera de Ávila.

El oratorio junto con otras iglesias ubicadas en el departamento de Tinogasta conforman "La Ruta del Adobe", un circuito cultural fascinante formado por las historias y leyendas de una región pletórica en mística y tradiciones remotas. Próximo a ser declarado de Interés Nacional, este es un sitio enclavado en la geografía minimalista del oeste catamarqueño que resguarda la integración entre el hombre y la tierra, la historia y la tradición, la vida cotidiana y los credos ancestrales, el apogeo del pasado y la agonía del presente.

Por todo lo expuesto es que solicito a mis pares me acompañen con el presente proyecto