PROYECTO DE TP
Expediente 8453-D-2014
Sumario: GENOCIDIO DEL QUE FUERON VICTIMAS LOS GRIEGOS BAJO EL IMPERIO OTOMANO. DECLARASE EL DIA 19 DE MAYO DE CADA AÑO COMO " DIA DEL RESPETO POR LA LIBERTAD DE RESIDENCIA ".
Fecha: 28/10/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 154
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1º.- Se reconoce
como un acto de genocidio la matanza griegos del Ponto desde 1915, durante la
Primera Guerra Mundial y luego de ella la deportación y masacre bajo el
Imperio Otomano. Se califica tal desplazamiento forzado como modo de
exterminio del pueblo griego bajo el Imperio Otomano como genocidio.
Artículo 2°.- Se declara al día
19 de mayo de cada año como "Día del Respeto por la Libertad de Residencia"
en conmemoración del Genocidio del que fueron víctima los griegos bajo el
Imperio Otomano.
Artículo 3º.- Autorícese a
todos los empleados y funcionarios de organismos públicos de origen griego a
disponer libremente media jornada laboral los días 19 de mayo de todos los
años para poder asistir y participar de las actividades que se realicen en
conmemoración de la tragedia que afectó a su comunidad siempre que esas
actividades sean públicas.
Artículo 4º.- Autorícese a
todos los alumnos de origen griego que estén desarrollando sus estudios en los
distintos niveles de los establecimientos educativos de la Nación, a ausentarse
en la fecha de conmemoración establecida por el artículo 1º sin que esto se
compute como inasistencia, siempre que las actividades pública se
yaxtapongan con el horario lectivo"
Artículo 5º.- Invítese a los
Municipios y Comunas, así como a los Gobiernos Provinciales de la C.A.B.A.,
e instituciones privadas a adherir a las disposiciones de la presente ley. A su
vez, se requiere que los organismos gubernamentales y no gubernamentales así
como medios de comunicación de la Argentina que adhieran a la presente,
realicen un informe obligatorio e imparcial de los hechos históricos indicados
en los documentos, publicaciones, discursos públicos de todas las instituciones
estatales, organizaciones políticas y medios de comunicación de nuestro
país.
Artículo 6º.- Comuníquese al
Poder Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Lamentablemente y a pesar del
tiempo transcurrido desde el genocidio contra los griegos, este pueblo sigue
viviendo sus consecuencias, tan imprescriptibles como el aberrante delito
cometido. Imprescriptible también es la memoria internacional, que en la
conmemoración de éste día, trabaja en contra de cualquier tipo de olvido, lo
cual ha sido ya reconocido por Ley Nacional. Pero simultáneamente, se dio
inicio a una serie de genocidios silenciados hasta el presente, por motivo
religioso, contra los cristianos asirios, armenios arabizados, sirios, caldeos y
griegos.
Geografía del Genocidio
Se denomina Genocidio Griego a
la sistemática tortura, masacre y limpieza étnica de varios millones de griegos
llevada a cabo por los otomanos en los territorios de Asia Menor, Capadocia,
Ponto, Constantinopla, Tracia Oriental, Macedonia, así como en las islas de
Imbros y Ténedos desde principios de 1890 hasta finales de 1950.
Miles de niños, mujeres y
hombres fueron torturados, asesinados o expulsados de sus hogares tan sólo por
ser "griegos", y particularmente por ser cristianos.
En esa misma zona geográfica y
aproximadamente en la misma época, fueron igualmente torturados y
masacrados miles de Armenios y Asirios de todas las edades. El único "delito"
de estas personas fue el de vivir allí donde sus antepasados lo habían hecho
desde miles de años atrás, desde una época muy anterior en el tiempo a la de la
llegada de los otomanos a estos territorios, región donde se expandió
inicialmente el cristianismo y que floreciera en modo uniforme y creciente
hasta la llegada del islam y sus fuerzas militares.
Antecedentes
La política de exterminio de la
población helena en territorio del Imperio Otomano anteriormente ya se había
aplicado en las tristemente célebres matanzas de griegos de la isla de Quíos en
1822, justo cien años antes de que las tropas turcas destruyeran la ciudad de
Esmirna, expulsando a la población griega cristiana, que era la comunidad
mayoritaria hasta ese momento.
El Genocidio contra los griegos
en Quíos fue un anticipo de las atrocidades que llegaron más tarde a todas
aquellas otras zonas sobre las que las tropas otomanas pudieron actuar, un
hecho este que debería ser suficiente para recordar al mundo que la impunidad
de unos crímenes de tal naturaleza trae como consecuencia otros similares o
incluso peores.
Los griegos
El Genocidio otomano contra los
cristianos griegos, también denominado Genocidio contra los Griegos Pónticos,
se refiere a los eventos a los cuales se vieron sometidos precisamente los
griegos pónticos antes y durante la Primera Guerra Mundial. La ONU hasta el
presente no ha reconocido la existencia de este genocidio, y aunque algunos
estados particulares de los Estados Unidos sí lo reconocen, el gobierno federal
aún no se ha pronunciado al respecto.
Hubo persecuciones, masacres,
expulsiones y caravanas de la muerte de las poblaciones griegas en la región
histórica del Pontos, las provincias al sudeste del mar Negro en el Imperio
otomano, durante los albores del siglo XX. La cifra oficial de griegos muertos
en Anatolia fue entre 300.000 y 360.000 hombres, mujeres y niños.
El pueblo Griego no sólo era
tratado institucionalmente como ciudadanos de clase inferior, sino que su
presencia era un obstáculo importante en la implementación de los planes
racista-chauvinistas. Las persecuciones que comenzaron poco después del
inicio de la Primera Guerra Mundial, aumentaron durante la Gran Guerra, y
continuaron hasta culminar en 1919, aunque todavía se sufrieron secuelas de
esa política genocida.
Las persecuciones, que entonces
se volvieron genocidio, fueron el momento más trágico en la vida del Ponto,
Tracia y Jonia-Asia Menor, y un millón de habitantes de una población Griega
total de más de 2.600.000 (censo de 1914) perdieron sus vidas.
El Genocidio Griego es uno de
los crímenes contra la humanidad que aún permanece sin castigo, dado que una
parte importante de la Nación Griega que habitaba en los territorios del estado
otomano fue asesinada.
Los Griegos que sobrevivieron,
fueron exiliados en condiciones inhumanas, con el objetivo de su exterminio
total, y miles fueron convertidos al islam y permanecieron en Turquía (tal
como sucediera con el genocidio armenio y el asirio), mientras que quienes
escaparon a este asesinato en masa anticristiano se convirtieron en refugiados
por todo el planeta. Todos los emigrados de aquellos tiempos, ingresaban a
otros países como meros inmigrantes, sin beneficio asistencial alguno, ni
reconocimiento de su condición de refugiado, tal como sucedió en la
Argentina).
Griegos, Armenios y armenios
arabizados, Asirios, Caldeos y otros cristianos, desde 1908 hasta 1924 y ya
durante el Siglo XIX también, sufrieron el exterminio y persecuciones. Existió
el asesinato en masa y el desarraigo de las cristianas poblaciones históricas de
su tierra natal. Esa fue de hecho la "solución final" para el problema armenio,
griego, y asirio. Esa "solución final", implicó la ejecución de los primeros
genocidios del siglo 20. "¿Quién recuerda a los Armenios?", dijo Hitler
mientras planeaba su propia "solución final", siendo él mismo quien reveló el
tema del Genocidio Griego, solo para evitarlo posteriormente en
Constantinopla, Imbros, Ténedos y Chipre.
Según un militar alemán adjunto,
el ministro otomano de la guerra Ismail Enver había declarado en octubre de
1915 que quería "resolver el problema griego durante la guerra... de la misma
manera que él creyó haber resuelto el problema armenio".
En el verano de 1914, la
Organización Especial del Imperio Otomano, con la asistencia de funcionarios
del gobierno y del ejército, reclutó hombres griegos en edad militar (entre 15 y
35 años de edad) en Tracia y Anatolia occidental en batallones de trabajo en los
que cientos de miles murieron, al igual que lo realizado con las poblaciones
armenia y asiria. Fueron enviados a cientos de kilómetros en el interior de
Anatolia, empleando a estos reclutas en la construcción de carreteras,
excavación de túneles y otros trabajos de campo, muriendo muchos en tales
labores, logrando reducir su número a través de privaciones y malos tratos,
enviándolos a la vanguardia de las tropas en conflicto o por masacre directa a
manos de los guardias otomanos.
El reclutamiento de los hombres
entre 15 y 35 años, en edad de realizar el servicio militar, se complementó con
masacres y deportaciones de la población civil, que implicó marchas de la
muerte de la población general en vista a su exterminio. Ciudades y pueblos
fueron rodeados por los otomanos, y sus habitantes masacrados. Tal fue la
historia en Grecia, por ejemplo en Focea, una ciudad en el oeste de Anatolia al
noroeste de Smyrna, cuando el 12 de junio 1914 los cuerpos muertos de
hombres, mujeres y niños fueron arrojados a un pozo.
En julio de 1915, el Agregado
Comercial griego explicó que las deportaciones "no pueden ser de otra
naturaleza que una guerra de aniquilación contra la nación griega en el Imperio
Otomano y las medidas documentadas han sido la aplicación de conversiones
forzadas al Islam, en el objetivo obvio de, que si después del final de la guerra
se produjera una intervención europea para la protección de los cristianos,
habría tan pocos de ellos como fuese posible".
Según George W. Rendel de la
Oficina de Relaciones Exteriores británica, en 1918 "...más de 500.000 griegos
fueron deportados de los cuales comparativamente pocos sobrevivieron."
A su vez, en sus memorias, el
embajador de Estados Unidos en el Imperio Otomano entre 1913 y 1916,
escribió: "En todas partes los griegos se reunieron en grupos y, bajo la
denominada protección de los gendarmes turcos fueron transportados, la mayor
parte a pie, hacia el interior. ¿Cuántos fueron deportados de esta manera? Las
estimaciones varían entre 200.000 hasta 1.000.000."
El 14 de enero 1917 Cosswa
Anckarsvrd, embajador de Suecia en Constantinopla, envió un despacho en
relación con la decisión de expulsión de los griegos otomanos sosteniendo: "Lo
que por sobre todo aparece como una crueldad innecesaria es que la expulsión
no se limita a los hombres por sí solos, sino que se extiende asimismo a las
mujeres y los niños. Este accionar se hace para poder confiscar más fácilmente
los bienes de los deportados".
Los métodos de destrucción
aplicados ocasionaron la muerte de modo directo e indirecto de los ciudadanos
griegos, ya que las deportaciones implicaron marchas de la muerte, hambre en
los campos de trabajo, campos de concentración, y medidas semejantes, que
también son designados como "masacre blanca".
El Oficial otomano Rafet Bey fue
partícipe activo en el genocidio de los griegos, y en noviembre 1916 declaró:
"Hay que acabar con los griegos como lo hicimos con los armenios, hoy he
enviado escuadrones al interior para matar todos los griegos que se encuentren
a la vista".
En un informe de octubre de
1920, un oficial británico describe las consecuencias de las masacres de Iznik
en el noroeste de Anatolia en el que estima que al menos 100 cuerpos
mutilados descompuestos de hombres, mujeres y niños se encontraban
alrededor de una gran cueva a unos 300 metros fuera las murallas de la
ciudad.
La matanza sistemática y la
expulsión de los griegos de Asia Menor, fue precursora de las atrocidades
perpetradas por los ejércitos turcos durante la Guerra Greco-Turca, conflicto
que siguió al desembarco griego en Smyrna mayo en 1919 y continuó hasta la
reconquista de Esmirna por los otomanos y el Gran Incendio de Esmirna, en
septiembre de 1922. Se estima que entre 50.000 y 100.000 cristianos
perecieron en los incendios y por las masacres. Según Norman M. Naimark
"estimaciones más realistas oscilan entre 10.000 y 15.000" como víctimas del
gran incendio de Esmirna. Unos 150.000 a 200.000 griegos fueron expulsados
después del incendio, mientras que cerca de 30.000 hombres griegos y
armenios sanos fueron deportados al interior de Asia Menor, la mayor parte de
los cuales fueron ejecutados en el camino o murieron en condiciones
brutales.
Henry Morgenthau, el embajador
de Estados Unidos en el Imperio Otomano 1913-1916 acusó al "gobierno
otomano" de una campaña "indignante de imponer el terror, las torturas
crueles, la conducción de mujeres a los harenes, libertinaje con las niñas
inocentes, la venta de muchos de ellos en 80 centavos de dólar cada uno, el
asesinato de cientos de miles de personas y la deportación con hambre y en el
desierto de otros cientos de miles de personas, la destrucción de cientos de
pueblos y muchas ciudades", como parte de "la ejecución voluntaria" de un
"plan de aniquilar los cristianos armenios, griegos y sirios". Meses antes de la
Primera Guerra Mundial, 100.000 griegos fueron deportados a las islas griegas
o el interior respecto de lo cual Morgenthau dijo que "para la mayoría se
trataba de deportaciones de buena fe, es decir, los habitantes griegos se
retiraron en realidad a nuevos lugares y no eran sometidos a la matanza en
masa. Probablemente fue la razón por la que el mundo civilizado no protestó
contra las deportaciones...". Es decir, al retirarse voluntariamente de sus
hogares, todo parecía pacífico, sin saber las víctimas qué destino les estaba
esperando de forma inmediata.
Según las cifras del gobierno
griego, junto con el patriarcado, se estimó el total de un millón de personas
masacradas.
Cuestión religiosa
Es importante el reconocimiento
de que hubo una cuestión religiosa en el trasfondo de los hechos políticos que
implicaron el exterminio en masa de numerosas culturas originarias cristianas
del territorio Otomano en busca de la completa islamización de su
geografía.
El parlamento griego ha
declarado el 19 de mayo como una fecha en memoria del genocidio de los
griegos pónticos.
Después del establecimiento de la
República de Turquía, el Ponto no fue reconocido como autónomo. En 1921 se
propuso un Estado Póntico independiente, pero nunca se concretó. De acuerdo
al tratado de Lausana, las fronteras de Turquía fueron renegociadas y en 1923,
se produjo el traslado de población entre Grecia y Turquía que obligó a
aproximadamente 1,5 millones de griegos que vivían en Turquía a reasentarse
en Grecia, y cerca de 500.000 turcos que vivían en Grecia a reasentarse en
Turquía..
Efectivamente, la cuestión
religiosa se encuentra claramente expresada en el artículo 1 de la Convención
Acerca del Cambio de Poblaciones Griegas y Turcas, datada el 30 de enero de
1923, entre los gobiernos de Grecia y Turquía, que establece lo siguiente: "A
partir del 1 de mayo de 1923 habrá un cambio obligatorio de los nacionales
turcos de religión griega ortodoxa establecidos en territorio turco, y de los
nacionales griegos de religión musulmana establecidos en territorio griego.
Estas personas no volverán a vivir en Turquía o Grecia respectivamente sin la
autorización del gobierno turco o del gobierno griego respectivamente." De
este genocidio, fueron víctimas también los armenios helenizados que residían
en la región, y numerosos descendientes de estos armenios helenizados en el
tiempo llegaron a la Argentina.
Un gran número de griegos
pónticos emigraron después de esta convención a países de la región del
Cáucaso, principalmente Georgia y Rusia. Efectivamente, en las últimas
décadas del dominio otomano sobre los Balcanes, el Imperio produjo varias
"limpiezas étnicas" contra los serbios, rumanos, búlgaros y griegos. "El Rey
Nicolás I (de Montenegro) ha dirigido una proclama a su pueblo exhortándole a
acudir en auxilio de sus hermanos los serbios, en cuyo país hombres, mujeres y
niños son asesinados por los turcos", podía leerse en el diario ABC de España
el 13 de octubre de 1912, donde aseguraba que el monarca sólo se proponía
"impedir el exterminio de sus hermanos".
Fecha conmemorativa
Así, hemos podido describir el
procedimiento utilizado por el Estado Otomano antes, durante y con
posterioridad al Genocidio de 1915, que fue llevado a cabo contra las
poblaciones cristianas que se hallaban bajo su cuidado.
El Genocidio llevado a cabo
contra los Armenios se conmemora el 24 de marzo, ya que ese día en 1915 fue
firmado oficialmente el decreto que puso en marcha el plan de masacre. A su
vez, el genocidio contra los Asirios tiene su paradigma en el asesinato del
Obispo Armenio arabófono Mons. Ignacio Maloyan, el 11 de junio de 1915, y
los griegos tienen como fecha conmemorativa el 19 de mayo de cada año,
conmemorando un evento militar.
Por su parte, el Parlamento griego
ha aprobado dos leyes sobre el destino de los griegos otomanos, la primera en
1994 y la segunda en 1998. El decreto de 1994, afirmó el genocidio en la
región del Ponto de Asia Menor y designó como un día de conmemoración el
19 de mayo, mientras que el decreto de 1998 confirmó el genocidio de los
griegos en Asia Menor en su conjunto, y designó 14 de septiembre como
jornada de conmemoración.
Finalmente, el 11 de marzo de
2010, el Congreso de Suecia aprobó una moción que reconoce "como un acto
de genocidio la matanza de armenios, asirios/sirios/caldeos y griegos Pónticos
en 1915".
Conclusión, vivimos un
tiempo donde el conflicto que actualmente vive Siria está produciendo la
masacre, torturas y deportación de miles de cristianos con sobrevivientes que
se encuentran emigrando a otras tierras en la actualidad, induciendo a una gran
diáspora cristiana. El motivo que genera la mayoría de víctimas es su identidad
religiosa cristiana. Tal persecución religiosa requiere un acto de condena.
Nuestro país ya ha declarado
mediante Ley Nacional 26.199 el día 24 de abril como el "Día de acción por la
Tolerancia y Respeto entre los Pueblos" en conmemoración del genocidio
sufrido por el pueblo armenio, manteniendo su compromiso inquebrantable con
la más alta convicción de defensa de los Derechos Humanos de un modo firme
y global, demostrando no ceder ante las presiones negacionistas buscadoras del
olvido y la impunidad y trabajando en pos de una memoria que no solo tutela el
recuerdo sino la cultura y la identidad religiosa cristiana de los pueblos.
He presentado dos proyectos
concomitantes con esta dolorosísima cuestión. Ambos son de estricta
actualidad. Uno, exhortando a las autoridades argentinas para dispongan las
medidas necesarias para abrir nuestra país como refugio para los cristianos de
Mosul, Irak, perseguidos y sacrificados por el odio desquiciado de los
miembros del llamado Califato Islámico. El otro proyecto es para solicitar al
Poder Ejecutivo que adopte las decisiones conducentes para refugiar a los sirios
víctimas del horror de la guerra civil que sufre ese pueblo tan entrañablemente
vinculada a la Argentina.
Conocemos de las intenciones de
muchos actores de la vida política y pública internacional que aspiran a la
reconciliación de los pueblos armenio, griego y también los de origen caldeo y
asirio con Turquía. Sabemos que en el seno del gobierno de Ankara existen
sectores que entienden llegada la hora de producir este histórico acercamiento.
Sinceramente quien suscribe cree que la memoria - activa y viva - no es óbice
para la conciliación. Por el contrario, la verdadera paz se cimenta en la verdad
y el reconocimiento del error y de los crímenes.
Asimismo, tenemos información
de que Su Santidad el Papa Francisco está haciendo esfuerzos para acercar a los
turcos con los armenios y otros pueblos históricamente perseguidos por los
Otomanos.
Mi propio abuelo libanés católico
tuvo que emigrar de su natal Jezin discriminado por los Otomanos. Sin
embargo, el futuro se construye y sobre todo se ensancha sobre la base del
encuentro superando el odio.
Esta ley es para establecer la
fecha que conmemore un grave hecho sufrido por un pueblo cristiano, pero no
es para reabrir heridas, sino para por la vía del reconocimiento adoptar el
rumbo de la paz.
Igualmente, es oportuno
consignar que desde el punto de vista de las relaciones exteriores, la Argentina
aspira a mantener lazos de cooperación con la Turquía moderna. No olvida
nuestro país - que alberga a una comunidad armenia y griega muy importante,
integradas socialmente a la Argentina- los crímenes de hace más de un siglo,
pero no omite su responsabilidad de obrar de cara al futuro, en pos de los
intereses generales que determinan acrecentar esos vínculos con Turquía y
también, obviamente, con Armenia, con Siria, con Grecia y con todos los
pueblos.
En consonancia con lo expresado,
en la certeza de la memoria como camino comprometido contra todo tipo de
intolerancia religiosa e injusticia en la defensa de los Derechos Humanos de los
pueblos y naciones de identidad cristiana, invitando a los gobiernos
provinciales a adherir a las disposiciones de la presente ley" por lo cual,
solicitando a mis pares acompañen con su voto la defensa y aprobación del
presente proyecto, que reconoce como tal al Genocidio perpetrado por el
Estado Turco-Otomano contra los Griegos, que no ha sido reconocido hasta el
presente.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
ASSEFF, ALBERTO | BUENOS AIRES | UNIR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia) |
LEGISLACION GENERAL |