La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar preocupación por la usurpación de tierras que se viene llevando a cabo en la ciudad de Encarnación, Provincia de Salta, desde el 27 de octubre de 2016.

Señor presidente:

La ley 26.160 declara la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas originarias del país, cuya personería jurídica haya sido inscripta en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas u organismo provincial competente o aquéllas preexistentes. La ley vino a saldar una deuda ancestral del Estado con las comunidades indígenas, y fijó un plazo de tres años para que el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas realice el relevamiento catastral de la situación dominial de las tierras ocupadas por las comunidades indígenas, plazo que fue prorrogado por ley 26.554 hasta el 23 de noviembre de 2013, y luego por ley 26.894 hasta el 23 de noviembre de 2017.

Este estado de prórroga constante ha generado que el trabajo de relevamiento se vuelva difuso a la hora de definir exactamente la cantidad y tamaño de tierras ocupadas por las comunidades de pueblos originarios. Esta situación, en la práctica, ha generado nuevos conflictos con propietarios de tierras que resultan amenazados por grupos que reclaman esas tierras de manera violenta, muchas veces ante la inacción de las autoridades y fuerzas de seguridad locales.

Con el fin de motivar la toma de conciencia de la problemática en general, este proyecto expresa la preocupación por un caso concreto que fue debidamente documentado para su mejor comprensión.

El 27 de octubre pasado fueron usurpadas unas mil cuatrocientas hectáreas de tierra pertenecientes a un establecimiento ganadero y forestal ubicado en cercanías de Encarnación, Provincia de Salta.

La usurpación fue producida por un grupo de personas que se instaló en el lugar argumentando que lo hacían para resguardar el territorio con el que habrían sido beneficiados en el marco del relevamiento territorial de comunidades indígenas que realiza el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas).

Sin embargo, el propietario de las tierras, el productor Huberto Bourlon, ha denunciado que el conflicto comenzó cuando en un campo vecino se estableció una comunidad, con los cuales convivió sin problemas hasta que a fines del año pasado un grupo de treinta personas armadas con machetes y acompañadas por otras que se identificaron como funcionarios de la provincia, comenzaron a romper los alambrados y amenazar a su personal.

Este atropello fue seguido del robo de madera del establecimiento, hasta que finalmente, el 27 de octubre pasado, fue privado del acceso a su campo.

Desde entonces, este ciudadano viene sufriendo la rotura de alambrados, incendio de corrales, mangas para hacienda y cortinas forestales que se usan para prevenir la erosión del suelo y el vehículo que el productor utiliza para movilizarse en el establecimiento. También fue amenazado con que la casa, donde hasta la fecha de la toma residía con su familia, iba a ser incendiada.

Como mencioné anteriormente, reconozco las nobles intenciones de la Ley 26.160, pero es de suma preocupación observar que una mala implementación pueda ser motivo de situaciones de violencia entre argentinos.

No está de más recordar que el art. 14 de nuestra norma fundamental consagra, entre otros, el derecho de trabajar y ejercer toda industria lícita, y el de usar y disponer de su propiedad.

Asimismo, el art. 17 dispone que la propiedad es inviolable y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley, y que la expropiación por causa de utilidad pública debe ser calificada por ley y previamente indemnizada.

Por ello, invito a los señores diputados, contribuyendo a la unión nacional, al respeto de los derechos de los pueblos originarios, al respeto del derecho de propiedad y de todos los derechos establecidos en la Constitución Nacional, a expresar preocupación por los hechos antes mencionados. En consecuencia, solicito a los señores diputados que tengan a bien acompañar el presente proyecto.